TR�LLAX XIX
La informaci�n que tuvo TERCHELD sobre las infernales
intenciones del Se�or Oscuro, cuando se hubiera apoderado de los dos Universos.
Y
el enfrentamiento que tuvo TRALLAX en el ring, antes de su
combate en el coso; sus inicios, sus primeros combates.
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CAPITULO 19
Hab�a pasado dos d�as, desde que TRALLAX lleg� a Roma y
alguien observaba discretamente con inter�s sus grandes progresos. Se trataba de
SEXTO que sentando en su calesa tirada por tres musculosos tracios. Realizando
visitas diarias al coliseum, concretamente a las cuadras y patio de armas en
donde se entrenaban los gladiadores. Ya que en su cometido de esp�a del
Emperador VIRTUS, no se perd�a detalle de lo que all� acontec�a, (�z�mm!,
�sspl�ss!):
- �Humm!, (�z�mm!, �sspl�ss!), �humm!.- y menos de las
pruebas de resistencia y ense�anzas a las que era sometido el cachas:
- �El condenado avanza de forma imparable!.- un rejuvenecido
SEXTO que por gracia de su Emperador en agradecimiento a sus servicios, hab�a
vuelto a sentir correr por sus venas las rejuvenecida sangre de un chico de 25
a�os. Sobre todo como premio por haber sido �l quien le puso en aviso, a trav�s
del bello MARCIO de la existencia y hallazgo de TRALLAX.
Espionaje que pod�a realizar sin llamar apenas la atenci�n,
al ser poseedor de una rehala de gladiadores. Que le daba el derecho a tener una
residencia junto a estos. Por lo que, igual que TERCHELD, pose�a en el recinto
del coliseum una peque�a mansi�n muy lujosa que no le faltaba ninguna comodidad
de aquella �poca, incluso una mazmorra muy bien pertrechada para usarla con sus
"invitados".
Ser�an las seis de la ma�ana y SEXTO que acababa de darse un
ba�o, con una gran toalla cubriendo su ahora joven y musculoso cuerpo, se sent�
junto a la gran mesa del sal�n y apretando un bot�n, se puso en contacto con el
Emperador VIRTUS. Que acompa�ado por sus dos hombres de confianza. El torturado
USBEN, muy cubierto de azotes, por la reciente raci�n de latigazos que le aplic�
esa misma ma�ana su amo y amante el feo verdugo Imperial; y por MARCIO, que en
vez de vengarse de �l por el cruel comportamiento que tuvo a diario con el rubio
en el palacio imperial de Roma. Se hab�a convertido en su valedor ante el
Emperador y al que le deb�a en parte su recuperada juventud:
- �Amo, el Elegido se encuentra ya en el circo de Roma, como
prevenimos!.- le coment�. Pasando desde el principio, de las acostumbradas
cortes�as habituales, cuando se hablaba con alg�n mandatario de importancia.
Porque al Emperador no le iban esas cosas y como hombre pr�ctico, le gustaba ir
al grano con sus hombres de confianza:
- �Pues ahora tienes que apoderarte del Guerrero Oscuro, para
utilizarlo para nuestros propios fines!.- pero SEXTO con cara seria, le
respondi�:
- �D�me un poco de tiempo, Amo!, que acaban de llegar!.
�Primero pienso contactar con TERCHELD y con pretextos acercarme m�s a TRALLAX!.
�No s� porque, pero estoy seguro que el musculoso chico, cuando conozca cual es
su destino y sobre todo con que oscuras intenciones ha sido creado, se unir� a
nuestras fuerzas, seguro!:
- �Eso espero, esclavo!. �Ya me contar�s!.- y haciendo un
gesto SEXTO de ponerse de pie para despedir al Emperador y as� acabar la
conexi�n, se le cay� la toalla mostr�ndole al Gran Amo no solo la gran polla que
pose�a, sino tambi�n los cuajaos abdominales que pose�a:
- �Humm!, �est�s muy bien!, �tendr�s que hacerme pronto una
visita, esclavo!.- le coment� el Gran Amo. Logrando llenar de gozo al ahora
bell�simo romano; que reaccionando velozmente su nabo con una deliciosa
erecci�n, sonroj�ndose por ello, le respondi�:
- �As� ser� Amo.- y soltando un suspiro de deseo, a�adi�:
- �Cuando desee este perro ser� suyo, m� L�der!.-
desconect�ndose al momento la comunicaci�n.
