Relato: La Escondida





Relato: La Escondida


LA ESCONDIDA

Yo me cri� en un barrio humilde de casas modestas y calles de tierra, en las que hab�amos un gran grupo de chicos que pod�amos jugar libremente por amplios espacios, como terrenos bald�os, o muchos con casas no terminadas de construir y esas cosas. De ese gran grupo de chicos y nuestras conversaciones aprend�a que uno se pod�a masturbar. Por supuesto, despu�s de enterarme de ello, lo intent� en la primera oportunidad que tuve en mi casa y experiment� por primera vez el placer de esa explosi�n al momento de tener mi primera acabada.-
Desde ese momento la masturbaci�n se transform� en una pasi�n y comenc� a hacerme la paja cada vez que ten�a oportunidad. El caso fue que para ello utilizaba, como todos, la imaginaci�n, pero esa imaginaci�n estaba orientada a diversas actividades sexuales, inclusive en las que a veces me imaginaba en una posici�n pasiva siendo sometido por alg�n muchacho. Poco a poco, paulatinamente, y casi sin darme cuenta cada vez m�s mis pajas me ten�an como protagonista asumiendo el papel femenino. De all� pase, primero a tomar la ropa de una t�a que viv�a en mi casa, que era muy joven. Era una chica menuda as� que nuestros f�sicos se parec�an. A escondidas le sacaba sus tangas, corpi�os, medias de nylon, a veces sus bikinis, me encataba ponerme una bikini cuando estaba solo y salir al patio con ella, claro que siempre era notoria una gran porci�n de pierna blanca, que era la que no quedaba al sol con mi malla de chico. A veces, cuando la ocasi�n daba, tambi�n me pon�a su ropa exterior, polleritas cortitas, blusitas de breteles, todo eso me excitaba a mil y luego, pase al l�gico paso siguiente que fue complementar mis satisfactorias pajitas, con algunas cositas que me fui introduciendo en la colita, llegando a meter, con un placer indescriptibles palos bien larguitos y profundos que me hac�an delirar de placer. De esto, mis amiguitos no sab�an absolutamente nada y solo quedaba en mi m�s secreta intimidad.-
Una tardecita c�lida de verano est�bamos ese gran grupo de chicos jugando a la escondida. Como dije el terrible espacio para hacerlo que ten�amos, tres manzanas, hac�an del juego algo realmente divertido. Yo ten�a en aquellos tiempos apenas doce a�itos. Cuando el encargado empez� la cuenta sal� corriendo en direcci�n a una de esas casas a medios construir para esconderme en lo que se hab�a proyectado como una habitaci�n. Solo ten�a las paredes de ladrillo, hasta una altura que me cubr�a, el piso era puro c�sped.-
Enseguida lleg� al mismo lugar a esconderse uno de mis amigos, Juan que tendr�a por lo menos 16 a�os. Nos quedamos juntos, ri�ndonos de nuestra travesura. El escondite era muy bueno, no nos encontraban para nada, es m�s el tiempo estaba pasando y la tardecita se hab�a transformado en anochecer. El juego ya se venia poniendo aburrido. Hasta que en un momento Juan me dijo, vamos a hacer sangre. Eso significaba cambiarnos la remera o camisa que tuvi�ramos para que si fu�ramos descubiertos, el encargado se confundiera al tener uno la ropa del otro.
.- Dale vamos. Dije yo y me quit� r�pidamente la remerita naranja que ten�a puesto, alcanz�ndola. Juan la tom� pero se qued� como pensativo, hasta que dijo:
.- No, vamos a hacer bien sangre, sacate todo, nos cambiamos todo.
