Relato: Los amantes perfectos
ATENCI�N: Esta historia contiene sexo con familiares,
si este tipo de material lo ofende le rogamos no leerlo. Esta historia es pura
fantas�a, no sucedi� en la realidad, as� que no intente hacerlo, ya que se puede
hacer a acreedor a varios a�os de prisi�n.
Los amantes perfectos
Por Cazzique
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO
Esa tarde llegu� a casa y todo se encontraba oscuro, entr� a
mi cuarto y ning�n ruido escuchaba. creyendo que no hab�a nadie me despoje de
mis ropas y me acost� un rato en mi cama, despu�s de unos instantes me levante y
me fui hacia el ba�o. Al pasar por el cuarto de mis padres escuche unos
lamentos, lentamente abr� la puerta y vi la silueta de alguien que estaba
sentado en la cama. Me met� sin hacer ruido, era mi madre la que estaba sentada
ah� y llorando. Me le acerque curioso y me hinque delante de ella.
"�Que pasa mam�, por que estas llorando?." le dije
preocupado.
"Me acabo de pelear con tu padre, �l me dijo que se va de la
casa con su otra mujer y yo no s� que hacer." Me contesto lloriqueando y
mientras se limpiaba las lagrimas de su bello rostro.
He de decirles que mi madre se llama Guadalupe. es de
complexi�n delgada, mide 1.65 metros y tiene el cabello largo y lacio hasta la
mitad de la espalda, su piel es morena clara y sus ojos son de color miel. Su
cuerpo delgado esta finamente tallado con unos senos de mediano tama�o y unas
nalgas finas no muy pronunciadas en su redondez y m�s bien en forma de gota,
pero eso si muy firmes. Su piel morena es suave como la seda y lisa como la de
un beb�.
Yo me llamo Jorge y tengo 17a�os. soy delgado piel blanca y
mi cabello es casta�o, de cuerpo no atl�tico pero un poco marcado. Bueno les
contaba que mi madre se encontraba sentada en la cama y llorando. Mientras
estaba hincado delante de ella pude ver en la oscuridad su hermoso rostro regado
por sus lagrimas. Me puse de pie y fui hac�a el bur� por un kleenex y se lo di.
Ella se limpio el rostro y se son�.
"No se que hacer hijo, yo no sab�a que tu padre ten�a una
amante." Me platico sinceramente.
"No tienes por que preocuparte mam�, ya ten�an muchos
problemas y adem�s tu me contaste alguna vez que �l ya no se preocupaba mucho
por ti. Podr�a ser mejor que se fuera y ya no te molestara �No crees?." Le dije
tratando de consolarla.
Me acomode a un lado de ella en la cama y comenc� a darle un
mensaje en la espalda, ella se qued� pensativa y sin decir palabra alguna. Mis
manos recorr�an desde su cuello hasta la mitad de su espalda, de vez en cuando
acariciaba su cabello sedoso. Inesperadamente note que mi verga se estaba
poniendo dura como una piedra y trate de no pensar en eso, pero los movimientos
de mis manos se empezaron a hacer m�s suaves sobre su espalda. Sin pensarlo me
sub� a la cama y me coloque detr�s de mi madre, poni�ndola en medio de mis
piernas que abr� para alojarla, mis manos segu�an movi�ndose en su espalda. Ella
no dec�a nada pero note que se extra�o un poco.
Mi verga rozaba ligeramente sus nalgas y entonces me acerque
a ella peg�ndole todo mi cuerpo por completo, acerque mis labios a su o�do y
suavemente le dije. "No tienes de que preocuparte, nosotros estaremos muy bien
sin mi padre." con mis labios rozaba su oreja y note su estremecimiento, ella
continuaba inm�vil y mi verga se puso a�n m�s dura, yo estaba completamente
seguro de que ella la pod�a sentir completamente bien. Ella echo para atr�s sus
nalgas para poder acomodarse mejor en mi verga y pude sentir claramente la
separaci�n de los cachetes de su culo. Mis manos comenzaron a acariciar los
costados del cuerpo de mi madre muy lentamente mientras le de dec�a al o�do que
todo iba a estar bien. Ella continuaba sin decir palabra pero pude notar que sus
caderas se mov�an un poco circularmente.
