Que os podr�a contar de Leila, mucho tiempo de mi infancia hab�a convivido con ella, siempre ha sido esbelta y de tez muy clara, ojos grandes y largo cabello oscuro, cabe decir que nunca me llamo la atenci�n de ni�a, pues para mi parec�a ser otro primo mas ya que era de estar jugando videojuegos con nosotros en lugar de estar con las ni�as jugando a las mu�ecas o viendo pel�culas de acci�n, a pesar de ello nunca dejo de arreglarse bien y ser femenina, pero bueno, ella estaba por salir de primaria cuando su cuerpo comenz� a presentar unos cambios notables, sus delgadas piernas se alargaron un poco m�s y se vieron m�s llenitas, su cintura se not� m�s esbelta por el estir�n que dio y sus tetas aunque peque�as ya hac�an bultito bajo sus playeras, comenz� a maquillarse a pesar de que sus labios al natural luc�an perfectos.

Un d�a y llegando de la secundaria entre a mi casa para llevarme la sorpresa que mis primos estaban de visita, al parecer todos los d�as martes y jueves estar�an ah� ya que mis t�os saldr�an a vender ropa al tianguis de otras ciudades, ese d�a yo llegue y me sent� en uno de los sof�s para escuchar de que estaban platicando, mis primos estaban jugando afuera y mi prima estaba sentada a lado de mi t�a, pronto los senos de mi t�a se vieron opacados por esas hermosas piernas blancas de mi prima, no s� qu� me excitaba m�s si sus bien torneados muslos o la pose tan t�mida con la que me observaba, en fin ese d�a paso sin m�s, d�as m�s tarde buscaba cualquier pretexto para jugar con ella y porque no, tener roces f�sicos con su delicado pero delicioso cuerpo se sent�a bastante bien, sus tetitas se sent�an duras en comparaci�n con las de su madre, aunque las de leila solo las hab�a sentido por medio de roces y nunca las hab�a palpado como las de mi t�a, pero bueno un d�a construyendo una casa para jugar en el patio ella me pidi� que le pasara unas tablas que estaban en el suelo para que las colocase arriba de la estructura met�lica donde estaba subida, al pasarle las tablas y sin querer, aprisione uno de sus pezones entre mis dedos y al retirar mis manos sent� como lo jale un poco fuerte, mi primera reacci�n fue disculparme al o�r un leve gemido de dolor, pero ella no dijo nada, solo se sonrojo toda y se dio la vuelta, la verdad me sorprendi� que no se molestara o algo as�, como si nada se gir� hacia mi nuevamente y me pidi� que le pasara la lona que ir�a sobre las tablas, as� que yo tampoco le di importancia, bueno, la verdad si me hab�a gustado la reacci�n de su cara cuando le pellizque su pezoncito, pero no quer�a asustarla y que se marchara, as� que fing� que no hab�a pasado nada, al regresar note que sus pezones estaban erguidos bajo su playera de licra que a pesar de quedarle un poco floja no pod�a ocultarlos, al parecer no le gustaba llevar sujetador, as� que cada que pod�a rozaba sus pezones entre jugando para ver si se pon�an duritos, cabe decir que mi primita Leila fue durante muchos d�as la due�a de mis pajas.

D�as despu�s de eso yo estaba que me volv�a loco nuevamente, casi un a�o hab�a pasado desde que hab�amos comenzado a convivir, el progreso era poco, ocacionalmente le tocaba el culo o las tetas mientras jugabamos, pero necesitaba mas de ella.
uno de esos d�as mientras jug�bamos a los zombis, sus hermanos se marcharon junto con mi madre a por sus armas de juguete a casa de mis t�os, puesto que no dejaban de molestar que quer�an ir por sus armas, Leila estaba poni�ndose maquillaje blanco pues le tocar�a ser zombi, yo preparaba parte de lo que ser�a nuestro escenario, de pronto Leila se acerc� y me dijo que porque no les jug�bamos una broma, en esos d�as us�bamos para jugar un arn�s que hab�a llevado mi padre a casa, de esos para hacer rapel o descender o colgarse que se yo, as� pues la idea de ambos era colgarla a ella de un castillo que estaba sobre la puerta de la cochera, esperar a que entraran y pegarles un susto.

Le tome la palabra y le ayude a colocarle el arn�s, por supuesto que mientras se lo colocaba no perd� la oportunidad de manosearla un poco de su cintura y medio tocar sus tetitas pues no me esperaba lo que segu�a, ya con el arn�s puesto (o mas bien mal puesto) coloque mis manos para que ella se impulsara hacia arriba y colgara el arn�s, y lo que parec�a tan buena broma termino siendo un susto de muerte pues aunque logro colocar el anillo del arn�s sobre el castillo, las cuerdas se enredaron, su cuerpo cayo y giro haciendo que las cuerdas casi la ahorcaran, as� pues colgando y con ambas manos ocupadas sosteniendo una de las cuerdas para que no se enredara m�s en su cuello, lo primero que hice (despu�s de reaccionar del susto que me dio) fue levantarle sosteni�ndola desde sus piernas y llevando su cuerpo hacia mi pecho para poder levantarla m�s f�cil y que pudiera desenredarse y zafar el arn�s, entre la desesperaci�n por bajarla me di cuenta que la ten�a sentada en mi pecho y que sus nalguitas estaban a cent�metros de mi rostro.
Decid� aprovechar tan preciada oportunidad, ella ped�a que la zafara mientras yo le dec�a que si la soltaba se ejercer�a m�s presi�n sobre la cuerda y podr�a lastimarla, esto ten�a un poco de verdad sinceramente y a pesar de que bien pod�a usar una de mis manos para intentar zafarla, prefer�a estar magreando sus muslos mientras ella estaba suspendida de ese castillo, con el pretexto de elevarla m�s para que alcanzara el anillo de la cuerda la sub� un poco m�s para sentir sus nalgas sobre mi rostro, ella estaba tan preocupada por el lio en el que estaba que parec�a no importarle que estuviera mi rostro entre sus nalgas, era perverso y muy excitante tener mi rostro entre sus nalguitas que fing� perder fuerza para soltarle y levantar m�s mis manos para alcanzar a sostenerla de sus peque�os pechitos, y aunque el arn�s que llevaba me dificultaba el trabajo pod�a palparlos perfectamente, -espera- le dije, ya casi alcanzo a quitar el seguro, me puse a besar sus nalgas sobre esos shorts de mezclilla que llevaba, ella solo ped�a que me diera prisa a bajarle de ah� porque se le estaban adormeciendo los brazos, en mi mente yo dec�a -claro que no perra este era mi momento-, la cabeza estaba por explotarme y claro que estoy hablando de la de mi pene, una erecci�n como pocas se asomaba bajo mis pants, mi erecto amigo quer�a sentir ese culito y claramente ten�a que aprovechar el momento, as� pues como pude jale una caja de pl�stico (de esas donde vienen los refrescos grandes) con mi pie y me sub� a ella, baje m�s mis manos por su cintura y volv� a sostenerla de las piernas, la recargue sobre mi pecho, ya que de levantarla completamente se zafar�a y mi pene no podr�a divertirse.

Yo fing�a ya estar muy cansado de cargarla y le dije que me dejara tomar fuerzas, ella entre desesperada y ya con una voz preocupada me ped�a que la ayudase, el tono ligeramente chillon de su voz me pon�a aun m�s caliente, entonces solt� un poco mis brazos, le dije -voy a levantarte, trata de llegar al anillo-, claro que era broma, la impulse muy poco para que al caer su culo se golpeara contra mi pene, Dios m�o la primer estocada a esas nalguitas casi me arrebatna todas las fuerzas de las piernas, estuve a punto de caerme, era incre�ble que ni se inmutara o se quejara, las peque�as estocadas a sus nalgas siguieron un poco m�s y cada vez m�s intensas, ella me ped�a que me apurara, y ahora si me estaba cansando de mis brazos as� que la baje un poco m�s, pod�a sentir el calor de su entrepierna en la punta de mi verga ya chorreante, sab�a que mis primos tardar�an poco m�s de 20 minutos en regresar, as� que ya loco de deseo no pude evitar dejar mi verga al descubierto e intentando entrar entre sus muslos pero comenz� a tratar de levantarse.
Le dije -ya s� c�mo hacerle-, obviamente sab�a que era ahora o nunca, sin pensarlo y como pude le desabotone los shorts y tire de ellos hacia abajo al igual que de su ropa interior, su reacci�n fue de susto e inmediatamente comenz� a intentar zafarse y comenz� a pedir que parara de jugar, deje caer su peso sobre mi cuerpo para liberar mi mano y tapar as� su boca, lo �ltimo que deje que dijera fue �por favor detente, no me est� gustando esto!�, pataleaba intentando escapar haciendo que mi pene chocara repetidas veces con sus nalgas, cada vez me pon�a m�s y m�s duro pero me era dif�cil penetrarla, trate de sujetarla con m�s fuerza para evitar que se moviera tanto y poder enterr�rsela hasta el fondo pero no se daba por vencida.