Yo me qued� por un instante sorprendido. Sacarse todo, eso no lo hab�amos hecho nunca, pero como Juan tambi�n estaba quit�ndose su remira azul y parec�a con intenciones de llevar a cabo su idea, pues bueno, yo le cre�. Me quit� las zapatillas, las medias y los pantalones, quedando �nicamente con mi calzoncito. No es que no me diera cuenta que Juan me miraba como raro pero de lo que no me di cuenta era porque. Yo le alcanc� mi ropa para intercambiarla advirtiendo que el aun segu�a con el resto de sus prendas.-
.- No, sacate el slip tambi�n, cambiemos todo.- Me dijo, lo cual a mi me pareci� incomprensible, �para que servir�a eso? pensaba, pero no se porqu� algo me impulsaba a hacerle caso. Tom� el el�stico de mi prenda interior, al momento que observ� que ahora s� Juan se quitaba apresuradamente el resto de su ropa. Qued� as� totalmente desnudo. Todav�a segu�a inocentemente pensando que todo obedec�a al juego. Desnudo como estaba me dediqu� a mirar como Juan terminaba de sacarse sus prendas. Cuando se sac� el slip me di cuenta que su pene era el de un chico adulto, �y lo ten�a parado!. Se lo ve�a durito, brillante y en definitiva me resultaba atractivo verle la pija parada. Ah� me di cuenta que estaba empezando a sentir cierta excitaci�n sexual, pero todav�a no entend�a que lo de Juan tambi�n estaba orientado en ese sentido. Cuando estuvo desnudito afect� cara de sorpresa y me dijo:
.- �A ver!, date vuelta, mostrame el culito. Por cierto que yo lo hice, casi sumisamente. Es que al estar as� desnudo, totalmente expuesto a �l, yo ah� con mi penecito chiquito colg�ndome entre las piernas y mi cuerpo flaquito y �l desnudo con sus m�sculos marcados en el pecho, sus muslos gruesos y su vergota bien parada me sent�a como poca cosa, un desecho que deb�a obedecerle. Sent�, en definitiva, una sensaci�n de sumisi�n que contradictoriamente me causaba placer. Me di vuelta y sent� que el se acercaba a mi desde atr�s. Me empec� a excitar. Sent� que con una de sus manos me tomaba la cintura y con la otra acariciaba suavemente mis nalguitas.-
.- �Que hermoso culito ten�s!, parece el culito de una nenita.-
Yo estaba algo confundido, pero ten�a la certeza de algo �me encantaba sentir la caricia de Juan en mi cola y entonces, lo �nico que salio de mi boca fue:
.- Gracias -gracias, pens� despu�s de decirlo, como le voy a decir que gracias, me estoy portando como una nena, pero mientras en mi cabeza las sensaciones contradictorias iban y ven�an y chocaba entre si, la calentura aumentaba porque los deditos traviesos de Juez ahora me recorr�an el canal formado por mis dos nalguitas, y bajaban a mi agujerito trasero. Cuando sent� los dedos all�, ya no tuve m�s resistencia, el cosquilleo �hermos�simo! que me produc�a me inhib�a de oponerme a que Juan me siguiera haciendo eso. Inclusive sent� mi ano latir y pens� que eso no pod�a significar otra cosa que necesitaba que me penetraran por el mismo, que parec�a abrirse ante semejante est�mulo, prepar�ndose para la invasi�n de un rico pene.-
Juan se moj� uno de sus dedos con su propia saliva y me lo pas� h�medo por la rugosidad de mi ano. Cuando ese dedo se apoy� en ese lugar yo d.C. un respingo, porque sent� como que all� ten�a un mont�n de terminales nerviosas que s�bitamente fueron estimuladas, placenteramente estimuladas, provoc�ndome una descarga de hermosas sensaciones. Ya estaba entregado, o ya podr�a comenzar a decir entregada.-
.- Aggghhhhhh, Juuuuuaaaannnnn.- dije en medio de un suspiro totalmente femenino.-
.- Ah te gusta no!, no pod�a ser de otra manera, con este hermoso culito de nena que ten�s, bueno, en realidad, no solo ten�s culito de nena, ten�s culito de nena putita y veo que ya te est�s portando como la putita que sos.-
.- �Gracias Juan! -Gracias Juan, dec�a yo?, me estaba tratando de mujer y de mujer puta y yo le agradec�a, me humillaba y yo le daba las gracias, claro que s� �me encantaba que me humillara as�!.-
.- Decime putita ya te cogi� alguien?
.- No, nunca
.- uummmm, nadie entr� nunca en este culito, que lindo culito virgen, por eso est� tan cerradito, mmmm siii, te gusta como te toco el agujerito no es cierto?
.- Siigggg Juan, me gusta mucho -En ese momento me tom� una mano y llev�ndola atr�s me la puso sobre su pija.
