Al d�a siguiente fuimos a la piscina. Laura se puso uno de
esos bikinis que le quedan tan bien y que me gusta tanto que se ponga. Yo
llevaba una bermuda normal y corriente. Mientras nos cambi�bamos intent�
enganchar a Sergio desnudo. Ya lo hab�a visto antes, pero ahora verlo ten�a otro
sentido. Por desgracia lo �nico que vi fue c�mo se pon�a unos pantalones cortos.
Mientras camin�bamos hacia la piscina los monitores nos
separamos para tener controlada toda la fila de cr�os. Yo me puse el �ltimo. Al
principio Laura iba conmigo, pero se fue a hablar con una monitora. Anduve un
rato solo, hasta que vi que Sergio me esperaba apoyado en un �rbol. Al verle me
puse nervioso. Cuando llegu� a su altura Sergio comenz� a caminar.
No nos dijimos nada. Simplemente and�bamos. De reojo pude ver
que, efectivamente, llevaba pantalones cortos. No llevaba ba�ador. Le pregunt�
por qu�. Sin decir nada se desabroch� el bot�n del pantal�n, se baj� la bragueta
y me ense�� el ba�ador slip que llevaba. Me dijo que �l siempre llevaba
bermudas, pero que cuando hizo la bolsa para venirse no encontraba ninguna y le
toc� coger un slip. Estaba ansioso por llegar a la piscina y verle con ese
ba�ador.
Delante nuestro iban los tres chavales. Not� que de vez en
cuando nos miraban y se re�an.
�Los viste ayer por la tarde?.- dijo Sergio.
�Qu�?.- pregunt� yo, extra�ado.
Ayer por la tarde, en el r�o. No se fueron. Se quedaron
vi�ndonos.
�Ah s�?.- me hice el sueco. Si le dec�a que los hab�a
visto lo mismo me echaba la bronca.
S�. Los vi cuando me iba. Me los encontr� yendo hacia la
casa y al verme se rieron y se fueron corriendo.
Joder.- dije yo. Menos mal que no le dije que los hab�a
visto cuando est�bamos en plena faena.
Eso digo yo, Joder. No creo que digan nada, pero me da
mal rollo.
A m� m�s.
Llegamos a la piscina y a los cr�os les falt� tiempo para
tirarse al agua. Yo me qued� en la hierba, hablando con Laura sin quitar el ojo
de la piscina. Vi a Sergio jugando con algunos cr�os en el agua. Estaba
buen�simo. No lo voy a negar, me gustaba mucho. Ten�a un buen cuerpo, marcaba
abdominales, ten�a unas piernas bonitas, el ba�ador que llevaba era perfecto,
marcaba culo y paquete (mucho paquete). Adem�s era muy guapo. Hasta ese momento
no me hab�a fijado, pero era muy guapo. Ni siquiera cuando lo ten�a comi�ndome
la polla. Entonces not� algo raro. Sergio estaba jugando con los tres cr�os
pajilleros. Los cuatro se re�an mucho. Sergio se dedicaba a cogerlos y lanzarlos
lejos en el agua. Pero me fij� que, al cogerlos, met�a la mano en el ba�ador de
los cr�os y los sobaba un poco. Y mientras tiraba a un cr�o ten�a a otro
esperando debajo, toc�ndole el slip. No pod�a creer lo que estaba pasando. Pens�
que Sergio les echar�a la bronca, pero no que se dedicar�a a aprovecharse de
ellos. Estuve a punto de ir hacia �l y darle un pu�etazo. Laura estaba estirada
tomando el sol y no se dio cuenta. Sergio me mir� y sonri�. Entonces me fij�
bien, no ten�a la mano dentro de ning�n ba�ador ni los chavales le estaban
tocando nada. Me lo hab�a imaginado. Pero lo m�s extra�o era que estaba
excitado. Una parte de m� aborrec�a la idea de que Sergio, o yo, hici�ramos nada
con los cr�os �por Dios!. Pero otra parte... no s�... si no les oblig�bamos a
hacer nada que ellos no quisieran... No, no, no. Nada de eso, eso era una
guarrada. Me tir� a la piscina y trat� de olvidarme de aquellas ideas.
Mientras volv�amos caminando hacia casa no pod�a quitarme de
la cabeza a Sergio y a los cr�os jugando en la piscina.
