Desde que a los diecis�is a�os abandon� Tenerife no hab�a
vuelto a pisar la Isla, por eso al recibir la carta de mi amiga Imelda, de la
que hac�a tant�simo tiempo que no sab�a nada, me hizo much�sima ilusi�n. En
estos momentos mis �nimos no estaban para fiestas, pero en su carta adem�s de la
invitaci�n a Los Carnavales hab�a ciertos datos que me hac�an recordar mi
infancia y mi primera juventud. Aquellos tiempos en que mis inexpertas hormonas
se alteraban a la simple vista del chico de mis sue�os. Un amor imposible por
varios motivos, primero nuestro parentesco, pues su padre y el m�o eran
hermanos, y adem�s unos hermanos mal avenidos, el segundo motivo que imped�a
nuestro amor, la enemistad de nuestras familias.

Bueno� esos eran los motivos que imped�an "mi amor", porque
mi primo ni siquiera me ve�a, era totalmente invisible para �l. Bueno� para �l y
para la mayor�a del g�nero masculino, hasta los diecisiete a�os si alguien se
fijaba en m� era por mis horribles aparatos odontol�gicos, mis poco atractivas
coletas o mi sobrepeso.

Andr�s ten�a cinco a�os m�s que yo, era guap�simo, alto,
moreno, unos ojos verdes preciosos, y una sonrisa por la que se mor�an todas las
chicas entre quince y veinticinco a�os que le conoc�an. Adem�s era el capit�n
del equipo de f�tbol, y el primero de su promoci�n en los estudios, en fin, era
el chico ideal, el que quita el sue�o a cualquier mujer casadera.

Volv� a leer la carta� la repas� deprisa hasta volver a poner
mi vista en la Posdata.

Esas palabras se hab�an quedado grabadas en mi cerebro,
empec� a fantasear pensando en lo que har�a o dir�a cuando me viese. Al llegar a
Catalu�a mi metabolismo hab�a cambiado, adem�s me matricul� en una escuela de
baile, no, no es que me pensase dedicar a eso, pero nunca me hab�an gustado los
gimnasios, y bailar era una forma como otra cualquiera de hacer ejercicio, mi
figura se estiliz�, mis movimientos se hicieron gr�ciles, y al fin los aparatos
de los dientes con gran regocijo por mi parte fueron a parar al cubo de la
basura.

En fin, que el cuento del patito feo en m� se hizo realidad.
Todav�a recuerdo en las Navidades del 86, cuando ten�a 18 a�os y en una obra de
teatro desempe�� el papel de Salom�, s�, Salom�, la que bail� la danza de los
siete velos ante Herodes, y cuando este le dijo que le pidiese lo que quisiera,
la muy macabra pidi� la cabeza de Juan el Bautista. Bueno� el caso es que yo
hab�a estado ensayando en mi clase de baile esa danza del vientre, por eso no
tuve ning�n problema para que me eligiesen de protagonista, y mi danza de los
siete velos hizo levantarse la sala entera y los aplausos duraron una eternidad.

S�, pens�, ir�a a los Carnavales, y mi disfraz ser�a de
odalisca, los a�os de machacar mi cintura tendr�an que servir para algo� �qu�
mejor forma de demostrar a mi querido primito lo que se hab�a perdido!.

Sal� de Barcelona una ma�ana lluviosa, dos grados de
temperatura, y los partes meteorol�gicos dec�an que seguir�an bajando. Antes de
salir de casa, hab�a comprobado por Internet la temperatura de Tenerife: ���27�,
alucinante!!! So�aba con bajar del avi�n y comenzar a sacarme ropa, como si
fuesen las consabidas capas de una cebolla� ansiaba poder disfrutar del
maravilloso clima primaveral de aquella querida isla.

Tres horas de viaje reales, que con el cambio de horario se
quedaron en dos de reloj por la hora menos de las Canarias. Este juego de las
horas me encantaba, sol�a bromear con los amigos, pregunt�ndoles si sab�an
porque para ir a Tenerife se empleaban dos horas y para volver cuatro, las
respuestas eran incre�bles, divertidas e ingeniosas.

