Relato: En el gimnasio Me acercaba a los treinta a�os, mi cuerpo ya no era el mismo de diez a�os atr�s, aparec�a mi pancita, algunas estr�as y se hab�an ensanchado mis caderas, segu�a siendo una mujer bonita para mi edad, pero me pasaba lo que a todas � a la mayor�a de las mujeres les pasa en alg�n momento de su vida: no estaba contenta con mi cuerpo
Entre alta y baja dir�a que tiro a bajita, entre flaca y gorda dir�a que tiro a gordita, por eso vivo cuidando mi figura, se que mi futuro tiende a ser obesa, mis padres y mis abuelos lo son, por eso me preocupo tanto.
Si admito tener un complejo con mis caderas, a mi parecer son bastante anchas aunque mi marido siempre me dec�a que era lo que mas le gustaba, �las ancas que ten�a�, no se�
Mi marido? mi marido, Rogelio, era un buen hombre, clase media, laburante, era el que tra�a la plata a casa, muy bueno conmigo, siempre me trat� con amor y respeto, no puedo quejarme de el, buena persona, buen esposo, buen amante, fiel compa�ero�
Volviendo al tema de mi figura, un d�a (como nos pasa a muchas de nosotras) se me ocurri� comprar un aparato para hacer gimnasia en casa, una cinta, � una bicicleta fija, alguna cosa rara, entonces deb�a convencerlo a Rogelio, pens� que si el me acompa�ara a hacer ejercicio ser�a una buena idea para que mordiera el anzuelo.
El es mas pensante y mas cerebral que yo en estos casos, nunca act�a por impulsos, lo medit� y me dijo:
- Ni loco gasto plata en esas cosas, para qu�? para que al tiempo quede tirado ocupando lugar y juntando mugre? Podes salir a correr por la plaza, hasta prefiero pagarte un gimnasio...
Me desarm�, me desarticul� y me dej� sin pretextos, ten�a raz�n, no tengo constancia, tengo veinte proyectos en la cabeza, voy a hacer un mont�n de cosas, pero todo lo que empiezo al mes � a los dos meses se desvanece, pasa el entusiasmo y a otra cosa� y pens�ndolo fr�amente, cuanto tiempo podr�a usar el equipo? si, ten�a raz�n, mejor un gimnasio�
As� fue que me inscrib� en uno que estaba a unas diez cuadras de casa, era nuevo e imponente, a�n no ten�a mucha clientela. El lugar era grande, en dos plantas, abajo estaban las m�quinas pesadas, de fuerza y mucho peso, generalmente ocupado por los muchachos, sobre el fondo hab�a una oficinita que usaban para el tema de pagos y tambi�n estaban los ba�os, la parte de arriba estaba pensada para nosotras, hab�a un par de cintas, bicicletas y un amplio sector libre para hacer todo tipo de gimnasias aer�bicas, tambi�n en un rinc�n exist�a una especie de galponcito en el que guardaban todas las porquer�as que sobraban. Estaba muy bueno porque todo el lateral que daba a la calle era completamente vidriado y espejado, con lo cual nosotros pod�amos ver el movimiento externo, pero desde afuera no se ve�a nada hacia el interior
Los due�os eran Johnny y Beto, amigos y socios, en realidad hac�an de todo, instructores de pesas y aerobics, limpieza, mantenimiento, etc, etc. Solo voy a hablar Beto, ya entender�n por que, el era un hombre atractivo, bah, al menos para mi gusto, moroch�n de voz ronca, el pelo bien cortito, pirinchito, siempre con efecto mojado, nariz aguile�a, en la lengua ten�a un piercing atravesado que mov�a insistentemente para todos lados, mas un arito en su oreja izquierda, pero lo mas me atra�a era su cuerpo, sus m�sculos perfectamente resaltados, imaginen esos actores americanos de pel�culas de acci�n, su espalda era muy ancha, unos b�ceps terribles, tatuados, un pecho impresionante y un abdomen que era una tabla, aclaro que no sent�a una atracci�n f�sica hacia el, solo admiraba ese cuerpo masculino, en ese momento era una mujer felizmente casada�
