Me llamo Cristina, tengo 35 a�os, soy casada desde los 22 a�os y nunca he tenido sexo con nadie que no sea mi marido Jes�s. De manera que mi cuerpazo ha sido s�lo del disfrute de mi esposo. Yo no estoy muy conforme con eso, sobre todo desde que nos mudamos a nuestra nueva casa, con una vecina que es muy desvergonzada, se acuesta con cuanto hombre le gusta y me cuenta a m� todas sus andanzas.
Sus relatos est�n llenos de la descripci�n de detalles tales como diferenciar entre la forma un pene y otro, la forma en se la cogen o de besar de sus muchos y diferentes amantes. De c�mo besan las mujeres j�venes o negras y asi�ticas, lo hacen con sus manos con la lengua. Mi vecina no discrimina ni sexo, ni edad, ni color, ni tama�o.
Siempre que ella finaliza un relato, me veo en la necesidad de ir al ba�o a masturbarme, que de esto si se mucho, me mantengo con las manos en mi cuca, me meto la mano completa, porque que tengo un cuc�n grand�simo, con unos labios gordos y prominentes. Lo mantengo afeitadito y mi entrepierna es blanquita, sin manchas oscuras ni de ning�n tipo. Yo misma me miro con espejos para garantizarme la limpieza extrema de mi vulva y culo.
Por otro lado, todo el mundo me dice lo buena que estoy, en la calle de halagan mucho. A mi me gusta mucho eso y tengo fantas�as con los hombres que lo hacen.
A mi gimnasio va un negro que mide entre 1,95 y 2,00 m. con un cuerpo escultural que siempre me ha llamado la atenci�n. Elvira, mi vecina golosa, me ha contado lo que le ha hecho un negro similar a �ste y he quedado con la curiosidad de que si es verdad el mito urbano de los negros en el sexo, lo del tama�o de su verga y su resistencia cogiendo.
Estuve varios d�as d�ndole vueltas al asunto, al final me decid� y abord� al negro en las caminadoras. Para hacer corto el cuento yo fui sincera y le dije que era casada, result� que Alex, el negro hermoso, tambi�n lo era, pero ambos nos pusimos de acuerdo en vernos al otro d�a para tener un encuentro netamente sexual.
�l me recogi� en una esquina y cuando me monte me dio un beso de lengua como si fu�ramos �ntimos, cosa que me gust� y de inmediato puso mano en la parte de mi pierna desnuda por la falda corta y comenz� a manosearme llegando a meter la mano en mi cuca.
La conversaci�n fue escasa, pero las expresiones de Alex confirmaron mis temores de que me tomara por una puta loca. Pero ya el mal estaba hecho y yo ten�a muchas ganas de probar la verga de este portento de negro.
El camino se estaba haciendo largo y le pregunt� que porque se tardaba tanto. A lo que respondi� �Tu tranquila, esta noche vuelves satisfecha a tu casa�. Yo por mi parte ya me hab�a convencido de lo pat�n que era Alex. Pero igual quer�a hacer la prueba.
Entramos en un vecindario marginal y yo ya estaba nerviosa, cuando paramos frente a una vivienda muy vieja y descuidada.
Alex se bajaba del auto diciendo �ven ap�rate, aqu� es, las apariencias enga�an�ven. Este va a ser nuestro nidito sexual.�
Yo tome valor, sal� del carro y entr� en la casa, que extra�amente estaba bien equipada y en orden.
Ten�a una mezcla de temor y excitaci�n que me llevaron como drogada a entrar. Estando adentro Alex me brinc� bes�ndome y subi�ndome la falda al mismo tiempo, las tanguitas no duraron mucho en manos del monstruo oscuro �ste. Las rompi� y me las meti� en la boca al tiempo que met�a su poste de alumbrado en mi cuca.
Yo trataba de separarlo para ver su palote y el no me dejaba, hasta que le grite �D�jame v�rtelo chico� y entonces se separ� y se agarr� el drag�n negro que ten�a entre sus piernas. Era incre�ble lo largo y ancho de eso. �l se re�a de verme la cara de asombro, pero ah� mismo me lo meti� completo de un solo envi�n.
Yo nunca hab�a sido tomada a la brava por un hombre y menos a�n con semejante coroto. Al contrario de lo que yo misma supon�a sent�a mucho morbo y excitaci�n. Como ya en el carro ven�a pensando en la cogida que me iban a dar y al ataque de Alex, estaba bastante mojada y pude acomodar su verga.
