Relato: La vendedora de cosmeticos (6)
La Vendedora, Sexta Parte
La Venganza de B�rbara
"Si ustedes no recuerdan mal, Roc�o y Marta hab�an vuelto a Buenos Aires, luego
de que esta �ltima descubriera lo interesante que pod�a ser la vida junto con
quien fuera su ex - esposo y ahora amante lesbiana.
Tal es as�, que luego de volver y al pasar un tiempo, ambos estaban viviendo
como dos mujeres. Raquel segu�a con sus visitas a Roc�o, y Marta se hizo gran
amiga de ella . Era frecuente que se reunieran para cenar, cenas en las que como
te imaginar�s, luego de los postres se produc�an frecuentes encuentros sexuales,
potenciados por los productos de Miss Val�n.
Con el paso del tiempo el ritmo de la casa comenz� a hacerse cada vez mas
penoso, Roc�o no solo ten�a su trabajo de secretaria ejecutiva, sino que adem�s,
la zona de ventas de los productos Miss Val�n que ten�a, ofrec�a un gran campo
de trabajo (de hecho, casi no daba abasto con los pedidos).
Llegaba agotada a la noche y motivada por el incremento en sus ingresos
decidieron una noche junto con Marta, contratar una mucama que se encargara de
las tareas dom�sticas y de esta forma estar mas tranquilas ellas y poder
disfrutar a�n mas de sus encuentros.
Citaron en su casa a varias candidatas; buscaban entre otras cosas una empleada
que fuera, sexualmente hablando, bastante liberal pues pensaban que tarde o
temprano, al vivir con ellos se dar�a cuenta de la naturaleza de Roc�o y que en
las visitas ocasionales de Raquel algunas cosas suced�an. Finalmente eligieron a
una de las postulantes, una muchacha del interior, de excelente f�sico que pod�a
percibirse a pesar de que usaba gastadas ropas y su cabello estaba bastante
descuidado. As�, pactaron que a partir del d�a siguiente, comenzar�a sus tareas.
Ese d�a transcurri� con normalidad y por fortuna, Roc�o lleg� temprano a su casa
pues Miss Val�n hab�a suspendido temporariamente la entrega, en espera de la
nueva l�nea de productos para el a�o pr�ximo. La nueva mucama prepar� la comida,
los sirvi� y atendi� correctamente e incluso roz� un par de veces las piernas de
Marta primero y de Roc�o despu�s, lo que les hizo mirarse de manera c�mplice
sospechando que su nueva mucama podr�a participar en alg�n momento de sus juegos
sexuales.
Finalmente, la mucama les trajo el caf�. Lo que seguramente ellos no sospechaban
era lo que est�s sospechando tu: la mucama no era otra persona que B�rbara, la
amiga de Marta que ellos hab�an abandonado en Rosario, atada y con dos
vibradores insertados en su cuerpo. Estaba, decidida a vengarse, se hab�a hecho
pasar por una muchacha del interior, sin experiencia, y con un poco de
maquillaje, la ropa ajada y una peluca hab�a logrado no ser reconocida.
As�, B�rbara decidida a cobrarse la situaci�n que le hab�an hecho pasar, hab�a
colocado un potente somn�fero en el caf�. Al poco rato, Roc�o y Marta, se
encontraban durmiendo en el sof� de su casa. Aqu� es donde B�rbara comenz� a
realizar su verdadero trabajo: tomarse revancha.
Cuando nuestras amigas se despertaron, vieron que se hallaban en su cama, pero
una cosa les sorprendi�, no pod�an moverse pues estaban firmemente atadas con
sogas tanto en manos como en las piernas, adem�s de tener un penis - gag puesto
dentro de su boca.
Cuando por fin pudieron erguir un poco la cabeza, encontraron que tambi�n
estaban vestidas con id�ntica ropa, zapatos aguja de taco alto, medias negras
con costura y refuerzo en el tal�n, un uniforme de mucama estilo francesa, por
debajo sent�an la opresi�n de un corset firmemente apretado y una de las cosas
que mas sorprendi� a Roci� fue sentir dentro de su cola un vibrador, supuso que
Marta se encontrar�a en igual situaci�n.
Adem�s, sent�a su busto extra�o y era porque B�rbara le hab�a colocado un par de
pr�tesis mamarias de gran tama�o. Lo que es justo reconocerlo, le daba una
imagen bastante excitante.
