Turno Vespertino
Por: Andrea delCastillo.
-�Entonces que, To�ito, s� o no?
-�Si o no qu� Memo?
-El asunto que te trat� ayer, no te hagas.
-No Memo, no puedo enga�ar a V�ctor. Tu sabes que ha sido mi
viejo los �ltimos tres a�os.
-No te pido que lo dejes, nom�s dame chance una vez. Quiero
quitarme la tentaci�n.
-�Nom�s quitarte la tentaci�n?, no chingues Memo no soy
desechable.
-No To�o, no malinterpretes. Tu sabes que he querido contigo
desde hace mucho tiempo, y siempre me haz mandado por un tubo. �Es porque no te
traigo en carro como V�ctor o qu�?.
-�Ay Memo!, a ti se te hace f�cil por que ser�a nada m�s
calmar tu calentura y ya, pero �tu crees que ando con V�ctor nada m�s por sexo?.
No Memo, no. V�ctor y yo estamos enamorados y si no vivimos juntos es por sus
hijos que ya est�n grandes y no lo permitir�an.
-�Pero que te cuesta nom�s prestarlas tantito?, no creo que
V�ctor se diera cuenta; adem�s lo hacemos muy discretamente. Dejo la m�quina en
stand-by y nos vamos a tu departamento y regresamos pronto.
-No Memo, y por favor, d�jame en paz. Adem�s no eres del tipo
que me gustan.
-Mmm... pobre puto, te hace uno el favor de voltear a verte y
te pones tus mo�os. Vete a la verga, pues.
Este di�logo ocurri� como a las 4:30 p.m., ya que se hab�a
retirado el turno matutino y nos quedamos solos memo y yo.
Memo es operario de una m�quina de extrusi�n de la f�brica de
pl�sticos donde trabajamos, y yo soy oficinista del turno vespertino.
Como la m�quina es autom�tica, se puede quedar desatendida
por lapsos no muy largos, por lo que Memo me rondaba con mucha frecuencia.
Se habr�n dado cuenta de que soy homosexual y travestido,
pero a la f�brica siempre iba vestida como hombre, pero como estoy depilada y
utilizo muchas cremas, mi rostro se ve muy afeminado, adem�s del tono de mi voz
y el amaneramiento que ya es natural en m�. De ah� que Memo quisiera tener
relaciones conmigo.
Por su parte, Memo es un hombre en sus cuarenta que vive solo
pues se divorci� hace como seis a�os. Alto, fuerte, robusto no obeso, y que tal
vez en otras circunstancias lo hubiera deseado, pero no en las actuales.
Ser�an aproximadamente las seis de esa tarde cuando se
apareci� Memo en la oficina. Deteni�ndose en la puerta con el semblante
alterado, le pregunt� que qu� le pasaba.
-No s�, dijo. Me duele mucho el est�mago y me siento mareado.
-P�sate a la oficina del jefe y recu�state en el div�n.
Se recost� y le pregunt� que si ser�a alguna cosa que hubiera
comido, y si deseaba que le trajera agua o un t�.
-No, nada m�s d�jame descansar un poco, a ver si se me pasa.
-�D�nde exactamente te duele?, le pregunt�.
-Aqu�, en la parte baja. Siento como si me hubieran pateado.
-Mira, yo estudi� enfermer�a. D�jame revisarte para ver si no
es algo serio.
Tontamente, me acerqu� a �l y le afloj� el cintur�n. Observ�
una tremenda protuberancia en su pantal�n y me entr� cierto recelo.
-�Sabes que Memo?, deja llamarle mejor al m�dico de la
compa��a, est� aqu� cerca y no tardar� en llegar; le dije.
Trat� de poner distancia entre los dos, pero Memo se levant�
�gilmente del div�n y alcanz�ndome me abraz� y comenz� a besarme la cara y la
boca. Yo sent�a asco de sus caricias, pues aunque �l es muy aseado, nunca me
agrad� f�sicamente.
�l, mucho m�s grande que yo, no me permit�a moverme ni
ponerme fuera de su alcance. Como ten�a suelto el cintur�n, se quit� el pantal�n
y los calzones r�pidamente, pate�ndolos a un lado.