Antes de cenar hab�a que pasar a los ni�os por la ducha. Para
asegurarnos de que se lavaban bien y no se met�an debajo del chorro y sal�an sin
pasarse la esponja, hab�a un monitor en cada ducha. Eran duchas grandes, hechas
de forma que desde fuera no se viera nada. Como la mayor�a de los cr�os eran muy
vergonzosos y tampoco nos interesaba que se pasearan en pelotas por la casa no
entraba ninguno hasta que no se hubiera duchado el anterior. El ni�o iba con su
toalla, la dejaba en la pared, se duchaba, se secaba y se iba a cambiar. Debido
a mi floreciente instinto de enfermo mental, me las arregl� como pude para no
entrar en las duchas y estar fuera, controlando a los chavales. Sergio s� se
meti� en una ducha.
En la fila vi a los tres pajilleros. El primero era el m�s
mayor. Not� que se iban cambiando de sitio, no sab�a por qu�. Al rato lo
entend�. Quer�an entrar en la ducha de Sergio; as� que tal vez lo que hab�a
visto en la piscina no hab�a sido una imaginaci�n, tal vez de verdad se hab�an
dedicado a tocarse los huevos (literalmente) los unos a los otros. Pero no pod�a
creerme que a Sergio le fueran los ni�os tan peque�os. S�lo ten�a una cosa
clara, el a�o siguiente no ir�a de monitor.
El primer pajillero entr� en la ducha. Pens� en acercarme
bien y ver si hac�a algo con Sergio, pero hab�a mucho foll�n con los chavales
entrando y saliendo de la ducha. Lleg� un momento en que ya hab�an entrado y
salido todos, no quedaba ning�n chaval por ducharse... excepto los otros dos
pajilleros. �Por qu� no entraban en ninguna? Les pregunt� pero no contestaron.
Entonces me acord� del primero de ellos y de Sergio. "Oh Dios" pens�. Uno de los
pajilleros me cogi� del ba�ador cuando iba hacia la ducha de Sergio. Lo mir�, se
ri� y me dijo que me agachara para decirme algo al o�do:
D�chate con nosotros.
Yo mir� al cr�o con cara de incredulidad. Aquello no pod�a
estar pas�ndome a m�. No le dije nada, simplemente le solt� y fui a la ducha de
Sergio. Al entrar los encontr� al monitor y al cr�o desnudos, haci�ndose una
paja el uno al otro.
��Pero qu� haces?!
Nada que �l no quiera hacer.- y Sergio me sonri�.
��Pero eso es una guarrada!!
�Por qu�?
Sergio solt� el rabo del chaval y, con la polla tiesa, se
acerc� a m�. Me puso la mano en el hombro y le dijo al pajillero que ahora
volv�a. Al salir de la ducha vimos a los otros dos chavales desnudos, esperando.
Sergio fue hacia la puerta de las duchas y la cerr�. Luego me llev� hasta una
ducha que estaba vac�a. Me puso contra la pared y abri� el grifo. El agua ca�a
sobre mi camiseta, ajust�ndomela al cuerpo. �l me hablaba, tan cerca de m� que
notaba su rabo acariciando mi ba�ador.
Si no hacemos lo que quieren contar�n lo que hicimos
ayer, y t� no quieres que Laura se entere de que te chup� la polla �verdad?
Dije que no con la cabeza.
Adem�s, hoy en d�a los ni�os est�n muy adelantados a su
edad. Y ya te digo que no estaba haciendo nada que �l no me haya pedido.
Me bes�.
As� que no s� d�nde est� el problema.
�Pero son cr�os! �No saben lo que quieren!
S�, s� saben lo que quieren. Quieren lo mismo que t� y
que yo.
Me apret� el paquete con mucha fuerza y para que no gritara
me dio un beso. Al soltarme le observ� y vi que detr�s suyo se hab�an plantado
los tres chavales, desnudos y empalmados, mene�ndose las pollas. Sergio comenz�
a lamerme el cuello, la camiseta. La levant� un poco y jug� con su lengua en mi
ombligo. Luego comenz� a lamer mi ba�ador. Mi polla ya estaba pidiendo que la
sacara. Desat� el cord�n y me baj� el ba�ador para meterse mi rabo en la boca.
