LA PELEA
Desnudo en la cama, sintiendo fr�o y calor al mismo tiempo,
haci�ndome preguntas, reproches, insult�ndome, llorando por primera vez en mi
vida adulta, me despert� el tel�fono, pero no era �l.
Era un cementerio privado ofreci�ndome un lote para el mas
all�, con servicios de lujo, capilla ecum�nica y c�sped siempre verde, como si
uno de muerto pudiese disfrutar del verdor de la gramilla o rezar el
Padrenuestro.. Insult� a la madre del que llamaba y a todos sus antepasados y
cort� no sin antes gritar: "Morite vos".
Antes, mi tel�fono hab�a recibido un llamado pero no llegu� a
atenderlo , hab�an cortado. Estaba seguro que el me hab�a llamado. Era mi
presentimiento, mi olfato , mi sexto sentido. Seguramente el, me hab�a llamado.
Marica iluso , no te va a llamar mas ,me decia mi cerebro. Se termin�. Entendelo
. Pero el coraz�n dec�a otra cosa y no pod�a dormir.
Acariciando mis pecho , suavemente como cuando sus manos
tibias, hac�an c�rculos en mis tetitas rosadas, como cuando sus dedos largos ,
dibujaban prodigios para excitarme o para llegar a mi coraz�n. Recorriendo mi
pecho, mis brazos , el tatuaje que juntos nos hab�amos hecho, aquel primer
verano en Brasil. Acarici�ndo mis m�sculos de gimnasio, mis b�ceps desarrollados
para �l, fuertes para �l, duros para �l. Toc� , mir� que definici�n, toc�.....
Esperando su llamado , masturb�ndome como si volviera a la
adolescencia , ahora que no lo ten�a. Ahora que el no estaba. Ahora que el
tel�fono no se dignaba a sonar. Ahora que mi piel, mis huesos, la punta de mis
u�as, mis venas , mis hormonas , mis mebranas, sufr�an por su ausencia.
Acariciando mi verga casi dormida y larga, mis huevos fr�os, el interior de mis
muslos que el tanto hab�a besado. Respir�ndo su olor imaginario impregnando la
funda de mi almohada, extra�ando su voz, el calor de su piel, el roce de su
barba, el sabor incomparable de sus besos., el perfume herbal de su aliento, el
inventario salobre de su saliva.
Haci�ndome la paja penosamente, mientras mis mejillas eran un
r�o de l�grimas, mientras mis pies eran dos t�mpanos de hielo y mis orejas en
guardia, las de un labrador atento a su presa, esperando su llamado. Pero el
tel�fono no sonaba.
Lo conoc� en una reuni�n organizada por una loca famosa, un
fotografo "fashion", y desde el primer momento que nos vimos, nos gustamos. El
ven�a de una ruptura civilizada de su anterior relaci�n, y yo con mi ex hab�a
terminado a los golpes: trompadas, ara�azos, pellizcones, ruptura de discos
compactos, rayadura en su auto, recriminaciones, amenazas. Yo soy as�,
rencoroso, frontal, peleador. Digo todo lo que pienso aunque duela. Puedo ser
da�ino y "malvado". O sea soy una mezcla de la Bette Davis y de la Joan Crawford
, chupate esa Pepsi Cola.
Esa primera noche , yo lo encar� y le dije que estaba
subyugado por sus ojos. Eran unos ojos brillantes como dos bolitas de vidrio.
Claro que tambien me sedujeron sus bolas de carne y su pija verdulera (entre una
batata o boniato y un zucchini o zapallito italiano de buen tama�o), pero no se
lo dije.. Se ri� y en sus carcajadas j�venes y cristalinas, cre�a adivinar
cierto pudor, cierta reticencia a ser halagado intencionadamente por otro
hombre.
" Soy bisexual , sab�s " me dijo, como si eso le diera una
patente absolutamente masculina, como si el solo hecho de no ser totalmente gay
, lo hiciera ajeno al amor que no osa decir su nombre. Me lo dijo, como quien
ataja al otro con la advertencia de que no se gaste, porque quiz�s esta noche
termine cogi�ndo con una mina (mujer) que espera en cuatro patas en la cama de
su departamento....
