Cuando ya daba todo por perdido ha llamado mi primo Marcos.
Me invita a pasar el fin de semana con �l y sus amigos. Tienen intenci�n de
celebrar el final de las vacaciones. El plan no es que me seduzca en exceso, ya
que aunque me llevo muy bien con mi primo, nunca he estado con sus amigos, vamos
no los conozco.

Marcos vive en la capital, y yo en un pueblo a veinte minutos
en tren, por lo que mis padres no tienen ning�n problema en dejarme ir solo, lo
que les viene muy bien ya que as� no tienen que preocuparse de m�.

Mi primo es de mi misma edad, y aunque vivimos cerca, nuestra
amistad y relaci�n se ha fundamentado en las vacaciones familiares que hemos
compartido durante muchos a�os ambas familias, pero no as� en el d�a a d�a.
Vamos a distintos institutos, �l a uno privado y de prestigio de la capital, y
yo al publico de mi zona, en el pueblo vecino.

Ya es viernes. Cojo mi mochila, con mi pijama y dos mudas y
me despido de mis padres hasta el domingo. Voy al tren y me dispongo a pasar
unos d�as distintos en la capital.

Al llegar al portal de mis t�os, en pleno centro, me invade
esa sensaci�n rara que siempre me ataca cuando entro en esa casa. No es que mi
familia sea pobre, pero a mis t�os les va muy bien y su situaci�n es de las
consideradas acomodadas, m�s bien muy acomodada, lo que a mi, no se por que me
hace sentir raro.

Mi primo me abre la puerta e impaciente me recrimina:

La verdad que me fastidia bastante el tener que cambiarme de
ropa para aparentar delante de sus amigos, pero el que me ofrezca ropa suya, me
hace callarme y seguirle a su habitaci�n. La verdad que siento algo raro tras
esa proposici�n.

Cuando entro en su cuarto, Marcos esta metido en el armario,
que es m�s grande que toda mi habitaci�n, revolviendo entre sus cosas. Sale con
unos pantalones cortos, de estos surferos que me ofrece diciendo:

Salimos de la casa en direcci�n al parque, yo voy entre
excitado y complacido de llevar sus pantalones, no me imaginaba que el llevar
ropa de otro, haga que mi sexo reaccione y este juguet�n todo el rato. Es una
sensaci�n agradable y como digo excitante.

Al llegar al parque, efectivamente all� est�n los chicos,
enfrascados en una conversaci�n medio acalorada. Tras las presentaciones de
rigor por parte de mi primo, siguen con su discusi�n. El problema es a ver que
se va ha hacer ma�ana sabado. Unos son partidarios de comprar unas bebidas y
tomarlas all� mismo. Otro grupo quiere ir al cine y despu�s ir a una discoteca
donde se va ha celebrar un baile de esos sin alcohol, pero en el que seguro
habr� chicas.

Yo, como no tengo ni voz ni voto, ni ganas de opinar, me
dedico a disfrutar de mis nuevas sensaciones y observar a los chicos. La verdad
que todos son de nuestra edad y m�s bien tirando a altos. Lo que es cierto es
que son bastante pijos en la forma de vestir y todos muy preparaditos.
Efectivamente mi primo ten�a raz�n y en aquel ambiente, con mi ch�ndal hubiese
desentonado.

Cuando la conversaci�n ya parece llegar a un punto sin
remedio, aparecen otros tres muchachos. Se ponen r�pidamente al d�a de mi
presencia all� y del problema que tenemos. Dos de ellos dan su opini�n, que no
sirve de mucho, ya que cada uno se pone de un lado. Entonces uno de ellos se
dirige directamente al tercer chico que ha llegado tarde y que permanece callado
como si no fuese con �l o no le importase mucho y le pregunta:

Rub�n es un chico de estatura media, aparentemente delgado,
no m�s que yo, y va vestido de lo m�s normal, con un pantal�n vaquero y una
sudadera, esta si de marca, de esas con capucha.

El resto de la tarde pasa sin pena ni gloria. Yo no me
integro para nada en el ambiente, y a eso de las nueve y media nos vamos para
casa a cenar y ver la tele.