--ooOoo--
En cuanto a TERCHELD, que no se quedaba quieto y al que los
placeres de abusar sexualmente y torturar al cachas espa�ol no le quitaban
tiempo para cumplir con sus obligaciones con el Se�or Oscuro. Sus esp�as pronto
le comunicaron de la presencia del romano. Momento en que ya nunca le quit� a
SEXTO los ojos de encima. Como en una fr�a ma�ana, que nada m�s verle por
primera vez en las instalaciones del coliseum:
- �Joeeer, c�mo se ha puesto el t�o!.- simulando un tropez�n,
le agarr� la t�nica, (�raggg!):
- �Hay perd�n!.- y se la arranc� para verle las musculosas
tetas. Y sin darle tiempo a reaccionar se perdi� entre la multitud, con el
juramento que se hizo de que aquellos pectorales y paquete de magn�ficos
abdominales pronto ser�an suyos. Sonriendo de alegr�a porque adem�s hab�a
recibido la informaci�n de que encima resid�a a unos pocos metros de �l:
- �Mejor, as� le podr� reventar con m�s comodidad ese culo
tan prieto que tiene!.- pero para disgusto suyo, no todo iban a ser buenas
noticias para �l. Porque a los dos d�as de toparse con SEXTO en la calle:
- �Se�or, tengo una noticia para usted!.- recibi� una
informaci�n que precisamente en esos momentos no deseaba tener. Se trataba de
uno de sus esp�as de confianza, que en plena calle por la trascendencia de la
noticia, sin darle tiempo a reaccionar, acerc� la boca a sus o�dos y en voz baja
le cont� el motivo de su interrupci�n all�. Que nada m�s participarla, sin
pronunciar palabra se separ�, dirigi�ndose cada uno en direcci�n contraria con
la intenci�n de no levantar sospechas. Dejando a TERCHELD muy pensativo por lo
que oy�:
- �Joeeer, que mala suerte!, �precisamente ahora que quiero
supervisar personalmente el entrenamiento de TRALLAX!.- se quejo en voz baja. Y
es que el esp�a le hab�a dado una informaci�n que le comunicaba el lugar en
donde se podr�an encontrar los Amuletos de Morg:
- �Cojones, ahora cuando menos deseo irme!.- coment� en voz
baja. Porque, con el fin de comunic�rselo en persona al Se�or Oscuro. Para que
�ste tomara las medidas pertinentes (quer�a anotarse a su favor ese
important�simo punto). Con esa intenci�n, sin ni siquiera avisar a nadie:
- �Pr�ximos al Gran Amo tengo envidiosos enemigos, que no
aceptan de buen grado, la influencia que mis consejos ejercen sobre sus
decisiones!.- y con esos pensamientos, traspas� la barrera invisible que
separaba ambas dimensiones y entr� en el universo donde el Amo era el Se�or
absoluto. Un mundo de brujer�a, guerreros m�sticos, elfos, trolls y dem�s seres
fant�sticos dif�cilmente de describir. Unos terriblemente bellos, otros fe�simos
y los dem�s aut�nticos monstruos:
- �Joeeer, en donde las caracter�sticas personales y f�sicas
de TRALLAX se amoldar�a a la perfecci�n!.- sonri� al percatarse de ese detalle:
- ��Bueno y a los mundos modernos tambi�n, joeeer!.- se dijo
recordando la procedencia del cachas.
--ooOoo--
Tan hermosa como la Dimensi�n de la Luz donde se encontraba
la galaxia de Gaia; la Dimensi�n Oscura residencia del Se�or Oscuro del que le
ven�a el nombre; en donde se encontraba el Planeta Negro, su residencia habitual
y lugar de ubicaci�n de su horrendo castillo prisi�n. Un universo a�n mucho m�s
inquietante que su nombre, por los grandes misterios que escond�a, pero que a la
vez escond�a las bellezas m�s incre�bles. Y que sino fuera porque TERCHELD lo
hab�a visto, nunca crey� que pudiera existir unas galaxias as�, pero sobre todo
un mundo como el Planeta Negro.
El las pocas veces que traspas� la barrera m�stica, siempre
tuvo la oportunidad y libertad de visitar las diversas culturas y etnias que
poblaban esa dimensi�n. Llam�ndole en cambio poderosamente la atenci�n, que
todas las veces que estuvo en la l�gubre mansi�n mazmorra del Amo, nunca sali�
ni fue invitado a salir del miserable cuartucho que �ste ten�a habilitado para
sus entrevistas (solo al sal�n del trono) y poder as� visitar las dem�s
instalaciones y dependencias de la misma:
- �Qu� secretos guardar� el cabr�n?.- se pregunt�,
import�ndole un huevo si el Amo era capaz o no de leerle el pensamiento. Porque
esta vez la curiosidad pudo con �l y con la valent�a de saberse en ese momento
imprescindible para el Se�or Oscuro; abri� la puerta que nunca antes se atrevi�
a traspasar:
- �Krom, qu� lugar m�s t�trico!.- d�ndose de bruces con un
oscuro pasillo, con un olor a ultratumba que daba miedo. Cuando de pronto, oy�
unos pasos y escondi�ndose en la parte m�s sombr�a del mismo, pegando la cabeza
y espalda a la g�lida pared, notando las dolorosas erecciones de sus pezones (un
escalofr�o recorri� su columna de arriba abajo). Comprob� que los pasos iban
acerc�ndose a �l:
- �Joeeer!, �ah� vienen!, �quienes ser�n?.- tembloroso vio
aproximarse una veintena de tipos. Entre los que destacaban por su belleza y
musculaturas una docena de elfos. Que a diferencia de los hombres solo ten�an
las orejas terminadas en puntas, pero que en lo dem�s eran en todo igualitos:
- �Vengas perros, pasad por esa puerta!.- les orden� uno de
sus escoltas, el que parec�a el jefe. Notando que se le pon�a los pelos de
punta, al comprobar que eran una especie de zombies y por la ausencia de globos
oculares y delgadez esquel�tica, supo que no ten�an alma:
- �Krom!, �pues claro!.- detalle que le hizo pensar, el por
que de las pocas apetencias sexuales del Se�or Oscuro:
- �Es como ellos!. �Y con raz�n siempre llevaba cubierto el
rostro!.- record� tambi�n. No obstante decidi� informarse con m�s detalle de que
iban las intenciones del Se�or Oscuro, porque aquello le estaba dando muy mala
espina.
