La mayor�a de las personas que han relatado su primera vez,
dicen haber tenido un d�a o una noche de fantas�a, de grandes expectativas, que
puede dar como resultado, un momento encantador o frustrante, seg�n sea la
experiencia del amante en turno que tenga la suerte de ser elegido para tal fin.

Muchas personas me han escrito a mi correo pidi�ndome que
relate como fue mi primera vez. El presente relato esta dedicado a esas personas
y a todos aquellos que me han escrito a mi correo y que por falta de tiempo no
he podido contestarles, muchas gracias por tomarse esa molestia.

Se me dificultaba recordar cual fue mi primera vez... Es como
querer recordar que fue lo que sentiste al disfrutar tu primer alimento o al
realizar tu primer ba�o corporal, la primera vez que hiciste de tus necesidades
sin un pa�al. Es algo que en la actualidad realizas frecuentemente y de forma
natural; es muy dif�cil recordar esas sensaciones por el simple hecho de ser la
primera vez. Lo que si puedes recordar n�tidamente son ciertos momentos
especiales, agradables o no, que por primera vez te afectaron de manera
significativa. Por ejemplo, no recuerdo la primera vez que com� tostadas, pero
recuerdo la vez que las estaba comiendo y se me ator� un pedazo en la garganta,
ese d�a me asust� mucho y lo tengo bien grabado en mi mente. As�, con estas
tonter�as en mi cabecita, jaja; llegu� a la conclusi�n de que yo no tuve una
primera vez, sino muchas primeras veces, jiji; de hecho, cada d�a, cada hora,
sigo teniendo mis primeras veces. La felicidad completa no existe en esta vida,
pero si momentos felices, esos son los que hay que atesorar y recordarlos con
alegr�a... Y con morbo cuando se refiere a experiencias sexuales.

1) Mis primeros tocamientos, experimentando con sensaciones
prohibidas.

En aquellos tiempos ten�a ocho a�os, �ah, que delicia! Sin
preocupaciones, solo diversi�n, jaja. Viv�a en una especie de vecindad, ya que
varias familias eran inquilinas de mi madre (Ya lo he contado antes �no?), mi
padre se la pasaba trabajando en los Estados Unidos. Mi mam� trabajaba en las
ma�anas, sal�a muy temprano y regresaba como a las tres de la tarde. A mi
hermanito (En ese entonces solo tenia uno, ahora tengo tres) lo dejaba con mi
t�a Ernestina (Hermana de mi pap�), Yo me quedaba en casa solita, snif, porque
tenia que hacer mi tarea y prepararme para ir a la escuela en la tarde, pero
antes pasaba a casa de la t�a a comer. Mi madre al regresar del trabajo pasaba a
casa de mi t�a para recoger a mi hermanito.

Nosotros ten�amos mucha comunicaci�n con mi t�a Ernestina y
su familia, la cual la complementaban, mi t�o Pablo (su esposo), y mis primos,
Jos� Luis (8 a�os), Beto (10), Juan (6) y Gerardo (13) Con Jos� Luis y con Juan
me llevaba de maravillas, Beto y Gera se pasaban la mayor parte del tiempo
jugando fuera de casa, as� que no tenia tanta comunicaci�n con ellos como con
mis otros primos. Ellos viv�an a cinco casas de la nuestra. Me gustaba mucho
estar en casa de mi t�a (Ella me quer�a mucho, me trat� como a la hija que nunca
tuvo) jugando con mis primos o con mis amigas de la vecindad. Recuerdo que en
aquella �poca nuestros juegos eran muy inocentes, acordes con ni�as de esa edad,
hasta que lleg� a la vecindad Rosita, Una ni�a de 11 a�os, era la mayor de todos
los que nos junt�bamos.

Un d�a est�bamos jugando a las escondidas y al tratar de
escondernos, Rosita me tom� de la mano y me dijo:

-Ven, esc�ndete con nosotros �Estaban con ella mi primo Jos�
Luis y Rub�n (7 a�os) uno de nuestros vecinos-.

