Mis hermanos me pervierten
Me estaba ba�ando y ni me hab�a dado cuenta que hab�a dejado
la puerta abierta. De repente, a trav�s de la rendija abierta entre la puerta y
la pared vi un ojo celeste. Atin� a taparme y despu�s pens�: juguemos un rato,
que podr�a pasar? Ya me hab�a lavado el pelo de modo que decid� empezar a jugar
con el jab�n. Me lo pas� alrededor de los pezones durante un rato hasta que se
pusieron duritos, luego en el est�mago, siempre muy despacio...... despu�s
intent� hacerlo entrar en mi concha, acompa�ando cada intento con un inquietante
jadeo. Me puse de espaldas al ojo celeste, saqu� mi culito redondo para fuera y
pas� el jab�n con suavidad por la raya mientras apoyaba las tetas contra la
pared.
El agua ca�a a raudales por mi cuerpo, la ducha segu�a
abierta e imaginar la visi�n que generaba ese ojo celeste me excitaba tanto que
pens� en llegar hasta el orgasmo sea como sea. Si el ojo quer�a acompa�ar mi
vaiv�n yo no tendr�a problema. Cerr� la ducha y me sent� en uno de los laterales
de la ba�era, con las piernas abiertas, con mi conchita limpia mirando
directamente al ojo celeste. Abr� la manguera y empec� a masturbarme con agua
fr�a. El chorro que sal�a de esa peque�a flor era muy potente. Lo pas� por mis
pezones, en un ida y vuelta fren�tico mientras los tocaba con mi mano libre.
Hummmm, me hac�a doler un poco pero me excitaba. Luego, sin dejar de tocar mis
tetas, dirig� el chorro feroz a mi concha. Abr� mi vulvita a las aguas danzantes
que golpeaban como miles de l�tigos y entre im�genes de ojos celestes mir�ndome
y esos minitaladros en mi cl�toris, que me hac�an saltar de placer, acab� en un
orgasmo saciador....
Cuando el ojo vio que ya estaba recuperada de mi vuelo
org�smico se transform� en toda una figura: mi hermana, la Menor. Y me hice la
sorprendida...
Dejo la ducha prendida?
Si, bueno, ehhhh, si, dejala nom�s que me voy a ba�ar yo
tambi�n.
Quer�s que te enjabone la espalda? Pregunt�
No, no, no, yo puedo sola, gracias.
Bueno, como quieras.
Nunca hab�a tenido este tipo de experiencia, digo, no era mi
primera vez masturb�ndome pero era mi primera ante un ojo celeste. Y un ojo
celeste conocido. Me "vest�" con un toall�n y sal� para mi habitaci�n.... All�,
mientras me pon�a la bombacha y el corpi�o pens� en mi hermana... tal vez ella
estar�a jugando como hab�a jugado yo. En puntas de pie fui hasta el ba�o y ahora
era mi ojo verde el que espiaba. Hab�a dejado la puerta casi cerrada y no pod�a
ver. Aguc� el o�do intentando o�r alg�n jadeo pero tampoco percib� nada. La
puerta se abri� de repente. Casi ni me dio tiempo para disimular y falt� poco
para que me le cayera encima. A ella no pareci� interesarle mucho.
Me arrepent�. Me enjabon�s la espalda?
Claro.
Estaba a�n vestida con tanguita y corpi�o. Se sac� el corpi�o
delante de m� como dici�ndome que ella tambi�n pod�a dar shows. Sus tetitas
tiernas saltaron, volviendo a su lugar enseguida. Las mir� como seguramente ella
hab�a mirado las m�as. Y luego, cuando toc� el turno de la tanguita, se dio
vuelta, se agach� y fue bajando la tanguita de a poco haci�ndome ver su peque�a
vulvita peluda. Se meti� en la ducha.
No te ba��s conmigo?
Si, claro.
Me met� en la ducha despu�s de sacarme la bombacha y el
corpi�o, la di vuelta y empec� a enjabonarle la espalda. Hab�a una de esas
esponjas �speras. Ella tom� la esponja y me dijo:
Limpiame toda con esto. Y limpiame fuerte, porque estoy muy
sucia.
Empec� por su boca. Mientras la esponja enrojec�a el contorno
de sus labios mis dedos se met�an en su boca, para con su misma saliva calmar la
aspereza y suavizar el dolor. Su lengua jugaba fren�ticamente con mis dedos.
Mientras mas duro refregaba, ella mas gem�a. Ahora estaba en sus pezones rosados
y duros. Pas� esa lija por su sensibilidad y pareci� explotar. Hizo que
refregara cada vez mas fuerte y gui� mi otra mano hasta su conchita. Ella me
mostr� todo lo que quer�a que le hiciera: que no dejara de pasar la esponja por
sus tetas mientras que con dos de mis dedos arremet�a cada vez mas fuerte contra
su concha pulposa. Yo tambi�n estaba empezando a calentarme, pero ver a mi
hermanita gozar era muy placentero. Disfrutar�a el momento. Despu�s ver�a que
hacer. A�n con el agua caliente cayendo sobre su cabeza y hombros me dio ganas
de besarla. Met� la lengua en su boca dulzona mientras mis dedos segu�an
explorando su concha y su cl�toris. Sali� de la ducha y se acost� en el suelo.
Haceme acabar con lo que se te ocurra
As� que tengo una hermanita Menor pervertida?
Vos me calentaste antes. Ahora haceme acabar.
Y quien me hace acabar a mi?
Despu�s vemos, ahora es mi turno. Dale.
Ser�a genial hacerla acabar con la manguera. Era doloroso
pero placentero. Y por lo visto a ella le gustaba el dolor. Abr� la manguera y
a�n a riesgo de inundar el ba�o, estando ella en el suelo, le abr� las piernas,
con mis dedos expuse su cl�toris y lo apunt� con esa flor salvaje de los mil
dardos. Se retorci� y gimi�. Empez� a tocarse las tetas, a retorcerlas y a
aprisionarlas entre sus dedos. Cuando estaba por acabar, saqu� la manguera y le
hice cerrar las piernas. Empec� a tocar su cl�toris aprisionado y estall�
enseguida.
Y ahora era yo quien estaba en el suelo. Mi hermanita Menor
hab�a aprendido. Me apuntaba con la flor y tal cual yo hab�a hecho con ella
antes, hizo que juntara las piernas, con una mano me tocaba el cl�toris mientras
que con la otra, levantando un poco la cola, me met�a un par de dedos en la
vagina. Ambas cosas me hicieron reventar enseguida.
Me despert�. No pod�a creer el sue�o que hab�a tenido. No voy
a negar que me hab�a excitado sobremanera. Dos orgasmos en un sue�o en el que
estaba involucrada mi hermana, la Menor, hab�a sido inusitado pero muy
placentero. Sin embargo me extra��. No puedo decir que nunca he fantaseado que
curt�a con mi hermano, el Mayor, incluso hab�a tenido fantas�as con �l en estado
consciente, pero el fantaseo sexual con mi hermana y en vigilia estaba revelando
otras cosas. El deseo inconsciente era ahora deliberadamente consciente. Asum�
mi perversi�n y volv� a dormirme.
Pasaron los d�as y no volv� a so�ar con mi hermana. Un d�a,
de mucho fr�o y neblina inusual, vi llegar a la Menor como una tromba. Azot� la
puerta de su habitaci�n con furia y me levant� del sill�n para ver que pasaba.
Toque a su puerta y pregunt�.
Ey, Menor (as� nos llamamos, "Menor", "Mayor" -mi hermano- y
yo soy "Media") �pasa algo?
Abri� la puerta y dej�ndose caer en la cama entre sollozos
ahogados dijo:
Lucrecia me dej�.
Es lo mejor que pudo haberte pasado. Es una yegua.
Si, pero yo quiero a esa yegua.
Buscate otra, nena, est� lleno de minas como esa. Dejate de
joder.
De repente relacion� los sucesos. Quiz� mi sue�o perverso no
hab�a sido mas que una representaci�n de mi hermana y Lucrecia. La Menor se
defin�a a s� misma como bisexual pero hab�a tenido mas experiencias con chicas
que con varones.
Sus puteadas hicieron que me olvidara de lo que estaba
pensando. La Menor sollozaba y puteaba al mismo tiempo. Me acost� a su lado en
la cama. Se dio vuelta y quedamos frente a frente.
Bueno, bueno, ya va a pasar. Hay miles de chicas disponibles
que adorar�an estar con vos. Pod�s tener a cualquiera que camine sobre dos patas
con agujero o con palo. Incluidos los monos.
Se sonri� y me dio un beso apretado en la boca. Me sobresalt�
un poco y sent� que la sangre se me iba a la cabeza, mas de verg�enza que por
otra cosa. Vi sus ojos azules sobre los m�os y me estremec�. Abri� un poco la
boca y cerr� los ojos.
Con esa boca entreabierta bes� mis labios al tiempo que me
ech� un poco hacia atr�s. Abri� los ojos y enarc� las cejas. Volvi� a sonre�rme
pero de costado y mientras me miraba fijo volvi� a besarme. Esta vez no
retroced�. Era un beso dulce y mientras sent�a sus labios carnosos sobre los
m�os me toc� el pelo. Ahora su lengua intentaba abrirse paso en mi boca. Me
resist� solo un momento pero la abr�, recibiendo su lengua que me exploraba con
delicadeza. Decid� dejarme llevar. Despu�s de todo hab�a so�ado con esto, y por
lo tanto, deduje que de alguna manera lo deseaba. Dejar�a que ella lo hiciera
todo. Abr� mas la boca y nuestras lenguas empezaron a jugar al tiempo que apenas
rozaba con uno de sus dedos mi pez�n derecho.
Ella tom� mi mano y la puso sobre una de sus tetas. Rozaba
uno de sus pechos como ella hac�a conmigo. Ahora me apretaba la punta del pez�n
sobre la remera mientras me miraba con esos profundos ojos azules. Hizo que
sacara la mano de su teta y me acost� de espaldas. Se tumb� sobre mi cuerpo,
recibiendo todo su peso mientras sent�a sus tetas clavadas sobre las m�as. Me
bes� la boca, los ojos, el cuello, me lami� suavemente las orejas mientras sus
manos sub�an y bajaban por mi cuerpo a�n vestido. Se puso de costado y empez� a
desabotonarme la camisa muy lentamente desde abajo. Sus ojos echaban chispas.
Con cada bot�n que desabrochaba me exploraba primero con su
dedo y luego con su mano. Sentir su mano en mi est�mago hizo que me
estremeciera. Sin dejar de acariciarme jug� con su lengua en mi ombligo. As�,
lentamente, uno a uno de los botones. Sent� apenas sus dedos para luego sentir
su lengua en el espacio de piel libre que dejaba mi corpi�o. Me lami� los
pliegues y el hueco entre las tetas. Sent� mojarme y deseaba que su lengua
llegara a mis pezones r�pidamente. Pero era su placer y estaba haci�ndome
involucrar completamente en �l. Guard� su ansiada lengua y me sac� la camisa por
completo.
Desabroch� mis pantalones y me los fue sacando despacio
mientras me acariciaba las piernas. Me sent� e intent� acariciarla pero no me
dej�. Se desvisti� completamente delante de mi mientras yo segu�a sentada no
crey�ndome del todo lo que me estaba pasando. Hizo que me acostara y pas� su
mano por mi est�mago. Ahora met�a su mano en mi bombacha y enredaba sus dedos
entre mis vellos pero sin llegar a mi vulva en ning�n momento. Con su otra mano
fue bajando mi bombacha mientras no dejaba de acariciar mi pubis. La sac� por
completo y la tir� a un lado. Se acerc�, me gir� hasta hacerme quedar de costado
y me desabroch� el corpi�o con delicadeza. Sent� una de sus manos rozando mi
pecho desde atr�s y por abajo.
Levant� los brazos para sacar el corpi�o y con ellos me at� a
uno de los barrotes de cama. Volvi� a ponerme de espalda. Se puso en cuatro
patas sobre mi mientras me miraba a los ojos verdes. Me bes� en la boca con un
poco mas de violencia al tiempo que me mord�a los labios. Me lami� y mordi� el
cuello pasando su lengua por �l hasta llegar a mi tetas. Su lengua parec�a miles
de lenguas y me lami� un pez�n mientras que con la otra mano me apretaba la
punta del otro con cierta rudeza. Hizo que me estremeciera. Ahora mord�a,
chupaba, apretaba, estrujaba haci�ndome vibrar de placer. Cada vez estaba
poni�ndose mas violenta y mis jadeos se hacia tambi�n mas profundos. Sus dientes
se clavaban en mis tetas y sus dedos retorc�an mis pezones, todo a la vez.
Cuanto mas jadeaba, ella mas apretaba y mord�a al punto de me
llev� a un orgasmo intenso con solo jugar con mis tetas. En el medio del m�ximo
placer puso una de sus tetas en mi boca. Bes� y lam� despacio, luego empec� a
morderlas. Mientras yo chupaba y mord�a con tanta violencia como hab�a hecho
ella, la Menor se estrujaba la otra teta y se tocaba la vulva. As� estuvimos un
rato hasta que volvi� a ponerse en cuatro patas pero ahora mi boca estaba en su
concha y su boca en la m�a. Empez� a lamerme muy despacio. Yo empec� a chupar su
cl�toris pasando mi lengua y mis dientes por �l. Mord� apenas su cl�toris y la
o� gemir. Volv� a morder, esta vez mas fuerte. Aprisionaba su vulva en mi cara
como pidiendo mas. Ella hab�a aflojado sus lamidas en mi concha, era ahora su
turno org�smico. Ahora yo mord�a y lam�a, mord�a y lam�a; con cada mordida la
o�a bufar y gemir de placer. Dedic� aprisionar su cl�toris entre mis dientes,
apretando y aflojando, mordiendo y largando el bultito. Cada vez mas fuerte,
cada vez mas r�pido. Sus quejidos y gemidos se convirtieron casi en gritos hasta
que acab� en mi boca. Se dej� caer hacia un lado y escuch�:
Lo sab�a!!!!!!! Sab�a!!!!, te lo dije, Menor, te dije que
esto iba a pasar tarde o temprano.
Me sobresalt� escuchar la voz de mi hermano, el Mayor.
Estaba seguro que ibas a caer en las garras de Menor, Media.
Me dieron un precioso espect�culo. Pero ahora tengo un problema.
La Menor, ya repuesta, pregunt� "inocentemente":
Que te pasa Mayor?
Es algo que provocaron ustedes, adivinen....
Yo estaba at�nita. No solo hab�a tenido sexo con mi hermana,
sino que ahora tambi�n mi hermano estaba en llamas. No me sal�a palabra alguna.
Mi hermana se levant� y bes� a Mayor en la boca. Los mir� incr�dula.
No pongas esa cara, o me vas a decir que nunca se te pas� por
la cabeza? Dijo Menor.
Hasta la ataste!!!!!!
No dije nada. Para que ponerme a negar lo obvio. Vi a Mayor
desnudarse r�pidamente. Se sentaron en la cama y empezaron a acariciarse y
besarse. Me parec�a que estaba otra vez so�ado. El tocaba sus tetas y ella le
acariciaba el pecho. La mano de Mayor estaba ahora en una de mis piernas,
subiendo asombrosamente sobre mi vulva. Con un dedo empez� a tocarme. Me rodeaba
el cl�toris y no pude decir que no. Ya dije que hab�a fantaseado con �l y no una
sino varias veces y si hab�a probado con Menor por que raz�n deb�a desperdiciar
la oportunidad de probar con Mayor? Cuando ya me hab�a entregado a saborear su
dedo en mi concha, Mayor se levant�:
Menor, que te parece si le damos a Media todo lo que somos
capaces de hacer? Ser� solo su gozo. El nuestro ser� su �xtasis..
Me parece perfecto. Hoy ser� todo para ella.
Que dicen?, balbuce�.
Eso, que vamos a hacerte explotar como nunca antes....
quer�s?
Con solo mirarlos se dieron cuenta que la respuesta hab�a
sido afirmativa. Mayor se recost� a mi lado y empez� a pasar su mano por mi
cuerpo. R�pidamente fueron a dar a mis tetas. Sus dedos eran tan violentos como
los de Menor. Ninguno de los dos era ajeno a propinar dolores, pero, para que
negarlo, evidentemente, yo tambi�n era parte de aquella familia: el dolor me era
igual de placentero.
Menor pasaba sus manos por mi estomago e iba y venia de atr�s
para adelante en mi vulva para lubricarme nuevamente. Casi sincronizadamente
comenzaron a usar sus bocas y sus lenguas. Menor mord�a mis labios vaginales y
Mayor mis pezones suavemente, como prepar�ndome de a poco. Aquello era sublime,
me estaban haciendo jadear locamente; sus lenguas y dientes aprisionados en mis
carnes estaban al punto de llevarme otra vez al orgasmo.
Cuanto mas gem�a, mas violentamente me mord�an. Ahora Menor
ten�a las manos sobre mis tetas y Mayor sarandeaba su poronga enorme sobre mi
vulva. Sentir el paso de semejante pedazo yendo y viniendo en un sabroso
refriegue sobre mi concha palpitante y toda mojada me hizo desear que me
penetrara inmediatamente. Violentamente me dio la vuelta, lami� mis nalgas y
mordi� los cachetes. Menor me lam�a el cuello y me mord�a la espalda tan
intensamente que el conjunto de cosas estaba volvi�ndome loca de placer y deseo.
Ahora Mayor me introduc�a un dedo, un aperitivo delicioso en mi cuerpo,
dilatando mi ano de a poco pero con violencia. Me excitaban cada vez, empec� a
sentirme mareada, sent�a miles de agujas sobre mi cuerpo, me faltaba el aire.
Jadeaba intensamente.
Me pusieron de costado. Menor me apretujaba y mord�a las
tetas por delante y Mayor ya hab�a metido dos de sus dedos en mi ano mas bien
estrecho. Los mov�a con singular violencia. Vi que Menor sacaba de la mesita de
luz un consolador. Mayor hizo que me pusiera en cuatro patas. Tuve que aferrarme
a los barrotes de la cama pues segu�a atada. Ahora ten�a dentro m�o tres dedos
que ya hab�a aceitado, agit�ndolos copiosamente dentro mi. Sent� que los sacaba
y ahora era su pija la que se acercaba. La sent� en la puerta de mi ano.
Apenas meti� la cabeza y el dolor fue intenso. Me quej�,
tratando de expulsarlo, pero poco a poco el dolor fue cediendo hasta
transformarse en un extremo placer. Ahora fue un poco mas adentro, y mas
adentro, y mas, hasta que me embisti� con cierta brutalidad morbosa. Fue tan
doloroso que me desmoron�. Solt� los barrotes de la cama y ca� rompiendo el
corpi�o que me ten�a aprisionada. Mayor, a pesar de ello no se amedrent� y
sigui� dentro m�o empezando a moverse de atr�s para adelante, en un vaiv�n
doloroso. Me dol�a crudamente, su violencia hac�a que mi cabeza palpitara.
A punto del desmayo vi a Menor con esa sonrisa torcida que ya
me hab�a mostrado antes. Mayor sal�a y entraba con rudeza en mi culo dolorido.
Me rodeo con su brazos por la cintura, y sin dejar de estar dentro m�o hizo que
me sentara encima de �l. Se qued� un momento inm�vil. Hab�a menguado bastante el
dolor y era placentero sentir su cosa dentro de mi. De repente vi a Menor con su
sonrisa torcida y el consolador en la mano. Me abri� las piernas y en ese
instante Mayor empez� a moverse nuevamente. Menor pasaba el consolador en mi
vulva, me toc� el cl�toris con sus dedos y me penetr� con el aparato.
Mayor hac�a rato que jadeaba sin cesar y yo estaba a punto de
acabar. El dolor de las embestidas de Mayor era terriblemente placentero, Menor
me perforaba con el aparato y me mord�a las tetas violentamente. Sentir esos
pedazos incansables dentro de mi, la violencia en un enjambre de placer
extremos, el dolor, los dientes aprisionando mis pezones r�gidos, hicieron que
estuviera a punto de llegar a otro orgasmo. Segu�a jadeando y gritando, mis
gritos eran cada vez mas desgarradores y seguidos, me contorneaba para que
fueran mas violentos, para que la rudeza de ambos no tuviera l�mites. Lo
entendieron enseguida.
Mayor parec�a contenerse a cada rato, porque frenaba su
traqueteo infernal. Pero cada vez que arremet�a me hacia doler de placer. Menor
no paraba de agitar el consolador de un lado al otro hacia adentro pero tambi�n
hacia los costados tocando todos los puntos sensibles de mi interior. En el
m�ximo de la violencia sent� desfallecer de placer. Aguijoneada extremamente
estaba acabando yo tambi�n violentamente, nunca hab�a sentido tanto placer.
Me costaba llegar a tener un segundo orgasmo, solo en sue�os
suced�a, pero este que se avecinaba iba a ser aplanador. Sent� mi pubis moverse
violentamente, es espasmos que me recorr�an todo el cuerpo, y era algo tan
intenso, tan excelso, que nunca hab�a sentido antes, que quer�a que nunca
terminaran. Los espasmos no terminaban y dese� no dar fin a tanto placer. Me
mov� sobre mi hermano a quien sent� acabar en mis adentros. Mientras Mayor
segu�a movi�ndose para vaciarse por completo, clav� sus dientes en mi hombro y
otra ola de espasmos me invadi� pues Menor segu�a penetr�ndome violentamente con
el aparato. Estos espasmos fueron mas d�biles pero mas profundos y en esa
profundidad me dej� caer sobre Mayor. Ah� quedamos, Mayor acarici�ndome el pelo,
Menor con su eterna risa torcida y yo exhausta por tanto placer recibido...
- Gracias chicos.