Al llegar al aeropuerto mi amiga estaba esper�ndome. Imelda
no ten�a la menor idea de cual era mi aspecto actual, porque cuando se vieron
ella y mi hermana Miriam, esta no llevaba ninguna fotograf�a m�a. La busqu�
entre la muchedumbre que esperaban la llegada del avi�n, y no tuve que
esforzarme mucho, su cara era inconfundible, seguramente cuando tuviese noventa
a�os seguir�a teniendo esa cara pecosa, simp�tica, tipo Pipi Calzas largas que
tanto �xito le hab�a proporcionado de jovencita. Me acerqu� a ella, y poni�ndome
ante sus ojos le dije.

Era un poco de coqueter�a y orgullo, yo sab�a muy bien lo
cambiada que estaba, pero disfrutaba viendo la cara de sorpresa de la gente que
hac�a tiempo que no me hab�a visto.

Nos abrazamos, volv�amos a ser las ni�as de quince a�os que
se contaban confidencias y compartieron sus primeras experiencias sexuales. Las
mismas ni�as que pasaron parte de su vida en un internado, durmiendo una al lado
de la otra, y que por motivos que ahora no comprend�a hab�an estado tantos a�os
sin comunicaci�n.

Recogimos mi equipaje, y salimos en busca de su coche para
dirigirnos a La Laguna, donde ella resid�a actualmente.

Antes de llegar a su domicilio paramos en un restaurante a
comer algo, la comida del avi�n es horrible y adem�s con los nervios no fui
capaz de comer nada. Ahora, ya relajada, me hab�a dado cuenta de que estaba
hambrienta, y me mor�a por comer unas "papas arrugadas con mojo pic�n".
Aprovechamos el momento para ponernos al corriente de toda nuestra vida desde el
momento en que nos despedimos en el Puerto, una noche de octubre, hac�a ya
veinti�n a�os, hasta el d�a de hoy cuando felizmente nos volv�amos a encontrar.
Hablamos de todo, aunque a m� de lo que m�s me interesaba hablar era de la
posdata de la carta.

--- �Quieres que vayamos a verlo?--- dijo Imelda

Mientras tanto Andr�s, ajeno a lo que se le ven�a encima,
estaba en su piso, aburrido, intentando ahogar en alcohol sus frustraciones.
Trabajaba de piloto para una compa��a de vuelos charter, y como �l sol�a decir
en otra vida tuvo que ser p�jaro, porque solo volando se sent�a totalmente
feliz.

La tarde fue un desastre� una vez mas, mi equipo hab�a vuelto
a perder estrepitosamente, tantos a�os de afici�n al f�tbol, tantos partidos
jugados en mis horas libres, y tantos cabreos �ltimamente con mi equipo�
necesitaba otra cerveza� otro s�bado que no ten�a ganas de quedar con nadie para
salir. El caso es que no ten�a que volar hasta el mi�rcoles, y el ambiente
carnavalesco en las calles invitaba� me estaba amuermando� decid� darme una
ducha para espabilarme. No descartaba incluso salir s�lo� ya encontrar�a a
alguien conocido por los bares. No ten�a prisa bajo el agua. Me estaba sentando
fenomenal, adem�s, era pronto.

Al terminar la ducha, me afeit� siempre me han tachado de
pijo por esto, pero nunca salgo sin un buen afeitado. Tambi�n me gusta vestir a
la moda y oler muy bien� siempre fui muy presumido. Empezaba a ser otra persona.
Estaba despejado y ya casi no me dol�a la derrota de ese equipo. Busqu� otra
cerveza y puse buena m�sica en lugar de ver la tele. Me dedicaba a pensar por
donde empezar�a la noche... me sent�a bien�

El timbre me sobresalt� no esperaba a nadie� fui con pocas
ganas a abrir. Casi que prefer�a no hablar con nadie en ese momento� �mi amiga
Imelda�! otra vez en casa sin avisar� pero esta vez se hab�a vestido distinto�
�OH sorpresa�! se hab�a vestido con� ���.UN PEDAZO DE AMIGA COMO UN TREN!!! Mis
ojos no sab�an donde mirar� pero bueno� me la present�

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--- �Hola Andr�s! Se que no te gusta mucho que venga de
sorpresa, pero imaginaba que estar�as de capa ca�da con lo de tu equipo y,
venimos a sacarte de tu guarida� Perdona, ella es Luc�a� viene esta noche con
nosotros�---

�

�

Ten�a un acento extra�o y dulce, con toques canarios incluso,
pero me gustaba hasta c�mo hablaba� cuando ya hab�amos tomado la segunda copa, y
el ambiente era relajado, hasta el punto que parec�a que nos conoc�amos desde
mucho mas que un par de horas, entre risas y buen humor, llamamos a mi buen
compa�ero de copas, Javier (el cual, c�mo cr�pula empedernido, ya estaba en un
bar), y quedamos con �l en un concurrido garito de la avenida.

Pasaron dos horas m�s� pasaron las presentaciones, las
primeras copas en los bares� pero lo que no pasaba era mi deseo por Luc�a� no
paraba de hablar
conmigo� de sonre�rme� de mostrar sus dotes de seducci�n� pero� �por qu� cuanto
m�s tiempo estaba con ella, mas sensaci�n ten�a de que la hab�a visto antes? por
mas que le preguntaba por su vida, mas se hac�a la loca � me sacaba a bailar� me
estaba poniendo a mil.

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Me encantaba mi primo, ya no ten�a nada que ver con aquel
guapo jovencito que yo recordaba, hab�a madurado, y se le ve�a seguro, muy
varonil y decidido, parec�a la clase de hombre que sabe lo que quiere y que sin
mirar a su alrededor va a por ello� y o mucho me equivocaba o en estos momentos
lo que mi primito quer�a era yo� y seguro que lo iba a tener, pero le har�a
sufrir un poco, solo para resarcirme de lo mucho que yo hab�a sufrido por �l.

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A eso de las 6 de la ma�ana� consider� que era momento de
manifestar mi deseo� y la muy astuta me dej� darle un pedazo de beso sin prisas�
interminable� jugoso� con todo mi cuerpo fundido al suyo� con la ilusi�n juvenil
de cuando se tiene 20 a�os� Dentro de m�, hab�a un animal encerrado� mi
potencial de energ�a sexual estaba a 100%, listo para desatar toda su energ�a,
como los motores de los aviones antes de la carrera de despegue�

Pero esa noche tuve que abortar el "despegue"�. se despidi�
de mi� sin mas� "la semana dar� mucho se s� no te precipites�" y sin dar
cr�dito a lo que estaba pasando me encontr� s�lo en el coche, camino de casa,
pensando en la invitaci�n que nos hab�an hecho a Javier y a m� para pasar la
noche del lunes de carnaval en la fiesta de disfraces del club N�utico. No pude
conciliar el sue�o hasta las 9 de la ma�ana.

El domingo y el lunes por la ma�ana, adem�s de no parar de
pensar en Luc�a, andaba como un zombi, tratando de recuperarme. La tremenda
siesta del lunes me sincroniz� totalmente, y para no romperme la cabeza agarr�
el mismo disfraz de dos a�os antes y que ten�a perfectamente guardado: el de
sult�n! Tengo que reconocer que no me quedaba mal (su dinero hab�a costado�)
adem�s, con la perilla que ten�a entonces, me iba que ni pintado� Imelda me
hab�a dicho que ellas iban por su cuenta, pero que no nos dir�an sus disfraces,
que tendr�amos que encontrarlas� no me pareci� mala idea, me dedicar�a a buscar
a Luc�a desde el principio.

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Nos despedimos de los chicos casi a las siete de la ma�ana,
mi trabajito me cost� mantener a Andr�s a raya, y digo que me cost� trabajo,
porque si �l me ten�a ganas, muchas m�s le ten�a yo, ganas atrasadas, de muchos
a�os de autosatisfacerme recordando su cara, sus gestos, incluso su voz que
ahora me parec�a tan diferente. So�aba con sentirme en sus brazos, y cuando me
bes� pens� que me derret�a all� mismo. El domingo lo pasamos casi al completo
durmiendo, quer�amos estar bien descansadas para el baile del club N�utico. El
lunes quise visitar El Teide, me hac�a mucha ilusi�n subir la monta�a y recordar
tiempos pasados. Imelda trabajaba, y yo aprovech� una excursi�n programada, por
lo cual estuve todo el d�a fuera.

�

Era la hora de vestirnos para ir al baile. Me hab�a probado
el disfraz antes de meterlo en la maleta y comprob� que aunque hab�an pasado un
mont�n de a�os todav�a lo pod�a usar. Pero ahora, mir�ndome con detenimiento,
pod�a comprobar los cambios que en esos a�os hab�a dado mi cuerpo, mis caderas y
vientre se hab�an redondeado, y los velos cayendo desde mi estrecha cintura me
daban un ex�tico y sensual aire de odalisca, mis pechos hab�an aumentado al
menos dos tallas y parec�an querer reventar el brillante sujetador que a duras
penas los conten�a� mov� la cintura insinuando los movimientos de una serpiente,
y el espejo me devolvi� la imagen de una sensual hur� preparada para la
seducci�n.

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En el club N�utico no cab�a un alma, c�mo otros a�os...
Javier, que iba disfrazado de payaso, no paraba de hacer el �dem, y yo ya
llevaba dos copas y ni sospechaba qui�n podr�a ser Luc�a. Me estaba
impacientando� Eso s�, entre conocidas, algunas de ellas azafatas, y
desconocidas me estaba poniendo a cien de tanto rocecito� De pronto vi unas
caderas� S�, unas caderas� S�lo mire a UNAS CADERAS�

Un perfecto disfraz de odalisca� �joder qu� caderas�! un
piercing de unas cerezas en el ombligo� que apenas consegu�a ver con el perfecto
movimiento de vientre que realizaba mientras se acercaba� velo tap�ndole la
cara� se me hel� la sangre� �reconoc� los ojos y esa min�scula cicatriz en la
sien...! �se iba a enterar...! pensaba hacerme el loco y disfrutar de ella
haci�ndole creer que no sab�a quien era�

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Hac�a rato que lo hab�a visto llegar, �l nos hab�a dicho que
ir�a vestido de sult�n, y yo pens� que su disfraz era perfecto para completar el
m�o, pero no le quise decir de que ir�a disfrazada, quer�a jugar un poco con �l.
Imelda se hab�a disfrazado de diablesa, y hac�a rato que se hab�a emparejado con
un diablo de grandes cuernos y un gran rabo, que ella en broma me dijo que ojal�
estuviese en concordancia con... el otro rabo que esperaba probar esa noche.

Yo por mi lado hab�a conseguido ligar con el disk-jockey y el
tipo disfrutaba viendo como contoneaba la cintura, y como mov�a el torso
haciendo girar los pompones que llevaba en el sujetador, por ese motivo no
escatimaba la m�sica �rabe, para que yo pudiese lucir mis encantos, y desde
luego que aprovechaba todas las oportunidades. Me fui acercando siguiendo el
ritmo de la sensual m�sica, cimbreando la cintura, con r�pido batir de caderas,
los velos se agitaban en mi ondulante vientre, produciendo movimientos como las
olas en una marejada. Camin� hacia donde estaba mientras a mi paso se iba
formando un pasillo con los asistentes vestidos con los m�s diversos y
originales disfraces. Llegu� hasta �l y mis caderas al moverse r�tmicamente al
comp�s de la m�sica rozaban su cuerpo, y sus manos parec�an tener vida propia
intentando agarrar mis nalgas para apretarlas contra el prominente bulto que se
adivinaba bajo la t�nica.