.- A ver, dale tocala, �te gusta mi pija?.-
.- Siii, me gusta- le dije y rodee delicadamente con mis dedos su verga dura y c�lida y comenc� a acarici�rsela, subiendo y bajando m� mano par estimularlo.-
.- Ahhh, putita, ya veo como te gusta, mmmm, si as� segu�, que te voy a abrir el agujerito con mis deditos. Y dicho eso, se llen� de saliva el dedo medio y con el comenz� a forzar en mi ano. Como ya dije, el mismo ya estaba acostumbrado a alguna penetraci�n, la que hac�a yo mismo, as� que frente al est�mulo, mi anito cedi� y comenc� a tragarme su dedito en mi culito.-
.- Ay, Juan, que lindooo -dije como una verdadera gatita mimosa, mientras continuaba masturb�ndolo delicadamente y ya sent�a que la saliva se acumulaba en la boca, pensando en lo hermosa que era asumir el papel de mujercita. Me sent�a realmente feliz de estar desnudo dej�ndome someter a los deseos de mi amigo, pero de pronto, la cat�strofe...
Es que Juan, mov�a su delicioso dedito en mi ano, para dilatarlo, pero lo que no me di cuenta, fue que, al no saber lo que me esperaba en esa tarde, no me hab�a hecho una adecuada limpieza interna de mi colita. Yo ya sab�a que eso deb�a hacerse para evitar cosas desagradables y asquerosas. Me limpiaba internamente cuando me masturbaba meti�ndome cositas en la cola, pero esta vez no lo hab�a hecho y eso que me hac�a Juan me estaba ocasionando una fea consecuencia. Quise aguantar, quer�a seguir gozando con lo que me estaba haciendo ese chico, quer�a que el tuviera su placer conmigo, pero fue imposible.-
.- Juan por favor sacame el dedo, sac�melo!, �por favor! sacame el dedo.-
.- Que te pasa, si reci�n te estaba gustando -me dijo Juan.-
.- Por favor, Juan -dije ya llorando- me hago caca, �por favor!, �me hago Juan! soltame, por favor soltame, sacame.-
Evidentemente ante la impronta de la consecuencia, a Juan no le interes� seguir meti�ndome el dedo en el culito. En cuanto me lo sac�, no hice m�s que salir corriendo, dirigi�ndome a otra dependencia a medio construir de la casa donde est�bamos escondidos. No ten�a piso, y hab�a pasto tupido. Me puse en cuclillas evacuando todo lo que ten�a adentro y, algo que me llam� la atenci�n a mi mismo, no pod�a dejar de llorar. Las l�grimas me ca�an y me sent�a desconsolado. Termin� mi asquerosidad y me limpie prolijamente con el mucho pasto que hab�a en el lugar. Cuando hube terminado me levant� y me dirig� al lugar donde hab�a estado con Juan, esperando que al menos no se hubiese enojado tanto como para llevarse mi ropa y hacer que tuviera que ir a mi casa completamente desnudo.
Pero cuando llegue a donde est�bamos me encontr� que ah� estaba Juan, esper�ndome, todav�a desnudo, tal como hab�a llegado al mundo. No pude evitar ver, eso s�, que su miembro no estaba ahora erecto, pero aun as� me pareci� hermoso colg�ndole firme entre sus piernas.-
Me sent�a avergonzado:
.- Perdoname Juan -le dije mirando hacia abajo de la verg�enza y sinti�ndome muy apenado por el buen momento que hab�a arruinado; y entonces otro momento sorpresivo, porque Juan se acerc� a m�, me rode� los hombros con uno de sus brazos y me dio un suave beso en la mejilla:
.- Bueno, no te preocupes, fue un accidente que puede pasar.-
.- Si pero arruin� el momento, y ahora, no podemos hacerlo.-
Entonces el me abraz�, apretando nuestros cuerpos desnudos. Por primera vez sent� la sensaci�n del contacto de mi piel con la piel de otro chico, y me resultaba muy agradable, adem�s, el cuerpo de Juan era hermoso. Ten�a los m�sculos marcados, su espalda era ancha, sus piernas fuertes, su trasero firme y duro. En el abrazo me dedic� una hermosa caricia en mi espalda, que me hizo sentir escalofr�os, pero de placer, evidentemente me ten�a dominado, y por supuesto, no pensaba dejar pasar la posibilidad de ese dominio, fue entonces que me dijo:
