Al transcurrir la ma�ana, no cambiaba el humor de la chica,
de veras se hab�a encabronado conmigo. �Y ahora qu� pod�a hacer? Realmente
quer�a con ella, pero ya todo se hab�a ido por un tubo.S�lo me quedaba una
alternativa, esperar hasta que estuviera menos molesta y hablar con ella,
despu�s de todo, ambos nos hab�amos quedado con las ganas... ese era mi consuelo
y esperanza.
Mientras desayun�bamos, la mam�, aunque sab�a perfectamente
lo que pasaba (ni que fuera son�mbula), le pregunt� a la joven qu� ten�a. Parece
que esa fue la gota que derram� el vaso porque se puso como energ�mena.
- ��Pues qu� va a pasar?! �Par de cabrones! no se hagan...
- ��yeme, no me hables as� que soy tu madre y merezco
respeto!
- �Qu� respeto ni qu� nada! Bien que anduviste de puta anoche
con este wey, hasta se dieron el lujo de hacer todo el ruido que pudieron...
�anda, dime que no es cierto! En todas las caba�as los oyeron.
- �Lo que pasa es que t� quer�as ser la que estuviera con �l
anoche! �yo no pod�a permitir que mi hija...
Lo mejor era hacerme el loco para escapar de ese momento
infernal, pero como estaban discutiendo tan acaloradamente, ni cuenta se dieron
de cu�ndo me sal�.
Fui a caminar por las calles de Acapulco y luego me tend� un
rato en la playa, disfrutando de la c�lida arena y permitiendo que el agua
mar�tima me ba�ara las piernas con su r�tmico oleaje.
Me empez� a ganar el hambre pero no ten�a ganas de regresar a
la caba�a, seguramente las encontrar�a all� con sendas jetas. Ni modo, el hambre
es canija y me encamine de nuevo al campo de batalla, a ver c�mo me iba, no
hab�an alcanzado a reclamarme nada.
Al llegar, todo estaba en silencio, parec�a que no estuviera
nadie, fui a la cocina a prepararme algo; no quise ni asomarme a las
habitaciones para no provocar m�s problemas.
Com� en silencio, lo m�s que pude, pero como el silencio casi
siempre viene acompa�ado de la reflexi�n, mi mente vag� hasta la cuesti�n
inicial, �c�mo habr�a de arreglar las cosas para terminar en los brazos
anhelados?
De pronto se oyeron unos pasos descalzos, agach� la cabeza y
cerr� los ojos como queriendo perderme en la profundad hip�crita de mis
pensamientos.
Escuch� mi nombre de los labios a�n llorosos de la chica de
mis fantas�as y no pude hacer otra cosa que abrir los ojos y dirigir la mirada
hacia ella.
- Mi mam� se fue a La Quebrada, yo no quise ir...
Se notaba que hab�a perdido la batalla
- ...disc�lpame, s� que a ella la conoces desde hace mucho y
que quiz� te sientas m�s atra�do por ella...
- No, mira... (interrump� queriendo explicarle)
- No, esp�rate (inquiri�). La verdad es que ayer me puse muy
cachonda cuando est�bamos bailando y pens� que te atra�a como t� me atraes...
- No creas, en serio me atraes y quer�a pasar la noche
contigo (le dije ahora impidiendo que siguiera), eres una chica muy bella y
atractiva.
Fue entonces cuando me fij� en que tra�a puesto su bikini con
una toalla enredada al rededor de la cintura.
Aprovech� el momento para explicarle lo que en realidad hab�a
sucedido, claro, arreglando un poco las cosas para no verme tan ojete, como un
insensible.
Termin� abraz�ndola y ella se solt� en un mar de l�grimas.
Por fin la ten�a en mis brazos, pero no en las condiciones que deseaba, a�n as�
su piel se sent�a tersa y su cabello, a pesar del alboroto de almohada que le
ocurri� durante el momento anterior a mi llegada, estaba muy suave y h�medo,
humedad que, sospech�, era de sus mismas l�grimas.
La abrac� fuerte y le di un beso en la mejilla pidi�ndole que
dejara ya de llorar, me enterneci� hasta lo m�s profundo.
- Si quieres, esta noche me escapo para quedarme contigo.
Fue entonces cuando me dijo lo que en realidad estaba
pasando. Su mam� ya me hab�a echado el ojo y desde hac�a mucho tiempo quer�a
acostarse conmigo, por eso tantas atenciones de su parte.
O sea que de esa manera estaba pagando el viajecito...
(pens�)
�Qu� chingona! Pus entonces, a como diera lugar, me echar�a
al caramelo que ten�a por hija.