Mis labios se posaron sobre su cuello y empec� a besarla como
nunca imagine que pod�a hacerlo, mi lengua recorr�a su pie disfrutando del
exquisito sabor que ten�a. Mis manos rozaron sus senos y en ese instante ella se
puso de pie y me dijo.
"Mejor me voy a ba�ar querido, luego platicamos." Su voz se
cortaba por su respiraci�n agitada.
Dej�ndome ah� con una calentura impresionante, que tuve que
ir a mi cuarto y masturbarme hasta que me vine de una manera impresionante y
satisfactoria. Ya m�s calmado comprend� que me hab�a dejado llevar por la
situaci�n de tristeza que la embargaba y quer�a consolarla confundiendo el
sentimiento.
As� pasaron varias semanas y mi padre se fue da la casa
definitivamente, no lo necesit�bamos econ�micamente ya que el trabajo de mi
madre alcanzaba para mantenernos a los dos, pero para no sentirme mal y ayudarla
un poco me puse a trabajar en una tienda de video rentas, as� continu� nuestra
vida por los pr�ximos meses, ella y yo nos hab�amos vuelto muy unidos, nos
cont�bamos todo, sal�amos a pasear y todo iba muy bien sin la presencia de mi
padre.
De vez en cuando me acordaba de lo que hab�a pasado esa tarde
y mis sentimientos eran de culpa y a veces so�aba con mi madre en situaciones
sexuales. Pero no le hab�a tomado mucha importancia. Una noche en que est�bamos
mirando la televisi�n estaba yo acostado en el sof� con mi cabeza en las piernas
de mi madre, ella me acariciaba el cabello y de repente me empec� a acordar de
lo que hab�a pasado esa tarde, mi verga se puso dura inmediatamente. Yo no me
percate de que mi erecci�n era bastante notoria a trav�s del pantal�n de mi
pijama y pronto note que los ojos de mi madre se distra�an de la pantalla y se
dirig�an a mi entrepierna.
"�Hijo, alguna vez te haz acordado de la tarde en que me
encontraste llorando?." Me pregunto con voz suave.
"S... si, a veces. �Porque lo preguntas?." Le conteste
nervioso.
"Yo muchas veces he pensado en eso y siento algo raro. Y
ahora que te veo as� me acuerdo de lo que sent�." Me dijo con un tono incitante.
No tuvo que decirme nada m�s, yo me levante del sof� y me
acomode detr�s de ella como en aquella tarde y repet� los mismos pasos, ella
tra�a puesto un camis�n largo de color rosa tenue. que no dejaba ver su hermosa
silueta. Mis manos se empezaron a pasear por su estomago plano y mis labio
recorrieron poco a poco su hermoso cabello de un agradable olor.
Su respiraci�n se comenzaba a agitar conforme mis caricias
iban en aumento, sus nalgas se pegaron al bulto que se levantaba en mi pantal�n
de la pijama, no pude evitarlo y mis manos se posaron sobre sus hermosos senos
erectos y duros, tan calientes como el mismo infierno. Mis labios pasaron de su
cabellera a su hermoso cuello de seda, mi lengua recorr�a cada cent�metro de su
tersa piel y el enloquecedor aroma de su perfume me segaba.
"No hijo, no deber�amos." Me dijo d�bilmente.
"Lo siento madre, pero ya no puedo detenerme, tu eres lo que
desde hace mucho he deseado. �te amo!." Le dije con voz segura.
Ante estas palabras ya no hubo m�s resistencia, con un
suspiro toda su tensi�n se esfumo y mis manos recorrieron libremente sus pechos
erguidos que deseaban ser tocados por las manos inexpertas de su hijo.
Sus manos se apoyaron en mis piernas y se empujo otro poco
hac�a atr�s, como queriendo que mi verga se enterrara m�s en la suave hendidura
de sus nalgas. Mis labios corr�an por sus orejas y su cuello y mis manos no
dejaban de mimar sus hermosos pechos. Comenc� a mover mis caderas hac�a adelante
produciendo que mi pito se restregara contra las firmes nalgas de mi hermosa
madre.
"�No sabes cuantas noches e so�ado con este momento, mam�!".
"�Yo tambi�n lo he deseado, pero tengo miedo. Esto es
incesto!".
