Relato: La primer aventura de mi esposa La primer aventura de mi esposa.
Como ustedes recordaran, mi esposa Elsa y yo llegamos a un acuerdo para salvar nuestro matrimonio. Por ser acad�micos pod�amos asistir a congresos para actualizarnos y presentar nuestros trabajos de investigaci�n, Elsa asisti� a uno de ellos con sus compa�eras de trabajo, Esther, Azucena y Claudia, Coco no consigui� apoyo financiero para asistir, por lo que andaba muy enojada y para tranquilizarla le di consuelo por 3 d�as.
Cuando Elsa llego del evento por la ma�ana, me pidi� que la llevara a cenar para platicarme sus logros durante el congreso.
Fuimos a un restaurante muy discreto para poder platicar para que nadie escuchara y no nos
interrumpieran a cada instante, de los logros acad�micos me los platicaba con mucha emoci�n; pero notaba que hab�a algo m�s y que no se sent�a con confianza para platic�rmelo, para darle confianza le record� de nuestro acuerdo y que si hab�a tenido un encuentro de sexo con alguien m�s me gustar�a escucharlo y esto es lo que me platico.
�Llegamos como a la una de la tarde y nos dirigimos a la mesa de inscripci�n, ah� estaban 3 hombres, uno de ellos guap�simo que me miraba de manera muy insistente, no te voy a negar que me gusto que me mirara, cuando �bamos para nuestras habitaciones sent�a su mirada sobre mis nalgas.
En la noche fuimos al coctel de bienvenida y estaba ah� con sus amigos, Esther noto la forma en que me miraba y me dijo.
- �Ya viste Elsa, como te mira ese guap�simo hombre?
- �Quien?, pregunte de manera desinteresada
- Aquel que anda de saco beige, me insisti�.
Le mostr� indiferencia solo para seguir manteniendo mi imagen de mujer seria y decente, pero en la primera oportunidad fui al ba�o para acomodarme el escote de la blusa y dejar ver algo de mi busto, que no es grande pero no pasa desapercibido. Pase cerca de el, y me saludo con una sonrisa muy coqueta al tiempo que ve�a mis tetas; tome un c�ctel y me dirig� a la terraza con la intenci�n de que me siguiera; consegu� mi objetivo, se acerco a mi y se presento como Guido Antonini, ven�a de Mil�n Italia para impartir un curso, el conoc�a mi trabajo de investigaci�n y le gustar�a una colaboraci�n m�s directa ya que su esposa trabajaba en el mismo campo que yo; esto me intereso mucho debido al valor que representa una colaboraci�n internacional.
- Perfecto, tendremos que calendarizar nuestras actividades para platicar.- Le dije
- �Le parece despu�s de mi curso?- Me pregunto.
Lo que asent� afirmativamente.
Al d�a siguiente coincidimos en el desayuno, para ser sincera me vest� provocativamente, me puse un vestido entallado, cuando lo vi, abr� de m�s el escote y el lo not�, se acerc� a la mesa en la que yo estaba y pidi� permiso de sentarse, sigui� viendo mis tetas mientras platicaba de que consist�a su trabajo, me agrad� esa mirada lujuriosa y lo invit� a la exposici�n de mi trabajo, era ese d�a en la noche, fue la �ltima platica y me toco a las 8:00 p. m., el acept� ir a ver la exposici�n de mi trabajo, se despidi� y se fue a otra mesa con un grupo de amigos, de repente volteaba a verlo y me miraba, no hay duda que mis tetas y mi culo lo cautivaron. Toda la tarde estuve ansiosa por que llegara la noche y verlo nuevamente, a querer y no, pensaba en c�mo ser�a coger con un italiano ya que tienen fama de ser muy desinhibidos y muy buenos amantes, de tanto pensar en eso me anduve bien mojada del burro esperando la noche, lleg� la hora de la pl�tica y no lo v�, volteaba hac�a la puerta y nunca lleg�, termin� la platica, nada me animaba, ni siquiera las miradas lujuriosas de otros que fueron a ver mi exposici�n, o m�s bien fueron a verme a mi, ya que tra�a el vestido entallado pero yo quer�a ver a Guido y no lleg�, termin� y se fueron todos, yo me qued� apagando la computadora, cuando o�.
