Relato: Bego�a: pasi�n inconfesable





Relato: Bego�a: pasi�n inconfesable

BEGO�A: PASI�N INCONFESABLE


Cuando ten�a 6 a�os mi madre me regal� un precioso perrito
llamado Puppy. Era de raza labrador, blanco, de pies a cabeza, igualito
que el perrito del anuncio Scottex. Yo me desviv� por ese animal, y jugaba con
�l todos los d�as. De vez en cuando yo fing�a ser una enfermera y �l mi
paciente. �Qui�n no ha jugado en su infancia a m�dicos?. Fue ah� cuando empez�
mi vocaci�n. El amor por aquel perrito me hizo pensar en los dem�s animales, en
aquellos que no ten�an casa ni amos para cuidarlos, y siendo tan ni�a me dije
que, de mayor, me dedicar�a en cuerpo y alma a los animales, aunque en aquel
momento no ten�a idea de las consecuencias de mis palabras. Inmediatamente fui a
cont�rselo a mi madre, que estaba tendiendo ropa fuera de casa, al calor de
aquella soleada tarde.



-Mam� mam�ya s� que ser� cuando sea mayor�



-�Ah s�, mi amor?. �Qu� vas a ser?.



-Quiero ser m�dico para curar a todos los animales del mundo
y ser una buena doctora y abrazarlos y�



-Vale vale-me dijo Mam� poniendo freno a mi euforia-. Estoy
segura que ser�s una gran doctora.



-�De verdad Mam�?.



-Claro que s�. �Acaso lo dudas?.



Mam� me cogi� en brazos y me dio un fuerte abrazo,
confort�ndome y sonriendo. En sus brazos siempre me sent�a feliz. Desde aquel
d�a, estudi� como una loca para convertirme en una gran m�dica, para ser una
buena veterinaria y trabajar no solo en una cl�nica, si no tambi�n, si fuera
posible, en un gran zool�gico curando a jirafas, monos, hipop�tamos, y toda
clase de animales. Quer�a ser una mezcla de la Jane de Tarz�n con la Dra. Quinn.
Mis padres me apoyaron al m�ximo en ese sentido, era su hijita predilecta y me
animaban a que hiciera realidad mis sue�os. Gracias a ellos termin� mis estudios
con una nota inmejorable, y ya en la universidad hice otro tanto, no dejando que
nada me apartara de mi camino. De vez en cuando, en el comedor del instituto,
mis amigas sol�an sacar el tema:



-Oye chica, �y cuando vas a empezar a echarte un novio?.



-�Yo-contest� con una mueca de incredulidad-?. Yo paso de
eso. Lo �nico que me importa es graduarme para ir a la Universidad y doctorarme.
Ya habr� tiempo de echarse un novio. No tengo prisa.



-Lo que t� digas, pero Pili tiene raz�n-me replic� Vanesa-.
Los a�os pasan r�pido y si no haces nada pronto te ver�s sola en la vida.



-Pero que pesaditas est�is las dos. Ya habr� tiempo para eso.
La vida�



-La vida pasa r�pido, Bego�a-me dijo Lola, cort�ndonos en
seco-. No te creas que tienes todo el tiempo del mundo para hacerlo todo. Ya
sabes lo que dicen. "La vida es eso que pasa mientras haces otros planes".



-S�, vale, lo que vosotras dig�is, �de acuerdo?. Con vuestro
permiso, tengo clase. Ya nos veremos de tarde.



M�s � menos as� iban nuestras conversaciones. No negar� que
cuando las ve�a con sus novios yo sent�a cierto anhelo, pero estaba dispuesta a
no ceder ante nada, y cre�a firmemente que un novio me distraer�a mucho de mi
objetivo. De vez en cuando me sent�a un poco sola, pero ten�a a mis padres para
consolarme. Ellos siempre me dec�an que los a�os pasaban r�pido y que era tiempo
de buscar un hombre(lo mismo que me dec�an mis amigas), de tener un novio con el
que compartir mi vida, pero yo siempre respond�a con un "ya habr� tiempo para
eso". Para m� no hab�a nada m�s importante que mi sue�o de ser veterinaria, no
hab�a nada m�s. �Para que quer�a yo un novio, adem�s?. �Para perder tiempo en
arrumacos y besos cuando podr�a estar sacando la carrera?, �para estar en el
cine � en un parque abrazados cuando podr�a estar estudiando para los ex�menes
finales?. Era una p�rdida de tiempo y siempre me dije que me echar�a un buen
novio pero cuando lograra el doctorado, que consegu� siendo la primera de mi
promoci�n. Con 23 a�os ya estaba licenciada, y tras unas pocas pr�cticas, obtuve
un puesto de ayudante de m�dico en un zool�gico en una ciudad vecina. Me apen�
mucho porqu� aquel trabajo conllev� mudarme y comenzar mi vida en solitario,
dejando de lado a las amistades de toda la vida(pero me fui con el compromiso de
mantener el contacto con ellas y vernos a menudo). Lo cierto era que estando a
una hora en coche pod�a haberme quedado en mi ciudad, pero prefer�a lanzarme a
la aventura de emanciparme e iniciar esa vida en solitario pese a sus
consecuencias. Tras la muerte de Puppy cuando yo ten�a 17 a�os(por suerte
estaba de vacaciones y cuando me enter� ya era tarde, con lo que la pena fue
menos), me llev� a unos de sus cachorros de la �ltima camada, Kiko, de
unos 7 � 8 a�os de edad, que era de color canela claro, para que me hiciese
compa��a. Pap� y Mam� ten�an dinero de sobra y eran capaces de cuidar a los
cachorros, de ah� que se los quedaran(si no, otro gallo cantar�a), eso sin
olvidar que viviendo en un barrio residencial hab�a m�s facilidades que criarlos
que en un piso c�ntrico. A los pocos meses de mudarme al piso que hab�a
encontrado y que quedaba m�s � menos cerca del zoo ya estaba completamente
integrada en un nuevo entorno que me parec�a excitante a cada d�a que pasaba:
nuevas amistades, nuevos lugares por descubrir�



