Pasaba el tiempo y a �l cada vez se le ocurr�an nuevas formas
de hacerme suya. Encontraba placer en mi sufrimiento, en mi sumisi�n. Nada le
excitaba tanto como verme rendida a sus pies dici�ndole "soy tu puta" y
rog�ndole que me cogiera.
Y realmente era su puta. A veces no pod�a pensar en otra cosa
que no fuere c�mo ser�a nuestro pr�ximo encuentro. Sent�a una mezcla de intriga
y miedo pero indudablemente me gustaba, y mucho. El solo hecho de recordarlo
hasta hoy hace que me moje como si lo tuviera delante de m�, listo para tocarme,
para besarme, para cogerme.
Alcohol y drogas eran invitados infaltables en nuestras
citas, y daban paso a la acci�n en tan solo unos instantes. Sin darnos cuenta
est�bamos desnudos, bes�ndonos desesperadamente hasta que en un momento nos
deten�amos. Entonces me dirig�a al ba�o y ambos sab�amos lo que vendr�a despu�s.
Yo aparecer�a frente a sus ojos, vestida y maquillada como una puta, tan
provocativa como en sus sue�os. El tiempo que demoraba apront�ndome nos ayudaba
a excitarnos m�s a�n. �l se imaginaba lo que ver�a, yo lo que me har�a.
En una de las noches que recuerdo con m�s frecuencia yo
llevaba un cors� y portaligas negros. El color en mis labios hac�a juego con mi
falda roja, de largo insuficiente para cumplir su funci�n de cubrir. De todas
formas no estaba ah� para tapar sino para sugerir. Medias de red negras
adornaban mis piernas y los zapatos altos realzaban mi figura. Mi pelo, tambi�n
negro, iba atado en una cola de caballo, que �l utilizar�a a su antojo para
dirigirme.
Cuando sal�, la luz tenue de las velas acompa�ada por m�sica
suave daba un toque perfecto al entorno de la habitaci�n. La expresi�n de su
cara al verme era siempre distinta. A veces de sorpresa, a veces de lujuria,
pero siempre denotaba placer. Le gustaba verme vestida como una puta, sobre todo
porque sab�a que lo hac�a tan solo para complacerlo. Cuando mir� a m� alrededor
vi elementos que no estaban ah� antes de retirarme. Hab�a varias almohadas, un
plato, un vibrador y... ya no pude ver m�s cuando me cubri� los ojos. En ese
momento, solo quer�a saber qu� m�s hab�a en el cuarto y como pretender�a usar
todas esas cosas.
Aunque sab�a que no obtendr�a respuesta se lo pregunt�, pero
solo me dijo que me enterar�a en su debido momento y que a partir de ese
instante no quer�a escucharme hablar. Solo ten�a permitido gemir. Suavemente me
recost� en la cama y me orden� masturbarme mientras �l preparaba "algunos
detalles que faltaban".
A pesar de que mor�a por saber cuales eran sus planes cumpl�
sus �rdenes y comenc� a tocarme imaginando c�mo me iba a coger. Mi concha
perfectamente depilada empez� a mojarse mientras acariciaba mi cl�toris y cuando
introduje dos dedos adentro se me escaparon algunos gemidos. Al sentir sus pasos
acerc�ndose supe que me estaba observando y eso me excit� a�n m�s. Me llev� mi
otra mano a la boca y chup� mis dedos uno por uno, despacio. Seguramente eso le
dio la idea de meterme el vibrador en la boca. Yo pens� que estaba
suficientemente mojada para que entrara f�cilmente sin lubricarlo pero a �l le
excitaba verme chuparlo. Lo hice con ganas, pretendiendo que era su pija la que
estaba caliente en mi boca. Sab�a que no aguantar�a mucho en reemplazarlo por su
propia verga y as� fue. Pasaron solo unos segundos antes de que el vibrador
estuviera en mi concha y fuera su pija la que pasara a ocupar mi boca. Estando
recostada me resultaba complicado chuparla como se debe, as� que me sent� sin
quitar el vibrador de mi concha, me saqu� la venda que cubr�a mis ojos y le ped�
que se recostara contra la pared. As� podr�a estar sentado y mir�ndome
atentamente mientras se la chupaba.