Nos escondimos dentro de uno de los ba�os que quedaban algo
retirados de donde est�bamos jugando. Yo miraba insistentemente hacia fuera para
ver si no nos descubr�an. Cuando escuche la voz de Rosita que le dec�a a Jos�
Luis:

-�ndale, ya s�catela.

Mi primo se me queda viendo, y luego le dijo que ten�a miedo
que yo le dijera a mi t�a lo que iban a hacer.

-No va a decir nada �Dijo Rosita-. Rub�n que se coja a
Martha. �ndale Rub�n, s�catela y m�tesela.

Yo no sabia de que estaban hablando, hasta que Rub�n se baj�
el short que tra�a y nos ense�o su pene que ya estaba paradito (Como que ya
ten�an d�as haci�ndolo los condenados y a m� ni me invitaban, jaja)

-�ndale Jos� Luis, ya b�jate los pantalones. Y tu Martha,
s�bete el vestido y b�jate los calzones, as� como le voy a hacer yo, despu�s
abres las piernas y de agachas, mira como le hago.

-No, yo no quiero �dije-. Es algo malo, si quieren ustedes
h�ganlo, que yo no le digo a nadie.

Jos� Luis ya se hab�a bajado el pantal�n y se lo volvi� a
subir y dijo:

-No, si Rub�n no se coge a mi prima yo no hago nada, despu�s
va con el chisme con mi mam�.

-�Saben qu�? �Dijo Rosita enojada-. Si Martha no se deja, le
decimos a su mam� que Chuy (Otro vecinito) se la ha estado cogiendo varias
veces, para que le peguen.

-Pero si yo no he hecho nada malo �respond� ingenuamente y
muy asustada-.

-No nos importa �Dijo en�rgica Rosita-. Adem�s tu mam� nos va
a creer mas a nosotros porque somos m�s que t�. �Te dejas o no?

Me qued� asustad�sima, sab�a que si le dec�an a mi mam�, me
rega�ar�a o tal vez llegar� a pegarme.

-Esta bien. �respond� nerviosa-. Pero no le digan nada a mi
mam�.

�ndale, ya b�jate los calzones �dijo Rosita ya mas calmada-.
Vas a ver como te va a gustar, se siente bien rico, �verdad muchachos?

-S�. �Respondieron los dos-.

Jos� Luis se baj� el pantal�n y mostr� su pene ya excitado,
estaba peque�ito a�n, pero a m� se me hac�a muy grande, era un poco m�s largo y
grueso que el de Rub�n. Rosita ya ten�a los calzones en los tobillos, separ� las
piernas, se agach� y se separ� sus pompis con las manos. Jos� Luis se puso atr�s
de ella y se empez� a mover. Yo imit� a Rosita y me puse en la misma posici�n,
Rub�n se puso atr�s de m� y sent� su pene muy caliente y suavecito. Me abri� mis
nalguitas y lo coloc� en la entrada de mi colita y se empez� a mover igual que
Jos� Luis. Me apretaba de la cintura y me aventaba hacia el frente, yo, para
mayor comodidad apoye mis manos en la pared.

As� estuvieron un rato, y luego se intercambiaron, mi primo
se puso atr�s de m� y Rub�n atr�s de Rosita. Las sensaciones que sent�a son
dif�ciles de describir, no me disgustaba, se podr�a decir que me estaba
gustando, aunque no me la met�an si me estaban estimulando mi colita y el sentir
esa cosa suavecita y caliente en mi parte posterior me proporcionaba un
cosquilleo extra�o. De lo que s� estoy segura, es que fue la sensaci�n de hacer
algo prohibido lo que me excito de una manera extraordinaria, el peligro de ser
descubiertos, fue lo que me motivo a seguir permitiendo que en d�as posteriores
tanto mi primo como mis vecinitos me siguieran cogiendo.