En ese momento aparece B�rbara en la habitaci�n, precedida por el ruido de un
taconeo, ambas dan vuelta su cabeza para mirarla y se quedaron asombradas de que
la misma persona pudiera ser: la B�rbara que Marta conoc�a, la t�mida mucama que
hab�a hecho las tareas dom�sticas ese d�a y al mismo tiempo, la imponente
dominatriz que ten�an ante s�.
Su cabello, negro azabache, estaba recogido en una cola de caballo, su
maquillaje era sencillamente espectacular, largas sombras cubr�an su rostro,
estirando sus ojos hacia los costados, sus labios parec�an dispuestos a ordenar.
En su cuello, luc�a una gargantilla de cuero con tachas de metal, debajo, un
corset sumamente ajustado le hac�a una figura espectacular, mientras que el
corpi�o estilo media taza, mostraba unos pechos espectaculares.
Los brazos estaban enfundados en guantes de cuero altos que casi llegaban hasta
las axilas, un portaligas con medias negras y un par de botas con taco aguja,
altas hasta la mitad del muslo y acordonadas le daban una apariencia realmente
intimidante.
Finalmente, completaba el atuendo una pr�tesis de respetables dimensiones, de
color negro que pend�a de su entrepierna sujetada por un cintur�n de tiras que
dejaba al descubierto tanto su vagina como su cola. Roc�o reconoci�
inmediatamente los productos Miss Val�n que B�rbara llevaba puestos y lament�
haberlos dejado en su casa en Rosario.
- Bueno putitas, ahora van a probar un poco de su propio tratamiento.
- Mmmhgmgmh - tan solo pudieron decir Roc�o y Marta producto de la mordaza que
ten�an puesta.
- Ahora voy a contarles lo que pas� cuando Ustedes se fueron: estuve siete horas
sentada en esa silla, enloquecida con los dos vibradores dentro m�o, gozando un
orgasmo detr�s de otro hasta que finalmente lleg� Eugenia y me desat�, por
supuesto, a�n segu�a excitada y cuando qued� libre, casi obligu� a mi amiga a
que me besara hasta alcanzar de nuevo otro orgasmo.
- As�, me decid� a hacerles una visita y excitarlas hasta que me pidan por favor
que me las coja. Est� claro? - Mgmghgmkgkkg - solo pudieron responder nuestras
amigas.
B�rbara procedi� a retirarles la mordaza, al tiempo que las desataba, pero tan
solo las sogas, dej�ndoles puestas un par de esposas en las manos y en las
piernas unas anillas de cuero unidas por una cadena que las obligaba a caminar
con pasos cortos.
Al sentarse en la cama y casi al un�sono nuestra pareja amiga exhal� un gemido,
producto de que se les hubieran enterrado un poquito mas los vibradores que
llevaban puestos.
- Bueno, veo que empezamos a entendernos. Ahora ustedes se van a encargar de las
tareas de la casa mientras yo disfruto un poco.
Y mientras dec�a esto, se dirigi� primero a una y luego a la otra encendiendo
los vibradores que ten�an puestos a su m�xima potencia. Sus ojos mostraron casi
inmediatamente ese brillo particular producto de un grato momento.
- Bueno, ahora no se queden quietas les orden�, vos Marta, ven� conmigo al
living, mientras vos Roc�o te vas a la cocina a lavar los platos.
Ambas obedecieron inmediatamente pues, aunque no lo ten�an previsto tambi�n
estaban disfrutando como locas con la nueva situaci�n. As�, Roc�o se dirigi� a
la cocina, sintiendo como con cada uno de sus pasos se acomodaba el vibrador,
una sensaci�n particular ya comenzaba a recorrer su cuerpo y sent�a la necesidad
de tener algo vivo dentro suyo.
Mientras tanto, en el living B�rbara llevaba a Marta de la mano hasta un sill�n,
all�, se sent� y le orden�: - Ahora empez� a limpiarme las botas con tu lengua.
Marta sinti� entonces por primera vez la humillaci�n en carne propia, tal como
en otro momento la hab�a sentido Roc�o y comprendi� inmediatamente porqu� le
hab�a agradado tanto a ella.
T�midamente al principio y con mas energ�a despu�s que B�rbara le tomara la
cabeza entre sus manos, Marta comenz� a pasar su lengua por todo el largo de las
botas, subiendo y bajando, yendo desde los tacos aguja, los que introduc�a en su
boca como si de un peque�o pene se tratase, hasta la ca�a de las botas, rozando
con su lengua las piernas de B�rbara.
