VOS Y YO...
Vos y yo cumpliremos 20 a�os juntos.
�Record�s como empezamos? Fue curioso a la vez que lindo
aquello...
Ni m�s ni menos que en un encuentro espiritual, pero el
verdadero encuentro para los dos fue hallarnos el uno al otro.
Yo ten�a 20 a�os. Aun daba tumbos sin saber qu� hacer con mi
futuro. Vos, 18. Quer�as hacerte cura. Como nadie imaginaba nuestro mundo
interior y nos ve�an como chicos buenos �que lo �ramos- los curas de la
Parroquia pretendieron cazarnos. Y no supieron que nosotros nos casamos...
jajajaja, suena bien el juego de palabras.
Desde ese encuentro nos hicimos amigos. Yo ten�a mis
experiencias, vos eras virginal en todo sentido. Nunca pude decirte: -Vos
tambi�n ten�s tu historia... y eso me gustaba en vos.
Eras el chico delgado y p�lido, sentado atr�s por timidez,
yo, el que siempre se sentaba atr�s para poder observarlos a todos sin que me
observaran a m�.
Cuando el cura que capitaneaba aquello me llam� para una
charla privada qued� gratamente impresionado de la sarta de linduras que le
expres� sobre mis planes. Quer�a aventuras y quiz�s pensara en ser un misionero
de aquellos que se van al Africa a convencer paganos para la causa cristiana.
Vos, m�s indeciso, buscabas una vida tranquila y de oraci�n
en un encierro conventual, me contaste en uno de los descansos y meditaci�n en
aquel recoleto jard�n de la casa en que estuvimos.
�Que locos...!, �Cu�nto habr�amos durado de curas los dos...?
Pero es que ya sab�amos que en "el mundo" ten�amos escaso
lugar. No era f�cil aceptarse gay y mucho menos f�cil obtener un lugar digno si
vas a pecho descubierto y la cabeza en alto confes�ndote homosexual. Tal vez por
eso busc�bamos un refugio m�s que un futuro.
Y empezamos a salir. Te llamaba, me llamabas. Empezamos a
salir los fines de semana, a participar en muchas actividades sociales hasta
aquella vez en que, de campamento con muchos chicos nos quedamos conversando
tarde por la noche fuera de la tienda y no pude m�s con mi alma ni mi cuerpo y
simplemente te bes�.
Lo rico fue que no rechazaste el beso. Tampoco pusiste mucho
entusiasmo, simplemente lo recibiste.
Yo supe que te gust�.
Tambi�n supe todos los pensamientos e intranquilidades que
esto te trajo, y las inquietudes que viviste por los prejuicios contra el amor
que nosotros estamos destinados a vivir. Lo nuestro no es una "opci�n", como
suelen llamarlo, lo nuestro es una CONDICION, porque no es algo que podamos
elegir, no es un sentimiento ni una tendencia que podamos tomar por voluntad
propia. Es algo que simplemente se nos dio junto con el ser y tenemos que
llevarlo toda la vida y m�s all� de ella.
Por suerte a vos y yo el destino nos puso un d�a al lado el
uno del otro. Camin�bamos o empez�bamos a caminar por nuestros senderos en la
vida y en un recodo nos encontramos y seguimos haciendo el camino juntos.
Al comienzo no sab�a si te amaba. S�lo me gustabas. Quer�a
tener tu cuerpo. Te deseaba ardientemente.
Yo hab�a tenido varias experiencias. Las conoc�s. Mi primera
vez con aquel chico, cuando medio borrachos en la fiesta de la escuela lo invit�
a dormir conmigo en mi casa y �l acept� y nos hicimos mutuamente el amor. O
aquella aventura en el cine cuando un hombre de 30 o m�s a�os me meti� en el
lavabo y me excit� y me la mam� y me hizo hacerle a �l lo mismo y luego
bes�ndome babosamente, se fue y desapareci�, que fue cuando aprend� que nuestra
vida gay conlleva la verg�enza de lo escondido, la sensaci�n de ser utilizado y
el peligro del esc�ndalo. Y aquella aventura con el chico que levant� en el
parque y que luego me sal�a en cada esquina pidi�ndome dinero.
Nuestra primera vez fue en cambio deliciosa. Pese a los
esfuerzos que tuve que hacer para convencerte y para quitarte luego los temores
y borrarte los escr�pulos que te quedaron.
Recuerdo que llegamos a ese albergue juvenil y por suerte en
la habitaci�n de tres s�lo est�bamos vos y yo... Como si hubiese sido anoche,
recuerdo que nada m�s entrar, cerr� la puerta y te bes� con pasi�n y con todo el
deseo que ten�a de vos. Recuerdo que respondiste a mis besos con no menos
pasi�n, pero con miedo y culpa en tus ojos...
Recuerdo que a media noche me deslic� a tu cama y que dudaste
en permit�rmelo y que con sentimiento de pecado te rendiste ante la tentaci�n. Y
recuerdo mejor aun que esa primera vez fue r�pida, nerviosa y con la sensaci�n
del ladr�n que teme ser cogido en falta..., pero que con el correr de la noche,
nuestras caricias fueron tomando el lugar de los miedos y la ternura el lugar de
las prisas hasta que el placer lo invadi� todo.
Te ense�� a recorrer nuestros cuerpos con las manos y con los
besos, a buscar los sitios m�s sensibles de cada uno, a ser capaces de
detenernos en el lugar en que sab�amos que el otro sent�a m�s profunda y
sensiblemente el placer. Y fuimos capaces de ir lento y despacio, disfrutando
cada segundo de la uni�n de nuestros cuerpos, sin prisas por terminar, sin
temores de ser encontrados en la misma cama, con toda una noche por delante para
disfrutarnos el uno al otro.
Y as� nos hicimos c�mplices.
Recuerdo en especial aquella vez en que tu familia me invit�
al viaje a la Patagonia. Fue cuando tu madre se enter� de lo nuestro.
Aquella ma�ana, tardabas en salir de las s�banas. Yo, ya
ba�ado y vestido me tend� a tu lado y te acariciaba la cabeza cuando ella entr�
al cuarto a darnos prisa porque nos �bamos de excursi�n y nos sorprendi�
juntos...
Diciendo, simplemente, -�Perd�n...!, sali� del cuarto. Vos
saliste detr�s. En la cocina intentaste explicarle que no era lo que ella
pensaba... pero madre al fin, ella lo sab�a desde antes y con el amor del que
solo es capaz una madre, te dijo aquello de que te amaba igual que siempre y
quiz�s m�s que a tus hermanos porque estar�as m�s expuesto al dolor y que s�lo
te exig�a una cosa: jam�s verte disfrazado en la calle, siendo el hazmerre�r de
la gente y mucho menos mirando a tu alrededor con cara de vicio a ver qu�
machito joven se deja convencer para darte un poco de sexo...
Pude concluir una carrera de maestro y obtener un trabajo
digno y lograr mi independencia. Al poco tiempo, vos tambi�n, obtuviste un
trabajo de junior en una oficina. M�s adelante pude alquilar un piso y te
viniste a compartirlo conmigo
Es divertido esto. Nuestro apartamento aun tiene dos
habitaciones. La tuya y la m�a. �Cu�ntas veces en todos estos a�os has dormido
en ella?
Pero nuestras familias est�n contentas as�. Mientras
mantengamos las formas...
Esto m�s que divertido es pat�tico. �no es con la familia con
quienes m�s y mejor deber�amos hablarlo? Pero es con ellos con quienes nunca lo
hemos compartido.
Vienen muchos amigos a visitarnos, para ellos somos dos
solteros, ya solterones, que comparten un apartamento.
Eso lo dice todo: compartir lo apartado.
Tambi�n vienen algunos de nuestra condici�n y que conocen
mejor que nuestras familias nuestro estilo de vida. Es triste pero as� es.
�Por qu� es mejor visto un hombre que tiene dos vidas con dos
distintas mujeres y hasta hijos muchas veces con cada una de ellas que dos
hombres que se son fieles?
�Por qu� no se entiende que dos hombres puedan amarse? �Qu�
hace "raro" e indeseable que un hombre ame a otro hombre o una mujer a otra
mujer?
En este mundo aun se perdona m�s el delito que el amor.
Con los amigos celebras mi cumplea�os y yo celebro el tuyo,
juntos. Pero en d�as diferidos, porque la celebraci�n "oficial", como quien dice
es de cada uno con su familia y a veces, solo algunas contadas veces en estos 20
a�os, el otro ha sido invitado.
Otro tanto ocurre con las fiestas de fin de a�o.
Pero es lo que nos ha tocado en suerte. Unos nacen ciegos,
otros cojos, o se hacen as� en el camino. Nosotros no nos hicimos maricones en
medio de la vida, nacimos as� y esto es peor que nacer con dos cabezas... y para
el mundo es un delito. Y debemos ocultarlo si no queremos ser rechazados, ser
mirados como viciosos o pederastas y un mal ejemplo para otros y un peligro
p�blico para los ni�os y j�venes.
En estos 20 a�os nunca necesit� de otros para ser feliz,
nunca te he sido infiel y vaya que he tenido oportunidades... y s� que a vos ni
siquiera se te ha pasado por la cabeza ir con otros... porque nos amamos y s�
que seguiremos juntos y nos cuidaremos mutuamente cada vez que uno necesite del
otro y s� que cuando uno parta definitivamente, para el otro se habr� ido la
mitad de su ser y de su vida, cualquiera de los dos que sea el que parta
primero.
Por todo este tiempo juntos, apoy�ndonos uno al otro,
am�ndonos uno al otro, soport�ndonos uno al otro, divirti�ndonos y llorando,
esta noche abriremos una botella de champagne y brindaremos por todos aquellos
que han tenido la fortaleza y la valent�a de vivir su amor a los cuatro vientos,
los que tiraron por la ventana las puertas de sus closets y un brindis especial
por todos aquellos que los aceptaron como son y los respetan por el simple hecho
de ser personas sin cuestionar su condici�n.
Gracias por tu comentario:
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