2) Empezando a dar besitos:

Rosita era el l�der del grupo, a cada una de mis amiguitas
"Las convenci�" de que se dejaran cojer por mis primos y vecinos, de la misma
forma que me convenci� a m�. Mis primos Jos� Luis y Juan y todos mis vecinitos
me hab�an frotado su pene en mi colita varias veces. Jugando a las comiditas nos
hacia que nos bes�ramos simulando que �ramos los papas y las mam�s (ya saben
cosas de ni�as, jaja)

Con el pas� del tiempo fuimos experimentando cosas mas
atrevidas, Rosita empezaba a darles besitos en el pene (se los chupaba, pero se
lee medio vulgar �no?) a los muchachos y quer�a que nosotras tambi�n lo
hici�ramos. Yo me met� el pene de Jos� Luis en la boca pero me dio mucho asco y
ya no quise hacerlo, pero Rosita era persistente.

Un d�a trajo una botella de mermelada y se la unt� en el pene
a Jos� Luis y me hizo que se la chupara (Les digo que se lee vulgar, jiji) Al
principio lo hice con recelo, ya que pensaba que me iba a dar asco, pero el
sabor a fresa era mi favorito, sab�a riqu�simo, lo hice con tantas ganas que
Jos� Luis empez� a gritar: "Huy que rico, que rico" Se la dej� limp�sima y me
par� justo a tiempo, porque empez� a temblar, parec�a que se iba a tener un
orgasmo, pero estaba muy chico todav�a y solo se orin�.

Jos� Luis fue el primero, despu�s sigui� mi primito Juan y
luego los dem�s. A todos les di besitos en su pene, al principio les pon�a su
mermelada, jaja. Pero despu�s empec� a prescindir de ella.

3) Mi primera introducci�n:

Rosita y su familia se cambiaron, ya sin ella, nuestros
juegos prohibidos, fueron cada vez m�s escasos (Antes eran a diario, ahora eran
cada mes o cada tres semanas) Nos volvimos muy descuidadas ya que no ten�amos la
picard�a de Rosita (Todav�a �ramos muy inocentes) y un d�a lleg� lo que m�s
tem�a... Ser descubierta.

Estaba con Carlitos (Otro de los vecinitos) jugando en su
casa, su mam� estaba cociendo. En eso se va la pelota para debajo de la cama, me
meto para sacarla y Carlitos tambi�n, ya abajo, me dice:

-B�jate los calzones que quiero cojerte.

-No. Tu mam� esta aqu� y nos va a descubrir.

-No se da cuenta, adem�s lo hacemos r�pido.

Y sin mas que me bajo los calzones, y el se saca su pene,
sab�a que era muy peligroso, pero eso era realmente lo que me excitaba, no tanto
el que me frotara mi colita. As� estuvo un rato hasta que lleg� mi mam� y me
sac� a punta de cinturonzazos. La mam� de Carlitos al ver que no sal�amos de
debajo de la cama, se asom�, nos vio y se fue a darle el chisme a mi mami.

Me peg� muy fuerte ese d�a, me dej� marcadas mis pompis con
los golpes del cintur�n. Y me dijo muchas cosas muy feas y ya no me permiti�
salir a jugar con mis amiguitos.

Y as� me la pas� encerrada hasta la edad de 18 a�os que fue
cuando me empec� a rebelar y consegu� salir a divertirme un poco... Pero me
estoy desviando de lo que quiero contarles.

Como les dec�a estaba muy vigilada, y la �nica persona en que
mi mam� confiaba para cuidarme cuando ella no estaba, �Adivinen qui�n es?...
Correcto, Mi t�a Ernestina. (Me llev� a la boca del lobo, jaja.)

Se me hace que mi mam� algo le cont� porque en un principio
mi t�a me vigilaba mucho y no permit�a que sus hijos jugaran conmigo a solas,
pero con el tiempo todo se olvida y adem�s ella me quer�a mucho y pronto empez�
a confiar en m�.

Mis primos Beto y Gerardo nunca estaban en casa de mi t�a,
era muy raro que coincidi�ramos y cuando eso suced�a, se portaban muy bien
conmigo, me quer�an como a una hermana, no as� sus dos hermanos menores, que
buscaban cualquier oportunidad para cogerme o para que se les diera besitos (en
su pene), pero cada vez fue m�s dif�cil hasta que ya no lo hicimos. En parte
porque nunca est�bamos solos y luego en ese tiempo lleg� mi Pap� y estuvo unos
a�os con nosotras y para cuando se volvi� a ir a los Estados Unidos, yo ya ten�a
trece a�os.