Por eso, despu�s de confirmar que todos, hac�a un ratito
hab�an traspasado la puerta. �l hizo lo mismo, comprobando que �sta daba al
sal�n del trono que ya conoc�a. En donde, a diferencia de sus anteriores
visitas, en el centro se encontraba una gigantesca llama, que sal�a de un
t�trico agujero del suelo, que dedujo que proced�a de los mism�simos infiernos.
Bueno esa fue la sensaci�n que tuvo:
- �Co�o, que escalofr�os!.- sobre todo cuando fueron puestos
los hermosos elfos alrededor de ella. Y nada m�s salir unas palabras m�sticas de
la boca del siniestro jefe de los zombies. Como si fueran devorados; la llama,
pasando a un color azul el�ctrico, los rode� a todos, oy�ndose gritos
infrahumanos que le puso la piel de gallina. Hasta que encogi�ndose el fuego de
nuevo, recuperando su dorado color, aparecieron los cuerpos de los elfos en lo
que ahora eran unos horribles, mudos y tristes no muertos. Cuando cogi�ndolo de
sorpresa, el zombie jefe habl�:
- �Una docena m�s amo, para tu ejercito invencible!. �Para
lograr que seas el due�o por entero de esta dimensi�n y de toda Gaia!. �Para que
tus ej�rcitos de ultratumba sea m�s abundante que la arena estelar que recorren
las galaxias!. �Para lograr despu�s, como meta final la conquista de todas las
dem�s dimensiones y galaxia que las conforman en tu nombre!. �Para que la vida
feliz tal como se conoce ahora desaparezca!.- e ilumin�ndose una esquina de la
gran estancia, se hizo visible el trono tallado en negra roca que �l conoc�a. Y
poni�ndose de pie, el Se�or Oscuro le respondi�:
- �As� ser� esclavo y t� ser�s mi general en jefe!. �Esos
est�pidos humanos, elfos y dem�s especies inferiores no saben lo que les
espera!.- y mirando al lugar en donde se encontraba TERCHELD, como si intuyera
que sab�a que se hallaba all�, a�adi�:
- �No se salvar�n de la mutaci�n ni siquiera mis mejores
colaboradores!. �Aunque estos no acepten la transformaci�n!.- evidenciando con
esa afirmaci�n que no sab�a que el �bero se encontraba all�:
- �Ll�vate a mis nuevos esclavos almas en pena y prep�ralos
para el combate que no ha de tardar en producirse!.- y andando todos en
silencio, no se dieron cuenta de que el L�der Negro de manera misteriosa, hab�a
desaparecido de entre las sombras, igual que apareci�:
- �Joeeer, c�mo se est� poniendo esto!.- coment� a lo bajinis
TERCHELD; que haciendo lo mismo, se dirigi� al cuarto de espera. Mientras su
cabeza no dejaba de dar vueltas asimilando lo que hab�a o�do:
- �Tengo que hacer algo!. �Krom!, �yo no quiero esto!. �No lo
puedo permitir!- se jur�, porque �l no quer�a que los mundos que tanto le
gustaban se convirtieran en lugares tristes sin sexo bizarro. Pero sobre todo
sin vida, sin sentimientos y deshumanizadas, solo por la ansia de poder de dos
seres, sobre todo del Se�or Oscuro, porque la pretensiones de VIRTUS no las
sab�a. Pero que deduc�a que no ser�an tan funestas para el ser humano:
- �Le gusta retozar con un musculoso pibe, m�s que a un tonto
un l�piz!.- a�adiendo esperanzado:
- �Es imposible que halla dos hijos de puta as�!.- y
renunciando a comunicarle al Se�or Oscuro la novedad de los posibles hallazgos
de los amuletos, regres� al Universo de la Luz.
Y es que TERCHELD, en el fondo no era mal t�o, su �nico pero
gran placer era someter musculosos machos y ponerlos en situaciones l�mites
dif�cilmente aguantables tanto f�sicamente como mentalmente. Pero en lo que
respecta a la sociedad en general desea lo mejor para todos. Aquel bizarro mundo
lleno de musculosas beldades le gusta de cojones para desear que cambiara.
