Relato: El purgatorio





Relato: El purgatorio

En esta ocasi�n no hubo pomada, duchas, comida o siquiera
agua. Mar�a se adormil�, sin caer en un sue�o profundo, hasta que de nuevo fue
llevada al escenario del macabro ceremonial, estaba agotada. En esta ocasi�n los
cuatro esclavos fueron sujetos al mismo madero del centro de la sala; el pecho
pegado al madero, brazos sujetos por encima de la cabeza y los tobillos de todos
unidos con una cadena. Mar�a sent�a el contacto de su piel con los cuerpos
desnudos de sus compa�eros y eso la excitaba. Cuando hubo un t�mido intento de
comunicaci�n entre ellos fue r�pidamente cortado con fustazos.


La voz de la maestra de ceremonia, anunci�: Vamos a empezar
la subasta de la pernada. La puja inicial ser� de cinco golpes. Por la
maravillosa esclava uno. �Qui�n ofrece 5 golpes?.La subasta fue r�pida y se
adjudic� a Mar�a por 37 golpes. Se estremeci� recordando el �ltimo castigo.
Despu�s se adjudic� a la dos por 45 golpes, el esclavo uno por 43 y el dos por
28.


Ante la sorpresa de los esclavos, los soltaron, y les fue
entregada una cuerda gruesa con ambos extremos anudados. Cuatro de los
asistentes, tres hombres y una mujer fueron atados a los maderos. Se les explic�
que deb�an golpear fuertemente al que era su amo, y que si no lo hac�an bien
recibir�an una descarga de aguij�n el�ctrico. Les dieron cada uno descargas de
prueba. Mar�a hab�a sido adjudicada a un var�n alto y fuerte, de unos 30 a�os de
edad. Empez� a dar los golpes con toda la potencia que le permit�an sus mermadas
fuerzas. Deb�a administrar 37 cuerdazos sobre el desnudo cuerpo. Al golpe 20
floje� y sinti� el pinchazo del aguij�n que la dio nuevas fuerzas. No se
explicaba bien la raz�n, pero ser la torturadora la provoc� un deliciosa
sensaci�n que mojaba su sexo.


Pasado el pago de la subasta, los palos centrales fueron
completados con dos palos horizontales paralelos. Mar�a fue colocada doblada por
su cintura sobre el palo superior, las piernas separadas colocadas con el palo
inferior detr�s de las rodillas; las manos atadas al palo inferior. Su sexo y
ano quedaban accesibles al disfrute de su amo, y ella perfectamente
inmovilizada. Los otros tres esclavos fueron atados del mismo modo. El amo de
Mar�a lleno de verdugones, pero con su enorme sexo erecto, se coloco tras ella.
Toc� su vagina descubriendo, con una sonrisa, la humedad. Arremeti� furiosamente
su sexo, y Mar�a se vio llena de carne palpitante. Lleg� un escalofri� de placer
y con el movimiento de vaiv�n alcanz� el orgasmo sin poder evitarlo. Su poseedor
saco el falo, separ� con las manos las nalgas, meti� un pulgar por su ano
dilat�ndolo rudamente, y acto seguido la penetr� de un golpe seco. Mar�a fue
brutalmente sodomizada por primera en su vida. El amo enardecido se sacudi�
sobre ella con movimientos r�pidos y se corri� abundantemente dentro, con un
alarido de placer. El esclavo m�s joven, cuya ama era mujer, sufri� la peor
sodomizaci�n, pues esta se hab�a colocado un cintur�n con un enorme pene de
goma.


Lo que sigui� fue el disfrute de los cuatro cuerpos expuestos
por el resto de asistentes, eso s�, previo pago de cinco golpes de cuerda. Mar�a
fue penetrada por vagina y ano, por falos humanos y por enormes penes de goma.
Se sent�a desfallecida y desgarrada, en su alma y su cuerpo.


Llevada a rastras a su encierro, fue dejada en el suelo junto
a la jarra de agua y las consabidas barras de comida. Bebi� y comi� ansiosa,
atragant�ndose y se qued� profundamente dormida, la hab�an drogado. Cuando se
despert� notaba una sensaci�n de escozor caliente en sus aberturas. A pesar de
todo, las heridas f�sicas parec�an resta�adas, y no sent�a el agotamiento de
antes. Por el olor de su piel deb�an de haberla ba�ado. La suavidad de su pubis
y cabeza hac�a pensar que la afeitaron de nuevo. En su celda de siempre y se
sent�a algo de alivio, pero disfruto poco de la intimidad que le proporcionaba
su cubil, hab�a llegado la odiada guardiana y se la llevo como en otras
ocasiones, con los ojos vendados, al espacio ceremonial.