En aquel entonces estaba un poco rellenita, no mucho, pero si
lo suficiente para verme mas desarrollada que mis compa�eras. En aquel tiempo se
usaban las faldas m�s cortas que ahora. A las dem�s muchachitas de mi edad se
les ve�an muy naturales... Pero a m�, se me ve�an algo vulgares, se me ve�an
unas piernotas bien torneadas, jaja y mi busto estaba ya muy desarrollado;
cuando sal�a con ese tipo de faldas y vestidos (Ya que quer�a estar a la moda,
jaja) a los hombres se les sal�an los ojos, y sobre todo a los hombres mayores.

Me acostumbr� a los comentarios vulgares que me dirig�an en
la calle (Cuando iba a la escuela o a la tienda) Una vez alcanc� a escuchar a un
muchacho ya grande (mas de 25 a�os) que le dec�a a otro, cuando me vio pasar a
la tienda:

"�Ya viste! Pinche guerca, nadam�s la veo y se me para la
verga"

�Uf! Me puse toda colorada. Yo hacia como que no los
escuchaba, pero me sent�a orgullosa que me dijeran esas cosas. Me di cuenta que
despertaba el deseo en la mayor�a de las personas... Por aquellos d�as muchos
vecinos estaban a la expectativa para saber cuando me iba a ba�ar para
observarme, muchos se hac�an los descuidados y me ense�aron su pene y algunos
hasta tuvieron el atrevimiento de roz�rmelo.

Me empec� a obsesionar por verles el pene a las personas
mayores, ya que no se comparaban en nada con los que yo conoc�a por aquellos
d�as, estos eran grandes y gordos, calientes y duros. Pero me volv� a desviar de
lo que les estaba contando.

Pues les dec�a, ten�a trece a�os, todav�a estaba muy mensa
para muchas cosas, era muy descuidada, en mi forma de sentarme, al jugar, etc.
Sin querer les ense�aba mi ropa interior y les digo que era descuidada, porque
lo era, pero si me hubiera dado cuenta que eso les excitaba, pues lo har�a de
todos modos, jaja.

Un d�a estaba jugando con mis primos. Hab�a perdido todas mis
canicas (Si ya s� que eran juegos de hombres, pero recuerden que mis primos eran
los �nicos autorizados para jugar conmigo) Me hab�a dado cuenta que al estar
jugando, ellos no perd�an detalle de verme mis piernas cuando me agachaba, a
veces me sentaba en cuclillas y ellos se pon�an adelante para verme mis
calzones.

-�Pues que tanto me ven? �les dije-.

-�Te acuerdas cuando jug�bamos a los pap�s y mam�s y a las
escondidas? �dijo Jos� Luis-..

-Si me acuerdo �le dije- �y eso qu�?

-�Te acuerdas cuando te cog�amos y nos la chupabas?

-Si �Respond�, estaba muy avergonzada, no s� por qu� pensaba
que lo hab�an olvidado- pero eso hace ya mucho tiempo.

-�No quieres que te cojamos como antes? Pregunto Juan..

-No.

-�Porqu� no?.

-Porque no quiero.

-�ndale, que te cuesta... A ti te gusta �o no? Y a nosotros
tambi�n nos gusta, que tiene de malo hacerlo.

-No s�, antes lo hacia porque era una ni�a, pero ahora estoy
m�s grande y eso no esta bien.

-S�. �Dijo Jos� Luis-. Antes est�bamos mas chicos, pero ahora
estas m�s buena, tienes unas nalgas bien grandotas, se va a sentir m�s rico
hacerlo ahora, adem�s la tenemos m�s grande, mira.

Se sac� el pene. Y lo puso cerca de mi boca. Estaba mucho m�s
grande que antes, aunque no tan gordo y grande como el de mis vecinos (personas
mayores), pero estaba muy apetecible, ya ten�a el glande descubierto, ya no lo
cubr�a la piel como cuando �ramos peque�os.

