Carolina ha seguido mont�ndoselo con su macho, con el
portero de la discoteca, aunque con la salvedad de que ahora ella lleva en los
labios de su sexo, junto al cl�toris, un adorno de metal que se los cierra y
del que caen dos cadenitas. Su macho le dijo que quer�a que lo llevara para
recordarle a ella que era suya y para recordarme a m�, todos los d�as, al
verlo, que soy un cornudo sumiso.
Tambi�n adquiri� por Internet un cintur�n de castidad, el
CB2000, que ella me puso porque, seg�n su macho, quer�a quitarme de la cabeza
la idea de que podr�a volver a follar con mi mujer. Ella lleva la llave
colgada de la cadenita del cuello y cuando follan siento como la llavecita se
bambolea de un lado al otro, seg�n las embestidas de su macho al follarla, lo
que me produce una mayor sensaci�n de humillaci�n, de que le pertenezco a ella
en cuerpo y alma, que mi placer le pertenece y s�lo puedo gozar con su
permiso, mientras que ella puede follar y disfrutar con el macho que le
apetezca o con el primero que se cruce por la calle. La cadenita que ella
lleva en el cuello ayuda mucho, porque cuando alguno le pregunta de qu� es,
qu� cierra esa llavecita, ella le confiesa sin ning�n pudor al que se lo
pregunta, que es la llave del cintur�n de castidad del cornudo de su marido.
Como es natural est� revelaci�n excita mucho a los t�os que
nada m�s o�rlo acrecientan su galanteo para foll�rsela y cuando consiguen su
anuencia, no la animan a ir a alg�n Hotel , por ejemplo, sino a nuestra propia
casa, a nuestra propia cama porque les da m�s morbo. Y as� que el otro d�a
vino a casa con un t�o que le gustaba, que hab�a conocido en el trabajo y
cuando llegaron nos present�.
- Aqu� te presento a mi nuevo macho �me dijo-, un t�o que
me vuelve loca porque sabe lo que una mujer necesita, lo que una hembra desea,
que la follen bien follada con una buena polla.
Y entonces ella le baj� la bragueta y se meti� su polla ya
empalmada en su boquita de pi��n porque aunque es peque�ita, seg�n ella a los
t�os les gusta m�s as� porque sirve mejor para chup�rsela al darles m�s placer
al estar apretadita.
- A m� marido lo quiero mucho, no te creas, porque es un
cornudo universal �comentaba cuando se la sacaba para acariciarla s�lo con las
manos-, le he puesto los cuernos con t�os de los cinco continentes. La �ltima
vez fue la otra noche con dos negrazos norteafricanos que conoc� en una
discoteca, con unas pollas para matarte y que comparadas con la suya eran una
temeridad y �l mismo, mi querido marido cornudo, tuvo que reconocer ante los
negros que su polla era m�s peque�ita que las de ellos y suplicarles que me
follaran porque se lo hab�an ganado. De hecho las pollas de los cinco
continente que me han follado y lo han hecho cornudo, han sido todas mayores
que la suya. Como podr�s ver es un cornudo globalizado, �verdad cari�o?
- Si mi amor -le contest� yo-, soy un cornudo universal, en
todas las lenguas, tu cornudo sumiso que s�lo aspira a serlo cada d�a m�s.
Y entonces ella me baja los pantalones y me deja expuesto
con sus braguitas que ella misma todas las ma�anas me pone cuando se las quita
para colocarse otras limpias, porque esa es una costumbre que nunca hemos
olvidado: que la que lleva las bragas en casa soy yo. Ella tambi�n las lleva,
claro, y transparentes tipo tanga, pero cuando todos los d�as se las quita
para ponerse unas limpias, me pone a m� las sucias para que sienta mi polla
junto a la tela que ha tocado su co�o, mientras estoy en el trabajo o cuando
voy por la calle, porque as� dice que me sentir� constantemente cornudo en
todo momento.
- Sabe que nunca podr� follarme �le dice a su macho -, pero
al menos tiene el consuelo de llevar todo el d�a junto a su polla algo que ha
estado cerca de mi co�o, muy cerca de lo que �l tanto desea y que no podr�
jam�s catar.
Y entonces, para que no me quepa dudas, se abraza a su
macho, lo besa, le mete la lengua, lo morrea, le ofrece la lengua, le dice que
su co�o estar� siempre abierto para cuando �l quiera follarla porque es una
yegua en celo lista para ser follada por �l en cualquier momento y
circunstancia; y cuando ya se siente excitada, se viene hac�a m�, me
arrodilla, me ofrece su co�o para que lo huela, para que sepa el sabor de su
excitaci�n.
- Huele el aroma de la excitaci�n que me ha provocado un
macho de verdad, cornudo m�o, huele bien, para que sepas lo que siente tu
mujer cuando est� con su hombre, con su macho, con el t�o que la hace mojarse
con s�lo mirarla.
Y entonces se aparta, coge un rotulador y me pinta sobre la
frente la palabra cornudo para que est� bien a la vista mi condici�n, mientras
folla de nuevo con su amante y al verme all� de rodillas, con el cintur�n de
castidad y la palabra cornudo escrita sobre la frente, puedan los dos
excitarse y follar m�s y mejor.
