Relato: Rabodulce (I)



Relato: Rabodulce (I)

Ocurri� en los meses de verano cuando tenia catorce a�os,
comenz� a darme fiebres, estirar los huesos y aflorar pelo negro en mis axilas y
mi pubis, pero lo sorprendente fue el pene, de unos doce cent�metros paso a casi
veinte, estaba super sensible y emanaba un peculiar e intenso olor de su
capullo. En dos meses, y sin saber como hab�a llegado, me encontr� con un
monstruo entre las piernas que estaba en permanente estado de erecci�n y que
necesitaba continuos desahogos. Las masturbaciones, hubo d�as, que faltaban
dedos de las manos para contarlas.


Paja tras paja. Cualquier excusa era valida para terminar
casc�ndomela, verle las bragas a una vecina mientras subia las escaleras, un par
de perros follando, la mirada de una compa�era de clase, la mayor�a de las veces
ni eso, la naturaleza salvaje del adolescente hacia que el monstruo palpitara en
mi entrepierna y que yo cual aut�mata buscara un lugar discreto donde mene�rmela
como un mono sin que me interrumpieran.


Un rito, la paja comunal de mi pandilla en el descampado que
bordeaba mi barrio, se convirti� en un debate sobre mi monstruo y en un
espect�culo por el que me llegue a plantear cobrar entrada, todos mis amigotes
paje�ndose y esperando que de la punta de mi polla, con diferencia la mas grande
y gorda, escupiera leche.


Estas demostraciones me proporcionaron un protagonismo en la
pandilla del que carec�a antes del verano. Todos pontificaban sobre mis
atributos, los amigotes, con sana envidia, los menos amigotes con envidia pura y
dura.


-Las mujeres no quieren follar con los t�os que tienen la
polla como tu.


-Solo podr�s follar con putas que son a las que le caben las
pollas grandes.


-Las pollas como la tuya son para que las meneen los
maricones.


-Si te echas una novia decente cuando te la folles te tendr�s
que liar una toalla en la base de la polla porque si no la desfondaras y ya no
le dar�n gusto las pollas peque�as.


Eran alguno de los comentarios que tenia que escuchar,
comentarios que me dejaban marcado. No tenia experiencia sexual mas all� de la
masturbaci�n.


Llego a la pandilla un nuevo chaval, sus padres trabajaban en
Alemania y el vino a vivir con su abuela. A Hector le admitimos como uno mas
aunque se le notaba sensible y poco lanzado. Era guapote, de pelo rubio tez
morena y ojos claros. Viv�a en mi bloque, su abuela tenia una tienda de
comestibles en la calle de al lado y el pasaba casi todo el d�a solo en casa.
Pronto su casa fue el lugar ideal para hacerme pajas tranquilamente mientras el
vigilaba que nadie llegara. Para mi masturbarme mientras el me observaba y
vigilaba que no llegara nadie comenz� a ser algo de los mas normal. A veces
sacaba su pene y se lo meneaba pero normalmente se dedicaba a mirarme, sin
perder detalle, todos los detalles de mi paja. Un d�a tomo una gota de semen y
lo probo, sacando su lenguita entre los labios y mir�ndome fijamente. Pronto
dejo de cortarse y esperaba anhelante mi eyaculaci�n para tomar algunas de las
gotas y tomarla en su boca. En estos escarceos no permit�amos que nadie
estuviera al tanto. Sab�amos que entre hombres todo eran mariconadas y nada peor
visto que un homosexual en aquellos a�os setenta.


Un d�a, en la habitaci�n de su casa,, miraba ansioso como me
la meneaba delante de sus narices, esperando mi corrida cuando le pregunte:


-�Quieres acabarme tu? �tom�ndole la mano y llev�ndola a mi
polla.


El no dijo nada, dejo su mano sobre mi polla pero no la
mov�a, era como una ceremonia, no tomo la iniciativa porque no quiero que
pienses que soy marica pero estoy deseando, es lo que me reconocio semanas
despu�s, pensaba. Tome su mano en mi mano y comenc� a hacer los movimientos
masturbatorios, subiendo y bajando la piel de mi polla, en pocos segundos ya lo
hacia solo con gran habilidad y entrega.


Para mi sentir una mano calentita en mi polla que no fuera la
m�a fue lo mas de lo mas. El tenia la cabeza a unos diez cent�metros de la punta
de mi polla y me masturbaba cuando el monstruo empez� a escupir borbotones de
blanca leche que salieron disparados a su cara y su pelo. Tomo la leche que
hab�a ca�do en su mano y la saboreo con la lengua mir�ndome.


