Relato: El juego (II)





Relato: El juego (II)

Aquella noche ya en el dormitorio, Miguel estaba �vido para
que le contara con todo detalle como hab�a trascendido en la ducha con Javier,
as� que comenc� a cont�rselo. A pesar de que ya en la ducha una vez que me hab�a
quedado a solas, me hab�a tenido que masturbar, sin darme cuenta, mientras le
relataba a Miguel lo sucedido, estaba nuevamente acarici�ndome el cl�toris, con
suavidad, con dulzura; no era una fricci�n buscando el climax, m�s bien era un
masaje como buscando una relajaci�n.


Naturalmente observ� como Miguel me contemplaba desde su
silla; yo estaba desnuda sobre la cama; �l junto a ella escuchando. �nicamente
interrump�a de vez en cuando pidiendo alg�n detalle en concreto de lo que le
estaba contando.


Al finalizar el relato, volvi� a comentar lo a gusto que se
encontraba. Le ayud� a desnudar y a meterse en la cama, ya en ella, me pidi� que
pusiera sobre su boca mi raja ya que quer�a darme tanto gusto como el que yo le
estaba dando a �l.


As� lo hice, reconozco que tanto el d�a anterior como esa
noche, se esforz� m�s que nunca en darme placer. Tampoco hac�a falta mucho ya
que el juego en cuesti�n, hac�a que yo tambi�n me encontrara m�s excitada de lo
habitual.


Est�bamos ya en la cama casi dormidos, cuando son� el
tel�fono. Era un matrimonio amigo. Miguel estuvo un largo rato hablando con
Pedro, as� se llamaba el amigo. Cuando termin� la conversaci�n, coment� que el
s�bado por la ma�ana, (est�bamos a jueves), vendr�an a pasar una semana con
nosotros ya que ella, Mar�a, ten�a esa semana de vacaciones.


Pedro era tetrapl�jico como Miguel, nos conocimos mientras
ellos estaban en el Hospital ya que estaban en la misma habitaci�n. Fueron
muchos meses de compartir sufrimientos y dolor. Ella, Mar�a era una chica
maj�sima, simp�tica, extrovertida. La verdad es que nos llev�bamos bien. As� que
no me pareci� mal la idea.


Al d�a siguiente, no hubo gran variaci�n. Me pas� la ma�ana
tomando el sol en la terraza junto a Miguel. Llevaba puesto el bikini que compr�
en C�diz, as� que los chicos estuvieron m�s tiempo jugando en la terraza que en
la arena de la playa. Todo eso hizo que Miguel pasase la ma�ana m�s que
entretenida.


Como de costumbre, por la tarde cuando hubo que ir a
ducharse, Roberto y Jes�s, ya iban hacia la ducha cuando les dije que esperaran,
ya que ten�a prisa en subir a casa al tener que preparar la habitaci�n para que
al d�a siguiente cuando llegaran los invitados, todo estuviera arreglado. As�
que primero nos duchar�amos Javier y yo.


Los dos se quedaron junto a la puerta, mientras entraba, pude
observar como se sentaban en el suelo. Una vez cerrada la puerta y consciente de
que pod�an o�r lo que dec�amos tanto Javier como yo, dirigi�ndome a �l, le dije
que se desnudara mientras yo tambi�n lo hac�a. Quer�a que les quedase claro que
�bamos a estar los dos desnudos.


Comenc� a enjabonarlo, esta vez no hice que se diera la
vuelta. Una vez que le lav� la cabeza, le empec� a frotar por la espalda pero al
estar los dos de frente, ten�a que acercarme mucho a �l para rodearlo con mis
brazos, esto hac�a que al ser bastante m�s bajo que yo, tuviera que estar algo
inclinada, lo que hac�a que mis pechos le rozaran la cara.


Al separarme un poco y verlo otra vez nervioso por haber
estado rozando mis pechos con su cara, le dije al o�do que si quer�a pod�a
chupar los pezones mientras los tuviera cerca. No hubo que repetirlo, cuando le
quedaban cerca de la boca, all� que se pon�a a chuparlos.


Fui agach�ndome para enjuagarle, ahora era a m� la que su
pene erecto me rozaba mi cara. Sub� la mirada hacia su cara y comente
jocosamente y en un tono alto para que aquello se escuchara fuera. - Uy, Uy, Uy,
como se te esta poniendo hoy- Haci�ndole un gesto hacia la puerta, como para
decirle "Que se fastidien esos dos de afuera". A lo que Javier, contrajo sus
hombros sonri�ndome y afirmando con la cabeza.


