Relato: En el bus... Holas, les dejo otro de mis relatos que he ido subiendo a mi blog. Comenten o agr�guenme.. mi blog es: / />
Y decidimos hacerlo de nuevo. Esta vez, tal como lo hab�amos acordado previamente, ser�a algo para ella y usar�amos un juguetito.
Nos subimos al bus, de regreso de estar una semana en casa de sus padres. Todo normal, escogimos un horario a las 3 y algo de la tarde, sabiendo que habr�a poca gente en el bus. Nos fuimos en el lado izquierdo, en los asientos 32 y 33. Ella s�lo sab�a que ser�a su turno, pero desconoc�a el juguetito que hab�a escogido. Mi esposa vest�a una falda hasta la rodilla, sandalias y una polera blanca con tirantes delgados y no llevaba sost�n.
El bus parti� y pasaron revisando los boletos, todo bien hasta ah�. No viajaba mucha gente, s�lo iban unas 10 personas, pero todos bien repartidos. Nadie estaba cerca, excepto por un chico de unos 23 iba un asiento m�s adelante del nuestro, en el lado derecho del bus. Ninguno de los dos nos incomodamos, porque sab�amos como hacerlo silenciosamente.
Ella iba nerviosa, expectante de lo que har�amos y de saber que ten�a preparado. Yo iba otro tanto excitado, pensando en si la sorpresa le gustar�a y la intriga de saber si todo resultar�a bien.
Tras Unos 10 minutos de viaje, nos miramos y le dije: est�s lista?. Ella me mir�. muy p�caramente y me dijo: por supuesto. Tras esto met� mi mano a un bolso que llevaba a mano y saqu� un peque�o tubo de lubricante. Ella me mir� con sus ojos brillantes, con ganas de saber que ten�a planeado.
Nos dimos unos besos bien calientes, nuestras lenguas se rozaban y mojaban sin parar. En tanto, con una de mis manos me acerqu� a sus piernas y la met� bajo su falda hasta alcanzar su calz�n. Toqu� uno de los lados de su calz�n y comenc� a bajarlo, a lo que ella ayud� levant�ndose un poco del asiento. Tom� su calz�n y lo guard� en mi bolsillo. Luego cog� el tubo de lubricante, lo abr� y saqu� un poco para poner entre mis dedos y luego en su vaginita. Humedec� sus labios, su cl�toris y luego comenc� a meter mis dedos. Entraba suave con un dedo, mientras con otro no dejaba de presionar su cl�toris. Estuve as� por unos segundos, para luego meter dos dedos y continuar con movimientos circulares en su exquisito cl�toris que se comenzaba a sentir m�s y m�s duro. Entonces saqu� mis dedos y me puse m�s lubricante. Ella me dijo: no es necesario, ya me tienes calient�sima. Y yo le dije: cr�eme que es necesario.
Con mis dedos llenos de lubricante met� la mano bajo su falda y llegu� a su ano. Lo lubriqu� por fuera suavemente mientras nos bes�bamos a�n m�s caliente. Comenc� con masajes circulares por fuera y de vez en cuando metiendo un poco de un dedo, hasta que fui capaz de meter todo un dedo. Al hacerlo ella dej� escapar un peque�o gemido, tras lo cual intent� sacar mi dedo, a lo cual me detuvo dici�ndome entre susurros: d�jalo, d�jalo por favor. Entonces continu� y ahora con un segundo dedo tratando de entrar, hasta que se me hizo posible. Una vez que ten�a los dos dedos adentro con el dedo gordo apret� su cl�toris que a esta hora ya estaba muy dur�simo. Entraba y sal�a con mis dedos de su ano mientras no paraba de masajear ese delicado y duro cl�toris hasta que sent� que su cuerpo se pon�a tenso, sus piernas comenzaban a moverse involuntariamente, sus manos rasgu�aban el asiento del bus y su mirada estaba fija en m�, rog�ndome no parar. Al verla tan excitada continu� haci�ndolo m�s r�pido hasta que sent� que termin�. Un peque�o quejido se escap� de sus labios. Tras hacerlo dej� mis dedos adentro unos segundos, acariciando suavemente su cl�toris hasta que su sonrisa c�mplice me indic� que ya no resist�a m�s.
Saqu� mis dedos y los limpi� con un pa�uelo desechable y nos quedamos mirando. Ella me dijo cu�nto le hab�a encantado esto, que no estaba preparada para algo tan intenso y que realmente le hab�a encantado. Convers�bamos de esto cuando el chico que iba delante nuestro se par� de su asiento en direcci�n al ba�o y cuando pas� frente a nosotros sonri� y nos dijo: estuvo bueno eso?. Nos quedamos mirando con mi esposa, porque no pens�bamos haber sido o�dos, no sab�amos que hacer. El chico nos mir� y continuaba sonriendo, mientras nos dec�a: no se preocupen, no le voy a decir a nadie. Tan s�lo quer�a saber si realmente estuvo bueno.