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�Qu� baile�! �Qu� roces�! no cruzamos ni una palabra� cada
vez mas pegados� estaba disfrutando como un enano� mi t�nica era de una seda
fina, y debajo s�lo llevaba un peque�o slip de licra fina, con lo que al bailar
pegados mi bulto se adher�a perfectamente a su vientre� estaba a punto de
estallar� pero se dio media vuelta y prosigui� su baile entre el gent�o�

Entre alg�n que otro beso en el cuello� estiraba �ste �ltimo
para intentar ver a Luc�a, y lo que ve�a era desmoralizador� lo mismo que hizo
conmigo, lo estaba haciendo con m�s de un tipo ��joder! �C�mo era posible que me
pusiera celoso si s�lo la hab�a visto un d�a�? A mi edad�., con mi experiencia�.

No deb�a dudar mas� decid� poner de nuevo potencia de
despegue a mis motores� esta vez, no abortar�a� Me introduje en la zona de
baile� ella estaba de espaldas, tonteando con el tipo de enfrente, no tuve si no
que volver a rozar, esta vez su trasero, con mi de nuevo abultado miembro para
que ella continuara su danza sin darse la vuelta� sab�a que era yo� no se
cuantos minutos estuvimos as� la sujet� por la cintura y la bes� por detr�s en
el cuello� no quer�a levantarse el velo porque cre�a que la iba a reconocer�
�qu� inocente�!.

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Sin girarme sab�a que era �l, su olor era inconfundible,
sent� sus labios en el cuello y me electriz� totalmente, se apret� contra mis
nalgas y el bulto de su pene traspas� las finas gasas de los velos. Debajo de
los velos yo solo llevaba un diminuto tanga, que cada vez que levantaba una
pierna al comp�s de la m�sica, atra�a la mirada de todos los varones menores de
90 a�os que se encontraban en la sala.

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As� c�mo est�bamos (yo sujet�ndole la cintura por detr�s),
nos fuimos desplazando hacia la zona de las terrazas� fuera s�lo se o�a la
m�sica como ruido de fondo� mis manos se olvidaron de la cintura para
acariciar con cierto salvajismo sus desnudos pechos bajo la leve seda
semitransparente que los cubr�a� sus nalgas se mov�an c�mo antes en su baile�
mi polla no aguantaba mas� notaba en ella los latidos de mi coraz�n... c�mo si
de un caballo en plena carrera se tratara�

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Lo estaba consiguiendo, en ning�n momento desde que le vi
puse en duda que lo lograra, era demasiado transparente, o demasiado caliente,
ese punto a�n no lo ten�a claro pero tampoco me importaba demasiado.
Necesitaba tenerle. Llevaba demasiados a�os so�ando con este momento y sab�a
que hab�a llegado� yo lo sab�a, y mi sexo lo sab�a y estaba preparado.

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Con rapidez, mientras con una mano comprobaba que su sexo
estaba empapado con la otra, apart� mi leve slip a un lado y su tanga s�per
el�stico hacia el otro� me introduje en ella con una facilidad impresionante,
debido seguro al exceso de lubricaci�n que ambos ten�amos�

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Sent� como entraba en mi cuerpo, como si siempre hubiese
estado dentro de �l, como si ese fuera el hueco que hab�a esperado desde que
sali� del �tero materno� yo me sent�a llena, con el sentimiento de haber
colocado la ultima pieza que faltaba en mi cuerpo� y �l no lo sab�a� todo mi
ser se estremec�a al simple contacto de sus manos y mi sexo ard�a con el roce
de su sexo. Entraba y sal�a produci�ndome oleadas de placer y mi vagina lo
acog�a y oprim�a anhelando el n�ctar de su pasi�n. Mord�a su cuello para
ahogar los gemidos que a duras penas pod�a acallar. Sus manos oprim�an mis
gl�teos, buscaban mis pechos, su excitaci�n era de locura y con una fuerte
embestida final, dej� que el r�o caliente de su semen se vaciase dentro de m�.

