No hay mucho que decir de mi misma, al menos no mucho que
importe para contar esta histor�a. Me llamo Cristina y tenia 19 a�os entonces.
Posiblemente no sea necesario decir mucho m�s...aunque para qui�n necesite
hacerse una imagen de quienes le hablan dir� tan solo que mido casi 1.70, que
estoy mas jamona que rellenita, y que si bien no soy una super-modelo tengo un
bonito culo y unas buenas tetas grandes y suaves, con unos enormes pezones color
cafe con leche...detalles, detalles...vamos a lo que importa.

Era un d�a de calor como tantos en Barcelona durante la
primavera. Me estaba agobiando sola y aburrida en casa as� que decid� hacercarme
hasta la playa. Me puse unos pantalones cortos, unos tejanos con las perneras
cortadas, y una camiseta tambi�n recortada por debajo de mis tetas. Ten�a
calor...Baj� hasta el metro. Sin estar a reventar, hab�a bastante gente a
aquella hora, pero no tanto como para tener que apretujarme contra el resto de
viajeros. Pero las estaciones iban pasando, y pasando ( era un trayecto circular
bastante centrico), y la gente se acumulaba. Como siempre que hay un buen culo y
un mont�n de t�os amparados por el anonimato, un gilipollas me pellizco un
cachete. Me volv� rapidamente dispuesto a montarle una bronca a aquel
gilipollas. �Acaso voy yo pellizcando por ah� a la gente?.

Pero detr�s solo hab�a un pu�ado de caras anodinas, todas
igualmente inexpresivas...as� que tuve que dejarlo estar. Me gustar�a decir que
les recuerdo, que eran hombres jovenes, atractivos, musculosos... pero solo
recuerdo figuras borrosas, rostros y cuerpos iguales a otros tantos como se
encuentra una en el metro cada d�a y a los que no prest� ninguna
atenci�n...Respir� fuerte, enfadada...y la gente segu�a subiendo, as� que
rapidamente tuve a un t�o pegado a mi espalda. No me pas� inadvertido que como
tantos otros pervertidos en los metros estaba apretando su paquete contra los
suaves cachetes de mi culo...ante esas situaciones, y por no montar un
escandalo, suelo apartarme y buscar una pared contra la que apoyarme...pero lo
dej� estar, estaba cansada, hac�a calor...no ten�a ganas de moverme y segu�
sintiendo como aquella polla iba creciendo y aprentandose contra mis cachetes.
Naturalmente aquel pervertido caradura lo tom� como una invitaci�n y empez� a
frotarse m�s y mas rapido,aumentando de un modo imperceptible pero que yo, al
final, no pude seguir ignorando.

Aquel imbecil se estaba frotando de un modo tan evidente que
me estaba haciendo temblar de una forma ridicula con sus empujones. Iba a parar
aquello, lo juro, cuando una mano se coloc� en mi muslo desnudo...esboc� una
sonrisa ir�nica. �Adelante, subid todos al tren!. �Pero que se hab�an creido,
que aquello era un autoservicio?. En el segundo que todo esto pas� por mi mente,
otro descarado hab�a metido una mano dentro de mi pantal�n, mientras que el
baboso que se estabra frotando contra mi hab�a colocado sus manos en mi cintura
para que mi culo le ofreciese una superficie mas estable...�Que cojones estaba
pasando?.

Y entonces lleg� lo m�s ridiculo, cuando un cuarto
aprovechado se coloc� delante de m� y me meti� las manos debajo de la camiseta
sobandome los melones sin disimulo...���Sin mas!!!. Aquello era tan
surrealista...no se, no pod�a ni creerme lo que estaba pasando, y en aquel
momento tuve un estremecimiento...el idiota de los dedos no parec�a tan idiota,
por que estaba empezando a manipular mi vagina con inaudita
maestria...�agh!...otro calambrazo de puro placer, mi rostro se desencaj�...y
desde aquel momento estuve perdida. El t�o que ten�a detr�s no se conform� con
frotarse contra m�, si no que desabroch� mi pantaloncito y lo dej� caer. El
genio de los dedos m�gicos lo aprovech� instantaneamente para meter los dedos
hasta el fondo y llevarme a un orgasmo increible...el primero de muchos.

II�. Me orde�aron a fondo. (Nudo)

El t�o que ten�a detr�s no se cortaba mientras tanto, as� que
me abri� los cachetes y coloc� entre ellos su polla, caliente y chorreante...y
empec� a sentir aquel hierro al rojo deslizarse contra mi piel fresca y
suave...el t�o apretaba mis cachetes contra su polla,amasandolos con fuerza, y
de pronto sent� una baba caliente y viscosa resbalando por mi espalda y los
espasmos brutales de aquel tio...���se estaba corriendo en mi espalda!!!...pero
aquello no era el final, sent� como el t�o era empujado, y otro baboso ocupaba
rapidamente su lugar. Otra polla se encajaba entre mis redondos cachetes, otras
manazas los apretaban estrujando otra polla ansiosa de escupirme toda la lefa de
sus huevos en la espalda.