Pero esa noche Felipe Espeche , arquitecto, alto , fino,
educado, j�ven., hermoso, lleno de vida, bisexual y aristocr�tico termin� en mi
cama , repit�endo mi nombre como una letan�a mientras mi pija se introduc�a en
su culo, mientras mi pija pordiosera constru�a un pasaje hacia su coraz�n ,
desde su agujero m�s �ntimo. Y cuando lo cog�a, cuando mi verga despreciada,
bombeaba en su orto maravilloso, el me dec�a que me amaba y yo segu�a cogiendo y
repitiendo no lo digas, no digas eso que es prematuro. El amor no era esa pija
m�a serruchando su culito lindo, entrando y saliendo de su agujero y llev�ndolo
a un �xtasis desconocido. El amor era algo que se construye entre dos., es un
resultado, no un principio. El amor entre dos hombres , era algo diferente a ese
sexo de pel�cula porno que hicimos esa primera noche. Eso cre�a yo, al menos.
Pero del mismo modo que me encantaba su culo, el adoraba mi
verga y esa primera noche entera en la que pernoctamos (es un decir) en un hotel
por horas, lo cog� tres veces y qued� rendido, cansado , como muerto. La
intensidad de lo que ocurr�a entre nosotros era como dicen los gringos "too
much"., demasiado , era como un incendio enorme, apagado con poco agua. Coj�me
amor cogeme, cogeme, no pares por favor, no pares. Siiiiii.
Yo no s� como se lo expliqu� a mi espejo , aquella ma�ana,
como podr�a definir esas bolsitas bajo los ojos, esa palidez, esas arrugas, ese
fruncir del entrecejo, ese cansancio hermoso del amor despu�s del amor, como
dice una canci�n de rock nacional. C�mo callar esa felicidad de encontrar un
igual , el amor de un igual, aunque ese amor no se declame y aunque fuera tan
reciente...
C�mo explicar esa leche derramada sobre su pecho, los riachos
de mi semen serpenteando sus tetas, y cruzando imp�dicos la flaca l�nea de pelo,
ese camino del amor que un�a su ombligo con su poronga. Como decirle a mi sangre
que olvidara sus latidos, sus gritos, sus gemidos o sus demostraciones de
placer. Como decirle a mis dedos que olviden el calor y la tersura de tu leche
despues de que acabara en mis manos loco de pasi�n. Puto, que puto sos, le dije
y el empalado hasta los tu�tanos, con el culo abierto hasta el delirio, apenas
podia esbozar una sonrisa con sus ojos cerrados por la pasi�n y el desenfreno.
Puto mi puto , mi puto amor puto, mi loco amor.
Me acostumbr�e a la bella rutina de sus besos, de su afecto ,
de coger con el casi a diario, de abrazarlo desnudo cada noche. Contarnos cosas,
compartir comida, vivencias, instantes, silencios, historias personales. Me
acostumbr� a su olor , a su piel, su aliento, sus secretos, las palabras no
dichas, sus celos......Me habitu� a sus cigarrillos, a sus horas de gimnasio, a
sus reuniones sociales impostergables a las que yo no pod�a ir.
Sab�a que lo quer�an casar a toda costa. Sab�an que
fomentaban una relaci�n con una chica de su clase social, alguien de muy buena
posici�n. Sab�a que era d�bil porque hasta que me conoci�, pensaba que el sexo
con hombres era solo un pasatiempo ex�tico. O una carcajada de revancha divina
por pecados en otras vidas.,
Se que algo resisti� Que en un gesto desusado enfrent� a sus
padres, se opuso a esas presiones. Desafi� las convenicones sociales que lo
quer�an casado y con tres hijos y medio. Se vino a vivir conmigo y lo tuve por
primera vez por dias y noches, y se porque me lo confes� llorando que nunca
hab�a amado a nadie como me amaba a mi Puto mi puto, mi loco puto amor, mi loco
amor.