Alucinaba y me retorc�a, me sorprendi� que pudiera darle rienda suelta a mi cintura y la verga de este hombre no se sal�a, era primera vez que no ten�a que medir mis movimientos para no sacar el pene de mi amante. Con mi esposo era lo cotidiano. La maraca era muy comedida y hasta rid�cula, pues, Jes�s tenia el pene muy chiquito.
El placer de sentir todo el recorrido de ese palo entrando y saliendo de raja era indescriptible. Nunca hab�a sentido algo como esto. Me tir� en la cama y con las piernas al aire me atraves� de nuevo con su herramienta, sent�a como llegaba hasta el fondo de mi vagina y empujaba todo hacia adentro y no topaba sus caderas con mi culo, quedaba palo por meter. Era, de verdad, la verga m�s grande del mundo. . . y como me la estaba gozando.
Estaba empezando a sentir ardor cuando la sac� y me quit� la ropa por completo y el tambi�n. Volv� a caer en la cama boca arriba y Alex puso su verga entre mis tetas, yo las apret� para capturarle su palo entre ellas. Mis tetas son grandes, dir�a que de base ancha, bueno, su verga entraba por debajo de ellas y sal�a de mis tetas por arriba lo suficiente para meterme en la boca, lo suficiente para que me molestaran las mand�bulas de lo abierta que las ten�a y en varias oportunidades me lleg� a la epiglotis o campanilla y me dieron ganas de vomitar pero fue puro amague, la saliva extra ayud� a que pasara su verga hasta atr�s de la campanilla y entonces sent�a como los bordes de su glande jalaba para afuera la epiglotis y lengua.
No pude manejar esta situaci�n y vomit� al piso, para hacerlo, me puse boca abajo en la cama, el muy desgraciado aprovech� la posici�n para intentar met�rmelo por el culo. Entre en p�nico, me puse a gritar, pero el cogi� mi tanga de nuevo y me la meti� en la boca y me dijo que me relajara que eso era como comer caviar, al principio no gusta pero luego lo extra�as. Pero por m�s que se esforz� no pudo meter su palo en mi culito maltrecho ocasion�ndome mucho dolor.
Me dijo �luego terminamos con esto� me dio la vuelta como a un papelito y meti� su cara en mi chocho �ahhh que sabrosa cuca tienes catira� exclam� y a m� me gustaba como resoplaba en mi cl�toris, met�a su lengua en mi vagina, con la nariz masajeaba mi cl�toris y con sus dedos presionaba en mi ano sin terminar de meter los dedos.
Sus carnosos labios se met�an entre los labios de mi chocho d�ndome una sensaci�n magn�fica.
A estas alturas el b�rbaro este me hab�a sacado como cuatro orgasmos pero yo a�n quer�a mas y mi negro tambi�n.
Me dijo que me pusiera en cuatro patas que me lo meter�a por mi vagina desde atr�s, no sin rogarle que no intentara met�rmelo por el culo, lo hice y me lo meti� en esa posici�n. Era formidable la energ�a con que me golpeaba con su pene, me enardec�a y lamentaba no haberlo hecho con �l antes. Este hombre era lo m�ximo, no quer�a que esto terminara nunca, estaba super satisfecha y al mismo tiempo deseosa de tenerlo encima de m�.
Alex me sub�a, me bajaba, me pon�a de un lado, del otro, me lo met�a por delante, por detr�s, acostados, parados, tipo perrito, siempre con la misma energ�a, como si estuviera empezando.
Comenc� a pensar en retribuirle todo el placer que me daba y en como lo har�a, pero como no ten�a mucha experiencia no atinaba a nada.
Me coloqu� para de nuevo mam�sela, pero esta vez fui buscando su culo y cuando estuve cerca ol� y no era desagradable. As� que le empec� a pasar la lengua por el culo, por toda esa �rea, pero en su culo trataba de meterle la lengua. Me sab�a como a cobre. Con una mano le masturbaba y con la otra me ayudaba en la mamada.
Alex me dec�a �Cooo�o que rico eso, dale mas, mas, mas� y se le vino la leche, me apart�, me meti� la cabeza de su palo en mi boca y acab� en ella, la cantidad de esperma era incre�ble. Comparado con las acabadas de Jes�s, mi esposo, Alex soltaba de una vez veinticinco veces la cantidad de Jes�s. Hice lo posible por mantener en mi boca la carga, pero fue imposible, me sal�an los chorros de leche por las comisuras de mi boca. Su semen me sabia raro, entre amargo y salado, pero me encantaba tener todo esa leche caliente en mi boca, de hecho, jugaba con ella sabore�ndola. Pens� que como Jes�s botaba bastante menos cantidad, no pod�a saborearlo como �ste.