Yo apoy� la cabeza en la pared y lanc� una mirada fugaz a los tres cr�os.
Estaban sonrientes ah� delante, desnudos, paje�ndose, viendo como Sergio me
hac�a una mamada. Cerr� los ojos y me dej� llevar. No pod�a pensar en nada,
Sergio me pon�a demasiado caliente para concentrarme. Ten�a la polla m�s dura
que hab�a tenido nunca, y estaba disfrutando de aquello como nunca. Notaba su
mano jugando con mis cojones y me estaba haciendo una mamada incre�ble. De vez
en cuando se sacaba la boca de la polla y me lam�a la ingle, el tronco...
Entonces not� algo raro. Al mismo tiempo que me lam�a los cojones me estaba
lamiendo el glande.
Abr� los ojos y mir� hacia abajo. Sergio estaba en la pared
de enfrente, apoyado, mir�ndome y se�al�ndome con el rabo. Y ten�a a los tres
cr�os chup�ndome la polla. No pod�a creerlo. Abr�an sus peque�as bocas todo lo
que pod�an para meterse el rabo lo m�s adentro que pod�an. Cuando uno se cansaba
dejaba el rabo libre para que lo chupara otro y �l se dedicaba a lamerme los
huevos o mi ingle o a olerme o a acariciarme. Con ese panorama no tard� mucho en
correrme. Mi semen sali� disparado y call� sobre las caras de los tres ni�os,
que miraban mi rabo, asombrados. Cuando termin� de correrme los observ�. Estaban
sonrientes, y con sus ojos me ped�an m�s.
Ahora te toca a ti.- dijo Sergio, que lo observaba todo
desde el otro lado de la ducha.
Yo no sab�a a qu� se refer�a, pero los cr�os se las apa�aron
para hacer que me agachara. Pens� que quer�an besarme, pero los tres pasaron sus
manos a mi nuca y me empujaron hacia sus peque�os rabos. Cuando cog� la polla de
uno de ellos gimi� con fuerza. Cog� las pollas de los de los lados y acerqu� mis
labios a los labios del que estaba en el centro. Le di un suave beso en los
labios y me agach�, lamiendo su fr�gil cuerpo. Mientras los otros dos cr�os
gem�an de placer, el del medio esperaba con ansia el momento en que me metiera
su peque�a polla en mi boca. Y no le hice esperar m�s. Sin entender lo que
estaba haciendo abr� mis labios e introduje aquel peque�o rabo en mi boca. El
placer que debi� sentir aquel chaval�n debi� ser espectacular, por que se
estremeci� con fuerza y solt� un peque�o grito. Seguramente estaba exagerado,
que a los 14 a�os un t�o mayor te chupe la polla debe ser algo genial (si es lo
que quieres). Y all� estaba yo, ten�a una mini-polla en la boca y dos m�s en las
manos. Tres peque�os chavales se hab�an puesto de acuerdo para meterse en una
ducha conmigo y con el t�o m�s guapo que hab�a visto nunca, el primer t�o (y
�nico) con el que hab�a tenido algo m�s que una paja. Saqu� la polla del chaval
de mi boca y me met� otra. Los tres se juntaron para acercar m�s sus pollas,
ansiosos por que se las chupara. Fui metiendo y sacando las tres pollas de mi
boca, y me fij� que los tres chavalines se lam�an las caras unos a otros,
limpiando mi semen; de vez en cuando se daban besos, primero eran picos, luego
pasaron a meterse las lenguas. Pens� que, seguramente, era la primera vez que
aquellos tres cr�os se acercaban al sexo. Los tres se fundieron en un beso,
acercaron sus pollas e hice lo posible para meterme las tres en la boca. Los
tres estaban circuncidados y sus preciosos capullos ped�an a gritos que me las
comiera. Pens� en Laura y en lo que le dir�a si nos pillaba. Los tres cr�os se
corrieron a la vez. No eyacularon m�s que unas gotitas, pero para ellos debi�
ser como echar chorros y chorros de leche.