--ooOoo--
TERCHELD acababa de llegar a su casa del coliseum y
desprendi�ndose de la ropa de calle, se dirigi� a la puerta de salida con la
intenci�n de darse un buen ba�o en la piscina. Cuando dando un brinco:
- �Tienes que decidir que hacer TERCHELD, tienes que
intervenir a favor del bando de la vida y de la libertad!.- oy� una voz
misteriosa que hab�a entrado en su mente, y que moment�neamente le dej� sin
respuestas:
- �Qui�n eres?, �responde!.- le pregunt� no obstante:
- �Soy el Guardi�n de los Amuletos, y el protector de
TRALLAX!, �el �nico ser que puede impedir que eso suceda!:
- �TRALLAX?, �Pero si TRALLAX es una creaci�n del Oscuro!:
- �S� TRALLAX, el �nico que puede impedir que el Se�or Oscuro
se apodere de Gaia y controle los dos universos!. �Para convertir a los hombres
en la especie de mutantes sin coraz�n ni alma que has visto!. �En esa especies
de no muertos, que les d� poder para conquistar todas las dem�s galaxias y
porque no, todas las dem�s dimensiones si las hay!. �Porque el af�n de conquista
del Se�or Oscuro es grande, pero su hambre de almas no tiene l�mites!.-
a�adiendo:
- �El Emperador VIRTUS a su lado no es ning�n problema!. �El
desea el poder por el poder, pero nada m�s!:
- �Qu� quieres que yo haga?:
- �Huye junto con TRALLAX, para que ninguno de los dos bandos
pueda dominar los mundos, sobre todo el Se�or Oscuro, c�ntrate en �l, te lo
aconsejo!.- y manteniendo una larga conversaci�n, le cont� muchas cosas, entre
ellas le record� la importancia de los amuletos. Que por fortuna su b�squeda
siempre mantuvo distra�dos a los dos eternos contendientes:
- �Y por eso, al no hallarlos, nunca se alter� el orden de
los dos universos!.- le aclar� el Guardi�n:
- �Adem�s para dificultarlo, yo he lanzado el bulo de que no
existen, pero existen!.- manteniendo en secreto que TRALLAX, sin que nadie lo
supieras era el portador de los mismos:
- �Qu� poderes tienen, Amo?, �para que sirven?:
- �No se sabe esclavo!. �El mito dice que solo lo sabr� el
que los encuentre!, bueno si es capaz de desentra�ar los secretos que posee!.-
le contest�. Cuando deseando tener un detalle con �l, cayendo de donde nadie
sab�a donde una gruesa argolla. El Ente le dijo:
- �Toma una argolla testicular a juego con los herrajes de
Krom del esclavo, un detalle de buena voluntad por mi parte!. �Para que tengas
al esclavo m�s sujeto!.- y desapareciendo aquella presencia de su mente, le dej�
con la palabra en la boca.
Pero TERCHELD por ahora ya ten�a pensado que hacer, de
principio lo que ten�a en claro era que no ser�a fiel al Se�or Oscuro nunca m�s.
En cuanto a huir ya ver�a, ten�a que pensar y planearlo todo primero:
- �En el caso de que lo haga!. �No vaya a ser una trampa de
VIRTUS!.- coment� para s�, aunque en el fondo sab�a que eso no era cierto. Y
mirando a trav�s del gran ventanal del sal�n, en direcci�n al almanaque que
hab�a en una pared del templete dedicado a Krom, que hab�a frente a su
residencia. Comprob� que la corta visita que realiz� a la otra dimensi�n. Aqu�
en �sta, en ese tiempo, hab�an transcurrido dos d�as y por la situaci�n de sol,
era el mediod�a. Pero recordando en donde le dijo su confidente, que se
encontraban los amuletos:
- �Ya me ba�ar� en otro momento!.- como Krom le trajo al
mundo, atravesando de nuevo el portal m�stico que comunicaba con la otra
dimensi�n, decidi� ir en persona a por ellos, sin comunic�rselo al Se�or Oscuro
por supuesto.
--ooOoo--
Hab�a transcurrido dos semanas m�s y TRALLAX en ausencia de
TERCHELD no se present� a su primer combate en el coso, como ten�an planeado sus
amos. Y solo acompa�ado en el circo por RUFUS, continuaba progresando con los
continuos ejercicios a los que era sometido por parte del romano; a la espera
del regreso de TERCHELD. Y otra vez, con sus test�culos repletos de semen, con
un fuerte dolor de huevos, muy abierto de piernas:
- �Anda mulo!.- se dirig�a en esos momentos al gran
cuadril�tero de boxeo, con el fin de practicar con otros gladiadores m�s
veteranos, con los que aprender algo de ellos:
- �Aqu� os lo traigo chicos, a ver que le ense��is!.- y
quit�ndole de las argollas de los pezones la cadena con la que le trajo sujeto.
