La esquina superior del p�ster de la rave party a la que un
amigo de mi hermana nos hab�a llevado hac�a algunas semanas se despeg� de la
pared, qued�ndose colgado como si estuviera bajando la cabeza. Por tercera vez
me acerqu� subi�ndome en la cama pisando con mis pies descalzos la almohada y lo
intent� pegar de nuevo. El calor agobiante que desde hac�a tres d�as se hab�a
adue�ado de la ciudad me estaba volviendo loco y de paso, despegando todas las
fotos de mi hermana y Sonia que ten�a pegadas cerca de la cama. Tras luchar con
el p�ster durante cinco minutos lo di por imposible, maldije por lo bajo y me
sent� encima de un coj�n rojo con forma de coraz�n que Sonia me hab�a regalado.
Suspir� quit�ndome el sudor que ca�a de mi pelo negro, largo
y rizado. Me mir� las u�as de los pies pintadas de rojo y despu�s las de mis
manos en un gesto ya muy com�n en m�. Hab�a conseguido que me crecieran mucho, y
a base de limarlas las tenia perfectas, algo de mucho m�rito porque desde muy
peque�o las hab�a devorado. La u�as me las hab�a pintado de blanco solo en las
partes que sobresal�an de mis dedos, tal y como hab�a visto que las tenia
aquella mujer de la casa de intercambios el primer d�a que fui con Sonia. Me
parec�an muy excitantes y adem�s alargaba mis dedos un tanto peque�os. Suspir�
de nuevo y me encend� un cigarrillo dejando que el humo se adentrara hasta el
fondo de mis pulmones.
No hab�a d�a que pensara que hacer con mi vida. Estaba claro
que yo ya era una mujer y mi hermana Bel�n y Sonia tambi�n lo daban por hecho,
pero todav�a ten�a que pensar como hacer que mi vida con mi hermana y Sonia
fuera tan libre como yo quer�a. Tal como hab�a hecho Tania con la suya. Tania
viv�a con Juli�n, su novio, y este le hab�a pagado las operaciones dej�ndola
como una diosa. Despu�s se hab�an ido juntos a un piso de las afueras. A veces
pensaba que deber�a hacer lo mismo que ella, encontrar a alguien que me quisiera
y me apoyara a cambiar de verdad mi aspecto... pero todav�a me daba bastante
miedo que la familia lo supiera.
Mi hermana entr� en la habitaci�n quej�ndose del calor que
hac�a. Solo llevaba unas braguitas blancas y las u�as de los pies pintadas de
negro. Se tumb� en la cama y me quit� el cigarrillo para darle una calada. Aun
sin arreglarse mi hermana era como una diosa para m�, era exactamente como yo me
esforzaba en ser, o como ella se esforzaba en moldearme... Ella expuls� el humo
lentamente y me sonri� poniendo sus manos sobre las m�as.
- Joder, las u�as te han quedado ideales� �no te dije yo que
me hicieras caso y te las dejaras largas?.
Se tumbo mostr�ndome todo su pecho desnudo, con los pechos
dur�simos por el calor que hac�a. Expuls� el aire tirando la ceniza en la
papelera. Cogi� otra de las fotos que se hab�an despegado y la mir�. Era una
foto de Sonia, Yo y ella en los primeros d�as de mi transformaci�n. Sonri�.
- Todav�a me sorprendo de que seas mi hermano� es que cada
d�a estas mas buena, cabrona. �Bueno, y que te apetece hacer hoy?
Me pregunt� pegando la foto de nuevo en la pared.
Todav�a ten�amos una semana entera por delante de vacaciones,
una semana entera sin nadie en casa y lo m�s importante: todav�a me quedaba una
semana entera para poder ser una mujer en mi propia casa sin tener que
esconderme.
Me levant� poniendo las manos en mis rodillas. Mis piernas
estaban reci�n depiladas y las braguitas blancas el�sticas me daban calor, casi
tanto como el sujetador relleno que ten�a puesto incluso de noche. Como siempre
mi hermana se hab�a quedado con el cigarro, as� que me encend� otro y fui hasta
la ventana abierta de par en par moviendo la cabeza para que el pelo me cayera
por los hombros. Mir� como el sol comenzaba a esconderse detr�s de los edificios
de enfrente.
- Pues no tengo ni idea... nos hemos visto todo lo que ponen
en el cine... no hay fiestas esta semana... joder...