- �qu� platica tan interesante!
Al voltear lo vi en la puerta recargado en el marco y mir�ndome fijamente, un poco decepcionada le dije que por qu� no hab�a llegado a tiempo y me dijo �no lo hubiera soportado, tenerte frente a mi y ver como te contoneas y yo sentado sin poder hacer nada es demasiado, pero me puedes dar la platica en privado�, yo sab�a lo que �l quer�a pero a la vez no sab�a que responder, para ese entonces el me ayudaba a recoger mis cosas, en una de esas roz� accidentalmente su mano con mis tetas, fue una sensaci�n tan rica que si el me hubiera dicho te voy a coger aqu� me hubiera dejado. Me acompa�� hasta mi cuarto y al despedirnos, nuevamente esa mirada picara y lujuriosa, no supe como paso solo recuerdo que �l entr� y cuando menos lo pens�, ya ten�a sus manos acariciando mis tetas, y muy h�bilmente me desabrochaba el vestido diciendo �este vestido es el culpable, no sabes c�mo estuve pensando en ti toda la tarde, pensaba tenerte as� como ahora�, yo ya estaba desnuda, su mano ahora me acariciaban mi h�medo y m�s que eso, mi mojado burro que palpitaba ansioso de verga, y con la otra me agarraba el culo, metiendo su dedo en mi chiquito mientras su boca chupaba, mord�a y lam�a mis tetas, le ped� que se desnudara, Guuauu!, tremenda verga la del italiano, gorda, grande, cabezona y llena de venas, sus huevos se ve�an que estaban cargados de leche, me dijo que ten�a 4 d�as sin coger; me hinque para darle una mamada; disfrutaba tener su verga en mi boca, me la met�a toda hasta provocarme el asco, lo masturbaba y no quise esperar m�s, me acost� boca arriba y abr� las piernas para mostrarle mi peludo burro, inmediatamente me meti� su tremendo pitote y me cogi� y me cogi� hasta que ya no pod�a aguantar, me cambio de posici�n me puso de a perrito y despu�s de varias embestidas nos venimos los dos al mismo tiempo; cuando est�bamos relajados me pregunto:
- Te animas ir a Mil�n por 10 meses?, solo consigue dinero por que no tengo fondos para ayudarte. � Me pregunto
- Claro que me animo, yo conseguir� el dinero y estar� en Mil�n a finales de octubre. �Le respond�.
- Los documentos que necesites h�zmelo saber y te los envi� por e-mail.- me dijo
En eso est�bamos cuando o�mos ruido en la habitaci�n contigua que era la de Esther; nos dirigimos al balc�n para asomarnos por la ventana, primero me asome yo y vi a Esther desnuda y que se la estaban cogiendo, me calent� mucho y me lleve a Guido a la cama y empec� a mamarle otra vez su grande verga, pero no hubo respuesta era un hombre de una sola cogida.
Ya no pude disfrutar m�s de su hermosa verga, pero si planeamos los temas que trabajar�amos.�
Cuando mi vieja termino su relato, yo estaba bien caliente as� que pagamos y nos fuimos a la casa a que reviviera esos momentos con mi verga.
Cuando terminamos, la note un poco seria y le pregunte la raz�n, ella fue directa, ��Puedo ir a Mil�n?�, mi respuesta fue muy efusiva, �claro que si, es una excelente oportunidad para que conozcan tu trabajo y por mi no te preocupes yo estar� bien a tu regreso�.
En otra oportunidad les relatare mis experiencias que tuve durante su ausencia as� como las de ella que me enviaba por correo electr�nico
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Relato: La primer aventura de mi esposa
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