.- Bueno, pero no vas a ser as� de malito para dejarme as�.- y dirigi� su mirada hacia abajo para se�alarme su pija otra vez erecta y firme. Entend� lo que pretend�a, y eso que el quer�a que le hiciera, en el contexto social que nos mov�amos, era algo realmente humillante, �y yo me excitaba much�simo cuando el me humillaba!. De todos modos me hice el ingenuo y le dije muy acaramelado.-
.-�Qu� puedo hacer para calmarte?.-
.- Chupame la pija, chup�mela como un buen putito, ch�pamela hasta sacarme toda la leche.-
.- Ay, siii Juan, lo que quieras, hago todo lo que quieras, solo te pido una cosa.-
.- �Que?.-
.- Segu� trat�ndome como mujer, hablame como si fuera una chica.-
.- Claro que s�, te voy a hablar como una chica, una chica putita, porque eso es lo que sos, te voy a llamar M�nica.-
.- Si, si Juan, decime M�nica.-
.- Bueno, entonces M�nica ponete de rodillas delante m�o y chup�mela.-
Obedec� sumisa. Me arrodill� frente a mi amo quedando delante de mi cara su pija bien parada. Se la tom� con una mano, y la acarici�, me encataba sentir su suavidad en mi mano, suave y a la vez dura y fuerte. Me acerqu� y le d� un beso, un beso tierno, un beso amoroso en la punta de su cabecita, mejor debo decir su cabezota. Luego saqu� la lengua de mi boca y comenc� a lamerle la cabeza. Un sabor saladito y sumamente agradable me embarg�. Lam� con rapidez, �me encantaba!, y no par� de hacerlo hasta que estuvo toda la cabeza h�meda con mi saliva. Juan me dejaba hacer, concentr�ndose en sentir, con los ojitos cerrados. Mir� hacia arriba y vi su expresi�n de placer en la cara y eso me gust� y me hizo sentir que quer�a seguir d�ndole placer, cada vez m�s placer, era mi obligaci�n como la puta esclava en que me estaba convirtiendo. Entonces abr� mi boca y aprision� con mis labios la cabezota, mmmmm, que rica era, y que caliente se sent�a en mi boca, sorb�, haciendo que se metiera en mi boca, segu� haci�ndolo hasta que el glande estuvo todo dentro de mi boca. Chupe, chupe con gran gusto, me encantaba hacerlo, comenc� a chupar solo la cabeza, pero la mano de Juan en mi boca me obligarme de tal modo que me met�a hasta la mitad de la pija adentro, mas no me cab�a, pero por suerte con eso Juan estaba satisfecho, y yo ni hablar, era mi primera vez y sent�a un gusto indescriptible en estar chupando una pija as� grande. Me afirm� en el piso me agarr� de sus fuertes muslos y sorb� su verga como una posesa.-
.- �As�, as�!, que bien me la chupas, que puta sos M�nica, segu�... siii, agggggg
Un chorro de leche c�lida choc� con mi garganta y se desliz� dentro m�o. Pero despu�s, hubieron m�s, muchos m�s en mi boca, en mi lengua, era de un sabor tremendamente salado y no tan agradable, no importa, pens�, mi macho me da su leche, y yo debo chuparla, y lentamente me la fui tragando toda, al menos toda la que qued� en mi boca, porque me dio tanta leche que mucha se escap� de esa boca y chorre� por los costados de mis labios, cayendo y goteando desde mi ment�n a mi pecho.
Me port� como la puta que era y segu� chupando y tragando, hasta que sent� la pija de Juan fl�cida. El la sac� de mi boca y me dio su mano para ayudarme a ponerme de pie, se comportaba como un caballero.
.- Que bien estuviste Moni, hac�a rato que no me la chupaban as�.-
.- Gracias, Juan, me gust� mucho chup�rtela.
.- Ma�ana a la tarde que vas a hacer.-
.- No se, �por?
.- Porque estoy solo en casa a partir de las cuatro, si queres podes venir y me haces feliz de nuevo.-
.- Bueno voy a ver si puedo ir -le contest� ocultando que mi coraz�n lat�a desbocado mientras pensaba, tengo que ir, debo ir, debo encontrar la forma de ir.
El me sonri� �y me dio un beso!, en la mejilla, pero un beso al fin, como si fuera una mujer.
Nos vestimos, y nos despedimos.