Mar�a, ahora fue sujetada boca arriba en una dura plancha de
madera, con las piernas completamente abiertas, unas cuerdas apretaron su torso,
y las mu�ecas y tobillos enganchados con las consabidas anillas. Los dem�s
esclavos estaban en iguales circunstancias. La maestra anuncio el inicio de otro
oscuro episodio ritual: Procederemos a la ceremonia de posesi�n absoluta, cada
quinteto que se ocupe de su esclavo.


Cinco cabezas de mirada turbadora se asomaron ante los ojos
de Mar�a. Cogieron su pecho derecho, poni�ndolo entre dos tablas que formaban
una suerte de peque�a prensa. Girando las roscas, el pecho se aplast�, quedando
fuera la parte de la areola y el pez�n. Sinti� un agudo dolor, la estaban
atravesando el pez�n por su base con una fina aguja que se iba engrosando en la
parte posterior. La colocaron una argolla. No pudo evitar un grito de dolor y
sinti� fluir la sangre por su pecho. Repitieron la operaci�n en el pez�n
izquierdo. Por los alaridos que se escuchaban estaba claro que los dem�s sufr�an
el mismo proceso. Mar�a sinti� como se aflojaban sus piernas cuando manipulaban
sus labios vaginales usando la prensa, la colocaron las argollas
correspondientes a la entrada de su vagina. Mar�a intentaba contar para distraer
su mente del dolor. Pero sus heridas regadas con abundante alcohol la hicieron
dar un nuevo grito. Luego echaron agua helada para terminar de cortar las
hemorragias, lo que resulto, por lo menos, agradable.


Pasado un rato, los esclavos fueron colgados en los maderos
del centro. Los preparativos ante ellos eran inquietantes, una especie de
brasero con carb�n que era avivado con un fuelle. Uno de los asistentes coloc�
entre las brasas unas varas de metal. Mar�a prosegu�a contando n�meros, mientras
vio como acercaban a uno de los hombres un metal al rojo vivo. Se lo aplicaron
sin piedad sobre el pecho izquierdo. Un alarido de dolor, olor a carne
chamuscada, y la cabeza del esclavo desfallecida por el desmayo. La siguiente
era Mar�a, sinti� el calor creciente acerc�ndose a su pecho y un dolor salvaje,
pero no se desmay�, desahogo el dolor con un juramento, y oy� los gritos
desesperados de sus dos compa�eros. Los desmayados fueron reanimados con agua
lanzada a sus rostros. Los cuerpos fueron girados para recibir ahora la marca en
las nalgas. El olor a carne quemada era nauseabundo, no obstante en Mar�a
causaba una extra�a mezcla de atracci�n y repulsi�n.


Cuando parec�a que todo hab�a terminado fueron atados boca
arriba en el suelo con brazos y piernas extendidos. Los asistentes descorcharon
unas botellas de vino, con las que brindaron, bebieron y charlaron animadamente
El paso siguiente fue que comenzaron a mear sobre los esclavos inm�viles. El
liquido caliente resbalaba por la cara, pechos y sexo de los cuatro cautivos,
humill�ndolos m�s.


La l�der reclam� la atenci�n de nuevo: Ahora hecho ya el
anillado, marcados y bautizados, disfrutemos un poco jugando con nuestros
hermosos animales. Tengo una idea divertida. Traigan cadenas peque�as, cables,
electrodos, y un pene doble. Aparecieron los guardianes con los materiales
requeridos. La maestra hablo en voz baja con los obedientes servidores. En un
momento se formo un aparente barullo de carreras y montajes con tablas y
estructuras.


En media hora hab�an levantado una peque�a tarima con una
serie de dispositivos. Las esclavas fueron desatadas y subidas al escenario. La
maestra en persona las coloc� unas pinzas dentadas que mord�an como animales los
pezones de las mujeres. Luego enchuf� en �stas unos cables que pend�an de un
larguero sobre sus cabezas. Hacer una prueba, orden�. Mar�a sinti� en sus pechos
un extra�o cosquilleo al principio, que se torn� en quemaz�n y dolor intenso. La
otra mujer se retorc�a de igual modo. Funciona, dijo sonriendo. Trajeron a los
hombres, y recibieron el mismo tratamiento, prueba incluida. La maestra se
dirigi� ahora a las esclavas: Hacerlo como quer�is o pod�is, pero quiero ver
como los rabos se ponen duros como hierros, pero, cuidado con que se corran. A
la uno le toca el uno y la dos el dos. Empezar.