Mi trabajo, al que estaba entregada d�a y noche, consist�a en
mirar como el Dr. Narv�ez, mi jefe, hac�a las operaciones y pon�a las debidas
inyecciones, ense��ndome los trucos de un puesto que, tarde � temprano, yo iba a
ocupar. La confianza que mis superiores ten�an en m� hac�a que muchas veces me
quedara sola con los animales � que yo misma tuviera que cerrar el zool�gico.
Esos momentos de soledad los aprovechaba para pasear por el zoo y ver los
animales con los que so�aba de ni�a. No fueron pocas las veces que me emocion�
intensamente al pasear por all� y recordar cuanto deseaba hacerlo siendo ni�a,
all� en mi hogar. Fue en uno de esos paseos donde ocurri� la experiencia que lo
cambiar�a todo en mi vida en adelante.



Paseaba por la jaula de los orangutanes, perdida en mis
divagaciones, cuando vi que todos estaban muy excitados. Era debido a Charlie,
un orangut�n que siempre hab�a sido muy pac�fico, pero que sin embargo ahora
estaba como un loco, dando chillidos y yendo de un lado a otro. Como Charlie
y yo ya nos conoc�amos bien, entr� en la jaula sin precauci�n alguna para
cogerlo con total felicidad y llevarlo a una celda especial usada para aislar
animales peligrosos � que tuviesen una infecci�n contagiosa. Por su tama�o pude
llevarlo en brazos sin que me diese problemas durante el viaje, pero cuando
llegamos a la celda y quise meterlo, ��me toc� un pecho!!. Fue entonces cuando
entend� sus aullidos: ��al buenazo de Charlie le hab�a entrado el celo!!.
Me hizo un poco de da�o por la fuerza que us� para tocarme y me estuve tocando
para calmar el dolor. Siempre he sido de tetas grandes, por lo que no me extra��
que aquel orangut�n se hubiese fijado en ellas. �l parec�a contento de haberme
tocado, y yo me qued� de lo m�s perpleja. Entre una cosa y otra, �se me hab�an
endurecido los pezones!. Lo peor fue que llevando una d�bil camiseta como
llevaba, resaltaban de forma m�s que evidente. Intentando apaciguar el dolor me
volvi� a tocar, pero �sta vez fue algo m�s suave, provocando que lanzara un
gemido de placer. Me qued� tan boquiabierta que un mont�n de preguntas, dudas e
inquietudes me cruzaron por la mente:



�C�mo pod�a haberme excitado que un orangut�n me acariciase?,
�acaso una mujer y un animal pod�an hacerlo?, �porqu� Charlie se hab�a
fijado en m� y no en sus compa�eras orangutanes?, �pod�a una mujer como yo
disfrutar de algo as�?, �me har�a da�o?...



Repar� en mi propio cuerpo en ese instante: 1�72 de alto,
largo pelo rojizo, ojos verdes, buenas curvas, 91 de cadera, 60 de cintura y 98
de pecho�si fuera hombre, tendr�a que ponerme esa etiqueta de "t�a buena".
Mientras me ve�a, sent� como si me hubiesen dado una bofetada que me sacara de
una larga enso�aci�n: no hab�a estado con un hombre en mi vida. �A�n era
virgen!. A mis 24 a�os a�n estaba por estrenar, algo inusual comparado a mis
amigas, las cuales antes de los 18 ya hab�an tenido un buen n�mero de hombres en
sus camas. En aquella extra�a situaci�n, me plante� una pregunta: "�si me he
pasado toda la vida amando a los animales, no es hora ya de que me devuelvan ese
amor?". Mir� a Charlie con ojos brillantes, viendo como se tocaba para
pajearse. Es bien famosa la capacidad casi ilimitada de los monos para hacerse
pajas a un ritmo de v�rtigo, y me qued� mir�ndole desafiante y muy sorprendida
de ver el tama�o que ten�a su polla. Era la primera que vez que ve�a una, y si
ya era grande de por s�, a m� me parec�a enorme, como un ca��n.



