Esta historia real ocurri� hace tres a�os, cuando ingres� a
la facultad. El paso de la secundaria a la universidad fue un cambio tan grande
que muchos alumnos no pudimos adaptarnos f�cilmente en los primeros tiempos. El
vivir lejos de la familia, no tener horarios r�gidos, poder entrar y salir a
cualquier hora, conocer nuevos amigos, produc�a una sensaci�n extra�a y �nica,
que recuerdo con nostalgia.
Hice rapida amistad con dos ingresantes, que cursaban los
mismo horarios que yo. Una de ellas era muy graciosa, nos sent�bamos juntas y
nos burl�bamos de otros alumnos y del profesor que nos tocaba en suerte. En una
de las primeras clases, est�bamos las tres sentadas en la primera fija, cuando
lleg� el docente,un cuarent�n de buen aspecto y cuidada apariencia. Ocup� su
escritorio, y al sentarse para tomar asistencia, una de mis amigas se inclin�
sobre mi o�do y me dijo en voz muy baja "fijate el bulto del profe..." Tambi�n
se lo coment� a la otra compa�era y nos tentamos de risa en ese momento: en
realidad, era cierto; sobre su pierna izquierda se notaba el grueso reborde que
produc�a el miembro apoyado en el muslo.
Cuando empez� la clase me llam� la atenci�n su forma de
hablar, los comentarios que hac�a, su dominio del tema, sus cr�ticas sociales,
en fin, cosas que para mi edad eran totalmente novedosas. Digamos que me gust�
de entrada. Durante la clase me mir� un par de veces, fijamente, y la verdad que
me incomod� sentirme observada de esa forma. Pero no pude evitar una sensaci�n
extra�a, el profe me llevaba �con seguridad- m�s de veinte a�os, pero me
gustaba, y se lo coment� a mis amigas.
-"And�, si es un viejo...��" dijeron ambas.
-No es tan viejo, tendr� la edad de mi padre, contest�.
-Y si te encara vos que haces?.
-Pero mir� si se va a fijar en mi... est�s loca.
No me ten�a mucha fe: mis amigas eran m�s bonitas que yo, no
ve�a porqu� habr�a de fijarse en mi, a pesar que iba con unos joggins ajustados
que marcaban partes de mi cuerpo. Pasaron unas clases, y el hecho que ni me
mirara, y las sonrisas burlonas de mis amigas, me fueron provocando fastidio.
Los horarios de clase eran a la noche, termin�bamos a las 22,00 horas. La
facultad quedaba con pocos alumnos, y con el fr�o se despoblaba rapidamente. Al
terminar una noche, me qued� al final y lo acompa�� a la salida del curso,
pregunt�ndole cosas de la materia. Me contest� amablemente, pero sin salirse
para nada del tema. Me dijo que se iba hasta su oficina, a dejar las cosas de la
facultad, y a preparar su actividad de tribunales, ya que era abogado, para el
d�a siguiente. En ese primer encuentro no me atrev� a seguir m�s adelante, me
parec�a inconveniente hacerlo tan pronto.
Dej� pasar unas clases, y a la siguiente volv� a quedarme
para el final, acompa��ndolo hasta la puerta. Antes que se despida, me adelant�:
-Hoy tambi�n va a su oficina?
-S�, me contest�, es una rutina.
-Me dijeron que tiene un estudio bonito...
-�Si? Quien te coment� eso?
-Otra alumna que lo conoce... Podr�amos llegarnos y me
explica un tema...?
La invitaci�n que le hice era tan directa que me debo haber
puesto de mil colores. Me mir� desconfiado, como evaluando qu� estaba pasando,
analizando mis intenciones.
-Es tarde, pero si quer�s conocer el estudio, no hay
problema, estamos cerca. Dejo las cosas, y nos vamos enseguida.
Nos fuimos caminando, ya que eran unas pocas cuadras, y en el
trayecto estaba realmente nerviosa, no sab�a si podr�a manejar la situaci�n, qu�
pasar�a en realidad, estuve a punto de arrepentirme pero hubiera quedado como
una tonta, as� que decid� seguir adelante, no me provocaba temor la situaci�n.
Llegamos a su oficina, que estaba muy bien puesta, con
alfombras, una gran biblioteca cubriendo toda una pared, tres despachos para
atenci�n de p�blico, y una amplia sala de espera. Cuando llegamos, prendi� la
luz de un despacho interior, dejando a oscuras el resto. Me dijo que me sentara,
que esperara un momento que ten�a que hacer un escrito, y puso en funcionamiento
su computadora.
Mientras escrib�a, yo estaba impaciente, y no sab�a como
iniciar un dialogo o tomar la iniciativa, y �l parec�a que no lo har�a. Le
pregunt� si ten�a Internet, me dijo que s� y entonces le ped� si me dejaba
consultar mi correo electr�nico. Hizo la conexi�n, abri� el Hotmail,, y me dijo
que fuera a su lado para introducir la clave, porque me dijo que no quer�a
conocerla. As� lo hice, d� la vuelta al escritorio, me par� a su lado y comenc�
a introducir la clave. L�gicamente, al estar parada era algo inc�modo.
Fue all� que me pregunt� porqu� no te sentas?.
-Traigo una silla? Contest�.
-Mir�, si no te molesta sentate aqu�, y me indic� sus
rodillas.
-No, para nada.
En ese momento me puse tensa, totalmente. Me sent� sobre sus
rodillas y esper� la reacci�n. Yo ten�a puesto un joggins y una remera, puesto
que me hab�a sacado el abrigo. El profe no avanz� para nada en un primer
momento. Yo me puse a mirar los mensaje del correo electr�nico, pero en realidad
no pod�a leer nada, obviamente, estaba esperando que pasara algo.
Me inclin� un poco hacia delante �ya que soy algo miope- para
leer mejor, y eso hizo que la remera se subiera quedando libre el espacio entre
ella y el joggins. En ese momento sent� que el profe me pas� las u�as por la
piel, como si me rascara en forma muy suave, haciendo que se me ponga la piel de
gallina. El no hablaba, y no tampoco dije nada, para ver c�mo segu�a, y �l
introdujo la mano bajo la blusa, hacia la mitad de la espalda, not� que no ten�a
puesto corpi�os, fue deslizando la mano hacia delante, hasta que me tom� el seno
derecho, lo acarici� y apret� levemente el pez�n.
-�Ud. est� abusando de su alumna, profesor? Dije en tono de
broma, para aliviar la tensi�n.
No me contest�, porque en ese momento ya me hab�a subido la
remera y me estaba pasando la lengua por la espalda, lo cual empez� a excitarme
much�simo. La otra mano tom� mi otro pecho, abri� algo las piernas para que yo
quedara con la cola bien apoyada contra sus muslos, sintiendo ya el bulto de su
pantal�n contra mi pierna izquierda.
En esa posici�n me habl� al oido, meti�ndome la lengua en la
oreja, y produci�ndome unas sensaciones fuert�simas, y luego pidi� que me
arrodillara delante de �l. Se desprendi� r�pidamente el pantal�n, se lo baj�
hasta los tobillos junto con el calzoncillo, y ese miembro que hab�amos
presentido en clase qued� delante de mi boca. Era m�s grande de lo que hab�a
imaginado, puesto que al tomarlo con las dos manos sobresal�a a�n la cabeza roja
y dura. El �nico miembro que yo hab�a visto en mi vida era el de mi novio,
notoriamente m�s peque�o.
El me pidi� que no lo tenga con las manos, que las apoyara en
sus muslos y que manejara la verga solo con la boca. Era tan gruesoa que tuve
que abrirla al m�ximo, y para chuparla bien me apoyaba en las manos, ayudado por
�l, que me hab�a tomado de ambos lado de la cabeza y forzaba un mete y saca que
me met�a la pija hasta la garganta. Nunca hab�a o�do suspirar as� a un hombre de
la edad de mi padre, y eso me excit� a�n m�s, como saber que lo ten�a a mi
disposici�n.
Me dijo que le chupara tambi�n los huevos, y la parte
inferior del miembro, donde est� el frenillo, porque era su zona m�s sensible.
Luego me pidi� que me detuviera un instante, busc� un forro en un caj�n del
escritorio, que ven�a con un sobrecito de lubricante, indic�mdome que me ponga
de rodillas sobre el sill�n giratorio, el cual apoy� contra la biblioteca para
que no se desplace. Yo estaba excitad�sima, muy mojada, y apenas apoy� la verga
en mi vagina creo que tuve el primer orgasmo. Mord� el respaldo del sill�n, y me
reprendi�, no quer�a que dejar� marcas en el lugar. Me tom� de la cintura, y una
vez que observ� que entraba bien, sin hacerle doler a �l ni a mi, me meti� toda
la pija hasta el fondo, y comenz� a moverse, cada vez m�s rapido. Sentir ese
tremendo pedazo dentro m�o me puso como loca, acab� otra vez, y le ped� que se
detenga un momento.
-�agitada?, me pregunt�.
-Un poco.
-Ven�, recostate sobre el escritorio, que vas a estar m�s
c�moda.
V� que se sacaba el forro, pero no se puso otro, lo que me
llam� la atenci�n, puesto que supon�a que pronto iba a acabar. De todos modos me
tir� como me dijo, boca abajo sobre el escritorio de madera, sientiendo el aroma
que desped�a el roble. La estaba pasando bien, muy bien. El profe se apoy� sobre
mi espalda, me volvi� a meter la lengua en la oreja, mientras su miembro
descansaba sobre la raya de mi trasero, y �l me lam�a los om�platos y el cuello,
lo que me pon�a realmente loca.