Aprovech� ese momento para darle un beso en la puntita de su
pene. �l se qued� at�nito. Ya en voz baja le pregunt� si no le hab�a gustado. -
No s� - contest� escuetamente. - Quieres que lo haga de nuevo - Pregunte yo.
Volvi� a encogerse de hombros.


Cog� su pene entre mis dedos y acerqu� mi boca a �l. Esta vez
no lo bese, introduje �ste en la boca y con ayuda de m� otra mano, empuje en las
nalgas de Javier, para que �ste introdujera todo su pene en mi boca. Una vez
dentro, comenc� a rodearlo con la lengua, notaba como este se estremec�a de
placer dentro de la boca. Dej� que lo sacara de la boca y repet� la pregunta -
Te ha gustado - Esta vez si respondi�. Pronunci� un s� tan expl�cito que casi me
pongo a re�r. - �Quieres que siga? - No hizo falta respuesta, ya estaba yo por
mi cuenta introduci�ndome el pene en la boca.


Hac�a tanto que no me hab�a echado una polla en la boca que
me corr� solo de mam�rsela. Al rato tambi�n se corri� �l, naturalmente no
desperdici� ni un �pice de aquel semen, me lo beb� enterito.


Cuando ya estuvo Javier m�s tranquilo, le hice una se�a como
d�ndole a entender que afuera estaban aquellos dos. Me entendi� enseguida. -
Toma fr�tame la espalda - Dije en voz alta. Comenz� a restregarme por ella
mientras yo comenc� a lavarme el pelo. Me di la vuelta y le hice adem�n de que
continuara por delante, me restreg� los pechos, baj� hasta el vientre y continu�
por los muslos. Abr� las piernas y le hice se�a de que frotara por esa zona. Vi
la alegr�a en su cara. All� se agach� y comenz� a pasar sus manos por el vello,
la raja. La mano la pasaba de adelante hac�a atr�s y viceversa.


Me puse a sonre�r ya que otra vez se le estaba poniendo tiesa
la polla. Al mirarme ya que no sab�a de donde ven�a mi sonrisa, le se�ale el
pene. - Vaya, siempre lo tienes a tope -, nuevamente le hice la se�a hacia la
puerta. Nos re�mos los dos.


Cuando salimos de la ducha, all� estaban Roberto y Jes�s
sentados en el suelo. La verdad es que le dirigieron una mirada de envidia a
Javier que no pod�an disimularla. Mand� a Javier a su habitaci�n y yo me dirig�
hacia donde estaba Miguel que hab�a estado viendo desde su silla a los dos all�
sentaditos frente a la puerta.


Por la noche en la cama, cont� a Miguel pormenorizado y con
todo detalle lo ocurrido con Javier. Digo todo, ya que no ocult� la felaci�n ni
mi largo trago de semen.


Cada d�a notaba en Miguel m�s placer al escuchar lo acaecido
con Javier; tambi�n a m� se me hac�a m�s excitante el cont�rselo. Ya una vez
finalizado el relato y despu�s de repetirme Miguel del placer que sent�a cuando
le contaba esas cosas; aunque no hac�a falta que lo dijese, se le notaba en la
cara; me coment� que lo mejor ser�a que cuando llegaran Pedro y Mar�a, les
dej�semos para ellos nuestra habitaci�n de matrimonio y nosotros pas�semos a
otra habitaci�n en la cual hab�a una cama de plaza y media y un sofa-cama de una
plaza, as� que tendr�amos que dormir separados ya que, lo digo esto por los que
desconozcan el problema de la parapl�jia, al no tener movilidad en la parte
inferior del cuerpo, les cuesta mucho moverse en la cama, por lo que en una cama
de matrimonio, la molestia que puede ocasionar a la pareja es m�nima, pero en
una de reducidas dimensiones, resulta realmente incomodo para los dos, as� que
lo mejor era utilizar cada uno una cama. Me pareci� correcto, el tener ese
detalle con ellos.


A la ma�ana siguiente proced�a a pasar nuestra ropa del
armario de una habitaci�n a otra para que cuando llegasen, ya estuviera todo
arreglado. Cerca del mediod�a, llegaron a casa los invitados. La sorpresa para
nosotros fue que llegaban acompa�ados del hermano de Mar�a, un chaval de 18
a�os. Comentaron que como Miguel les hab�a dicho que estaban con nosotros mi
hermano, al cual ya conoc�a Luis, (es el nombre del hermano de Mar�a), y
nuestros sobrinos, habian pensado en que �ste se lo iba a pasar estupendo con
ellos.