Cuando me confes� que se iba a casar, que hab�a claudicado a
sus deberes , a los compromisos de tu clase y especie, no lo pude creer. Me tom�
de sorpresa. Me lastim� cada cent�metro de mis tripas. Me hizo mierda. Yo me
hab�a jugado por su amor renunciando a un cargo bien remunerado en otra ciudad y
ahora el me pagaba con una traici�n. Yo pod�a competir con otros gays, con
apolos modernos de gimnasio y cama solar, con tipos de un metro y medio de pija,
con viejos con mucha plata, pero no pod�a competir con una mujer, la
"normalidad" ante la vista de todo el mundo. Yo era el perdedor de sus luchas
contra las convenciones familiares y sus miedos.
Llor� , llor� , lloramos, cubrimos las s�banas con sangre y
llanto, con semen del olvido, pero no cambi� de parecer, entonces no lo soport�
y como en mis peores antecedentes de rupturas , le pegu� y me peg� y nos
rompimos el alma , como si autodestruirnos fuera mejor que aceptar la verdad.
Puto mi puto amor , mi loco puto amor. Adi�s.
A puertas cerradas elabor� mi duelo. A puertas cerradas lo
vel� como se vela a los muertos. Llev� luto. A puertas cerradas decid�
olvidarlo. Me prohib� pronunciar su nombre, romp� sus fotos, don� sus regalos,
destru� las cartas que me hab�a enviado. Hasta quem� la ropa que dej� en mi
casa. Estaba muerto para mi pero no ten�a donde llevarle flores.
Ahora me hab�a quedado dormido pero no so��. Me despertaron
las sierenas policiales a las dos de la madrugada. Permanec� despierto, pero no
llam�. Mis presentimientos estaban errados. Qu� iluso hab�a sido esperando al
lado del tel�fono.
En la oscuridad de la noche comenc� a imaginarlo, como si eso
fuese un hechizo para que volviera a mi, y record� aquellas noches con mi cabeza
en su vientre, con mi nariz cerca de su pija , con mi lengua destilando saliva
para mamar aquella poronga hermosa y gruesa que invad�a mi boca y me sacaba el
aire, y comenzaba a recordar la incomodiad de mis mand�bulas, la suavidad de su
piel, la dureza de su miembro erecto y latiente, el placer de sentirlo invadir
mis sentidos, mi alma , mi cuerpo, con sus gemidos salvajes y desinhibidos. Dame
tu pija le gritaba yo, dame esa pija que me la quiero comer toda, dame tu leche
, dame tus r�os de leche , tus torrentes de leche. Y sin anunciarlo acababas en
mi garganta como una catarata que se cae al nivel del r�o.
Que lindo amor, me dec�as, que cosa mas hermosa fue esa
chupada amor.......Y al rato nos dorm�amos , mi cabeza en tu vientre y tu pija
h�meda reposando casi inocente en tu pelambre rubia.
Los sonn�feros no hicieron efecto. Dorm�a y despertaba, hasta
que algo golpe� la vieja puerta de vidrio del living, hasta que unos pasos se
arrastraron por las baldosas lustradas, hasta que una voz rompi� el silencio de
la noche , y mi boca seca peg� un grito, y su boca se plant� en la mia como una
hiedra fresca y oscura, como el amor que era, como el amor que se me devolv�a,
tras la pelea. No recuerdo ya si nombre ni el m�o, y eso que se ve reflejado en
la blanca palidez de los espejos, son dos hombres que se aman. Hay una pija que
entra en un orto que se abre, y bombea bombea ,penetra y sale, va y viene y un
culo m�s p�lido que la luna que lo recibe y se deja invadir, piernas que se
levanan y brazos que se encierran, y gritos salvajes del amor recobrado y
remozado.
Mi puto puto amor, mi amor loco que no puede decir su nombre,
mi amor puto que desaf�a todas las convenciones y los ritos , para unirnos en
ese animal de cuatro patas y dos cabezas que copula en la noche como si fuera la
�ltima vez, y en ese momento creo, no estoy muy seguro, comenz� a llover.
galansoy
Hola a todos. Escr�banme a mi correo electr�nico. Valoren mi
relato al pie de esta p�gina.. Este es mi regalo en el dia de mi cumplea�os para
tantos lectores por el mundo. Abrazos g.