Primero acerqu� mi boca hacia su pija bien dura y me qued�
quieta durante un rato, dejando que sintiera mi aliento cerca. Quer�a, jugar,
haci�ndolo desesperar un poco, pero no fue demasiado paciente y en seguida
empuj� mi cabeza hacia abajo, indic�ndome que deseaba algo diferente. Entonces
lentamente mi lengua comenz� a hacer peque�os c�rculos alrededor de la punta.
Sin dejar de mirarlo en ning�n momento la recorr�a con mi lengua de arriba hacia
abajo, chupando tambi�n sus huevos mientras apreciaba sus caras de placer, y �l
las m�as. Apenas cerr� los ojos por primera vez, me la met� toda en la boca,
casi hasta mi garganta. Entonces el movimiento empez� a ser de abajo hacia
arriba, suavemente al principio y luego apretando mis labios cada vez con m�s
fuerza. As� segu� hasta que cuando estaba por llegar al orgasmo me dijo que
dejara de chuparla. Pero yo estaba demasiado entretenida y no le prest�
atenci�n. Tuvo que tirarme del pelo para que quitara mi boca de ah� y me recost�
nuevamente sobre la cama.
Acariciaba mis mejillas suavemente, pero yo ya sab�a lo que
eso significaba, me iba a pegar por haber desobedecido. Cerr� mis ojos esperando
el castigo. Encendi� el vibrador que a�n ten�a en mi concha y continu� con sus
caricias que se hab�an ya convertido en suaves golpecitos. Mientras gem�a por
las sensaciones que me daba el vibrador en su m�xima potencia, �l iba
incrementando gradualmente la fuerza de los golpecitos hasta que en un momento
lo que recib�a eran cachetadas fuertes. A veces eran en una mejilla, a veces en
la otra. �l retiraba la mano antes de pegarme por lo que yo nunca sab�a de d�nde
vendr�a el golpe y eso me excitaba incre�blemente, tanto que de pronto me
encontr� gritando de placer.
Cuando not� que mi grado de excitaci�n era tan alto decidi�
sacarme el vibrador de la concha y me puso boca abajo sobre la cama. Me quit� la
falda pero dej� el resto de mi atuendo intacto y coloc� unas almohadas debajo de
mi vientre para que mi culo quedara m�s arriba y as� tener acceso completo. Se
puso detr�s de m� y me empez� a chupar la concha, como s�lo �l sabe hacerlo. Su
lengua tocaba mi cl�toris suavemente mientras sus dedos me penetraban
intermitentemente y mis gemidos aumentaban en frecuencia y volumen. Al cabo de
un rato, con sus dedos a�n en mi concha me empez� a acariciar el culo con la
lengua. Recorr�a mi agujerito lenta y suavemente y yo sent�a c�mo se iba
dilatando mientras me entregaba al placer profundo que me invad�a.
Finalmente lleg� el momento, nunca pude evitar oponer
resistencia a su primer intento de introducir sus dedos en mi ano. Pero despu�s
de tantas veces, el ya sab�a como solucionar el problema. Se acerc� a mi o�do y
con una voz suave me dijo: "Shhhh, quedate tranquila, ya sab�s que sino te voy a
tener que pegar, eso va a hacer que se te cierre y te va a doler m�s as� que
mejor abrilo..." La idea de que me hiciera contraer a�n m�s con su dedo dentro
no me gustaba demasiado y por lo tanto intent� como pude relajarme y dejarme
hacer. Pero no me era tan f�cil lograrlo y apenas lo not� me dijo que lo
mantuviera abierto con mis propias manos. Aunque eso me hac�a sentir puta y no
me convenc�a del todo la idea, obedec� su orden y abr� mis nalgas tanto como
pude para que su dedo pudiera moverse sin problemas. Ya lo hab�a lubricado
suficiente y al no tener resistencia pod�a meterlo y sacarlo a su gusto. Fue
introduciendo m�s dedos casi sin que me diera cuenta hasta que de pronto los
sac� todos, dejando un vac�o insoportable en m�. Tom� nuevamente el vibrador y
coloc� la punta contra mi ano pero lo dej� quieto ah� sin moverlo. Me orden�
ponerme a cuatro patas y me dijo que me quedara quietita, sin intentar met�rmelo
dentro. Con la sensaci�n de vac�o que ten�a, solo su pija ser�a m�s tentadora
que ese vibrador, pero realmente se hac�a dif�cil quedarme quieta, y fue peor
a�n cuando sus manos empezaron a acariciarme las nalgas. Al cabo de un rato la
excitaci�n ya no me permiti� quedarme quieta y comenc� a moverme hacia atr�s,
haciendo presi�n contra el vibrador y meti�ndolo dentro de mi ano hasta que
lleg� al fondo.