Lo mir� y le dije, en realidad s�, tras los cual nos sonre�mos los tres. Entonces se sent� justo al frente nuestro y dijo: y tienen algo m�s preparado? Miren que me dejaron bien prendido y no pude evitar tocarme al o�rlos, ahora me dirig�a al ba�o a terminar de correrme, pero pens� en detenerme por si pudi�semos hacer algo mejor �
En realidad era un chico bien parecido, alto, por sus brazos se notaba que hac�a ejercicio y por lo marcado de su pene en su pantal�n se notaba que hablaba en serio. Entonces mi mujer dijo: bueno, no s� si hay algo m�s preparado, pero� y me qued� mirando, tras lo cual le dije: bueno, eso era algo previo, como hab�a prometido tra�a un juguetito, pero no s� si hab�a pensado en tres. El chico dijo: dale, que no muerdo ni voy a grabar nada, s�lo quiero ver y terminar con lo que empezaron�
Nos miramos con mi esposa, ve�a que ella estaba muy caliente, por lo cual no pude evitar mover la cabeza en se�al de un s�. Entonces el chico dijo: les molesta si adem�s de verlos me toco? Entonces mi esposa, nos mir� a ambos y dijo: hagamos lo siguiente, vamos a los �ltimos asientos y nos sentamos los tres juntos, donde nadie nos ve y entonces t� ( mir�ndome) continuas con tu propuesta del juguetito y t� (mirando al chico) puedes terminar tranquilamente, eso s�, espero que tengas algo bueno entre las piernas� el chico sonri� y dijo: ya ver�s. Entonces nos fuimos los tres para atr�s y nos sentamos juntos.
Nos sentamos los tres, con mi esposa al medio. Ella levant� su falda y sac� sus tetas de su blusa y le dijo al chico: te gusto?. �l, la qued� mirando y abri� su pantal�n sacando su verga, entonces le dijo: qu� crees?. Su verga era de m�s de 20 cm, gruesa y estaba dur�sima. Llevaba el pubis depilado, lo que le encanta a mi esposa, cuyos ojos quedaron prendidismos con �l. Mientras ellos estaban en eso, saqu� del bolso el jueguetito que tra�a. Era una especie de calz�n-dildo. Ten�a una mariposa al medio que vibrar�a sobre el cl�toris y un dildo anal, largo y delgado m�s atr�s. Adem�s ten�a unos tirantes, con lo cual ella se lo pod�a poner como un calz�. El jueguetito ten�a un control con el cual uno pod�a ir cambiando la intensidad, as� es que ella pod�a disfrutar todo lo que quisiera.
Al ver el juegutito ella me mir�, tom� mi cara y me bes� calientemente. Entonces me dijo: ay�dame con esto� fue entonces que se lo puse adelante sin problemas y luego con ayuda de un poco de lubricante se lo met� atr�s, pero no entraba bien debido a la posici�n en que estaba. Por ello, se levant� del asiento y cambi� de posici�n poniendo la cola al aire, dejando ese hermoso y enorme culo a la vista. Vi la mirada del chico que no pod�a creer que realmente le estuviese mostrando ese hermoso culo, no pudo evitar comenzar a tocarse, m�s a�n cuando estando as� logr� meter todo el dildo en el ano de mi mujer. Estando as�, ella no pudo evitarlo y le dio una lamida a la verga del chico, qui�n no pod�a creer nada de esto. Cerr� sus ojos y s�lo se dej� lamer, tras lo cual mi esposa meti� su verga en la boca un par de veces, hasta dej�rsela bien llena se saliva y lo dej�. Volvi� a su asiento como si nada, guard� sus tetas bajo su blusa, me mir� y me dijo: disculpa, pero no pude evitarlo. Ya tendr�s tu recompensa.
Entonces, tom� el control de su dildo mientras el chico dedicaba a tocar su verga. Mi esposa s�lo estaba sentada, con los ojos cerrados, disfrutando de los movimientos sobre su cl�toris y dentro de su cola. Mord�a sus labios para no dejar escapar ni un gemido. El chico se masturbaba mientras miraba cada movimiento de ella.
Yo decid� no quedarme atr�s, saqu� mi verga del pantal�n y comenc� a masturbarme tambi�n. Era incre�ble como todo pasaba. Mi esposa con sus ojos cerrados, nosotros dos masturb�ndonos al verla. Mientras a ratos miraba que nadie viniese, todo lo dem�s estaba calmado en el bus.
Aument� la velocidad del dildo y ella mordi� sus labios m�s fuerte, mientras sus p�rpados trataban de mantenerse lo m�s cerrados posibles, hasta que tuvo que abrir sus ojos. Nos mir� a ambos con una cara de desearnos, que nunca olvidar�. Cogi� con sus manos la verga de cada uno y comenz� a masturbarnos fren�ticamente. Trat� de decirle que estaba produciendo algo de ruido cada vez que sub�a y bajaba en nuestras vergas, que podr�a levantar sospechas, pero ella no me dej� decirle nada y al parecer nadie en el bus notaba alg�n cambio. Ya que est�bamos en eso, aprovech� de continuar jugando con la velocidad, cambiando el ritmo y la intensidad, a lo que ella respond�a con sacudidas m�s r�pidas a nuestras vergas. Mir� la verga del chico y estaba roja, casi por explotar. �l manten�a los ojos cerrados y se agarraba al asiento, como si no pudiese aguantar m�s. En eso estaba cuando sin poder evitarlo comenz� a correrse. Su verga lanzaba chorros de semen muy lejos. Gruesos y blancos chorros. Uno cay� en la pierna izquierda de mi esposa, otro cay� en la ropa de �l, otros en el piso. Ella continu� masturb�ndolo hasta que �l pidi� que se detuviera , mientras su verga continuaba lanzando su leche, ahora con menos fuerza, dejando su verga blanca y jugosa.
La escena era tan caliente que yo no me quer�a quedar atr�s, ni ella tampoco. Not� que ella estaba por terminar, as� es que sub� la intensidad del dildo, hasta que ella no pudo moverse de la sensaci�n. Fue entonces que apret� mi brega m�s no poder y termin�. Baj� la intensidad del dildo hasta detenerlo completamente.
Qued� casi inconciente, apenas meneando mi verga. El chico, a�n con cara de no poder creerlo y yo, que me faltaba poco y quer�a terminar esto de la mejor forma posible.
Tras unos segundos en que ella estuvo sin moverse, abri� los ojos, me mir� y dijo: Ahora mismo te agradecer� esto. Se sac� el dildo, dejando ambos agujeros sin nada m�s que mucho lubricante. Sus agujeros a�n se mov�an del orgasmo que tuvo, el cuadro era exquisito.
Ella se agach� en el poco espacio que hab�a, dejando su cabeza cerca de los pies del chico y su trasero a la altura de mis rodillas. Se subi� complemente la falda y me dijo: termina donde quieras, pero termina en m�!.
Visto eso, me mov� como pude hasta acercarme y sin pensarlo, sin preguntarle, sin detenerme un segundo se lo met� por detr�s. Le met� la mitad de la verga y con lo que quedaba afuera comenc� a toc�rmela, masturbando la parte baja de mi verga hasta que no d� m�s y me corr� dentro de ella. Su ano ten�a peque�os espasmos que alargaban mi eyaculaci�n hasta lograr sacarme todo. Tras sentir que hab�a arrojado toda mi leche saqu� mi verga de su culo, me acomod� en al asiento mientras ella hac�a lo mismo.
El chico guardaba su verga y trataba de limpiar cuanto pod�a. Ella tom� un pa�uelo desechable y limpiaba su vaginita y ano del lubricante y mi leche. Yo a�n estaba con mi verga afuera, descansando de todo esto, hasta que despu�s de un par de minutos reaccion� y me la guard�.
Fue entonces que nos miramos y nos re�mos los tres al mismo tiempo. �l nos dijo: hacen esto seguido?. Le dijimos que era primera vez de a 3 en el bus, le contamos de lo que hab�a pasado antes, cuando ella me hab�a masturbado y otros detalles. Entonces �l, mirando a mi esposa le dijo: bueno, estuvo muy rico, espectacular en realidad. Me calentaste mucho, tienes un cuerpo espectacular, esas tetas, ese culo, esa boca� cuando quieras podemos hacer algo m�s� por cierto mi nombre es� Fue entonces que ella lo detuvo y le dijo: la verdad no quiero saber tu nombre, esto fue, estuvo rico, pero no quiero que pienses que vamos a volver a hacer algo as�. Qu�date con el recuerdo y la experiencia.
�l entendi� de inmediato, tras lo cual le dije: en realidad estuvo todo bien. Creo que ahora nos debemos devolver a nuestros asientos.
Cada uno se fue a lo suyo, �l delante de nosotros y nosotros a los asientos 32 y 33. Quedamos hablando por un rato con mi esposa, de lo rico que fue todo y de c�mo result� todo tan bien. Hablamos de c�mo hab�a terminado, de lo inc�modo que fue meterlo, pero lo bien que result� haciendo esa mezcla de meterlo y masturbarme. Hablamos del chico, de c�mo ella se excit� con la leche de �l en su piernas, de c�mo no pudo evitar darle una mamada corta. Que la disculpara por eso y por haberlo masturbado.
Le dije que estaba bien, que era todo parte de le excitaci�n. Que estando los dos no me pon�a celoso, adem�s la forma en c�mo lo hab�a detenido de la petici�n de volver a tener contacto o saber siquiera su nombre me daba la confianza que necesitaba para saber que as� era.
El viaje continu�, llegamos a nuestro terminal. Tomamos nuestras cosas, nos bajamos r�pido, el chico a�n estaba sentado. Al pasar por al lado de �l, no pude evitar meter la mano a mi bolsillo y sacar el calz�n de mi esposa y dej�rselo caer. Lo mir� y le dije: disfr�talo.
Pablo
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Relato: En el bus...
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