Relato: Mi Profesora Particular Hola, ire de frente al grano
Esto sucedi� hace alg�n tiempo atr�s, cuando yo ten�a unos 15
o 16 a�os de edad.
Aunque no era ni buen estudiante ni deportista, todos en la
escuela me conoc�an, por mi apodo, o sobre nombre, de "pie grande". La raz�n de
ese sobre nombre, no era precisamente por la talla de mi calzado.
Debido a mi ejecuci�n escolar, por lo general siempre me
quedaba castigado, y mis notas escolares eran regularmente bajas, por los que
mis padres tomaron la decisi�n de ponerme una maestra en casa. El primer d�a que
llego la se�orita Fabiola que as�
era como se llamaba la maestra, fue un duro choque para mi,
alta delgada de cabello casta�o claro, recogido en un mo�o rid�culo, de tez
extremadamente blanca casi cadav�rica, y para completar usaba unos lentes en
montura de pasta que hac�an que sus ojos parecieran, un par de peque�os puntos.
La se�orita Fabiola vest�a de falda larga de color oscuro, chaqueta y blusa
blanca, todo
de corte muy conservador. Al verme nuestro primer d�a de
clase lo primero que critic� fue el desorden en mi cuarto, el cual tuve que
recoger de mala gana, luego nos dedicamos a las materias en s�. Al d�a siguiente
volvi� con la misma historia, "ordena tu cuarto,
y ponte a estudiar". Ya hab�a pasado una semana y
continu�bamos igual que el primer d�a de clase, como una especie de guerra fr�a
entre ella y yo.
A la semana siguiente la se�orita Fabiola cambio de t�ctica,
primero me hablo de los sacrificios de mis padres para que yo estudiase, pero al
ver que era in�til su acercamiento, se molesto conmigo y me pregunto de mala
manera que era lo que
m�s me gustaba en la vida, a lo que yo le respond� de mala
gana tambi�n hacerme la pu�eta, al decirlo pens� de esta me deja tranquilo y se
marcha, pero no fue as�, por lo contrario su tono de voz cambio, al preguntarme
que cuantas veces me la
hacia, yo extra�ado le respond� que dos, y ella dijo a la
semana, y yo le correg� dici�ndole todos los d�as. Al llegar ese punto dentro de
la conversaci�n, ella decidi� cambiar el tema, y sent�ndose de su silla, dijo
algo de que hacia mucho calor por lo
que se iba a quitar su chaqueta, yo no le hab�a puesto
atenci�n hasta que se sent� ami lado nuevamente para corregir mi tarea, cuando
ella me dirigi� de nuevo la palabra voltee a verla, y me quede sorprendido,
cuatro de los botones de su blusa blanca se le hab�an abierto y ella no se hab�a
dado cuenta, lo que me permit�a ver por primera vez sus blancos y redondos
senos.
Como nunca hab�a estado en tal situaci�n, me comenc� a
excitar r�pidamente, y el bulto entre mis piernas comenz� a crecer, me
encontraba por una parte con mis ojos clavados en sus senos, pero por otra
trataba de disimular mi erecci�n. De repente la se�orita Fabiola se distrajo y
se le callo su l�piz entre mis piernas y cuando ella lo fue agarrar, yo
autom�ticamente las abr�, lo que hizo que el l�piz cayera al piso, yo ya lo iba
a recoger cuando ella con rapidez se inclino, al tiempo que me dec�a que ella lo
recog�a, por lo que me quede quieto, con mis dos manos sobre mi bulto tratando
in�tilmente de disimular la erecci�n, por su parte ella con su mano y brazo
derecho se inclino mas para recoger el l�piz pero muy lentamente, rozando mi
muslo con su brazo, esto me �xito mas, y comenc� a sudar como un caballo, ella
agarro el l�piz con mucha delicadeza, y comenz� a subir su brazo rozando entre
mis muslos lentamente, al incorporarse se me quedo viendo y dijo, ves que te
dije hace un calor infernal, tu estas sudando a mares, mejor vamos a descansar
un rato, date un ba�o para que te refresques, y luego continuamos con la clase.