Naturalmente comentamos que perfecto, que no hab�a problema y
que ya pensar�amos como alojarnos todos. Mientras nosotras dos nos fuimos a
deshacer las maletas que llevaban, Miguel y Pedro se quedaron en la terraza y
los chicos se bajaron a la playa.


Est�bamos en la habitaci�n deshaciendo el equipaje, hicimos
repaso de los meses en los que no nos hab�amos visto. Por lo que dec�a, pod�a
comprender que la vida de Mar�a era un calco de la m�a. Todo el d�a atendiendo
al marido y las noches �ste haciendo lo que pod�a para complacerla en el terreno
sexual.


Al bajar a la terraza, salimos con unas cervezas, unas
patatas fritas y unas aceitunas, as� comenzamos ya la conversaci�n los cuatro.
Miguel coment� que hab�a pensado que para organizarnos en la casa, lo mejor era
que, Roberto mi hermano, pasase a nuestra habitaci�n, ya que dijo pod�a dormir
conmigo, y as� Luis podr�a dormir en la habitaci�n con los otros dos chicos.


Tanto Pedro como Mar�a manifestaron su oposici�n, ya que si
alguien iba a estar inc�modo, esos ten�an que ser ellos. Ante la insistencia que
observaba en Miguel de llevar �l la raz�n yo increp�, que me hab�a pasado media
ma�ana pasando la ropa de una habitaci�n a otra, y que no estaba dispuesta a
pasarme la tarde otra vez de mudanzas, as� que quedaba decidida la forma en que
�bamos a aposentarnos.


Deb� decirlo con tanto ah�nco que vi como todos se re�an y
expresaban su conformidad con gestos y "Est� Bien, Est� Bien", sea como t�
dices. Tras un largo rato de charla, Mar�a se levant� y dirigi�ndose a m�, me
dijo si �bamos a darnos un ba�o al mar. Me levant� como si hubiera tenido un
resorte, llegamos al mar y r�pidamente se nos juntaron los chicos, comenzaron a
tirarnos agua y a correr por nuestro alrededor. Jugamos un rato con la pelota en
el mar. Observ� como ahora tanto Roberto como Jes�s observaban con atenci�n a
Mar�a, esto me produjo algo de envid�a, hasta ahora hab�a sido el centro de la
atenci�n. De todas formas, tambi�n observ� como Luis era en m� con quien se
fijaba, por descontado Javier s�lo ten�a ojos para m�.


Despu�s de largo rato de juegos en el agua, regresamos las
dos hac�a la terraza, all� iniciamos otra charla con los maridos. Al rato de
estar hablando Miguel dirigi�ndose a m�, me pidi� que con ayuda de Mar�a,
podr�amos poner el biombo que hab�a en el sal�n comedor el cual separababa la
habitaci�n en dos partes, como digo podr�amos subirlo a la habitaci�n donde
ten�amos que dormir ya que no deseaba que Roberto tuviera que ver como yo ten�a
que ayudarle en todo; desnudarlo, ponerle el pijama, meterlo en la cama y por la
ma�ana a la inversa.


Esto aunque parezca una tonter�a, es lo que m�s les molesta a
los parapl�jicos, verse observados por otras personas ante su incapacidad m�s
�ntima.


As� que Mar�a y yo nos dirigimos a la casa para trasportar el
biombo a la habitaci�n. Una vez est�bamos en la habitaci�n, Mar�a pregunt� -
Imagino que os hemos molestado al venir con Luis, ya veo que hemos hecho mal.- .
- �Porqu�? - contest� yo.


Paso a decirme que el haber tenido que sacarnos de la
habitaci�n que us�bamos ya era m�s que una molestia. A lo cual le respond� que
aunque hubieran venido ellos dos solos, les hubi�ramos cedido igual la
habitaci�n.


Ella insisti� en que encima de todo, me ve�a obligada a
dormir con mi hermano. - Eso s� - le dije - No se como vamos a dec�rselo ya que
�l es lo �ltimo que se espera-, lo dije creo con una mueca lo que provoc� que
sonri�ramos. - Fijate - continu� - nunca he dormido con �l; la �ltima vez que lo
vi desnudo posiblemente tuviera unos siete a�os y �l estoy segura que nunca me
ha visto a mi, as� que imag�nate el plan para esta semana. -continuamos ri�ndo.