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Sin quitarle el bocado de sus carnosos labios, fue dejado
solo en el centro del ring, a expensas de que cualquier osado se atreviera a
enfrentarse a sus m�sculos:
- �Mucha musculatura, muchas argollas, muchas plataformas,
pero me lo voy a comer entero!.- grit� un fanfarr�n japon�s de tan solo dos
metros. Que cubierto solamente por un trozo de trapo que le cubr�a sus
genitales, se dirigi� a TRALLAX:
- �Te voy a dar una somanta de ostias puta!.- y alzando un
brazo con la intenci�n de cumplir su palabra. TRALLAX apart�ndola de un simple
manotazo, arre�ndole dos fuertes mistras:
- �Aggg!.- arranc�ndole las argollas pezoneras de cuajo:
- �Umk!.- le dio un fuerte pu�etazo a YAMI (as� se llamaba
aquel cabronazo) que lo dej� para el arrastre. Cuando gir�ndose triunfalmente,
mirando retadoramente a los dem�s gladiadores. Con un gesto de sus manos, les
ret� a todos con la intenci�n de ser el mejor gladiador, porque �l solo
respetaba a sus amos:
- �No chico, eso no, que a�n son muchos para ti!.- le aviso
con cari�o RUFUS. Pero el reto ya estaba lanzado y el japon�s despezonado,
dolorido se puso de pie:
- �A que esperamos chicos?.- y mucha era la influencia del
fornido oriental. Porque TRALLAX al momento fue rodeado. Observando, contrayendo
magn�ficamente sus pechos, que mientras unos se quitaban los cinturones, otros
fueron por fustas, otros por cadenas con ganchos, con la evidente intenci�n de
someterlo y torturarlo:
- �Ya te avis� alumno!, �Ahora atente a las consecuencias!.-
le avis� RUFUS. Que apart�ndose a un lado, no hizo nada para impedir el
linchamiento del musculoso. Que con las manos desnudas solo con el poder de sus
m�sculos, que no era poco, se enfrent� a aquellos recios y veteranos
gladiadores:
- �Una moneda de oro, por cada polvo que le ech�is!.- les
ofreci� RUFUS, chuleando con ese gesto, de que el dinero para �l no era
problema; pero sobre todo para que el herc�leo mozo aprendiera la lecci�n y
mediera antes sus actos. Logrando que su propuesta acelerara los
acontecimientos, (�z�mm!):
- �Humm!, (�z�mm!), �humm!.- porque encajando su espalda y
amplios pectorales una veintena de correazos que le dejaron marcados las pesadas
hebillas, dejando al cachas medio conmocionado. �ste alargando las manos con la
intenci�n de mantenerlos a distancia de esa manera. Solo consigui�, (�z�mm!,
�sspl�ss!):
- �Humm!, (�z�mm!, �sspl�ss!), �humm!.- que los l�tigos al
alcanzar m�s distancia, impactaran de lleno en su tetas, esculturales posaderas
y tremendos huevos. Que le puso la verga a TRALLAX m�s dura que el diamante. Que
siendo incapaz de contener el avance de aquellos bellos brutos, trastabillando
dio unos pasos para atr�s:
- �Y al que le arranque de dolor a su verga un orgasmo cien
monedas!.- les ofreci� ahora el rico romano. Y TRALLAX indefenso al salvaje
acoso al que estaba sometido, para no ser follado ni violado se tap� con ambas
manos el agujero del chocho. Acojonado porque al no poder eyacular cuando le
violaran casi seguro que de tanto placer acumulado, alcanzar�a el orgasmo. Para
despu�s como medida disciplinaria recibir el duro y pertinente castigo por su
desobediencia de parte de sus amos. Porque todav�a segu�a en pie la prohibici�n
de alcanzar el cl�max sexual, (�z�mm!, �sspl�ss!):
- �Humm!, (�z�mm!, �sspl�ss!), �humm!.- por eso, estaba
dispuesto a no darles ninguna oportunidad de que lo lograran y por ello mantuvo
los brazos en cruz con la intenci�n de mantenerlos a rayas, a riesgo de
continuar sus m�sculos siendo latigueados sin piedad y su nabo cruzado de lado a
lado por las hebillas de las correas:
- �A por �l!.- hasta que lanz�ndose al un�sono todos sobre
�l, le sujetaron y mientras era inmovilizado, sus tetas, pezones, abdominales,
cuello, polla y huevos fueron mordidos sin l�mites:
- �Hummm!.- hasta que siendo obligado a tumbarse en el suelo.
Forzado despu�s a ponerse de rodillas, muy abierto de piernas:
- �Sufre perra!:
- �Ummmk!.- a martillazos con un clavo le inmovilizaron la
polla al suelo de madera:
- �Hummm!.- y baj�ndole despu�s el pechazo, tirando dos
cabrones con salvajismo extremo de sus pezones:
- �Hummmm!.- alarg�ndolos muchos cent�metros:
- �Hummm!.- fueron tambi�n claveteados en el suelo y as�
inmovilizado:
- �Qu� gusto me va a dar follarte cabr�n!:
- �Hummm!.- su chocho fue traspasado por una recia polla, la
del japon�s; y su boca, despu�s de ser liberaba del bocao:
- �Graggg!.- por dos nabos muy bizarros. Vi�ndose obligado a
tensar sus traspasados pezones para alzar el torso y poder comerle las pollas a
aquellos t�os tan exigentes. Y as� clavadas sus ricas carnes al suelo,
inmovilizado, entre correazos, latigazos y magn�ficos polvos. Le penetraban a la
vez de tres en tres en presencia de su instructor RUFUS que no hac�a nada para
impedir que lo violaran, todo lo contrario. Meti�ndole mano a sus genitales,
masturb�ndose:
- �Dadle fuerte a ese culo, chiquitos!.- les jaleaba para
darles �nimos. Y as� entre tanta polla y semen, iban despojando a la mole
culturista de su humanidad, convirti�ndolo aquellos cabrones solo en un amasijo
de sufridos m�sculos, boca chupona y nalgas tragonas. Mamando el esclavo ahora
una polla negra, otra amarilla, dos morenas. Pero fue todo un hombre porque
logr� no alcanzar el cl�max y eso que a correazos y latigazos era violado tanto
por delante como por detr�s siendo su inmovilizada verga puesta dura y tremenda
de tanto placer masoquista. Hasta que satisfecho RUFUS de la dura prueba a la
que fue TRALLAX sometido:
- �Ya vale, chicos!.- lanz�ndoles docenas de monedas de oro,
le quit� al cachas los t�os de encima. Que ansiosos de coger porciones de tan
valioso metal, lo dejaron all� clavado solo, circunstancia que el romano
aprovech� para despu�s de darle un beso al tremendo culturista:
- �Lo tuyo es sufrir, verdad puta?.- y disfrutando de la
penosa imagen del cachas, cubierto de forma tan tajante por las crueles
herramientas disciplinarias, ayudado de unas tenazas le arranc� los clavos de
los pezones y polla, liber�ndole:
- �Salgamos de aqu� esclavo!, �espero que hallas aprendido la
lecci�n?.- pero TRALLAX ya no pudo responderle, su amo RUFUS acababa de volver a
ponerle el bocao. Y con viriles pellizcos de polla y huevos fue sacado del
lugar.
--ooOoo--
TERCHELD a su regreso, decepcionado por el resultado negativo
de su b�squeda; decidi� continuar como si nada hubiera ocurrido, para no llamar
la atenci�n del Se�or Oscuro. Y con esa intenci�n, continu� con sus planes de
reeducaci�n del cachas, ultimando los preparativos para el primer combate de
TRALLAX.
Era las diez de la ma�ana y TRALLAX de pie, en el centro de
la cuadra, enjaezado igual que un alaz�n, con sus m�sculos untado de aceite de
foca. Cuerpo cimbreante, con esa cinturita musculosa que sujetaba aquel torso
poderoso y tet�n, que de rotundos pezones mostraba balance�ndose en ellos las
grandes argollas que los atravesaban, fiel prueba de su esclavitud. Con el culo
resping�n, chocho h�medo y vibrante, empalmado como nunca, mostrando los
brillantes anillos que de arriba abajo recorr�a el tronco de su pene hasta
perderse en los labios de su negro potorro, esperaba la orden del comienzo de la
marcha en direcci�n al coso.
Ya con los dos cuchillos dentro de las fundas sujetas por
recias cuerdas que rodeaban sus musculosos muslos, regalos del mism�simo dios
Krom. Nervioso ante el pr�ximo enfrentamiento armado que iba a tener dentro de
pocos minutos. Pero sumiso como el m�s obediente de los perros. Dando fuertes
pisotones con sus plataformas, que levantaban esquirlas de piedras del suelo,
esperaba el tan deseado enfrentamiento. Y agradecido por la dulzura con que eran
sus m�sculos acariciados por RUFUS:
- �C�lmate esclavo, ya sabemos que es tu primer combate!.-
con la intenci�n de tranquilizarle. En parte lo lograba, ya que TRALLAX
mir�ndolo debajo del casco clavado en su bonito cr�neo, lo hac�a con respeto,
sumisi�n, pero tambi�n con cari�o. Porque RUFUS igual que TERCHELD sab�a ser
dulce y duro a la vez, cuando las circunstancias lo requer�an. Como ahora,
porque nada m�s aparecer TERCHELD:
- �Venga salgamos!.- se alter� tanto la perla culturista, por
el grado de excitaci�n que alcanz� por sus ganas de comenzar la lucha. Que como
un potro desbocado, comenz� a bufar y tirar de las cadenas que le sujetaban por
el pene y nariz, sin importarle el dolor que sent�a:
- �Sooo, esclavo!, �tranquil�zate que ya vamos al coso!.-
pero ni siquiera unos buenos fustazos en sus abdominales y pezones lograron
calmarlo. Por lo que:
- �No me hagas ser duro contigo!, �ahora no!.- mientras
TERCHELD le fustigaba los huevos para tenerlo entretenido, RUFUS le at� los
brazos por detr�s. Y con la intenci�n de sujetarlo a�n m�s fue tambi�n
encadenado por los pezones. Pero ni por esas, era mucha la ca�a que se
necesitaba para calmar tan tremendo ejemplar. No qued�ndole m�s remedio a
TERCHELD:
- �Krom, ten�a pensado regal�rtela despu�s del combate!.- que
extrayendo de un bolsillo la gran argolla test�cular regalo del Ente. Y despu�s
de unos magn�ficos fustigazos en los pectorales del chico fisioculturista:
- �Vaya si llevas puesta una correita genital muy fina!.- vio
por primera vez el fino cuero que le puso hac�a mucho tiempo SVEN, y que con la
mierda acumulada de tanto tiempo nunca lleg� a ver. Y sin importarle el dolor
infringido:
- �Hummm!.- se la arranc� de cuajo y despu�s de calmarle con
unos buenos azotes, procedi� a ponerle la argolla de Krom, apret�ndosela al
m�ximo y encaden�ndolo por los huevos tambi�n, (�z�mm!, �sspl�ss!):
- �Humm!, (�z�mm!, �sspl�ss!), �humm!.- a latigazos y con
tirones de cadenas:
- �Anda, puta!.-, el cachas fue sacado al exterior, siendo la
comidilla de todos los presente. Porque ni siquiera la profusa cantidad de
latigazos que cubr�a su inmenso f�sico. Fue motivo suficiente para impedir que
se marcaran en su morena piel, la simetr�a y el desarrollo alcanzado por sus
m�sculos. Que brillantes por el abundante aceite de foca que los cubr�a,
ferrallater�a que lo engalanaban, pezones, largos, gordos y desafiantes.
Torturados permanentemente por aquella grandes argollas. Fieramente empalmado y
alzado sobre aquellos excitantes zancos. Construidos m�sticamente por un ser
poderoso y desconocido, (�z�mm!, �sspl�ss!):
- �Humm!, (�z�mm!, �sspl�ss!), �humm!.- era trasladado al
ritmo de los l�tigos.
![](/)
Cuando recorriendo toda la calle que daba al gran port�n del
coso, de uso exclusivo de los gladiadores que se dirig�an a luchar en la arena.
Al hallarse abierta, acompa�ado de sus amos y l�tigos de estos que no paraban de
lacerarle los m�sculos sin compasi�n. Al verlo la muchedumbre, �sta chill� y le
jale� porque con su cuerpazo y excitante belleza viril y guerrera se los hab�a
metido a todos en el bolsillo:
- �Te vas a enterar, puto!.- le amenaz� su contrincante.
Precisamente el japon�s de dos metros, que junto a los dem�s compa�eros, le
violaron y castigaron con severidad en el ring. Que envidioso por la c�lida
recepci�n que le hizo el p�blico, si su odio era ya grande, ahora lo era m�s:
- �T� tranquilo TRALLAX, que le puedes!.- le dijo RUFUS
mientras le soltaba de las cadenas. Porque hasta ahora el gigante asi�tico fue
el favorito del p�blico. Que al no estar dispuesto a perder ese preponderante
lugar, sin esperar que los tambores y cornetas dieran comienzo la lid y menos
darle tiempo a RUFUS a liberar los brazos al cachas:
- �Ug!.- arre�ndole un punterazo con el pie derecho en una
teta, YAMI logr� lanzar a TRALLAX al suelo:
- �J�dete cabr�n!.- y mientras le pisaba la polla con un pie,
con la intenci�n de impedir que se alzara. Comenz� a arrearle patadas en los
masivos abdominales. Logrando que el cachas con los m�sculos contra�dos, dientes
prietos, indefenso resistiera la veintena de patadones que sino fuera por lo
cachas que estaba y la fortaleza de su vientre, aquel hijo de sat�n lo hubiera
da�ado permanentemente los �rganos internos, mand�ndolo al otro barrio. Quien
pis�ndole el pecho:
- �Hummm!.- de un bestial patad�n en los test�culos, casi
lograr que TRALLAX perdiera el conocimiento. Pero el esclavo espa�ol estaba muy
bien entrenado para resistir el dolor. Ahora comprend�a lo severos que tuvieron
que ser sus amos, para transformarlo en el esclavo gladiador que era ahora. Por
eso, observando pavorido como �ste giraba con fuerza el tal�n sobre su gorda
polla que indefensa se encontraba en el suelo. Con l�grimas en los ojos por lo
que aquello dol�a, tirando con todas sus fuerzas rompi� las cuerdas y agarrando
con una mano los huevos del oriental:
- �Aggg!.- apretando con todas sus fuerzas, sin soltarlo,
