Relato: Verus amor nullum novit habere modum
Capitulo I En el Servicio Comunitario I
El amor no conoce limites, una bella frase que aprend� hace
tiempo y es muy cierta.
Mi nombre es Hannjo y asisto a una escuela privada de
sacerdotes, muy exclusiva de mi pa�s, tengo 15 a�os y aunque aun soy un pibe me
considero un chico muy maduro, o trato de serlo, mis padres son empresarios
ambos, y por razones de su trabajo, me he criado con mi nana, una se�ora muy
dulce.
Mis Padres son de ascendencia Alemana, viv� parta de mi
infancia en Alemania y en USA desde hace casi dos a�os estoy en la RP, mi
historia comienza hace poco mas de un a�o, cuando mi sal�n tuvo que hacer
servicio comunitario en un �rea muy alejada del pa�s, por razones del viajes nos
quedamos tres d�as en el pueblo donde har�amos el servicio comunitario. Yo al
principio no tenia muchas ganas de ir, la lejan�a, y el saber que el pueblo no
contaba con todas las necesidad le comente a mis padres que no quer�a ir, y que
por favor mandaran una excusa al colegio para no asistir. La respuesta de mis
padres fue negativa mi mama alego que era una bella experiencia que no debia
perderme y como supo en el memo, era obligatoria la asistencia.
El viaje se realizo un viernes por la ma�ana y regresar�amos
el Lunes tambi�n por la ma�ana, durante el viaje me la pase completamente
aburrido, mi amiga Marta y Jos� Manuel, trataron sin �xitos que me alegrara un
poco. El viaje duro tres horas, y fueron las tres horas mas aburridas de mi
existencia y sabia que aun no terminar�a mi suplicio o eso era lo que pensaba.
Al llegar fuimos recibidos por el representante del lugar, que nos ense�o donde
dormir�amos, la instalaci�n estaba bastante bien ya que pertenec�a al colegio,
pero lo que me dejo en shock fue saber que donde har�amos el SC estaba a casi
dos horas mas de viaje.
Ese d�a nos instalamos gracias a Dios me toco cuarto con Jos�
Manuel, y aunque Marta estaba algo alejada acordamos vernos cuando termin�ramos
de arreglar todo. Nos tomo casi una hora, desde que los profesores nos daban los
regulares sermones, el padre prefecto nos decia que deb�amos y no deb�amos hacer
y luego llevar nuestras cosas al cuarto. Jos� Manuel estaba exhausto por lo que
decidi� tomar una siesta, Marta llego al rato donde hab�amos acordado vernos,
Marta ya sabia de mi condici�n homosexual, y aunque no se lo hab�a afirmado a
Jos� Manuel, Marta y yo supon�amos que lo sabia. El esp�ritu aventurero es mucho
mas grande en Marta que en mi, por lo que ella decidi� que deb�amos ir a
recorrer el pueblo, yo no quise al principio pero luego de pensar que quiz�s los
padres nos pondr�an tareas prefer� arriesgarme e ir con Marta a donde sea pero
lejos de la fina como le dec�amos.
No recorrimos mucho ya que el pueblo no era muy grande que
digamos, unas cuantas casas, la iglesia, la junta comunal, un bar de mala muerte
y solo se ve�an personas mayores, le pregunte a Marta como serian los ni�os del
pueblo. Marta no me hizo mucho caso pues ya sabia por donde venia la
conversaci�n, solo me miro sonri� y sigui� caminando. Despu�s de casi 15 minutos
de dar vueltas por el pueblo, decidimos que era hora de regresar, Marta tenia
mucha hambre y la verdad yo tambi�n. Cuando regresamos Jos� Manuel estaba junto
a V�ctor un chico de otro sal�n de nuestro nivel, que Marta y yo pensamos que es
homosexual.
Jos� Manuel nos aviso que justo lleg�bamos porque ya casi era
la hora del almuerzo, y que los profesores iban a pasar lista antes de entrar.
Entre mis adentros pens� que si est�bamos en una escuela militar o en una
cat�lica, mis pensamientos fueron turbados por la llegada de Alberto, un padre
que esta para que les cuento, es espa�ol y no tiene el a�o de ser profesor de
�tica y moral en el colegio. Alberto era uno de los pocos hombres que me hac�an
suspirar aun cuando sabia que su amor era imposible no solo porque era sacerdote
y mi confesor, sino porque seguramente si no fuera sacerdote fuera heterosexual.