-�rale Martha, -dijo, haciendo un movimiento de pelvis y
colocando la punta de su pene en mis labios-. Aunque sea danos una chupada.

-Ya les dije que no. �Estaba muy nerviosa, mi cuerpo gritaba
que lo hiciera, pero en mi mente estaban muy grabados los golpes que me dio mi
mam�. Y me levant�-.

-No seas mala Martha. �suplic� mi primo Juan-. �A poco ya no
te gusta?

-Si me gusta �respond�- pero se pueden dar cuenta y la ultima
vez que lo hice mi mam� me peg� mucho.

-Mi mama fue al mercado. �Dijo Jos� Luis-. Se va a tardar
varias horas, �ndale, vas a sentir bien bonito y nadie va a saberlo.

-No s�...

Jos� Luis me empez� a levantar el vestido y meti� su mano
debajo de mi calz�n. El sentir sus manos en mis pompis desnudas, sent� un calor
que se me subi� a la cabeza, �l trataba de baj�rmelo, y yo luchaba sin mucha
convicci�n.

-Si te dejas �me dijo casi al o�do, mientras me besaba en el
cuello-. Te doy todas mis canicas.

-Mmhh, -empec� a ronronear al excitarme con sus caricias-.
�Cu�ntas son?

-Son m�s de veinte.

-Bueno, pero que Juan nos eche aguas por si viene tu mam�

-�He yo tambi�n quiero cojerte!

-�Tienes 20 canicas?

-No.

-Cuando las consigas me dejo contigo, pero ahora solo Jos�
Luis.

Juan no quer�a hacerla de vigilante si no ten�a participaci�n
y yo no quer�a hacerlo sin obtener nada a cambio. As� estuvimos hasta que algo
le dijo al o�do Jos� Luis, y a rega�adientes se fue a la puerta principal.

Me baj� mis calzones, me levant� el vestido y me puse en la
posici�n que siempre utiliz�bamos.

-Qu�tate el vestido �me dijo- quiero tocarte las chiches (as�
les llamaban ellos a mis bubis)

-A ver, qu�tate la ropa tu primero.

El se desnudo en un santiam�n, la tenia muy parada, casi se
le pegaba a su vientre, ten�a poquitos vellos al igual que yo. Me desnud�, �l me
abraz� y me beso en la boca, con sus manos masajeaba mis pompis, su pene lo
sent�a en mi vientre, suavecito y muy calientito. Me dio muchos besos en la
boca, en el cuello y despu�s suavemente me separo y me contempl� con la boca
abierta.

-Estas bien rica primita.

Sus manos no abarcaban mis pechos.

-despacio �le dije-. No me las aprietes tan fuerte.

Me las empez� a besar, se met�a un pez�n a la boca, lo
chupaba y luego se pasaba al otro, con una mano me apretaba mis pompis y con la
otra me empez� a meter un dedo en mi conejito.

Yo me sent�a en la gloria, y me olvide de todo, ya no me
preocupaba si nos descubr�an o no, solo quer�a seguir sintiendo esas caricias
que me estaban excitando como nunca antes hab�a sentido. Los movimientos bruscos
de su dedo dentro de mi conejito me volvieron a la realidad, me lo hab�a metido
todo y me estaba doliendo. Le sujet� la mano y hice que me lo sacara.

-Me duele. -Le dije-. Ya c�jeme y no pierdas tiempo.

-Ch�pamela.

-No, �ndale, estas perdiendo mucho tiempo.

-Un ratito nada mas.

Me hinqu� ante �l y me la met� en la boca.

-Sabe rara.

-�A que? No esta sucia porque me ba�e hace rato

-No s�. Sabe a algo salado.

No sab�a que estaba degustando el liquido preseminal de los
chicos, jiji.

-Mmhh, siento bien rico; ll�nala de saliva y emp�nate para
met�rtela.

Hice lo que me dijo, abr� mis piernas, me agach� y con mis
manos me separe mis pompis, �l se puso atr�s de m�, con sus brazos me sujeto de
la cintura y zas, que me mete un buen pedazo.

