HUMILLADA POR LAS DEUDAS 2
Despu�s de haber sido humillada por Pablo en su despacho y
casi sin tiempo para reaccionar, me dirig� hacia su casa tal y como me hab�a
ordenado. A las 6 en punto de la tarde estaba llamando al timbre de su puerta y
temiendome lo peor, porque su mujer, Marta, me hab�a odiado siempre y ahora
aprovechar�a para vengarse de m�.
Me abri� la puerta la misma Marta, me mir� desafiante,
sabedora de su posici�n frente a m�. Yo, avergonzada mir� al suelo.
Vaya, vaya a quien tenemos aqu�.- Dijo Marta en tono
burl�n. A la reina del colegio. Pasa, Pasa.
Entr� en la casa directamente a un sal�n donde se
encontraba Pablo sentado en un sof�.
Ahora ya no se te ve tan altiva como en el colegio. Ya no
pareces la reina. Me ha dicho Pablo que eres una perrita sumisa y obediente,
no?
Me limit� a asentir con la cabeza sin decir nada.
Vamos, quiero oirte decir bien alto que eres una perra
sumisa
Soy una perra sumisa
As� me gusta.
De la situaci�n y los nervios que me produc�a empec� a
sentir unas tremendas ganas de orinar y comet� el error de pedirle a Marta:
Por favor, puedo ir al aseo?
�Para que.- Dijo Marta.
Me daba verg�enza tener que explicar que quer�a hacer pis,
pero las ganas eran cada vez mayores y no tuve m�s remedio que decir:
Quisiera hacer pis.
Jajajaja, hacer pis?.- Dijo Marta. Las perras no hacen
pis, las perras mean. A ver, que quieres hacer?
Quiero mear.
Eso est� mejor. Pero las perras no mean en el aseo,
verdad?.- Dijo Marta. Las perras mean en la calle o en el jard�n. As� que
sal al jard�n y mea all� que te veamos.
No ten�a mucha elecci�n o me lo hac�a alli mismo u obedec�a
y sal�a al jard�n. As� que sal� al jard�n y Marta y Pablo me siguieron.
Ponte en cuclillas en el c�sped y b�jate las bragas y mea
all� mismo, perra!
Me baj� las braguitas hasta las rodillas , me puse en
cuclillas y me puse a hacer pis bajo la atenta mirada de los dos que se re�an
de verme en esa situaci�n. Cuando termin� de hacer pis, fui a subirme las
bragas pero Marta me orden� que no lo hiciera.
Estoy pensando que las perras no llevan bragas, ni ropa,
as� que quitatelo todo.
Me empec� a desnudar delante de Marta y Pablo, hasta quedarme
totalmente desnuda.
Sabes siempre he envidiado lo guapa que eras y lo bien
que estabas. Y tengo que reconocer que sigues est�ndolo.
No pude reprimir una ligera sonrisa de triunfo, pese a estar
siendo humillada, hab�a algo que no podr�a alcanzar Marta ni en sue�os, y era
alcanzar mi belleza. Pero la sonrisa se me iba a helar en la cara, cuando Marta
sigui� hablando.
Sabes lo que m�s he envidiado siempre de ti?.- Tu pelo,
esa larga cabellera rubia, que hac�an suspirar a todos los chicos incluido a
Pablo.
La verdad es que siempre he tenido un pelo muy llamativo,
no como Marta que ten�a cuatro pelos tiesos, de rata.
Bueno, como no puedo consentir que me perra, mi criada
tenga un pelo m�s bonito que el m�o, he decidido pelarte al cero.
Eso era demasiada humillaci�n, una cosa era estar desnuda y
dejarme follar el culo, ser una perra delante de ellos pero si me pelaban Al
cero todo el mundo me ver�a as� y ser�a demasiado humillante.
No, por favor, Marta eso no har� lo que quieras pero no
me peles al cero. Por favor.- Dije poniendome de rodillas
Jajajaja, claro que te voy a pelar al cero y har�s lo que
yo quiera.. Porque si no ya sabes lo que te espera.
Cogi� unas tijeras y una maquinilla de afeitar y empez� a
cortarme el pelo alli en el jard�n, desnuda y de rodillas ve�a caer los
mechones de mi pelo, mientras lloraba sin parar de rabia, impotencia y
humillaci�n.
Cuando termin� de pelarme al cero, me dijo:
As� estas mejor, una perrita pelona, jajajaja.
Bueno, ahora vas a venir conmigo a ponerte tu uniforme de
criada . Me hizo ir a una habitaci�n y ponerme un vestido negro muy corto,
con un delantalito blanco con puntillas y una cofia, lo que resultaba de
todo punto humillante, sobre todo la cofia en mi cabeza rapada.
La verdad es que estas rid�cula, jajajaja. No llevar�s
bragas ni sujetador, esta ser� toda tu ropa.
Ahora ir�s andando por la calle hasta casa de cuatro
amigas a llevarles unas invitaciones, quiero que se las entregues en mano y
sigas las instrucciones que te den.
Cuando vi los nombres de los sobres me quer�a morir, todas
eran antiguas compa�eras del colegio, por lo que la humillaci�n de que me
vieran pelada al cero y con cofia y uniforme de criada iba a ser tremenda, lo
que no sab�a es que adem�s de esa humillaci�n me esperaban otras en las casas
de sus amigas.
continuar