Me apart� y me sent� en el suelo. Los tres cr�os se miraban,
euf�ricos por lo que acababa de ocurrir. El agua de la ducha segu�a cayendo
sobre nuestros cuerpos. Los ni�os se giraron y miraron a Sergio. All� estaba �l,
en silencio, empalmado, con los brazos cruzados. Los cuatro le mir�bamos, como
si esper�ramos sus �rdenes. Sergio comenz� a caminar hacia m�. Al pasar junto a
los cr�os me di cuenta de lo peque�os que eran, de lo que les hab�a hecho. Y ah�
estaban, sonrientes, esperando m�s. Sergio lleg� junto a ellos, les pidi� que
les besara el rabo, los ni�os se lo metieron en la boca pero �l les sac� la
polla de la boca y les dijo que jugaran entre ellos, que ahora les tocaba a los
mayores.
Uno de los cr�os cogi� la polla de los otros dos y las empez�
a sobar. Las tres estaban fl�ccidas, y el hecho de no tener vello y de que sus
huevos y su rabo fueran tan peque�os los hac�a tremendamente atractivos. Los
mir� fijamente. Sus cuerpos a�n estaban sin formar, pero ten�an ese aspecto
musculoso de los cr�os de 13 y 14 a�os que, en aquel momento, me pareci� tan
atractivo. Dos de ellos marcaban unos pocos abdominales. Mientras me deleitaba
viendo a los chavalines sobarse las pollas y besarse los unos a los otros,
Sergio se hab�a plantado delante de m�. Me mir� y sin decirme nada, supe lo que
quer�a. Me arrodill� en el suelo y me met� su rabo en la boca. Era bastante m�s
grande que el de los cr�os, y el hecho de que tuviera vello y de que soltara
pre-semen y semen la hac�an much�simo m�s apetitosa. Chupaba aquel rabo como si
mi vida dependiera de ello, succionaba con fuerza el capullo de Sergio y lam�a
con gula todo el l�quido que soltaba. Acerqu� una mano para ayudarme en la
mamada, como Laura me hac�a cuando me la chupaba. Pero Sergio cogi� mi mano y la
llev� hacia su culo. Mientras Sergio me clavaba su enorme rabo en la garganta
con mi mano derecha acariciaba su nalga, firme y robusta. Cuando acercaba la
mano a su ano notaba que Sergio gem�a de placer. Llev� uno de mis dedos hasta su
agujero y lo acarici�. "As�, as�" dec�a �l. Introduje el dedo todo lo que pude
en su agujero y le o�a gemir. "A la mierda" dijo. Sergio se agach�, me cogi� de
los hombres y me empuj� contra la pared. Cogi� mi culo, abri� las nalgas todo lo
que pudo y not� la punta de su rabo justo en mi agujero.
Al mismo tiempo los cr�os hab�an empezado a imitarnos. Uno de
ellos estaba agachado chupandole la polla a otro al mismo tiempo que el tercera
le daba por culo. El peque�o rabo entraba y sal�a por el agujero a gran
velocidad. Sergio ya me hab�a penetrado, y yo sent�a un dolor incre�ble. Sent�a
una enorme masa dura de carne en mis entra�as, me escoc�a el ano, al mismo
tiempo que sent�a un placer infinito. Sergio me besaba en la nuca mientras me
pajeaba con una mano. Lo hac�a con mucha fuerza. En ese momento uno de los cr�os
se meti� por debajo de mis piernas y empez� a lamer mis cojones, yo le acarici�
la nuca mientras empezaba a meter mi rabo en su boca. Otro de los chavales
estaba detr�s de Sergio, le met�a un par de dedos por el ano y se lo lam�a. Por
un momento tuve la sensaci�n de que sab�an muy bien lo que hac�an. El otro cr�o
estaba agachado debajo de Sergio y de m�, lamiendo sus cojones. Yo notaba su
pelo entre mis piernas y me produc�a gran placer. El cr�o que me chupaba la
polla se levant� y me empuj� hacia atr�s. Todos nos desplazamos hacia atr�s. Yo
le mir�, sintiendo a�n el poll�n de Sergio en mis entra�as. El cr�o se puso
contra la pared y se agach�. Quer�a que le penetrara. Le dije que no, que le
har�a da�o. Me dijo que le daba igual, quer�a que se la metiera. Finalmente me
decid� por penetrarlo. Lo hice muy poco a poco, su culo era incapaz de soportar
la presi�n que mi polla hac�a en �l, pero poco a poco el rabo fue entrando...
lentamente, muy lentamente. El ni�o solt� un peque�o grito cuando hab�a
terminado de meterle mi verga. Me dijo que le dol�a, que se la sacara. El
intento de penetraci�n no dio buen resultado, pero el cr�o no se quej�. Se gir�,
sonri� y se meti� mi polla en la boca. Finalmente Sergio se corri� y not� toda
su lefa subir por mis entra�as. Yo me corr� en la boca del cr�o, que casi se
atraganta, escupi� algo de mi semen. Me supo mal que el chaval lo pasara tan
mal, casi le reviento el ano y ahora casi lo ahogo. Sus dos amigos no tardaron
en correrse, pero bueno, tampoco soltaron mucho. Yo me agach�, bes� al cr�o que
me la hab�a chupado y le hice una mamada. Mientras yo se la chupaba al chaval�n
que estaba loco de alegr�a, los dem�s se daban una ducha, todos juntos. Sergio
ten�a a los dos cr�os abrazados a sus piernas, los acariciaba con suavidad.
Cuando not� las sabrosas gotas de semen del cr�o caer en mi lengua me levant� y
fui hacia Sergio. Le abrac�; �l se gir� y me dio un profundo beso. Luego nos
agachamos y abrazamos a los tres cr�os. Les dimos un ba�o, pasando nuestras
manos embadurnadas de jab�n por todos los rincones de sus cuerpos. No pudimos
evitar volver a excitarnos, pero esta vez nos sentamos todos y nos hicimos unas
pajas.
Al terminar aquella especie de org�a y salir de las duchas
tuvimos la suerte de que nadie se hab�a dado cuenta de que no est�bamos. La
mayor�a de los cr�os jugaban en el jard�n, con algunos monitores. Otros cr�os
estaban por la casa, haciendo cosas y los dem�s monitores estaban muy atareados.
Los cinco juntos fuimos hasta las habitaciones, sin que nadie nos viera y nos
secamos juntos. Vestimos a los cr�os y Sergio y yo fuimos a cambiarnos. Mientras
nos vest�amos coment�bamos lo que nos hab�a ocurrido. Decidimos no decir nada de
todo aquello. Sab�amos que los cr�os no lo iban a hacer.
Quedaban tres d�as de colonias.
Por las ma�anas, antes del juego matinal, Sergio y yo nos
escaque�bamos para hacernos unas mamadas. Por la tarde, despu�s de jugar, nos
�bamos al r�o a ba�arnos, acompa�ados de nuestros j�venes amigos, para repetir
la org�a de las duchas. Y por la noche, cuando todos dorm�an Laura y yo nos
�bamos al bosque a follar.
Lo malo de esta historia, es que todo termina. Cuando
terminaron las colonias y volvimos a la ciudad. Con Laura la relaci�n iba de
maravilla. Jam�s le he explicado nada de lo que pas�, y por alguna raz�n ella
tampoco ten�a ganas de ir de monitora al a�o siguiente. Desde aquellas colonias
a Sergio lo he visto un par de veces. Una tarde estuvimos hablando en un bar,
pero en ning�n momento surgi� el tema. Yo me mor�a de ganas de propon�rselo, de
pedirle por favor que volvi�ramos a follar como aquel d�a. Pero no lo hicimos. A
d�a de hoy a�n no s� si �l era gay, o si, simplemente, como yo, prob� cosas
nuevas.
A los tres chavales me los encontr� durante la fiesta mayor,
en una ginkana que organizamos. Al verme los tres se quedaron quietos, me
sonrieron y siguieron jugando. Yo los record� a los tres desnudos, chup�ndome la
polla.
Nunca m�s me he vuelto a liar con un t�o, aunque la verdad es
que de vez en cuando me pajeo pensando en alguno, me muero por volver a saborear
una polla. De vez en cuando me pongo los pantalones que le quit� a Sergio
durante las colonias (los que llevaba cuando me la chup� en el r�o) y me
masturbo record�ndolo. No s� por qu�, pero cuando Laura me hace una paja bajo
esos pantalones disfruto mucho m�s.
Ahora que he escrito este relato s� que jam�s olvidar� lo que
ocurri� en aquella casa. La de pajas que me har� reley�ndolo y record�ndolo...
tal vez tantas como me he hecho escribi�ndolo.