Viendo que esta actividad le daba placer, B�rbara exclam�: - Pero, veo que Roc�o
te ha convertido en una verdadera puta, ven�, demostr�melo y besame un poco.
Marta no se hizo rogar, totalmente compenetrada con su nuevo papel de sierva,
comenz� a pasar su lengua primero por la punta de la pr�tesis y luego trag�ndola
casi por completo, bes�ndola como si de un verdadero pene se tratase.
B�rbara, totalmente excitada ante esta imagen, la tom� de los brazos, la hizo
dar vuelta y sin sacarle el vibrador que ten�a en la cola, la penetr�
violentamente por la vagina. Tal como te puedes imaginar, el placer que sent�a
Marta era indescriptible, tener sus dos agujeros llenos, uno vibrando
agradablemente, mientras que en el otro ten�a un pene de generosas dimensiones
entrando y saliendo.
Roc�o que se encontraba en la cocina, se sinti� atra�da por los gemidos de su
pareja, se acerc� con pasos peque�os y cada vez mas excitada por los efectos del
vibrador dentro de su cola. Hasta que al asomarse al living, la escena que
presenci�, la hizo relamerse los labios. All� estaba su pareja, convertida en
toda una sierva, siendo cogida por una nueva Ama que hab�a ingresado en sus
vidas.
Presa de la excitaci�n, pas� su mano por debajo de la falda y comenz� a
acariciar su cl�toris, pero, no pudo reprimir un gemido de placer al encontrarse
en tal situaci�n. Imaginen la pobre chica, estaba contemplando una escena de
alto voltaje, con un dildo en su cola y adem�s acarici�ndose, por mas que
intent� contemplar en silencio, sus propios gemidos atrajeron la atenci�n de
B�rbara.
Cuando ella la vio, enseguida exclam�: - Ah, no, vos no vas a gozar ahora, esta
noche soy yo quien las va a gozar a las dos mientras ustedes me ruegan que les
permita llegar al orgasmo.
Inmediatamente entonces se retir� de Marta, la oblig� a sentarse en una silla
(momento en que nuestra amiga suspir� nuevamente al acomodarse nuevamente el
vibrador) le coloc� nuevamente la mordaza para que no la perturbara con sus
gemidos y la at� a la misma a fin de que no pudiera siquiera tocarse a si misma.
B�rbara se dirigi� a Roc�o y tom�ndola por su ropa, la oblig� a recostarse sobre
el respaldo del sill�n, qued� as� con la cola hacia arriba y por supuesto, como
se imaginar�n, casi inmediatamente retir� el vibrador de su cola para acto
seguido penetrarla con su dildo.
Estaba as� movi�ndose r�tmicamente cuando son� el timbre. Sin saber quien era,
inmediatamente amordaz� y at� a Roc�o a fin de que no pudiera emitir sonido y
cerr� la puerta que separaba el living de la recepci�n del departamento y abri�
la puerta para ver quien era.
Tengo que aclararte que se trataba de Raquel que tambi�n aprovechando que
terminaron temprano, hab�a decidido hacer una visita a sus amigas a fin de pasar
un buen rato? - Buenas tardes, dijo Raquel, enfundada en su hermoso traje de
vendedora de Miss Val�n.
Comprendiendo inmediatamente que algo hab�a pasado, Raquel adopt� el ritual de
vendedora y dijo a B�rbara.
- Soy representante de la l�nea de productos Miss Val�n y deseaba hacerle una
demostraci�n.
B�rbara, interrumpida en medio de una venganza que estaba saliendo mejor de lo
que hab�a imaginado, no estaba de muy buen humor y r�pidamente le dice: - Si, ya
conozco sus productos, justamente como puede ver estaba en este momento
us�ndolos.
- A pero se�ora, precisamente por lo que veo es que puedo se�alarle que usted
tiene la l�nea vieja y yo en este momento estoy presentando el lanzamiento de
los productos para el a�o pr�ximo. Realmente no puede dejar de disfrutarlos.
Y mientras dec�a esto, dejaba su bolso en el suelo, lo abr�a y comenz� a sacar
una serie de productos.
- Vea por ejemplo, este arn�s, es sencillamente espectacular, puede comprobar
...
