Ahora que les cuento �ste relato tengo ya 29 a�os, estoy
casado, soy de estatura media (1.74 m.) de complexi�n robusta, por haber dejado
de hacer suficiente deporte, de tez morena clara y cabello oscuro. De ninguna
manera considero ser un hombre muy atractivo, pero no puedo quejarme de mi
suerte con las mujeres.
Mi primera vez fue cuando ten�a 21 a�os y me encontraba
todav�a en la Universidad. No hac�a mucho tiempo que me hab�a hecho novio de
Elena, pero en esos pocos meses hab�amos pasado de los besos y abrazos a
caricias m�s ardientes y sugerentes. Elena era una chica de corta estatura (1.55
m.), delgada y de cabello corto, que a pesar de no contar con unos muy grandes o
exuberantes atributos f�sicos, invitaba a ser pose�da ya que era muy ardiente y
siempre ped�a m�s cuando hac�amos el amor.
El primer acercamiento a nuestras relaciones sexuales fue una
tarde en su casa. Todas las tardes, despu�s de la Universidad y todos los fines
de semana, los pas�bamos en la sala de su casa, ya que a Elena no le agradaba
mucho salir a pasear o a tomar un caf�.
Esa tarde, ella bajo a recibirme a la sala vestida con unos
jeans y una camisa de franela, la cual tra�a por fuera de sus pantalones.
Obviamente, desde tiempo atr�s, yo hab�a intentado tocarla, pero esto no hab�a
sido posible, ya que la mayor�a de las veces no nos qued�bamos solos. Su mam� o
alguna de sus hermanas siempre estaban en la casa. Decid� que, a pesar de la
presencia de su familia, �sta era la ocasi�n para pasar a un nuevo nivel en
nuestras caricias.
Mientras platic�bamos en la sala de su casa comenzamos a
abrazarnos y besarnos. Busqu� que ella se pusiera de espaldas a m�, recarg�ndose
en mi pecho. Cuando la tuve as�, comenc� a meter mis manos dentro de su camisa
abraz�ndola de la cintura pero subiendo mis manos poco a poco mientras la segu�a
besando. Elena no demostr� en ning�n momento el querer rechazarme, si no que al
contrario, busco mi pene el cual se encontraba erecto dentro de mis pantalones
pidiendo a gritos ser atendido.
Cuando puse mis manos en sus senos nuestra excitaci�n fue
grande y escuch� salir un gran suspiro de su boca al mismo tiempo que pon�a su
mano sobre mi pene. Continuamos as� durante un largo rato hasta que fuimos
interrumpidos por una de sus hermanas que pas� hacia la cocina.
Situaciones como �stas fueron continuas, ya fueran en la sala
de su casa o en el auto de mi padre. Pero como sab�a que no podr�amos quedar
satisfechos solo con caricias y besos, planee la forma de que pudi�ramos
quedarnos solos y pasar al siguiente nivel en nuestras relaciones.
La ocasi�n se dio cuando un S�bado mis padres planearon ir a
una poblaci�n cercana a comer y pasar all� el d�a. Invent� un pretexto para no
ir con ellos, dici�ndoles que deb�a preparar un trabajo para la Universidad. Al
mismo tiempo invit� a Elena a ir a mi casa a desayunar, para lo cual prepar� una
comida sencilla, ya que mis conocimientos culinarios no son muy amplios. Tambi�n
fui a la farmacia a comprar unos preservativos y le� por completo el peque�o
instructivo que se incluye en la caja, ya que no quer�a parecer un inexperto y
adem�s tem�a que ella quedara embarazada.
Espere a que mis padres y hermanos se fueran y entonces fui a
casa de Elena para regresar con ella a mi casa. Le mostr� la sala, comedor,
cocina (donde estaba ya preparado el desayuno) y las diferentes habitaciones,
hasta que llegamos a la que yo compart�a con mi hermano. Fue ah� que iniciamos
nuevamente nuestras caricias y yo comenc� a desabrocharle su blusa. En ese
momento ella se sinti� un poco sorprendida, ya que, al igual que yo, era virgen,
pero le pregunt� que si despu�s de todo lo que hab�amos pasado con nuestros
besos apasionados y toqueteos no podr�amos ya intentar tener relaciones. Como
�nica respuesta se termin� de desabotonar su blusa y me mostr� su sost�n, el
cual conten�a sus peque�os pero muy bellos senos, los cuales yo ya hab�a tocado
y besado. Me acerqu� a ella y le quite su sost�n tras lo cual me lanc� a besar y
mamar sus senos. Realmente lo �nico que me hace pensar que los hombres nos
obsesionemos tanto con los senos de las mujeres es porque nosotros no tenemos
unos. A m� me encantan los senos y podr�a estar horas jugando con ellos antes de
pasar a satisfacer a mi pareja en otras zonas de su cuerpo.