Con un brazo me ten�a inmovilizado mientras con la otra mano
me arranc� la ropa. Como siempre, yo tra�a ropa �ntima femenina y en esa ocasi�n
me hab�a puesto un bikini muy sexy de seda roja, un liguero de encaje rojo y
unas medias negras con tal�n y costura roja, que terminaban en la parte m�s alta
de mis muslos en una ancha banda de encaje rojo.
Al ver esto Memo, se puso como burro en brama y pude observar
que su miembro aumentaba aun m�s de tama�o. Sus dedos trataron de abrirse paso
entre mis nalgas mientras sus labios y su lengua no cesaban de chupar y lamer
mis senos y besar mi boca.
Me di cuenta de que la violaci�n era inminente y que hab�a
mucho tiempo entre ese momento y cuando llegara el siguiente turno.
Ante esto, le dije:
-Memo, si me lo vas a hacer hag�moslo sin violencia.
-�Te vas a dejar coger por las buenas?; me pregunt�.
-�Me queda de otra, Memo?.
Para esto, su inmensa verga la refregaba en todo mi cuerpo,
dejando un rastro h�medo, viscoso y tibio pues su liquido pre-eyaculatorio
rezumaba en forma por dem�s abundante.
Llegamos al div�n y me oblig� a sentarme plant�ndome su
asqueroso pene frente a m� y dijo:
-Mama putito, para que veas lo que es mamar una verga de
verdad.
Venciendo mi repulsi�n, puse mis labios en su glande y quise
dejarlos as� nada m�s, pero jal�ndome los cabellos me hizo abrir la boca y meti�
sin compasi�n casi la totalidad de su tremenda y babeante verga. Intent� limitar
su penetraci�n con los labios, pues sab�a que si lo mord�a me iba a causar alg�n
da�o, as� que sent� el glande como tocaba el fondo de mi garganta y me hizo
tener una arcada.
Retir�ndome su verga de mi boca, me dijo:
-Si vuelves a hacer eso, te madreo pinche puto, as� que
tr�gatela toda sin payasadas.
Y me dio una bofetada que me hizo sangrar de una mejilla.
Llorando, abr� la boca y dej� que hiciera lo que quisiera.
Como yo no pon�a nada de mi parte pues solo estaba con la boca abierta, me
grit�:
-M�mala puto, hazme gozar. Ch�pala como se lo haces a V�ctor,
puto.
No me qued� otro remedio mas que colaborar y se la empec� a
mamar con toda mi maestr�a para que terminara pronto y me dejara en paz. Despu�s
de unos minutos, Memo empez� a gru�ir y jadear anunciando su pr�ximo e inminente
orgasmo, pues tambi�n su verga estaba pulsando y aumentando de tama�o. Pens� que
me la iba a sacar para eyacular fuera de mi boca pero no, al contrario. Me tom�
de la cabeza y repeg�ndome a su verga sent� como eyacul� en mi garganta. No me
qued� otra mas que trasegar todo su asqueroso semen pues corr�a el riesgo de
vomitar.
Su verga no perdi� rigidez ni tama�o y aun con ella en la
boca, me dijo:
-�Te gust� putito?, aun tengo m�s para ti y vas a gozar como
nunca cuando te la entierre en tu lindo culo. Me voy a dar un banquete con esas
nalgas tan ricas que tienes. Pero ahorita, dame otra mamada pues me gust� como
lo haces.
Y contin�o haciendo que su verga entrara y saliera de mi
boca, mientras yo se la succionaba con toda mi habilidad. Como reci�n hab�a
eyaculado, tard� mas en terminar y la verdad, yo ya estaba disfrutando de esa
rica verga.
Cu�ndo termin� otra vez abundantemente, se ech� sobre el
div�n y sin dejar de abrazarme me retuvo a su lado. Sus manos no dejaban de
acariciar mis senos y mis nalgas, donde insist�a en penetrar mi culo con sus
dedos. Esto me estaba excitando y comenc� a corresponderle bes�ndolo y
acariciando su verga con mis manos.
No tard� en sentir otra vez deseos y su verga volvi� a
ponerse en condiciones, entonces se levant� del div�n e hizo que me pusiera "a
gatas" en el borde y sin dejar de acariciar mis senos, su verga intent�
penetrarme con todo y el bikini, cosa que estaba excit�ndolo aun m�s, pero a mi
me estaba lastimando. Le rogu� que no intentara hacer eso pero ignorando mi
s�plica, lo intento con mas fuerza. Aunque pudo penetrar unos cent�metros no fue
posible la penetraci�n total, as� que enojado, con furia, desgarr� mi bikini y
as�, en seco, me meti� la verga de un solo envi�n.
Tanto como por la falta de lubricaci�n como por el extremado
di�metro y largo de su verga, grit� de dolor lo que sin duda excit� aun m�s a
Memo, pues buscaba hacer mas profunda la invasi�n abriendo con sus manos mis
nalgas. Yo sent�a como su pene desgarraba mi orificio, y aunque estaba gimiendo,
llorando y gritando; a �l no le import�. Segu�a embistiendo a todo lo que daba.
Despu�s de un rato, mi culo ya se estaba acostumbrando a ese
espantoso miembro, por lo que empezaba a sentir cierto placer. Aunque ya me
hab�a hecho el �nimo a la violaci�n desde un principio, no era mi intenci�n
demostrarle al pat�n que me estaba cogiendo ning�n sentimiento de placer.
Sin embargo con las caricias que me hacia en mis senos y en
mis nalgas, de una forma u otra respond� y empec� a mover esa parte de mi
anatom�a que ha proporcionado tanto placer a tantos hombres: mis caderas.
Al sentir esto, Memo pareci� tomar mas br�o y sus movimientos
de mete y saca se hicieron m�s y m�s r�pidos y profundos, cosa que me orill� a
gemir pero ahora de placer. Como los m�sculos de mi esf�nter est�n entrenados
para apretar y aflojar cuando tengo sexo, se lo hice a Memo y pr�cticamente
gritaba de placer. Su verga indudablemente hab�a aumentado de volumen y yo me
sent�a en la gloria del placer que me estaba proporcionando, pues pocas veces
hab�a tenido una verga de ese tama�o metida en mi culo. Sobre todo, el tiempo
que llev�bamos cogiendo, superaba cualquier otra ocasi�n que hubiera ocurrido.
Me hizo que me acostara boca arriba y acomod�ndose �l encima
de m�, se coloc� mis piernas en los hombros y procedi� a meterme la verga
lentamente. Nuestros cuerpos estaban cubiertos de sudor y el div�n ya ten�a un
charco, as� que se generaban ruidos de lo m�s er�ticos que se imaginen.
Mi culo, debido al tiempo que ten�amos cogiendo, ya estaba
entumido e inflamado, sin embargo eso lejos de doler o molestar me provocaba m�s
goce, pues sent�a la verga de Memo m�s adentro y sent�a tambi�n, como si
empujara algo muy profundamente. Mientras, Memo no dejaba de besarme los labios
y chupar mis pezones, a la vez que sus manos amasaban mis nalgas. Esto desde
luego que no pod�a durar indefinidamente, pero si no me equivoco ya ten�amos una
hora y media cogiendo, incluyo en este tiempo las mamadas de verga que le di.
Sus movimientos se fueron haciendo m�s lentos y como m�s
profundos, se�a inequ�voca de que se aproximaba su orgasmo. Dej� de besarme e
irgui� su cuerpo y tom�ndome de las caderas se apalanc� y clav� su verga en lo
m�s hondo de mi ser.
Sent� un c�lido ba�o en mis entra�as, mismas que se anegaron
del fluido. Memo sigui� bombeando y arrojando m�s y m�s semen durante unos
minutos y por fin, se derrumb� sobre de m�, pero sin sacar la verga que aun
conservaba un buen tama�o. Yo, en tanto, lo abrazaba y besaba su cuello y su
boca pues en verdad, eso que hab�a iniciado como una violaci�n, hab�a terminado
para m� como un extraordinario placer jam�s antes alcanzado.
Memo se levant� de la posici�n en que estaba y me pregunt�:
-Gozaste, verdad To�ita. Y no me digas que no pues
respondiste muy bien.
-Si Memo, me hiciste gozar como nunca, pero la verdad estaba
asustada pues no sab�a que iba a pasarme si tu no hubieras quedado satisfecho.
-No te hubiera pasado nada, cari�o, pues mi satisfacci�n de
cualquier manera se hubiera cumplido. Mi gusto era poder decir que �por fin! Te
hab�a cogido.
-�Decir dices?, a quien le vas a decir; dije yo asustada.
-�Pues a quien crees? A V�ctor, naturalmente. Apost� con �l
de que te iba a coger asi fuera contra tu voluntad y �l me aseguraba que tu
jam�s lo permitir�as, �jajajajaja!, si hubiera visto como gozaste, gozaste como
perra, puta.
Yo me qued� pasmada pues nunca cre� que mi amante V�ctor
hablara con otros de nuestra relaci�n y en verdad que me asust� y comenc� a
llorar.
Memo me abraz� mas apretadamente y besando mis labios dijo:
-�Sabes que To�ita?, esto no se lo voy a decir a nadie, pues
la verdad siento que te quiero, que no solo eres un juguete sexual para mi. Solo
dime que me vas a aceptar en el futuro y ser� el hombre m�s feliz de la tierra.
Yo me qued� pensando y calculando las consecuencias del
probable amasiato, que por una parte me favorec�a. Por fin, le dije:
-Est� bien Memo, sea como tu digas.
Para esto, su verga aun estaba enclavada en mi culo y despu�s
de esta charla como que volvi� a tomar br�o y retomando el camino, la volv� a
sentir dura, fuerte, larga, gruesa y ahora con mi culo bien lubricado, sus
envites se hicieron m�s fuertes, mas profundos.
Como yo ya estaba cansada y adolorida por la posici�n
(piernas abiertas, boca arriba), le ped� que cambi�ramos y lo hice se acostara
ahora �l boca arriba. Me sub� sobr� su cuerpo y no pude dejar de besar el
inmenso garrote que me esperaba. Me acomod� a horcajadas arriba de la verga y me
fui empalando poco a poco.
Cuando la tuve completamente metida, sent�a que me faltaba
aire, pues la penetraci�n en esa posici�n es m�s profunda, pero pronto me
acostumbr� y fue entonces un cabalgar delicioso, en el que �l y yo
colabor�bamos. Sus manos no dejaban de acariciar mis senos y mis nalgas, las que
abr�a m�s y m�s para penetrar m�s profundamente, o bien, me agarraba de las
caderas y me jalaba hacia s� y �l se remov�a en c�rculo. Al fin, estallamos los
dos al mismo tiempo y yo me dej� caer sobre su cuerpo y le besaba el torso y su
cara.
Nos dimos cuenta de que ya no tardaba en llegar el turno
nocturno y nos separamos lentamente pues no sab�a que estropicios hab�a causado
en mi organismo semejante cogida.
Apretando las nalgas y las piernas me fui casi corriendo al
sanitario pero no pude evitar que gran parte del semen de Memo escurriera por
mis piernas. Ya sentada en la taza dej� escapar todo lo que me hab�a dejado y lo
que me removi� con la profunda penetraci�n.
Me ase� como pude y me deshice de lo que quedaba de mi
bikini, me arregl� las medias que estaban completamente mojadas de sudor y semen
y sal� a rescatar mi pantal�n y mi camisa que afortunadamente casi no sufrieron
da�o.
Mientras Memo hab�a secado el div�n y limpiado del piso el
rastro de semen y otros fluidos que hab�a dejado en mi camino al ba�o.
Se fue �l a revisar la maquinaria y a dejar todo listo para
el siguiente turno y yo me qued� a dejar en orden los papeles y documentos para
el d�a siguiente. Solo pensaba en que si esto lo llegaba a saber V�ctor se iba a
disgustar much�simo y tal vez me dejar�a, as� que fui a hablar con Memo acerca
de eso y rogarle que fuera muy discreto.
-Mi amor, �c�mo crees que voy a hacer un comentario con
alguien acerca de esto?, ser�a perderte y eso es lo ultimo que quisiera. As� que
tranquila mi amor, me conformar� con tenerte de vez en cuando, y esperar que
alg�n d�a te vayas a vivir a mi casa para tenerte siempre.
Palabras que en verdad me conmovieron y dem�s est� decir que
ya empezaba a amar a este hombre fuerte, grande, potente.
Esto que relato aqu� pas� hace dos a�os. Aproximadamente a un
a�o de esto, nos sorprendi� V�ctor ah� en la oficina y sin m�s me dej�. Desde
entonces vivo con Memo y este ha sido el tiempo que m�s feliz y satisfecha he
vivido. En la f�brica solo le doy dos mamadas de verga pero en la casa, desde
que llegamos, es solo coger y coger y dem�s est� decir que yo SIEMPRE estoy
satisfecha.
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