Aprovechando la distracci�n de B�rbara por los productos que le estaba
mostrando, Raquel tom� una de las manos enguantadas de esta y casi sin que
pudiera reaccionar, coloc� un par de esposas en sus brazos. Una vez que la tuvo
inmovilizada, la empuj� contra la puerta y la interrog�.
- Decime donde est�n Roc�o y Marta, r�pido antes de que me enoje.- Aunque en
realidad, m�s que enojada estaba excitada; B�rbara ya pod�a sentir una ligera
presi�n contra su cadera que sal�a debajo de la ropa de Raquel.
- En el living, atadas y amordazadas.
- Atadas y amordazadas, que interesante, eso tengo que verlo.
Gui� as� a B�rbara tom�ndola por los brazos hasta el living, y si ya hab�a
comenzado a excitarse, ahora lo estaba a�n mas, contemplando a sus dos amigas,
atadas, amordazadas y completamente inm�viles, ataviadas como dos mucamas
francesas. Fue lo �nico que necesit� para terminar de excitarse y comenz� a
sentir una ligera presi�n contra su bombacha, imaginando la noche que pasar�an.
Empuj� entonces a B�rbara sobre uno de los sillones y procedi� a sacarles la
mordaza a Roc�o y Marta mientras dec�a: - La verdad no se si desatarlas, me
parece que est�n tan bonitas que mejor voy a esperar un momento.
As�, se aproxim� primero a Marta y subiendo la pollera dej� libre su cl�toris
bastante inflamado, Marta casi se abalanz� sobre �l y comenz� a besarlo con
placer.
- Tranquila chiquita, as� no me vas a dejar que dure toda la noche. Esper� un
ratito que voy a atender tambi�n a Roc�o.
Mientras dec�a esto se acerc� a nuestra amiga, quien ya se estaba relamiendo los
labios. Nuevamente tom� su cl�toris y se lo ofreci�, Roc�o entonces lo tom�
entre sus labios mientras Raquel se mov�a r�tmicamente como si estuviera
cogiendo la boca de su amiga.
Luego de un momento, procedi� a desatarla y entonces, notando que el cl�toris de
su amiga estaba tan inflamado como el suyo, se agach� y mientras acariciaba la
cola de Roc�o y mov�a el vibrador dentro de ella, procedi� a darle el mismo
tratamiento que antes hab�a recibido ella.
Mientras, tanto B�rbara como Marta estaban literalmente desesperadas.
Viendo esto Raquel retir� su boca del pene de su amiga y le dijo:
- Pero, mir� Marta la pobrecita como est�, no te parece que deber�amos atenderla
un poquito?
- Ten�s raz�n, pero que hacemos con ella? (se�alando a B�rbara) - Dejemos que
entre un poquito en calor y luego le mostramos la nueva l�nea de productos.
Diciendo esto, se acercaron a B�rbara y tomando el bolso de Raquel, sacaron dos
peque�os art�culos con forma de huevo, presionando un interruptor, estos
comenzaron a vibrar intensamente y entonces tomando Raquel uno y Roc�o el otro,
los introdujeron respectivamente en el ano y la vagina de la d�mina que ahora
hab�a pasado a esclava. Por supuesto, y adem�s conociendo la naturaleza del
producto, se encargaron de enterrarlo profundamente para incrementar su efecto.
Una vez que se encargaron de B�rbara, se acercaron nuevamente hacia Marta y al
desatarla, esta se liber� r�pidamente y mientras que tomaba cada uno de sus
penes en su mano masturbando a nuestras amigas les dice.
- Son dos brujas, ustedes divirti�ndose como locas mientras casi me matan
haci�ndome desear. Ahora van a ver el tratamiento que les voy a dar yo.
- Adelante, estamos a tu disposici�n. Le dice Roc�o mientras conten�a los
gemidos de placer.
Marta, viciosa se introdujo entonces sucesivamente el miembro de una y otra
dentro de su boca. Mientras masturbaba a una, beb�a el cl�toris de la otra,
alternando cuando percib�a que una de ellas estaba por tener su orgasmo.
Finalmente, cuando vio que casi no pod�an contenerse mas, continu� sin parar
hasta que ambas llegaron al climax casi al un�sono.
Ya relajadas y estando las tres abrazadas Marta pregunt�:
- Y ahora que hacemos con ella?
- Ya vas a ver querida, le respondi� Raquel mientras Roc�o le comentaba, - No
sab�s que acaba de salir la nueva l�nea de productos, B�rbara ser� la primera en
probarla.