.- Chau, y ojala puedas venir ma�ana Moni.-
Al d�a siguiente me despert� pensando en esa tarde, lo primero que hice, luego de desayunar fue convencer a mi mam� que me dejara ir a jugar a la casa de Juan, que me hab�a enviado (en realidad no le estaba mintiendo). Mam� que lo conoc�a a Juan y sab�a de la diferencia de edades al principio no estaba muy conforme, pero luego ante mi insistencia accedi�.-
Como era verano y hac�a bastante calor a la tarde en casa se fueron a dormir la siesta. Aprovech� entonces ese momento para entrar en la habitaci�n de mi t�a (ella no estaba por esos d�as) De all� tom� una tanguita negra que ya le hab�a usado y sab�a que me quedaba bien, un sost�n haciendo juego y luego busqu� medias de nylon. La mayor�a que ten�a eran pantys pero yo quer�a de las otras que resultaban m�s sexys. Busqu� y rebusqu� en su caj�n de lencer�a y las encontr�. Eran tambi�n negras, y ten�an un el�stico de encaje en la parte superior, entend�a que eran realmente lindas. Luego revis� otro caj�n y de all� tom� un l�piz labial, rubor para las mejillas y sombra para los p�rpados. Me llev� todo a mi habitaci�n. All� me desnud� y tom� una crema que era de mi mam�, para suavizar la piel, quer�a estar lo m�s femenina posible, quer�a ser su M�nica. Yo ya hab�a experimentado con la crema, sab�a que cuando me la pasaba, mi piel quedaba como m�s sensible, adem�s de m�s suave. Una vez que mi piel absorbi� toda la crema me puse la tanga, meti�ndola bien entre mis nalguitas en la zona de atr�s, luego el sost�n y posteriormente las medias. El solo hecho de sentir como el nylon se deslizaba en la piel de mis piernas produjo que mi muy peque�o pene se erectara. Estaba totalmente excitado, mejor, excitada, y decidida a ir a la casa de Juan y dejar que me sometiera. Mir� el reloj y advert� que eran cerca de las 4 de la tarde. Me apur� a vestirme, encima de la ropa interior femenina con mis ropas de var�n y, finalmente, sal� para la casa de Juan.-
No pod�a evitar que el coraz�n latiera desbocado, y un cosquilleo en el est�mago de solo pensar en lo que vendr�a. De todas formas me intranquilizaba que en las dos cuadras y media que ten�a que hacer hasta la casa de quien me iba a convertir en mujer me cruzara con alg�n amigo y me pidiera explicaciones de a donde iba o me propusiera ir a jugar a alg�n otro lado. El �nico juego que yo quer�a en esos momentos era el de jugar a ser una mujer para Juan.
Cuando llegu� a su casa me sent�a sumamente nerviosa, y casi temblando apret� el timbre de la puerta. Los instantes que pasaron hasta que esta se abri� me parecieron una eternidad, solo cuando vi que Juan se asomaba me qued� un poco m�s tranquila, sobre todo cuando lo escuch� llamarme por mi nombre de mujer.-
.- M�nica, viniste, �que bien la voy a pasar!
En cuanto entr� Juan me dio un beso en la mejilla �Que dulce! pens� yo, me sent�a totalmente emocionada. Despu�s de eso me tom� de la mano y me condujo a su habitaci�n. El cosquilleo de mi est�mago era casi insoportable.
.- Para que trajiste ese bolso? -me pregunt�.-
.- Traje algunas cositas, dejame pasar al ba�o. Juan puso cara de sorprendido, pero me indic� donde quedaba el ba�o que estaba en suita con su habitaci�n.-
Yo entr� y all� me quit� la ropa exterior, quedando con mi sost�n, mi tanga y mis medias. Saqu� del bolso las sandalias y me las puse. Los tacos elevaron mi cola y la hicieron m�s paradita, y le dieron forma femenina a mis piernas, estaba realmente emocionada. Tom� el maquillaje, me puse color en las mejillas, sombra en los p�rpados y me pint� los labios. Abr� la puerta y sal� del ba�o. Juan ya estaba desnudo, esper�ndome en la cama, cuando me vio sonri� complacido y dijo:
.- Desde ayer estoy so�ando con que vinieras y me dieras una sorpresa como esta. M�nica, que buena estas, quien lo hubiera dicho, date una vueltita, dejame ver esa colita en bombachita. MMM, siiii, que linda colita, y la ten�s virgencita, todav�a, de verdad?