manteni�ndolo sujeto, comenz� a endi�arle pu�etazos en sus masivos abdominales,
como le hab�a ense�ado su amo TERCHELD tantas veces. Manteni�ndolo as� durante
un par de minutos, dejando pr�ximo a la asfixia al fornido asi�tico, que como un
pelele bien sujeto por los huevos:
- �Para, para por favor!.- era aporreado sin piedad,
clav�ndole entonces los pu�os en los pectorales, atiz�ndole jodidos pellizcos en
los pezones, que muy sensibles por el cruel arrancamiento de argollas a los que
fue recientemente sometidos por el mism�simo TRALLAX, le produjeran un
inenarrable dolor al oriental:
- �D�jalo ya chaval!.- no siendo el bocao que secuestraba la
boca de TRALLAX ning�n impedimento para que despu�s, abriendo los labios, entre
el hierro y los dientes superiores:
- �Aggg, perd�n!.- mordi�ndole el pez�n izquierdo, le
arrancara un gutural grito de dolor al oriental. Que apoyando ya voluntariamente
las manos sobre sus nalgas, miraba YAMI muy guapito:
- �Ay!, �usss!.- como TRALLAX pasando de un pez�n a otro se
los masacraba sin contemplaciones. Y es que hab�a ca�do en las garras del que
con casi toda seguridad iba a ser la sensaci�n de la temporada:
- �Cojones que brutal eres mordiendo las tetillas!.- y lo
estaba sometiendo, y delante de toda Roma:
- �Aaaaah!, �qu� gustazo!.- y eso hizo eyacular de puto
placer masoquista al asi�tico. Porque todo lo que le estaba ocurriendo le
excitaba mucho a YAMI. Por eso no pudo hacer nada cuando TRALLAX le liber� las
tetillas. Y como venganza por el otro d�a en que fue violado a su vez por todos
ellos:
- �Graggg!. �Qu� me ahogas!.- TRALLAX lo cogi� con sadismo
por el cuello y sin soltarle las pelotas. Lo levanta del suelo:
- �Ohohoh, es horrendo!.- y al vuelo le clava el pene hasta
los huevos, destrozando a YUMI por dentro:
- �Qu� polla m�s altanera, joder!.- comenzando a violarlo sin
piedad. Que como un pelele el japon�s con los brazos colgando gem�a y bufaba
como una puta. Sintiendo como aquel inmenso nabo le empalaba, clav�ndosela y
sac�ndosela hasta volv�rsela a meter, introduci�ndosela hasta las entretelas.
Mientras que con tanto traj�n la vibraci�n de su tetamen era evidente y es que
nuca nadie le hab�a follado como lo estaba haciendo TRALLAX:
- �Vencedor TRALLAX!.- anunci� de pronto el jefe de
ceremonias del coso con la intenci�n de dar por finalizado el enfrentamiento:
- �No le hagas caso y sigue chico!.- le grit� YAMI lleno de
satisfacci�n, que pellizc�ndose sus tiesos pezones gozaba por completo con
aquellas enculadas:
- �Parad, gladiadores!.- orden� aquel tipo:
- �S�, s�, sigue musculitos!.- le volvi� a rogar YAMI. Pero
viendo el encargado que el cachas segu�a foll�ndose al oriental. A una
indicaci�n suya, RUFUS entr� en el anillo, (�z�mm!, �sspl�ss!):
- �Humm!, (�z�mm!, �sspl�ss!), �humm!.- y a latigazos:
- �Para perro!.- intent� que TRALLAX soltara sin lograrlo al
semiconsciente YUMI. Que m�s empalmado que un toro miura comenz� a alcanzar el
cl�max, emanando su verga semen en cantidades ingentes. Tanta que TRALLAX
deseando hacer lo mismo se la clav� hasta el fondo. Pero viendo TERCHELD las
intenciones del semental ib�rico, revent�ndolo a latigazos:
- �Saca el nabo!.- le oblig� a sacarlo pero sin eyacular
claro est�. Porque TERCHELD hab�a decidido que ese no era el momento:
- �Le ten�a ganas verdad chico?.- le pregunt� a su esclavo
mientras admiraba como con el esfuerzo se sub�a y bajaba el pechazo a cada
calada de aire que daba. Sonriendo orgulloso porque su esclavo con un sumiso
gesto de cabeza le indic� que as� era. Pero sobre todo, porque estaba
confirmando que la sumisi�n de TRALLAX no imped�a que este se midiera con
gallard�a a sus contrincantes y les venciera con rotundidad. Porque una cosa era
saberse esclavo suyo y otra muy distinta ser el escogido para Guerrero Esclavo
del Se�or Oscuro:
- �Ac�rcate cerdo!.- le orden� a TRALLAX y despu�s de
imponerle las cadenas en el collar y otra en la argolla del cipote. Como era
habitual, (�z�mm!, �sspl�ss!):
- �Humm!, (�z�mm!, �sspl�ss!), �humm!.- a latigazos fue
sacado del coso por sus amos. Orgullosos ambos de la conducta del cachas:
- �Qu� buena puta es!.- coment� el hispalense orgulloso:
- �S� mucho!.- le ratific� RUFUS.
CONTINUARA���.
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correspondientes a los primeros cap�tulos, en los que no inclu� ninguno.