Cuernos para mi esposo
Dif�cil tener que contar algo que no queremos.
Pero.........cuando algo es tan rico hay que buscar la manera
de expulsarlo por alguna parte.
Tengo un marido maravilloso.
Dos hijas preciosas y quince a�os de casada.
Un ejemplo envidiado por nuestros familiares y amigos.
Mi marido me ha jurado que yo he sido su �nica mujer en su
vida.
El me desvirg� y hab�a sido mi �nico macho hasta entonces.
Un esposo modelo, padre ejemplar. Y me amaba de lo lindo.
Mi vida era un hermoso poema. Hasta que apareci�
Esteban........
Un amigo de mi hermano a qui�n conoc� hace un a�o.
Como abogada me toco hacerme cargo del bufete de mi hermano
en sus vacaciones.
Mi hermano era defensor de los presos del municipio.
El primer d�a de suplencia los guardias me llevaron a un
preso. Un hombre extraordinario como no hab�a conocido a ninguno.
Era un individuo de dos metros de altura. Trigue�o claro,
pelo liso aindiado. Unas manos gigantescas con dedos robustos. Un rostro hermoso
parecido al de Antonio Banderas.
Yo le llegaba hasta sus axilas. Al estrecharme la mano , esta
se perdi� entre la suya y qued� atrapada unos segundos donde percat� una
rugosidad masculina imponente.
Reconoc� que por dentro algo nuevo se abri� en m�.
Puse atenci�n a su caso. Preso por estafa, estaba destinado a
diez a�os de prisi�n, hab�a cumplido cuatro y ten�a posibilidades de salir
pronto.
Su voz ronca me jur� que �l no ten�a nada que ver en el
problema, que �l era inocente. Yo.......le quize creer. Y lo defend� con todas
mis argucias. Cada vez que estaba con �l, me sent�a d�bil y manejable. Una hora
semanal durante tres semanas me mostraron que yo deseaba a ese macho con unas
ganas desconocidas.
El se dio cuenta r�pido de eso. Y no perd�a la oportunidad de
seducirme.
Me encantaba con su risa, sus frases suaves y a baja voz. Sus
roces con sus manazas.
Me ofreci� que al salir me iba a invitar a almorzar para
celebrarlo.
Yo so�aba con ese momento.
Por las noches sudaba y me trasnochaba pensando en �l.
Mi vulva se hinchaba y se humedec�a con solo recordarlo.
Mi esposo jam�s imagino lo que pasaba por mi cabeza.
Cuando el me penetraba mi mente estaba en otro sitio y
............con el otro.
Mi hermano regres� de vacaciones. Me entristec� al ver que no
ver�a de nuevo a Esteban.
Estuve triste varios d�as.
Un d�a mi secretaria me anuncia que un Esteban Vargas desea
consultarme.
Hac�an dos meses que no hab�a escuchado mas a ese nombre.
Solo su recuerdo aflojaba mis piernas.
Cuando estuvo ante m� qued� pegada al sill�n fl�ccida sin
moverme, sonriendo, con los ojos brillando y la cuca grasosa.
El se inclin� y me beso la mejilla.
Estoy libre doctora, y vengo a invitarla a almorzar.
Parec�a un sue�o, camin� flotando y me dej� llevar de su
fuerte brazo hasta el restaurant. Casi no escuche sus palabras, estaba en oto
planeta.
No tuve apetito. Un vaso de vino me emborrach�
incre�blemente. Perd� la noci�n del tiempo.
Al regresar los dos, en el carro tom� mi mano. Mi cara de
estupida deb�a ser muy notoria.
En el estacionamiento me abraz�. Cerr� los ojos como
queriendo olvidar el tiempo. Tembl� en sus brazos y as� el supo que me ten�a en
sus manos para siempre.
Tuvo la cortes�a de llevarme a mi bufete donde me dej�
somnolienta y hambrienta de sexo.
Record� que me d�jo: Ma�ana te paso buscando a la una de la
tarde.
Asent� con la cabeza.
Y desde ese instante fue imposible conseguir el sue�o hasta
el d�a siguiente. Cuando estuve ante �l, estaba ojerosa trasnochada, sin comer y
temblando desde la cabeza hasta los pies.