.- Si -dije yo excitada y feliz de lograr que mi hombre se sintiera feliz conmigo.-
.- Que raro, siendo tan putita como sos, pero no importa, hoy te hago la colita y te voy a dejar el agujerito bien abierto, est�s lista para eso?
.- Si mi amor.-
.- Bueno, ahora ven�a, as� como estas y empez� a hacer eso que hac�s tan bien, como anoche.- me dijo mientras se tomaba el pene ya casi totalmente erecto ofreci�ndolo para que lo introdujera en la boca.-
Fui hasta su cama, caminando en mis sandalias de taco, tratando de no caerme y moverme lo m�s sensualmente femenina que pod�a. Me acost� en la cama, me quit� las sandalias y dirig� mi cabeza a la altura de su pubis. Le tome la verga, y comenc� a acarici�rsela, logrando ponerla ya totalmente dura.
.-Ay, Juan, que dura la ten�s.-
.- Te gusta as�, bien dura.-
.- Si, mi amor, mucho- y para demostr�rselo comenc� a besarla dulcemente en su cabeza tan bulbosa, suave y c�lida. R�pidamente se me hizo agua la boquita y le rodee la punta con mis labios para ir engull�ndola hasta la mitad de su largo, ya que m�s no me cab�a en la boca, y yo quer�a disfrutar de succionarlo y no que me produjera arcadas y esas cosas. Para que sus movimientos no pasaran el tope se la agarr� a esa altura, me sent�a excitada de estar chup�ndole el pene, pero de manejarlo tambi�n, total, conque yo le chupara esa porci�n ya lo hac�a delirar, era maravilloso sentir que yo tambi�n ten�a algo de control sobre �l. Succion� haci�ndolo con verdaderas ganas, me gustaba y esperaba el momento de sentir su eyaculaci�n en mi boca, y tragarme un poquito de su leche, se la chup� as� por 10 minutos, sinti�ndolo suspirar y moverse, con mi mano libre acaricie su pecho, me encantaba sentir el relieve de sus m�sculos en mis dedos, sent�a que el se calentaba cada vez m�s, y me acariciaba el cuerpo en forma amorosa, mi espalda, mis nalgas, y mis muslos. En un momento sent� un peque�o tir�n, era de mi sost�n, que el hab�a desprendido, me lo quit� y continu� succionando mi delicioso postre. Pero en un momento me pidi� que parara y me sac� con sus manos del lugar que ocupaba.-
.- �que paso, te enojaste conmigo?
.- No M�nica, es que me est�s haciendo acabar y no quiero hacerlo en tu boca, sino en tu culito sin estrenar, quiero que en tu primera vez lo sientas muy llenito de leche de hombre.-
.- Est� bien, mi amor, lo que vos quieras -le dije y aprovech� para estirarme pegada a su lado, esperando lo que sucedi�, el me abraz� y me apret� contra su cuerpo desnudo y caliente, y me mantuvo abrazada a �l, hasta que se decidi� y me dio mi primer y dulce beso en la boca.-
.- Ay, Juan que lindo, no puedo esperar m�s, haceme tu mujer.-
El me mir� y me sonri� se incorpor� en la cama y comenz� a quitarme la media de una pierna, luego la otra, despu�s me hizo ponerme boca abajo en la cama y me quit� la tanga.-
.- No me canso de admirar este culito de nena que ten�s, ahora voy a ser el due�o de �l.
