Quer�a contarles mi historia que traigo metida muy dentro de m� desde hace alg�n tiempo y la cual decid� poner en conocimiento de los lectores de este tipo de situaciones.

Nac� un primero de Enero de 1975, en un lugar campestre de la geograf�a colombiana (Guasca, Cundinamarca), donde siempre hab�a en que distraerse: animales dom�sticos, oficios caseros y las respectivas labores escolares. All� viv� permanentemente hasta que termin� la primaria a la edad de 11 a�os. Luego nos trasladamos a la capital de la rep�blica (Bogot�) en busca de mejores oportunidades de estudio, trabajo y vida social. All�, en el hogar paterno, termin� mis estudios de bachillerato a la edad de 16 a�os e inici� los estudios universitarios, los que no pude concluir al conocer y casarme con Alberto, con quien tuve el �nico hijo a la edad de 18 a�os (Marcel), cuando apenas estaba en la mitad de mi carrera de Psicolog�a.

Hace un a�o me separ� de mi marido, quien a pesar de que siempre me mantuvo econ�mica y sexualmente, no acept� que yo siguiera estudiando mi carrera, para lo cual me tuve que conseguir un trabajo en una entidad bancaria. Siempre viv�a cel�ndome con todos mis compa�eros de trabajo, sobre todo porque ten�a que vestirme de una forma elegante, m�s no muy atractiva: falda hasta la parte superior de la rodilla, camisa de botones y chaqueta; lo t�pico de este tipo de entidades financieras. �l iba de vez en cuando a realizar vueltas de pago de servicios p�blicos, tarjetas, etc.; pero siempre se esperaba a que fuera el turno de la Caja que yo atend�a y, pues como es normal, la falda se me recog�a hasta la mitad de las piernas y �l cre�a que as� estaba a toda hora para excitar a los clientes y compa�eros de trabajo, cuando ni por mi cabeza pasaba tal situaci�n. En casa visto de forma casual (shorts, blusas y chanclas) y en la calle con Jeans, blusas algo escotadas, chaqueta y botas de cuero o zapatos deportivos.

Desde ese entonces no he tenido sexo con nadie, �nicamente me masturbo una o dos veces a la semana o cuando por alg�n motivo externo me dan ganas de tener un orgasmo, como cuando veo a alguien atractivo en la tele o en el cine o en la calle. A pesar de todo he logrado controlar bien este aspecto de mi vida personal. Trato de distraerme lo m�s que puedo con las ocupaciones de mi trabajo y de la oficina. Sigo trabajando y ahorrando para en un futuro poder terminar mis estudios universitarios. Tengo mi Apartamento propio en la ciudad, una casa campestre cerca de Guasca y un trabajo fijo y bien remunerado, as� que no tengo ning�n problema econ�mico para vivir dignamente con mi hijo Marcel, quien adelanta sus estudios universitarios reci�n iniciados.

Sin embargo, el problema que tengo en estos momentos es debido a que por casualidad fui testigo de los galanteos amorosos de mi hijo con la novia que tiene desde hace unos tres a�os, Andrea: una rubia espectacular de piel blanca y cuerpo casi perfecto, piernas largas, nalgas un poco abultadas y pechos pronunciados y bien firmes.

Andrea y Marcel se hab�an ido a pasar un rato agradable en nuestra casa de campo, sin saber que yo estaba all� debido a que hab�a pedido el d�a compensatorio por trabajar los s�bados, por lo que hab�a decidido irme para la finca a descansar del ajetreo t�pico de la ciudad. La sorpresa para mi fue may�scula al verlos entrar muy acaramelados y despreocupados a la casa, raz�n por la cual me escond� detr�s de las cortinas del �tico donde pod�a observar toda la sala. Andrea le dio un beso a Marcel en la boca y le sob� el bulto de la entrepierna y se retir� con una mirada p�cara hacia el ba�o y le dijo que se relajara que le ten�a una sorpresa para ese d�a.