Mar�a apostill� - La verdad as� como lo cuentas, no se si
sentir pena o envidiarte - Aquellas palabras hicieron no se el porqu� de mis
labios salieran - Pues casi te dir� que m�s bien puedes tener envidia -, y ante
un "A s�....", comenc� a contarle que debido a que Javier el primer d�a se hab�a
metido a dormir con arena en el cuerpo, a partir del d�a siguiente cuando
regresaban de la playa lo duchaba yo cosa que hac�a que cada d�a tuviera que
verlo desnudo.


Naturalmente la r�faga de preguntas fue inmediata. No cont�
todo, faltar�a m�s. Pero si me recree en la forma de lavarlo, como se le pon�a
su polla, como se la lavaba, etc. Ante su insistencia, tuve que describirle el
tama�o del pene ante lo que ella exclam� "No esta mal ". Tambi�n ya casi
liberada, le dije que en los �ltimos d�as yo tambi�n me desnudaba y nos
duch�bamos juntos, reconoci�ndo que dejaba que Javier me ayudase a quitarme la
arena con sus manos.


Todo eso se produc�a entre risas, por un momento pens� en que
ella no se cre�a aquello, que estaba pensando que me lo estaba inventando. Pero
al fin dijo - �Y hoy tambi�n te encerrar�s en la ducha para lavarlo? - . -
�Porqu� no iba ha hacerlo?- respond�.


Lleg� la hora de la ducha, en primer lugar fuimos Javier y
yo. Tras cerrar la puerta, nos desnudamos y comenc� a lavarlo, �ste me
sorprendi� ya que sin yo haberle dicho nada, comenz� a tocarme los pechos
pasando posteriormente a recorrer todo el cuerpo. - Que decidido est�s hoy - le
dije, a lo que �l contest�, con cara de sorpresa - Lo siento, cre�a que me
dejabas - Lo tranquilic� al decirle que s�, que pod�a tocar cuanto quisiera,
pero que hoy no �bamos a tener mucho tiempo ya que al estar los invitados fuera,
hab�a que darse prisa. As� que aquella tarde tuvo que salir sin que pudiera
descargar aquel hermoso semen.


Por la noche tras la cena, tomamos un rato el fresco en la
terraza. Al rato, Pedro manifest� que se encontraba cansado y le pidi� a Mar�a
que lo llevara a la cama dici�ndole que luego pod�a volver a bajar a charlar con
nosotros.


Miguel se decant� tambi�n por irse a la cama, as� que
decidimos ayudarles a acostarse y luego regresar a la terraza ya que a�n era
pronto y ninguna de las dos ten�amos sue�o.


Al llegar a la habitaci�n Miguel me hizo colocar el biombo de
una forma determinada. Coment� que as� �l desde la cama y a trav�s del espejo
del armario, pod�a observar pr�cticamente toda la habitaci�n, por supuesto ve�a
con perfecci�n la cama donde ten�amos que dormir Roberto y yo, (En ese momento
record� que a�n no le hab�amos dicho nada a Roberto), incluso con la luz de la
lamparilla de la mesita y gracias a la sombra que produc�a el biombo en el
sofa-cama, desde la cama no se pod�a ver el mismo ya que �nicamente all� se ve�a
una zona de sombra, as� que Miguel me pidi� que cuando entr�ramos en la
habitaci�n encendiera la lamparilla y as� �l podr�a observar como nos
desnud�bamos y nos acost�bamos. Quer�a que consiguiera que nos acost�ramos los
dos desnudos.


Cuando baj� a la terraza ya estaba all� Mar�a. Continuamos
charlando y luego llam� a los chicos para darles la noticia de c�mo iban a
dormir. Pens� que tal vez ellos tambi�n habr�an pensado como iban a dormir ya
que no hac�a falta ser muy listo para saber que faltaba una cama.


Directamente sin rodeos y dirigi�ndome a �l, le indiqu� a
Roberto que mientras ellos estuvieran en casa tendr�a que dormir conmigo ya que
no hab�a m�s sitio. Su cara fue de sorpresa. El resto tambi�n, ya que miraron
r�pidamente a Roberto, dir�a que con la mirada le felicitaron por la suerte que
ten�a. En Javier vi celos, creo que esperaba ser el afortunado en la elecci�n,
por eso inmediatamente quise a�adir - Ya que alguien tiene que dormir conmigo,
lo m�s indicado es que sea mi hermano �Verdad? - dirigi�ndo la pregunta a Mar�a.


�sta por supuesto me dio la raz�n comentando que era lo m�s
sensato y normal que fuera mi hermano y no un sobrino. Eso hizo que Javier se
conformara.


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