Mi nombre es Martha y tengo 20 a�os,
soy una chica trigue�a de 1.70 m de estatura, con un buen cuerpo,
piernas largas y bien torneadas, cintura peque�a, un buen busto
redondeado y proporcional a mi estatura, y un trasero redondo y pronunciado.
Estoy estudiando abogac�a y tengo dos hermanos bastante mayores,
de treinta y cinco y treinta a�os de edad.
Esta es la historia que me ocurri�
cuando era una joven de 17 a�os de edad, y aunque ya me hab�a
desarrollado totalmente no conoc�a mayor cosa sobre el sexo, solamente
lo que hablaba con las amigas del colegio y el magreo ocasional con alguno
de mis compa�eros de clase, nada de importancia. No es que fuera
una mujer "rara" era que todav�a mis hermanos, por la
gran diferencia de edad, me ve�an y me trataban como una ni�a,
pero pronto ir�a a conocer las delicias del sexo y a lamentar no
haberme iniciado m�s temprano.
El mayor de mis hermanos, que en
esa �poca ten�a 30 a�os, es un abogado prominente
y tiene un bufete en compa��a de un amigo muy cercano a �l.
Este era un abogado como de 35 a�os, de 1,90 m de estatura aproximadamente,
con espaldas de doble ancho y bastante buen mozo, se llama Gerardo.
Por relaciones de trabajo, mi hermano
y �l coincid�an constantemente en la casa de mis padres,
ya sea para almorzar, cenar o simplemente para tomarse unos tragos y ocasionalmente
se quedaba a dormir por cualquier circunstancia.
Yo nunca me hab�a fijado
en �l como hombre pues me parec�a muy mayor para m�
y m�s bien lo ve�a como otro hermano, y yo pienso que a �l
tambi�n le suced�a lo mismo ya que platic�bamos mucho
sobre mi instituto y mis tareas, pero nunca se le ve�a morbo al
dirigirse a mi, era muy respetuoso.
Cuando cumpl� mis diecisiete
a�os mis padres hicieron una peque�a recepci�n para
un grupo muy selecto de amigos y varias de mis compa�eras de colegio,
ellos quer�an hacer una fiesta m�s esplendorosa por ser su
�nica hija, pero yo no quise y les propuse que la plata que iban
a gastar en esa fiesta me la obsequiaran para ir a un tour a Miami, cosa
que accedieron.
Pues bien, en esa recepci�n,
yo luc�a hermosa, con un vestido largo ce�ido al cuerpo y
abierto a los lados que me hac�a resaltar mis formas ya bien esculpidas,
era la atracci�n de la noche. Varias veces mi mirada se cruz�
con la de mi amigo Gerardo y empec� a ver un brillo que no era normal
en sus ojos, muchas veces lo vi parado en un rinc�n de la sala con
un trago en la mano y contempl�ndome de manera diferente.
Bail� el vals con todos los
hombres invitados a la fiesta, como es costumbre en mi pa�s. Inici�
el vals con mi padre quien me dijo que me ve�a muy hermosa esa noche
y que a partir de ese d�a ya era toda una mujer. Sus palabras me
taladraban el cerebro y yo me sent�a la mujer m�s feliz del
mundo.
Uno a uno fueron pasando todos los
hombres, primero mis hermanos, con los cuales bail� el vals. Inexplicablemente
para mi, el �ltimo en hacerlo fue Gerardo quien me tom� de
la cintura y me llev� casi en volandas hasta el centro de la sala
e iniciamos el baile. Yo sent�a la presi�n de sus manos en
mi cintura, lo cual permit�a que mi pecho estuviera muy pegado al
de �l.
Cuando est�bamos en la mitad
de la sala me dijo: "Te he estado contemplando toda la noche y me
he dado cuenta que eres muy hermosa, y me he preguntado por que no me hab�a
dado cuenta que exist�as". Esas palabras me llegaron muy adentro
y sent� un escalofr�o en todo el cuerpo. Me dijo que siempre
me hab�a visto como una ni�a, como una hermana, pero ya me
hab�a convertido en toda una mujer que hac�a despertar los
instintos sexuales a cualquier hombre, como le estaba sucediendo a �l.
Yo me ruboric� pero me sent� muy halagada; el pensar que
los hombres, y especialmente �l, se estaban fijando en m�,
me provoc� un placer inigualable, sent� que un calorcito
me bajaba desde la cabeza hasta los pies pasando por mi sexo.
Mientras Gerardo me hablaba, no
dejaba quieta su mano en mi cintura, empez� a subirla muy suave
y lentamente por mi espalda lo cual me estaba produciendo escalofr�os,
y eso, aunado a su voz suave y melodiosa muy cerca de mi o�do me
estaba haciendo sentir una excitaci�n enorme, algo que nunca hab�a
sentido, yo sent�a que mis senos se iban a salir del sujetador,
y Gerardo se estaba dando cuenta de ello pues con mucho disimulo empez�
a mover su pecho en c�rculos restreg�ndolo contra mis senos.
Como era el �ltimo hombre
que estaba bailando el vals conmigo, r�pidamente las dem�s
personas se fueron desentendiendo de nuestro baile, quitaron la vista de
nosotros y se fueron retirando hac�a la sala, por lo que Gerardo
aprovech� para seguir bajando su mano hasta colocarla sobre mi trasero
y empezar a empujarme sobre su sexo. El placer fue indescriptible cuando
sent� su sexo sobre mi entrepierna, era un bulto grande y duro que
despert� en mi una gran lujuria, era el despertar de la mujer que
hab�a dentro de m�.
El vals termin� y nos retiramos
hac�a la sala, no sin antes tomarme de las manos y decirme al o�do:
"Esto hasta ahora empieza, te tengo el mejor regalo de tu cumplea�os,
conmigo vas a sentir el placer m�s grande que te puedas imaginar
y que marcar� tu vida".
Mi cabeza daba vueltas, me sent�a
mareada, me sent� junto a mi hermano y Gerardo se sent� al
frente, cuando se sent� no pude apartar la vista de su entrepierna,
ten�a curiosidad por ver y tocar aquel bulto que me produjo tanto
placer en el baile y �l lo intuy� pues al sentarse, descaradamente
se abri� de piernas y me mostr� su bulto en todo su apogeo;
yo qued� como hipnotizada y me imaginaba su pene largo y grueso
que apuntaba hac�a mi, que me miraba y me hac�a se�as
que fuera hasta �l y lo tomara con mis manos y lo acariciara.
La voz de mi hermano pregunt�ndome
sobre si me sent�a bien me sac� de mis pensamientos, orden�
mis ideas y r�pidamente me involucr� en la conversaci�n
que se presentaba en esos momentos, pero Gerardo nunca quit� su
vista de m�, lo que me mantuvo todo el tiempo turbada. Mi obsesi�n
era por saber cu�l ser�a el regalo de Gerardo, algo muy dentro
de m� estaba esperando que me lo diera.
Poco a poco los invitados se fueron
retirando de la recepci�n, mis padres y mi hermano menor tambi�n
se retiraron a su habitaci�n quedando solamente mi hermano mayor,
Gerardo y yo.
Mi hermano destap� una botella
de vino franc�s e iniciamos una serie de brindis, �l brind�
por mi felicidad y por que me fuera muy bien en los estudios; sigui�
Gerardo quien levantando la copa me mir� a los ojos y dijo:"brindo
por aquella ni�a que en el d�a de hoy se convertir�
en mujer y el cual tendr� el privilegio de contemplar". Mi
hermano, quien ya ten�a unas copas de m�s, no le prest�
atenci�n a sus palabras pero yo s� las tom� en toda
su dimensi�n y aquel calor volvi� a invadir mi cuerpo y un
intenso cosquilleo se inici� en mi entrepierna y sin medir consecuencias
tom� mi copa y mir�ndolo fijamente dije: "Brindo porque
los deseos que ocupan mi mente y mi cuerpo se hagan realidad en el d�a
de hoy".
Me tom� dos tragos de vino
los cuales me ayudaron a calentarme mucho m�s, mi cabeza segu�a
girando y mi cuerpo me estaba pidiendo algo que yo no pod�a darle
pero la persona que estaba a mi lado s�.
Mi hermano se excus� por
no acompa�arnos otro rato pero ten�a audiencia al otro d�a
y se retir� a su habitaci�n no sin antes decirle a su amigo
que la habitaci�n de hu�spedes estaba lista y que no se demorara
mucho porque al otro d�a ten�an trabajo.
Al quedar solos, Gerardo me brind�
otra copa y acerc�ndose a m� me tom� por la cintura
y lentamente acerc� su boca sensual a mis labios y los bes�
tiernamente; fui abriendo mi boca muy despacio para dar paso a su lengua
que se recre� con la m�a un largo rato, sus besos eran tan
sensuales que me invadi� un sopor y poco a poco fui dej�ndome
hacer por aquella boca que me quemaba.
De pronto, Gerardo se separ�
de m� y fue hasta el interruptor de la corriente el�ctrica
y apag� las luces de la sala dejando solamente encendidas las de
la peque�a salita de recibo explic�ndome que era mejor, por
si acaso alguien se despertara, que pensaran que todo el mundo se hab�a
retirado a dormir. Despu�s de esto volvi� al ataque, su boca
empez� a recorrer todo mi cuerpo por encima del vestido, primero
el cuello, luego los hombros, mis senos, mientras sus manos no se quedaban
quietas, empez� a recorrer mi espalda hasta llegar a mi trasero,
tom�ndolo con ambas manos y apret�ndolo muy sensualmente;
mi boca se abr�a y se cerraba como si me estuviera faltando aire
para respirar, dando paso a unos grititos que poco a poco se fueron convirtiendo
en gemidos de placer.
Luego, con su boca fue bajando muy
despacio las tirantes de mi vestido, y al mismo tiempo con su mano derecha
fue bajando la cremallera para empezar a tirar de mi vestido hacia abajo
quedando solamente en ropa interior. Se apart� de m� y me
contempl� de pies a cabeza diciendo: "Qu� hermosa eres,
tienes un cuerpo espectacular"; mi ropa interior blanca resaltaba
en la penumbra, mis braguitas eran un tri�ngulo en la parte delantera
y un hilo que iba desde mi entrepierna y se incrustaba en mis nalgas.
Volvi� y se acerc�
a m� y empec� a quitarle la camisa, sus pectorales anchos
y fuertes llamaron mi atenci�n, instintivamente tom� sus
pezones con mis labios y empec� a succionarlos y halarlos, lo cual
le produjo un gritito de placer. Solt� su cintur�n, baj�
su cremallera y hal� sus pantalones quedando tambi�n en ropa
interior. Seguimos bes�ndonos largamente, sin prisa pero sin pausa,
tom� mi cabeza y me fue guiando hac�a abajo, e inici�
un recorrido por su cuerpo, primero su pecho, luego el ombligo hasta que
llegu� a su sexo, tom� su slip y lo hal� hac�a
abajo quedando al descubierto su pene, me sorprendi� su tama�o
y su grosor, nunca me imagin� que esa cosa fuera tan grande, hab�a
visto algunas l�minas en el colegio pero esto era distinto. Lo tom�
por los test�culos y lo contempl� un rato y �l me
dijo: "Ese es tu regalo de cumplea�os, dale un beso y ver�s
como se va despertando". Acerqu� mi boca, pero repentinamente,
Gerardo tom� su pene y corri� su piel hacia atr�s
quedando al descubierto una cabeza enorme y roja, coloqu� mi boca
sobre ella, estaba caliente y me quemaba mis labios, poco a poco los fui
abriendo para darle cabida a esa enorme cabeza, empec� a succionar
y yo sent�a que ese aparato iba creciendo m�s y m�s
y que no me iba a caber en mi boquita. Lentamente, inici� un mete
y saca de su glande en mi boca que hizo estallar mi cabeza de intenso placer.
Me tom� de los hombros, me
levant� y me bes�, su gran pene erecto me rozaba mi entrepierna
lo cual me produc�a una gran excitaci�n. Me quit�
el sujetador y tom� mis pezones con su boca, casi me desmayo de
placer, mi cuerpo se empez� a estremecer, nunca hab�a sentido
algo parecido.
Me recost� sobre el sof�,
abri� mis piernas, meti� su cuerpo en medio de ellas y empez�
a recorrer mi cuerpo con su boca hasta llegar a mi pubis, me bes�
por encima de las bragas y sigui� bajando, con su mano corri�
el hilo de mis bragas y lleg� a mi vagina que se encontraba totalmente
empapada. La contempl� y levantando su cabeza me dijo: "Estos
son los labios m�s gruesos y grandes que he visto en mi vida, qu�
sexo tan rico tienes mi amor, con esto vas a volver locos a los hombres".
Tom� mis labios con su boca y empez� a recorrerlos de arriba
abajo, su lengua lleg� a mi cl�toris y ya no pude m�s,
mi cabeza estall� en mil pedazos y mi primer gran orgasmo se vino,
fue algo inolvidable, mi cuerpo se convulsion� y con mis piernas
apretaba la cabeza de Gerardo, mis jugos invadieron su cara.
Poco a poco fui saliendo del orgasmo,
me quit� mi braguita y la oli� durante largo rato, cosa que
me excit� much�simo, se incorpor� y volv� a
tomar su pene con mi boca, la sensaci�n de chupar un pene es algo
grandioso, era muy grueso no me cab�a en mi mano, pas� mi
lengua desde el glande hasta su base, tom� uno a uno sus test�culos
y me los introduje en mi boca, los gemidos de placer de Gerardo no se hicieron
esperar.
Me volv� a recostar en el
sof� y se arrodill� entre mis piernas, volvi� a tomar
mi cl�toris con su boca, le pasaba su lengua por el capullo y lo
soltaba, era algo fant�stico, su lengua volvi� a recorrer
todo mi sexo desde el ano hasta la vagina, se recre� un rato en
mi ano, su lengua que parec�a una daga, hac�a c�rculos
alrededor de �l, mientras tanto sus dedos jugaban con mi cl�toris,
lentamente fue introduciendo su dedo anular en mi vagina y a medida que
iba entrando lo iba girando en c�rculo permitiendo que mi entrada
se fuera ensanchando, yo no aguantaba m�s y �l se dio cuenta,
tom� mis piernas las coloc� sobre sus grandes hombros, meti�
un coj�n debajo de mis nalgas y su enorme glande qued� justo
en la entrada de mi cuevita. Empez� a masturbarme con su glande
de arriba abajo, pas�ndolo por mi ano, luego fue introduci�ndolo
poco a poco en mi vagina, cuando entr� el glande inici� un
mete y saca fabuloso, yo sab�a que no iba a aguantar m�s,
mi segundo orgasmo se estaba acercando. Yo sent�a que con cada empuje
suyo su enorme miembro entraba m�s y m�s dentro de m�
y que me estaba desgarrando por dentro, pero el placer era tan intenso
que cualquier molestia era soportable.
Cuando lleg� a tope, sent�
sus test�culos sobre mis nalgas, todo su enorme miembro estaba dentro
de m�, arque� el cuerpo hac�a arriba para sentir m�s
la penetraci�n e inici� unas embestidas fabulosas que me
llevaron hasta el cielo, despu�s de un rato de estar penetr�ndome
me hizo girar de espaldas y desde atr�s volvi� a introducirse
dentro de mi tom�ndome de la cintura y embistiendo despacio pero
firmemente y mi segundo orgasmo se vino a torrentes.
Sus embestidas eran cada vez m�s
r�pidas, de pronto de un solo golpe sac� todo su sexo de
mi vagina, sonando como cuando se destapa una botella de champa�a,
y se corri� en mi vientre, en mis senos y hasta en mi cara, instintivamente
me restregu� todo su semen caliente en mi cuerpo, era algo fabuloso.
Me bes� largamente en la boca con ternura, me abrac� a �l,
sus brazos fuertes me arroparon y me dijo al o�do: "Estuviste
deliciosa, en todos estos a�os nunca hab�a visto un sexo
tan hermoso como el tuyo, tus labios son grandes y gruesos tienes una vagina
estrecha y caliente y tu cl�toris es sensacional, grande y pronunciado,
Pero vas a probar algo que nunca se olvidar�, ese ser� el
recuerdo que llevar�s de m� para siempre."
Me tom� de la mano y con
una seguridad pasmosa me llev� a su habitaci�n, me acost�
de espaldas y me empez� a besar en la nuca, luego la espalda y despu�s
mi trasero, me coloqu� de rodillas levant� mi trasero y coloc�
su cabeza entre mis piernas. Me bes� desde la vagina hasta el ano,
tom� mi cl�toris con sus labios y mientras jugaba con �l,
moj� su dedo anular con mis jugos vaginales y lo fue introduciendo
en mi ano, despacio fue haciendo c�rculos alrededor de �l
hasta que mi hoyito se fue acomodando a el dedo, la sensaci�n era
bestial, estaba lista para correrme otra vez. Lentamente fue introduciendo
su segundo dedo el cual se acomod� r�pidamente a mi esf�nter,
sus movimientos circulares alrededor del ano permit�an que se �ste
se fuera ensanchando, me estaba preparando para la mejor enculada de mi
vida. Jam�s pens� que mi regalo de cumplea�os llevar�
sorpresa por dentro.
Tom� su pene erecto, lo unt�
de saliva y su enorme glande se ubic� en la puerta de mi ano, me
tom� de la cintura y embisti� fuerte, mi ano se abri�
y dio paso a su enorme cabeza, el dolor era intenso pero mucho m�s
grande era el placer. R�pidamente mi esf�nter se trag�
su cabeza y �l se qued� quieto un rato esperando que mi hoyito
se acomodara al intruso, el placer era tan intenso que yo tom� la
iniciativa y empec� a moverme hacia delante y hac�a atr�s
ensart�ndome cada vez m�s ese tolete de carne, hasta que
mi esf�nter se lo engull� totalmente, sin darme cuenta hab�a
bajado mi mano hasta el cl�toris y empec� a masajearlo en
c�rculos hasta que lleg� mi tercer orgasmo de la noche, mi
cabeza estall� en mil pedazos, me agarr� fuerte de sus piernas
y me dej� transportar por el placer, aumentado por el chorro de
semen que invadi� mis entra�as, perd� la noci�n
del tiempo, me fui de bruces sobre la cama, sintiendo el peso del cuerpo
de Gerardo en mi espalda, qued�ndose un rato m�s dentro de
m�, hasta que su miembro perdi� su potencia.
Se gir� sobre s� y
yo me sub� sobre su cuerpo, permaneciendo un largo rato en silencio.
Despu�s hablamos un rato sobre mi primera experiencia sexual, de
sobre si me hab�a gustado y si me sent�a satisfecha. Yo le
contest� que jam�s hab�a pensado que pod�a
dar y recibir tanto placer, que me hab�a hecho la mujer m�s
feliz, que hab�a sido fant�stico haberme iniciado con una
persona adulta, de experiencia como �l y que la pr�xima vez
me corresponder�a a m� darle todo el placer del mundo, le
di un beso de despedida, pas� por la sala recog� mi ropa
y me fui a disfrutar de los mejores sue�os de mi vida.
Durante tres a�os disfrutamos
del sexo, lo hicimos de todas las maneras posibles, me ense��
lo divino y humano respecto al sexo; cuando ingres� a la universidad
poco a poco me fui alejando de �l, pues ya conoc� a otros
chicos de mi misma edad y ya era justo que empezara a volar sola.