-�Ay! �Qu� estas haciendo? -le dije al momento que me zafaba
y se escuchaba un �plop! cuando sali� su pene de mi colita-. Me doli�.

-Te la estoy metiendo �Me dijo sonriendo-. Ahora mi verga
esta m�s grande y te llega m�s adentro.

Me sob� mi colita y lo mir� a los ojos, se sent�a orgulloso
por haberme causado da�o. Me gustaba mucho lo que est�bamos haciendo, pero el
sentir dolor es algo que no estaba planeado.

-�Cada vez que me cojas me va a doler?

-Dicen que nom�s la primera vez te duele, ya despu�s no
sientes nada. Vale m�s que te duela ahora y no cuando est�s m�s grande, porque
te va a doler m�s.

-�Y como antes no me dol�a?

-La ten�amos m�s chiquita, no siempre vas a cojer con ni�os
de ocho a�os... �rale, emp�nate (Recuerdo muy bien que siempre utilizaban esa
palabra para decirle a una que se agachara) �O no quieres las canicas?

�Qu�! �pens�-. Despu�s de todo lo que me hab�a hecho �Ah! Eso
s� que no, jaja.

-Esta bien, pero hazlo despacito para que no me duela mucho.

Me volv� a agachar o empinar, jiji. El se escupi� el pene
(Guacala) y me la volvi� a colocar en mi hoyito trasero. Empujo y...

-�Ay! �grit�-. Te dije que despacio.

Se quedo quitecito, a m� me palpitaba mi colita, me abraz� de
mi cintura y me la fue metiendo despacio pero sin detenerse hasta que estuvo
toda adentro. Yo nom�s pujaba y pujaba y de vez en cuando se me escapaba un
gritito pero aguante como buena chica.

-No te mueves, esp�rate. �le dije-.

Lo que sent�a era muy extra�o, por una parte quer�a que mi
primo se saliera de m� lo m�s r�pido posible y no sentir ese ardor en mi sufrida
colita; y por otro lado, estaba toda mojada de mi conejito, es como si mi
esp�ritu se saliera de mi cuerpo y desde afuera contemplara la escena, all�
estaba yo, desnuda, con mis nalgas en pompa, Jos� Luis con todo su pene metido
en mi colita y Juan observando excitado y en silencio las muecas de mi rostro,
siendo testigo de mi primer desgarre anal. Ese cuadro er�tico que ve�a mi
esp�ritu y la sensaci�n de lo prohibido era lo que me tenia s�per-excitada y
hacia que aguantara a tambor batiente los embistes de Jos� Luis cuando la empez�
a meter y sacar fren�ticamente. Mord� mi labio inferior fuertemente, mis bubis
se mov�an como locas para un lado y para otro hasta que mi primo me las sujet�
con ambas manos al momento que lanzaba un grito de satisfacci�n. Se qued� quito
un momento y luego se volvi� a escuchar ese dulce sonido: �Plop! Cuando sali� su
pene goteando aun esperma.

-�Me manchaste! �le dije enojada- �Qu� me echaste?

-Fue semen (le dio otro nombre, algo parecido a mocos), es lo
que nos sale a los hombres cuando cogemos.. Ten l�mpiate (d�ndome un pedazo de
papel)

Jos� Luis se visti� r�pidamente y se fue a la puerta a
vigilar, ya que Juan hab�a regresado a mi lado y tiernamente me estaba ayudando
a limpiarme.

-Te sac� sangre �Me dijo un poco temeroso, al ver algunas
lagrimas en mis ojos-. Yo tambi�n te quiero coger, Jos� Luis me dijo que te
amenazar� con decirle a tu mam� en caso de que no quiesieras... pero yo no
quiero que llores, si quieres �cuando junte las canicas lo hacemos?

Asent� con la cabeza, mientras observaba el papel manchado de
semen y poquita sangre. Estaba asustada, cansada, adolorida, pero muy excitada e
inmensamente feliz

Fin de la primera parte.

No te pierdas la segunda parte, besitos

Martha.