Al cabo de un momento se separ� de mi, par�ndose entre mis
piernas, tom� otro sobre de lubricante y desparram� el contenido sobre la cabeza
de la verga, que qued� brillosa y reluciente por el gel. Yo observaba sobre mi
hombro, y el profe con la verga dur�sima la pasaba desde la vagina por toda la
raya del trasero, provoc�ndome mil sensaciones, y deseando que volviera a
meterla. Se lo ped�, "dele, profe, m�tala de nuevo..."
-mmm, quiero probar por la cola, me dijo.
-�qu�? Pregunt� algo alarmada, ya que nunca lo hab�a
intentado por ah�, puesto que la �nica vez que quise hacerlo con mi novio
dejamos enseguida porque me dol�a much�simo, y eso que su miembro era la mitad
de �ste.
-te dec�a que quiero meterla un poco por el culito, me
reiter�, te prometo hacerlo despacio, no te va a doler para nada, y te va a
gustar. A otras alumnas las enloquece...
Yo estaba demasiado caliente para discutir, le dije que lo
hiciera bajo promesa de parar si me dol�a. Me prometi� que s�. Para
entusiasmarme un poco, la volvi� a poner en la vagina, me bombe� un rato hasta
hacerme acabar de nuevo, y entonces me pregunt� si ya pod�a hacerme la cola. Yo
estaba entregada, por lo que no dije nada, y �l lo tom� como un s�. Me pidi� que
me abriera con las dos manos, con su brazo izquierdo me tom� del hombro, y con
el otro supongo que sosten�a la verga. Sent� que la cabeza presionaba el
agujerito, m�s, m�s y m�s, algo cedi�, algo se meti� adentro m�o, el primer
impacto fue de un dolor muy fuerte.
-Haggggg, solo pude exclamar, des-pa-ci-to���, por favor,
Cuando el not� que la cabeza ya hab�a forzado la oposici�n
del anillo, me tom� con ambas manos de los hombros, y se empez� a mover muy
suave, hacia atr�s y hacia delante. Yo estaba espectante, me dol�a la cola y
reci�n comenzabamos, me puse tensa pensando que pasar�a si me met�a todo el
miembro de un tir�n, por eso le ped� con voz entrecortada "por favor, profe,
despacio, est� muy gruesa, tengo miedo que me lastime..."
Tranquila, me contest�, no te voy a lastimar. Mientras
hablaba, la cadencia se iba haciendo algo m�s rapida, yo ya sent�a el pedazo de
carne cada vez m�s metido, la sensaci�n era extra�a, dol�a y ard�a, pero hab�a
perdido el temor, y me empezaba a exitar.
Me sujeto de los hombros mientras me dec�a "que precioso
culito...", a la par que la met�a cada vez m�s, y cuando not� que ya estaba bien
dilatada entonces s� sent� que la introdujo hasta el fondo. Pegu� un grito,
porque sent� ese gran pedazo hasta lo m�s profundo de mis entra�as, y �l me
pidi� que me callara, que podr�a haber alg�n vecino de oficina, "no grites, por
favor, dejame mover, Romi, as�, as�...", y la sacaba y volv�a a meter toda, yo
estaba desesperada, no pod�a pararlo, porque me ten�a tomada de ambos brazos, le
ped� "por favor, profe, por favor, no la aguanto, pare, s�quemela por favor���"
Fue in�til, porque �l estaba cada vez m�s caliente y el ritmo
se hizo cada vez m�s brutal, me ped�a "por favor, Romi, aguant� un poquito, se
buenita, esperame, dale, abr� bien el culito...", y bombeaba una y otra vez. El
flop flop de sus huevos contra mis nalgas se volvi� entonces un sonido r�tmico y
continuo.
Desesperada, le pregunt� si le faltaba mucho para acabar, me
dijo que no, que sent�a que le ven�a, "esperame, Romi, ya me viene, dale,
mamita, move el culito..."
Entre l�grimas le ped� "por favor profe, acabe de una vez,
m�tala hasta los huevos y acabe, no aguanto m�s���
Esto lo enardeci� totalmente, pego tres golpes finales �que
parece que todav�a los siento��- y acab�, tirado sobre m�, y mordi�ndome la
parte trasera del cuello. Despu�s de terminar la fue sacando de a poco, tom� una
toalla que estaba en el escritorio, se limpi� y luego me pas� la toalla por el
trasero, para ver si sangraba, me dijo, pero todo estaba bien.
Nos tiramos en el suelo, tapados a medias con su sobretodo, y
nos quedamos un rato adormilados, recuperando fuerzas. Me trat� muy bien,
dulcemente, dici�ndome cosas cari�osas, y a medianoche nos fuimos juntos. Fue el
inicio de una larga relaci�n, y tal vez en otra oportunidad les cuente algo m�s.
Nunca le cont� esto a mis amigas. No me anim�.