Mar�a sinti� un picotazo de advertencia en sus pezones, y
actu� m�s deprisa. Se acerc� al musculoso y maltratado esclavo, le miro a los
ojos que le devolvieron una mirada triste, decidi� aislarse de todo, tomando el
fl�ccido pene en sus manos. Lo acarici� despacio, vio que hab�an puesto dos
anillas en su escroto. Lami� con cuidado los test�culos y masajeo el miembro.
Not� una peque�a respuesta, animada meti� el glande en su boca. Lo chup� con
fruici�n y sinti� como crec�a. Apret� los labios y meti� el pene m�s dentro de
su boca, mientras le acariciaba las nalgas con la yema de los dedos. Poco a poco
la erecci�n fue completa, y sali� de su boca el pene enhiesto, brillante de
saliva.


La mujer orden�: Ahora perro cachondo debes clav�rsela por el
culo a la puta. Mar�a sumisa, ofreci� sus nalgas inclin�ndose, y el hombre la
penetr� analmente con toda la suavidad que pudo. La maestra la orden�
incorporarse, y situ�ndose bajo ellos engancho con una corta cadena una de las
anillas del escroto a una de las anillas de la vulva. La otra pareja termin� en
las misma posici�n que ellos y sujeta tambi�n con la cadena. La maestra, con
cara de s�dica felicidad, entreg� a Mar�a un pene doble, de considerable
longitud y grosor, ordenando: Ahora quiero os lo metais por vuestros co�os sin
sobresalga un cent�metro. Las dos parejas enganchadas se acercaron y las mujeres
maniobrando metieron el falo sint�tico en sus entra�as. La maestra termino su
obra enganchando las anillas de las vulvas de ambas, y las de los escrotos de
los hombres que las enculaban. Los asistentes colocados alrededor del escenario
improvisado aplaudieron alborozados la escena. Ahora, dijo la mujer, Follar como
perros, porque como no vea semen en vuestros rabos y el pene de goma empapado
por vuestros co�os, lo pasareis peor que en toda vuestra vida. Para animarles
recibieron una descarga el�ctrica en los pezones. Los hombres se mov�an con
suavidad al principio, y ellas sacudidas por los embates intentaban lograr un
ritmo adecuado. Mar�a no entend�a bien el motivo, pero su excitaci�n sexual
crec�a por segundos. Se estaba poniendo a cien, sinti�ndose observada, notando
el pene c�lido en su ano, la goma en sus entra�as y los grandes pechos de su
partenaire rozando los suyos. Con una serie de sacudidas y gemidos, sin lugar a
dudas, los cuatro esclavos llegaron al orgasmo en distintos momentos. Mar�a noto
como el semen inundaba su ano se corri� con una sensaci�n de placer suave, pero
extendida.


Pasados unos minutos de comentarios soeces y burlas del
p�blico, uno de los guardias subi� desenganchando las cadenas. Luego la maestra
comprob� satisfecha, examinando los penes, que hab�an obedecido los cuatro.
Orden� retirar las pinzas de los cables. Los cuatro esclavos fueron colocados de
pie, las mujeres con la espalda junta, y los hombres con la espalda pegada a los
hombros de las mujeres. Minuciosamente sujetaron con cadenas muy cortas los
pezones de los cuatro, los escrotos y las vulvas. As� puestos, moverse de m�s
les causaba dolor en los lugares anillados. El guardia permaneci� junto a ellos
con una fusta, golpe�ndoles duramente al pensar que intentaban hablar.


Abajo, los asistentes se entregaron a una org�a de bebida
comida y sexo, mientras los cuatro contemplaban lo que hac�an sin poderse mover
apenas. Mar�a, hambrienta y sedienta, salivaba al ver la comida y la bebida.
Cuando pensaba que ya no aguantar�a m�s; la dol�a todo su cuerpo, aunque con el
consuelo de sentir el amable contacto de la piel de sus infortunados compa�eros;
el fest�n termin� y fueron desenganchados.


