- Bonita historia. Cu�ntame otro cuento.- Jaime Vargas hab�a
escuchado con atenci�n la primera de las que he llamado Historias de Las Arenas,
la de Iris y su hijo Gonzalo, que est� en Amor Filial.
- Yo no cuento, yo no invento, s�lo imagino, ya te lo he
dicho. Por ejemplo, f�jate en la chavala que va a pasar por tu derecha- yo
estaba de frente a Jaime y la estaba viendo venir. Era una joven alta, rubia,
muy pero que muy buena.
- S� �Qu�?- ahora la ve�a
- �Ves algo raro?- El Vargas neg� con la cabeza.- F�jate en
el cuello de su camiseta, tiene una mancha rojiza que parece de�
- �Carm�n?
- Exacto, te dir� como me imagino yo esto. Vamos a llamarla
�Carlota? No, mejor Carla.- Jaime asinti�.- Pues bien, el d�a�
"El d�a amaneci� soleado. Pocos d�as nacen bajo las nubes en
el Mediterr�neo. Carla ten�a concertada una entrevista de trabajo, su primer
trabajo, dentro de dos horas. Sin experiencia, ni m�s t�tulos que el graduado
escolar (sacado con mucho esfuerzo y repitiendo el �ltimo a�o), se decidi� a
explotar su mejor cualidad, su despampanante cuerpo de diecisiete a�os. Se puso
un tanga rosadito, una minifalda muy provocativa, una camiseta ajustada (sin
sujetador, quer�a que se le notaran los pezones), unos zapatos de tac�n e
imagin� la cara del jefe de personal cuando la viera aparecer as�. Ahog� una
risilla al imaginar a un cincuent�n entrado en canas, medio calvo, con gafas, y
con la boca muy abierta mirando a la demandante de empleo. Se present� cinco
minutos antes de lo convenido en la empresa.
Era una empresa bastante importante, relacionada con el mundo
de la alimentaci�n, poco m�s hab�a que saber. Carla pregunt� en recepci�n d�nde
estaba el despacho del jefe de personal, del cu�l s�lo sab�a el nombre.
- �Perd�n, el despacho del se�or Don Jose Navarro?- la
recepcionista ocult� una risa nerviosa y le indic� donde estaba el despacho.
"�De qu� co�o se re�a esta?" pensaba Carla mientras su cuerpo de 95-60-90 sub�a
por la escalera haciendo que los pechos le botaran arriba y abajo. Lleg� al
despacho del jefe de personal y toc� a la puerta. La entreabri� y lo que
descubri� le hizo pensar "�Mierda!". Por lo visto, el jefe de personal era en
realidad jefa de personal. Carla maldijo la ambisexualidad del nombre Jose, que
en Espa�a, aunque era mucho menos habitual, tambi�n pod�a pertenecer a una
mujer.
La jefa de personal estaba sentada detr�s de su escritorio, y
la imagen mental de Carla de un cincuent�n entrado en canas se derrumb� como una
torre de naipes. La mujer que se sentaba detr�s de la mesa no tendr�a ni treinta
a�os, era morena, de pelo largo recogido en un riguroso mo�o, con dos ojos
negros escondidos tras unos anteojos que la hac�an parecer una bibliotecaria. La
t�ctica de vestirse como una fulana para conseguir empleo se desbarat� por
completo. Vest�a un conjunto elegante de ejecutiva, y con una voz casi
desprovista de emociones le dijo a Carla que se sentara.
- �Carla Villota?- pregunt� con aire ausente- por favor,
cierre la puerta.- Carla lo hizo
- Pues ver�. Ven�a solicitando el empleo de...
Bueno, los siguientes cinco minutos de conversaci�n los
omitir� por pertenecer a un cuestionario modelo que hacen los jefes a los
demandantes de empleo y por el que la mayor�a de humanos ha tenido que pasar. De
repente, la jefa de personal escupi� una pregunta que, en palabras de un hombre,
hubiera sonado como una invitaci�n a entrar en la cama del que preguntaba.
- �Hasta d�nde est� usted dispuesta a llegar para convencerme
de que la compa��a la necesita?