Otra vez le di un beso en la mejilla, pero ahora rozando sus
labios, ella se dej� llevar y busc� los m�os. En un instante nuestras lenguas se
hab�an encontrado.
Nos separamos y miramos a los ojos, le dije, tom�ndola por la
cintura:
- Ven, vamos a ba�arte para que te veas m�s bonita, para que
seas de nuevo la mujer radiante que eras ayer.
No dijo nada y nos encaminamos pausadamente al ba�o,
abrazados. Abr� la llave y le quit� la poca ropa que llevaba La met� al agua y
tras ella entr� tambi�n, sin importar que me mojara la ropa.
Le puse shampoo en el cabello y comenc� a masajear haciendo
espuma que, por efecto del agua, escurr�a sensualmente por su cuerpo rodeandole
los magn�ficos senos. Ella ten�a los ojos cerrados.
Tom� el jab�n y se lo pas� por los hombros, resbalaba como
mantequilla en su piel, era tan hermosa. Segu� enjabon�ndola por todo el cuerpo,
deteni�ndome un poco m�s en sus pechos, cuyos pezones endurecidos dominaban mi
vista.
Me fui quitando la ropa como fue posible, pues el agua la
pegaba a mi cuerpo y no fue nada f�cil.
Explor� cuanto pude en su piel acariciando sus brazos,
piernas, espalda, cintura, nalgas, todo, todo lo que estuviera a mi alcance.
Incluso le regaba peque�os besos en cualquier parte. Su vagina estaba mojada y
no sab�a diferenciar entre los l�quidos que bajaban por el interior de sus
muslos. Bes� y acarici� su cl�toris con la lengua, �que sabor tan glorioso!
Nuestros cuerpos ya estaban libres para acercarse, ella
tambi�n me pas� el jab�n por todos lados, en desorden, me exploraba con el
pretexto del jab�n, y cuando estuvo hincada frente a m�, me bes� la punta del
miembro, que ya estaba completa y descaradamente erguido. Sin despegarle los
labios sigui� bes�ndo y lamiendo con los ojos cerrados.
�C�mo lo est�bamos disfrutando!
Me agach�, la tom� de la nuca con ambas manos y la bes�.
qued� en cuclillas y ca� al piso, quedando ella encima de m�.
�comod� su cuerpo sobre el m�o sinti�ndo mi erecci�n entre
sus piernas, estaba justo en su entrada y para entonces mis manos se hab�an
adue�ado de sus firmes senos, que masaje� a gusto y con entera libertad.
Suavemente la volte� para quedar encima de ella. Abri� sus
piernas dispuesta a ser penetrada, pero en lugar de ello surqu� su figura conlas
manos y coloqu� los labios sobre su vulva. La quer�a disfrutar completamente.
Primero roc� su cl�toris con los labios, luego con los dientes y despu�s le hice
c�rculos con la lengua. Unos instantes despu�s le introduje la lengua en la
vagina. Ella me tomaba de la cabeza como para apresarme en su maravillosa celda.
El chorro del agua me ca�a en la espalda y salpicaba mi
cabeza de una forma rotunda. Me mov� para saborear su boca y perderme de nuevo
en un profundo beso. La comenc� a penetrar, al principio con el puro glande, que
jugueteaba en la entrada de su vagina, ella gem�a y se entregaba a las
sensaciones, los gestos de su cara denotaban un gran placer, los sonidos de su
voz me estimulaban notablemente.
Por fin me decid� a perderme completamente entre sus piernas,
en la fuente de su caudal resbaloso y cautivante.
Con un brazo me sosten�a sobre el suelo mientras con la otra
mano le apretaba un seno y mis besos se adue�aban de su boca.
Fui acelerando el ritmo y mi cabeza qued� junto a la suya, el
eco de nuestro placer resonaba por todas las paredes del ba�o. Lleg� el climax,
ambos gritamos y nos paralizamos, ella ba��ndome abundantemente con sus flu�dos
y yo inundando su intimidad.
Terminamos rendidos. Ella me mir� a los ojos y me dio un
sutil y largo beso en los labios. Nos abrazamos descansando uno en los brazos
del otro.
Sin darme cuenta, las rodillas me sangraban, el piso del ba�o
no hab�a quedado lo suficientemente resbaloso con el jab�n y el esfuerzo hab�a
sido incalculable.
Escuchamos la puerta del ba�o cerrarse, volteamos con cara de
horror, seguramente su mam� nos hab�a visto, �qu� tanto?, no s�. Seg�n yo, hab�a
dejado cerrado.