A la ma�ana siguiente, mi primo tiene entrenamiento. Resulta
que el a�o pasado se apunto al equipo de baloncesto de su colegio, y pronto
empiezan la competici�n. As� que me dispongo a pasar una "agradable" sesi�n de
deporte vi�ndoles jugar a �l y sus amigos, que est�n todos all�, ahora entiendo
lo de las alturas. La verdad que al principio me parece un co�azo, pero poco a
poco le voy encontrando la gracia. Sobre todo cuando comienzan un partidillo.

All� est�n todos los chicos del d�a anterior, con sus
pantalones cortos y sus camisetas de tirantes, roz�ndose unos con otros, lo que
despierta mi alma y me hace pasar cierta envidia.

Me he dado cuenta de que Rub�n, es el que lleva la batuta en
el juego de su equipo, adem�s de ser uno de los mejores jugadores, junto con mi
primo y otros dos que destacan sobre el resto.

Al terminar el entreno, Marcos se acerca y me pregunta:

-Que, �te has aburrido mucho?

- No, que va, la verdad que el partido ha sido divertido.-Le
contesto.- Oye, juegas muy bien. Rub�n y t� sois los mejores.

-Eso dice el entrenador, bueno la verdad que Rub�n juega
mucho. Aunque�

-Que pasa, no te gusta como juega.

- No, no es eso, es que...

-Venga dilo, que me vas a matar de la intriga.

-No es nada, solo que es un poco raro.

-Raro, como que raro.

-Es el m�s listo de su clase, es muy callado y casi no habla,
como ayer que hay que sacarle las palabras. Adem�s�

-Adem�s �que?

-Nada cosas m�as, en el vestuario, siempre se ducha el
primero, para cuando va el siguiente el ya sale de la ducha y se viste.

-Ser� pudoroso.

-El otro d�a me castigo el entrenador a recoger y llegue el
ultimo al vestuario, el ya se hab�a duchado y estaba sentado en el banco con la
toalla en la cintura. Yo me desnude y me met� a la ducha, pero tuve que volver a
por el champ�, cuando entre, estaba poni�ndose los calzoncillos y la tenia
tiesa. Ya te digo que es raro.

- Eso es una chorrada, que pasa, �que a ti no se te pone
dura? Yo cada vez que me desnudo estoy empalmado.

- Ja, ja, ja, seguro que si, tienes raz�n. Soy un idiota.

Ah� queda la conversaci�n, Marcos se va al vestuario a
ducharse, y despu�s nos vamos a comer a casa.

Cerca de la hora a la que hemos quedado con los chicos en el
parque, Marcos me despierta de la siesta y me dice que hay que prepararse. Yo
cojo los pantalones que me dejo ayer y cuando me los estoy poniendo, me dice que
no, que no puedo ir otra vez con ellos. Se vuelve a meter en el armario, y me
invita a que entre yo tambi�n y vea si me gusta algo. Entro y la verdad que mi
primo tiene un mont�n de ropa. Empiezo a rebuscar entre los pantalones, y le
pregunto si unos vaqueros le parecen bien. Si claro, me contesta y me se�ala una
balda donde hay varios. Me dice que esos de ah� hace tiempo que no se los pone.
Saco tres pares de la balda, y entre ellos sale un par con peto. Mi primo cuando
los ve, me dice que esos no se los ha puesto nunca m�s que en vacaciones, as�
que son perfectos para que yo los lleve con sus amigos. La verdad que yo me
quedo un poco indeciso, siempre he pensado que era una prenda de chica, pero
como le veo a mi primo muy seguro, me los pruebo. Mi primo me da tambi�n una
camiseta blanca de manga larga, que hace juego perfectamente. La verdad que como
me quedan algo holgados, la sensaci�n con ellos puestos es muy buena y
agradable. Adem�s, no se porque se me ha puesto el miembro a mil y mi primo ni
se ha dado cuenta, es fant�stica la sensaci�n.

As� las cosas, salimos de casa direcci�n al parque. Cuando
llegamos all� estan parte de los chicos que ya han empezado la fiesta sin
esperar a los dem�s. Mezclando las bebidas y prob�ndolas. Cada uno se sirve lo
que m�s le gusta. Yo, que no le encuentro la gracia al alcohol me sirvo un
refresco y me siento en una esquina, un poco apartado. Seg�n va avanzando la
tarde, va llegando gente. Aparece Rub�n, se sirve un refresco y se sienta con
los dem�s. La charla con mi primo a la ma�ana hace que me fije en el. La verdad
que es cierto, no habla m�s que cuando le preguntan y es parco en las
contestaciones.

Seg�n avanza la tarde y desaparece el alcohol, las
conversaciones se convierten en totalmente absurdas y aburridas para m�, as� que
disimuladamente, me voy apartando del grupo, hasta que acabo solo en un banco a
unos metros de ellos.

Ensimismado en mis pensamientos, no me he dado cuenta que
alguien se me ha acercado:

-Que, �aburrido? la verdad que a mi tampoco me va este rollo.

-Ah, Rub�n, no te he o�do llegar. La verdad que esas bromas
de borrachos no me hacen gracia.

-�Y a ti que te gusta?

-No se, pero desde luego beber por beber no.

Se ha acercado a mi e iniciado una conversaci�n, as� que
decido atacar, total no tengo nada que perder, seguramente no volver� a ver a
este chico nunca m�s.

-Rub�n, me han dicho que eres gay.-le suelto y espero su
reacci�n.

El se queda callado mirando al frente y despu�s de varios
momentos, me responde:

-�Si fuese verdad te importar�a?

-No especialmente, si lo eres, pues lo eres.

-�Y quien te ha dicho eso?

-Bueno, no me han dicho directamente eso, pero ayer y hoy he
o�do comentarios, que me han llevado a pensarlo, los chicos no creo que
sospechen nada, solo les preocupa emborracharse.

-Pero si que te interesa, ya que me lo has preguntado.

Este chico es listo, me quedo pensando y respondo:

-La verdad que no me importar�a que me la chupases- siguiendo
con mi plan de ataque directo.

Rub�n se levanta del banco y vuelve al grupo. Creo que la he
cagado. Ahora se lo contara a todos y se mofaran, seguro. Sigo observando a
Rub�n, que se sirve otro refresco y se sienta en el grupo, esto llama la
atenci�n de mi primo que se da cuanta donde estoy y viene a mi lado.

-Iker, te aburres, �no?

-Digamos que no es mi ambiente preferido.

-No te preocupes, dentro de un rato iremos a la disco y all�
seguro que encontramos unas t�as para bailar.

-Marcos, estoy pensando, que todav�a tengo tiempo de coger el
�ltimo tren y volver a mi casa, no quiero fastidiarte la noche con tus amigos.

-T� veras, pero a mi no me estas fastidiando nada.- y se
vuelve al grupo.

Rub�n se levanta, habla con sus amigos y viene de nuevo:

-Les he dicho que me voy para casa. Vivo en esta misma calle
en el portal 19, 6� B. Mis padres se han ido de fin de semana y me han dejado
con mi hermano mayor, pero cuando se van mis padres mi hermano sale de juerga el
viernes y no vuelve hasta el domingo a comer, as� que estoy solo.

Y se va direcci�n a casa. Yo me quedo de piedra. Sin querer
me he buscado la cuartada perfecta con mi primo, pero la verdad que no estoy muy
seguro. Aunque lo he deseado creo que desde siempre, nunca he estado con un
chico. Pero la oportunidad es �nica y puede m�s mi pene duro como una piedra que
cualquier razonamiento l�gico. Le hago un gesto de despedida con la mano a mi
primo que �l me devuelve, y salgo del parque direcci�n a la estaci�n. En la
primera esquina cambio de destino y busco el portal 19. Llamo al timbre y sin
que nadie conteste se abre la puerta. El viaje en ascensor se me hace eterno.
�Qu� estoy haciendo? �Estoy loco? Pero mi pene sigue erecto y duro como una
piedra dentro de mis pantalones. Al llegar al piso convenido, la puerta esta
abierta. Paso dentro y cierro. Rub�n sale de la cocina.

-�Quieres tomar algo?

-Creo que no hemos venido a eso, �no?

-Si, que tonto, es que estoy nervioso.

-Para mi tambi�n es la primera vez.

Le sigo hasta su cuarto, donde tiene el pc y una cama
grand�simo. Este esta encendido. El se quita la sudadera y se acerca a m�. Me
suelta uno de los tirantes del pantal�n. Yo estoy que reviento, pero le dejo
hacer. Me desabrocha los botones de la cintura y al soltar el otro tirante, deja
que el pantal�n se deslice hasta el suelo.

-Nunca llevas calzoncillos -me dice.

Yo me los hab�a quitado en casa de mi primo, ya que as� la
sensaci�n con aquellos pantalones es casi como ir desnudo por la calle.

Me saco de un tir�n las playeras y el pantal�n y el me agarra
del miembro, mientras me calza un beso en los morros. Su lengua me llega hasta
la garganta. Yo recorro sus perfectos dientes con la m�a y cuando tropezamos se
produce un pulso entre ambas por ver cual es capaz de doblegar a la otra. A
trav�s de de la tela de sus pantalones noto palpitar su miembro que se pega
contra el m�o ahora libre de su mano. Le quito la camiseta dejando al aire su
formado pecho por el deporte y empiezo a soltarle el cintur�n y los botones de
la bragueta del pantal�n. Mi premio esta escondido bajo un suave calzoncillo
pegado a su cuerpo, que hace que se dibuje perfectamente.

Rub�n se separa de mi boca y se arrodilla delante de mi pene.

-Nunca he hecho esto, ni pensaba que lo har�a jam�s.

Con delicadeza, me da un beso en la punta. Est� indeciso y
duda. Me da otro beso en una de mis bolas y se la mete en la boca. Luego la
otra. Poco a poco va lamiendo el tallo de mi erecci�n hasta la punta y sorbe el
capullo como si de un helado de bola se tratase. Parece que le gusta lo que hace
y se decide a met�rsela dentro, poco a poco, cent�metro a cent�metro. Cuando ya
la tiene casi toda, le viene una arcada y la saca, se ha atragantado con un
pelo, pero me sonr�e y vuelve a intentarlo, esta vez con m�s �xito y sobre todo
decisi�n. Es incre�ble.

Cuando ya lleva un ratito chupando se separa de mi glande y
se incorpora, volviendo a besarme en la boca. Ahora el sabor de su lengua es
amargo, pero agradable. As� debe saber mi polla, pienso y me decido a explorar
el sabor de la suya, pero me detiene.

-Espera, t�mbate en la cama.

Yo le obedezco y el se tumba a mi lado pero en sentido
contrario, poniendo su polla a la altura de mi cara, yo me agarro a su falo y
comienzo a saborearlo como le he visto hacer a �l. Cuando ya llevo un rato
disfrutando como un enano de esa joya, empiezo a notar como el vuelve a la carga
con el m�o y nos fundimos en un 69 espectacular. Ya no puedo m�s y exploto sin
tiempo de avisarle, debido sobre todo a que tengo la boca ocupada, pero no solo
no le importa, si no que edemas el se viene en mi boca.

Una vez todo limpio, nos quedamos tumbados en la cama seg�n
estamos.

-Ha estado bien -me dice- he disfrutado mucho.

-Creo que todav�a podemos disfrutar m�s �le digo yo.

-�De verdad? �C�mo?

-Mira.

Me levanto de un salto de la cama y me dirijo al ordenador.
Entro en una p�gina que frecuento habitualmente y donde hay una serie de videos
de chicos haciendo de todo. El los mira interesado. Le pongo uno en el que un
chico esta tumbado en la cama con las piernas levantadas hacia atr�s sobre su
cabeza, mientras otro chico le va untando crema en el ano con un dedo y juega
con el meti�ndolo y sac�ndolo, luego con dos, tres, as� hasta que le introduce
la polla.

-Mira que cara pone, parece que disfruta mucho �me dice-
�quieres que probemos?

Se fue corriendo de la habitaci�n y volvi� con un bote de
crema de manos y unos condones, que me dijo eran de su hermano.

-Quien se pone primero.

Y sin decir m�s se tumba en la cama imitando la postura del
video. Yo me acerco a �l y poniendo un poco de crema en su agujerito, voy
imitando al otro chico. Al principio esta muy cerrado, pero mientras voy
haciendo circulitos alrededor del hueco y voy hundiendo poco a poco el dedo,
este se va abriendo y dejando invadir. De vez en cuando se cierra y cuando Rub�n
se vuelve a relajar, permite de nuevo que esa invasi�n progrese. Con el segundo
dedo es m�s r�pido y ya el tercero lograr su objetivo con m�s facilidad.

-Que, �C�mo lo ves?

-Creo que ya esta, estas seguro que quieres que lo intente.

Con voz temblorosa me dice:

-Si, por favor, lo necesito, ahora no pares

Agarro el cond�n y muy nervioso por el momento, casi no
acierto a pon�rmelo.

Me desespero, tiro el cond�n a la mierda y le pongo la
cabeza de mi pene en el hueco que han dejado listo mis dedos, con el trabajo
de estos y la crema la cabeza entra f�cil, pero una contracci�n del esf�nter
de Rub�n la devuelve fuera.

Este su vuelve a relajar y deja el camino libre, para que
mi herramienta penetre hasta el fondo sin problemas. Empiezo suavemente a
meterla y sacarla y Rub�n al ritmo que le marco, a gemir. Cuando ya estoy a
punto de regarle entero, me pide que se la saque. No lo entiendo, pero le
hago caso.

-Esta la vi el otro d�a en otro video.

Y levant�ndose de la cama me tumba a mi boca arriba,
agarra mi polla con la mano y va sent�ndose en ella poco a poco, hasta el
fondo. El par�n a provocado en mi que se aleje el orgasmo, pero el comienza
a cabalgar sobre mi polla y consigue despu�s de un buen rato de sube y baja,
que me corra espectacularmente.

Se tumba sobre mi pecho sin sacarla y me da un beso
genial.

-Es brutal, tienes que probarlo.

Y dicho y hecho. Se levanta de encima y yo agarro mis
rodillas y le dejo al aire mi ano palpitante y deseoso de probar esas
maravillas de las que habla Rub�n. Pero el no coge la crema. Se agacha
frente a mi culo y comienza a trabajarlo con su h�meda lengua. Casi me vengo
otra vez. Pronto empieza el trabajo con los dedos y la lengua. Es incre�ble
la sensaci�n, el cosquilleo y sobre todo la necesidad que te produce al de
un rato de jugar para que te entierren bien hondo la polla. En esas estoy yo
suplicante cuando el sin tregua que valga agarra su miembro y empieza a
invadir mi interior. Ahora entiendo sus gemidos y disfrute. Dar es
fant�stico, pero que te penetre un chico al que adoras es lo m�ximo. Para
terminar imite a mi amante, y tras cambiar de posiciones me sent� sobre su
polla para poder dominar las embestidas perfectamente y gozar como un enano.
Creo que se ha corrido dos veces por lo menos en mi interior, pero yo no
puedo parar, hasta que por fin caigo exhausto sobre su pecho.

Ambos sudorosos nos abrazamos y estamos as� un rato.
Hasta que de nuevo nuestra inquietud juvenil, y el saber que tenemos que
aprovechar la ocasi�n �nica que se nos presenta, nos lleva de nuevo a
Internet a explorar nuevas experiencias.

Amanece y despu�s de poco dormir y mucho ejercicio dejo a
mi amante en la cama dormido y me pego una ducha. Cuando salgo del agua,
Rub�n esta despierto y sonriente en la cama.

-Ha sido genial. Esto lo tenemos que repetir �me dice.

-Por supuesto, no me pienso separar de esta pollita ni un
minuto. A ver como nos lo montamos, pero esto no puede quedar aqu�. Por
favor, d�jame unos calzoncillos, para volver a casa.

Yo m�s que por la necesidad de ir con ropa interior lo
hago por tener un recuerdo de ese chico, y creo que lo sabe.

Me pongo su prenda y mi ropa.

-Esos pantalones me los tienes que prestar un d�a- me
dice.

-Cuando quieras, pero antes me tienes que comer la polla
mejor que hoy.

-Trato hecho.

Y me dirijo al tren para volver a mi casa. Seg�n voy por
la calle floto como en una nube. Soy la persona m�s feliz del mundo.

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