Si de algo estaba orgulloso don Armando Garza y de la Garza, era de su hijo Armando, despu�s de tres hijas la vida le hab�a entregado a su heredero, el �nico con derecho a todas las propiedades y negocios que formaban parte del poder y la posici�n que manten�a a la familia como una de las m�s poderosas de esa regi�n bronca del norte de M�xico.

Se acercaba el cumplea�os numero 15 de su hijo Armando, un hermoso mancebo de pelo dorado y ojos verde claro, el trabajo duro del campo hab�an hecho de el un atl�tico joven que rozaba el metro con setenta y cinco Mts. fuertes brazos, espaldas amplias, cintura breve y piernas fuertes, de car�cter introvertido, para decepci�n de su padre que en el fondo deseaba que su hijo fuera un hombre atrevido y bravuc�n, en cambio Armando era un joven retra�do y encerrado en si mismo, su padre deseaba hacerle un regalo especial el d�a de su cumplea�os y don Armando se quebraba la cabeza pensando que regalo seria el ideal para su hijo.

Entre las muchas propiedades de don Fernando estaban varias casas de renta que arrendaba a familias que no ten�a como comprarse una casa propia, por el rumbo del r�o �El Encino� quedaba una peque�a rancheria propiedad de don Fernando, en ella habitaba un matrimonio joven de escasos recursos, formado por Jos� y Rosa, los cuales ten�an como familia a dos hermosas hijas morenas como su padre, una ni�a de cinco a�os llamada Anita y un capullo convertido en una nena de diez a�itos llamada Cristina, la ni�a era un poema a la belleza femenina, su cabello casta�o brillaba con destellos de luz y su tierno cuerpo ya mostraba una sensualidad acentuada con su cara de ni�a del campo, como una fruta ex�tica lista para comerse, sus pechitos eran dos tiernos limones que invitaban a lamerlos por horas y su vientre era una promesa no revelada.

-Hay don Fernando, fijese que mi esposo no me ha mandado nada de dinero desde hace dos meses- Sollozo la mujer ante don Fernando.

-Pero mujer, ya son cinco meses que no me has pagado�-

-Si quiere puede llevarse unas gallinas- propuso Rosa como una soluci�n a su problema.

-�estas loca? No sabes que yo tengo cientos de gallinas, vacas, chivas, caballos y borregos�necesito que me pagues lo que me adeudas o�me desocupas la propiedad antes del d�a 15-

mientras los dos adultos discut�an, Fernando quien se hab�a quedado a bordo de la lujosa camioneta, observaba como las dos chiquillas correteaban unas gallinas en el patio trasero de la propiedad, con curiosidad se bajo del vehiculo y dirigi� sus pasos a donde las dos ni�as jugueteaban llenas de la inocencia que brinda esa tierna edad, sigiloso como un gato y a pesar de portar pesadas botas, Fernando se acerco a la barda de palos que rodeaba el patio y pudo observar maravillado como la mayor estaba sentada en el suelo, luciendo un vestido de cuadros muy corto y mostrando sin pena sus calzoncitos que llevaban un estampado de flores, mientras la menor quien portaba solo una blusa que le llegaba a las rodillas, no portaba ropa interior por lo cual su diminuta rajita quedaba al aire libre, Fernando trago saliva y sinti� su hombr�a endurecerse de inmediato, las ni�as pose�an una belleza salvaje y perturbadora, su rostro estaba rojo y sus manos crispadas de deseo.

Cuando Cristina se dio cuenta de que eran observadas por un extra�o, se levanto de donde estaba y sonriendo saludo al joven.

-Hola, �como te llamas?-

-Fernando-

-�Andas paseando?- pregunto con naturalidad la nena.

-No, vine con mi pap� a cobrar la renta-

-Huy�dice mi mam� que no hay dinero porque mi papito no manda pal�gasto-

-�tu como te llamas?-

-yo me llamo Cristina y mi hermanita se llama Ana y tenemos un perrito que se llama Esponja-

Fernando se dio cuenta de la inocencia en esas criaturas y mil pensamientos morbosos vinieron a su mente, Fernando era virgen, su forma de ser le imped�a entablar relaci�n con alguna chica de su edad y su mejor pasatiempo era ver pornograf�a y masturbarse dos o tres veces en su habitaci�n.

-�ya te han dicho que eres una ni�a muy bonita?-

-ji, ji, ji, ji- sonri� sonrojada la hermosa nenita y sin saber porque su coraz�n lati� mas fuerte, la �nica imagen masculina que ten�an era su padre y el tenia ya cinco a�os fuera del hogar, as� que despertar la admiraci�n en un hombre era algo nuevo en su corta vida.

Su conversaci�n con Cristina fue interrumpida por el potente motor de la camioneta de su padre.

-Bueno, ni�a bonita tengo que irme�-

-�cu�ndo vienes otra vez?-pregunto ansiosa la peque�a-

-no se, pero a veces vengo a nadar al r�o, si quieres te puedo ver ah�-

-�cu�ndo?-

-ma�ana en la tarde vendr� a nadar, te espero�bueno, a las dos-
las dos ni�as aceptaron gustosas, el r�o tenia partes no muy profundas y estaban acostumbradas a andar solas por esos lugares, pues el pueblo como muchos otros estaba casi deshabitados por la migraci�n de los hombres quienes cruzaban la frontera buscando una oportunidad.

-�d�nde estabas?-pregunto molesto Don Fernando.

-estaba platicando con las hijas de la se�ora�son unas ni�as muy bonitas-

Don Fernando se quedo pensando y el resto del camino lo hicieron en silencio.

Mas tarde mientras fumaba un grueso puro, Don Fernando pensaba en el regalo de su hijo y llego a una conclusi�n.

al d�a siguiente en la ma�ana, Rosa observo la lujosa camioneta de Don Fernando y angustiada pens� lo peor.-creo que viene a desalojarnos-

-Buenos dias, se�ora�-

-Buenos dias don Fernando-respondi� temerosa la mujer.

-mira, quiero proponerte un negocio�-

Los ojos de la mujer se abrieron como platos, imaginaba que el sujeto queri� cobrarse con sexo el adeudo y ella amaba a su marido.

-Don Fernando�yo-

-D�jame hablar, mira como bien sabes tengo un hijo y pues�yo le quiero hacer un regalo muy especial, ya tiene 15 a�os y sospecho que aun es virgen�mi deber como padre es acercarlo a su primera relaci�n sexual, podr�a llevarlo con alguna puta, pero as� como esta el mundo de enfermo me da miedo de que pesque una enfermedad, a mi hijo le gusto tu hija la mayor y pues pienso que a cambio de lo que me adeudas�-

-pero ella esta muy chica para el-respondi� sorprendida la mujer, pero en el fondo estaba halagada de que su hija le gustara al hijo de ese hombre tan poderoso, su mente como la de todas las mujeres en cuesti�n de segundos hab�a hecho ya planes a futuro y la relaci�n de su hija con ese joven le dar�a ciertas comodidades econ�micas, as� que en ning�n momento pens� en negarse.

-Tu sabes que las mujeres maduran antes que los hombres, y estoy seguro de que tu hija no se negara��ya viste a mi hijo? Es alto, fuerte como un toro y muy guapo, cualquier vieja estar�a dispuesta de estrenarlo, adem�s mira, ya se como estas de apurada de dinero, as� que para que lo vayas pensando te dejo cinco mil pesos para tus gastos y cada mes tendr�s una cantidad igual.-

La mujer tomo el fajo de billetes con emoci�n y en el fondo pens� que era una lastima que no se lo pidiera a ella, el joven era un derroche de virilidad y con envidia pens� en su hija siendo penetrada por ese vigoroso joven.

-�pero su hijo ya sabe de este trato?-

-No, mi hijo esta muy tarugo, as� que tu hija tendr� que dar el primer paso, tu sabes como le haces pero apurate que mi hijo deja muy enlechados los calzones�si me entiendes �verdad?-

-Pierda cuidado don Fernando�yo me encargo de eso-

Don Fernando abandono el lugar satisfecho de haber cumplido como padre.

-�Cristina�!-la mujer llamo a su hija quien como siempre se encontraba jugando en el patio con su hermanita, debido a la falta de recursos hab�a abandonado la escuela, as� que su �nica distracci�n era jugar y nadar en el r�o.

-Mira hijita ya tenemos dinero, Don Fernando que es muy bueno nos lo regalo, el sabe que le gustaste a su hijo y como eres una ni�a muy buena quiere que seas novia de su hijo��aceptaras?-

-Pero el ya esta grande�-exclamo la hermosa Cristina.

-Hay hija solo son cinco a�os de diferencia, tu padre era mayor que yo nueve a�os y no me paso nada malo, adem�s el esta muy guapo y si no aceptas Don Fernando se molestara con nosotras y nos correr� del rancho��eso quieres?-

-No mamita�bueno, el tambi�n me gusta, tiene los ojos muy bonitos�-

La se�ora no pensaba en los ojos del joven sino en su abultada bragueta, de reojo hab�a observado al joven y se notaba que pintaba para ser todo un semental.

-�a mi tambi�n me gusta!-grito la peque�a Anita.

Las tres mujeres rieron felices.

Montando un caballo color negro, Fernando llego al r�o �Los Encinos� eran las 4:00 de la tarde y el sol estaba en todo su esplendor, el agua estaba templada e invitaba a nadar en su tranquilas aguas, amarro el caballo y camino por una vereda guiado por las alegres risas de las dos hermosas nenitas.

-�Fernando�aqu� estamos!-grito Cristina quien nadaba desnuda en el agua al igual que su hermanita, en su inocencia no exist�a morbo en la desnudez de la gente pues ella se estaba acostumbrada a ver a su madre y a su hermana desnuda, y a su primito Pedro, de cinco a�os.

Fernando se detuvo en seco, el tenia guardado en su mochila un traje de ba�o, se cambio detr�s de unos arbustos, deseaba meterse al agua lo antes posible y disfrutar de las dos bellezas infantiles que lo esperaban.

Fernando usaba un peque�o traje de ba�o tipo short color azul sin nada abajo, lo blanco de su cuerpo resaltaba con el azul de la prenda y al caminar su pene se mov�a a los lados pesadamente, los ojos de Cristina segu�an el movimiento con disimulada atenci�n.

-�te ba�as con ropa?-pregunto extra�ada Anita.

-Bueno en mi casa as� lo acostumbramos-respondi� Fernando.

-pues nosotras nos ba�amos en cueros-

las manos de Fernando fueron deshaciendo el nudo que sosten�a su traje de ba�o, para posteriormente quitarselo, las bocas de las dos peque�as se quedaron mudas al contemplar por primera vez en plenitud un cuerpo masculino en todo su esplendor, la verga era de un tama�o respetable y los pesados test�culos colgaban llenos de leche listos para explotar, sabedor del efecto que causaba, Fernando fue adentrandose en el agua y con potentes brazadas llego a donde lo esperaban las dos peque�as desnudas con sus pechos fuera del agua e iniciandose una batalla de agua, las dos peque�as se esforzaban por atraer la atenci�n del apuesto joven rubio y el no se hacia del rogar, sus manos tocaban los tiernos cuerpos palpando la piel que se le ofrec�a fresca y h�meda, los cuerpos juveniles hicieron subir la temperatura en el r�o que fue un mudo testigo de lo que ocurri�, Fernando rozaba las tiernas rajitas completamente carentes de pelos, cerradas, virginales y jugosas, sin saber como ya estaba besando a la hermosa Cristinita en un beso sumamente er�tico mientras eran observados por la m�s peque�a, quien tenia las mejillas completamente te�idas de rojo por la calentura de ver a su hermana mayor en tales circunstancias, a pesar de su completo desconocimiento del sexo, su instinto sexual despertaba furioso y sin control, mismo que la llevaba a tocarse su hermoso y peque�o cuerpo imitando las caricias que Fernando le daba a Cristinita, quien senti� algo duro y grueso en su estomago, era la verga de Fernando que buscaba desflorar ese tierna cuevita, mas al ver semejante miembro masculino, Cristinita sinti� el temor de ser lastimada en su intimidad, pues ella ya hab�a observado la c�pula de varios animales y sabia perfectamente donde deb�a de entrar ese miembro: en su rajita

-�Ya me quiero ir a m i casa Fernando!-sollozo la peque�a muy asustada.

Fernando la tenia sostenida de sus nalguitas con sus piernas rode�ndolo y con la cabeza de su verga a la entrada de su conejito lista para desvirgarla de un empuj�n, mas la peque�a se solt� del abrazo para acto seguido salirse del r�o, dejando al joven con la verga endurecida y latiendo como un coraz�n.

-Vente Anita, vamos para la casa�!-le grito Cristina a su hermanita mientras se colocaba el vestido.
-No, yo me quiero quedar con Fernando-grito imperativa la ni�a, quien deseaba saber para que servia eso que le colgaba a Fernando entre las piernas y que ni ella ni su hermanita tenian.

Acto seguido, mientras Cristina desaparec�a por el follaje rumbo a su casa, Fernando sal�a del agua con la peque�a en brazos, era una hermosa mu�eca, un bocado de cinco primaveras.

Fernando acost� a la nenita en la yerba, con la mirada cargada de deseo, el monte estaba solitario y solo se escuchaban los cantos de los p�jaros, fue besando el diminuto cuellito el cual pose�a una extraordinaria suavidad, su lengua fue pasando por su piel dejando un rastro de saliva tibia, a su alcance quedaron los dos diminutos pezones de un color rosa suave, los chupo y los mordisqueo saboreando el momento al m�ximo, Anita solo atinaba a retorcerse como una lombriz en un comal caliente, cuando Fernando llego a su tierno conejito, acerco su nariz para aspirar hondamente el aroma a virgen que desped�a esa parte del cuerpo de la peque�a de apenas cinco primaveras, con sumo cuidado separo los abultaditos labios exteriores de la diminuta vulva femenina y lami� suavemente, provocando que corrientes de electricidad recorrieran la espalda de Anita quien abr�a mas sus piernitas para que la lengua llegara m�s profundo, durante casi media hora la almejita de la peque�a fue objeto de mamadas y lamidas por parte de Fernando.

-�Te gusto?-pregunto Fernando quien tenia la verga a reventar.

-Si, me gusto mucho-contesto la nenita aun con la respiraci�n agitada.

-�quieres hacerme lo mismo a mi?-

Fernando se acomodo en la hierba con sus piernas abiertas y la peque�a le empez� a besar el estomago.

-No, quiero que te metas mi verga a la boca-

-�qu� es verga?-

Fernando se dio cuenta de que tenia material de primera en sus manos, dos peque�as despertando al sexo con curiosidad y lo m�s importante, llenas de inocencia.

-Mira esto es una verga �Nunca hab�as visto una?-pregunto Fernando, mientras sarandeaba su enorme miembro masculino ante los ojos de la peque�a quien la contemplaba con enorme curiosidad, Anita solo hab�a contemplado la peque�a verga de su primito Pedro cuando se ba�aba con ella en el r�o.

-Bueno mi primito Pedro tiene una igual pero mas chiquita-

-ch�pala�-

Le rog� Fernando ya con la calentura a reventar, Anita fue acercando su rostro al instrumento y abriendo su tierna boquita la empez� a llenar de inexpertas pero enloquecedoras leng�eteadas al sensible glande arrancando suaves gemidos de Fernando quien por primera vez era estimulado por una mujer, en este caso una mujercita, Anita Tomo la verga por el tronco y sus dedos no alcanzaron a rodearla por completo debido a su grosor, Fernando coloco su mano sobre la de Anita y la ayudo a masturbarlo lentamente al principio y despu�s ya para alcanzar el cl�max se puso de pie para maniobrar mejor, tomo la cara de Anita y la empez� a llenar de semen imitando las escenas que hab�a presenciado una de sus pel�culas favoritas, gruesos chorros de espeso semen escurr�an por el rostro de Anita quien d�cilmente acepto ser bautizada de esa manera por Fernando.

-Hay me llenaste de pipi-exclam� sorprendida Anita.

-No es pipi�es leche, ven vamos a lavarte la cara con agua-

Despu�s de ese evento los dos se colocaron sus ropas y Fernando acompa�o a la peque�a a su casa.

-�D�nde esta tu hermana?-pregunto Rosa a Cristina.

-Este�mmmhh se quedo en el r�o-

-�Sola?-

-No, Fernando nos invito a nadar al r�o y�-

-Dime��te hizo algo Fernando?-

-No mami�bueno�me dio un beso-

-Sabes que si un hombre nos da un beso, quiere decir que nos quiere mucho �Verdad Cristina?-

-�de verdad mam�? �Pregunto Cristina emocionada, Fernando le gustaba mucho y en el fondo la idea de ser su novia le agradaba y mas despu�s de verlo desnudo.

-Si, hija si Fernando te pide que hagas algo con el, no tengas miedo, ya eres una mujercita y puedes complacerlo en lo que el te pida.-

Fernando observo como Anita tomaba la vereda que la llevar�a a su humilde casa, la ni�a caminaba con la gracia de una venadita, tomo su caballo negro y se dirigi� a la Hacienda.

Cuando Anita entro a su casa vio a su madre y a su hermana platicando, el recuerdo de lo ocurrido en el r�o le agito su pecho y encendi� sus mejillas, Rosa se fue a la cocina a prepara la cena y Cristina aprovecho para platicar con su hermanita.

-Anita�dice mi mam� que Fernando y yo ya somos novios-

�novios?-pregunto Anita.

-Si, dice mi mam� que cuando un hombre te da besitos en la boca es porque ya son novios-

�entonces Armando tambi�n es mi novio porque el me dio muchos besitos!

-�el te beso?-pregunto celosa Cristinita.

-si y tambi�n yo le di besitos en su pililo grande y grueso, no como el de mi primito Pedro, el pililo de Armando esta bien grandote y da leche-

-�leche?-pregunto Cristinita confundida.

-mam�, dice Anita que el pililo de Armando da leche como las vacas-

Rosa se acerco curiosa con las dos ni�as.

-Dime hija, �como era la leche de Fernando?-

-era blanca y calientita-

Rosa se quedo pensativa, que el hijo de Don Fernando se divirtiera con la mas peque�a le podr�a dar mas dinero $$$$$$$

-bueno ni�as, dejen de platicar y l�vense las manos para que coman-

Las tres mujeres comieron en silencio, cada una metida en sus pensamientos.

Don Armando observo a su hijo cuando iba llegando a la hacienda ya con otra mirada, no era m�s el hijo adolescente, hab�a un gesto de madurez en su rostro que le daba un aire adulto.

-No cabe duda que una vieja, de la edad que sea, te cambia la vida�benditas mujeres, el primer paso ya esta dado, solo le resta a mi hijo terminar lo que la chiquilla empez�-
-hijo-

Armando se acerco a su padre con paso firme, aun sintiendo las manitas de Anita en su miembro.

-le quer�a decir que cuando quiera puede agarrar las camionetas, ya mero cumples 15 a�os y ya es tiempo de que ande en su camioneta, escoja la que m�s le guste para usted nom�s tenga cuidado hijo-

-gracias pap�-los ojos de Armando brillaron como ni�o con juguete nuevo, despu�s de cenar tomo la camioneta negra de doble cabina y se enfilo al campo, mas bien a la casa de las dos nenas.


La tarde estaba agonizando cuando el potente motor de la camioneta arribo al ranchito.

-Don Armado-exclamo Rosa, las ni�as se encontraban juntando las gallinas para meterlas al corral y a sus o�dos llego el ruido del motor.

-Buenas Noches Se�ora-

-Buenas Fernandito, pens� que era tu padre-

-No, vengo solo-

-�y tu manejas esa camionetota?-

-mi pap� me ense�o a manejar desde los 12 a�os y como ya mero cumplo 15 a�os, me regalo esta camioneta-

-�Fernando!-

Los gritos de las dos ni�as interrumpieron la platica.

-Miren hijas el regalo de Fernando�una camioneta, para el solo-

-�que bonita!-exclamo Anita.

-Se�ora, queria pedirle que si deja a Cristinita a dar una vuelta.-

-�Claro Armando, anda hija acompa�a a Fernandito a dar la vuelta!-

-yo tambi�n quiero ir-comento las mas peque�a.

-No, hija Armando invito a tu hermana-

-�puedo ir, mam�?-

-si Cristina ve con el joven-

Los dos subieron a la camioneta y Fernando arranco el potente motor rumbo a los sembradillos de ma�z, ya obscurec�a cuando detuvo la camioneta en un paraje solitario, la m�sica sonaba fuerte en el esterero de la camioneta y Cristina no pod�a creer que iba en esa hermosa camioneta.

El joven se acerco a la hermosa nenita que respiraba agitadamente, presintiendo lo que ven�a, las manos de Armando la atrajeron suave pero firme hacia �l, qui�n despu�s de haber pasado la tarde con la m�s peque�a quien lo masturbara dulcemente ahora deseaba iniciar a la mayor acariciando suavemente sus muslitos por debajo del vestidito, tocando los diminutos pezones, Cristinita solo atinaba a cerrar los ojos, Fernando empez� a besar su cuellito y estimulando su diminuta rajita totalmente lampi�a de nenita, el organismo de Cristina respondi� humedeciendo su vagina infantil, Fernando la fue acostando en el amplio asiento de la camioneta al mismo tiempo que se desabrochaba el pantal�n e introduciendo su lengua quemante en la garganta de la peque�a, acaricio con sus dedos la diminuta rajita, al sentir los dedos del joven en su intimidad la nena no pudo evitar un sobresalto, una corriente el�ctrica recorri� su espalda, Fernando no tuvo mas que hacer a un lado la prenda para dejar expuesta e indefensa la intimidad de la ni�a, se monto sobre ella cuidando de no aplastarla con su cuerpo y abriendo las piernas de Cristinita, coloco su glande a la entrada de la diminuta gruta h�meda, tal como lo hab�a visto infinidad de veces en las pel�culas pornograficas, la estrecha vagina parec�a no ser capaz de aceptar tremenda verga, el fornido joven de 15 a�os estaba empujando su miembro sujetando a la delicada ni�a de apenas 10 a�itos que ten�a el deseo ferviente de ser penetrada por el due�o de esa hermosa camioneta, la naturaleza en su sabidur�a hizo el resto, la vagina empez� a ceder el paso al miembro masculino tal como deb�a de ser, fue doloroso y el himen fue roto por Fernando esa calurosa noche de junio, convirtiendo en mujer a la antes inocente ni�a, la verga empezo un desquiciante mete y saca lento al principio, fuerte y vigoroso despu�s, la camioneta se movia al compas de las fuertes embestidas del joven, disfrutando de la estrecha almejita, la verga solo alcanzaba a entrar una parte, la cual era succionada por la vagina como no queriendo soltarlo, Fernando hizo lo posible por aguantar lo m�ximo sin terminar pero los gemidos de la nena lo llenaron de morbo provocando una abundante eyaculaci�n del joven en el interior de la ni�a, quien sint�o las palpitaciones de la verga ba�ando de semen su antes virginal co�ito.

Cuando Fernando hubo de saciar su deseo sexual en la ni�a la lleno de tiernas caricias y palabras bonitas prometi�ndole que ella era la mujer de su vida, con los ojos llorosos Cristinita escuchaba en silencio, ilusionada.


En casa Rosa imaginaba lo que estaba ocurriendo con su hijita; �a estas horas Cristina esta siendo follada por el joven Fernando, tan guapo y tan fuerte�tan rico, espero que Cristina lo sepa envolver y adue�arse de su voluntad, nos conviene a las tres tener un hombre en casa, con tantas necesidades econ�micas, el dinero del joven nos caer�a de maravilla, no importa que la deje panzona, su padre tiene con que responder, se ve que Fernando es un joven muy caliente, si hasta logro que Anita le diera una mamada en el r�o, claro que mis ni�as ya traen lo puto en la sangre je, je, je, lo digo por las hermanas de Jos�, que eran bien putas las cabronas�

Mientras la mam� de la nena pensaba, en la camioneta la situaci�n era otra, Cristinita cabalgaba a Fernando enterrandose ella misma la dura tranca, Fernando succionaba los pezones endurecidos de la nenita fogosa, la agilidad de la peque�a era asombrosa, con fuerza empujaba su cuerpo para hacer mas honda la penetraci�n, su elastica vagina envolvia al pene del joven extrayendo grandes cantidades de liquido preseminal, gracias a la juventud de Fernando sus huevos estaba llenos de leche para ser expulsada, Cristinita se habia convertido en una peque�a putita, disfrutando del sexo a tan temprana edad, las palpitaciones en su interior le avisaban que Fernando estaba teniendo otro orgasmo, fue ella la que acerco sus labios a la boca del joven para besarlo apasionadamente.

-�te gust�?-

-Si, mucho aunque al principio me dolio mucho, pero ya despu�s no sentia nada ji, ji, ji-



fin.

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