Un d�a sal� hacia Liberia a hacer unas diligencias y de paso
pasar culiando en la oficina de un amigo, tuve que esperar porque estaba ocupado
con su secretaria, cuando pude pasar a la oficina le dije que lo andaba buscando
para que me metiera su hermosa verga y me dijo que no pod�a porque ya se hab�a
culiado dos veces a la secretaria y no daba m�s, estaba cansado, tuve que
regresarme a mi casa con todas las ganas de sentir una verga dentro de mi
vagina, mi marido ten�a dos semanas de no cogerme, me regres� dos horas antes de
lo previsto. Lo que vi en mi casa me puso m�s caliente y con mi vagina bien
mojada.

La excitaci�n sexual hab�a llevado a Karina y a su novio
situaciones insospechadas y por dem�s riesgosas. Aquel d�a aprovecharon que ella
estaba sola en la casa para darse por fin

un atrac�n de carne, ya en la sala con las bocas pegadas las
manos buscaban ansiosas lo que ambos deseaban, ella le frotaba la verga con tal
furia que parec�a querer arrancarla, mientras que sus manos le hab�an bajado ya
las pantaletas y hurgaban en el sexo ardiente y pegajoso de la chiquilla que a
sus 17 a�os ya le andaba por estrenar su pepita, que se tragaba dos y tres dedos
cuando se fajaban en el corredor de la casa en las noches de visitas.

A los pocos minutos la calentura los condujo a lo inevitable.

Ah� mismo, empinada sobre un sill�n le sepult�, desde atr�s,
la verga en la verija antreabierta, nunca supe si ella era virgen hasta
entonces, pero cuando me di cuenta todo el tronco resbalaba una y otra vez en
ese pasadizo ardiente de su pepa, ella gem�a, el

arremet�a con furia, ella se vino entre gritos, el aceler� la
cogida, bien agarrado a sus nalgas perfectas, que brincaban con cada arrempuj�n
y en el justo momento en que su leche estaba por salir de su refugio, un grito
de espanto los volvi� a la realidad:

--"Qu� est�n haciendo, Karina, por dios, y usted?!, qu� hace,
qui�n es y qu� hace en mi casa!, Karina por qu� est�s casi en cueros y usted,
malvado, hombre del mal, que hizo?, que le hizo a mi hija", y m�s y m�s gritos y
improperios. Mientras �l apurado trataba de subirse los pantalones y esconder la
tremenda erecci�n de su verga y Karina no sab�a si ponerse los calzones o meter
las tetas dentro del brasiere que andaba ya por su cintura.

Entre gritos y amenazas Karina hizo lo que ten�a que hacer,
ponerse a llorar, el sin saber que hacer, ped�a disculpas al tiempo que
procuraba mantenerse lejos de mi que segu�a con mi rega�ada.

--"Qu� imprudencia acaba de cometer!, seducir a mi hija!, y
en mi propia casa!, ahora ver� cuando llegu� mi esposo Gerardo, tendr� usted que
responder por lo que ha hecho, por lo pronto salga inmediatamente de mi casa, ya
arreglaremos cuentas con usted, se lo aseguro!".

As� las cosas raudo sali� de la casa, sintiendo que el cielo
se le hab�a ca�do encima de un solo golpe. Esa noche y las siguientes se le
dificult� dormir y las veces que intentaba hablar

por tel�fono con Karina siempre se la negu�, ella dej� de ir
a la escuela. En su casa �l desesperado esperaba el desenlace fatal, que lo
casara con mi chiquilla, que le armaran un tremendo alboroto y que su familia
tuviera que responder por sus imprudencias.

Pasaron los d�as sin novedad, hasta que una llamada lo puso
alerta, era yo, Hayd�e, la madre de Karina: "oiga se�or, no crea que ya la
libr�, ni lo piense, pero Karina est� enferma, no se que le pasa, no quiere ir a
la escuela, he tratado de llevarla al m�dico pero no quiere, nom�s est�
encerrada en su cuarto y llora mucho, no me hace caso y ya no se que hacer, por
eso le pido, m�s bien le exijo que me explique que le hizo a mi hija, tiene que
decirme, para ver si le pas� algo malo y tenemos que llevarla al m�dico a
fuerzas, si es necesario".

El no sab�a que contestarme, de forma entrecortada trat� de
explicarme que no hab�a hecho gran cosa, pero fue in�til: Le dije "no le creo,
mire tiene que venir ma�ana temprano, Karina va a ir con unos familiares, lo
espero a las diez, tiene que decirme claramente que le hizo a mi hija".

Sin m�s remedio acept� venir.

Al d�a siguiente tembloroso lleg� a la cita. Abr� la puerta,
yo, la madre de Karina, cosa rara me port� amable, lo llev� hasta la cocina y
hasta le ofrec� caf�, que rechaz�, y empez� el discurso perorata:

--"Ustedes los j�venes de ahora son unos imprudentes, en mis
tiempos los novios no llegaban a tanto, las chicas �ramos recatadas, nos d�bamos
a respetar, y los j�venes aceptaban nuestras condiciones, sin llegar m�s lejos,
pero ustedes, Karina y usted jovencito hicieron algo indebido, sumamente grave!,
no se si est� consciente de lo que hizo".

El asinti� mirando al piso.

--"A ver, quiero que me expliqu�, le hizo el amor a mi hija,
�verdad?, la penetr�, �verdad?, si, eso supuse, adem�s recuerde, cuando yo entr�
estaba usted con los pantalones bajados y esa cosa horrible, ay por todos los
cielos, me acuerdo y me dan ganas de acabar con usted a golpes. La penetr�,
�verdad?, �toda?, �verdad?, mi hija era virgen jovencito, y ahora gracias a
usted ha perdido la virtud y la decencia. Adem�s, ay no se como decirle!, pero
acu�rdese que lo vi desnudo con eso, terrible, tan grande, pobre de mi hija,
�c�mo debi� haber sufrido!, teniendo todo eso dentro, malvado, es usted un
chamaco malvado!".

Entre balbuceos el trataba una y otra vez de disculparse,
pero yo haci�ndome la terca: "es que usted no entiende, a lo mejor lastim� o le
provoc� alg�n da�o f�sico a mi pobre hija al desvirgarla, a la imprudente, a la
que usted sedujo, mal hombre!, no est� en condiciones de negarse a que yo sepa
perfectamente qu� le pas� a mi hija, �entiende?".

El asinti�. Le dije "Mire joven, tiene que mostrarme lo que
destruy� nuestra honra, tengo que ver con mis propios ojos esa cosa horrible que
rompi� el virgo de mi chiquita, no se puede negar, ya sabe, todav�a mi esposo no
sabe nada, pero si mi hijita resulto da�ada por eso, tendr� que decirle, �l se
va a enterar, as� que proceda, muchacho imprudente, ande quiero ver eso que
penetr� a Karina..."

Por un momento se qued� paralizado, confundido, avergonzado.
Pero su mente empez� a girar a mil por hora, tratando de encontrar una
explicaci�n a aquella extra�a petici�n, el pens� "a lo mejor la mujerona quer�a
echarse un taco de ojo con el pretexto de que le mostrara lo que la pepa de
Karina se hab�a tragado", eso hizo que involuntariamente se le viera un
estremecimiento en su verga, todav�a permaneci� quieto de una pieza, "es que
se�ora, lo que usted me pide me averg�enza, no se para que quiere usted que haga
eso, �c�mo quiere que le ense�e el miembro?, ya le expliqu� que casi no hicimos
nada, si la penetr�, pero no toda". --"�C�mo que no toda?, si cuando entr�,
usted la ten�a bien agarrada y su cosa esa, entraba y sal�a del sexo de Karina,
no se�or, la ten�a bien prendida, yo lo v�, acu�rdese. Ande, ya de una buena
vez, mu�strese".

As� las cosas, ya con la idea clara de que la mujer quer�a
algo m�s, �l con lentitud se desabroch� el pantal�n y ante mis ojos expectantes
puso al descubierto su miembro, que pese a mis rega�os mostraba una erecci�n de
tres cuartos, en otras palabras, casi estaba bien parado. Cuando lo vi exclam�:
"por todos los cielos, con raz�n ha llorado tanto mi hija, si usted la destroz�
con esa cosa, �tan tremenda!, ahora me explico que ella no quiera salir, debe
estar muy lastimada de su cosita al haber soportado tama�a cosa, usted debi�
detenerse al notar que la estaba lastimando...".

--"Es que..., no la lastim� se�ora...".

--"Guarde silencio, usted que sabe, si lo estoy viendo con
mis propios ojos..., nunca supuse que un hombre pudiera tener el miembro de ese
tama�o, ni siquiera mi..., digo, no me cabe en la mente que no la haya
lastimado, mi pobre Karina, que va a ser de ella, voy a tener que revisarla y ya
determinar� si la llev� al m�dico, cuyos gastos usted tendr� que pagar
jovencito", y el ah�, con el pito de fuera.

Sin despegar mi vista de aquello que me atra�a, dije "y
oiga..., no le causa problemas tener la cosa as� de grande, de solo verla me
entran nervios, no acabo de concebir que usted sea

normal, si llega a casarse, no se si con Karina, pero con la
mujer que lo haga, seguro en lugar de darle placer, la har� sufrir, tiene que
hacerse revisar con un especialista, a lo mejor eso que tiene no es normal,
d�game �no le duele?, �no le molesta?".

--"Ay se�o..., la verdad cuando se me para bien..."

--"�C�mo?, �se le pone m�s grande que ahora?...

--"Pues si, un poco m�s, y cuando no hago seguido el amor...,
me duelen las bolitas...

--"V�lgame el cielo, seguro que cuando te vienes..., digo,
�eyaculas mucho?"

--"Pues lo normal...

--"No me hago a la idea de que eso pueda entrar todo en el
sexo de una mujer, me parece incre�ble, ande ya guarde esa cosa tan horrible".

Con la seguridad de que ahora era el quien ten�a el control
se acomod� la ropa, yo segu� hablando: "mire joven, no se que hacer con usted,
por lo pronto le proh�bo acercarse a mi hija, ya ver� en que estado se encuentra
su sexo, veremos que procede, no intente acercarse a ella y menos tratar de
hacerle el amor, yo le avisar�, pero tenga por seguro que nos veremos para tomar
la determinaci�n m�s adecuada, procurar� hablar bien con Karina para

tranquilizarla, en cuanto a mi esposo, por lo pronto no le
diremos nada, pero tendr� noticias m�as jovencito imprudente".

Cuando caminaba �l por la calle rumbo a su casa, lleno de
contento por haber salido de la bronca y seguro de que la mujer aquella buscar�a
la forma de comprobar en carne propia que una verga de su calibre si cab�a en mi
panocha, tambi�n pensaba en Karina, a la

que no hab�a terminado de cogerse, pero por lo pronto estaba
a salvo. (me lo cont� �l en una de las cogidas que me dio despu�s)

De regreso a la escuela Karina procuraba mantenerse alejada
de el, la ten�a bien amenazada, se saludaban de lejos y eso era todo.

Dos semanas despu�s recibi� una llamada de m�, la madre de
Karina, tenia una ganas locas de comerme esa verga:

"hola c�mo haz estado, habla la mam� de Karina, ya la veo m�s
tranquila, ya no se ven �verdad?, eso es lo mejor para los dos, espero que
cumplas tu palabra, en cuanto a mi no creas que se me ha quitado el coraje
contigo, pero te entiendo, eres joven y tienes tus necesidades, adem�s con esa
cosa que te cargas..., te entiendo, a prop�sito, �ya tienes otra novia?, �haz
hecho el amor �ltimamente?, �no?, ay pobre de ti, bueno ya no te incomodo, pero
para que veas que no hay rencor, cuando quieras puedes pasar por la casa,
podemos platicar y te invito un caf�, puedes ma�ana temprano?". Por supuesto que
acept�.

Al d�a siguiente ah� estaba el, dispuesto a aventarse a la
suegra, yo lo esperaba con vestido y ten�a puesta una tanga hilo dental que se
perd�a en mis nalgas dej�ndolas al aire para que el me las acariciara.

Platicamos de pendejadas, le habl� de mi matrimonio: "mi
marido ha sido el �nico hombre en mi vida, a �l le di mi honra y me cas�", pero
como toda mujer con a�os de casada a�oraba los primeros encuentros amorosos,
"ultimamente ya casi no me coge.., �me entiendes?, �l trabaja mucho y llega
cansado, a mi eso ya casi se me olvid�, pero no creas a veces..., bueno una es
mujer..., y t� tienes ya mucha experiencia con eso, �verdad?".

--"No se crea se�o, si he tenido experiencias, pero no
muchas, a veces si, pero no siempre".

--"Lo que no acabo de entender, es c�mo puedes meter todo eso
dentro de una mujer, se me hace incre�ble..."

--"Pues viera que no he tenido problemas, con quien lo he
hecho..., bueno, �me entiende?, nunca se quejaron, por el contrario...".

--"�A poco?, no te creo..., oye, no se, pero se me ocurre,
podr�amos hacer una prueba..., ay no, qu� vas a pensar de mi, pero digo, s�lo
como prueba, que tu, digamos, la pusieras ah�, en mi cosa, �nom�s como prueba
eh?, en cuanto yo te diga, te detienes, �si?, a lo mejor ni siquiera aguanto la
punta, �si?".

Ni siquiera me contest�, solita yo me par� de la silla y
apoy�ndome de espaldas en la mesa de la cocina le ofrec� mi nalgatorio. Sus
manos acariciaron la carne abundante de mis nalgas levant�ndome al mismo tiempo
el holgado vestido, ya con el vestido enrollado en la cintura me baj� la tanga
hilo dental , me sent� temblar de placer anticipado, par� m�s el culo, casi
pegando la cara sobre la mesa. Su verga parada se desliz� lentamente entre la
raja de mis nalgas buscando la entrada de mi vagina por atr�s.

Sus dedos exploraron mi peluda vagina y los gordos labios de
la vulva embarraron sus dedos de jugos vaginales, ah� coloc� la punta, yo la
sent�: "huy, ya, ya espera, la siento, tienes la cabeza de la verga muy grande,
espera, d�jala ah�, as�, aprieta, ya, ya, ay me duele, ya entr�, la siento, me
abres mucho, m�s que mi marido, otro poquito, hummm, si, ya, ya, espera, �falta
mucho?, humm, m�s, un poco m�s, hummm, me llenas toda, me abres, hummm, m�s,
m�s, un poco m�s papito, �que vergota!, m�s, m�s, huy, �toda!, si toda, la
quiero toda...".

Para entonces ya me la hab�a metido toda, sus gloriosos 20
cent�metros y medio me remov�an la vagina, me empez� a coger, metiendo y sacando
todo el tronco, haci�ndome suspirar, "ya, ya s�cala, s�lo quer�a hacer la
prueba, hummm, que rico te mueves,

as�, toda, huy, me cabe toda, toda la vergota, muchachito
imprudente, ya, ya, no..., ya no..., la saques chiquito lindo".

Sus arremetidas se acrecentaron, ya su verga chapaleaba en un
mar de jugos viscosos, el chaz, chaz, de los cuerpos al chocar, la verga
pringosa de l�quidos y aquella ardiente caverna distendida emanando el
penetrante tufo del amor, al poco tiempo yo gritaba de placer, mi orgasmo me
hac�a gemir y mis jugos escurr�an ya por mis piernas mofletudas, entonces me la
dej� ir toda, me atenaz� con furia de mis nalgas y sus chorros de mocos
inundaron mi abierta vagina, sent� como todo su semen me la inundaba ricamente y
pegu� varios gritos de placer al sentir esa hermosa y rica verga atravez�ndome.
Terminamos exhaustos, sudando a chorros, apestando ambos a sexo, la rica verga
del novio de mi hija a mi tambi�n me hab�a echo disfrutar, me d� cuenta que yo
pod�a disfrutar de una buena verga a pesar de mis 40 a�os. Me sac� la verga y
mis piernas se llenaron de ese l�quido que lo pone a suspirar cuando te inundan
toda la vagina, Me baj� y me puse a mamarle la verga, a pesar de que ya hab�a
perdido erecci�n sent�a que me llenaba toda mi boca, le mam� la punta de su
verga y esta se par� nuevamente, trat� de introducirmela lo m�s que pude y no me
alcanz� toda, comenc� a lamerla de arriba abajo, me coloqu� de espaldas a �l y
me saqu� el vestido, no tra�a brassier y mis tetas que son hermosas quedaron al
aire bamboleantes, me inclino en la mesa y el se coloca por detr�s y poco a poco
me va metiendo toda su verga, en esta posici�n si siento que me la mete toda, el
comienza con su vaiven de mete y saca despacio, conforme su verga se va
lubricando de mis jugos vaginales esta se resbala ricamente y el apura el paso
logrando que mi vagina se adapte perfectamente al tama�o de su verga. Yo jadeo
"sigue papi, que me destrozas toda, soy toda tuya" ahhhh que rico culeas" "no me
dejes con ganas que tienes una buena y rica verga" "ahhh, me vengo, metemela m�s
r�pido" "dame toda tu leche que ya no aguanto". El otra vez me est� disparando
dentro de mi vagina todo su semen que me hace estremecerme de sentir donde me va
recorriendo mis entra�as. Que buena culiada nos dimos, la mejor de toda mi vida.

Minutos despu�s, mientras se limpiaba la verga con el borde
de mi vestido, yo recuperada de la buena culiada le dec�a: "ya comprob� que no
lastimaste a mi pobre Karina..., pero ni creas que te voy a permitir que la
vuelvas a ver, ni lo pienses, mejor cuando tengas muchas ganas..., yo te puedo
ayudar con esa cosota, �quieres?, me llamas y vienes cuando no est� mi marido,
culiamos como hoy, siempre estar� esperando esa vergota que me hace disfrutar
mucho...".

--"Si c�mo no!", pens� el. Ya encontrar�a la forma de volver
a amarrarse a Karina, para terminar lo que dejaron inconcluso, y por que no...,
removerme las tripas a la madre, a mi, de vez en cuando, me dijo ya de camino a
su hogar.

Hayd�e Vallejos Vallejos

Costa Rica