Dije sin mucho entusiasmo metiendo mi cd favorito de m�sica
techno en la cadena y subiendo el volumen lo suficiente para que sonara por toda
la casa. El verano era as�, igual una semana te mor�as de fiesta en fiesta y
otras donde la ciudad parec�a vac�a. Son� el telefonillo. Mi hermana y yo nos
miramos y tambi�n, como casi siempre, tuve que ir yo a abrir.
- Es Sonia, que sube...
Sonia y yo no le hab�amos contado a mi hermana lo que nos
tra�amos entre manos. Desde que fuimos a la casa de intercambios unas semanas
antes Sonia y yo nos hab�amos... como decirlo, liado juntos. Ella estaba
excitad�sima por liarse con una chica, y cuando el remordimiento de sentirse
lesbiana la pon�a neur�tica, yo la recordaba que la chica con la que estaba
liada no era una "chica de verdad", entonces asent�a y se lo volv�a a pensar.
Para mi era como conseguir el sue�o que ten�a cuando todav�a Bel�n no me hab�a
transformado en su mu�equita particular, y era el de liarme con alguna amiga de
mi hermana. Por supuesto, el cuerpo de un hombre penetr�ndome era lo que ahora
mas disfrutaba, pero el cuerpo de Sonia era tan suave y aerodin�mico que me
hipnotizaba. Adem�s ella era insaciable cuando est�bamos solas y me encantaba
ver su cara hinchada de placer.
- �ltimamente est�is siempre juntitas las dos... joder, me
voy a poner celosa...
Mi hermana apag� el cigarrillo en el cenicero rojo y se sent�
en la cama tirando a la mesa otra maldita foto que se hab�a despegado. Sonia
entr� haciendo ruido con sus tacones. El calor la pon�a escandalosamente
excitante aquella tarde. Ten�a su pelo rubio agarrado en una cola, un mini top
morado abierto por detr�s estirando sus pechos, su piercing en el ombligo, un
pantal�n blanco que se ajustaba a su piel como si fuera de l�tex y unas botas
negras de tac�n ancho que se perd�an cerca de las rodillas.
- Joder, Sonia, t�a, �no tienes calor con esas botas?
Sonia me mir� sonriendo. Dej� su bolsito blanco adidas en la
silla y se sent� en la otra.
- Pues si, pero as� ya estoy vestida para salir, �no?... �Qu�
hacemos hoy?
La misma pregunta de todo el verano. Mi hermana subi� los
brazos y sali� de la habitaci�n.
- Yo de momento me voy a pegar una ducha que te cagas y
despu�s decidimos... podemos llamar a Fer y que nos suba a la sierra... seguro
que hay mas marcha que aqu�...
Era un plan, me dije. En cuanto mi hermana sali� por la
puerta Sonia se peg� contra m�. Me toc� el culo y me meti� la lengua hasta la
campanilla. Cerr� los ojos y disfrute del sabor de su saliva. Su perfume era una
bocanada de aire fresco y el otro piercing de su lengua jug� dentro de mi boca
hasta que ella dio un paso atr�s.
- Joder, este calorro me pone s�per excitada, t�a...
Yo la toqu� el culo con mis u�as largas sintiendo el tacto de
pantal�n el�stico.
- Sonia, vamos a dec�rselo a mi hermana...
Ella me mir�. Siempre habl�bamos de lo mismo. Ella meti� sus
manos finas entre mi pelo y juntamos m�s nuestros cuerpos. Mi polla comenzaba a
rebelarse, as� que la saqu� de las braguitas. Con cuidado, Sonia baj� sus manos
por mi espalda desnuda y se agach�. Yo cerr� los ojos y dej� caer mi cabeza con
mi pelo negro colgando. Notaba que Sonia agarraba mi polla con sus labios.
Comenz� a hacerme una mamada sin toc�rmela m�s que con sus labios cremosos. Tras
unos minutos sent� que me corr�a. Que Sonia me hiciera una mamada me pon�a casi
tanto como que alguien usara mi culo. Al principio le avisaba que me iba a
correr, pero ella siempre abr�a m�s la boca. Creo que desde que aquel hombre la
lleno la boca con su leche, Sonia le hab�a cogido vicio a eso de tragarse el
semen.
Descargu� todo r�pido y fuerte, y escuche como las peque�as
pompas de aire que se creaban entre sus labios explotaban haciendo sonidos
opacos. Abr� los ojos. Sonia se relam�a con su lengua rojiza. Me mir� desde
abajo con sus ojos pintados de azul claro.