Alex me ve�a y dijo �Vaya si eres puta �no? �. No pude dejar de pensar para mis adentros �Lo sab�a, ya no me va a respetar� pero no me importaba, yo s�lo quer�a eso, que me cogieran bien cogida, para desatar las ansias que llevaba represadas.
Alex se acost� a mi lado y hablamos un rato de mi marido, de su esposa y de que no se olvidar�a que yo le deb�a el culo. Me dijo que no me iba a perdonar el culo, que tarde o temprano me lo romper�a.
Yo estaba queriendo m�s y ya que �l pensaba lo que pensaba de m�, le dije �No nos vamos a ir sin echar otra cogidita �verdad?�
Alex se ech� a re�r y me invit� a la ducha. Camino a la ducha pude admirar el cuerpo desnudo, fibroso, templado y tremendamente atractivo de Alex. Ya estaba sintiendo mucho hormigueo en mi chocho. A su vez Alex ya llevaba su pene a media asta, era incre�ble ya se estaba poniendo duro. Para cuando entramos ambos en la ducha estaba tan duro como cuando entramos a la casa.
Comenzamos a besarnos y a mamarnos. Yo le chupaba dur�simo sus tetillas y se notaba que le gustaba mucho. Nos enjabonamos mutuamente y restreg�bamos nuestros cuerpos uno al otro.
Yo lo acomod� de frente a la pared, me coloqu� atr�s de rodillas y restregaba mis tetas en su culo, como queriendo meter mi pez�n en su ano. Le abr�a sus duras nalgas con mis manos y le daba duro a su culo con mis tetas, mientras �l se masturbaba. Alternaba este tratamiento con mordiscos a sus nalgas e intentos de morder su ano. No s� porque me llamaba tanto la atenci�n su culo. A Alex parec�a darle mucho placer mi fijaci�n.
Segu� chupando y lamiendo su ano hasta que �l se volte� y se tir� en el piso de la ducha, boca arriba, acomodando su boca en mi culo de tal manera que quedamos como si yo estuviera sentada en su cara. Alex comenz� un verdadero intento de meter su lengua en mi ano. Como en realidad estaba apoyada en mis piernas, pod�a buscar centrar su lengua en mi culo y al mismo tiempo meter una mano en mi chocho, pues con la derecha manten�a el equilibrio.
Al parecer mi ano se solt� lo suficiente para dejar entrar su lengua, cosa que no cre�a posible, pero cuando sucedi� fue indescriptible la sensaci�n. El desgraciado me estaba cogiendo con la lengua. Sentir la cosita escurridiza dentro de mi ano, tratando de seguir penetrando, los resoplidos de Alex, por la dificultada de respirar de su posici�n, llegaban a mi chocho y me hac�an sentir muy caliente.
Cuando baj� la mirada, Alex se masturbaba sin mucha efusividad y en el glande se ve�a un hilo ancho de secreci�n lubricante, me dieron ganas de chuparle dicha secreci�n y al bajar la cabeza su lengua sali� de mi hueco. Fue una l�stima, porque no volvi� a entrar.
Creo que muy a prop�sito Alex se levant� al mismo tiempo que yo y me meti� la lengua en mi boca y nos dimos la lengua con sabor a mi culo. Mi excitaci�n era tal que no renegaba de esto, al contrario, en ese momento me sent�a la mujer m�s cach�a del mundo, a mas lasciva, la m�s puta y me encantaba. Es un sentimiento como de liberaci�n. S�lo me importaba el placer que se siente, el disfrutar con un hombre tan sensacional en el sexo como Alex.
Jam�s hab�a ni so�ado con gozar as�. Fue una, muy agradable, sorpresa. Estamos hablando de sexo, puro y simple sexo, sin m�s pretensiones y sin m�s complicaciones.
Alex era especial en esto del sexo. Cuando estaba volviendo a acabar, yo solita, mientras nos bes�bamos, me dio la vuelta y agarr�ndome por la base de mis nalgas, en un alarde de fuerza y destreza, me levant� como diez cent�metros del piso. Lo suficiente para meter de un solo co�azo su verga en mi culo. Grit� desesperada, Alex me hab�a enga�ado y aprovech� mi descuido para lograr su sentencia de romperme el culo.