El primer mes arranqu� con entusiasmo, Beto era un buen instructor y me ense�aba los ejercicios, bastante picar�n y sugerente con sus charlas, a mi me gustaba y le daba lugar, siempre con respeto, pero con el correr de los d�as se fue poniendo picante� admito haber tenido fantas�as con el y hasta imagin�rmelo en alguna oportunidad cuando Rogelio me hac�a el amor�
El principio del fin arranc� la semana siguiente�. los d�as estuvieron horribles, mucha lluvia, mucha humedad, la ropa se iba ensuciando y era imposible lavarla, no se secaba, as� lleg� el Viernes, yo sola en casa ya que Rogelio estaba en su trabajo, con ese tiempo me aburr� de aburrirme, por lo que decid� ir al gimnasio, hoy maldigo esa decisi�n� llam� a mi marido y le ped� que me pasara a buscar cuando terminara sus actividades. Fui al placard, ya casi no ten�a que ponerme, solo me quedaba una calza de licra blanca que ten�a tirada en un rinc�n, casi no la usaba porque se trasluc�a mucho y me daba verg�enza, pero no hab�a elecci�n, de hecho decid� cambiarme la bombacha grande que ten�a y ponerme una diminuta colaless para disimular la situaci�n, arriba me puse una tolerita negra, tambi�n ajustada que me llegaba el ombligo y me resaltaba los pechos, se me hac�a tarde, sin pensarlo mucho mas tom� mi piloto largo, un paraguas y me dirig� al lugar.
Fui esquivando charcos, llov�a tanto que no pude evitar mojarme, llegu� entre mojada y transpirada por el calor que hac�a y el nylon del piloto, entr� r�pido y lo sorprend� a Beto que estaba reparando un equipo, con herramientas y todas las manos engrasadas.
- Hola Moni, que haces ac� con este d�a?
- Hola, estaba aburrida en casa, puedo hacer algo no?
- Si, hac� de cuenta que el gimnasio es tuyo, no creo que venga nadie con este d�a�
Fui subiendo las escaleras mientras me sacaba el abrigo y sacud�a la humedad que ten�a encima. Ya en la planta alta y sin el piloto, me vi en los espejos de la pared y me horroric�, no me hab�a dado cuenta�. No ten�a como taparme, ese conjunto me quedaba s�per adherido y s�per provocativo, esa calza era casi transparente, dejaba traslucir mi peque�a tanguita, no quedaba nada para mostrar, imaginen mis culo todo en blanco, parec�a mas grande a�n, me excit� sola al verme, sent� que me humedec�a� ya estaba ah�, as� que me sub� en la bicicleta y comenc� a ejercitar, mirando la lluvia y los autos circular por la calle�.
Pasaron diez minutos, cuando me percat� que Beto estaba observ�ndome desde atr�s, me hice la tonta, no pod�a verme pero si imaginaba mi culo regordete y redondo, mis caderas moverse con mi diminuta tanga que nada tapaba y el asiento de la bicicleta enterrado en la raya del orto, saqu� mas culo disimuladamente para matarlo�.
El fue directo al grano:
- Moni, voy a ser sincero contigo, no lo tomes a mal, desde que te conoc� que estoy perdido por tu figura, adoro esas caderas!
- Mis caderas? De verdad te gustan tanto? A mi tambi�n me pareces muy atractivo, si quer�s tomarme no me opondr�
Lo que sigue fue tal cual como lo cuento creo que fueron diez minutos como m�ximo, el se acerco por detr�s, me hizo levantar un toque y me baj� las calzas dejando my culo al aire, me tir� un poco para atr�s, apenas si corri� la tanga y enterr� su verga en mi concha, me cogi� como un animal, se aferr� de las caderas y dale, dale y dale, estaba re excitada y no me dio tiempo a nada, r�pido, r�pido lo sent� acabarse en mi interior, as� fue, sin pasi�n a lo animal�
- Te gust� guacha?