Mientras, m�s dedos hurgaban en mi m�s intima caverna, y el
placer que yo sent�a hac�a que se me doblasen las rodillas...no me pod�a
sostener de pie, pero los t�os que se estaban encargando de mis tetas me
sujetaron, cada uno por un brazo, y al tenerme a su merced en la relativa
intimidad que los mirones les otorgaban ( un c�rculo de hombres alrededor, y mi
relativa postraci�n creaban un ambiente imprevistamente intimo) empezaron a
mamar cada uno una de mis tetas, chupando y mordiendo...y sorbiendo...me
averguenza decirlo, pero hacia solo unos d�as que hab�a tenido que abortar a
causa de un desliz con la pildora...y aquellos desconocidos estaban atracandose
con la dulce leche que orde�aban de mis melones...�Que estaba pasando?. Yo era
su vaca y manipulaban mis enormes pezones para sacarles el dulce jugo como
autenticos becerros sorbiendo el n�ctar de sus madres. Mis vacunas tetas
parec�an destinadas desde un principio a tan alimenticio fin... No me atrev�a a
abrir los ojos, el mundo hab�a desaparecido, no ten�a que hacer ningun esfuerzo,
todos mis musculos estaban relajados y muertos puesto que eran aquellos hombres
los que me sujetaban y usaban...me habian convertido en el juguete de su
placer...para placer m�o.

�Como pod�a estar pasando eso?. Cada vez que uno se corr�a en
mi espalda, cada vez que uno se atracaba con mi leche, cada vez que uno se
cansaba de hurgar en mi vagina y de la sensaci�n de mis espasmos de placer
acariciando sus dedos...otro ocupaba su lugar, luego incluso algunos que no
quer�an esperar tomaron mis manos, y cerrandolas sobre sus pollas cerraban sus
manos sobre las mias y las usaban a su antojo para dejar otra parte de mi ser
chorreante de sus emisiones. Ellos me orde�aban a mi como a una vaca nutricia, y
yo como una rotunda campesina, orde�aba a todos aquellos toros y sus palpitantes
pollas ansiosas tan solo del alivio de mi cuerpo...un gilipollas en lugar de
correrse como los dem�s aprovech� para meter uno de sus dedos en mi estrecho
ano...no pude evitar un gemido, as� que sac� el dedo e introdujo el pulgar,
aquella enorme presi�n en mi estrecho y a�n virgen agujero fu� muy
molesta...lanc� un gritito de dolor y dej� caer un par de lagrimones, pero
aquello pareci� excitarlo por que rapidamente se sac� la polla y se corri�
tambi�n sobre m� en unos segundos.

Esto debi� excitarlos mucho a todos, por que varios le
imitaron...al final el culito me dolia y solo el semen que se escurr�a sobre el
me aliviaba algo, lo que me hacia desear que m�s y m�s de aquellos desconocidos
terminasen de correrse sobre m�. Me dol�an los pezones de la manera como
sorb�an, mordiendome incluso ansiosos de exprimirme mi leche, de manera que me
estrujaban las tetas como si fuesen limones para sacar hasta la ultima gota de
mis jugos. Sorb�an como posesos, y algunos que no consegu�an encontrar acomodo
sobre mi se pajeaban ansiosos mostrandome sus capullos que boqueaban como peces
fuera del agua. Para placer suyo y mio, golpeaban sus pollas contra las partes
libres de mi cuerpo facilitandos sus orgasmos y corriendose sobre mi.

Cuanta leche, mucha m�s de la que me estaban orde�ando...por
no hablar de la continua sensaci�n de las corridas que escupian en mi
espalda...sentia aquellas pollas al rojo vivo, duras como garrotes, frotarse
contra mi suave culito...y los orgasmos terribles que hacian estremecerse a mis
anonimos amantes. Supuse que todos ser�an hombres adultos, de vidas aburridas y
que estaban disfrutando a fondo la oportunidad de probar una vez mas el cuerpo
firme de una chica tan joven...joder, estaba dandole de mamar a la mitad de los
hombres de barcelona cuyos rostros vulgares desfilaban sin cesar por mis
chocolateados bombones. La mia no era si no una obra de caridad...

III� El precio del placer. (Desenlace).

No puedo decir cuanto tiempo pas�, solo que el flujo de
hombres no se detenia, que mis melones se quedaron vacios y secos, que mi
espalda chorreaba, y que mis manos estaban viscosas e insensibles...hab�a
sentido tantos orgasmos que hab�a perdido incluso la capacidad de
estremecerme... y entonces, casi sin atreverme a decirlo, a salir de aquella
nube, de aquella burbuja lejos del mundo susurr�:

-basta-

Todos ellos se detuvieron sin querer creer lo que o�an. As�
que lo repet�:

-�Basta!.-

Entonces todos, incluso los que a�n no se hab�an corrido, se
retiraron. Me levantaron y abrocharon mis peque�os pantalones, bajaron mi
camiseta y una docena de manos serviciales blandieron pa�uelos de todo tipo para
limpiarme un poco del semen que me cubr�a el cuerpo hasta chorrear por el suelo.
El suelo del vag�n estaba repleto de charcos de placer.Me levantaron del suelo
como a una mu�eca,y con gran dificultad recuper� el control de mis propias
piernas. En la siguiente parada un hombre me ayud� a bajarme del metro y me
llev� hasta un banco. Me dej� caer. Levant� los ojos medio cerrados hasta el
hombre, y solo pude distinguir su sonrisa y el gesto con el que introducia un
billete de los mas grandes en mi escote.

- La proxima vez, mejor cogete un taxi.- Dijo pellizcandome
una teta con fuerza.

Y se fu�. Solo en ese momento not� la presi�n en mis
pantaloncitos. �Todos mis bolsillos estaban repletos de billetes!. Al parecer o
me hab�an tomado por una puta o hab�an querido darme una muestra de lo mucho que
hab�an disfrutado de mi...no volv� a tomar un metro en mi vida, aunque las
marcas de los mordiscos tardaron semanas en irse del todo...por no hablar de la
sensaci�n de dolor de mis pezones exprimidos.