- Es el calor, Yola... t�a, llevaba pensando en esto desde
esta ma�ana, te lo juro�
La bese saboreando mi propio semen y despu�s me sent� en la
cama muerta de calor. Ella cogi� dos cigarrillos y me pas� uno mientras buscaba
un mechero por la mesa. Yo estaba todav�a a mil, y quer�a que ella no se quedara
como estaba. Al acercarme a coger el cigarrillo le puse la mano en el co�o. Sin
decir nada ella cerr� tambi�n los ojos. Comenc� a besarle las botas desde abajo
hasta donde su pantal�n comenzaba. Despu�s le sub� con cuidado el top y mi
lengua le dio un masaje en las puntas de sus pezones, gorditos y muy rojos. Mi
mano se introdujo en su co�o y mi dedo busc� su cl�toris muy despacio, como mi
hermana me explic� aquellos primeros d�as que nos gustaba a las mujeres. La baj�
el pantal�n hasta los tobillos y le chupe el l�bulo de su oreja con sus
pendientes de anillo.
Sonia comenz� a moverse inquieta en la silla, ofreci�ndome su
vulva y con sus manos apretando sus pechos. Mi polla volv�a a ponerse como una
piedra por culpa del calor que todo lo trastocaba, y aprovechando mi segunda
erecci�n cog� a Sonia entre mis brazos dejando que su peso introdujera mi polla
hasta el fondo de su co�o. Ella solt� un gritito muy agudo. Nos tumbamos en la
cama y all� comenz� el baile una y otra vez. Ella me agarr� de las braguitas
haciendo mas fuerza. No era suficiente.
Le dije al o�do que si quer�a darse la vuelta para disfrutar
por detr�s como lo hac�a yo. Se lo dije muy suave y en voz baja para que no
tuviera miedo. Ella se dio la vuelta y me ofreci� todo su culo. Otra cosa que
supuse hab�a aprendido tras la visita a la casa de intercambios era que su culo
era una fuente de placer inimaginable, como les pasaba a todos cuando probaban.
Hecho una vez y se convierte en un vicio para siempre. Busqu� por la mesa el
bote de vaselina que usaba por las noches y le unt� un poco en el centro de su
agujerito. Tuve que apartar su dedo �ndice que ya se lo introduc�a ella misma.
- Espera, viciosa...
La dije quitando con fuerza su mano.
Mi pene entr� despacio pero no hasta el fondo, porque ella
todav�a no pod�a albergar una polla entera. Grit� bajo pero de forma salvaje. La
cog� de los hombros y la met� un poco m�s fuerte. Cada vez m�s fuerte y cada vez
m�s parec�a disfrutar ella. Me chupe la mano derecha y le introduje mi dedo por
su co�o a la vez. Mis u�as la ara�aban de forma suave y ella comenz� a tener
espasmos. Tuve que agarrarla fuerte para que no desmontara la cama. Despu�s o�
un grito alargado y muy d�bil y su cuerpo se abraz� a la almohada.
Suspir�. Sonia y el calor me iban a matar de gusto. Me
acerqu� a su cara y sonriendo la susurr�.
- �Estas bien, t�a?
Ella movi� la cabeza soltando un d�bil
- Siiii
Tras cinco minutos mirando por la ventana, Sonia se levant�
con los ojos medio entornados. Su cara segu�a hinchada de placer. Se subi� los
pantalones y se coloc� el top morado por encima de sus pechos como dos globos a
punto de explotar. A�n con el sujetador apretado que llevaba sus pezones se
mostraban como si estuvieran desnudos. En ese momento entr� mi hermana moviendo
su pelo con la mano. Ya estaba vestida con una minifalda negra, unas botas
blancas y una camisa azul�n fuerte con unos rayos amarillos en la zona de arriba
de la espalda. Aquella camisa era m�a, pero como siempre, ella pod�a coger lo
que quisiera de mi ropa. Estaba espectacular, y el calor la hac�a m�s
exuberante. Nos mir� extra�ada.
- �Y este silencio?
- �C�mo?
Pregunt� Sonia expulsando el humo de otro cigarrillo tras
otro momento de placer buscando el m�vil por su bolso peque�o.
Mi hermana se puso una cinta negra en el pelo que le estiraba
la frente y mientras se pintaba los labios de un negro espeso nos mir� por el
espejo.