Despu�s de comer, nos dieron permiso de recorrer el pueblo
supervisados por los profesores, yo estaba obviamente excusado ya que los
profesores sab�an que yo hab�a ido obligado y no tendr�a ganas de hacer nada en
ese pueblo, pero Marta tampoco quer�a ir, no hab�a nada y no quer�a volver a ver
nada en ese pueblo, por lo que se excuso diciendo que se quedar�a conmigo; pero
Alberto era demasiado intuitivo adem�s de que nos conoc�a a la perfecci�n, pero
al final no nos dijo nada. La tarde se paso r�pida entre chismes, burlas y
juegos de mesa junto a Sebas, un chico de nuestro curso que tampoco quiso salir
de la Finca. A eso de las 5 regresaron todo con cara de sue�o, Jos� Manuel, nos
cont� que fueron a la Iglesia donde conocieron a otros chicos que tambi�n har�an
SC en el remoto pueblo, y que pasar�an la noche all�, que Alberto ir�a hablar
con el Rector para que los chicos pudieran dormir en la Finca.
EL primer d�a de nuestro SC termino, Jos� Manuel, Francisco y
yo nos fuimos a nuestro cuarto, mientras Juli�n, Marta y otros chicos se
quedaron un rato mas fuera. Me incomodaba un poco dormir con Juli�n, ya que hace
alg�n tiempo tuvimos algo, aunque solo Marta lo sabe. Ya en la cama, Jos�
Manuel, pensaba como seria y que seria lo que ten�an que hacer la ma�ana
siguiente, yo no me quer�a preocupar por eso ya que sabia terminar�a irritado y
de mal humor, en cambio le ped� que cambiaran el tema, y a Francisco se le
ocurri� la gran idea de hablar de chicas, todos sab�an que Francisco se cre�a el
mas macho de todos, y digo cre�a porque muchas veces lo note mir�ndome de forma
extra�a. Despu�s de que Juli�n llegara, y continuaran hablando de chicas, tema
del cual no hable nada, y Juli�n siempre me miraba y sonre�a ya que seg�n lo que
escuchaba de el, era otro Francisco.
A la ma�ana siguiente nos levantaron muy temprano, casi a las
6:30, el primero en levantarse fui yo seguido por Juli�n que intento entrar en
el ba�o junto a mi, pero no lo deje, pero luego de que desistiera, Francisco
alego que se hacia pis y si no entraba se orinar�a, yo ya estaba dentro del ba�o
y les ped� que se comportaran o llamar�a al padre Alberto. Francisco sin
importarle lo que decia entro y orino, como el vidrio no era muy transparente,
ninguno pod�a ver al otro, pero se le v�a a tras luz una buena herramienta. Mi
verga casi comienza a reaccionar pero me puse bajo el agua y la cambio de
caliente a fr�a, el grito que hice al sentir el fri� del agua tocar mi cuerpo
creo que llego hasta la planta baja. Francisco que estaba del otro lado del
vidrio, salto de la impresi�n y Juli�n entro de inmediato, retando a Francisco
por lo que me supuestamente me hab�a hecho. Despu�s de varios minutos y de
cambiar nuevamente la temperatura del agua, saco una mano para alcanzar una
toalla. Al alcanzarla salgo del ba�o sin hacerle caso a ninguno, solo le digo a
Juli�n que Francisco no me hizo nada y que dejaran de comportase como v�ndalos.
Despu�s del desayuno, cada uno paso a buscar lo necesario y
luego bajamos para irnos al remoto pueblo donde har�amos el SC.
Al llegar a Nahandari (as� era el nombre del pueblo y l�ase
Najandari), lo primero que hicimos al bajar fue llegar a la peque�a escuela de
la localidad, todos llev�bamos el su�ter de la escuela que era de color azul
claro y un pantal�n jeans, la mayor�a estaba realmente entusiasmada por lo que
iban a hacer, otros como yo, o nos traumaba la idea de estar ah� o les daba
igual. El padre Alberto fue el primero en hablar,
-dentro de un rato llegaran otros estudiantes, a lo cuales
ayudaremos entre hoy y ma�ana diez horas hoy y diez horas ma�ana, se repartir�n
las tareas que hallan que hacer, y no quiero ninguna excusa � eso lo dijo
mir�ndome a mi, por lo que me puse nervioso, pero le sonre�. Un se�or bajo y
regordete, de aspecto desali�ado y con pinta de trabajador de construcci�n, nos
dijo lo que hab�an empezado con los otros muchachos, a mi no me gusto para nada
lo que decia que ten�amos que hacer, al final espere que tal eran los chicos del
otro grupo, y entonces har�a algo por el pueblo. Al rato, pasados casi treinta
minutos, llegaron los chicas y chicos del otro grupo, uno a uno fueron bajando
de un autob�s no muy cuidado. No le preste atenci�n a ninguno de los que se
bajaron, puesto que mi mente se encontraba a mil kil�metros de distancia, en mi
cuarto con aire acondicionado.
Francisco, Juli�n, Marta, Luisa y otro grupo de locos, se
hab�an ido en busca de madera para terminar la construcci�n de dos salones mas
para la escuelita. Ya casi estaba lista, solo faltaba pintar por dentro y por
fuera, como �ramos casi doscientos estudiantes entre los dos grupos de colegio,
decidimos dividirnos las tareas, y ayudar en otras cosas como pintar la iglesia
y la junta comunal o reparar algunas casas como Jos� Manuel quiso hacer. Yo fui
a pintar junto a otras diez personas siete del grupo del otro colegio y tres de
mi colegio, la iglesia, entre el grupo del otro colegio de nombre Colegio
Guillermo Audaraz, estaba Alejandro, un chico de tez canela, con los ojos miel y
un cuerpo muy bien cuidado, aunque solo se le ve�an las manos pues cargaba un
su�ter sin mangas, se ve�a t�mido, pero a la vez extrovertido y muy jovial.
Nosotros los del Colegio San Agust�n Ap�stol, que �ramos Marina, Iz�bella, y yo,
nos hicimos amigos de Laura, una chica del Colegio G. Audaraz. Laura era muy
alegre y por ella conocimos a los dem�s chicos, incluyendo a Alejandro, que muy
t�midamente me dio su mano en se�al de saludo.
Desde que lo vi, me encanto su sonrisa y sus ojos, su cabello
casta�o oscuro, y cuando lo conoc�, me gusto mucho mas. No trate de parecer muy
obvio, pero tampoco quer�a desaprovechar poder conversar con el, cuando nos
repartimos las paredes, el muy amable me pregunto si me molestar�a pintar con el
la parte de atr�s de la iglesia, casi grito de la alegr�a, pero solo le conteste
con un sonriente No, por supuesto que pintar�a con el. Durante el tiempo que nos
tomo pintar la parte posterior de la iglesia, conversamos lo suficiente, el
chico era realmente t�mido, aunque me di cuenta que al pasar el tiempo entraba
en confianza y su lengua se soltaba mas. Me cont� que tenia 16 a�os y estaba en
d�cimo primer a�o, del bachillerato, que cuando terminara la colegiatura le
gustar�a estudiar arquitectura o ing. Industrial, tambi�n averig�e por el mismo
que le encantaba la comida casera, y que pensaba que los chicos de mi escuela
eran unos cifrinos sin remedio, la conversaci�n se tornaba cada vez mas vaga,
sin rumbo y sin direcci�n hasta que por el calor o quien sabe porque Alejandro
decidi� quitarse la camiseta, tenia mejor cuerpo de lo que jam�s hab�a pensado,
aunque tenia una carita de tremendo que no se la quitaba nadie, tenia los b�ceps
y tr�ceps s�per marcadas y un tatuaje de una espada en el brazo izquierdo.
Despu�s de casi una hora de el estar as�, y decirme que si
quer�a yo pod�a tambi�n quitarme el polo que tenia, yo solo lo mire y segu�
pintando. El segu�a insistiendo, pero la verdad me daba pena porque no tenia el
cuerpo tan bien cuidado como �l, yo mas bien siempre he sido delgado. Hasta que
al final acced�, pero justo en ese momento que yo me encontraba de espalda a
Alejando y muy cerca de el, llego Alberto, y me miro furioso como jam�s lo hab�a
visto, trate de explicarle la situaci�n pero fue imposible, no hubo gritos, pero
era obvio que Alberto estaba casi al borde de cometer alguna locura, lo �nico
que dijo despu�s de un rato fue levantando la mano
- al bus inmediatamente, Joven Zur der Voldek y usted
jovencito, de hoy hasta ma�ana no se acercara a este chico... � se dio la vuelta
y mirando con lo ojos rojos me dijo- adelante, Hannjo...