Sac� algo de la mesa de luz al lado de su cama, v� que era una crema que con delicadeza comenz� a untar en mi ano, aprovechando para meterme un dedito ante lo cual suspir� mimosa. Luego se puso un poco en su pene dej�ndolo brillante y hermoso, y comenz� luego a acariciarme la cola y separar mis nalguitas y recorr�rmelas todas, pude percibir la punta de su pija en mi agujero, me puse un poco nerviosa, pero trat� de relajarme, presion� y sent� como entraba la puntita de su miembro, una vez que lo tuvo all� puso sus manos a mis costados y se sostuvo haciendo fuerza desde all� y empez� a penetrarme. Cuando la parte m�s bulbosa de su cabeza violaba mi ano sent� algo de dolor, pero cuando toda la cabecita entr� y mi esf�nter se cerr� alrededor de su cilindro de amor el placer fue enorme. Las sensaciones f�sicas eran tan placenteras, y la psicol�gica de sentirme la parte femenina de la relaci�n igual tambi�n. Sent�a su movimiento y cuando me quise dar cuenta, sent� claramente que ten�a a Juan totalmente metido dentro m�o.-
.-AAyyyyy siiii mi amor, cog� a tu nena.-
.- Te gusta?, putita
.- Aggg siii, me gusta Juan, me gusta ser tu nena, me gusta ser cogida, me gusta dejarme coger por un chico, y que me la meta as� toda adentro...ayyyy- dije cuando el comenz� su movimiento de mete y saca, estaba en el cielo. La lubricaci�n que me hab�a puesto funcionaba de maravilla, y yo gozaba ser cogida por primera vez de un modo inmenso. Me tom� de la cintura oblig�ndome a ponerme de rodillas, con mi cola en pompa facilitando aun m�s la penetraci�n. Ah� estaba yo, en la cama, con la cola levantada, tomado por la cintura, y macho detr�s, meti�ndome su hermosa y dur�sima pija; no pod�a dejar de suspirar, y lanzaba ayyyys, y ahhhhh, con expresi�n femenina y mimosa. Al dar vuelta la cabeza v� en la cama, al lado m�o las medias y la bombachita que Juan me hab�a quitado para dejarme desnuda y cogerme con tanto vigor, �que placer!, �que mujer me sent�a! Sent�a su movimiento, su vientre golpeando mis nalgas, sus test�culos pegados a m�; cuando su verga entraba me produc�a una deliciosa cosquilla interna que me excitaba, sent� claramente que estaba cerca de mi propio orgasmo, incre�ble, iba a acabar sin tocarme y solo por disfrutar como me cog�an, Juan ten�a raz�n, estaba hecha toda una putita.-
Juan me embest�a cada vez con m�s fuerza, hasta que un momento, me la meti� toda, pero ya no se retiro, se qued� all�, empuj�ndome m�s todav�a y as� me hizo su mujer, cuando yo sent� un l�quido tibio que me llegaba profundamente en las entra�as. �Juan estaba acabando dentro m�o! y me llenaba de leche de macho, y al pensar en eso, sin tocarme y sin que mi peque�a verga estuviese totalmente erecta, tuve mi orgasmo descargando una relativamente peque�a cantidad de semen (comparado con lo que Juan me met�a adentro) pero con una sensaci�n de placer indescriptible.-
Juan se mantuvo dentro m�o, hasta que su verga se afloj� y sali� sola de mi culo haciendo que por el ahora bien abierto orificio comenzara a rebalsar la leche que me hab�a dejado. Sent�a ahora el l�quido caliente caer por mis propios test�culos, y por mis muslos. Me qued� un poco cortado, porque ya hab�a ensuciado las s�banas de Juan con mi leche y ahora lo har�a con la de �l. Juan cay� realmente agotado a mi lado en la cama y se dio cuenta de mi predicamento y entonces me dijo:
.- No te preocupes, despu�s voy a cambiar las s�banas, ven�, ven� aqu� conmigo y alarg� el brazo para que yo me pudiera acurrucar en �l y quedar abrazada a su desnudo cuerpo. Me parece que te gust�.-
.- Si claro, mi amor, me encant�, me cogiste tan bien, me hiciste gozar mucho. Pero, �y yo?, �yo te gust�?.-
.- Claro que s�, sos la mejor mina que he tenido, me dejaste agotado -yo sonre�a orgullosa, otra vez sent� que ten�a cierto poder sobre �l -pero no te preocupes, porque descanso un poco y te hago la cola de nuevo, te lo prometo M�nica, quedes que te lo haga de nuevo?
.- Hac�mela cuantas veces quieras mi amor.- Y ahora fui yo quien tom� la iniciativa y levante mi cabeza para ponerla junto a la de �l y darle el m�s amoroso de los besos. Fue lindo, porque el me contesto, y lo hizo abraz�ndome y acariciando todo mi cuerpo. As� nos quedamos, juntitos, pegaditos, hasta que le dije que necesitaba ir al ba�o, me se�alo una puerta y me dijo que cuando hiciera dejara la puerta abierta para verme que hac�a como una ni�a. Cumpl� con su deseo, inclusive me limpie despu�s de hacer y aprovech� para lavar mi parte trasera para dejarla limpita para que Juan me volviera a coger. Luego volv� a la cama, movi�ndome lo m�s mujer que pude, y tom�, sin pedir permiso el lubricante y me fui colocando yo mismo en mi trasero, que sent� muy, pero muy abierto, para quedar preparada para cuando mi machito me quisiera someter de nuevo. El me mir� sonriendo:
.- Como me calent�s putita.-
Yo me acost� nuevamente a su lado sonriendo y le dije
.- �S�?, �te caliento mucho?, a ver cuanto.- y llev� mi mano a su adorada pija y comenc� a masajearla. Reaccion� de inmediato.-
.- �Juan se te est� parando de nuevo!, �como me gusta! �que macho sos!