Carla qued� petrificada por momentos, hab�a algo en la mirada
de esa mujer que le hizo decir lo que dijo.
- Hasta donde haga falta.- dijo adelant�ndose hacia delante
hasta colocar sus dos senos encima de la mesa, cubiertos �nicamente por una
camiseta blanca muy ajustada. Involuntariamente, la mirada de la jefa de
personal se desvi� hacia los hermosos pechos de Carla, y esto le hizo pensar a
la joven que quiz� no todo estaba perdido.
- lev�ntese, se�orita Villota.- Carla obedeci� con la
sorpresa en la cara.- Y bien se�orita Villota, �Suele vestirse como una puta
barata para conseguir trabajos?- la pregunta abofete� las esperanzas de Carla,
cuyo �nimo se ven�a abajo.
- Es que... era mi primer empleo� cre� que�- Clara estaba al
borde del sollozo, y le costaba encadenar las frases.
- �Basta ya!- Jose se levant� y Carla pens� que la iba a
abofetear, sin embargo pas� por su lado y dio una vuelta a la llave que estaba
en la cerradura. Cogi� la llave y la deposit� en la mesa mientras Carla segu�a
de pie. Se acerc� a ella y le dijo, con su cara a diez escasos cent�metros de la
de Carla:
- Se�orita Villota, esa llave va a quedar ah�. En el momento
que usted quiera salir, la coger� abrir� la puerta y se marchar� sin decir nada,
pero no volver� por aqu� �Entendido?
- Entiendo, se�orita Navarro- Carla no quer�a parecer una
mu�eca de trapo en las manos de la jefa de personal, as� que intent� contestar
con tanta decisi�n como con la que hab�a hablado la se�orita Navarro.
Entonces la se�orita Navarro se quit� las gafas y bes�
apasionadamente a Carla. Carla se dej� hacer y dej� que la lengua de la jefa de
personal entrara en su boca. Jam�s hab�a besado a una mujer, bueno, en realidad
s�, pero s�lo fue un piquito en un campamento cuando ten�a trece a�os. Pero Jose
la besaba con pasi�n, se abrazaba a ella y apretaba sus senos con los de Carla.
La joven reconoci� que se estaba excitando, le sub�a la temperatura por todo el
cuerpo, y la mano de Jose se iba acercando a su faldita por el vientre. La boca
de Jose dej� la de Carla y se fue deslizando hasta plantarle un beso en el
cuello, dejando una mancha de carm�n en el cuello de la camiseta. Ese beso hizo
a Carla gemir de excitaci�n. De repente la jefa de personal levant� la falda y
empez� a acariciar el sexo por encima de la tela del tanga. Carla no sab�a qu�
hacer, as� que intent� desabrochar la camisa a Jose, pero no pod�a, las manos le
temblaban en esa extra�a mezcla de miedo, pasi�n, curiosidad y lujuria. De
repente Jose se separ� de ella y comenz� a desvestirla. Le quit� la camiseta y
sus pechos botaron libres fuera de ella. Carla intent� desvestirla a ella, pero
cuando Jose ya le hab�a bajado la falda y el tanga al suelo, ella a�n se estaba
peleando con los botones de la camisa de Jose. As� pues, necesit� ayuda de las
expertas manos de la jefa de personal para acabar las dos desnudas. Jose se
hab�a soltado el recatado mo�o que llevaba y una bell�sima cabellera oscura ca�a
sobre sus hombros. Carla se tumb� en el suelo bajo la direcci�n de Jose y �sta
comenz� a chuparle los pezones, que hermosos y marrones se alzaban erguidos como
una torre de leyenda. La joven not� que su sexo estaba humedecido al m�ximo, y
que cada roce de la lengua de Jose en sus pezones la hac�an gemir de placer. Sin
siquiera tocar su sexo, Jose la estaba llevando a lugares que jam�s hab�a
visitado en compa��a de un hombre. De repente los dedos de la jefa se
introdujeron entre las piernas de Carla y tras pocos segundos �sta comenz� a
correrse desesperadamente. Ahora s�, llevada por la pasi�n, puso sus manos en
los pechos de Jose, que quedaban a la altura de su vientre y empez� a
masaje�rselos como hac�a con los suyos en las noches oscuras y solitarias
mientras ve�a alguna pel�cula porno y so�aba que Javier Bardem se la met�a hasta
el fondo.
Pero ahora Javier Bardem pod�a ir a follarse a otra, en este
momento Carla s�lo ten�a manos, sexo, tetas para Jose, que la estaba haciendo
disfrutar mucho m�s que esos compa�eros de clase que sol�an acabar antes que
ella. Entonces la jefa de personal fue bajando su lengua por el vientre mientras
miraba con sus ojos negros a Carla. La joven gimi� cuando la boca de Jose se
situ� entre sus piernas y comenz� a hacerle el cunnilingus. Ella s� que sab�a.
Los j�venes que lo hab�an intentado necesitaban de diez minutos y una
abstracci�n para imaginarse que era Javier Bardem el que se met�a entre sus
piernas para conseguir que Carla llegara al orgasmo con una lengua. Sin embargo,
Jose lo consigui� en muy poco tiempo.
Su boca sub�a y bajaba, su lengua acariciaba y excitaba el
cl�toris de Carla, y Carla se abandonaba a los cuidados de esa lesbiana experta
que sab�a c�mo hacerla gozar. De repente, y sin previo aviso, Carla fue v�ctima
de otro orgasmo y verti� los jugos de su sexo en la boca de Jose. La jefa de
personal dej� la entrepierna de la joven para darle un beso con sabor a ella.
A�n ten�a sus jugos en la boca, y los quiso compartir con Carla. Carla no los
rehuy�, los comparti� gustosa con la experta lesbiana, mientras intentaba meter
sus manos en la peque�a mata de pelo negra que Jose escond�a entre las piernas.
Jose fue movi�ndose, hasta que su sexo qued� a la altura de la cara de la joven
que estaba tumbada. Carla empez� a saborear la vagina de Jose, mientras Jose se
agachaba a seguir haciendo lo propio con la de Carla. As�, en un 69 �pico, las
dos mujeres llegaron al orgasmo en poco tiempo, llenando el despacho de gritos,
convulsiones y olor a sexo.
Un bolso que hab�a en la mesa del despacho cay� al suelo y
Carla vio rodar un consolador de metal por el suelo Alarg� la mano par cogerlo,
y entonces pudo ver que hab�a otro, m�s largo y de pl�stico dentro del bolso.
Cogi� los dos, mientras Jose a�n segu�a d�ndole placer con su lengua. Cogi� el
de metal y lo fue metiendo por el sexo de la jefa, mientras ella apagaba un
grito de sorpresa entre sus labios mayores. El dildo era largo, de unos
veintitr�s cent�metros, pero entr� en la vagina de Jose sin problemas. Carla
empez� a meterlo y a sacarlo, mientras Jose no pod�a mantener m�s la boca
cerrada entre las piernas de Carla y la levant� para dejarle el trabajo a las
manos.
- �OH! �M�S! �M�S, JODER, M�S! �AH! �AHHHHH!- Los jugos de
Jose resbalaron por la superficie plateada del consolador, y entonces Carla
encontr� un bot�n. Lo puls� y el dildo empez� a vibrar violentamente entre los
labios del sexo de Jose.- �Oummm! �AH, S�! �AS�! �AH, AH, AH, AHHHHHHHHH!
Jose arque� el cuerpo y su mano toc� el consolador de
pl�stico que Clara hab�a sacado. Lo cogi� y se par� un momento a contemplar ese
casi medio metro de pene de goma. Adem�s de largo, era grueso, por lo que
ensaliv� las dos puntas, que ten�an forma de polla. Comenz� a acariciar con �l
la entrada de la vagina de Carla, haciendo que esta se agitara como si hubiera
recibido peque�as descargas el�ctricas. Jose se inclin� hacia delante y mientras
met�a uno de los extremos del descomunal miembro de goma por la vagina de Carla,
comenz� tambi�n a pasarle la lengua por el ano. No hab�a resto de heces ni
siquiera olor, y Jose pens� que hab�a venido bien preparada. Con peque�as
contracciones, el ano de Carla se fue dilatando un poco m�s, y Jose introdujo la
otra punta del dildo en el culo de Carla.