A partir de ese momento las pajas de Hector formaban parte de
la agenda cotidiana. Con la excusa de no mancharse la ropa de semen cada vez
acercaba mas la cara y en especial sus labios y su boca a la punta de mi polla
en el momento de la corrida. Pasaba una semana de nuestros juegos cuando estando
a punto de correrme y con la boca de Hector a escasos cent�metros de mi polla le
tome y le met� la polla entre los labios. No se opuso, tampoco fue activo,
sencillamente abri� sus labios y recibi� toda mi corrida dentro de su boca,
trag�ndose gran parte de ella y mir�ndome coqueto mientras un reguero de leche
bajaba por la comisura de sus labios.


En quince d�as las pajas eran mamadas. Yo sacaba mi polla de
su encierro, casi siempre erecta o en v�as de estarlo, tomaba la mano de Hector
y la pon�a sobre ella, entonces el me masturbaba, cuando me apetec�a el
calorcito de sus labios, le tomaba de su nuca y acercaba la su cabeza a mi polla
y el obediente entend�a la orden y comenzaba su trabajo. Al principio la hacia
t�midamente recibiendo mi capullo en su boca con los labios abiertos, pronto,
siguiendo mis indicaciones comenz� a hacer mamadas de campeonato. Lami�ndome las
pelotas, la ra�z de la polla y subiendo dando leng�etazos por esta hasta
met�rsela en su boca y succionarla. Las primeras corridas le atragantaron y
tosi� y escupi� toda la leche que no se pod�a tragar. Pronto descubri� las
contracciones de mis pelotas que anunciaban mi corrida y se dedicaba a succionar
la punta de mi polla mientras lo hacia y a tragar toda la leche sin
desaprovechar una sola gota.


Eramos super amigos, jug�bamos juntos y pas�bamos cantidad de
tiempo juntos pero nunca habl�bamos de nuestras relaciones sexuales. Eran un
tab� sobre el que no hab�a que comentar nada. Lo hac�amos en secreto. Era otra
vida. Secreta y discreta.


Jug�bamos al escondite en el descampado y fuimos Hector y yo
a escondernos tras unas matas, nos tumbamos en el suelo los dos, de lado, el
delante y yo detr�s, no se como fue pero mi paquete estaba en su trasero.
Comenc� a resfregarle mi polla y Hector respondi� a los movimientos apretando su
culito contra mi paquete. Otras opciones se abrieron un nuestra secreta
relaci�n. Poco a poco resfregarle la polla en el trasero y pas�rsela por el
canal entre sus nalgas ech�ndole tremendas corridas en la parte baja de su
espalda fue una de mis pasiones que el aceptaba de buen grado. Alguna vez
intente penetrarle por el culo siguiendo como �nica gu�a mi instinto pero o no
daba con el camino adecuando o sencillamente se desviaba de la ruta. En una de
nuestras pajas comunales con la pandilla uno de los chicos comento que su
hermano andaba con un marica que tenia mucho dinero y que compraba vaselina en
la farmacia para encular a su amante. Hector y yo cruzamos nuestras miradas.


-La Navidad estaba cercana. Hector y yo jug�bamos en su
habitaci�n. Se saco mi polla de la boca y me dijo:


-Mi abuela tiene vaselina en su habitaci�n �Se levanto y se
fue por ella.


Me dio el bote, se bajo los pantalones y los slips y se puso
en cuatro sobre la cama abri�ndose las nalgas. Tome un poco de vaselina con los
dedos y la puse en la entrada de su hoyito, intente meter el dedo pero dio un
brinco y se quejo que le dol�a, segu� acariciando la entrada de su culo con el
dedo, sin meterlo, y Hector comenz� a estremecerse y gemir, le met� la primera
falange del dedo en el culo y no se quejo, segu� introduci�ndoselo hasta que
casi lo tenia todo dentro y comenz� a quejarse de nuevo. Lo dejamos, yo, como
el, estaba excitadisimo, a punto de correrme. Coloque la punta de mi polla en la
entrada de su hoyito, presione y me corr� justo en la puerta de entrada.


Varios d�as insistimos con la vaselina y el dedo, al tercero
el deo entraba sin problemas en el culo con lo que el cuarto ya estaba d�ndole
mete y saca con un dedo y Hector gozando de mis caricias y pajeando mi polla con
todas sus fuerzas. Siempre terminaba corri�ndome en la entrada de su hoyito
hasta que un d�a justo cuando me iba a correr se la coloque en la entrada, bien
lubricada, y empuje. Sent� como el anillo de su hoyito se abr�a, ced�a y la
cabeza de mi monstruo entraba en el culito de Hector. Este dio un tremendo grito
y saco el monstruo r�pidamente pero yo ya hab�a sentido el calorcito maravilloso
de su trasero y soltado mis primeras gotas de leche en su interior, el resto de
la corrida le embarro todo el trasero. Hector intento contener las lagrimas pero
no pudo evitar que el dolor las hiciera aflorar.


-Es por ah� pero duele mucho �una frase que aun recuerdo y
con la que me ratifico que su culo seria m�o, que le doler�a pero que esa era la
forma.


Penetrar totalmente a Hector se convirti� en mi obsesi�n.
Creo que tambi�n en la suya pero el, siempre modoso, intentaba que no se le
notara. Me masturbaba, me la mamaba y despu�s cuando estaba a punto de correrme
y sus dedos o el m�o hab�an lubricado convenientemente su esf�nter me dejaba que
le penetrara solo con la cabeza de la polla y soltara parte de mi corrida en su
interior. La visi�n de su hoyito dilatado y casi abierto rezumando leche tibia
era una delicia.


Paso otra semana y fue maravilloso, me estaba corriendo
dentro del culito de Hector, con todo mi capullo dentro, y esta vez mi amigo no
intento safarse, note como relajaba su esf�nter y recib�a toda mi corrida dentro
de su culo gimiendo de gusto mientras dos claras gotitas de leche sal�an de la
punta de su pollita.


Al ver que el no intentaba sacarla, yo tampoco lo hice, la
deje todo el capullo metido y el comenz� el t�pico bamboleo de las nalgas que me
es hoy tan familiar. Mi polla no cedi� a pesar de la corrida y en veinte minutos
consegu�, a pesar de sus continuas quejas, meterla casi hasta la mitad y
correrme de nuevo dentro de su culito. Esta vez fue mas maravillosos todav�a, la
caliente presi�n de su anillo en mi polla y el meneito me volvieron locos de
gusto.


Pasaron dos d�as antes del nuevo intento, dos d�as que tuve
que contentarme con correrme en su boca ya que su culo se resent�a del ultimo
intento de penetraci�n. Fue �l el que me dio luz verde baj�ndose sus slips y
ofreci�ndome, en cuatro, sus maravillosas nalgas redondeadas. Comenzamos el
ritual y le lubrique todo el conducto con vaselina, el dedo entraba y sal�a sin
problemas, el gem�a. No se porque, no lo hab�a intentado antes, quiz�s no se me
ocurri�, prob� a meterle un segundo dedo, Hector se quejo un poco pero lo acepto
con gusto y en dos minutos tenia dos dedos metidos en el culo y gem�a como una
perra caliente mientras yo me masturbaba fren�tico.


-Int�ntalo ahora �me dijo


Me embadurne toda la cabeza de la polla de vaselina y apunte
en la entrada de su hoyito, presione y note como ced�a y se dilataba dejando
entrar todo el capullo de mi monstruo. Hector me ped�a calma y tranquilidad,
comenc� el balanceo con el capullo dentro y avance cent�metro a cent�metro,
consiguiendo, al igual que en el anterior intento clavarle la mitad del monstruo
y seguir avanzando. Apenas cinco cent�metros de polla quedaban por penetrar en
su maravilloso culito cuando me pidi� que me detuviera, que era imposible que se
la siguiera metiendo, que estaba totalmente abierto. Se quejaba del dolor pero
tambi�n gem�a de gusto. Cese mi avance pero segu� culeandole suavemente, me iba
a correr de un momento a otro. Justo cuando sent� mi corrida, y de un empell�n,
le clave, por primera vez, la polla hasta la ra�z. Hector a�llo de dolor pero
estaba boca abajo en la cama y tenia mi cuerpo sobre el y mi polla clavada hasta
las pelotas. Le bese en el cuello, limpie las lagrimas de sus ojos con mi lengua
y por primera vez le bese en la boca. Nos fundimos en un beso de lengua y sent�
como el se entregaba y no hacia ning�n intento de sacar mi polla de su interior.


Mi vigor reapareci� y mi polla palpitaba toda clavada en el
estrecho conducto de Hector.


-Me arde el culito amor m�o �me dijo


-Aguanta putita �le conteste


El movio su culito y se clavo mas la polla. Comenc� el
bamboleo y los gemidos de placer comenzaron a ganarle la batalla a los de dolor.
La presi�n imposible de su culito en mi polla era maravillosa, adem�s la
sensaci�n de dominio sobre Hector, teni�ndolo enculado, posey�ndolo, era total.
A el tambi�n le encantaba. El complemento de los contrarios. Activo, pasivo.