Como ella vio que yo no me mov�a me pregunto que esperaba para desvestirme y
meterme al ba�o, yo titubeando le dije que esperaba que ella saliera del cuarto
para desvestirme, a lo que me respondi�, que no hacia falta, ya que ella era mi
maestra y
pod�a quedarse en el cuarto, como lo dijo con una gran
seguridad, yo me comenc� a quitar el pantal�n, cuando me acorde que no tenia
interiores puestos, y me pare en seco, sentada frente a mi ella dijo, que te
pasa se te olvido el calzoncillo, no te preocupes, a mi hay d�as que se me
olvida ponerme las pantaletas como hoy por ejemplo, al escuchar ese comentario
de ella me excite mas aun le di la espalda y me baje el pantal�n sin mirarla, la
se�orita Fabiola se me acerco por la espalda, coloco sus manos en mi cintura y
me dijo en un tono de voz suave que levantase los brazos para ayudarme a quitar
el su�ter que yo tenia puesto, a medida que fue subi�ndome el su�ter me fue
pasando sus calientes manos por mi espalda, y pego su cuerpo al m�o, realmente
yo estaba asustado por varias razones, nunca hab�a estado en esa situaci�n, lo
mas que yo hab�a hecho era tener relaciones
con la viuda de los cinco hijos, la manuela, o como le dicen
cient�ficamente masturbase. Una ves que me quito el su�ter, me sent� para
quitarme los zapatos y el pantal�n, al tiempo que trataba de ocultar la erecci�n
de mi pinga, cuando ella se recogi� la falda un poco dejando ver algo de sus
blancos muslos, al mismo tiempo que se agachaba frente a mi sin aparentemente
ponerle atenci�n a mi bulto, me quito uno de los zapatos y los calcetines, y
termino de retirarme el pantal�n, al terminar de hacerlo se incorporo, me tomo
por mis brazos he hizo que me parara, sin inmutarse un poco por la erecci�n de
mi pene, me dio media vuelta y empuj�ndome hacia el ba�o me dijo ve ba��ndote
que yo voy a enjabonarte la espalda, al tiempo que me daba una peque�a nalgada.
Yo entre al ba�o, ya me encontraba mas tranquilo, me re�a de los pensamientos
que hab�an corrido por mi mente momentos antes, ya hab�a abierto la regadera y
me encontraba bajo el agua cuando la sent� entrar al ba�o, mi pene que se hab�a
ablandado algo se volvi� a poner erecto, yo me encontraba mirando por la peque�a
ventana del ba�o, d�ndole la espalda a la se�orita Fabiola, ella tomo el jab�n y
una peque�a esponja con la que comenz� a frotarme la espalda, a la ves que me
hablaba suavemente, dici�ndome que me encontraba muy tenso, que deb�a relajarme,
que eso lo hacia pensando en algo agradable, lo malo era que en lo que yo
pensaba me excitaba cada ves mas y mas, yo procuraba con mis dos manos de tapar
mi "Pie Grande", en eso sent� que sus manos bajaron hasta mis nalgas, por un
momento pero continuaron hasta mis piernas, con suavidad me hizo abrir las
piernas, y me enjabono por todas partes, yo me encontraba disfrutando de los
masajes que me daba la se�orita Fabiola en la parte posterior de mis muslos,
cuando con suavidad volvi� a pasar sus tibias manos entre mis nalgas, al hacerlo
yo me volv� a poner tenso, nunca nadie desde que yo era grandecito me hab�a
tocado esa �rea, ella se dio cuenta de mi malestar, y bajo de
nuevo el masaje al �rea de mis piernas, luego de un rato me
tomo por los hombros y me volteo hacia ella, yo baje mi mirada ya que me daba
verg�enza, el que me viera completamente desnudo y con mi miembro totalmente
erecto. La se�orita Fabiola parec�a que me leyera la mente, ya que de inmediato
comento, que no deb�a sentirme avergonzado , que por lo contrario deb�a estar
orgulloso de lo que tenia y en las condiciones que se encontraba, al tiempo que
dec�a eso me retiro mis manos de mi pene y con las suyas comenz� a enjabonarlo
con mucho cuidado, yo me encontraba tan excitado que me corr� luego de que ella
lo
manoseara por unos instantes, al suceder eso me puse a llorar
como un ni�o de la verg�enza, la se�orita Fabiola me conforto por un momento
dici�ndome que eso no tenia importancia, que lo realmente importante era que yo
lo hubiera disfrutado, cosa que asent� con la cabeza, al decir eso ella cerro el
agua me tomo por la mano y me llevo a mi cama.
Tom� una toalla y comenz� a secarme con calma, primero
comenz� por mi cabeza, sec�ndome el pelo, luego sigui� por mi espalda, los
brazos, el torso, la cintura y la cadera, al llegar a este punto me hab�a vuelto
a excitar, de tal forma que mi pene se levanto de nuevo, cuando yo iba a poner
mis manos encima, ella las aparto con delicadeza, se arrodillo y con sus labios
comenz� a jugar con mi miembro, yo francamente no sabia que hacer, es verdad que
hab�a visto una que otra pel�cula porno, pero nunca pens� que eso me fuera a
pasar a mi. A medida que sus labios y su lengua jugaban con mi pene, ella se fue
despojando de su ropa, se solt� el ultimo bot�n de su blusa y se la quito con
calma, como les dije anteriormente no tenia puesto ning�n sost�n, sus senos era
perfectos como los de las estatuas griegas, como dec�a mi abuelo deb�an caber en
una copa de champan, luego continuo con su larga falda, y en efecto no tenia
puesta las pantaletas, desde mi punto de vista no alcanzaba a ver su vagina, en
eso ella me empujo con suavidad sobre mi cama, y me deje caer.
En la cama la se�orita Fabiola continuo jugando con mi pene
en su boca, lo chupaba, lo lam�a, me lo mordisqueaba, yo estaba a punto de
correrme de nuevo cuando ella suspendi� su juego con mi pene, en eso se irgui�
sobre sus rodillas, y me dijo ahora tu me vas hacer lo mismo, en ese momento
pude ver su concha, lo que mas me llamo la atenci�n fue que la tenia totalmente
afeitada. A medida que la acercaba a mi rostro me sent� muy nervioso, ella se
dio cuenta, me tomo por la cara con sus dos manos, dici�ndome "primero cierra
tus ojos, segundo sientela en tu rostro, y rel�jate, tercero dale rienda suelta
a tu imaginaci�n", en ese momento yo fui haciendo lo que ella me indicaba con su
suave vos, al momento en que cerr� mis ojos, sent� el calor de su vulva, al
principio con mi rostro t�midamente se lo iba pasando por su vagina, poco a poco
comenc� a percibir su aroma, al solo me limite a pasar mi cara por hay, pero a
medida que tenia contacto con su piel, iba sintiendo una cierta humedad, mis
labios hab�an hecho contacto con los suyos, mi lengua fue emergiendo, hasta
encontrarse con su cl�toris, fue una sensaci�n que jamas hab�a tenido, su sabor
inmundo mi boca, provoc�ndome una oleada de placer como nunca antes lo hab�a
sentido, a medida que mi boca, mi lengua y mi nariz ten�an contacto con sus
labios su cl�toris y parte de su vagina, la se�orita Fabiola mov�a sus caderas,
al principio muy lentamente, pero a medida que yo me saboreaba su concha, los
movimientos fueron mas largos y fuerte, hasta que llego el momento en que ella
dio un grito de placer, y de la misma forma que comenz� lo termin�, una ves que
se dio su gusto y yo el m�o, ella se acost� a lo largo de la cama, me tomo por
una mano y me trajo hacia ella, dici�ndome con suavidad " ahora
vas a tener una experiencia nueva y distinta a las
anteriores, lo que te voy a decir trata de recordarlo y ponerlo en practica,
cada ves que est�s con una mujer, y siempre ser�s bien recordado y buscado, por
lo contrario, si no me haces caso, te pueden echar a un lado y hasta olvidarse
de ti, aunque seas un bien dotado", a medida que ella hablaba se iban grabando
en mi mente sus palabras.
Poco a poco la se�orita Fabiola me fue acomodando sobre su
cuerpo, yo me mov�a con torpeza, pero aun as� continuamos, su mano fue
acomodando mi pene dentro de ella, la sensaci�n fue indescriptible, me indic�
como colocar mis brazos y mis piernas, a la ves que ella comenzaba a mover sus
caderas con suavidad, pasados unos segundos yo me inspire y comenc� a tomar
velocidad a medida me la cog�a, en eso ella me llam� la
atenci�n dici�ndome "vas muy de prisa, si continuas as� de r�pido te vas a
correr y yo no voy a disfrutar nada, t�malo con calma, suavemente mueve tus
caderas al comp�s de las m�as, y as� los dos lo
disfrutaremos m�s", al principio me costo concentrarme, pero
luego fue f�cil, el hecho era que los dos lo disfrut�semos, a medida que mi pene
entraba y sal�a de su vagina, en eso ella me pidi� cambiar de posici�n, ella se
coloco boca abajo y yo la
penetre en su vagina desde atr�s, as� lo estuvimos haciendo
un rato y cuando yo ya me estaba calentando m�s de lo que yo pod�a soportar, la
se�orita Fabiola dejo de moverse y me pidi� que la penetrara por su culo, pero
antes me insin�o que se lo
lamiera para que pudiera entrarle con facilidad, algo que
hice de inmediato como un aut�mata, cerr� mis ojos y con mi lengua fui
explorando entre sus nalgas hasta que encontr� el centro de mi atenci�n, a
medida que le pasaba la lengua por entre sus
nalgas, ella se mov�a con mayor �mpetu hasta que me pidi� que
la penetrara, ella se encontraba en un frenes� salvaje, yo la tome por las
caderas y la penetre de un solo viaje sin compasi�n, yo pensaba que me hab�a
extralimitado, ya que dio un grito
que me pareci� de dolor, pero lentamente fue moviendo su
culito con mi pito adentro de ella. Tomo una de mis manos y la coloco entre sus
piernas, yo por instinto o por quien sabe que comenc� a sob�rsela, hasta que con
mis dedos agarre su cl�toris , cada ves que la penetraba yo lo disfrutaba m�s y
m�s, y ella disfrutaba del mismo deleite, hasta que los dos llegamos al cl�max,
la
realidad era que ella, hab�a alcanzado el cl�max en varias
oportunidades, y yo me corr� dentro de su ano.
Cuando todo hubo terminado, entramos al ba�o y nos aseamos,
al salir nos vestimos, y antes de que la se�orita Fabiola se retirara me indico
cual era mi pr�xima asignaci�n.
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Relato: Mi Profesora Particular
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