Relato: Un viejito siniestro y caliente Hola soy Patricia tengo 27 a�os mido 1.75 m peso 68 kg soy blanca de pelo casta�o claro largo hasta media espalda. Voy a contarles la experiencia que viv� el otro d�a en el metro. Era viernes, como las 8 de la noche y estaba en la estaci�n San Antonio Abad, �sta estaba repleta de gente ya que los trenes se deten�an por varios minutos en las estaciones, de hecho en ese momento el tren en direcci�n a 4 Caminos estaba detenido en el and�n. Ese d�a yo iba vestida con una minifalda verde tableada cortita a medio muslo, una blusa blanca de botones al frente de manga corta, un chaleco verde de botones, unas sandalias verdes de tac�n alto de aguja de 10 cm e iba sin medias. Me fui a la parte de adelante del and�n y me coloqu� por la �ltima puerta del segundo vag�n, me abr� paso hasta quedar junto al tren y vi que iba recargado en el pasamanos del asiento individual un viejito de unos 70 a�os, chaparrito, gordo, pans�n y con unos lentes oscuros que le daban un aspecto siniestro, not� que ten�a las manos muy grandes como de luchador y le dije "me hace un campito" y �l se hizo flaquito y me dejo un espacio muy reducido adelante de �l, justo cuando sonaba la alarma del cierre de puertas me met� al vag�n par�ndome adelante del viejito, la puerta se cerr� y el tren avanz� saliendo de la estaci�n pero deteni�ndose de nuevo por varios minutos, yo iba adelante del viejito y me hice para atr�s para acomodarme y sent� como algo largo, grueso y duro se apretaba entre mis nalgas y como unas manos se deslizaban por debajo de mi falda y acariciaban mis piernas, comprend� que era el viejito qui�n se me iba recargando en el culo y me iba acariciando las piernas, yo no protest� y lo dej� actuar con toda libertad, pens� "que puede hacer un viejito de esta edad", pero oh sorpresa, ese viejito ten�a la verga muy grande y muy dura y me la recargaba cada vez con m�s fuerza entre mis nalgas y sus manos me acariciaban las piernas con m�s intensidad y sobaban mi concha. No pude evitarlo y empec� a exitarme y para ser sincera me gust� mucho lo que estaba sintiendo, as� es que me dej� cachondear. Cuando llegamos a Pino Su�rez mucha gente baj� pero tambi�n mucha gente subi�, as� es que el viejito y yo seguimos pegados, s�lo que yo me di la vuelta y qued� de cara a �l, entonces sent� como su verga me raspaba mi vientre mientras sus manos acariciaban mis piernas por detr�s hasta agarrarme las nalgas. Se supon�a que yo me iba a bajar en Hidalgo pero estaba tan caliente por las caricias y los raspones de ese viejo que decid� continuar pegada a �l, total pens� "esto no pasa a diario". Llegamos a 4 Caminos y el viejito me dijo �te acompa�o mamita? yo le sonre� y le dije que si y como parte de mi respuesta me di la vuelta y me acomod� adelante de �l centr�ndome para que su verga quedara exactamente entre mis nalgas, �l se me recarg� muy rico y me meti� de nuevo las manos por debajo de mi falda y me acarici� las piernas, yo sent�a su aliento en mi cuello y sus manos �speras recorriendo mis piernas, estaba muy exitada y caliente. Finalmente bajamos del tren y nos encaminamos a la salida, ya en la calle �l viejito me pregunt� mi nombre y mi edad y le dije "me llamo Patricia y tengo 27 a�os" y �l me dijo "yo me llamo Carlos y tengo 73 a�os y t� me gustas mucho mamacita, me encantas, est�s bien buena y quiero ense�arte muchas cosas" y me invit� a su casa. Yo acept� y me llev� por la parte de atr�s del pante�n que est� frente a 4 Caminos, entramos en una vecindad oscura y l�gubre y entramos en la primer vivienda, la que estaba junto a la entrada. Al entrar Carlos cerr� con llave y de inmediato me tom� de nuevo por atr�s y me recarg� su verga entre mis nalgas y me acarici� las piernas levant�ndome la falda hasta sobarme y restregarme mi concha, despu�s me dio vuelta y me recarg� su verga en mi vientre, me bes� en la boca e introdujo su lengua hasta mi garganta, adem�s me bes� y me lami� el cuello mientras sus manos se met�an por debajo de mi falda y me acariciaban las piernas por detr�s levantando mi falda hasta agarrarme y picarme las nalgas, sent�a como su dedo se introduc�a en mi culo, me ten�a literalmente pegada a �l y yo no pod�a ni hac�a por separarme de �l, la verdad me sent�a fascinada con todo lo que me estaba haciendo. Me pregunt� �te gusta sentir mi verga? yo le respond� que si, luego me pregunt� �te gusta que te acaricie las piernas? yo le respond� que si y �l se tendi� en el piso boca arriba y me pidi� me parara arriba de �l con mis piernas abiertas, as� lo hice y Carlos qued� exactamente entre mis piernas y debajo de mi falda, yo le pregunt� �ves mis pantaletas? �l me respondi� que si y sent� como sus manos se deslizaban una y otra vez por mis piernas acarici�ndolas en toda su longitud por delante y por detr�s, luego Carlos se sent� y sin dejar de acariciarme las piernas peg� su boca a mi concha, hizo mi pantaleta a un lado y meti� su lengua en mi hendidura hasta alcanzar mi cl�toris, lo chup� y lo jal� repetidas veces, yo estaba jadeando y gimiendo de placer con ese viejo entre mis piernas. Despu�s de regocijarse con mis piernas me tendi� en la cama y me levant� la falda, me quit� las pantaletas y se sac� su verga que estaba bien parada, yo le ped� que se quitara los lentes para verle la cara y �l me dijo "no, hasta que tengas mi verga dentro de tu pepa", yo no entend� porque se neg� a mostrarme su rostro pero no insist� y s�lo lo vi acomodarse entre mis piernas con su verga bien parada apuntando hacia mi concha, coloc� la cabeza de su verga en la entrada de mi concha y trat� de verle los ojos a trav�s de sus lentes oscuros pero no pude, en eso sent� como me embest�a y me enterraba toda su verga dentro de mi concha, me la meti� toda y comenz� a frotarse fren�ticamente dentro de mi, jadeando y bufando, adem�s sudaba copiosamente impregn�ndome con su sudor, en ese fren�tico abrazo al que me ten�a sometida le dije que me dejara ver su cara y me dijo "est� bien al fin que ya te tengo ensartada tu pepa con mi verga, ya nada puedes hacer para librarte de mi". Le quit� los lentes y vi una cara toda deforme, los ojos estaban excesivamente amarillos como si fueran los de un drogadicto terminal, su nariz estaba aplastada y era muy ancha, su boca ten�a los labios demasiado gruesos, su frente estaba quemada y sus mejillas cacarisas, le faltaban algunos dientes y los que ten�a eran muy amarillos, su aliento era f�tido. Y as� con ese aspecto ese viejo de 73 a�os me ten�a ensartada mi concha con su enorme verga y me estaba haciendo gozar incre�blemente, odiaba reconocerlo pero ten�a que admitir que ese anciano asqueroso, deforme y siniestro me estaba volviendo loca de placer con su verga de 73 a�os frot�ndose fren�ticamente dentro de mi concha de 27, fue tanto el placer que sent� que repentinamente no pude m�s y mis sentidos estallaron vini�ndome en un quejido largo y prolongado ba�ando con mis jugos la verga de Carlos, �l al sentir mi venida me dijo "ahora me toca a mi mamacita, te voy a llenar tu pepa con mis mocos blancos espesos y calientes y te voy a inundar tu agujero con mi esencia de macho" y empez� a frotarse con mucha fuerza y violencia dentro de mi, lo sent�a como sacaba su verga dejando s�lo la cabeza dentro y luego me embest�a con una fuerza tremenda arremetiendo con todas sus fuerzas y salvajemente, yo gritaba con cada embestida y sent�a como la cabeza de su verga frotaba en�rgicamente la entrada de mi matriz produci�ndome un cosquilleo enloquecedor, no supe como pero poco antes de que �l se viniera yo me vine de nuevo quedando desfallecida, fue entonces que sent� como la verga de Carlos me arrojaba varios chorros de abundante semen dentro de mi concha, sent�a como me la inundaba y cuando �l termin� de venirse not� que yo estaba acostada sobre un charco de mocos blancos, los que hab�an entrado a mi concha y luego hab�an escurrido hacia afuera. Fue una experiencia extra�a y siniestra pero maravillosa, nunca imagin� que un anciano de 73 a�os podr�a volverme loca de placer como lo hizo Carlos, desde entonces siento una atracci�n irresistible por los hombres de m�s de 60 a�os y entre m�s viejos, arrugados, feos y morbosos sean, mejor. Adem�s me encanta provocarlos mostr�ndome ante ellos con minifalda luciendo mis piernas y par�ndome adelante de ellos para motivarlos a recargarme su verga entre mis nalgas y meter sus manos por debajo de mi falda y acariciar mis piernas. Eso es el preludio para una cogida maravillosa.
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Relato: Un viejito siniestro y caliente
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