"No hay nada que temer en cuanto sea amor, y lo nuestro lo
es." Le dije en tono consolador.
Despu�s de esto ella volteo y se hinco frente a mi, nos
besamos en la boca, primero rozando nuestros labios tiernamente y pronto ella
tomo la iniciativa e introdujo su lengua en mi cavidad bucal, encontr�ndose con
la m�a dando paso a un beso de lujuria y pasi�n incestuosa. El beso se prolongo
por largo rato mientras nuestras manos se dedicaron a recorrer nuestros cuerpos
calientes como la lava de un volc�n.
Mis labio fueron entonces nuevamente hacia su cuello y
despacio los fui bajando por su hombro para despu�s ir retirando con la boca el
tirante de su camis�n e ir besando su brazo mientras descend�a la prenda por
este. Su pecho moreno quedo libre de la parte alta sin dejar todav�a a la vista
su pez�n que antes se ve�a pegado a la tela como queriendo escapar de esta
prisi�n.
La piel tersa de su seno me dejo estupefacto y no pude m�s
que acariciarlo con suavidad y bajar lentamente el pedazo de tela que lo cubr�a,
dejando libre ese hermoso pez�n puntiagudo que se antojaba para chuparlo por
toda la eternidad. Mis labios se pegaron golosos al trozo erecto de carne
mientras mis manos recorr�an la espalda y las nalgas de mi madre. Comenc� a
chupar su teta hambrientamente mientras sus gemidos y suspiros empezaban a
inundar la sala. Pude notar que tra�a puesta una tanga delgada bajo el camis�n y
mis dedos se dedicaron a delinear la hermosa prenda en las nalgas de mi bien
formada progenitora, sus redondas formas lograron que mi verga ya de por si dura
se pusiera todav�a m�s.
Las manos de mi madre se posaban en mi cabello y se
deslizaban suavemente por mi espalda, su boca besaba mi cabeza mientras mis
labios segu�an aferrados a su hermoso pez�n.
Me separ� de su sedoso pecho y entonces me dedique a besarla
de nueva cuenta. Sus manos comenzaron a desabotonar la camisa de mi pijama y
cuando termino de hacerlo con ellas recorri� todo mi torso y mi espalda desnuda
mientras nuestras bocas y lenguas continuaban perdidas en un enloquecedor beso
que nos fund�a en uno solo.
Nunca me hab�a imaginado que mi madre fuera una mujer tan
apasionada y ahora lo sab�a y lo experimentaba en carne propia, mi saliva se
mezclaba con la de ella y nuestras lenguas se entrelazaban dentro de nuestras
bocas ardientes. Besos largos y h�medos colmados de caricias candentes que nos
hac�an perder por completo la raz�n. Nos pusimos de pie sin dejar de besarnos y
mis manos continuaban perdidas en las redondas nalgas de ella. Sus manos
subieron y sus dedos se introdujeron por entre mis cabellos mientras nuestros
besos continuaban.
Mis manos tomaron la parte baja de su camis�n y lentamente lo
levante hasta sacarlo por su cabeza, dejando sus pechos hermosos al desnudo y su
vientre solamente cubierto con una sensual tanga de color blanco que contrastaba
hermosamente con el color api�onado de su piel. Ahora ya nada me detuvo a la
hora de poner mis labios sobre esas hermosas masas de carne con puntiagudos
pezones que invitaban a ser recorridos y explorados en su totalidad. Mi boca
besaba y mi lengua lam�a cada cent�metro de la piel tersa de mi mam� sus
suspiros no hac�an m�s que ponerme m�s y m�s caliente y ella lo notaba. Mis
manos no se separaban de sus nalgas y una de ellas se introdujo entre sus
piernas, palpando la suavidad de su tibia vagina.
Ya nada nos podr�a separar de ahora en adelante, madre e hijo
ser�amos los amante perfectos, pero todav�a faltaba consumar el acto sexual.
Mi lengua recorr�a sus duros pezones de uno en uno y ella
suspiraba pidi�ndome m�s, mis labios besaban lo mas que pod�an de sus turgentes
y hermosos senos que todav�a estaban bien firmes sus pezones largos se acoplaban
perfectamente a mis chupadas y mi lengua se enroscaba en ellos, la piel de mi
madre se erizaba al contacto con sus hermosas tetas y mis manos no se separaban
de su parte baja.