Al cabo de unos diez minutos volvi� a entrar a la sala, totalmente transformada como nunca la hab�a visto: un vestidito diminuto de color blanco, de tiritas delgaditas al hombro, escote no muy marcado, que le quedaba bien ajustado remarcando su figura juvenil femenina (ten�a 18 a�os reci�n cumplidos, casi de la misma edad de mi Marcel); llevaba unas medias color natural superveladas, casi transparentes, que le llegaban hasta donde empiezan las nalgas, todo lo cual lo remataba �nicamente con unos zapatos de tac�n de unos 12 cent�metros de alto. Se le acerc� caminando lenta y muy sensualmente, dejando que su larga cabellera se moviera libremente sobre su espalda. Los ojos de Marcel se tornaron grandes ante tal espect�culo er�tico y en espera de lo que iba a ocurrir. Ella se le acerc�, lo abraz� y le dio un beso con lengua de alto voltaje er�tico y le coloc� por encima de la pierna izquierda de Marcel la pierna derecha de ella y al subirla hasta la cintura, pude notar la mitad de su lindo y provocativo culo, as� como el liguero hermoso que sujetaba las medias a su cintura. Me estaba poniendo a mil y necesitaba urgentemente ir al ba�o para masturbarme, debido a la cantidad de flujo vaginal que me estaba chorreando por mis nalgas, no ten�a nada pr�cticamente a mi alcance, s�lo mis manos con los dedos reci�n aseados.

Luego, Andrea, se agach� lentamente hasta arrodillarse en el piso y le solt� la correa al pantal�n de Marcel, le baj� los pantalones al piso y empez� una lenta leng�eteada sobre el pantaloncillo y la verga de mi hijo, que ya estaba a punto de salirse de ese b�xer que la oprim�a mas y m�s a medida que continuaba el galanteo er�tico de Andrea. Luego le baj� totalmente los b�xer y frente a ella qued� expuesta en su total dimensi�n la verga de mi hijo, un largo y muy bien formado m�stil, cada vez que lo ve�a me sal�an chorritos de l�quidos por mi vagina y se deslizaban por mi entrepierna que hace rato estaba totalmente humedecida. A ratos no sab�a que hacer, si salir de mi escondite y entrar ciegamente a participar de la acci�n que estaba observando o permanecer all� hasta el final, �sta �ltima ser�a mi decisi�n por razones obvias a pesar de que mi subconsciente me gritaba que hiciera otra cosa.

Entonces empez� la sesi�n de sexo oral que nunca olvidar� y que me marc� para siempre: Andrea comenz� a acariciar el m�stil de verga que ten�a mi hijo, muy lenta y suavemente con la punta de la lengua y desde la punta de la verga hasta recorrerla en su totalidad hasta la base de los test�culos; primero por debajo y luego por la parte superior y por los lados hasta dejarla completamente h�meda y lisa como pude apreciar al ver como le repasaba sus dos manos una tras de la otra por ese miembro erecto, como quien mamantea las tetas de una vaca antes del orde�o. Luego, con sus dos manos cogi� a mi hijo por los lados de las piernas y comenz� a chupar la punta de la vergota, completamente erecta, con su boquita de puta insaciable, pero apenas dejaba entrar la punta rosadita y volv�a a sacarla totalmente, para posteriormente volver a tomarla entre sus labios sin hacer uso de las manos. Poco a poco, en un mamada que dur� aproximadamente 5 minutos, y que para mi se hizo eterna, comenz� a dejar que esa verga entrara poco a poco en su boca, luego muy despacio y lascivamente la dejaba salir totalmente para a continuaci�n volver a retomarla y entrar r�pidamente hasta la profundidad donde la hab�a dejado en su anterior arremetida. Cuando lleg� a su m�xima capacidad que le permiti� su boca, mediante un esfuerzo parecido al que hacen las serpientes cuando est�n tragando sus presas, comenz� a esforzarse para llegar lo m�s profundo posible, hasta que por fin alcanzaba a llegar a la ra�z de ese hermoso ejemplar de verga que ten�a como un �dolo que estaba adorando fervorosamente con su lengua y boca de actriz pornogr�fica entrenada en estos asuntos. Posteriormente volv�a al mismo ritual: dejarla salir muy lentamente y posteriormente volverla a engullir hasta donde su boca se lo permit�a, para finalmente hacer el proceso de esforzarse y dejarla entrar totalmente a trav�s de su garganta. Esto �ltimo se notaba por los gestos t�picos, e instintivos, de expulsar lo que con tanto cari�o y dedicaci�n estaba mamando a placer.

Cuando mi hijo Marcel comenz� a tener los espasmos pre-org�smicos, la muy zorra sac� el m�stil de su boca por completo y alej� prudencialmente su cabeza sin soltar las piernas de mi Marcel. Esper� unos dos minutos sin volver al ataque, siempre mirando lascivamente a mi pobre angelito que parec�a entrar en desmayo ante semejante escena: verle la cara de puta satisfecha a su propia novia enfrente de su verga parada, larga, completamente hinchada y brillante por el humedecimiento producto de la mezcla de los l�quidos pre-seminales que manaban por la uretra de la verga de mi hijo y de la saliva que expel�a la boca de la muy zorra de Andrea. El acto siguiente fue el que definitivamente me marco mi deseo irrevocable de lograr tener la verga de mi hijo dentro de mi: Andrea le hizo las tres �ltimas mamadas hasta la ra�z de los test�culos y le indic� que se acostara en el piso, mientras ella arrodillada se acomod� el mini vestidito que ten�a puesto, se lo estir� lo m�s que pudo y junt� las piernas, se agach� con la mirada puesta en la cara de Marcel que ya yac�a en el piso, coloc� la mano derecha al otro lado del cuerpo de mi hijo y dej� la izquierda alis�ndose y acomod�ndose el cabello hacia la izquierda de su cabeza para que no hiciera estorbo en la gran mamada previa a la penetraci�n que le ten�a preparada a aquella linda y hermosa verga, que ahora se levantaba verticalmente como un obelisco apuntando al techo de la casa. Hizo un gesto parecido a como si ya tuviera adentro completamente la verga y fuera a permitir su traspaso hacia la garganta y comenz� a dejarla entrar muy lentamente moviendo con total lentitud la lengua para darle la bienvenida a ese m�stil liso que estaba entrando en esa boquita totalmente relajada. Ahora entraba hasta las profundidades de la garganta de Andrea sin ninguna interrupci�n intermedia, su nariz chocaba con el vientre p�bico de mi Marcel para posteriormente iniciar el igualmente lento desalojo de esa ricura de verga de esa boca �vida de estar permanentemente ocupada por ese cilindro de carne palpitante. Este entre y saca dur� unos dos minutos, al final de los cuales se acerc� gateando a su bolso y extrajo una cinta m�trica flexible. Al regresar al sitio donde estaba el objeto de su adoraci�n sexual, le dijo a Marcel con su voz de puta irreprimible que necesitaba conocer las medidas de esa cosita tan rica y sabrosa que se estaba comiendo y que iba a tener en unos instantes dentro de sus entra�as, a lo cual mi hijo �nicamente asinti� con su cabeza. Las medidas que dijo en voz alta: largo = 21 cent�metros por la parte del vientre p�bico y 23.5 por la parte de los test�culos, 5 de los cuales eran correspondientes a la longitud de la cabeza; otra vez una mamada hasta el fondo y sacada para tomar las siguientes medidas: ancho en la punta = un cent�metro, ancho en la uni�n de la cabeza de la verga y el respectivo tallo = 3 cent�metros y ancho del tallo = 5 cent�metros. Otra mamada de las ya descritas anteriormente, pero esta vez con movimiento circular de la cabeza a medida que dejaba entrar y salir la verga en la boquita hambrienta de sexo puro, y la medida final: profundidad de la verga linda y hermosa de mi hijo: 4 cent�metros. Al final de este ritual, la muy puta de Andrea, dej� a un lado la cinta m�trica y mirando fijamente a los ojos a mi Marcelito adorado, le dijo que ese verg�n que hab�a logrado erigir, era producto de su amor por aquel miembro que en total reposo ella misma le hab�a medido: 8 cent�metros de largo (3 de los cuales era la longitud de la cabeza) y 9 cent�metros de longitud de la circunferencia del tallo. Luego, pas� su pierna derecha por encima del cuerpo de mi hijo y la dej� caer en el piso para quedar completamente arrodillada, abierta y lista para hacer a un lado sus panties y comerse definitivamente aquella hermosura irresistible de verga que hab�a logrado hinchar al m�ximo y verticalizar por completo, sab�a ya que se iba a comer aproximadamente unos 23 cent�metros de placer infinito. Inicialmente no lo dej� ni que rozar� su entrepierna, arque� su cuerpo, se volvi� a estirar hasta donde pudo el vestidito blanco y le dio el beso final a mi Marcelito en su boca completamente abierta, le lami� su cara por todas partes y baj� haciendo lo mismo hasta alcanzar los pezones de Marcel, donde se qued� chup�ndolos por un buen rato, siempre sin permitir el contacto de su entrepierna con el obelisco de 21 a 23 cent�metros de alto que ten�a debajo de ella, a su total antojo y merced.

Posteriormente fue bajando m�s lentamente hasta su ombligo, donde le hundi� su lengua y relami� sus costados, para finalmente bajar casi instant�neamente hasta la punta de la verga y pegarle la �ltima mamada, y saludo final, de bienvenida a sus entra�as. Despu�s de aproximadamente un minuto y notando que el respirar de mi hijo estaba pasando de suspiros a gemidos, la muy puta puso al descubierto la sorpresa final que ten�a preparada: se volvi� a arquear hasta alcanzar la boca de mi Marcel y baj� con desesperante lentitud su cinturita de avispa hasta que logr� encontrar la punta del m�stil con las partes mas �ntimas de su ser. Pens� que apartar�a el panty para dejar libre el paso a la verga de mi hijo, pero no, la muy zorra se sent� lentamente y al terminar su penetraci�n pude ver claramente que nunca hab�a llevado nada debajo y que ya estaba consumido el acto sexual. Empez� un continuo y mutuo jadeo entre esos dos cuerpos, cabalgante y cabalgado, pero Andrea quer�a llevar todo al extremo: sub�a y bajaba lentamente intercalando movimientos repentinos de penetraci�n casi instant�nea con penetraciones muy lentas pero con movimientos circulares de su ahora claramente lindo y hermoso trasero. El vestidito se le hab�a recogido totalmente hasta su cintura y permit�a ver claramente las medias veladas asidas por los cuatro sujetadores del liguero blanco cubierto de blonda. Qu� espect�culo ver aquella hermosa escena de culeo primitivo, de penetraci�n pura y deliciosa de un pene grueso y largo por una chocha completamente depilada, ese culo blanco reluciente subiendo y bajando lenta y r�pidamente buscando siempre engullirse ese pedazo de carne que ten�a dentro de si, ver como esas medias de seda atadas por el liguero se mov�an al comp�s de aquel cuerpo necesitado de que se lo cogieran a mas no poder, ver los gestos de Andrea que demostraban el goce profundo que estaba sintiendo, su cara totalmente transformada en una tigresa y puta a la vez (cuando volteaba a mirar hacia atr�s, se remord�a los labios y se pasaba la lengua para humedecerlos y sentir m�s placer), ver la verga de mi hijo completamente brillante y sumergida en ese cuerpo hermoso de esa puta que se lo estaba gozando...en fin, tambi�n saber que en mi mente solo pasaban las mismas escenas pero yo remplazando a esa zorra que estaba cabalgando a la verga de mi Marcel, pensar que alg�n d�a tendr�a que ser yo la que estuviera encima de ese falo gozando como en aquel momento lo hac�a Andrea, que en un futuro ser�a Marta Patricia la que estuviera cule�ndose al propio hijo, que �l sintiera el mismo o m�s placer del que estaba dando la puta de su novia y que yo no pod�a describir al no verle la cara.

Lleg� el momento en que Andrea, y al mismo tiempo mi cuerpo, estaban llegando al cl�max del paroxismo, teniendo un gran orgasmo por tanto tiempo demorado, pero al mismo tiempo tan bien preparado y logrado. Al fin se notaron los gemidos y gritos de Andrea pidi�ndole a Marcel que se la metiera toda y con todas sus fuerzas, olvid�ndose que era ella la que estaba al mando y que todo lo que ocurriera �nicamente depend�a de la velocidad que ella le imprimiera a su cuerpo de puta y sobre todo a ese culito hermoso y sediento que se balanceaba entre las dos bellas piernas que se apoyaban ligeramente en el piso. Cuando al fin complet� ese interminable orgasmo femenino, le indic� a mi hijo que se quedara quieto, ella se sent� por completo en esa verga totalmente engullida dentro de sus entrepiernas y entra�as y se encogi� totalmente como queriendo exprimir o apretar al m�ximo ese pedazo de carne que le estaba invadiendo su hueco del amor, permaneciendo all� por unos dos minutos m�s. Finalmente se quit� por completo el mini vestido que ten�a sobre su cuerpo (mostrando que tampoco llevaba sujetador sobre sus hermos�simas tetas) y llev� su boquita sobre el miembro erecto de mi hijo (a quien pude volver a verle la cara de total goce y placer infinito), le dio unas tres chupadas m�s y en ese momento se vino el orgasmo de mi Marcel, la leche seminal invadi� la boca de aquella puta totalmente satisfecha de su obra, se la trag� hasta donde pudo y el resto sali� por entre las comisuras de sus labios y el tallo de la verga de mi Marcel, la boca de Andrea segu�a fren�ticamente su recorrido a lo largo de aquel bello ejemplar de verga en erupci�n, hasta que todo finaliz� en un total espasmo y relajamiento muscular de esos cuerpos llenos de sexo por todos los lados. As�, se quedaron dormidos por unos 15 minutos, momento que aprovech� para salir de mis escondite e iniciar mi salida de la casa para regresar urgentemente al apartamento de la ciudad, necesitaba meterme algo grueso, largo y liso dentro de mi ser, algo que me hiciera pensar que era la verga de mi Marcelito. Dios santo, antes de salir, al pasar por el lado de los cuerpos extenuados y totalmente dormidos de los amantes, no se c�mo pero se me vino a la mente aprovechar ese momento y cog� entre mis manos aquella verga adormilada y cogiendo la cinta m�trica le tom� las siguientes medidas: largo = 13 cent�metros y longitud de la circunferencia en la mitad del tallo = 12 cent�metros; adem�s, y fue lo m�s dif�cil de creer, me agach� y le di una chupada a ese trofeo que alg�n d�a deber�a ser m�o y que tendr�a dentro de mi ser. La verga alcanz� instintivamente a reaccionar y se empez� a ponerse erecta, pero no resist� m�s esa tentaci�n y sal� lo m�s r�pido posible de mi propia casa llev�ndome dentro de mi boca el n�ctar cuyo sabor esperaba alg�n d�a comparar con la mezcla de mis flujos vaginales y el semen de mi hijo; me consol� sabiendo que todo era por el bien futuro de mis intenciones de comerme esa verga linda de mi Marcel, la cual no pude volver a retirar de mi mente.

Al llegar al apartamento busqu� desesperadamente, en la nevera, algo parecido a un pene y encontr� unas zanahorias largas, con proporciones adecuadas a mis intensiones y necesidades, solamente tuve tiempo de correr a colocarme una blusa de tiritas y una falda de trabajo que simulara una minifalda, despu�s de lo cual me sent� lentamente sobre esa hortaliza que hacia las veces de una verga erecta como la que vi en la casa campestre, la de mi propio hijo!. Llegu� r�pidamente al orgasmo tan reprimido que ten�a y ca� exhausta al piso y as� permanec� por una hora, hasta que lleg� lo inevitable: el sentimiento de culpa y de remordimiento, el de arrepentimiento y el de prometerme que har�a todo lo posible por no caer en la tentaci�n de cogerme a mi Marcelito adorado.
Al anochecer, cuando ellos retornaron muy alegres y, como siempre, muy enamoraditos, me qued� tranquila al saber que no me hab�an visto ni en sue�os en la casa campestre. Solamente los salud� de beso en las mejillas y not� que estaban ba�aditos y perfumados, al igual que yo.

En un relato posterior describir� detalladamente las ideas que en este momento agolpan mi mente sobre c�mo he pensado seducir a mi hijo y lograr tener su miembro erecto dentro de mi cuerpo, el cual ya me lo est� pidiendo a gritos a pesar de que mi mente me dice que no lo haga, que eso va contra lo socialmente establecido.

Por favor, aquellas madres que ya hayan logrado superar un problema similar al que me atormenta actualmente, o los hijos que hayan vivido igualmente este tormento, o en �ltimas el lector o lectora de este relato, les ruego que me escriban sus consejos e ideas para poder realizar mi sue�o de culearme a mi propio hijo sin ir a fracasar en el intento, lo pueden hacer a mi correo electr�nico, el que estar� consultando en espera de poder obtener soporte y apoyo a mi deseo irrefrenable de tener relaciones incestuosas con mi hijo Marcel. Inicialmente he pensado en las siguientes cosas para poder desarrollar algunas ideas que tengo al respecto, las cuales se las comentar� en el segundo relato que les estar� colocando en esta misma p�gina tan pronto me sea posible: a) comprarme una ropita similar a la que llevaba puesta la puta de Andrea el d�a del relato que les acabo de contar; b) darle una primera visi�n de mis piernas y panties a mi hijo al volver realidad la idea err�nea de mi marido de que yo viv�a excitando a los clientes y compa�eros de la instituci�n donde trabajo al usar la falda recogida por el ajetreo normal de ese tipo de actividades (all� realmente me la acomodo cada rato por verg�enza que normalmente me da); c) seducirlo en mi apartamento, pero hacerlo de una forma muy sutil o subliminal, que no parezca que deseo que me cojan al precio que sea; d) invitarlo a bailar en una discoteca e ingeni�rmelas para excitarlo al m�ximo, todav�a no estoy segura de si llevarlo al cl�max m�ximo y com�rmelo all� mismo; y, e) llevarlo a dos sesiones de cine porno en el Teatro Esmeralda Pussycat, casi el �nico de �ste g�nero que queda en Bogot�. Cuando se hagan realidad las diferentes situaciones que tengo pensadas, las ir� describiendo en detalle en nuevos relatos.

Esperando sus contribuciones, ideas y ayuda, para esta madre y mujer que desea liberarse sexualmente y hacer realidad todos sus sue�os que la atormentan d�a y noche,




Marta Patricia
E-mail:

Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .