Esta historia es imaginaria o verdadera seg�n vuestras
mentes. Creed lo que quer�is, solo se que la he escrito yo.
Se trata de un ni�o de nombre Alfredo. Su infancia no fue
todo lo normal que podr�a haber sido. Sus padres perdieron la vida en un intento
desesperado por llegar a la cima de una monta�a. Al ocurrir esta desgracia para
el ni�o tubo que marchar a vivir con un familiar. Alfredo era el ahijado de
Pedro y Marta, sus t�os por parte de madre.
El ten�a una prima de un a�o cuando lleg� a casa de sus
padrinos. Claro que aquella ni�a crecer�a al igual que su primo Alfredo, que por
entonces era de seis a�os.
Creci� bien y de cuerpo atl�tico. Sus primeros a�os en casa
de sus padrinos fueron algo t�midos y reservados. Pero cuando creci� y se dio
cuenta de que las cosas se dejan a un lado empez� a ser m�s simp�tico y abierto
al personal. Entonces fue cuando se relacion� mas con su primita. Ella se
llamaba Teresa y a sus nueve a�os era toda una mujer.
A la vez Alfredo le llevaba cinco a�os a Teresa por lo tanto
el ten�a catorce. Alfredo era un estudiante de pocas horas. Su media era
suspender dos o tres. En cambio Teresa era ya en su ni�ez una estudiante nata y
sus sobresaliente no faltaban en el bolet�n. Era un d�a en el ba�o Alfredo.
Estaba leyendo un c�mic mientras la putrefacci�n sal�a de su ano cuando una
puerta son�. La de la entrada a su casa. Era su t�a. El estaba sola con ella
entonces en ese momento. Y su t�a se acerco a la puerta del ba�o. Toc� y Alfredo
respondi� al otro lado.
- Si, estoy yo madrina.- pero su t�a sigui� tocando la puerta
cuando entonces entr�. Alfredo se qued� estupefacto. Si mirabas bien a su t�a
Marta. Ver�as un cuerpo cuidado y unas curvas caprichosas. Algo que entraban
ganas de acariciar. Claro la situaci�n le excito a�n m�s cuando la t�a de
Alfredo se desnud� delante suya.
- Voy a ducharme. Si quieres hazlo conmigo- dijo Marta a
Alfredo. El ya la ten�a bastante dura. No pudo resistirse a los contornos
exquisitos de los pechos. Su co�o asomaba por entre las piernas y cada vez que
su mirada se perd�a en esa madrina que ten�a ante su vista su polla m�s dura se
pon�a as� que se meti� en la ba�era a ducharse con ella. Se enjabonaron y Marta
empez� a refregarse la mano izquierda por su peludo co�o.
Miraba como la polla de su sobrino crec�a y crec�a y sus
manos no se enjabonaban. Se encontr� con sus ojos y Marta comenz� a rozar su
mano con la polla de Alfredo. Una situaci�n muy inesperada. Alfredo pas� de leer
un c�mic de Tint�n a dejarse acariciar la polla por parte de su t�a. Lo cual no
le degradaba. A su t�a tampoco.
Despu�s de que la mano hiciera un recorrido de arriba abajo
por la verga de Alfredo, la agarr� con las dos manos y se la introdujo en la
boca de golpe. Su saliva y el agua de la ducha resbalaban por el glande del
miembro viril. Retir� el prepucio infantil y comenz� a hacer algo que Alfredo no
aguant�. Se fue en la boca de su t�a y ella lo sabore� con ganas. Ahora llegaba
el turno de Alfredo. Nunca lo hab�a echo pero las pel�culas porno le dieron una
pista.
Sus manos, una a la teta y la otra a la vagina, hicieron un
movimiento de placer seg�n la expresi�n de la cara de Marta. Un gemido surgi� de
entre el ruido de las aguas cayendo del grifo. Otro y otro. M�s placenteros cada
vez. Alfredo ya estaba cargado para otra eyaculaci�n y su t�a se lo permiti� �el
qu�? Penetrar. Alfredo mir� a Marta y ella asinti� con la cabeza. Era el
momento. Alfredo no tubo que empalmarla pues ya lo estaba y con raz�n. Agarr�
por las nalgas a su t�a y su primera introducci�n vaginal ocurri�. Su t�a botaba
en su polla y a �l le encantaba. Gritaba, gem�a, jadeaban... La apoy� contra la
pared y sus penetraciones llegaron con mas fuerza. La bes� y ella igual. El agua
no dejaba de salir y fue entonces cuando Marta se puso en estilo culero para
mejor comodidad.
-Vamos Alfred�n. Deja contenta a tu t�a y dame fuerte. � dijo
Marta. Entendi�ndolo bien. Alfredo la agarr� por el culo y la puso en el co�o.
Empujaba fuerte y con excitaci�n. Follaban como descosidos. Los gritos era
incesantes.
- Ah, ah, ah. Dios, dios. Dale fuerte. Correte en m�.- dijo
Marta muy cachonda lo que provoc� la eyaculaci�n de Alfredo en las tetas de su
t�a. Le relami� todo el resto de la polla y Alfredo la bes�. Se besaron y
abrazaron. Sus lenguas unidas se separaron cuando la puerta de la calle volvi� a
sonar. R�pidamente Marta salt� de la ducha. Era Pedro, su marido. Y me parece
que no le hubiera gustado la situaci�n. Se sec� r�pidamente la toalla y los
restos de semen. Alfredo hizo lo mismo. Se vistieron y sali� primero Marta. Todo
transcurri� normal esa tarde. Nadie se dio cuenta de nada. Marta y Alfredo no se
miraron a la cara. Marta se preguntaba por que har�a aquello que hizo. Fue un
lapsus. Entr� y se lo foll�. Algo degradante para una Madrina y persona adulta.
Alfredo no pens� lo mismo. Cre�a que estuvo bien y que hab�a entrado en un nuevo
mundo lleno de mujeres.
Al siguiente d�a Alfredo lleg� primero como siempre del
colegio. Se sent� en el sal�n a ver la tele. A la media hora de estar ah� lleg�
Marta con cara relajada. Se sent� al lado de Alfredo despu�s de soltar las cosas
del trabajo. Intent� entablar una conversaci�n explicando lo ocurrido.
-Lo de ayer fue un error y grave. No debiste met�rmela-
dijo Marta decidida a
solucionar el problema.
-Pero lo que hicimos lo hicimos porque lo quisimos. �No es
verdad?- respondi� Alfredo. Marta no pudo resistirlo. Era una tentaci�n a la que
no se le debe fallar. Total si al ni�o le gustaba y a ella tambi�n. Le bes�
fervientemente en la boca e introdujo su lengua hasta la campanilla de la
garganta. Se quit� la blusa y sus tetas cayeron deliciosamente. Solo la
situaci�n empalm� a Alfredo. El ten�a desde ayer la ilusi�n de follarse otra vez
a su t�a. La t�a la mam� intensamente con ritmos regulares. Mientras Marta se
met�a el dedo entre sus labios vaginales.
- Uh. Ah. Si. Madrina. Joder. Sigue, sigue.- Placer salido de
la voz de Alfredo.
- mmm, mmmm � Se limitaba a decir Marta. Momentos como estos
no se viven mucho pero tambi�n en momentos como estos ocurre algo inesperado.
Teresa la hija de Marta y prima de Alfredo entr� en el edificio y vio lo que os
cuento. Sexo infantil. Algo que la ni�a no conoc�a pero a la vez le excitaba.
Sus palabras no consegu�an salir de adentro pero si sus actos. Se acerc� y lami�
con profesionalidad el co�o de su madre.
- Aaaaaaaah. Teresita, bonita. Chupa el co�o de tu madre.
Siiiiii- placer incontable. Siguieron as� durante un rato. Luego Teresa se
desnud� y mientras Marta era empetada por Alfredo Teresa gritaba con fulgor y
emoci�n. Posici�n perro, Alfredo meti� todo lo que pod�a y Marta trataba el co�o
de su hija con destreza y gracia. Esa imagen a Alfredo de viendo a su primita de
nueve a�os disfrutando de sexo era algo aterrador para lo bueno. La vena de la
polla se le pon�a r�gida como una tuber�a r igualmente los pezones a Teresa.
Marta balanceaba su culo hacia delante y hacia detr�s para pon�rselo m�s f�cil a
Alfredo.
- Uhm. Ah. Dios m�o. Eso es. Sobrino, as� as�. Aaaaah.-
siguieron los gemidos. Hasta que decidieron que hacer con Teresa. Alfredo se
ofreci� voluntario para estrenarla. Solo con nueve a�os. Introdujo su verga en
el mini-co�o y PLAF, PLAF, PLAF. Nunca escuch� un grito de tanto placer y gozo.
La ni�a lloraba de gusto. Su primo estaba ansioso por descargar su leche
blanquecina. Mientras Marta se contentaba con hacerse dedos mirando aquella
situaci�n tan excitante. Como chillaba su hija cuando era penetrada por su
sobrino. Algo inaudito para nuestros ojos. Como disfrutaban los tres es
imposible de decir.
-Teresa. Me corro. Vamos, vamos. Chilla. Ah, ah. � Teresa se
apart� y pusieron Marta y ella la cara. Nunca antes con ninguna masturbaci�n se
hab�a corrido de esa manera tan exagerada.
- Mama. He disfrutado mucho. Me gustar�a hacer esto todos los
d�as de mi vida.- dijo jadeando de lo ocurrido Teresa. Su inocente cara llena de
semen y Marta todav�a meti�ndose hizo que a Alfredo le entraran ganas otra vez
de follarlas. As� se hizo. Alfredo lo pidi� por favor y ellas se lo concedieron.
Primero fue chupado por las dos a la vez. Incluso se peleaban por la polla.
Luego empez� todo con una paja a la cubana mientras Alfredo met�a el dedo a su
prima. Le tocaba el turno ahora otra vez a Teresa. Se dispuso delante suya y por
el culito peque�o le dio.
- F�llame. Primo. Eres el mejor. Ah, ah, ah. Me encanta tu
pollita. � a lo que Marta dec�a.
- Si. Mi dedo no es nada comparado con tu polla.- y gimi�.
Todas estas palabras le produjeron una nueva eyaculaci�n en las caras de ellas
dos. De fondo sonaba todav�a la televisi�n y no escucharon llegar a Pedro. Una
impresi�n bastante pat�tica. Se qued� parado viendo como Alfredo se corr�a en la
cara de su mujer y en la de su hija. Y como ellas disfrutaban.
- Esto... �Esto que es!. Fuera los tres de aqu� ahora mismo-
dijo Pedro.
- Pero... ap�ntate, �nete. Estamos disfrutando mucho.
F�llame. Dijo Marta.
- Y a mi papito. Te quiero. F�llanos. � dec�a su hija de
nueve a�os con ganas de tirarse a su padre.
-No. Fuera.Digo...Bueno. �Por qu� no?. Porque no me iba a
follar a mi mujer y a mi hija.- Solt� la maleta del trabajo. Se desnud� y se la
empalm� ligeramente. Se la dej� chupar por su hija. Mientras ve�a como su
sobrino follaba a Hierro con su esposa. Le excito y sin darse cuenta se corri�
en la boca de Teresa. Follaron muy juntos en familia. Se besaron todos.
Metieron. Chuparon. Muy bueno todo. As� lo hicieron siempre. Hasta cuando
murieron uno detr�s de otro.