- �OOMMMMPFFFF!- Carla siempre hab�a sido muy conservadora en
lo referente al sexo anal, y nunca nadie m�s que ella hab�a disfrutado de
penetrar su culo. Sin embargo, Jose sab�a hacerlo y ahora Carla disfrutaba por
dos sitios, sus dos j�venes agujeritos. La jefa comenz� a sacar y meter los dos
gruesos extremos del consolador adelante y atr�s, haciendo que lo que saliera de
la vagina, entrara por el culo.
- �OH! �SSSSIII�! �AY, DIOS! �AU! �AAUUAAAHHHHHHHHHHH!- Jose
hab�a sacado casi todo el consolador del sexo de Carla y hab�a introducido casi
treinta cent�metros en el culo de la joven, haciendo que �sta se contrajera de
dolor y, sobre todo, placer.
Carla sac� el consolador met�lico del sexo de Jose y lo
introdujo suavemente en su ano, tal y como ella se lo estaba haciendo. Jose s�lo
respondi� con un "�Oh s�!". Despu�s de unos cuantos segundos, las dos mujeres se
levantaron y juntaron sus sexos, haciendo una bonita tijera. Las dos a�n segu�an
empaladas por los respectivos consoladores, as� que Jose cogi� un pa�uelo, sac�
el extremo del consolador de goma del ano de Carla, que respondi� con un c�mico
sonido de "plop", como cuando se abre un envase al vac�o, lo limpi� con el
pa�uelo, lo poco que hab�a que limpiar, y se lo introdujo en su sexo,
compartiendo placer con Carla. Empezaron a moverse r�tmicamente, haciendo que el
consolador apareciese y desapareciese entre las dos mujeres.
- �AY SI! �AAAMMMMMM!
- �AAAAAHHHHHH!- las dos mujeres se corrieron casi al
instante, mojando abundantemente el pene de goma. All� las dos, abrazadas, con
el pene a�n dentro, quedaron durante algunos segundos. Los dos cuerpos estaban
manchados de carm�n en casi toda su extensi�n. Jose cogi� otro pa�uelo y comenz�
a limpiar el cuerpo de Carla muy suavemente, como si fuera un beb�. Todas las
marcas de carm�n que hab�a dejado por su cuello, por sus piernas, por sus
pechos, por su cara... acabaron devoradas por el pa�uelo. Cuando hubo acabado,
se lo pas� a Carla para que hiciera lo mismo, y Carla obedeci�. El pa�uelo
naveg� todos y cada uno de los cent�metros de piel de la jefa de personal,
borrando las marcas rosas del pintalabios de la joven.
Luego de eso, las dos se levantaron, se vistieron y se
volvieron a sentar a la mesa, como si nada hubiera ocurrido.
- Bueno, se�orita Villota, creo que el puesto es suyo.- Dijo
Jose Navarro, jefa de personal.
- Muchas gracias, me esforzar� mucho para demostrarle que no
se equivoca.- Carla hablaba con una sonrisilla maquiav�lica en la cara.
- Espero volverte a ver por aqu�.- dijo Jose, la amante
lesbiana de Carla."
- Despu�s, Carla sali�, y nadie se dio cuenta de la marca de
carm�n que llevaba en el cuello, hasta que lleg� al paseo mar�timo.
- Eres un monstruo.- Jaime se levant�, y nos dirigimos a la
parada del autob�s.
- Ya sabes, ma�ana a la misma hora, te espero.- Me sonre� y
nos despedimos, su autob�s ya hab�a llegado, pero el m�o a�n tardar�a. Me sent�
en la parada, y al momento, la joven que hab�amos visto pasar, se sent� a mi
lado.
- S�, mam�- hablaba por el tel�fono m�vil.- Me han dado el
trabajo.
Yo sonre�. "Bravo mi imaginaci�n" me dije. Cinco minutos
despu�s, llegaba mi autob�s.