Relato: La carta HOLA AMOR:
Hoy tengo algo por contarte.
S� que para ti soy la ni�a que siempre haz querido tener en
tu vida, la ni�a pura a la cual quieres guiar y ense�ar como es la vida, como
son los hombres. Tambi�n s�, que a tu mente nunca se le ha ocurrido pensar algo
indebido de m�; sin embargo, hoy quiero ser sincera contigo y contarte los
sucesos que no sabes de mi vida, aunque me conozcas desde los 10 a�os.
Puedo comenzar por recordarte mi apariencia desde que comenc�
a convertirme en mujer, siempre parec�a tener m�s edad de la real. A los 11 a�os
tuve mi monarqu�a, y mi estatura era la de una ni�a de 13. Desde aquel entonces,
sent� en mi cuerpo cosas diferentes, sobre todo al ver al hombre que me llamara
la atenci�n en el momento. Es dif�cil de explicar a un hombre, la sensaci�n que
se tiene en la parte baja al concentrarse mirando las curvas masculinas, sus
movimientos, su espalda cuando sudan al jugar, la mirada buscando mis ojos, y
que en las noches todos esos recuerdos te acompa�en en la cama.
A los 15 a�os, con algo m�s de amistades y en plena
adolescencia, encontr� a alguien que me hizo sentir much�simas cosas. En mi
colegio, la mitad de mis compa�eras ya nos compart�an como hab�a sido su primera
vez, y entre la curiosidad y el amor, que eso creo haber sentido por �l, me deje
llevar y sucedi�.
Aquel d�a, sal� temprano del colegio ya que est�bamos en
ex�menes finales, yo ten�a mi uniforme de educaci�n f�sica (sudadera, camiseta y
tenis). Fui a encontrarme con �l en su casa, a escondidas de mi mam� ya que a
ella no le gustaba que yo fuera all�. Siempre he pensado que una mujer sabe a
principio del d�a que algo as� va a suceder, porque ese d�a yo dediqu� gran
parte de la ma�ana a mi arreglo personal: las piernas depiladas, un buen aseo, y
el ciudado vaginal (a pesar de mi inexperiencia me gustaba tenerlo en cuenta).
Estuvimos en su cuarto escuchando m�sica y viendo dibujos hechos por el mismo,
pero el miedo de acerc�rmele era mucho, y cuando nos dispon�amos a salir me dio
un beso, y despu�s otro, y otro, hasta que me vi acostada en su cama, con el
encima de m�. Me pregunt� si estaba segura de hacerlo, yo le respond� que m�s
segura de algo no hab�a estado nunca. Esas caricias tan desconocidas para m�, me
gustaron m�s que cualquier otra cosa en el mundo, recordaba cuantas veces hab�a
admirado el cuerpo masculino en secreto, y por fin ten�a uno al frente al cual
pod�a hacer todo lo que deseara.
Me despoj� de mi ropa con mucha suavidad, al mismo tiempo que
con besos y caricias le ayude a desvestirse. Sus caricias y sus palabras lindas
me hicieron sentir deseada y feliz, tuve m�s motivos para desinhibirme, lo bes�
intensamente con los ojos cerrados, sintiendo su miembro erguido entre mis
piernas y cerca de mi vagina. Lo tom�, mir�ndolo a los ojos, y lo acarici�
lentamente, tan fr�gil, tan humano, nunca hab�a visto un pene tan de cerca, y
ahora lo ten�a en mi mano, mientras con la otra acaricie su cara, y sus ojos que
se cerraban y me miraban con mucha pasi�n. Acaricie su cabello, y el besaba mis
senos, en ese momento descubr� que lo que me enloquece realmente son los besos
en los senos.
Sus chupadas eran tan agresivas cada vez m�s, y yo me sent�a
m�s excitada, adem�s por sus dedos tanteando mi entrada vaginal, estimulando mi
cl�toris para que se hiciera m�s f�cil la penetraci�n. Cuando estuvimos listos,
puso la cabeza de su miembro en la entrada de mi vagina, y empuj� poco a poco,
mientras yo jadeaba y lo miraba dici�ndole que no parara, que siguiera, el dolor
era intenso pero me encantaba, no quer�a que terminara. Abr� m�s mis piernas
d�ndole mejor posibilidad para entrar, y cuando por fin lo logramos, comenz� la
verdadera lucha, el placer de sentir su sudor cayendo en cara, en mi frente, su
lengua y su saliva en mi cuello, mientras me penetraba hasta las entra�as, lo
sent�a como una pu�alada dentro de mi carne, pero yo cerraba mis ojos deseando
hacer ese dolor m�s intenso, tom� las barandas de la cama, y comenc� tambi�n a
ayudar el movimiento. En ese momento de plenitud, sent� que mi abdomen se
contrajo en un suspiro del cual pens� que no reaccionar�a nunca. Fue mi primer
orgasmo, lo abrac� fuertemente hacia m�, clavando mis u�as en su espalda, y le
susurr� un te amo al o�do. Inmediatamente, me lanz� una mirada con sus ojos
negros brillantes, sonri� y me bes� profundamente, creo que en ese momento
adem�s de mis labios, bes� mi coraz�n, y me dijo y yo te amo m�s a ti. Despu�s
arque� su espalda, y suspir� fuertemente, era el momento de descansar. En esas
estuvimos 4 horas de una tarde, inolvidables para m�. Alberto, fue mi primer
amor, mi primera vez y mi primera desilusi�n. El resto de mi historia con �l si
la sabes, terminamos porque decidi� ser bisexual.
Esta historia es la m�s tierna que puedo contarte acerca de
mi evoluci�n como mujer. La verdad, creo que hoy en d�a me he convertido en una
promiscua, disfruto el sexo, aunque no me considere una ninfoman�a. No soy una
santa, pero caigo f�cil, hoy en d�a mi mayor debilidad es la carne. En las
�ltimas noches, mientras he sido tu novia, as� t� no pienses en mi de esta
forma, yo te imagino desnudo en mi cama, haci�ndome ver las estrellas en la
magia de un 69.
Te he detallado cada curva, cada expresi�n y cada movimiento,
y a pesar de tu cara inocente y amorosa he adivinado un muy buen amante. Con el
tiempo seguir� compartiendo contigo otras cuantas de mis aventuras. Me imagino
tu cara de sorpresa, pero tom� la decisi�n de dec�rtelo porque no permitir� que
pase una semana m�s sin que me des el regalo que tanto ans�o: Tu sexo en el m�o.
No te sorprendas, debiste sospecharlo desde el principio,
como siempre te he dicho: Tu no sabes quien soy en realidad....
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Relato: La carta
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