Ya en el bus, Alberto se encontraba muy furioso pod�a verlo
en su mirada, pero no solo eso tambi�n estaba decepcionado de mi, y eso si me
pon�a mal, solo lo hab�a visto as� una sola vez anteriormente, cuando Marta y yo
nos fugamos de la escuela para ver el estreno Star Wars II y por segunda vez yo
estaba a punto de llorar al ver la cara que tenia. Ninguno decia nada, pero
estaba seguro que Alberto esperaba alguna explicaci�n, aunque cuando est�bamos
con Alejando no me dejo hablar. En unas de mis confesiones se me sali� que era
homosexual, la verdad en ese momento pens� que Alberto saldr�a del
confesionario, llamar�a a mis padres y mi vida terminar�a como la conoc�a pero
no fue as�, al terminar mi confesi�n, me dijo que
- Dios te ama como eres, nunca olvides eso, obra bien y ayuda
a tu pr�jimo, y Dios te compensara con vida eterna, si en alg�n momento
necesitas de mi ayuda por favor ven a buscarme � eso la verdad me mato, Alberto
tanto para mi como para muchos otros chicos era adem�s de ser el profesor de
�tica y moral, el prefecto de d�cimo a�o, era nuestro amigo.
Despu�s de que Alberto se calmo conversamos y le cont� lo que
paso, la verdad. Al rato llego Alejandro que toco la puerta del bus, yo le ped�
a Alberto que lo dejara hablar y ver�a que no hac�amos nada malo. Alberto dejo
subir a Alejandro y este cont� su versi�n de la historia, muy apenado Alberto le
pidi� disculpas a Alejandro pero este le dijo que no se preocupara ya que si se
trataba de cuidar a alguien como yo, el tambi�n se comportar�a as�, y bajo y
camino a la iglesia. Me desped� del padre y sal� rumbo a la iglesia. Ya en la
iglesia, Alejandro me pidi� disculpa por lo problemas que supuestamente me hab�a
ocasionado, la verdad era que Alberto hab�a estado mal, y mas tarde hablar�a
mejor con el. A eso de las una y media, Alejandro y yo terminamos la pared,
Alejandro me cont� que durante los d�as que estaban ah�, hab�an ido a un ri� que
estaba cerca, se ba�aban o hac�an lo que sea por all�,
�Te gustar�a ir?- me pregunto, a lo que conteste
afirmativamente.
Caminamos un par de minutos, y de pronto escuche el sonido
del ri�, esa �rea era mucho mas fresca que donde estaba la iglesia, el bus y la
escuela. Alejandro comenz� a correr cuando no est�bamos ni a diez metros de
distancia se quito el su�ter y el jeans que tenia puesto, y sigui� corriendo
hasta que se avent� al ri�. Yo no hab�a llevado nada para ba�arme, adem�s de que
no me gustan los r�os, as� que no entre en el. Alejandro disfrutaba del ri�,
pero no quer�a estar solo dentro as� que me llamo, pero yo no fui, el sali� y
moj�ndome todo, me pidi� que camin�ramos ri� abajo, mire el reloj y le dije que
si no nos demor�bamos mas de dos horas iba. Alejandro me cont� que el Rector de
nuestra escuela hab�a aceptado que los del Colegio Audaraz, se quedaran en la
finca. Caminamos ri� abajo, casi media hora y el volvi� y se tiro en el ri�,
esta vez casi me suplico que entrara con el, pero yo no tenia con que, as� que
el muy atrevido, pero excitante tambi�n se quito el boardshort que tenia y quedo
sin nada, como Dios lo trajo al mundo, yo al principio segu�a neg�ndome pero
luego acepte, el miro a otra parte viendo ya que aun tenia pena. Al entrar sent�
el agua fr�a, pero al rato me acostumbre adem�s de que Alejandro no paraba de
hacerme cosas como lanzarme agua, o acercarse a mi por detr�s y tratar de
levantarme. En una de esas se puso detr�s y pude sentir su verga dura, en mi
trasero, me vire y lo mire fijamente, el tambi�n, pero el sonre�a, con esa
sonrisa que me mataba, y as� sin nada me beso y abrazo, sent� su verga junto a
m�a que comenzaba a reaccionar. Despu�s del beso volvi� a sonre�r y abrazarme
pero esta vez bajo su mano hasta mi ojete, tocando mi trasero y yo, ya sin pena
lo abras� por el cuello y lo bese como jam�s hab�a besado a nadie, as� seguimos
como por cinco minutos hasta que el me dijo que le gustar�a volver a verme
despu�s de que pasara el SC, yo le conteste que claro que nos volver�amos a ver.