Mis manos estaban ocupadas y me costaba trabajo en filar hacia su virgen panochita pero ya que la situaci�n no me dejaba alternativa, comenc� a embestir una y otra vez hasta que pudiera encontrar entrada a ese templo prohibido, Leila segu�a mene�ndose desesperada y tratando de gritar, yo durante las embestidas llegue a lastimarme un poco el pene y justo cuando pensaba que era mala idea, logre sentir la estrecha entrada a su cuerpo, no te que se qued� quieta despu�s de un ligero pujido, inmediatamente me percat� de que lo que hab�a golpeado no era su rajita si no su tambi�n estrecho culo, sin m�s y aprovechando que se qued� quieta a causa del dolor de la estocada, coloque mi verga en la entrada de su co�ito y antes de que intentara patalear otra vez comenc� a bombearla como perro en celo, no pod�a creer lo incre�ble que era estar dentro de ella sin su consentimiento, ella pronto comenz� a llorar y dejo de pelear, yo solo le susurraba que se moviera que as� lo disfrutar�a m�s, pero ni siquiera volteaba a verme, embest� cada momento m�s fuerte y r�pido hasta que en minutos una c�lida sensaci�n abrazo mi pene recorriendo desde la cabeza hasta mis bolas, ella pujaba y apretaba sus piernas, segu� bombeando mientras con mi lengua recorr�a su cuello y le susurraba que dejara de luchar, que yo la tratar�a bien, de pronto ella comenz� a estremecerse y algo empujaba hacia afuera mi verga.
Me Sal� de ella e inmediatamente comenz� a orinarse sobre de m�, la sangre de su virginidad se mezclaba con la orina y recorr�a sus piernas de arriba abajo, Leila negaba con la cabeza como pretendiendo que nada de eso estaba sucediendo no le di tiempo de recuperarse y se la clave nuevamente despacito para seguirla bombeando por un rato m�s, dejo de luchar y al cabo de unos minutos me canse de la posici�n por lo que sin m�s la desate de la cuerda que la ten�a atrapada, parec�a no tener fuerzas en sus piernas y sus brazos estaban muy fr�os por la falta de circulaci�n de sangre en estos supongo, ella casi cae por completo al piso pero obviamente no deje que esto pasara, sin salirme de ella la lleve hasta la cajuela de un viejo autom�vil para recargarla sobre esta y seguir embistiendo a la par que le daba peque�as nalgaditas y le susurraba al o�do que ese ser�a nuestro secreto, que m�s le valiera no contarle de esto a nadie, le retire el chaleco y sub� su camiseta para poder palpar sin tapujos ese par de teticas, con mis labios recorr� su blanca espalda mientras ella se esforzaba por no gemir, le estaba arrebatando la inocencia entre cada mete y saca pero no me importaba, ten�a que ser yo el que probara primero de esa fruta prohibida y esa fue la oportunidad de hacerlo, el tiempo era poco y aunque hubiera querido quedarme durante d�as d�ndole ca�a no aguante m�s y dentro de una �ltima embestida le solt� todo dentro mientras ella frustrada me ped�a que no lo hiciera, pobre, no le di tiempo de terminar de hablar, el semen ya corr�a desde el interior de su cuerpo hasta la c�lida y roja salida de su concha, al terminar me costaba trabajo mantenerme en pie por lo que me recargue en un pilar a recuperar el aliento, ella se qued� sollozando sobre la cajuela del auto mientras el semen ca�a de entre sus piernas, segundos despu�s intento patearme y bofetearme por lo que la somet� arrincon�ndola de espaldas sobre la cajuela de viejo Chrysler y le dije nuevamente que m�s le valiera comportarse y no contarle a nadie de nuestro secreto, en fin sab�a que no pod�a dejarle ah� y menos en las condiciones que estaba ya que pronto llegar�an mis primos y mi madre as� que me sub� el pantal�n y le lleve a la regadera forzadamente para ducharla, afortunadamente coopero estando en la regadera, comenz� a ba�arse y tallarse ella sola, para cuando llegaron mis primos y mi madre el pretexto fue que jugando Leila cayo dentro del bebedero de los animales por lo que se hab�a metido a ba�ar, al salir de ba�arse mi madre le presto ropa y durmi� durante el resto de la tarde hasta que llegaron mis t�os por ella y sus hermanos, durante poco m�s de una semana no se me acercaba, no lucia molesta, m�s bien parec�a desconfiada y retra�da, as� pues durante el resto de su estancia en mi casa no se me dio la oportunidad de follar con ella nuevamente, pero eso si durante meses mis dedos juguetearon con su conchita, le obligue a masturbarme estando sus hermanos en la misma habitaci�n, restregaba mi verga sobre su trasero y le pellizcaba casi a placer sus peque�as pero suculentas tetas, pasaron a�os para que volviera a estar con ella pero esa ser� otra historia.

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