Relato: El mar y las vacaciones Su bella figura de adolescente era acariciada por esa brisa
que el mar le entregaba , la playa que recorri� en su ni�ez siempre acompa�ada
por su padre en las vacaciones de verano , le parec�a tan enorme como antes, las
olas se ensuciaban con la arena cambiando el color de las mismas en varios
matices tocadas con pincel desde el blanco hasta casi marr�n, al subir al muelle
de pescadores en su extremo sobre las aguas gozaba del momento, pensando que en
cualquier momento vendr�a, no reparo en el tiempo hasta que le tocaron el
hombro, all� estaba, sus casi cuarenta a�os, atl�tico, de su misma altura, tal
como le dijo por tel�fono sus ojos no pod�an esconder sus deseos , ella ya le
hab�a pertenecido y ambos ped�an no perder el tiempo, el mar paso al olvido, sus
espaldas indicaban el camino .
El departamento con balcones al mar, los recibi�, ella bajo
las persianas corri� las cortinas y lo abraz� con un beso, con sus manos lo
desvisti�, el no hablaba hizo lo mismo con ella, sentando sus nalgas en la cama
el erecto falo era una tentaci�n repetida y deseada por ella sent� su vagina
gozando cada mil�metro de la penetraci�n, a los pocos cent�metros jugo en
peque�os movimientos, saboreando el jugo preseminal con los labios de su sexo,
hasta que penetro toda y volc� su cuerpo hac�a el suelo, tom�ndola de las manos,
mirando su cara de goce , acabo en su vientre por primera vez, en ese verano, un
beso de lengua presagiaba su intenci�n de mamarlo, acostado apoyando su cabeza
en la almohada, tomo su pene y masajeandolo lo puso otra vez activo , sus labios
lo abrazaron en caricias junto con su lengua desde la base hasta llegar al
glande, era el mismo que hac�a tres meses pero su sabor la estremec�a en busca
de otra penetraci�n, otra vez lo jineteo su cuerpo liviano, le permit�a hacer
movimientos impensados, girar sobre el falo penetrada y darle la espalda, fue el
�ltimo invento descubierto en esa primera ma�ana de vacaciones.
Ambos se quedaron dormidos, fueron a la playa a las tres de
la tarde, Clara una amiga del colegio de su misma edad se acerc� a saludarla, no
tuvo m�s remedio que presentarlo.
El es Carlos, mi padre, como mis padres est�n separados
siempre vacaciono con �l agrego al no ser conocido en esa ciudad donde viv�a
con su madre y el padrastro.
Tomaron sol, Clara llego con dos amigos , una t�pica
invitaci�n de gente joven, In�s comprendi� que no pod�a quedar a descubierto de
su relaci�n, fue su padre qui�n tuvo que insistirle a que fueran a dar una
vuelta, ambos imaginaron lo mismo, pero era una cosa que podr�a pasar, esa noche
salieron los cuatro adolescentes, ella lleg� mientras el dorm�a, se ducho,
abraz�ndolo se quedo dormida, casi al mediod�a se despert� al sentir la ducha,
la cual fue un disparador para sacarse sus ropas de dormir y meterse con el, las
miradas de ambos, dec�an del tiempo perdido, apoyando sus brazos en la pared,
incito que la penetrar� por debajo de sus delicadas cachas, sentirlo nuevamente
dentro suyo y gozar ese miembro fue suficiente recompensa para el goce que en su
sangre deseaba.
Las cosas tomaron un camino no deseado, Clara se present� con
dos nuevos amigos, su impresi�n frente a estos dos chicos un poco m�s grandes,
no le gusto desde el inicio, las ganas de Clara y el insistir de su padre, la
llevo a acompa�arla, se sent� en el asiento de adelante del auto de colecci�n
americano, tomaron el camino de arena por la costa hacia el faro, la m�sica
tapaba cualquier dialogo y los pensamientos de cada uno tomaban caminos
similares, al darse vuelta vio a su amiga sentada sobre el amigo , ojos
desorbitados agarrando los asientos, en pleno �xtasis sexual, miro la cara de su
compa�ero e imagino que pronto estar�a all� atr�s, sopesando sus posibilidades
de resistencia lleg� a la conclusi�n de que era momento de gozar.
Cuando Clara termin� record� sus jineteadas con su padre, al
parar el auto cerrando sus ojos espero la invitaci�n impuesta luego abri� la
puerta y fueron para ese enorme asiento, el chico no tenia un cuerpo
extraordinario, pero al sacarse el pantal�n de ba�o se despleg� su enorme pene,
sintiendo el grito de Clara, diciendo que hab�a trampa que ese era m�s grande.
Tocando su cl�toris los flujos lubricaron su vagina, acepto
sentarse mirando para adelante del transito sobre ese falo, los juegos con su
padre , la elasticidad de sus j�venes tejidos, permiti� la penetraci�n ella le
agrego el goce que latente ante su sorpresa exploto, !En ganas! !En pasi�n de
sexo! , cerro los ojos "viendo" esa hermosa barra en su vagina, la cara de Clara
de momentos antes era una burda lamina, representante de goce, sinti� acabar,
como con su padre y asumi� que gozo con otro, era la primera vez y le hab�a
encantado.
Ya Clara envidio su suerte y cambio de pareja, el goce de
ella, la hizo sentir que ambas como tantas de sus compa�eras estaban en el
verano de turras, con la excusa de su padre ella se fue a su encuentro, dejando
para otra vez al ahora chofer.
No hizo falta de decirle lo que hab�a hecho, estaba escrito
en su cara, la sorpresa fue esa noche un preservativo separaba sus cuerpos,
sabiendo que ella tomaba anticonceptivos, lo acepto el error de ella pod�a ser
un problema que le empez� a retorcer su mente, entrar en el juego con varios ,
tenia otras reglas.
Nunca m�s fueron a las playas y cuando Clara los encontr� se
dio cuenta que no era bienvenida, a los seis meses la noticia por el colegio
corri� enseguida ! Clara ten�a SIDA! corriendo fue a sacarse sangre nuevamente
por suerte ella no estaba contagiada.
Y penso que es mucho m�s grave una aventura , que hacer el
sexo con su padre.
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Relato: El mar y las vacaciones
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