-�Quieres una hembra eh mono cabr�n?. Pues vas a tenerla�



Me dio la impresi�n de que estaba enloqueciendo. Yo, a punto
de dejar que un orangut�n me follase por primera vez y me convirtiera en su
mona. Tir� mi ropa por el suelo, qued�ndome desnuda ante �l, que parec�a aprobar
lo que yo estaba haciendo. A pesar del calent�n que Charlie llevaba yo
sab�a que era inofensivo pues se hab�a criado en cautividad. Me met� en la jaula
con �l y lo cog� en brazos. Se volvi� a aferrar a mis tetas, cogi�ndolas como si
temiera no volver a tenerlas. Me las toc� un buen rato para excitarme, y bien
cachonda que me puso, el muy cuco sab�a lo que se hac�a con su hembra humana. Me
tumb� en la paja del suelo para dejarle hacer todo lo que quisiera. Sent� un
dedo que comenzaba a tocarme en mi co�o, a entrar y salir para ponerme h�meda,
sin llegar a desvirgarme. Reclin� mi cabeza y me dej� hacer, estaba totalmente
rendida a aquella maravilla que nunca hab�a sentido. Su dedo hac�a delicias en
mis v�rgenes entra�as.



-Ooooooohhh por dios�esto es el
para�so�uuuuuuuuummmmmm�.sigue Charlie�t�came, t�came m�s�.hazme tu mona�



Zoofilia. Nunca jam�s pens� mucho en ella en toda mi vida, y
si lo hac�a lo consideraba una aberraci�n de mentes retorcidas y enfermas, de
depravados y gente amoral, pero ahora se me antojaba como algo que deseaba
experimentar hasta gritar de gusto. No sab�a lo rico que era sentir como un
animal te pone a tono para poseerte, y en aquel instante yo quer�a ser la mona
de Charlie. Llev� mis manos por su cuerpo y acarici� su pecho y sus
brazos hasta tocarle la polla. Era la primera que ten�a en mis manos y su tacto
me result� tan extra�o como excitante. En cuanto comenc� a pel�rsela Charlie
hac�a peque�os gemidos y gestos con la cara que me dec�an que lo estaba gozando.
Se acerc� a m� y puso su miembro en mi cara, pidi�ndome que me tragara toda su
polla. Abr� todo lo que pude y una vez la tragu�, el cabr�n de �l me agarr� por
la nuca y comenz� a follarme la boca como un verdadero poseso. Aquello me hab�a
cogido por sorpresa y estaba un poco asustada, por lo que intent� librarme de
�l, pero era imposible, estaba bien sujeta y con su polla llenando mi boquita.
Se mene� adelante y atr�s con prisa, con sa�a, sin importar que yo pudiera estar
disfrut�ndolo. Por un momento sent� como si me estuviesen violando. Charlie
chillaba y chillaba, no hab�a manera de hacerle callar. Cuando lanz� un largo
grito se vino en mi boca y tuve que hacer verdaderos acopios para no
atragantarme, por lo que tuve que tragarme todo el semen que pude y echar el
resto, incapaz de seguir. Por fin me liber� y pude respirar con tranquilidad
creyendo que todo hab�a pasado. Que equivocada estaba.



Charlie se me subi� encima, inmoviliz�ndome y
acariciando mis tetas. Pas� su boca por ellas y me chup� tom�ndose su tiempo,
sabiendo que me ten�a dominada y asustada. Debido a mi excitaci�n ten�a las
tetas muy duras y los pezones bien tiesos, algo que a mi amante no le pas� por
alto. Los toc� un poco para jugar con ellos y retorcerlos, haci�ndome gemir de
placer y dolor a la vez. Al cansarse de tocarlos los chup� un buen rato
queriendo sacar algo de leche, pero no le fue posible. A�n as� estuvo
intent�ndolo un buen rato para dej�rmelos doloridos, a punto de reventar. Mi
cuerpo ard�a en deseos de sexo. Quer�a ser follada all� mismo. Quer�a que ese
mono me follase y me reventase como el animal salvaje en que me hab�a
convertido. Lo deseaba.



-Vamos Charlie, f�llame, f�llame viva, revi�ntame con
tu poll�n hijo de puta. Destr�zame el co�o, f�llate a tu doctora�



Charlie entendi� mi orden a la primera. Le facilit� la
tarea abri�ndome bien de piernas y levantando un poco el culo para ense�arle mi
cuquita dilatada y h�meda. Su olor le provoc�, lo s� por como volvi� a
empalmarse delante de m�. Se subi� encima m�o, me toc� el co�o un poco y me
clav� toda su animal hombr�a sin darme tiempo a acomodarme, haci�ndome dar el
grito m�s fuerte de toda mi vida.



-��AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRGGHH!!...