Porque ella y yo firmamos un contrato en el que yo renuncio
a tener relaciones sexuales con ella a cambio de que ella me hiciera cornudo
sumiso y por eso ella puede follar con quien quiera, donde quiera, como quiera
y cuando quiera, y yo, por el contrario, no puedo correrme sin su permiso, ni
por supuesto tener relaciones con otras mujeres. De hecho tampoco puedo ni
mirar a otra mujer por la calle porque un d�a que ven�amos de un hotel de
ponerme los cuernos, mir� a una chica y ella se encolerizo. Me cogi� de la
mano, me llev� corriendo a nuestra casa y cuando entramos en la habitaci�n se
desnud�, me dobl� sobre sus rodillas, me baj�, los pantalones, las bragas y me
dio unos fuertes zapatillazos en el culo, mientras me dec�a que no lo volviera
a hacer, que no mirara jam�s a otra chica.
- Yo lo soy todo para ti, tu mundo, tu vida, tus cuernos,
todo -, me dec�a mientras me azotaba el culo con una zapatilla.
As� es que desde entonces, cuando estamos en alguna reuni�n
social procuro que en las presentaciones las mujeres no me besen en las
mejillas, ofreci�ndoles primero la mano. Y mi querida Carolina se alegra
mucho, me lleva a una habitaci�n solitaria y me abraza, me besa y me dice que
as� me quiere: cornudo y entregado.
- Te quiero casto de pensamiento y obra, t� no puedes ni
mirar a otra mujer, ni puedes rozarte con ellas cuando vas por la calle, ni
puedes hablar con ellas, ni que te dirijan la palabra, porque eres m�o y s�lo
m�o, porque quiero un hombre casto ante su diosa, como un sacerdote ante su
Dios.
Y yo le digo que s�, que la amo con toda mi arma, que soy
suyo, que jam�s estar� a menos de un metro de una mujer y que puede hacer
conmigo lo que quiera porque la amo con una entrega infinita. Y ella me besa
con pasi�n, me dice que tambi�n me quiere, pero que todav�a me queda mucho que
aprender para estar a su gusto, para ser un buen cornudo sumiso entregado a
ella. As� es que ahora, cuando me levanto todos los d�as, me arrodillo en el
borde de la cama, la despierto, y le rezo con fervor suplic�ndome que se d�a
tenga a bien hacerme m�s cornudo, para que tenga un bonito despertar.
- No s� si te lo mereces �me suele decir mientras se
despereza.
Y yo la miro levantarse, ducharse y arreglarse porque mi
se�ora es muy elegante, viste muy bien, tiene clase y se cuida mucho, sobre
todo las manos que lleva muy cuidadas y con las u�as impecables y en su justa
medida de esas de las que cuando las miras desees que te pajeen y con las que
te corres de gusto solo pensarlo, seg�n me dice.
Mi querida Carolina se ha comprado ahora una cadenita que
se ha puesto en la cadera y de la que ha colgado la llave de mi cintur�n de
castidad, para que al follar con su macho pueda verla mientras ella sube y
baja sobre su polla. Pero su �ltima adquisici�n ha sido un strapon dildo, una
enorme polla de pl�stico que se cuelga de la cintura y que suelen utilizar las
lesbianas, para satisfacerme, seg�n me dijo al mostr�rmela. Porque Carolina me
ama y como se preocupa por m�, al ver que llevaba alg�n tiempo sin correrme,
decidi� aliviarme por lo que vino a casa con su macho y con nuevo aparato, "mi
nuevo amigo", seg�n me dijo, y despu�s de colocarme a cuatro patas en la cama
y de quitarme el cintur�n de castidad, se lo puso, me dio vaselina con un dedo
para facilitar la penetraci�n y me foll� sin piedad con fuertes embestidas y
hasta el punto que al empujar para adelante mis llenas pelotas se balanceaban
fuerte y as� se mov�a mi polla, me acariciaba por primera vez desde hac�a
mucho tiempo y estuve a punto de correrme de gusto por la caricia y de dolor
por el metisaca en mi culo.
Te gusta como te follo, Cornudo �me dec�a ella.
S�, mi amor, pero as� me voy a correr.
- No, te lo proh�bo �me dec�a ella mientras animaba a su
macho a que mirara como se follaba a su cornudo.
�Vas a ser cada d�a m�s cornudo?
S�, s�, pero me voy a correr.
- As� s�lo se corren las putas y otros hombre claro, porqu�
dime, �qu� tipo de hombre se corre mientras su mujer se lo folla por el culo,
delante del amante de ella?.
S�lo los cornudos mi amor, los cornudos son los
�nicos que lo hacen
�Por qu�?
- Porque soy un cornudo universal, un cornudo globalizado
que s�lo aspira a ser cada d�a m�s cornudo- le digo, mientras por fin me corro
de gusto.
Y entonces ella me vuelve a poner el cintur�n de castidad,
me coloca un delantal de cocina y me lleva al pasillo para que limpie y encere
el piso, mientras que ella folla en la cama con su amante y yo friego, limpio
y oigo sus gritos de placer, sus gemidos y como anima a su amante para seguir
follando, dici�ndole que es su hembra salida, su puta, su co�o siempre abierto
para que �l se lo folle a sus anchas. Y mientras encero el pasillo los veo y
oigo follar a trav�s de la puerta abierta de nuestra habitaci�n de matrimonio,
donde tanto nos queremos.
Esto es una fantas�a, claro, porque soy soltero, pero si
alguna chica quiere conocerme mi direcci�n es
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