Despu�s le quite sus zapatos y pantal�n, ella se recost� en
mi cama, esa cama en la que yo dorm� desde ni�o y que ahora me ver�a dar un paso
muy grande en mi desarrollo sexual. La pude observar solo con su pantaleta, la
cual hac�a juego con su sost�n que ya estaba en el suelo junto con su dem�s
ropa. Yo me desnud� lo m�s pronto que pude, tratando de seguir acariciando y
besando a Elena para evitar que su excitaci�n disminuyera.
Cuando estuve totalmente desnudo me acost� junto a ella y
comenc� a mamar nuevamente sus senos y a masajear sus nalgas. Su excitaci�n era
obvia y Elena correspond�a tomado mi pene entre sus manos y masturb�ndolo
r�pidamente, por lo que tuve que pedirle que lo hiciera m�s despacio si no
quer�a que me viniera en ese instante.
Le quite su pantaleta y busqu� su cl�toris con mis dedos,
cuando lo encontr� la masturbe hasta que sali� un peque�o grito de su boca,
mostrando que se encontraba cerca de su primer orgasmo. Dej� de besar su boca y
sus senos y acerqu� mi boca a su vagina. La primera reacci�n de Elena fue la de
no permitirme que le besara sus labios vaginales, pero cuando inicie mi masaje
con mi lengua a sus genitales no tuvo m�s remedio que dejarse llevar por el
orgasmo que sent�a que la hac�a explotar por dentro.
Cuando cre� que era el momento propicio, me puse el cond�n
que hab�a dejado cerca de la almohada y acerqu� mi pene a su pubis. Los primeros
intentos de penetrarla no fueron exitosos, ya que el dolor que sent�a Elena por
primera vez era algo que le causaba temor. No puedo presumir de tener un pene
muy grande, pero, por lo que he podido leer y ver en algunos videos, tengo un
tama�o est�ndar, tal vez tirando a chico, pero con el que varias han podido
gozar mucho. Por fin, haciendo caso omiso de sus gemidos la penetr� por completo
para no permitir que siguiera sufriendo.
Al principio parec�a que solo yo disfrutaba mientras sacaba y
met�a mi pene de su vagina, hasta que ella me abraz� y comenz� a empujar su
pubis contra el m�o buscando ser penetrada m�s profundamente. Continuamos as�
por varios minutos, mientras Elena ten�a otro orgasmo, cosa de la que me di
cuenta cuando enterr� sus u�as en mi espalda y de mi boca sali� un grito de
dolor y placer que impuls� a mi pene a eyacular mi semen dentro del preservativo
que ten�a puesto. Mientras yo sent�a un orgasmo incre�ble y disfrutaba de la
deliciosa sensaci�n de tener mi pene aprisionado en la cerrada vagina de mi
novia, ella sigui� movi�ndose con furia hasta obtener un nuevo orgasmo que la
hizo lanzar un nuevo grito y provoc� que por dentro comenzara a dilatarse y
contraerse su vagina, lo cual nos proporcion� mucha m�s excitaci�n y placer a
los dos.
Quedamos rendidos en la cama, abraz�ndonos y bes�ndonos.
Sab�amos que el paso que acab�bamos de dar no ten�a vuelta atr�s, y que nuestros
encuentros deber�an llevarnos a m�s altos niveles de placer.
Hicimos nuevamente el amor, despu�s de que Elena masturb� mi
fl�cido pene hasta que estuvo nuevamente erecto, mientras yo tambi�n le daba el
placer que ped�a tocando su cl�toris con mi mano. En �sta ocasi�n la pude
penetrar al primer intento, puesto que su vagina ya conoc�a lo que era recibir
un pene. Elena se movi� con desesperaci�n ya que estaba experimentando un nuevo
orgasmo desde el momento en que la penetr�. Llegamos juntos al orgasmo despu�s
de que ella hab�a tenido otro m�s.
Despu�s de �sta experiencia continuamos buscando cualquier
ocasi�n en la que nos pudi�ramos quedar solos para poder rienda suelta a
nuestros deseos.