Se incorporo y se puso en cuatro de nuevo, los movimientos
t�picos del folleteo pero suave, con toda la polla clavada, yo d�ndole,
empujando y el reculando para recibirme. Pude ver sus trasparentes gotas de
leche derramarse sobre la sabana. Un par de cent�metros de fricci�n en su culo,
sacando un poquito el rabo para volverlo a clavarlo hasta las pelotas y Hector
gimiendo y diciendo:


-�Siiiiiiiiiii! �siseando y gimiendo, todav�a quej�ndose a
veces de dolor.


Hector grito cuando sinti� mi polla clavada hasta la ra�z
hinch�ndose como nunca en el momento de llenar sus entra�as de leche. Perd� la
visi�n y me maree, manteniendo el equilibrio, con mi polla clavada en el culo de
mi amigo, de forma milagrosa.


Espere a que se bajara un poco la erecci�n relajado y Hector
hizo presi�n, como para hacer caca, para que mi rabo saliera totalmente de su
lindo y caliente culito.


El panorama era dantesco. Mi capullo parec�a una bandera,
roja de sangre, marr�n de caca y blanca de leche. La leche y la sangre flu�an en
hilillos del abiertisimo agujero oscuro de mi amante amigo.


En silencio, sin mirarnos, nos lavamos.


Estuvimos dos d�as sin vernos. Rehuy�ndonos. Hab�a sido muy
fuerte, el hab�a sido mi mujer y los dos �ramos maricones, porque una cosa
estaba clara, a mi me hab�a gustado follarmelo y a el que me lo follara.


Al tercer d�a, la calentura y el deseo pudieron, como pueden
siempre, con el autocontrol y el que dir�n. Eramos una pareja, el era la chica y
lo asum�a, la pose�da, la sumisa, la follada. Cuando nos besamos, larguisimos
besos de lengua de mas de diez minutos, se dejaba caer y cerraba los ojos
arrobado como las artistas de cine. Me encantaba. Nos metimos en su habitaci�n y
nos desnudamos, me beso, me masturbo, me acaricio todo el cuerpo, me tumbo en la
cama boca arriba, me beso los dedos de los pies, las axilas y la polla mientras
se lubricaba el hoyito con vaselina. Se puso sobre mi, apunto la polla en la
entrada de su agujerito y se fue dejando caer sobre mi polla. El momento
maravillosos en el que su anillo ced�a todav�a era nuevo y fant�stico para mi.
Ese sublime instante donde la cabeza de la polla entra en el esf�nter. Se
mantuvo en peso y me dijo:


-Soy tuyo. Te voy a hacer feliz.


Continuo dej�ndose caer, poco a poco, empal�ndose en mi
monstruo que parec�a reventar de la erecci�n, se quejaba a veces, se levantaba y
sacaba un poco la polla para volver a recuperar el terreno perdido, yo me dejaba
hacer con las manos cruzadas en mi nuca, observando su pene con pelillos rubios,
peque�o y con el pellejo cubri�ndole el capullo, todo tieso, el se apoyaba en mi
cintura y se segu�a penetrando hasta que llego el m�gico momento en que sent� el
fresquito de sus nalgas en mis calientes pelotas. Levante mis nalgas y busque la
penetraci�n total, el me recibi� mir�ndome y pas�ndose la lengua por los labios,
dej�ndose caer sobre mi pecho y buscando mi boca con su boca para fundirnos en
un beso de cine. Unidos por su culo y mi polla y por nuestras lenguas parec�a
que la corriente flu�a entre los dos cuerpos. Unidos, fundidos.


-Me estas follando.


-Te follo porque eres mi mujer.


-Si folla a tu mujer. Metele polla.


-Mi mujer es puta y la follo.


-Soy puta si si.


Con mi polla clavada y cabalg�ndome comenzamos una
incoherente conversaci�n donde las palabras follar, puta, amante, parec�an hacer
crecer mi polla en el interior de su culo y la calentura en nuestros cerebros. A
partir de ese momento fue una constante en nuestras folladas. Habl�bamos de
guarrer�as mientras follabamos. Sent�a el anillo de Hector estremecerse y
apretarse en mi rabo cuando le dec�a:


-Puta, te estoy follando.


Estaba asombrado de ver a Hector sobre mi, cabalgando en mi
polla, pidi�ndome que le pellizcara los pezoncitos y las nalgas, corri�ndose
vivo sobre mi barriguita y enculado vivo. Gozando como nunca lo hab�a visto,
siempre hab�a sido discreto en su expresi�n del placer, pero ah� conmigo,
enculado, en la cama los dos, sinti�ndose pose�do, se solt� y casi me dio
envidia su gozo hasta que corri�ndome como un salvaje dentro de el constate que
no tenia nada que envidiarle.


Durante todo el curso, y en absoluto secreto, Hector fue mi
mujercita y vaciaba mis pelotas con sus manos, su boca y su culo en cualquier
lugar apropiado. Al a�o siguiente volvi� a Alemania con sus padres y no lo volv�
a ver. Pero el monstruo estaba despierto y no hab�a nada en el mundo que lo
pudiera adormecer.




Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .



Número de votos: 5
Media de votos: 10.00


Relato: Rabodulce (I)
Leida: 1769veces
Tiempo de lectura: 11minuto/s





Participa en la web








Contacto
Categorias
- Amor filial
- Autosatisfacci�n
- Bisexuales
- Confesiones
- Control Mental
- Dominaci�n
- Entrevistas / Info
- Erotismo y Amor
- Fantas�as Er�ticas
- Fetichismo
- Gays
- Grandes Relatos
- Grandes Series
- Hetero: General
- Hetero: Infidelidad
- Hetero: Primera vez
- Intercambios
- Interracial
- L�sbicos
- MicroRelatos
- No Consentido
- Org�as
- Parodias
- Poes�a Er�tica
- Sadomaso
- Sexo Anal
- Sexo con maduras
- Sexo con maduros
- Sexo Oral
- Sexo Virtual
- Textos de risa
- Transexuales
- Trios
- Voyerismo
- Zoofilia


Afiliados





















estrenando con mi hijo de 8 2parte mis relatos porno.comrelatos porno mironatuve sexo con mi perrorelatos eroticos jugando al caballitorelatos pornoRelatos porno amor filial mi hija de 11 para 2 - 2 bdlol.rurelato porno gratisRelatos pornos mi familia haciendo cochinaditasRelatos eróticos hombres que han desvirgado culitos gaysrelatos porno me folle a mi madredesvirgada relato pornorelatos eróticos directores con pequeñasmi novia folladarelatos de sexo gay con mi primo/relato43784_mi-hijo-se-separo-de-su-esposa-y-ahora-me-coge-ami-que-soy-su-madre.htmlrelatos me coji a mi sobrina carenviejas putas calientesrelatos puta follada coño incestoamiga borrachabdlol.ru Los mejores relatos eroticosrelatos eroticos mi madre mi putaRelatos eroticos gratis la inquilinatrios con shemales historiasrelato porno de chica con un caballo xxx/10-Gays_32.htm/relato36468_Esposa-follada-en-una-fiesta-de-amigos.htmlincestos con madurasrelatos calientes xxx porno con perros callegerosrelatos incesto no consentido xxxRelatos eroticos d sobrinas folladas por el culitoincesto sobrinita calentona xxx relatorelato erotico las infidelidades de mi esposaRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatosexo viejos gratischat de follarrelatos xxx de madres durmiendo con sus hijosIncesto con la abuela relatadosprofesor gay pornoRelatos tia que rica cucarelatos er�ticos.me tir� a mi hermanaMadrastra hijastro relatos pornorelatossexicuentosrelato mi papa me cojioConfesiones candentes de madre e hija lesbianarelatos me xojio mi hermanorelatos de anal doloroso xxxRelatos desvirgue a mi hermanatias bragasMorritos el vecino relatosrelato erotico gay mi niñezrelatos violando a mi prima de 9 añitos y le gustoun viejo velador relatos eroticosrelatos eroticos primas lesbianasRelatosxxx el pene de mi hermano chiquitoinfección relatos xxxoler culosfotos amateur 123relatos xxx en el metrorelatos cuentos porno bdlol.ru bebèporno dibujos mi esposa y el cobradorse folla a su hermana a la fuerza relatos con imagenes/relato46367_mi-sobrinita-Maria-de-7-y-yo.htmlrelatos porno de orgias gay iniciacion en cines xxxRelato folle a mi hija éliterelatos de cornudos relatos de mujeres cogiendo caballosDesvirgue una jovencita relatosIncesto con la abuela relatadosprimera vez anal con jovencitas relatosrelatos porno colegialasgayguarrosrelato exotico penetre a mi hijarelatos mi vesinito gay virjenrelatos heroticos papa follo hija colegualarelatos porno con ahijadas