Relato: Juntas por Siempre (02) JUNTAS POR SIEMPRE (2�. PARTE).
HOLA, PIDO POR FAVOR DISCULPEN LA TARDANZA EN EL ENVI� DE LA
SEGUNDA PARTE DE ESTA BELLA HISTORIA, LAMENTABLEMENTE EL TRABAJO POR UN LADO Y
ORGANIZAR LAS VIVENCIAS QUE AQU� ESCRIBO TARDAN UN POCO. COMO LES DIJE EN EL
RELATO ANTERIOR ESTA HISTORIA ES VER�DICA S�LO LOS NOMBRES SON FICTICIOS.
ALGUNOS AMIGOS DE ESTA PAGINA ME HAN ESCRITO PARA SABER D�NDE OBTUVE ESTA
HISTORIA, PIDO POR FAVOR QUE RESPETEN ESE DATO, TAMBIEN QUIERO INVITAR A
CUALQUIER PERSONA QUE ESTE INTERESADA EN ESTA HISTORIA Y EN ESPECIAL SI LES HA
PASADO ALGO SIMILAR, ME ESCRIBAN A MI CORREO ELECTRONICO PARA PODER INTERCAMBIAR
IDEAS, BUENO BASTA DE PREAMBULOS Y AQUI TIENEN LA SEGUNDA PARTE, POR CIERTO
ESPERO NO TARDAR TANTO CON LA TERCERA PARTE.
Entre los brazos de Ana estaba recostada, si hac�a un
recuento desde nuestra entrega de la virginidad hab�amos hecho el amor unas
cinco o seis veces y tan s�lo hab�an pasado poco m�s de doce horas, el medio d�a
del s�bado era para nosotros un momento feliz, la luz de la ventana iluminaba
nuestros cuerpos desnudos, jugando le arrancaba algunos de sus vellos, eran tan
peque�os, de un color casta�o claro que quer�a observarlos detenidamente, ella
hac�a lo mismo conmigo, era un juego malicioso. Hasta que ella propuso que nos
ba��ramos, la verdad le dije que ese d�a deb�amos estar ambas sin asearnos, para
probar nuestro sabor corporal, ella ri� y dijo que era una cochina y con un beso
me mostr� su aprobaci�n.
Esa boca me volv�a loca, desde que inici� nuestro amor no
hab�a d�a que por lo menos un besito nos di�ramos, pero eso era para mi
suficiente para so�ar con ella. Ana era todo lo que amaba en el mundo y estaba
segura que yo lo era para ella. Despu�s de ese beso Ana se levant� de la cama y
entro al ba�o para orinar, desde mi cuarto o�a como sal�a sus orines, me levant�
con morbo para verla y ella me sorprendi�, pens� que se enojar�a, pero al
contrario s�lo se ri� y me pidi� que cuando yo hiciera lo mismo le avisara. M�s
tardo en pedirlo que en sentarme en el W.C. y empezar a orinar, Ana abri� mis
piernas para mirar como sal�an mis orines y en un acto de locura estiro su
lengua para probarlos, le pregunte a qu� sab�an y solo me dijo que a m�. La
verdad no me daba asco lo que hac�amos, �ramos dos adolescentes enamoradas que
todo lo que se descubriera entorno a nuestro amor era bueno.
Despu�s de haber orinado regresamos a mi habitaci�n, en
verdad que se notaba que era el nido de amor de un par de reci�n casadas; la
cama sin hacer, nuestras ropas tiradas en el suelo y lo m�s importante el aroma
era de sexo, al sentarnos en la cama notamos como la s�bana presentaba las
manchas de nuestra entrega, la sangre de ambas mezclada con nuestros fluidos y
restos de nuestros vellos p�bicos en todas partes, Ana tom� un bello y me dijo
que era m�o, lo observe y le dije que s� porque era m�s obscuro que los suyos,
ella propuso que acerc�ramos nuestras vaginas para poder notar la diferencia, yo
creo que era un pretexto para sentirme cerca, pero de cualquier forma no iba a
negarme, juntamos nuestras cucas y se notaba inmediatamente que ella ten�a sus
vellos m�s claros que los m�os, pero al estar tan cerca no pude reprimirme y en
su o�do le dije que la amaba que era todo para mi, que de ahora en adelante
ser�amos "esposas", que deseaba volver a sentir sus dedos dentro de mi vagina,
al tiempo que se lo dec�a ella estiro su mano y empez� a tocarme. Ya sab�a como
ten�a que hacerlo, primero con un dedo explorando mi hendidura, tocando mi
cl�toris, luego descendiendo por toda la raja hasta llegar a mi ano, luego de
vuelta a la entrada de mi vagina, poco a poco metiendo el dedo �ndice, luego
metiendo el de en medio y luego s� un tercero quer�a otro m�s el me�ique pero no
pod�a. Me tire en la cama con las piernas totalmente abiertas y le dije � M�teme
toda tu mano ya, lo deseo con tantas ganas--, ella me mir� a los ojos y en un
arranque de pasi�n introdujo su dedo me�ique y con el pulgar me oprim�a el
cl�toris, para despu�s juntarlo con los cuatro dedos, por el reflejo del espejo
de la c�moda notaba su esfuerzo en meter m�s sus dedos, mi vagina me dol�a pero
no me importaba quer�a tener a Ana lo m�s adentro de mi, as� que le dije m�tela,
m�tela toda, no te detengas amor, quiero que nunca te salgas de m�, el dolor no
me import� aunque a Ana le asust� que un leve hilo de sangre sali� de mi vagina,
me imagino que por el esfuerzo, yo le dije que no se detuviera, que el dolor era
cosa de nada, ella me besaba el vientre, y poco a poco sac� su mano, me la dio a
chupar mientras Ana me besaba mi sacrificada vagina.
No lo vuelvo hacer, me repet�a insistentemente, y empez� a
llorar con algo de arrepentimiento, yo le dije que no se espantara que era
natural que estabamos iniciando nuestra vida sexual que era l�gico que eso me
hubiera pasado. Ana no se consolaba con nada, sin embargo poco a poco fue
notando que el hilo de sangre se deten�a y que todo hab�a pasado, no era para
menos, antes a duras penas hab�a logrado introducirme el dedo �ndice y ahora
toda su mano hab�a entrado por unos minutos en mi intimidad, a pesar del dolor
me sent�a llena y plena, consolaba a Ana diciendo que no exist�a alg�n problema,
que todo era parte de muestra entrega. Ella subi� su rostro cerca del m�o y me
dec�a que jam�s har�a algo que me lastimara, tanta ternura de su parte me
enamoraba m�s, era mi mejor amiga, mi �nica novia y ahora la verdadera pareja
que cualquiera hubiera querido tener como amante. Le sonre� y en un beso tierno
demostr� cuanto la amaba.
Ese beso adem�s de ser tierno reflejaba nuestra pasi�n, pues
adem�s de unir nuestros labios las lenguas de ambas se encontraban en una danza
de caricias, entre cerrando los ojos distingu�a como Ana pon�a todo su amor en
besarme, como se entregaba en ese beso maravilloso, a�n cuando desde el inicio
de nuestro "noviazgo" no hab�amos dejado d�a en darnos por lo menos un beso,
este beso no ten�a ninguna prisa, ten�amos todo ese d�a y parte del otro para
amarnos sin ninguna prisa.
Mientras besaba a Ana, baje mi mano para acariciar sus senos,
eran peque�os, cab�an en la palma de mi mano, ella me imit�, desliz�bamos
nuestros dedos por toda su breve extensi�n, recorr�amos con los dedos los
pezones y los oprim�amos con cierta delicadeza, sent�a como se ergu�an con el
contacto de mis manos, como palpitaban. Ana dej� de besarme en la boca y bajo su
rostro hacia mi pecho, beso mis senos con dulzura y lami� todo, mis pezones
recibieron su boca, mientras yo le acariciaba su cabello, enredando mis dedos,
ella no paraba de chupar uno a uno mis senos, sus manos recorr�an m cuerpo,
pasando de la cintura a mi cadera y tom�ndome de mis nalgas las oprim�a. Uno de
sus dedos se aloj� en la ranura de mis nalgas, lo mov�a de arriba hacia abajo,
hasta que lleg� a mi ano, lo acarici� con una delicadeza sublime, y poco a poco
fue oprimiendo su dedo en la entrada de mi ano, mientras su boca se deleitaba
con mi pez�n, al sentir como su dedo se iba introduciendo por mi ano, le dije
con d�bil voz que lo metiera otro poco m�s, ella lo hizo y sent� como se abr�a
poco a poco como lo iba absorbiendo, ella dejo de chuparme mi pez�n para
preguntarme si me gustaba, le dije que s�, que todo lo que ella me hac�a me
encantaba, entonces subi� su boca a la m�a y nos volvimos a besar.
Mientras nos bes�bamos su dedo no paraba de meterse en mi
ano, era como si de nueva cuenta me estuviera entregando, que ahora era otra
virginidad entregada por amor, con mi mano derecha acerque el dedo medio a su
trasero, quer�a imitar su caricia, ella lo comprendi� pues entrelaz� sus piernas
con las m�as y con ello permiti� que con mayor facilidad mi dedo la explorara,
sent� como su ano se abri� y mi dedo se perd�a lentamente, ella se quejaba un
poco, entonces saque mi dedo, aparte mi boca de la de Ana y puse mi dedo medio
entre las dos ella inmediatamente me saco su dedo y lo junto al m�o y ambas
empezamos a chuparlos. Reconoc� el sabor de Ana en mi dedo, pero tambi�n pudo
gustar mi sabor, era una mezcla de salado con cierto sabor a metal, no se bien
como describirlo, una vez que nuestro dedos estaban lo suficientemente mojados
los volvimos a meter en nuestros anos, ella ya hab�a metido casi todo su dedo en
m� y no paraba de moverlo adentro y afuera, yo apenas lo intentaba y sent�a como
oprim�a su culo, como mordiendo mi dedo, eso me anim� a imitarla y ella se
acerc� a mi o�do y me dijo si me gustaba ser su "esposita", que si sent�a como
ella era la m�a, que me amaba, que nunca hab�a imaginado que esos momentos se
dar�an, yo la calle con un beso y oprim� con fuerza mi dedo, ella suspir� dentro
de mi boca, mientas nuestros dedos se adue�aban de nuestras colas y nos
bes�bamos, las piernas de ambas no paraban de frotarse, sent�a como su pocos
vellos de su cuca se frotaban con la parte interna de mi muslo, por mi parte
sent�a como se iban mojando nuestras piernas con los fluidos de las vaginas, a
mi me dol�a un poco, pero no me importaba.
Cuando Ana sinti� su orgasmo sent� como moj� toda mi pierna,
era c�lido ese fluido, algo pegajoso y un fuerte olor se desprendi� de su
cuerpo, ese olor que a m� me enloquec�a, tanto as� que no tarde en sentir como
las paredes de mi vagina se contra�an y como en un oleada de placer un orgasmo
lleg� a mi, estaba en �xtasis y empece a gritar: te amo Ana soy tuya, te amo
Ana, te entrego todo mi cuerpo, Ana amor m�o, Ana mete m�s tu dedo, Ana gira tu
dedo, Ana amor, te entrego mi otra virginidad, Ana s� �mame por siempre. Ana me
empez� a decir cuanto me amaba, como desde que �ramos s�lo amigas, so�aba
conmigo, como en las noches so�aba en que �ramos una pareja. Ese orgasmo mutuo
nos dejo plenamente enamoradas, no par�bamos de acariciarnos, cuando retiramos
nuestros dedos ella lo acerc� a mi boca y mi dedo se deposit� en sus labios, era
el momento de saborear nuestra propia intimidad, aseamos nuestros dedos con la
boca y luego juntamos nuestros cuerpos a�n m�s, Ana me pidi� que volviera a
meter mi cl�toris en su vagina.
Me acomode encima de ella, Ana abri� sus piernas y con sus
manos separ� sus labios mayores por mi parte acerque mi cuca y abr� mis pliegues
para mostrar mi cl�toris se ve�a hermoso, un bot�n de unos 4 cent�metros , lo
acomode en su entrada y empuje para penetrarla, ella dijo que lo sent�a que la
invad�a, creo que alcance a sentir como la abertura de su vagina mord�a
literalmente mi bot�n, la vez anterior no hab�a sentido eso, ahora estabamos a�n
m�s pegadas, empezamos a movernos en un ritmo fren�tico, sent�a como mis flujos
se iban a meter en su cuerpo, se lo dije a Ana y ella me contesto que la llenara
toda de mis jugos. Te amo Claudia, alcanz� a decir, te amo Claudia, era hermoso
como repet�a mi nombre mientras nos hac�amos el amor, y eso fue suficiente para
que nuestras dos vaginas explotaron en otro orgasmo.
Cuando terminamos de "cogernos" Ana me abraz� y me dijo:
Claudia eres lo m�s maravilloso de mi vida despu�s de este fin de semana, no voy
a poder vivir sin ti, nunca me dejes, a lo que le respond� que estar�amos Juntas
por Siempre, ella en un momento emotivo empez� a llorar de emoci�n, cosa que a
m� me contagi�, y las dos abrazadas empezamos a sollozar y a jurarnos un amor
eterno.
Entre besos y caricias nos recostamos y un hermoso sue�o nos
atrap�, amabas dormimos entrelazadas, como lo que ser�amos a partir de ese d�a
una pareja de amantes, que con tan s�lo 18 a�os se hab�an descubierto y al
mismo tiempo no quer�an conocer a otro amante m�s que no fu�ramos nosotras
mismas. Claudia y Ana, Ana y Claudia, se escuchaban hermosos nuestros nombres
unidos como nuestros cuerpos, esos cuerpos que d�as antes era de dos ni�as y que
ahora eran el cuerpo de dos amantes que conocieron el placer l�sbico, quiz�s a
muchos les llegar� a sorprender eso, pero para nosotros era normal y lo sigue
siendo al paso del tiempo.
Continuara�
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Relato: Juntas por Siempre (02)
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