Alejandro seguir bes�ndome, y toc�ndome por todo el cuerpo,
yo estaba completamente extasiado, Alejandro era tan dulce y cari�oso, su mano
recorr�a suavemente mi cuerpo, mi trasero, mis manos, todo, me besaba como si el
mundo se fuera a acabar en pocos minutos y su verga la pod�a sentir dura entre
mis bolas. Al rato de estar as�, y ya con mi verga a mi mil, el decide tocarla,
muy suavemente, pero justo en ese momento la alarma de mi reloj suena, yo
regreso al mundo real y salgo del ri�, el tambi�n hace lo mismo pero ya fuera,
me vuelve a besar y mi verga vuelve a reaccionar, Alejando pone una mano en mi
espalda y lentamente me va acostando en el suelo, mientras me besa por todas
partes. Cuando mi trasero y parte de mi espalda tocan el suelo, el comienza a
bajar, besando y lamiendo mi abdomen y mis tetillas que enseguida reaccionaron,
yo gem�a de placer, el bajaba hasta mi ombligo y lo succionada yo arqueaba mi
espalda del placer y gem�a y mi verga segu�a a mil, secretaba liquido pre
seminal a montones y mi esf�nter, se comenzaba a dilatar. Alejandro se detuvo
justo antes de llegar a mi verga, me miro, como esperando a que yo aceptara que
el siguiera bajando, yo lo mire aun excitado sin poder decir nada, pero con la
mirada supo que debia seguir. Bajo unos cm mas y llego a mi verga, la toco
suavemente y la lami� desde las bolas hasta la cabeza, luego se la meti�
completamente a la boca y la babeo, en realidad se esmero porque yo me sent�a en
las nubes con lo que estaba haciendo. Luego de terminar en mi verga sigui� mas
abajo y me levanto para llegar a mi ano, el cual beso y succiono, meti� la
lengua, y sigui� succionado, yo manten�a los ojos cerrados de la excitaci�n,
trato de meter un dedo el cual entro sin ning�n problema, luego meti� otro, dos
dedos que entraban y sal�an casi sin dificultad, mi excitaci�n iba en aumento y
estaba a punto de pedirle que dejara sus dedos afuera y me metiera su grand�sima
verga. Continuo su trabajo con los dedos y esta vez meti� tres dedos, estaba a
punto de venirme sin haberme tocado, pero Alejando se detuvo, se puso encima m�o
y me beso, llevo su boca a mi o�do y en casi un susurro me pregunto si quer�a
seguir a lo que le conteste casi en suplica que me hiciera completamente suyo,
pero hab�a un problema no ten�amos cond�n as� que dejamos las cosas as� y nos
vestimos, nos quedamos un rato, y luego Alejandro me dijo:
-disc�lpame, por haber hecho esto, no fue mi intenci�n, yo
solo... es que yo... bueno pienso que deber�amos conocernos mejor y eso que
ojala nos vi�ramos despu�s del SC, es muy ciertas, me caes re bien angelito-
dijo sonriendo, y acost�ndose, al lado m�o, mientras yo me terminaba de colocar
las zapatillas que tra�a puestas. Despu�s de un rato, le dijo que debia apurarse
porque el auto bus saldr�a justo a las diecis�is horas y solo faltaban cuarenta
y cinco minutos para que los buses salieran hacia la Finca. Antes de partir,
Alejandro me detuvo, me tomo de las manos y me dio una peque�a flor blanca con
celeste, muy bella que aun conservo y un beso, dici�ndome te quiero, en casi un
susurro que casi no entend�.
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Relato: Verus amor nullum novit habere modum
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