Relato: Laurie Mi intención era darle una sorpresa,
que ingenuo fui, el sorprendido iba a ser yo; ella trabajaba en un hospital,
es doctora; después de frecuentarnos teníamos una relación
bastante agradable, se podía decir que nos conocíamos muy bien
el uno al otro, dentro de lo posible; Sin embargo, uno no llega a conocer a
las personas totalmente aunque pasen cien años junto a ella.
Pues bien, por su trabajo, a veces ella tenia que salir de madrugada, a media
noche, etc. En el momento en que la solicitaran por alguna emergencia, en mas
de una ocasión nos quedamos en medio de un encuentro candente; en una
de esas ocasiones me llamo como a las dos horas de haber salido, ya estaba desocupada,
sin embargo se sentía cansada para volver a esa hora, por lo que decidió
descansar por lo menos hasta que saliera el sol evitando cualquier percance.
Aprovechando la situación comenzamos a tener una charla normal, que nos
llevo hacia el lado ardiente, después de cerrar con llave su oficina
se recostó sobre su sillón y se estuvo tocando por mas de una
hora, al compás de mis ordenes, tal y como yo lo hubiera hecho sobre
su cuerpo, ella tampoco desaprovecho la oportunidad y me expreso sus deseos,
los cuales yo los cumplí complacido, fue una de las mejores noches que
hemos pasado separados (aunque suene irónico), el solo escuchar su fuerte
respiración que transmitía el auricular a mi oído me dejaba
la piel completamente erizada, y que decir cuando se coloco el aparato cerca
de sus labios, oír ese chacoteo que producían sus dedos mojados
de sus líquidos al entrar y salir, WOW!.
En aquella noche ella fue solicitada para asistir a una emergencia, yo tenia
todo calculado, unos minutos después de que ella se fue, salí
yo, mi objetivo era esperar a las afueras del hospital, sabia que si ella me
llamaba y no contestaba marcaría mi numero celular; También sabia
que podía pasarme toda la noche sin que ella saliera o llamara, pero
la ganancia bien valía el riesgo.
Como las cosas se estaban dando como esperaba, recibí su llamada, le
dije que esperara que yo iría a recogerla (perdón por la analogía),
yo sabia como entrar al hospital sin problema alguno, por lo tanto no tuve dificultad
alguna para llegar a su oficina, ella estaba observando hacia la calle por la
ventana, yo me aproxime a ella desde atrás y poniéndole las manos
sobre sus hombros comencé un suave masaje en estos a medida que ella
disfrutaba de mi toqueteo y se relajaba yo acerque mi boca a su cuello, posándole
mis labios y moviéndolos de un lado a otro sin dejar de tocarle su cuello,
en algunos momentos yo entresacaba mi lengua rozando su piel, no hubo parte
de su cuello que se quedara sin recibir mis besos. Mis manos comenzaron a moverse
hacia el frente y para sorpresa mía debajo de la bata ella solo tenia
su ropa interior, ella también presagiaba lo que iba a suceder, la combinación
de sus medias blancas con su panty y sostén del mismo color le daban
esa imagen angelical, la cual era resaltada por la poca luz que se filtraba
por la ventana.
Sus senos eran tan firmes a la vista como al tacto, estaban hechos para rendirles
un tributo por medio de caricias tanto manuales como linguales. Yo tomaba sus
pezones entre mis dedos índice y pulgar y los frotaba, tirando de ellos
y devolviéndolos a su lugar, ella podía sentir mi hombría
contra su trasero mientras se recostaba hacia atrás sobre mi, comenzó
un suave frotamiento de su cadera en el bulto que se formaba bajo mis pantalones;
después de que mis manos se dieron gusto con sus pechos fueron bajando
por su vientre hasta llegar al nacimiento de sus piernas, por donde se acercaban
a su pubis, ahí mis dedos trazaban la línea de su pantie y, al
mismo tiempo se iban metiendo por los bordes de esta prenda, llegando cada vez
mas cerca de su vello, el cual era cortito y muy finito se sentía como
si fuera terciopelo, mis cada vez mas juguetones dedos comenzaron a abrir sus
labios para tener contacto directo con ese puntito que vuelve locas a algunas
mujeres, le paseaba la punta sobre de él, a lo cual ella respondía
con una mancha de humedad que se marcaba en su panty.
Lo que me encantaba de ella era que estaba dispuesta a dar placer tanto como
el que le dieran; volteándose y cayendo de rodillas, en un par de rápidos
movimientos ella se metía mi pene en su boca viciosa, era una boca tan
cálida y húmeda, de la que uno no quiere salir, mi miembro fue
lamido y chupado en su totalidad, ella se daba gusto, era como si lo disfrutara
mas que yo, no hubo parte que no conociera su lengua, tomaba con sus dientes
la piel que cubre mis testículos y tironeaba de ella mientras con su
mano me frotaba el pene de arriba abajo. Tomándola por debajo de sus
hombros la levante diciéndole que era su turno (o el mío), de
disfrutar; su boca aun se encontraba llena de mi pene como si no quisiera soltarlo,
dando un sonoro Shplock! fue como su boca se deshizo de la punta de mi miembro.
Yo la tendí sobre el cercano escritorio, y ella levantando sus piernas
las abrió completamente, yo me apodere de sus senos y los comencé
a frotar mientras mi cara se acercaba a su cosita, ahí deje que mi lengua
lamiera toda la extensión de su vulva por encima de su panty, le lamí
por la parte posterior de sus muslos haciendo líneas con mi lengua que
se dirigían a su entrepierna; luego comenzó una lucha por hacer
a un lado su prenda con mi lengua y labios, yo metía mi lengua por debajo
de uno de los bordes y trataba de sujetarlo con mis labios para jalarlo a un
lado, mientras mas lo intentaba mas empapada quedaba mi cara de sus líquidos;
una vez que mi objetivo se hubo cumplido tenia yo el campo libre, tomaba entre
mis labios cada uno de sus labios y lo chupeteaba dándole lengua en toda
su extensión, hasta que me dirigí a su clitoris, este estaba sobresaliendo
de su capuchita, estaba esperando por mis caricias.
Mi boca cubrió por completo su clit y comenzó una danza de mi
lengua sobre de él, ella se retorcía del placer que mi boca le
daba, sus gemidos eran música para mi, su respiración se hacia
cada vez mas agitada, ella se tomaba de sus senos y los apretaba y se acariciaba
sus sensibles pezones, hasta que no aguanto mas y dando un movimiento brusco
se quedo quieta por un segundo para dar paso al orgasmo que le llegaba en ese
momento, ella se movía en torno de su vientre mientras le venia un orgasmo
tras otro, yo alcanzaba a vislumbrar las pequeñas gotitas de sudor que
entre sus pechos se notaban.
Yo estaba loco de gusto de saber que le había proporcionado tanto placer,
pero mas me encantaba la idea de lo que había planeado para ella. Ya
que se hubo repuesto un poco mientras mi boca no dejaba de jugar con la suya
y mis manos le frotaban por entero su espalda, le pedí que se moviera
a un lado para tenderme yo sobre el escritorio, quería que ella me montara.
Quitándose su panty y dándomela para que la oliera, me la dejo
sobre mi boca y me dio un beso sexy, lo único que se interponía
era el fino y delgado material de su prenda; esta tenia un olor a mujer sexual
y salvaje, despertaba en mi mis instintos mas primigenios; estando yo recostado
con el monumento que se había erigido en su honor listo para su placer,
ella paso su pierna a un costado de mi y tomando mi pene lo metió en
su boquita cálida y sensual para dejarlo completamente húmedo.
Paso una mano por detrás de ella y se coloco la punta de mi miembro para
dejarse caer sobre de el!; fue una sensación muy placentera, el entrar
de un solo golpe a sus ricas profundidades.
Estando apoyada sobre sus pies comenzó un lento subir y bajar sobre mi
miembro erecto y jugoso, yo la tomaba de sus manos para que no perdiera el equilibrio
(tal ves, mejor dicho, para que no cesaran esas penetraciones que me estaban
volviendo loco. Paro por un momento, para acomodarse mejor, apoyándose
sobre sus piernas quedo casi en su totalidad con mi miembro pulsante dentro
de ella; esto me dejaba un mejor campo de estimulación táctil;
mis manos se apoderaron de sus pechos y los apretaba con mis manos los amasaba,
sus pezones no se quedaron sin recibir su ración de caricias, sus caderas
bajaban para encontrarse con mi pelvis a un ritmo vertiginoso, mis manos bajaron
a su cintura, para ayudarla con las penetraciones que me llevaban al limite,
de haber continuado así, le hubiera dado mi orgasmo en ese momento, mas
sin en cambio yo quería durar mas.
Jalándola hacia mi para que se recostara completamente sobre mi, le comencé
a susurrar palabras a su oído, le decía -te gusta como entro en
ti-, -eres excitante-, y uniendo la acción a la palabra estire mis manos
para acariciarle su hoyito trasero -mmmhhh, esta calientito, te gustaría
que te lo penetraran?-, ella sin dejar de mover sus caderas a todo contestaba
que si!, chupando un dedo mío se lo puse en su boca, la cual lo degustaba
con fascinación; -vamos a medirte la temperatura, amor-, y colocándole
ese dedito travieso en su culito comencé a meterlo, se sentía
de lo mas rico, esa apretura sobre mi dedo; repetí varias veces el movimiento
hasta que su culito se abría pidiendo que algo grande se metiera dentro,
yo se lo había puesto bastante mojado.
Mis manos le frotaban sus nalguitas y se las separaban, lo cual hacia que su
anito se abriera como una boquita formando una letra "o", le pregunte
-te gustaría una doble penetración?-, ella profirió un
largo -siiii!!-; fue entonces que su culito se comenzó a distender a
causa de la invasión de un miembro de carne que se abría paso
a través de él, para ahogar un grito, que ella iba a emitir del
gusto y la sorpresa de ser doblemente penetrada, que mi boca se poso sobre la
de ella, dándole un largo beso; ella no salía de su asombro, a
lo cual le dije -déjate llevar por el placer que sientes, se trata de
mi hermano, quien es también un vicioso de los culitos como el tuyo-;
una vez que tuvo sus dos agujeritos taponeados por los dos grandes invasores,
y que ella se relajo para poder disfrutar, que comenzamos entre mi hermano y
yo una serie de lentas penetraciones a sus entraditas cálidas y húmedas.
Mientras yo le acariciaba sus pechos, al frente, mi hermano le acariciaba su
espalda con su boca le daba suaves besitos por detrás de su cuello; los
dos nos compaginábamos con las penetraciones, llego un momento en que
mientras un pene salía el otro entraba, no le dábamos tregua a
sus dos hambrientos hoyitos; así la llevamos hasta una nueva serie de
orgasmos, en los que ella seguía pidiendo mas!.
así que decidimos cambiar, esta vez yo estaría en su caliente
culo y mi hermano en su goteante vagina; ella solo tuvo que darse la vuelta
para ensartarse mi miembro en su culito, para después ser penetrada por
mi hermano en su vagina. Ella de verdad que era excitante, nos llevo directamente
al orgasmo; mientras mi hermano se salía de su vagina para darle de beber
de su leche a esta calentísima perversa, yo me quede aun con mi miembro
dentro de su culito rico; no se como lo logramos, fue una reacción en
cadena lo que se suscito a continuación, ella lamía y chupaba
el miembro de mi hermano metiéndolo y sacándolo de su boca hambrienta
de semen, era por demás difícil con el tratamiento que ella le
daba aguantar mas, sus manos no se estaban quietas una acariciaba las bolas
de mi hermano y la otra le pasaba sus uñas largas por las nalgas de este;
así lo llevo a que le diera completamente lo que ella anhelaba, fueron
chorros interminables los que caían en su boquita; ella por el gusto
de recibir toda esa cantidad de leche en su boca, sus labios y cara apretaba
su esfínter, el cual estaba alrededor de mi cada vez mas excitado miembro,
yo al sentir estos apretones junto con el espectáculo que su viciosa
boca ávida de semen daba comencé a venirme dentro de ella; -Si!,
Si!, Si!, damelos en mi culito-, decía ella, no aguante mas y comencé
a eruptar toda esa cantidad de leche ahí, dentro de ese culito rico,
ella por supuesto no era de palo, y todo esto le produjo una nueva oleada de
orgasmos, se movía desesperadamente, su culito se encargaba de mi miembro
y su boca del de mi hermano; llego un momento en que todos quedamos exhaustos,
pero una chica así de sexy no podía dejarlo de esa manera, ni
nosotros le íbamos a dejar de mostrar cuanto nos había hecho gozar.
Mi hermano la levanto para besarla mientras la abrazaba y le frotaba su espalda
y sus nalguitas, al levantarla por supuesto su culito soltó mi pene,
soltando también gran parte de mi reciente venida, ella se quedo de pie
disfrutando de las caricias que mi hermano le prodigaba y dándome a mi
el show de ver como salían mas de mis jugos de ese culito calientito,
era maravilloso, era como si s estuviera viniendo por ahí. así
termino el juego que yo le había preparado, dándonos la sorpresa
de que ella era mucho mas caliente de lo que por un momento nos imaginábamos.
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Relato: Laurie
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