Yo cre�a que ya me hab�a metido todo la verga, el dolor no era para menos, pero en realidad s�lo hab�a acomodado su glande y mi culito estaba por estallar.
Por m�s que bregu� no me pude zafar de sus brazos, sent�a como presionaba en mi ano y poco a poco estaba entrando su palo en m�. �l me aplastaba contra la pared del ba�o, pero luego fuimos a dar al suelo, yo boca abajo y �l se sent� arriba de mis piernas, con sus manos aplast�ndome la espalda y al mismo tiempo sujet�ndome las manos atr�s. En realidad me estaba violando. Estaba totalmente maniatada con el palo de Alex arremetiendo en mi culo.
�l susurraba cosas para tranquilizarme sin lograrlo.
Con la cara contra el piso de la ducha, el agua en el piso era suficiente para dificultarme la respiraci�n, as� que ten�a que esforzarme en mantener la cabeza alta. Esto le favorec�a a Alex la tarea de dominarme.
Alex segu�a metiendo y sacando su verga de mi culo, yo ten�a la seguridad que mi ano estaba partido en seis, pero el dolor comenz� a disminuir, la verga de Alex entraba mas y mas.
Comenc� a diferenciar sensaciones. Sent�a la cabeza de la verga como un embolo dentro de mis entra�as, en mi esf�nter el cuerpo rugoso del palo, desliz�ndose en ambas direcciones. Descubr� que ya Alex no sosten�a mis manos. Pens� en tocarme el ano, pero decid� dejar eso para luego, porque ya estaba disfrutando de mi revent�n de culo y no quer�a arruinarlo con miedos.
Luego me di cuenta que ya Alex golpeaba mis nalgas con su ingle y la base del pene, es decir, ahora si ten�a todo la verga adentro.
Abr� las piernas y Alex quedo en medio de ellas, subi� mi cadera y qued� en cuatro patas, �l me agarraba por los lados de la cadera y golpeaba con mucha fuerza, haciendo un ruido que se enrarec�a con el agua. Plassshh, plashshshh, plashhh y yo emit�a gemidos cortos y agudos a ese mismo ritmo, ju, ju, ju, ju. Luego acab� por en�sima vez.
Al pasarme la inmensa excitaci�n que me manten�a en el limbo, divis� sobre el piso, sobre la cer�mica amarilla de la ducha, hilos dispersos de sangre, que comenzando en mis muslos, bajaban al piso por mis rodillas.
Co�o e� madre, me rompiste el culo de verdad. Fue lo que me sali� decir, pero como la buena puta que ya me hab�a dado cuenta que era, no dejaba que sacara la verga de �l.
Alex me sac� el pene y me dijo que me acostara boca arriba para volver a meter su guebo entre mis tetas. Lo ten�a lleno de sangre, cuando lo atrap� entre mis tetas, me las pintaba de sangre y pod�a apreciar su olor a mierda con sangre.
Alex ten�a los ojos en blanco cuando comenz� a decir, �la boca, la boca�, pero no quise hacerlo, as� que me llen� el cuello y las tetas de su abundante eyaculaci�n. Pero del cuello recog� todo que pude y me la met� en la boca, me levant� y busque su boca.
Al besarlo me asegur� de que quedara en su boca su leche y me alej� un poco sonriendo, �l visiblemente se puso a jugar con su semen con una naturalidad pasmosa y luego se acerc� para devolv�rmelo. Yo lo acept�, jugu� un poco con el y luego hice que el semen saliera por las comisuras de mi boca. Alex lo atrapaba con sus manos y me lo untaba por toda la cara. La cochinada esta me gust� bastante, el olor de su semen y saliva, eran muy pornogr�fico, por decir er�tico.
Nos tranquilizamos bastante y sent�a una satisfacci�n, suficiencia y seguridad incre�bles. Esto era mejor que beber, mejor que drogarse. Andaba desnuda por la casa sin el menor pudor o verg�enza. Sigui� bajando la excitaci�n hasta el punto donde nos acordamos de nuestros conyugues y responsabilidades, nos vestimos a toda velocidad.
En el camino a mi veh�culo arreglamos la siguiente cita para el mes entrante.
Estoy en cuenta regresiva.
para sus comentarios y cochinadas.

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