- No es que me joda que no me lo dig�is, pero si quer�is
follar sin que me entere pod�ais por lo menos disimularlo un poco m�s, �no?
Yo mir� a Sonia y me puse rojo. Mi hermana siempre, y cuando
digo siempre es siempre, sab�a lo que pasaba en casa. Me pas� cuando todav�a le
robaba su ropa para pon�rmela escondido en el ba�o y ahora que ya no me ten�a
que esconder, tambi�n. Cuanto m�s lo pensaba m�s me preguntaba si ella siempre
hab�a sabido lo que yo necesitaba.
- Ehh...
Comenc� a decir.
- Bel�n... es... es que...
Mi hermana se dio la vuelta dejando el l�piz de ojos en mi
mesa, al lado del bote de vaselina. Lo cogi� y cerr� el tap�n. Mir� a Sonia.
- No sab�a que disfrutaras tambi�n de tu culito, t�a� en fin,
no pasa nada, despu�s de que mi hermanito se haya convertido en toda una putita,
que tu seas lesbiana es� bueno, ya no me sorprende nada.
Lo dijo con tono serio pero a la vez como si de verdad no le
importara nada.
- Yo no soy lesbiana.
Dijo Sonia levant�ndose.
- A mi como si te excitan los limones... haz lo que
quieras...
Cogi� un paquete de Malboro Light de la mesa y despu�s lo
lanz� a la papelera arrug�ndolo.
- Joder, voy a comprar tabaco abajo que os lo hab�is fumado
entero, e ir pensando a quien llamamos para que nos suba a la sierra, estoy
harta de estar aqu� encerrada...
Sali� por la puerta con cara seria. El sonido de sus botas
fue desapareciendo en nuestro silencio.
- �Desde cuando lo sabe?
Me pregunt� Sonia en cuanto o�mos la puerta cerrarse.
- Y yo que se... mi hermana es as�... �se habr� enfadado?
Sonia movi� los hombros apagando el cigarrillo.
- Ni idea,
Me dijo coloc�ndose las tetas m�s apretadas que nunca.
- Pero necesito mucha marcha esta noche... �y t�?, este calor
me tiene s�per rara.
A�adi� apretando los labios, poniendo cara de mala.
- Yo tambi�n, t�a, V�monos a la sierra y que mi hermana se
ligue a alguien... creo que necesita que alguien le eche un buen polvo.
�Llamamos a Fer?
Cuando mi hermana subi� de la calle, Sonia y yo la est�bamos
esperando en la puerta. Yo me hab�a puesto una falda blanca que Sonia me hab�a
dejado con una abertura lateral hasta casi la cadera, y mis nuevas sandalias
negras de tac�n alto me hac�an una figurita muy sensual. Arriba me hab�a puesto
una camisa negra abierta y atada en los �ltimos botones por encima de mi ombligo
con un collar dorado muy peque�o alrededor de mi cuello. Estaba muy maquillada y
ten�a brillo los labios. Me puse las gafas alargadas de sol de peineta para que
mi pelo se mantuviera hac�a atr�s y agarr� mi bolso negro que se ajustaba debajo
de mi brazo por encima del nivel de mis pechos. Como sol�a decir antes, estaba
pechugona.
- Hemos llamado a Fer, dice que en veinte minutos le
esperemos en la salida del metro.
Mi hermana nos sonri� desde la puerta del ascensor.
- Oye� siento haberme puesto tan borde antes� joder, es que
hace mogoll�n que no� que no me echan un polvo, vaya, y veros a las dos tan
excitadas me ha cabreado un huevo.
Mi hermana se me acerc� y me beso en la mejilla.
- Eres una guarra, has convertido a mi mejor amiga en una
lesbiana... y seguro que has sido t� quien le ha ense�ado a disfrutar de su
culito�
Me susurr� sonriendo.
Yo la gui�e un ojo y la cog� de la mano mientras entr�bamos
en el ascensor camino de la salida del metro. Las tres est�bamos a puntito de
pasar una de las mejores noches de nuestra vida, y por primera vez, las tres
disfrutar�amos de lo mismo como buenas amigas que �ramos.
Bueno, en respuesta a la gente que me sigue animando para
continuar la historia despu�s de tanto tiempo, aqu� est� otra parte m�s de las
aventuras de Yola, su Hermana Bel�n y Sonia. Si quieren hacerme cualquier
comentario sobre lo que sea, no dejen de escribirme al mismo mail de siempre.