Me llev� hasta un galp�n donde guard� su auto.
Entramos a su cuarto. Un cuchitril mal oliente con solo una
peque�a cama con s�banas mugrientas.
Me bes� profundamente en la boca. El piso se hund�a bajo mis
pies.
Lo abrac� fuertemente mientras me desnudaba.
Mis piernas estaban mojadas por la secreci�n de mi vagina.
Se desnud�. Lo primero donde fij� mi viste fue en su miembro.
Ansiaba ver algo inusitado. Y....no me equivoqu�. Un estupendo miembro grueso
como un pl�tano y de unos treinta cent�metros esperaban por m�.
Sentada en la cama �l se me acerc� y comenz� a frotarmelo en
mi rostro, primero suavemente, luego me golpeaba con rudeza con ese l�tigo de
carne en mis mejillas.
El sonido y el dolor me enloquec�an. Golpeo mi nar�z. Mis
ojos, mis orejas, mis labios.
Luego lo pasaba como un l�piz labial en mi boca, la cual abr�
para dar paso al glande carmes� h�medo. Lo llev� hasta mis amigdalas. Me hizo
toser.
Pero soporte su entrada y salida sin molestarlo con mis
dientes.
Ya me dol�an las mand�bulas para mantener abierta mi boca
para tragar esa enorme verga.
Me tumb� boca arriba, separ� mis muslos y expuso mi co�o
afeitado flujoso y brillante.
De un solo envi�n pas� un cuarto de carne, tomandome por los
hombros termin� de afincar el resto de pinga que abri� mi vulva como con una
explosi�n.
En mi vejiga sent� los cabezasos de su pene.
Una rigidez, dolorosa que apu�aleaba sin misericordia cada
recoveco de mi cuca. Haciendola llorar.
Chirretes de semen sacudieron el fondo y paredes vaginales.
La rigidez se mantuvo sin decaer. El, sigui� mandando y puyando sin cansancio.
Por cada puyada sent�a que un embolo entraba y sacud�a ese semen fuera de mi
vagina empapando mi vulva, mi cl�toris, mis nalgas y mis piernas. Mas delicioso
se transform� cada puy�n, debido a lo lubricada que estaba.
Sent�a que acababa desesperadamente. Comenc� a gritar y a
revolcarme como una perra. El me agarr� por el cuello y me acachete� con fuerza.
Eso aceler� un segundo orgasmo atrapado en mi pecho y que salt� al llanto al
sentir un dedo grueso rompiendome el culo.
Incontables orgasmos comenzaron a surgir de mi cuerpo,
lloraba, gritaba, gem�a, temblaba y finalmente una convulsi�n me dej� inerte
sobre la mugrienta colchoneta.
Me convert� en esclava de ese desgraciado.
D�a tras d�a le llevaba mi cuerpo, mi dinero y mi honra para
que me hiciera fel�z.
Mi esposo no se imaginaba lo que me ocurr�a. Achacaba todo al
exceso de trabajo.
Esteban me pidi� una fuerte cantidad de dinero. Saqu� dinero
de la cuenta de mi esposo y se lo llev�. Estando en el galp�n me golpe� y me
insult�. Me d�jo puta, perra, basura.
Me golpe� debido a que no llev� la cantidad deseada.
Me amarro de una silla y por un celular llam� a tres ratas
igual que �l.
Cuatro desgraciados se aparecieron y comenzaron a violarme en
forma salvaje.
Sin conocimiento me encontraron al d�a siguiente desnuda, con
la vagina y el ano desgarrado. Llena de moretones en todo el rostro y el cuerpo.
All� estaba mi esposo cuidandome y dandome cari�o. LLorabamos
los dos tomados de la mano.
Nunca el se imagino que yo me hab�a buscado ese problema.
Me tom� como la v�ctima de un secuestro. Y as� qued� en los
archivos de la polic�a.
Hoy tres a�os despu�s a�n recuerdo a Esteban. Qu� l�stima que
haya sido tan cruel.
Solo s� que ningun hombre me dar� la felicidad que me dieron
sus genitales. A veces en soledad me masturbo y obtengo hermosos orgasmos con su
recuerdo.
Y su pene................regalo de dioses que todos no tienen
la suerte de probar.