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No se cuanto dur� aquel polvo� y adem�s es lo de menos�
hab�a gente a no menos de 20 metros� la oscuridad nos proteg�a en parte, pero
nuestros gemidos pod�an delatarnos en cualquier momento�

A medida que se aceleraban mis pulsaciones y nuestros
gemidos aumentaban not� que est�bamos a punto de estallar�. me recre� en ese
momento� un torrente de semen se dispar� con fuerza dentro de ella� un grito
com�n nos pudo haber dejado en evidencia� un fuerte abrazo interminable,
agarr�ndola por su cintura adorn� el tremendo polvo�

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Fue fant�stico� muchas noches hab�a so�ado este encuentro,
pero ni en mi mas calenturiento sue�o pod�a imaginar estas sensaciones, pod�a
sentir el orgasmo en mi piel, en mis ojos, en mi pelo, en mis labios� estaba
totalmente electrizada� no pod�a ni moverme, mi coraz�n desbocado ped�a a
gritos una tregua, pero mi cuerpo necesitaba m�s, mucho m�s�

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Nos quedamos as� unos minutos, con la respiraci�n agitada�
luego ella se levant�, di� media vuelta y nos fundimos en un beso c�mo el de
la noche del s�bado�

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Nos abrazamos y su lengua se perdi� dentro de mi boca,
explorando todos los rincones, deleit�ndose en ellos. Andr�s a�n ansioso de
los nuevos sabores que acababa de probar, quer�a seguir investigando mi
cuerpo, pero yo ten�a otras ideas en la cabeza�.

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�Estaba en la gloria...! Hac�a a�os que no me sent�a tan
bien despu�s de un polvo� parec�a que ella tambi�n� apenas hablamos en ese
momento� cogidos por la cintura volvimos al interior para reponer fuerzas�

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Mi mente no dejaba de trabajar... s� hab�a estado muy
bien, pero la noche era joven, y de ninguna manera iba a dar por terminada la
velada con un "polvillo" de nada, adem�s se le notaba que �l tampoco hab�a
tenido suficiente. Mientras nos tom�bamos una copa consegu� llegar hasta me
rendido disk-jockey, que me miraba con ojos de cordero degollado, haciendo uso
de todas mis artes de seducci�n consegu� un "CD" de m�sica �rabe, y con
disimulo lo sujet� con el tanga.

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�

No hab�amos terminado la copa y ya est�bamos bes�ndonos
como posesos� aquello requer�a mas sexo� ya en el coche y sin despedirnos de
nadie me encontr� conduciendo con rapidez a mi casa, mientras ella no dejaba
de besarme� acariciarme el miembro� chup�rmelo� me cost� aguantarme hasta
llegar a casa�.

Entramos en el apartamento sin despegarnos� sin dejar de
jugar con todas las partes de nuestro cuerpo� largos minutos de excitaci�n y
pocas palabras� me empuj� bruscamente encima de la cama� me desnud�
r�pidamente hasta dejarme s�lo el slip� y pas� a actuar con toda lentitud.

---"Me recuerda a una de mis braguitas� dijo Lucia�me
encanta�"---

Jug� con �l largos minutos� lo estiraba� lo mord�a� lo
bajaba� lo sub�a... ten�a el glande totalmente empapado de lubricante� empez�
a mamarlo con mimo� y cuando parec�a que iba a correrme apret� fuertemente mi
polla con una mano, estrangulando el riego sangu�neo y evitando as� que me
corriera� sab�a perfectamente lo que hac�a� me dej� as�, y se separ�. se
acerc� al equipo de m�sica, coloc� un CD que no se de donde sac� porque yo no
ten�a esa clase de m�sica� sonaba dulzona, machacona, con unos sonidos
met�licos y
sensuales� parec�a la m�sica que sonaba en la fiesta� el caso es que ella
empez� a moverse delante de m�

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Quer�a volverlo loco, ver como los ojos se escapaban de sus
orbitas tras el movimiento de mis caderas. Descalza a los pies de la cama me
ofrec�a cimbreando todo mi cuerpo, fui arrancando mis velos uno por uno y sin
dejar de bailar los pas� por su cara� su pecho� sus piernas� su cuerpo se
estremec�a al contacto de la gasa, y su pene amenazaba con romper el tanga. El
coraz�n me palpitaba desenfrenadamente me costaba respirar� mi excitaci�n era
latente� y �l lo sab�a, estaba disfrutando de mi baile como nunca lo hab�a
hecho, esperando su final para recoger el premio que en cada movimiento se
insinuaba.

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Me record� al baile que hizo en el club N�utico... pero con
una diferencia� sus ojos ten�an un brillo sobrenatural� sus labios estaban
entreabiertos� aquella cara desped�a una sensualidad jam�s vista antes por
m�. empez� a quitarse los finos velos que la cubr�an� emanaba excitaci�n y
deseo por todos sus poros� segu�a movi�ndose como una serpiente encantada�
cuando ya s�lo le quedaba el tanga se abalanz� sobre m�, con la idea de que yo
se lo quitase� la volte� hasta ponerla a cuatro patas� por detr�s se lo baj�
s�lo hasta las rodillas� ella segu�a movi�ndose c�mo antes en su baile� mi
labios besaron su sexo� estaba empapado� mi lengua hizo su trabajo� su orgasmo
fue instant�neo�

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No pod�a m�s, su sabia lengua me estaba volviendo loca, mi
cuerpo no hab�a dejado de agitarse desde el mismo momento en que sus manos
tocaron mi cuerpo, la m�sica segu�a sonando, y mis caderas no paraban de
contorsionarse siguiendo el comp�s del sensual ritmo. Sent� un fuerte
cosquilleo en el vientre y todo mi sistema nervioso pareci� estallar en un
orgasmo apote�sico. Mord� la almohada queriendo sofocarlo, pero no pude evitar
un gemido de placer que reson� en la habitaci�n, como un grito de triunfo
despu�s de una vencedora batalla.

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La volte� de nuevo� todav�a respiraba agitada� introduje mi
polla de nuevo con extrema rapidez entre tanto fluido� el jinete empez� a
galopar de nuevo� al principio, r�pido� al final� c�mo el rayo�

Los gritos de placer callaron cualquier m�sica de fondo� el
estallido final fue un grito casi gurutal� c�mo de ahogo� la sonrisa posterior
delataba un goce inmenso�

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Quedamos agotados, abrazados �ntimamente, sin separar
nuestros sexos, Andr�s se durmi� r�pidamente, con esa cara de gozo� de macho
saciado� con una media sonrisa en la cara que delataba su fantas�a, lo mas
probable es que continuara la danza en su sue�o. Yo no pod�a dormir, hab�a
quedado enganchada en mi propia telara�a� hab�a conseguido mi sue�o, pero era
muy posible que se convirtiera en mi pesadilla� �c�mo le dec�a ahora, que yo
era su prima? �l me odiaba�. seguro� me lo demostr� infinidad de veces de
ni�os, y lo mas probable es que me siguiese odiando� Lo hab�a enga�ado,
seguramente que nunca se hubiese acostado conmigo sabiendo que era su prima�
���jooo� veinte a�os y no hab�a conseguido olvidarlo, y eso que el ni siquiera
me hab�a mirado...!!! �Y ahora como lo iba a olvidar? Amanec�a cuando consegu�
conciliar el sue�o en medio de mis oscuros pensamientos.