- Me encant� contest� llena de calor
Me acomod� la tanga y cuando sub� la calza encontr� un peque�o problema, la tela blanca estaba toda manchada con grasa, ese animal no se hab�a limpiado las manos�.. maldije mi suerte� el sonr�o con nervios, el auto de mi marido estaba en la puerta� ya no llov�a pero igual me puse el piloto, no tuve otra salida, llegamos a casa y fui presurosa a ba�arme, tir� la calza manchada y la tanga llena de leche y luego sal� corriendo a tirar la basura, ese d�a zaf�, el no sospech� nada�
Esa noche me qued� despierta meditando lo que hab�a pasado, estaba re caliente, hirviendo, que era lo que me excitaba tanto? No era Beto, tampoco su pija, conclu� que era el entorno� lo sucio de la situaci�n, el lugar inapropiado, la lluvia pegando en el vidrio y las personas ocupadas en su rutina mientras a mi me cog�an, el peligro de ser sorprendida, mi marido que estaba por llegar, el placer era comer la fruta prohibida. Solo me quedaba un sentimiento de culpas con Rogelio, el era un buen hombre y no se merec�a esto�
Todo sigui� como si nada, hasta la semana siguiente, necesitaba hablar con Beto y aclarar las cosas, todo deb�a terminar all�, pas� el Lunes, el Mi�rcoles y el Viernes me decid� a encararlo, no lo vi e la entrada y le pregunt� a Johnny:
- Hola Johnny, y Beto?
- Que tal? Arriba, en el cuartito
Sub� presurosa y fui a buscarlo, lo sorprend�, el lugar estaba sucio, hab�a olor a encierro, entr� y arrim� la puerta
- Beto� necesito hablarte�
El no me contest�, sin inmutarse me tom� como un cavern�cola y me tir� de espaldas al suelo
- Par�, par�, que hac�s, no entend�s�
No se inmutaba, ten�a una fuerza animal, no pod�a resistirme, tampoco estaba segura de querer hacerlo� en unos instantes me hab�a sacado el pantaloncito que ten�a y la bombacha, me abri� las piernas y me chup� la concha, directamente, sin vueltas, su lengua se meti� en mi agujero y sigui� en mis labios
- Qu� hac�s, animal, depravado� susurraba
Ca� de nuevo, me mojaba, no pod�a resistirme, mi concha se inundaba, abr� bien las piernas, tom� su cabeza y la apret� contra mi, a esa altura el me com�a el cl�toris, me lo chup� todo y justo en el momento que acababa me introdujo dos dedos en la concha, me retorc� como una v�bora, cerr� los pu�os y me contuve para no gritar, hab�a chicas, ten�a palpitaciones, no pude hablar, estaba perdida�
El problema es que mientras mas me excitaba esta nueva situaci�n, mas remordimiento ten�a con mi marido, la culpa crec�a e inconscientemente lo evitaba.
La tercer semana hab�a decidido no ir mas al gimnasio, el Lunes lo consegu�, pero el Martes ca� en la tentaci�n, estaba en un circulo vicioso�
Quer�a hablar con Beto pero el me ignoraba, no encontraba la oportunidad, hice un poco de caminata en cinta y luego de una hora fui a orinar, estaba sentada en el inodoro pensativa cuando el pecado se apoder� nuevamente del lugar, se abri� la puertita del box y el se col� dentro�
- Beto, Beto, que haces? Tenemos que ter�.
No pude decir mas, Beto no hablaba, no perd�a tiempo, el ejecutaba, me violaba y me encantaba� ya hab�a sacado su pija y me la enterr� toda en la boca, la sent� endurecerse en mi interior, me tom� de los pelos y directamente me cog�a, hubiera preferido hacerlo a mi manera saborear su cabeza, disfrutar pasando mi lengua sobre el, bes�rselo todo de punta a punta, pero no, el animal no me dej�, me empujaba su miembro bien adentro hasta producirme arcadas, dale y dale sin parar, lo not� que estaba por acabar� mmm! mmm! Es todo lo que pod�a decir, quer�a sacarla de mi boca, no me gusta el semen, no me gusta que me acaben en la boca! Es lo que quer�a decir, fue en vano� sent� en mi garganta el l�quido caliente que sal�a de su verga, amargo, espeso, no me qued� otra que ir tragando a medida que acababa, dale y dale hasta la �ltima gota.
Termin�, sonri� y se fue, solo se fue, pas� como un vendaval� Me qued� sentada, aun con la bombacha en mis tobillos, degustando sabor de su semen desde mis boca hasta mis entra�as, no se porque me gustaba tanto esta locura�.
Por la noche mientras Rogelio dorm�a llor�, llor� y llor�, estaba parada en dos extremos y ya no aguantaba tanta presi�n, el cargo de conciencia era terrible�
Cuarta semana, me indispuse, a principios de semana estuve muy molesta, pero el Viernes ya estaba mejor, me decid� a terminar esto, con todo esto de una vez por todas
Llegu� y lo encar� directamente:
- Beto, tenemos que hablar�
- Hablar de que? No hay nada que hablar�
- Dale, vos sabes�
- Bueno, vamos hasta la oficina�
Camin� decidida por delante y el me sigui�, por fin terminar�a el asunto! Entr�, luego el, pero cerr� la puerta y hecho llave�.
- Par�, tenemos que hablar�
Pero el parec�a no escucharme, yo imploraba mientras el cerraba las persianitas americanas que tapaban las dos ventanas de la oficina. Luego se dirigi� donde yo estaba, pas� una mano por sobre el escritorio y tir� todo al piso, me dio vuelta y empuj� mi pecho sobre el mismo quedando mi culo apuntando para su lado.
Sigui� avanzando sin piedad, tom� el el�stico de mi pollera junto con el de mi bombacha y baj� todo de golpe hasta las rodillas dejando mi intimidad a su merced, entonces jugu� la que pens� ser�a mi carta maestra, que error!!!
- Par� Beto un momento! Estoy indispuesta, tengo un tamp�n!!!
- Uy! Menos mal que me avisaste!!!
Mientras me sosten�a con una mano contra el escritorio, escupi� la otra y refreg� su verga, se acomod� y sent� que apoyaba su miembro en mi culo�
- Noooo!!!! Hijo de puta, por el culo noooo!!! Sal�! sal�!
Obviamente, no me hizo caso y empujo con fuerza, en realidad yo mostraba una resistencia no convincente, por qu� me gustaba tanto? No pod�a controlarlo� empuj� y empuj�, estaba seco y me dol�a terriblemente, se me ca�an las l�grimas pero no paraba, me mord� el brazo para acallar mis gritos, me la meti� toda, dale y dale de nuevo, sent�a mi esf�nter acalambrado, no paraba� me encantaba�. Me entregu� nuevamente a sus caprichos, termin� mi resistencia una vez mas, me romp�a el culo, lo adoraba. No tard� en llegar e inundarme el ano, me llen� de semen caliente�.
La sac� y la guard�, - cambiate me dijo mientras abr�a las persianas, - no quiero que sospechen�
Aturdida, transpirada, desprolija me sub� la bombacha y la pollerita, me lat�a el culo, me dol�a, ten�a la sensaci�n que me chorreaba la leche�..
Volv� tarde a casa, confundida, me fui a ba�ar sin decir palabra, estaba mal, estuve mas de una hora bajo el agua, intentaba lavar mis pecados�
Cuando sal� Rogelio me sorprendi�, estaba sentado a la mesa esper�ndome, con una exquisita comida en penumbras, solo dos velas iluminaban la habitaci�n�
- Ven�, que te pasa? Te noto distante �ltimamente�
Fui a la mesa, me sent� a su lado con cuidado, aun me dol�a la cola� no pude mas�. llor�, llor� como una chica, no pod�a parar, el me contuvo y me pidi� que le cuente lo que pasaba, fuese lo que fuese�
As� puse las cartas sobre la mesa, sent�a que le destrozaba el coraz�n, pero deb�a hacerlo, le cont� como me cogi�, como me chup� la concha, como tragu� su leche y como me rompi� el culo�.
- Ma�ana hablamos, fue todo lo que dijo y se fue a la cama, sin pedir mas explicaciones�.
Me qued� llorando y me fui a la cama llorando, intent� acurrucarme junta a el pero me rechaz�, llor� toda la noche, no dorm�, creo que el tampoco�
Al d�a siguiente prepar� sus maletas y solo me habl� para iniciar el divorcio, sin mas se fue, no tuve cara para detenerlo.
Ese d�a perd� al amor de mi vida, todo por una calentura� no volv� al gimnasio, no me interesaba, nunca pens� lo que pon�a en juego, hoy me qued� sola, sin nada, con el alma vac�a�
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Relato: En el gimnasio
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