Una vez que lo tuve dentro lo encendi� a una velocidad lenta,
me volvi� a recostar sobre las almohadas que ten�a debajo y me puso una mano
detr�s para que lo sostuviera de modo que no se saliera de su lugar. Luego se
recost� a mi lado, poniendo su cara cerca de la m�a. Mientras tocaba mis tetas
por debajo del cors� observaba mis caras de placer y disfrutaba de verme tan
excitada. Entonces me pregunt�:
- Que quer�s ahora?
- Que me cojas, le dije entre gemidos.
- Sab�s que eso no va a pasar por un buen rato, que quer�s?
si no lo ped�s va a ser peor.
Sab�a que lo que el estaba buscando era que le pidiera que me
pegara pero me costaba hacerlo, porque sab�a que me iba a doler, que no tendr�a
piedad conmigo, porque nunca la tuvo y no me gustaba tener que ped�rselo. Pero
siempre terminaba haci�ndolo. Con el vibrador en el culo y sus manos en mis
tetas estaba al borde del orgasmo pero no quer�a acabar porque sab�a que la
noche era larga y era mejor esperar para que el orgasmo fuera m�s intenso.
Finalmente lo dije...
- Quiero que me pegues.
- As� nom�s lo vas a pedir?
- Por favor... quiero que me pegues, por favor!!
- Ah bueno, si es lo que quer�s...
Esa iron�a... siempre lo hac�a me obligaba a decir algo y
luego hac�a parecer como si todo hubiera sido cosa m�a, cuando en realidad yo
solo lo dec�a porque cumpl�a �rdenes.
Se levant� de la cama y se retir� pero me prohibi� mirar
hacia donde �l se encontraba. No sab�a que era lo que hab�a ido a buscar, ni lo
imaginaba, pero lo deduje r�pidamente cuando me toc� con el cintur�n la primera
vez. Subi� la potencia del vibrador y me acarici� suavemente con el cuero del
cintur�n, pero poco a poco los encuentros entre mi piel y el cuero se fueron
tornando m�s y m�s fuertes haci�ndome contraer el ano alrededor del vibrador con
mucha fuerza. Me dol�a si, pero estaba excitada como nunca y no pod�a parar de
gritar en reacci�n a cada golpe.
Despu�s de unos cuantos azotes dej� el cintur�n de lado y sin
ning�n pre�mbulo meti� su pija bien dura en mi concha. Bajo esa doble
penetraci�n cre� que iba a acabar instant�neamente, pero con la misma velocidad
y sorpresa con la que entr�, sac� su pija antes de que mi orgasmo llegara a
comenzar y la acerc� a mi boca para que la chupara y le limpiara todos mis
flujos. Me permiti� chuparla un rato, hasta que una vez m�s estuvo cerca del
orgasmo y se volvi� a retirar. Mi desesperaci�n estaba llegando a l�mites nunca
antes alcanzados, no hab�a nada en el mundo que quisiera m�s en ese momento que
tener su pija caliente dentro de m� pero el segu�a haci�ndome desear.
- Por favor, meteme tu pija en la concha!!
- No, no quiero
- Haceme acabar por favor, no puedo m�s....
- Bueno, lo voy a pensar...
Entonces lleg� el final, me quit� el cors� y se puso debajo
de m�. Me chup� las tetas mientras me tocaba el cl�toris durante tan solo unos
segundos y explot� en gemidos mientras ten�a uno de los mejores orgasmos de mi
vida. Fue largo e intenso, y al terminar ca� arriba de �l pensando que me podr�a
quedar ah� un buen rato descansando. Pero no fue as�, el no hab�a tenido su
orgasmo a�n. Sus manos empezaron a tocarme casi inmediatamente, y pronto estar�a
inmersa en una nueva excitaci�n. Nuevamente era suya, y el har�a de mi lo que
quisiera.