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Cuando despert� a la ma�ana siguiente, por primera vez en
muchos a�os, me encontr� abrazando a la persona que me hab�a dado placer la
noche anterior� lo entend�a� no s�lo me hab�a dado mucho m�s que las otras,
sino que realmente me gustaba estar con ella� realmente, me hab�a robado algo
mas que sexo�.

"Buenos d�as Andr�s�" dijo d�ndose la vuelta� la bes� nos
quedamos mirando�

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�

Empez� a hablar de ella� se me hel� la sangre cuando
termin� de decirme lo que menos me esperaba�

Era c�mo si me hubieran golpeado en la cara con un guante
de boxeo� estaba aturdido� los primeros segundos despu�s de escucharla, ni
siquiera asimilaba� tard� en localizar a Shere� ni me acordaba de ella� Tuve
que hacer un esfuerzo para visualizar a una gordinflona y mocosa chiquilla que
correteaba con otras ni�as en mi entorno familiar, y que siempre estaba
molestando con el jaleo que ten�a en el cuerpo...

SHERE�.. No pod�a ser� ���SHERE�.!!! ���Diosssss�.!!!! me
est� tomando el pelo�

Estaba desnudo, junto a ella� (�Luc�a? �Shere? �Mi prima?).
Me sent�a todo lo contrario que la noche anterior� Mi polla estaba tan
reducida que se pod�a guardar en un dedal� no sab�a donde esconderme...

Le habl� de mi amor por �l, de mis sue�os, de mis ilusiones,
de las noches de insomnio pensando en poder vivir alg�n d�a una noche como la
que hab�amos pasado juntos, de mis complejos al no conseguir que me mirara, del
fracaso de mi matrimonio porque mi coraz�n se hab�a quedado en la isla� de
tantas cosas� le cont� de mis esperanzas al saber que era libre, y que yo
tambi�n lo era� s� no llegu� a �l por casualidad, fue todo premeditado. Deseaba
tenerlo, necesitaba su amor m�s que el aire que estaba respirando. Pero no lo
iba a agobiar m�s, volver�a a Tarragona y ya nunca m�s volver�a a molestarlo. Me
vest� r�pidamente con los ojos enrojecidos, no esperaba que se volviera loco de
alegr�a al saber que era su prima, pero tampoco esperaba que me mirase de esa
manera� parec�a que estaba viendo al mism�simo diablo. Abr� la puerta y sal�
corriendo.

No pod�a reaccionar� no me di� tiempo a pensar� cuando empec�
a darme cuenta, ya estaba s�lo� aturdido�.

Tom� r�pidamente un caf� y me dispuse a poner en orden mis
ideas. Empezaba a ser yo� empezaba a echarla de menos� empezaba a no acordarme
de la Shere peque�a, sino de la Shere adulta que tanto me hab�a dado en unos
d�as�

Estaba triste por ella. Se fue casi llorando� me sent�a como
el peor de los humanos. Ten�a que haber evitado que se fuera de esa manera�
Llam� inmediatamente a Imelda.

No perd� el tiempo. En 15 minutos estaba all� no quise
entrar en su dormitorio, pero le ped� a Imelda que me dejara s�lo all� mientras
esperaba a que saliera del dormitorio.

Una hora despu�s se asom� sus ojos estaban rojos. Ten�a cara
de cansada y de sorpresa�"Hola", dijo sin mirarme a la cara�

Me levant� me acerqu� a ella� la abrac� me apret� con
fuerza� estuvimos as� unos minutos... estaba gimiendo de los nervios. De nuevo
me dio la sensaci�n de tener en mis brazos a aquella ni�a� pero me di cuenta de
que la quer�a como a la mujer que hab�a descubierto� me hab�a enamorado despu�s
de tanto tiempo�

En ese momento llamaron al timbre del portero autom�tico�

Cog� mi bolsa de viaje, y al entrar en el ascensor volv� la
cara y observ� su mirada triste, le sonre� le tir� un beso con los dedos y antes
de cerrar definitivamente la puerta del ascensor le dije�.