La maestra dirigi� unas palabras a los asistentes: Este
festival se da por terminado. Mar�a suspir� aliviada. A�adi�: Los cuatro
ganadores podr�n gozar en privado del cuerpo del esclavo que les corresponde
como premio. Ahora sinti� un nudo en el est�mago. Aquello no hab�a terminado.


Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .


Número de votos: 0
Media de votos: 0


Si te gusta la web pulsa +1 y me gusta






Relato: El purgatorio
Leida: 1123veces
Tiempo de lectura: 7minuto/s





Participa en la web
Envia tu relato







Contacto
Categorias
- Amor filial
- Autosatisfacci�n
- Bisexuales
- Confesiones
- Control Mental
- Dominaci�n
- Entrevistas / Info
- Erotismo y Amor
- Fantas�as Er�ticas
- Fetichismo
- Gays
- Grandes Relatos
- Grandes Series
- Hetero: General
- Hetero: Infidelidad
- Hetero: Primera vez
- Intercambios
- Interracial
- L�sbicos
- MicroRelatos
- No Consentido
- Org�as
- Parodias
- Poes�a Er�tica
- Sadomaso
- Sexo Anal
- Sexo con maduras
- Sexo con maduros
- Sexo Oral
- Sexo Virtual
- Textos de risa
- Transexuales
- Trios
- Voyerismo
- Zoofilia


Encuestas

Afiliados



























una nenita insaciable relatos papa no medejes por el abueli me folLla pornoConfesiones eroticas mi abuelitoRelato erotico escuela obediencia/relato30186_Mis-alumnas-preferidas..htmlrelatos eroticos gay con hetero borrachomi prima me violotio sobrina anal relatosmi hijita de 9 añitos relatorelatos eroticos de esposas q grande la tiene mi suegrorelato incesto hija chapalaRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelatos espiando ami mamácomo me desvirgaron relatos sex Relatos pornos en amor filialporno maduras jovenrelatos porno secuestrada y vendidala historia mi abuelo me cojeRelatosxxx de el culito de mi ija brenda Istorias y rrelatos analRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatoporno madura y jovenrelatos de culo rotoporno galilearelatos calientes soy la puta de mi suegrorelatos mi hijo me follo cuando dormiaRelatos porno amor filial bdlol.ruPorno relato ginecologo/relato32309_Violada-por-mi-maestro.htmlChantajeada por un viejo que me coge relatosmeteme tu verga y empanzoname relatosmi hijita relatos xxxIncesto con la abuela relatadostu madre es mi puta relato 1vecinas amateurrelato erotico lesbico en el conventorelatos xxxgey con su abuekitorelatos porno le meti los dedos en el culo a mi suegra sinavisarle historias erotica entre madre eh hijaporno portuguesrelatos eroticos.el.novio de.mi hijaIncesto con la abuela relatadosrelatos porno viole a mi hija de 15relado tia follando al hijo y a su sobrinorelatos de hermanas lesbianas duchandoserelatos eroRelato porno en playa nudista con negroRelatos cojiendo con mama en el ranchorelatos eróticos masaje en las nalgas a mi cuñadarelatos eroticos con mi suegrorelatos eroticos de hijas violadas por sus padres xxxrelato porno duro con nenarelatosxxx mi inolvidable iniciacionfollando vecinorelatos porno la caliente de mi sobrinarelatos sexuales sexo con mi pequeña hijaRelatos de incesto padres e hijasrelatos de travesti de closet cogiendo con pordioseroRelatos Eroticos Relatos Porno Descubri que mi madre es puta Segunda ParteRelatos de sexo no consentido con misioneras americanasrelatos de comadres eroticosrelato mi amigo y mi mamaRelatos eroticos gay entre hermanosrelato porno visexual me ronpiero el ano por primera ves con un pene grandreRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelatos cojiendo a la vecinaRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelatos hijo espia a si.mama y la follaincesto de jugando con papá y terminó penetrandomerelatos eroticos la señora de mi vecino trio con suegratio musculoso relatos eroticosrelato porno mi esposa de edecanrelatos porno - creo que mi jefe se follo a mi mujermi hijita de 9 añitos relatomi pequeña de 8 relatoseroticosmi tío y mi culito relato eroticorelatos porno vendida como prostitutasrelato erótico nena curiosarelatos calientes de curasRelatos eroticos gratis incesto sobrina de 13 añitos primera vez.relato.durmiendo con mi hermanaRelatos zoofilia jovencita en orgia con perros de la callerelatos de zoofilia