Continuaba jugando con su vagina con una de mis manos, pasaba
mis dedos entre sus labio hinchados y pod�a sentir como se iba mojando la prenda
con los fluidos que ya comenzaban a escapar de su gruta sexual. Con mi otra
manos logre quitar la banda que cubr�a el culo de mi madre y coloque uno de mis
dedos sobre su ano, que al sentirme brinco un poco por la sorpresa. Ya no pod�a
soportar m�s y con ambas manos comenc� a bajar despacio la tanga que cubr�a el
�tero de mi hermosa madre, mientras la bajaba iba acariciando sus bien torneadas
piernas que ten�an una suavidad parecida a la de la seda.
Hincado como hab�a quedado pod�a ver en todo su esplendor la
hermosa vagina de mi madre, su mata de vellos se encontraba en la parte alta de
sus labios y formaba un triangulo perfecto de color casta�o, eran m�s bien
cortitos y no muy abundantes. Encima de estos se encontraba su hermoso ombligo y
entonces mi boca se aferr� a este. Mi lengua se introdujo en la cavidad y lo
chupe produci�ndole a mi madre unas pocas cosquillas. Poco a poco fui bajando
por su vientre hasta llegar a la mata de vellos p�bicos que cubr�an la parte
alta de su panocha. Aspir� su exquisito aroma produciendo que mis hormonas se
aceleraran al m�ximo.
R�pidamente me pude de pie y me desvest�, mi cuerpo no era el
de un atleta, pero no estaba tan mal. Cuando baje mis pantalones pude notar la
impresi�n que causo en mi madre mi pene, ella sin m�s miramiento lo tomo en sus
tibias manos y comenz� a masturbarme, yo no me pod�a quedar solo viendo, as� que
lleve una de mis manos a su vagina y comenc� a acariciarle los labios, su
humedad me permit�a recorrerlos con facilidad y note con agrado que le gustaba
lo que estaba haciendo, as� como a mi me fascinaba lo que ella me hac�a.
Masturb�ndonos mutuamente yo tuve que hacer un esfuerzo
descomunal para no venirme en su mano y ella por el contrario empap� mi mano con
sus jugos vaginales, yo retire mi mano y la lleve a mi boca chup�ndola y
lami�ndola para dejarla libre de los ricos jugos calientes de la panocha de mi
mam�. Ya en estas circunstancias la recost� sobre el sof� y entonces la abr� muy
bien de piernas, metiendo mi cabeza lo m�s profundo que pude empec� a mamarle la
rajada, primero inicie por sus labio y poco a poco los iba recorriendo desde la
punta hasta su culo en el que tambi�n me deten�a a lamer de vez en cuando. La
luz estaba prendida y me permit�a apreciar a todo detalle cada una de las partes
del cuerpo de mi amada mam�. Mi lengua se volvi� cada vez mas voraz y se comenz�
a introducir en la vagina caliente y h�meda de ella, una de sus manos se coloc�
sobre mi verga y continua masturb�ndome mientras yo le com�a la panocha a
chupadas y lamidas. Con una de mis manos comenc� a abrirle los labios de para
que mi lengua fuera lo m�s profundo posible, con la mano que tenia libre comenc�
a meterle un dedo en el ano.
Pod�a saber que le estaba encantando ya que sus gemidos no me
dejaban la menor duda, yo sent�a que estaba a punto de estallar y los olores de
la vagina de mi madre me estaban llevando al cl�max. Pude aguantar hasta que
ella se vino en mi boca y entonces le ped� que descans�ramos un instante
mientras nos bes�bamos en la boca como dos novios reci�n unidos.
Ya m�s relajado y en la misma posici�n en la que est�bamos
abrazados comenc� a arrimarle la verga a su vagina, ella entendi� de lo que se
trataba y se acomodo de tal forma que la cabeza de mi verga pegaba directamente
en sus labios vaginales, comenc� a empujar lentamente mis caderas y la cabeza
empez� a penetrar en esa prohibida cavidad. Su calor era incre�ble y gracias a
la humedad de su vagina la penetraci�n fue lo m�s f�cil y placentera, poco a
poco mi pene se iba incrustando en su gruta sexual hasta que mis pelotas pegaron
contra sus nalgas.
Empec� a meter y sacar mi tranca de la panocha de mi madre a
un ritmo moderado disfrutando de la agradable sensaci�n de estar copulando con
mi propia mam�, nuestros gemidos se empezaron a confundir mientras nuestras
lenguas se enredaban y mis manos se paseaba por sus bien formadas curvas, ella
apretaba de tal manera mi pene que tuve que detenerme para no venirme y seguir
disfrutando de ese momento.
Ya que me hab�a detenido cambiamos de posici�n, tome a mi
mam� por las caderas y la coloque de a perrito, ella recargo en el sof� su
cuerpo dej�ndome ver sus exquisitas nalgas en todo su esplendor, su panocha
resaltaba hermosamente con sus hinchados labios abiertos debajo de su ano que se
antojaba de solo mirarlo.
"Que rica te vez as� mam�." Le dije con voz entrecortada.
"Quiero que me la metas ya, mi amor, no aguanto m�s,
m�temela." Contest� ella jadeando.
R�pidamente me coloque detr�s de ella y dirig� la cabeza
hinchada de mi verga a su vagina, penetr�ndola de una sola estocada hasta el
fondo.
"Hooo, as�, as�, que rico, mu�vete." Me dijo con voz de
lujuria.
Mis caderas se comenzaron a mover y desde la posici�n que yo
ten�a pod�a ver como mi verga entraba y sal�a de la panocha de mi mam�,
provocando que sus labios vaginales se movieran r�tmicamente al comp�s de mis
arremetidas.
Continuamos cogiendo as� por un largo rato, cada vez que
sent�a que me ven�a trataba de detenerme para prolongar mucho m�s esta
extraordinaria sensaci�n, los jugos de mi madre escurr�an por sus piernas y mis
pelos estaban completamente empapados con ellos. Esta visi�n me puso al borde
del orgasmo y ya no me pude contener m�s, los movimientos de mis caderas se
hicieron m�s r�pidos y m�s r�pidos. Ella noto que pronto me vendr�a.
"Eso mi bebe, continua as�, ya mero, aguanta un poco." Me
instruyo.
"Ya lo siento mam�, ya viene." Le dije yo agitadamente.
"Ahora, ya su�ltalos en mi, vente en mi, mi amor." Ordeno.
Yo no ten�a m�s fuerzas para aguantar y de pronto sent� como
el semen de mis pelotas se dirig�a con fuerza a la punta de mi verga y escapaba
a gran velocidad dentro de la vagina hermosa de mi amada madre. Continuaba
movi�ndome y ella gimiendo y gritando mientras nos ven�amos al un�sono.
Chasquidos h�medos escapaban de entre nuestros vientres
mientras yo continuaba eyaculando la totalidad de mis mocos, el olor a sexo
invadi� la habitaci�n y entonces mi madre se desmadejo y se acost� en la
alfombra, respirando pesadamente, yo fui el siguiente y me acomode a su lado
para verla directamente a los ojos, notando en estos la satisfacci�n de este
momento.
"Fue algo maravilloso mam�, creo que ya no podr�a vivir sin
esto."
"Lo creo yo tambi�n as� mi amor, de ahora en adelante esto va
a ser muy diferente para los dos. Pero tengo miedo."
"No tienes de que, pienso que eres la mujer m�s hermosa y que
la vamos a pasar muy bien, yo de lo �nico que tengo miedo es de que tu me
quieras negar tu amor."
"Mi vida, creo que tienes raz�n, no hay de que temer, nuestro
amor es limpio, no importa que sea incesto. Te amo." Diciendo eso se arrojo a
mis labios con sus h�meda boca de miel. Esa noche lo hicimos dos veces m�s hasta
ya muy entrada la madrugada. Nos quedamos dormidos en su recamara, que de ahora
en adelante ser�a nuestra recamara. Sobre un embarazo no deseado no hay ning�n
problema ya que ella tiene las trompas ligadas.
De ese d�a en adelante hemos vivido como marido y mujer, me
encanta recordar que ella es mi madre y que lo que estamos haciendo es incesto a
ella tambi�n le agrada la idea de no olvidar que soy su hijo.
FIN