Quisiera contarles la historia de sexo que mantenemos con mi
hermana desde hace ya casi dos a�os.

Mi viudez y su separaci�n matrimonial nos llev� a ella casi
sin darnos cuenta.

Yo soy viudo desde hace ya diez a�os. Al poco tiempo de
casados comenzamos a buscar un hijo y al no quedar embarazada comenzaron los
estudios del por que, siendo all� donde descubrieron una enfermedad que a los
seis a�os la llev� de mi lado.

Este echo me hundi� en la tristeza primero y luego descubr�
la comodidad de no tener que dar cuentas a nadie de mis actos y me convert� en
un feliz soltero que gozaba de plena libertad. No quer�a nuevos compromisos.

Durante los primeros a�os de nueva solter�a no me faltaron
mujeres de las mas diversas condiciones: j�venes, maduras, rubias, morochas,
altas, bajas, solteras, casadas etc.

Mi hermana un a�o menor que yo se cas� y tuvo dos hijos de
hoy 14 a�os el var�n y 12 la nena.

La felicidad de su matrimonio le dur� pocos a�os ya que
pronto descubri� que el marido la enga�aba con cuanta mujer se le cruzara. Ella
le acept� todos sus enga�os hasta que descubri� que la amante de turno era su
mejor amiga, fue all� donde cort� con la amiga y el marido.

El se fue de la casa pero en castigo por eso no le pas�
ning�n dinero para la manutenci�n de los hijos. Andrea, mi hermana, no trabajaba
y se le hizo imposible criar a los ni�os recurriendo a m�, su hermano y padrino
del hijo mayor. Soy su �nico familiar ya que nuestros padres fallecieron hace un
largo tiempo.

Mi profesi�n de abogado me daba un buen pasar con una gran
casa de cuatro de dormir para mi solo.

Le ofrec� alojamiento a mi hermana Andrea y a mis dos
sobrinos, un poco de compa��a me har�a bien, adem�s de ello Andrea podr�a
hacerse cargo del cuidado de la casa, no por las tareas dom�sticas sino por el
control de las dos personas que se encargaban de ellas. Jam�s se me hubiera
ocurrido que mi hermana trabajara en la casa.

Como parte de mis responsabilidades de t�o y padrino me har�a
cargo de la educaci�n de los ni�os. Ellos siempre fueron para m� los hijos que
la vida no me hab�a dado hasta el momento.

Andrea acept� con alegr�a lo propuesto, por primera vez
podr�a vivir tranquila y sin sobresaltos.

Mi hermana es una mujer que a pesar de la vida que llev� con
su ex marido y sus dos embarazos se mantiene en muy buena forma para sus 43
a�os. Es alta, de larga cabellera color casta�o claro y con suaves ondas, ojos
grandes de color claro, un cuerpo arm�nico con firmes pechos, fina cintura,
redonda y parada cola y unas largas y bien torneadas piernas.

A los pocos d�as de instalada en casa su rostro reflej� la
alegr�a del cambio de vida.

De com�n acuerdo cambiamos a mis sobrinos de escuela por una
m�s cercana y de mejor nivel. Si no le daba a ellos estas alegr�as �a quien se
las iba a dar?

Andrea no sab�a como agradecer lo que hac�a por ella y sus
hijos, todas las ma�anas se levantaba a prepararles el desayuno llev�ndome a mi
dormitorio el m�o. Yo me levantaba y luego de ducharme llevaba a mis sobrinos a
la nueva escuela y de all� me iba o bien a tribunales o bien a mi estudio.

�ramos una familia en casi todo. Lo �nico que faltaba era la
convivencia entre los adultos, cosa dif�cil por el parentesco de hermanos.

Por la ma�ana mi hermana se dejaba ver en camis�n. Este por
lo general era de una tela que no transparentaba nada pero dejaba adivinar casi
todo, as� pude descubrir que no usaba corpi�o cuando se levantaba y que su
bombachita era diminuta y solo le cubr�a lo indispensable. Ella lo hac�a de la
manera m�s normal que uno se pueda imaginar, pero a m� me hac�a verla de otra
manera que si fuera mi hermana, la ve�a como a una mujer apetecible.

A los dos meses de instalados en casa, tiempo en que hab�a
cortado por respeto a ella y a mis sobrinos, toda salida con mujeres, un echo
fortuito hizo que lo gestado interiormente y que yo no lograba ver, se
desencadenara r�pidamente.

Esa ma�ana, luego de haber llevado a los chicos a la escuela
deb� regresar a casa por unos papeles que me hab�a olvidado.

Andrea no esperaba mi regreso y las mujeres que trabajaban en
casa aun no hab�an llegado, por eso se encontraba en el comedor haciendo no se
que cosa vestida solo con su tanguita. Sus pechos sueltos y los cabellos aun
mojados por la reciente ducha ca�an sobre sus hombros.

Las tetas mostraban unos pezones rosados de buen tama�o.

Era la primera vez que ve�a a mi hermana tan desnuda, eso me
produjo una erecci�n.

Andrea se puso doblemente roja de verg�enza, por mi erecci�n
y por su desnudez, se dio vuelta para ocultar sus pechos de mi vista.

Yo no aguant�, me arrim� y la abrac� por detr�s, agarrando
los pechos con mis manos y apoyando mi erecci�n en su redondo culo.

Andrea se qued� quieta sin decir nada y sin atinar a hacer
algo.

Yo con mi mano derecha solt� uno de sus pechos y la fui
bajando hasta llegar al el�stico de su tanguita, la met� por debajo del el�stico
y llegu� a su mata de renegrido bello que cubr�a su vagina.

Mi hermana me pidi� que la dejara por favor.

El verte as� me vuelve loco Andrea.

Jorge, vos sos mi hermano, dejame.

Te necesito y te deseo Andrea, desde que llegastes a esta
casa no hubo otra mujer.

Yo tampoco tuve hombre desde que llegu� a esta casa.

La hice girar, me pegu� contra ella quedando mi paquete en su
entrepierna, ella deb�a sentir el mismo. Se peg� a m�.

Inclin� mi cara y le d� un beso en sus labios.

Andrea en un primer momento cerr� su boca a mi beso, pero yo
con las lengua y su aceptaciones los abr� y comenc� a jugar con ella en su
interior.

Muy pronto ella tambi�n comenz� a jugar con la suya en mi
boca. Era la se�al de su entrega.

Cruz� su pierna en mi cintura y con los brazos en mi cuello
se junt� aun m�s a m�.

Al separar nuestras bocas me pidi� que la hiciera suya, que
necesitaba un hombre.

La alc� en brazos y la llev� a mi dormitorio donde la acost�
en mi cama aun destendida. Con delicadeza le saqu� su �ltima prenda quedando
totalmente desnuda. La visi�n de ese cuerpo era maravillosa.

Me desvest� y acost� a su lado abraz�ndola y bes�ndola,
primero en su cara, luego bajando hasta sus duros pezones, luego segu� bajando
hasta su poblada vagina. Estaba inundada de sus jugos y yo se los beb� todos
para luego recorrerla con mi lengua hasta su culito y de este hasta su cl�toris
donde me puse a mordisquearlo.

Mi hermana se retorc�a de placer y daba peque�os gritos
anunci�ndome su pronto orgasmo. Este lleg� r�pidamente.

Volv� a beber sus jugos que eran muy abundantes, y con ellos
aun en mi boca sub� hasta sus labios donde nos prendimos en un desesperado beso.

En esta posici�n mi miembro hab�a quedado en la entrada de su
cueva y casi sin propon�rmelo entr� hasta la mitad. All� par� y nos miramos a
los ojos buscando la aprobaci�n mutua. Ella me la pidi� toda.

No me hice esperar y con un suave empuj�n termin� de meter mi
pija hasta el fondo de su concha.

Con sus piernas rode� mi cintura comenzando un fren�tico
movimiento de entrada y salida.

Andrea tuvo su segundo orgasmo y yo alcanc� el m�o
inund�ndola de todo el semen que ten�a acumulado.

Al salir de su agujerito ella baj� a chuparme y limpiarme el
miembro de sus jugos y mis jugos.

Yo hice lo mismo con su rebosante concha.

Despu�s de esto quedamos abrazados en silencio y d�ndonos
suaves besos en la cara.

Luego de un rato, y sin decir nada nos levantamos y fuimos a
la ducha donde juntos nos enjabonamos con mucha delicadeza en nuestras partes
mas �ntimas, ella con mi miembro y yo con sus pechos y raja.

Aprovech� para acariciar su orificio anal entreg�ndome ella
una p�cara sonrisa.

Ya est�bamos muy cerca del mediod�a y debimos vestir
r�pidamente porque estaban por llegar mis sobrinos y menudo problema tendr�amos
si nos encontraban as�.

No pudimos charlar lo sucedido por la presencia de sus hijos,
as� que despu�s de almorzar todos juntos y antes de irme al estudio le ped� que
me fuera a ver as� tom�bamos un caf� y charl�bamos lo ocurrido.

La esper� con ansiedad hasta las 17 h. en que lleg�. Estaba
vestida como toda una se�ora con un traje de pollera y saco con una remera
debajo de este �ltimo. La pollera llegaba a unos cent�metros por encima de sus
rodillas y el tener puesto zapatos con taco la hac�a mostrar unas piernas largas
y perfectas.

No se si era idea m�a pero luc�a m�s radiante que otros d�as.

La recib� en mi escritorio con un beso ardiente que ella
retribuy� de la misma manera.

Como ese no era el lugar apropiado para hablar decidimos
salir a tomar algo y hacerlo tranquilos. Yo apagar�a mi celular.

Al salir me tom� del brazo como si fuera mi esposa, caminaba
junto a m� con cara de felicidad.

Lo primero que aclaramos fue que no est�bamos arrepentidos de
lo echo por la ma�ana, por el contrario hab�a sido hermoso. Reconoci� que hac�a
ya un largo tiempo que su ex marido no la trataba as�, con esa pasi�n y esa
delicadeza.

Yo le confes� que desde la muerte de mi esposa ninguna mujer
me hab�a dado tanta entrega y pasi�n.

Decidimos seguir nuestra relaci�n en la medida que sus hijos
lo permitieran, pero ellos no deb�an saber nada de lo nuestro porque no lo
entender�an.

Salimos de la confiter�a siendo las 19.30 hs., era temprano
para volver a casa, nos miramos en forma c�mplice y nos encaminamos a un hotel
de la zona. Para tener algo m�s de tiempo llamamos a los chicos y les dijimos
que hab�a surgido una cena con clientes por lo que nos demorar�amos en regresar,
que ellos cenaran y no nos esperaran.

Lo primero que hicimos al entrar en la habitaci�n del hotel
fue prendernos en un beso que expresara toda nuestra pasi�n. Mientras lo
hac�amos Andrea me fue sacando la corbata y la camisa, yo a su vez la remera y
el corpi�o.

Ya con sus tetas al aire comenc� a masajearlas y pellizcarle
delicadamente los pezones. Estos ya estaban duros como se�al de la excitaci�n de
mi hermana. Andrea me besaba y mordisqueaba la oreja.

Baj� mi cara y me prend� a sus tetas con desesperaci�n.

Desabroch� la pollera cayendo al piso, ella baj� el cierre de
mi pantal�n y sac� la pija que estaba a 100. Se agach� y comenz� a besarla y
chuparla. Cay� tambi�n mi pantal�n y slip.

Yo le baj� su tanga y quedamos ambos totalmente desnudos.

Caimos en la cama e iniciamos un 69.

Mi pija entraba y sal�a de su boca como si esta fuera una
vagina, yo mientras tanto con mi lengua entraba y sal�a de su concha y mord�a su
cl�toris. Llegaba tambi�n a su agujerito posterior.

Jadeaba y ped�a m�s.

Al estar por acabar quise salir de su boca, no me dej�, por
el contrario aceler� y cuando acab� Andrea su tom� toda mi leche.

Ella tambi�n alcanz� su orgasmo y llen� mi boca con sus
deliciosos jugos.

Nos dimos vuelta y en un beso apasionado nos intercambiamos
jugos, saliva y semen. Era de un gusto delicioso, era el gusto del placer.

Quedamos abrazados frente a frente, ella se acurruc� en mi
pecho. Esto me dio mucha ternura y una sensaci�n de tener que protegerla para
siempre.

Luego de un rato mi hermana comenz� a jugar con la pija, y
esta comenz� a crecer hasta alcanzar nuevamente su plenitud, fue all� cuando
Andrea me pidi� que la hiciera suya, que la penetrara.

Gir�, qued� boca arriba y ella subi�ndose tom� la p�ja y la
dirigi� directo a su concha. Se dej� caer y esta se enterr� toda.

Andrea sub�a y bajaba, entraba y sal�a, sus tetas se mov�an
al comp�s de sus movimientos.

Giramos de manera que ella fue la que qued� debajo, tom� sus
piernas las acomod� sobre mis hombros y aps� a ser yo quien se mov�a ahora. Todo
esto sin dejar de penetrarla, no quer�a perder en ning�n momento este placer.

El haber tenido ya un orgasmo nos permiti� prolongar esta
satisfacci�n y lograr un placer mayor.

Pero todo tiene sus tiempos y Andrea dio se�al de alcanzar un
nuevo orgasmo, Aceler� mis movimientos y juntos acabamos entre gritos y jadeos.

Hab�amos perdido la noci�n del tiempo, realmente con mi
hermana el placer que sent�amos era tal que este no exist�a.

Volvimos a casa a una hora tal que nuestros sobrinos no
sospecharan, de haber sido por nosotros hubi�ramos seguido hasta bien entrado el
d�a. A lo mejor alg�n d�a podr�amos blanquear lo nuestro y ser due�os de nuestro
amor y tiempo.

Mientras nos ba��bamos juntos comenc� a jugar con sus tetas,
luego con su conchita y por �ltimo con su culito. Ante esto ella me prometi� que
alg�n d�a me entregar�a el mismo que a esta altura y a pesar de sus a�os de
matrimonio segu�a siendo virgen. La propuesta me entusiasm�.

Por la ma�ana me despert� sintiendo como Andrea desped�a a
sus hijos para el colegio, luego de pasados algunos minutos entr� en mi
dormitorio y sigilosamente se meti� en la cama conmigo, estaba desnuda.

Me abraz� y al oido me dijo: te traigo un regalito hermano.

Comenz� a besarme en los labios, sigui� por mi pecho y
termin� debajo de las s�banas besando y chupando el miembro.

Gir� y en posici�n de 69 comenc� con mi lengua a jugar con su
cl�toris primero y con su agujerito anal despu�s. Mi lengua entraba y salia de
su concha y de su culito. Este se lo ve�a rosado y cerrado.

Mi hermana se retorc�a de placer. Acab� r�pidamente, y yo con
sus propios jugos, moj� mis dedos y comenc� a jugar metiendo y sacando, primero
uno, luego dos y al final tres en el culo. Una vez dilatado este la d� vuelta
boca abajo, le coloqu� una almohada bajo su vientre, moj� mi pija con el resto
de sus propios jugos y comenc� a penetrarla, primero la cabeza, una vez
acostumbrada a esta y cuando el dolor inicial pas� empuj� otro poco hasta la
mitad del miembro, repet� la espera por igual motivo que lo anterior, y luego
empuj� hasta el fondo. Me hab�a echo due�o del regalo prometido, ahora solo
quedaba retribuirla con mi semen bien adentro de sus entra�as.

Comenc� con suaves movimientos y al comprobar que ella
tambi�n estaba gozando apur� los mismos hasta que nuevamente juntos acabamos.

Fue uno de los regalos m�s hermosos que me dieron en mi vida,
se lo hice saber a ella.

Andrea era enteramente m�a y no la iba a perder bajo ning�n
concepto.

Nuestra relaci�n continua al d�a de hoy con la intensidad del
primer d�a, pr�cticamente tenemos sexo todos los d�as, la ma�ana es el mejor
momento ya que los chicos se encuentran en la escuela, otra oportunidad que
aprovechamos es una "cena semanal" con clientes del estudio.

Estamos planificando un viaje de luna de miel postergada, no
sabemos que excusa darles a mis sobrinos pero algo va a surgir.

Con Andrea descubrimos que el amor puede existir entre dos
hermanos, la mayor�a de la sociedad no lo ve as� y por ello debemos ocultarlo,
pero nosotros somos felices igual.

Jorge y Andrea