Bueno, el caso es que me case y ya esa vida de mujeriego, se
acabo completamente. Sal�a muy poco y mi se�ora era muy perspicaz en lo que a
olores se refiere. Es decir era imposible que estuviese con alguna mujer sin que
me quedara algo de su perfume , y tambi�n le parecer�a raro que llegara ba�ado.

Pasaron los meses y nos vimos en la obligaci�n de contratar
una sirvienta, aunque puertas afuera.

Por los celos de mi esposa, ella fue la encargada de elegir a
dicha sirvienta. Su nombre era Carmen, era un viejita de 65 a�os mas o menos,
bajita, gordita de cabello cano. La verdad no le di mas importancia y as� entro
esta se�ora a nuestras vidas.

Pasaron los meses y llego el verano. Los calores eran
insoportables.

En la ma�ana la se�ora muy temprano, justo cuando yo con mi
se�ora nos �bamos a trabajar. Un d�a se me qued� mi tel�fono celular en casa y
me devolv� a buscarlo, dejando a mi se�ora en la parada de autobuses. Al entrar
y pasar a mi dormitorio, paso frente a la pieza del planchado y sorprendo de
reojo a la Sra. Carmen sac�ndose su vestido, para colocarse su delantal de
trabajo. Ella no me vio, pero yo por segundos pude ver su peque�o y gordo
cuerpo, en ropa interior.

Sin ser para nada una mujer interesante, y menos sus grandes
ropas interiores, algo de morbo me dio esa visi�n , la que qued� dando vueltas
por mi mente durante semanas.

Pasaron las semanas y en mi oficina me obligaron a tomarme
una semana de vacaciones que tenia pendiente del a�o pasado. Como mi se�ora
estaba trabajando, no me quedo mas remedio que quedarme en casa.

El primer d�a me levante al ba�o solo en calzoncillos,
olvid�ndome de la se�ora. Nos topamos en el pasillo. Mi verga , como todas las
ma�ana apuntaba al techo y apenas se manten�a dentro de mi ropa interior.

Ella muy dama, me dio los buenos d�as y trato de no darle
importancia, pero pude notar como su rostro se ruborizo. Yo dentro del ba�o, me
mor�a de la risa.

Al salir, vi que la puerta del la pieza del planchado se
encontraba cerrada, por lo que adivine que ella se estar�a cambiando su
delantal.

Me acerque a la puerta y me puse a ver a trav�s de la
cerradura. Nuevamente vi su cuerpo semi desnudo coloc�ndose ese viejo y
desgastado delantal azul.

Me excit� nuevamente la visi�n.

Ella siempre hab�a sido muy atenta con nosotros, a si que no
me sorprendi� cuando me llev� desayuno a la cama. Mientras me entregaba la
bandeja, record� su cuerpo y se me paso por la mente como ser�a aprovecharme de
esta viejita, para saciar esos deseos que me hab�a producido.

Ese d�a, aparte de conversar mucho con ella , de su difunto
esposo, sus hijos etc, no paso nada mas.

Al otro d�a, paso casi lo mismo, pero sin toparnos en el
pasillo. Al salir del ba�o, la puerta cerrada y mi ojo pegado a la cerradura.

Cuando ya estaba casi vestida, me fui corriendo a meterme a
la cama , esperando que me llevara mi bandeja con el desayuno. Esta vez la
esperar�a de una forma diferente.

Solo tapado con la sabana, me puse a ver televisi�n, sacando
mi erecta verga, por un lado de mi calzoncillo, generando un bulto bajo las
sabanas que ser�a muy dif�cil que ella no dejara de percibir.

Al entrar ella con la bandeja vi como su mirada se clavaba en
ese bulto bajo las sabanas que sab�amos muy ambos de que se trataba. Se puso un
poco nerviosa, pero haciendo como que no se daba cuenta, me entreg� la bandeja,
que quedo sobre ese misterioso bulto.

Muy nerviosa, salio de la habitaci�n.

Luego me met� a duchar y aprop�sito no lleve toalla, para
ped�rsela a ella. Cuando ella tubo que pas�rmela a trav�s de la puerta, abr�
bastante la puerta, para que pudiera verme aunque fuera solo un poco mi
virilidad. Tambi�n hizo cuenta de que nada hab�a pasado.

En la tarde conversamos de muchas cosas, mientras ella lavaba
los platos del almuerzo. Esta vez mi conversaci�n se centro en hacerle preguntas
sobre si hab�a conocido otro hombre despu�s de la muere de su marido, ya hace 15
a�os. Ella me dijo que no. Mis bromas se centraron en el tema sexual y ella solo
se re�a. Mientras, mi ojos ve�an ese tremendo y gordo culo que se escond�a bajo
ese delantal. Adem�s sus tetas, tampoco eran nada de despreciables, aunque se me
imaginaban blandas y ca�das.