Charlie qued� impasible ante mi dolor. Se limit� a
cogerme bien fuerte por los hombros para tenerme bien sujeta y se puso a
follarme como una bestia. Mi cuerpo entero estaba temblando entre el dolor de la
desvirgaci�n y el placer de mi primera relaci�n sexual. Como me embest�a el muy
hijoputa, parec�a querer torturarme y tuve la sensaci�n de que eso era lo que
hac�a. Sent� que su polla me estaba desgarrando y que me matar�a, que me part�a
en dos. Me bamboleaba de un lado a otro y me dol�a much�simo debido al tama�o
que ten�a, pero me estaba gustando m�s all� de cualquier l�mite imaginable.
Respiraba con dificultad, jadeaba y me costaba tragar saliva, como si estuviese
atragantada por tener algo en mi boca.



-Aaaaaahh aaaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaaahh
aaaaaaaaaahh�f�llame Charlie, ��f�llameeeeeeeeeeee!!...as�,
as�iiiiiiiiii�j�deme mono cabr�n�



Dif�cilmente un hombre puede igualarse a un mono en cuanto a
potencia sexual. Charlie me penetraba sin bajar el ritmo ni por un
segundo, iba a tanta velocidad que pens� que en una de las acometidas iba a
empalarme y que su polla me iba a salir por la boca. ��Y no paraba de
follarme!!. Me encontraba fascinada por la tremenda energ�a con la que me estaba
perforando. Mis tetas se mov�an como flanes de gelatina, mis piernas ard�an, mi
cuerpo era un volc�n a punto de entrar en erupci�n. Mis mejillas estaban
roj�simas de lo ruborizada que me encontraba por mi sobreexcitaci�n. Todo mi ser
temblaba y recib�a a gusto aquella pervertida experiencia que desde luego era lo
mejor que me hab�a pasado nunca.



-Ooooooh oooooohh ooooooooohh ooooooooooh oooooooohh�voy
a�voy a correrme�me voy a correr�aaaahh aaaaaaahh aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahh�



Charlie dio unos cuantos chillidos agudos y eyacul�
dentro m�o con varios chorros que salieron a toda velocidad. Me posey� en todos
los sentidos y cuando se sali� me cay� un poco de su semen en el vientre.
Llevada por la curiosidad lo cog� con los dedos y lo prob�. Era muy raro por su
textura y sabor, pero entonces me sab�a a gloria. Al dejarme sola qued� all�
tumbada, sin moverme, con la cabeza en las nubes, jadeando por el cansancio que
ten�a y absolutamente incr�dula por lo que acababa de hacer. �Me hab�a follado
un mono!. No sab�a si enfadarme por permitir semejante atrocidad � alegrarme por
descubrir el placer de la zoofilia. Charlie hizo bien su trabajo: me
foll� de tal manera que qued� en un mar de dudas. Me incorpor� un poco y vi un
peque�o charco de sangre en la paja, que evidentemente era mi sangrado natural
de la desvirgaci�n. Al mirar a Charlie �ste se me acerc� y me abraz� como
si volviera a ser el de siempre, como si nada hubiera pasado. Me sent�
tremendamente lasciva por estar desnuda abrazada a un mono que hac�a pocos
minutos me hab�a echado mi primer polvo, fue como estar en la jungla. Le
acarici� y mim� un poco. El roce de su peludo cuerpo junto al m�o enerv� de
nuevo mi excitaci�n, sent� el deseo de volver a dejar que me follara. Pas� una
mano por su vientre y se la cog� para masturbarle. Charlie se dej� hacer
como adivinando lo que su ama humana quer�a. En lugar de ponerme tumbada como la
primera vez, me puse a cuatro patas con mis manos en los barrotes para sujetarme
bien. Sent� como su dedo volv�a a tocar mi conejo para saber si estaba h�meda, y
lo meti� un par de veces para mojarlo y despu�s probar el sabor de mis jugos.
Debi� gustarle much�simo, porqu� not� como se me subi� a la grupa, penetr�ndome
sin preparatorias, haci�ndome da�o con su primera estocada. La mezcla entre
placer y dolor era divina, sublime. Me puso a mil.



-AAAAAAAAA AAAAAAAAAAAAAAHHH�CHARLIEEEEEEEE�as�
m�temela m�aaaaaaaa aaaaaaaaaaaaas�Oooooooohh diooooooooooosss�



Me cogi� de los hombros como la otra vez, pero ahora, como
est�bamos en la posici�n que le era m�s favorable, Charlie meti� la
directa con m�s vigor que antes. Literalmente me estaba desgarrando como un
violador. ��Y lo estaba disfrutando!!. ��Me corr�a por todas partes gozando de
su polla!!.



-�Aaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaaaaah aaaaaaahh aaaaaaaaaah
aaaaaaaaaaaahh!....f�llame mi amor�f�llame m�s���M�AAAAAAAAS!!...vi�lame
Charlie
�destr�zame, pr��ame, r�mpeme, fu�rzame�AAAAAAAAAHH AAAAAAHH�



Estaba chiflada perdida. Mi mente solo pod�a pensar en querer
m�s, m�s fuerza, m�s r�pido, m�s fuerte, m�s violento, m�s, m�s, m�s�Estaba loca
de sexo. Empec� a mover las caderas para seguir el ritmo de mi bestial amante y
gozar a�n m�s. Ten�a mi panocha tan dilatada que podr�a aparcar all� un cami�n
de lado y un quedaba sitio para algo m�s. La polla de Charlie me pon�a
excitad�sima, me daba ca�a muy duro y me encantaba sentirla foll�ndome como la
guarra que era. Me sent� la mujer m�s puta del mundo, la m�s asquerosa, la m�s
viciosa, pero en mi perversi�n tambi�n me sent� la mujer m�s feliz, la m�s
complacida y satisfecha. Not� que mis piernas me temblaban, mi cuerpo vibraba
entero, y advert� que iba a correrme otra vez lo mismo que �l.



-��OOOOOOOOOHH OOOOOOHH OOOOOOH OOOOOOOH OOOOOOOOOOOHH
OOOOOOHH!!...ME CORRO CHARLIE ME CORRO�C�RRETE MONO
CABR�N�C�RRETEEEEEEEEEEEEEEE ��AAAAAAAAAAAAAAA AAAAAAAAAARRRRGGHHH!!...



Tres, cuatro, cinco chorros salieron disparados a mi vulva
mientras Charlie chill� mientras se corr�a. Yo no sab�a si estaba un
orgasmo gigantesco, varios peque�os � miles diminutos pero lo que sab�a es que
no paraba de gozar. Me llen� tanto la panocha de su semen que me empez� a
resbalar por las piernas. Charlie me toc� un poco m�s el co�o viendo como
se me sal�a su leche y luego se estuvo tocando un poco. Sal� de all� como pude,
cogiendo la ropa y sin vestirme llegu� hasta un despacho donde pude descansar un
poco. Por suerte las videoc�maras estaban desconectadas, si no me habr�an
descubierto, despedido y seguramente denunciado. Ten�a el cuerpo dolorido, lleno
de marcas por todas partes, con mis piernas manchadas de semen, y suerte tuve de
que no le dejase desvirgarme el culo. Me vest� como pude y volv� a casa para
intentar dormir, pero entonces Kiko se me ech� encima moviendo la cola,
pidi�ndome que le llevara a su paseo nocturno. Con mucho pesar cog� la correa y
sal� a un parque cercano para que hiciera sus necesidades.



-Vamos Kiko, Mam� est� cansada y quiere dormir.
Termina pronto.



-�Nunca van a gusto del due�o, verdad?.



Me gir� sobresaltada. Llevando el collie m�s guapo que he
visto en mi vida, apareci� el hombre m�s atractivo que me hab�a encontrado
nunca: alto, como metro noventa, pelo casta�o claro, de ojos profundos, oscuros,
buena presencia.



-Eeehh s�-contest�-�siempre van a lo suyo�pero es que estoy
deseando que termine ya que estoy agotad�sima del trabajo�



-Jajajajajaa�suele pasar. Yo tambi�n tengo que sacar a
Perla
de paseo � si no se me pone a ladrar tanto que los vecinos se me
quejan.



-Es un animal precioso el que tiene usted.



-Su labrador tambi�n es muy guapo. �C�mo se llama?.



-Kiko.



-Hola Kiko, yo soy Fernando. �Disfrutando del paseo
con tu ama?.



Por primera vez en su vida Kiko fue a lamerle la mano.
Me qued� de piedra ya que siempre hab�a sido muy hostil a los extra�os, pero esa
vez no.



-Eres el primero al que no ladra-dije extra�ada-.



-�En serio?. Debe ser buena se�al.



-S�, seguro. Eeh, lo siento mucho, pero tengo que irme, de
verdad. Estoy muy cansada.



-�Nos veremos alg�n d�a por aqu�-me pregunt� con gran
apremio-?.



-Posiblemente.



Me fui de all� con una sensaci�n extra�a.



-��Eeeehh-me grit� en la lejan�a-. No s� tu nombre!!.



-�No te lo he dicho-contest� ir�nica-!.



Pude ver que �l sonri� con confiado sarcasmo, como si supiera
que volver�amos a encontrarnos, lo que me hizo sonre�r a m�. Volv� a casa, dej�
a Kiko en su cesta para que durmiera y yo me met� en la ducha para darme
una buena limpieza que me dejara impecable. Despu�s me met� en cama y dorm� como
un lir�n hasta la ma�ana siguiente.



Al despertar, lo hice con la sensaci�n de que todo hab�a sido
un sue�o, pero el dolor de mi cuerpo me dijo todo lo contrario. Me levant� de la
cama, me puse el albornoz(siempre duermo desnuda) y me fui a ver un poco la TV.
Mientras echaba un pitillo, hice repaso a todo lo ocurrido la noche pasada.
Charlie
, su excitaci�n, mi locura al dejarme ser follada�Me ech� las manos a
la cabeza y llor� desconsoladamente. Fue entonces cuando entend� lo que mis
padres y todos mis amigos me hab�an ido diciendo a lo largo de los a�os: estaba
sola. Me obsesion� tanto con mi vida profesional, que no hice vida personal. �De
que sirve cumplir tus sue�os si no tienes con quien compartir esa alegr�a?. Por
suerte no ten�a un trabajo al que volver a toda prisa, era mi d�a libre, solo
que en vez de ir al cine, � alquilar una pel�cula, me qued� all� sola, llorando
por haber sido tan tonta. Escuch� entonces un gemido a mi lado y vi a Kiko
mir�ndome con tristeza.



-Hola mi amor. Mam� esta triste, pero no pasa nada �vale?.
Estoy bien.



Gimi� de forma lastimera un par de veces viendo mis l�grimas.
Le rasqu� la cabeza y le di mimos. �l me lami� un poco la cara haci�ndome
cosquillas y me hizo sonre�r un poco. El bueno de Kiko me sac� un poco de
la tristeza en la que hab�a ca�do. Mientras le rascaba, desfilaron por mi mente
las im�genes de la noche pasada e intent� comprender como era posible que
aquello, siendo algo tan perverso, me hubiera gustado tanto, y me pregunt�
tambi�n si ser�a posible que Kiko pudiera hacerme lo mismo. Lo cierto era
que en aquel momento necesitaba evadirme de todo. Necesitaba sentirme bien.
Quer�a huir de aquel dolor.



-�Quieres mimos eh?...Que cari�oso eres guapet�n�



Le hice un par de caricias por el lomo y baj� a su vientre y
como siempre que yo hac�a eso, �l se ech� en el suelo para dejarse acariciar.
Estuve haci�ndole caranto�as unos minutos, y buscando un modo de evadirme del
dolor, mi mano baj� hasta su oculta verga, acariciando lentamente para
excitarlo. Kiko pareci� no molestarse por las intenciones de su ama, todo
lo contrario. Segu� acariciando hasta ver asomar una gran polla rojiza de
considerable tama�o. Ca� en la cuenta de que nunca hab�a llevado a Kiko
de perras para que se desahogara, pobrecito m�o. Bueno, ah� estaba yo para
aliviarle. �Quien mejor que su propia ama para satisfacer sus necesidades?. Con
cuidado de no lastimarlo toqu� su polla para notarla, la paje� un poco
sinti�ndola en todo su esplendor y Kiko resopl� un poco dici�ndome que le
estaba gustando lo que le hac�a. Deslic� el cintur�n de mi albornoz, abri�ndolo
a los lados para que me viese desnuda. Me sent� ponerme h�meda mientras
masturbaba a mi perro, pero realmente h�meda. El gran tama�o que ten�a y lo
caliente que estaba me ten�an en trance. Dej� de sobarle y volv� a echarme en el
sof�, recost�ndome un poco y abriendo mis piernas para dejarle mi vulva a la
altura de su hocico. �l se levant� del suelo, se puso entre mis piernas
olfate�ndome y sin que le dijera nada, se puso a lamerme. Al primer lamet�n
perd� la noci�n de la realidad y gem� de puro goce. No hab�a sentido nunca nada
igual. Su lengua me saboreaba con rapidez, mis jugos le volv�an loco y me puse
cachonda. Qued� all� un buen rato dejando que me lamiera y me probara el tiempo
que hiciera falta. El placer que me estaba dando me puso tan caliente que mis
mejillas volv�an a arderme de lo excitada que me ten�a.



-Aaaaaahh aaaaaaaahh aaaaaaaaaah aaaaaaah aaaaaahh
aaaaaaaaahh�l�meme bien mi amor�b�bete los jugos de tu ama querida�dale Kiko
dale�mmmmmmmm�



Me relam� varias veces, mi cabeza desvariaba, mi cuerpo
recib�a su lengua de buena gana y sent�a derretirme all� reclinada. No ten�a
idea de lo que me hab�a estado perdiendo hasta que lo hab�a probado. Kiko
era una joya en bruto que ahora estaba mostrando toda su habilidad. No pod�a
creerlo: �hac�a tan solo unas horas me hab�a entregado a un mono y ahora iba a
hacerlo a mi propio perro!. �Qu� diablos me estaba pasando?. �Es que estaba
perdiendo la raz�n � simplemente estaba desesperada por estar sola?. Lo �nico
que sab�a en ese instante es que solo quer�a llegar al final. Quer�a mi amado
perro me montara, que me follara. Me incorpor� para ponerme a cuatro patas como
a las perritas separando bien las piernas facilit�ndole la tarea y quit�ndome el
albornoz para que me tuviera a su entera disposici�n.



-Vamos Kiko vamos�m�ntame Kiko�venga, s�bete y
m�ntame�vamos perrito bonito m�ntame�



Fue fant�stico sentir su peso sobre mi cuerpo cuando se me
subi� a la grupa. Abr� un poco mis labios vaginales y con los dedos y
aaaaaaaaaaaaaaaarrrggghhh me la clav� hasta el fondo. Lanc� un ronco y largo
gemido cuando me hubo penetrado. Puso sus patas en mi cintura sujet�ndome bien y
se dispuso a follarme como un loco.



-�Aaaaahh aaaaahh aaaaaahh aaaahh aaaaaahh aaaaaaaahh aaaaahh
aaaahh aaaaaahh!���KIKOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!...oh dios m�oooooooooo que
perrooooooooooooooo�f�llame Kiko, m�ntameeeeeeeeeeeeeeeeeee�



Era incre�ble la fuerza y la rapidez con que me follaba. Yo
cre�a que Charlie era r�pido, �pero Kiko le ganaba con creces!. En
mis o�dos escuchaba un "plop plop plop plop plop" de chocar sus caderas en mi
culo que me excit� a�n m�s. Su polla en mi co�o era deliciosa y todo un vicio
para mi cuerpo. Mis pezones me iban a explotar de lo duros que estaban, y mi
panocha se dilataba que era una barbaridad. All� tumbada con los ojos cerrados
estaba dejando que mi perro me follara. Me lo estaba pasando bomba, gimiendo
como una loca esperando que su semen me inundase y me hiciera gozar como la
perra que era. Kiko segu�a taladr�ndome a una velocidad de v�rtigo
haci�ndome resoplar y jadear, sintiendo que el momento final se acercaba a pasos
agigantados.



-MMMM MMMMM MMMM MMMMM�OOOOOOH OOOOOOHH OOOOOOOOH OOOOOOHH
OOOOOHH OOOHH�S�, S�III S�IIIIIIIIIIIII�ME CORRO�ME CORRO TODA�F�LLAME KIKO,
F�LLAME VIVA�ME CORROOOOOOOOOOOO ��AAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRGGHH!!...



Me corr� por todas partes pero �l aun no hab�a terminado y
sigui� un poco m�s hasta que s� me llen� de su semen, que no paraba de salir,
como si �l fuera una fuente. Mis orgasmos iban uno detr�s de otro llev�ndome a
gritar de placer. Tanto semen ech� que not� como algo se me resbalaba por las
piernas. Estaba muy caliente, pero lo peor fue que un enorme bulto se le form� y
se meti� en mi vulva. Hab�amos quedado enganchados uno con otro y tuve miedo
pensando que aquello ser�a para siempre, pero al cabo de unos minutos de seguir
echando semen empez� a deshinchar su bulto y pudimos desengancharnos. Quedamos
culo con culo, como tantas veces hab�a visto en algunos parques cuando sacaba a
Kiko de paseo, antes de quedar desunidos. Tir� un poco de su lado, yo del
m�o y se sali� de m�. Mir� a mi vulva y la vi empapada de semen. Estaba perpleja
al comprobar la copiosa corrida de un perro. Debido al cansancio que ten�a no
pude si no quedar all�, en la misma posici�n, esperando que tuviera un poco de
fuerzas para ducharme y saber que hacer. Mal hecho. Kiko debi�
interpretar que quer�a m�s guerra, porqu� me foll� otra vez, y otra vez, as�
hasta 4 � 5 veces que me convert� en la perra de mi perro. Qued� tan satisfecha
que pens� que hab�a muerto y ascendido al cielo. Haciendo acopio de fuerzas me
sent� y vi como Kiko se lam�a la polla, que estaba brillante de mis
jugos. Al verle as� sent� que me hab�an dado la misma bofetada que con
Charlie
: la bofetada de la culpabilidad. Me qued� tan trastornada, tan
angustiada, que levant�ndome como pude me met� en la ducha, me vest�, met� a
Kiko
en el maletero y conduje una hora hasta volver a mi antigua ciudad y
llamar al timbre a casa de mis padres como una loca. Cuando vi a Mam� abriendo
la puerta llor� y me ech� en sus brazos.



-�Tesoro!, �pero que haces aqu�?.



-��Mam�aaaaa!!...lo siento mucho Mam�lo siento lo siento lo
siento�



Me llev� a la sala de estar y nos sentamos all�. Volv� a
abrazarla llorando como cuando era ni�a. Necesitaba m�s que nunca que me
confortase.



-�Qu� ha pasado mi amor?. Vamos, cu�ntame. �Qu� pas�?.



-Ay Mam�es que�lo siento�lo siento mucho�



-�Pero el qu�?.



-No haberos hecho caso, a ti, a Vanesa, a Lola, a todos. Lo
siento mucho Mam�. Ahora entiendo lo que quer�ais decirme.



Mam� qued� como petrificada mir�ndome. Parec�a una estatua.



-�Paco!, �PACO!. Dios m�o, que ya ha ocurrido.



-�Qu� dices, Macarena-pregunt� mi padre desde la cocina-?.



-��Que ya ha ocurrido Paco!!.



Mam� me abraz� con tanta fuerza que casi me estaba rompiendo
las costillas. Yo no entend�a nada. Sent� un beso en mi coronilla y alguien que
me abrazaba desde atr�s y supe que era Pap�, confort�ndome junto a Mam�.



-�Pero que pasa Mam�?, �por qu� lloras?.



-Mi amor, te quiero mucho�Llevo esperando este d�a desde que
ten�as seis a�os.



-�C�mo-pregunt� confusa-?.



-A�n recuerdo el d�a que viniste a decirme que quer�as ser
veterinaria, y no sabes como me hizo feliz que mi ni�a quisiera ayudar a los
animales, pero con el tiempo te aislaste de la gente, apenas sal�as a
divertirte, no ten�as novios, solo viv�as para estudiar. Yo rezaba cada noche
para que vieras lo que quer�amos decirte. No sabes la angustia que he vivido
todos estos a�os, lo mucho que deseaba que llegara este momento.



-�Pero por qu� no me dijiste nada Mam�-solloc�-?.



-Por qu� no quer�a interponerme en tus sue�os. Se te ve�a tan
ilusionada�



Enjuagu� las l�grimas de Mam�, le di un beso en la mejilla y
otro abrazo tan emocionada que casi volv� a llorar.



-�T� lo sab�as Pap�?.



-Claro que s�, y quise hablarlo seriamente contigo, pero ella
no quiso. Dec�a que ya te dar�as cuenta por ti misma, y por lo que he visto
ten�a raz�n.



-�Pero que pas� para que te percataras de una vez-me pregunt�
Mam�-?.



-Nada, no pas� nada-respond�-. Ayer cerr� yo el zoo como
siempre, pase� por �l antes de irme y luego volv� a casa, y esta ma�ana cuando
me despert�, no s�, me sent� tan vac�a Mam�, tan sola�y mir� a mi alrededor y vi
que estaba sola�y solo pude coger el coche y venir a veros�solo pod�a pensar en
venir a veros�



-Que felices somos cari�o-me dijo Pap�-�por fin lo has
entendido. Ahora sabes que si insist�amos tanto era porqu� te quer�amos mucho y
no quer�amos verte sola.



-Lo s� Pap�. Ahora lo s�-respond� con vehemencia-.



-Y por suerte ha sido a tiempo.



-�A tiempo?, �a tiempo de qu�-pregunt�-?.



-De cambiarlo-me contest�-. Hija m�a, ya has conseguido tus
sue�os con solo 24 a�os. Mucha gente tarda toda una vida en realizarlos, pero t�
ya lo has hecho. Ahora puedes dedicarte a ti, a ser feliz, a buscar un buen
hombre, a divertirte y a recuperar el tiempo perdido. No desaproveches esta
oportunidad que se te ha brindado.



Abrazado entre ellos, record� mi breve encuentro con Fernando
y Perla la noche pasada y sonre� pensando en volver a encontrarme con �l.
Ciertamente me hab�a cautivado mucho anoche y en mi coraz�n dese� volverlo a ver
lo antes posible.



-S� Pap�. Lo har�, te lo prometo.



Pas� el d�a entero con ellos y con V�ctor, mi hermano
peque�o, el cual se llev� un alegr�n al ver a su hermana que volv�a a casa. Fue
un d�a memorable lleno de recuerdos y ternura como hac�a mucho que no ten�a. Me
qued� a dormir all� y a la ma�ana siguiente muy temprano volv� a mi trabajo como
si nada hubiera pasado. Mis jefes me preguntaron si hab�a pasado algo ya que
hab�an visto una peque�a mancha de sangre. Les dije que Charlie se hab�a
alterado y que a lo mejor hab�a herido a alguna mona. Ellos creyeron mi historia
y nadie jam�s supo lo ocurrido. Me apen� mucho no poder contarle a mis padres
toda la verdad, pero aquello se hab�a en mi pasi�n secreta, en mi vicio
inconfesable, pero albergu� la esperanza de poder sincerarme alg�n d�a.



Hace casi un mes que despert� de mi letargo gracias a mi
org�a con Charlie y Kiko. Desde entonces he dedicado un poco de
tiempo a m� misma, aument�ndolo poco a poco con el paso de los d�as: empec� a
salir de marcha con mis viejas amigas, a divertirme para compensar los a�os
perdidos, y porqu� no, a echar un buen vistazo a los hombres. A�n no he
encontrado a ese Donju�n que me enamore y me haga suspirar, pero tengo el anhelo
de que alg�n d�a dar� con �l, � �l conmigo. Respecto a Fernando y Perla,
he salido todas las noches por los lugares cercanos donde nos encontramos
aquella vez, deseando volver a verlos, pero para mi decepci�n no ha sido as�.
Sin embargo, a�n recuerdo la sonrisa p�cara que me lanz� en la distancia y la
sensaci�n de que pronto volver�amos a vernos. Estoy deseando que eso suceda. He
so�ado muchas veces con ese reencuentro, e incluso que le contaba a Fernando mi
secreto y que a �l no solo le gustaba si no que adem�s �l lo hac�a con la
preciosa Perla. Por su parte, Kiko y Charlie siguen
ech�ndome unos polvos sensacionales. Nada me gusta m�s que ponerme a su
disposici�n para dejar que me gocen a su antojo y me follen hasta la locura,
para convertirme en toda una amante de los animales como cuando era ni�a, y para
hacerme la mujer m�s feliz del mundo. Lo reconozco: soy zoof�lica, y me encanta�







Relato: Bego�a: pasi�n inconfesable
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Tiempo de lectura: 23minuto/s





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