.- Y vos sos toda una hembra.-
.- Ay gracias Juan, me encanta que me digas eso, quiero ser tu hembra, nada m�s que eso, nunca voy a querer otra cosa que ser la hembra.-
.- Que bien, porque yo solo quiero hacer de macho.-
A esta altura de semejante conversaci�n ya estaba casi totalmente dura la pija de Juan, entonces me dijo.-
.- Ven�, ahora te vas a sentar encima y te la voy a meter as�.-
Me indic� como quer�a que me pusiera. Me puse a horcajadas de �l, arrodillada en la cama, d�ndole la espalda y con mi cola a la altura de su pene. Gir� la cabeza por sobre mi hombro y lo mir� desde all� sonriente, luego me incorpor� un poco, para hacer coincidir mi ano con la punta de su pija, que el sosten�a vertical, cuando eso logr� fui bajando mi cuerpo, meti�ndomela yo solita.-
.- Aaaaaahhhhhhgggggg dije con la penetraci�n y luego ambos nos pusimos en movimiento. Otra vez el c�mulo de sensaciones embargo todo mi ser, sub�a y bajaba alrededor de la pija de mi hombre, en el movimiento la m�a, fl�cida se mov�a hacia abajo y hacia arriba sin ning�n signo de su actividad masculina, otra vez estaba en la gloria. Esta vez Juan estuvo muchos minutos cogi�ndome con entusiasmo, hasta que sent� claramente como su cuerpo se tensaba, me tomaba fuerte de la cintura, tir�ndome hacia abajo y me penetraba lo m�s profundo que pod�a y despu�s el delicioso momento en que mi hombre dejaba dentro de m� todo su vigor hecho lechita. Yo no eyacul� esta vez, pero sent� claramente el �xtasis del orgasmo en el preciso instante que la leche de Juan me inundaba por dentro. Ahora fui yo la que cay� totalmente agotada a la cama.-
.-ayy Juan, me mataste, no me pudo mover de cansada.-
.- pero al menos est�s contenta?.-
.- Mas que contenta, mi amor, feliz, feliz de ser tu mujer y de sentirte dentro m�o, y de que me cojas as�.-
Estuvimos descansando un buen rato, y despu�s decidimos ba�arnos, est�bamos sudados, y pegajosos de tanta leche que hab�amos derramado.
Me fui con Juan al ba�o y nos metimos juntos en la ducha. El me tom� de atr�s y me apret� contra su cuerpo, acarici�ndome. Entonces yo gir� mi cabeza y nos besamos, mientras el recorr�a mi cuerpo mojado con sus manos. Me sent� de nuevo excitada. Pero me contuve. Ya me hab�a comportado como demasiado puta. El me enjabon� la espalda y la cola, la que limpi� con toda dedicaci�n. Yo hice lo mismo pero en todo su cuerpo.-
Y s�, salimos de la ducha, nuevamente calientes. Me llev� al living y me hizo apoyar en la mesa, me lubric� el ano, y me cogi� as� parado, esta vez dur� una eternidad, y ya al final sent�a que las piernas no me pod�an sostener, de cansancio y de placer. Llegamos al final, otra vez los dos juntos. Y as� termin� aquella maravillosa tarde, que ya se hab�a hecho noche.-
Esa tarde comenc� mi relaci�n con Juan, de quien fui una verdadera novia en su casa. El se dedic� a comprarme ropa de mujer que yo usaba cuando iba a ella, pero nunca nadie m�s se enter� de eso y en el barrio segu�a siendo el mismo "chico" de siempre. Pero, me dur� poco, a los tres meses Juan se mud� a otra provincia y nunca m�s supe de �l.-
Espero que mi historia les agrade, y les env�o a todos un gran beso: M�nica



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Relato: La Escondida
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