Tercer d�a, nuevamente llega con la bandeja a la pieza y yo
la esperaba con la misma sorpresa del d�a anterior. Esta vez note que se demoro
mas en pasarme la bandeja y que sus ojos se pegaban en las sabanas. Me mov� un
poco como para tomar un covin del otro lado de la cama y hice resaltar el total
del volumen de mi bulto bajo la sabana. Ella no dijo nada, pero sus ojos estaban
muy abiertos cuando regrese con el coj�n.

Mi semana ya estaba pasando y mis avances hab�an sido muy
lentos. Decid� jug�rmelas el todo por el todo.

El d�a jueves, siento que ella llega, y cuando cierra la
puerta del planchado, veo por la cerradura. Cuando se saca su vestido y se
comenzaba a colocar su delantal, abro la puerta como si fuese a buscar algo.
Ella sorprendida se tapa con su delantal. Yo me excuso de que no sab�a nada y
salgo de la pieza.

Al rato la pillo en la cocina y le pido nuevamente disculpas,
ella me dice que no me preocupe.

Yo sin dejar que ella retirara la mano, se la deje puesta
sobre el bulto que se me formaba bajo mis pantalones cortos �..

A la finales estuvo un rato tratando de sacar su mano, pero
mi fuerza, no era comparada con la de ella, por lo que no le quedaron mas
fuerzas para resistirse

Las cosas no estaban saliendo como yo pensaba y notaba
incluso que la viejita se estaba molestando. Tuve que usar otra estrategia. Le
ofrec� dinero a cambio que ella me corriera una paja.

Al principio dijo que no, pero cuando hable de la cantidad,
se quedo pensando un rato, y luego dijo que si.

Yo sentado en el mueble, con pantalones cortos, y la viejita
a un metro de mi. Ella estaba dudosa de comenzar a tocarme, por lo que la ayude
y le puse nuevamente la mano sobre mi verga. Se resisti� un poco, pero al final
la comenz� a tocar.

Suavemente comenz� a frot�rmela por sobre el pantal�n. Se
asusto un poco cuando le tome la mano y la llev� bajo el pantal�n. Dio un salto
cuando se encontr� con mi piel �� miraba hacia los lados, tratando de esquivar
mi mirada �. Me baje los pantalones, dejando completamente expuesta mi verga
entre su chica y gorda mano�. Ella la vio de reojo y nuevamente quito la mirada.
La obligue a que me la viera�.. Sus ojos se clavaron en ella y la contemplo de
arriba abajo��� ya su mirada comenz� a cambiar ya a transformarse de susto y
sorprendida � a una mirada que reflejaba que le comenzaba a gustar, lo que
estaba haciendo �.

Lo pens� un minuto y se la llev� a la boca. La verdad no lo
hacia muy bien , pero estar sentado sobre el mueble de mi cocina, con esta
vieja metida entre mis piernas, se sent�a exquisito

Ella dejo de hacerlo y me miro nuevamente a los ojos
ri�ndose con verg�enza.

Me baje del mueble y le ped� que me dejara verle sus tetas.
NO quer�a hacerlo, pero tampoco me costo mucho. A los pocos minutos, me
encontraba chupando esas viejas y ca�das, pero grandes tetas de pie. Mis manos
le agarraron el culo y le frotaba mi verga entre sus piernas � ella comenz� a
disfrutar y me acariciaba la cabeza mientras lo hacia.

Le dije que fu�ramos a la habitaci�n y no me aguanto.
Tambi�n quise bajarle los calzones, pero tampoco quiso. Me dijo que solo me
dejar�a que le chupara las tetas. No me quedo mas remedio que seguir chupando
y agarr�ndole el culo. Me volv� a sentar en el mueble , ya sin mis pantalones
y la viejita volvi� a chup�rmelo un buen rato. Despu�s le anduvo doliendo la
espalda, por la posici�n. Le dije nuevamente que fu�ramos a la pieza y me dijo
que no, que si quer�a pod�a terminar en sus manos, pero nada mas que eso.

Tuve que acceder. Le ped� que me la volviera a chupar y me
dijo que no, que ya acabara. Me comenz� a masturbar muy lentamente, le ped�
que acelerara el ritmo y as� lo hice, mientras le tocaba las tetas. Luego de
una rato entre gemidos comenc� a botar toda mi leche entre sus manos. Ella al
verme, me apret� un poco mas fuerte y aumento sus movimientos, hasta dejarme
completamente vaci�. Se lavo sus manos gordas en el lavaplatos : Le ped� que
me lo lavara y con mucho cuidado y suavemente, lo hizo.

Cmo a la hora despu�s mi mujer lleg� y la viejita disimulo
muy bien. Hab�a cumplido parte de mi proposito �. Pero no todo. Ma�ana ser�a
mi desquite�..

Continuara

POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO