El cada rato me invitaba a tomar caf�, a almorzar y cosas
as�, a mi me encantaba que hiciera eso porque me sent�a deseada, lo �nico malo
es que nunca intentaba algo mas all� de una buena conversaci�n.

Como les cont� anteriormente, me gusta usar minifaldas aunque
no me las pongo todos los d�as, hay d�as en las que llevo una falda que me llega
hasta un poquito mas arriba de las rodillas solamente.

En la oficina cuando ve�a a Sergio le coqueteaba. Al entrar
yo en su oficina, siempre me sentaba en una pose sensual, cruzando mis piernas y
dejando que el las viera, ya que siento que mis piernas son mi mejor arma cuando
de seducir a un hombre se trata. Tambi�n cuando el entraba en mi oficina, nos
sent�bamos en el sof� que tengo, para coquetearle de la misma forma, tambi�n
cuando caminaba me le insinuaba bastante.

Mi objetivo era seducir a Sergio y lo consegu�. Un d�a me
dijo que si pod�a pasar por la oficina que ten�a que entregarme unos documentos
y hablar conmigo sobre una cosa, le dije que claro, pero nunca pens� que ven�a
con otras intenciones. La verdad pens� que Sergio se me insinuar�a de otra
manera y esa ma�ana me tom� por sorpresa.

Ese d�a ten�a una falda no muy corta, me llegaba hasta un
poquito mas arriba de la rodilla, como 3 dedos solamente, era ajustada y era de
color negro. Tambi�n tenia una blusa de botones, rosada y ajustada, mi ropa
interior era brasier blanco, tanga negra, medias y zapatos de tac�n, es decir,
iba como me gusta vestirme, sexy, pero nada para hacer que cualquier hombre
cayera.

Sergio lleg� y estaba normal, traje, corbata, bien afeitado y
con loci�n. Cuando entr� not� que algo andaba mal porque cerr� la puerta y cerro
las persianas de la ventana, el nunca hab�a hecho eso. Lo que pens� es que lo
que ten�a que contarme era algo supremamente importante y delicado y quer�a
privacidad. Ahora entiendo porque quer�a privacidad aunque no se si lo logr� del
todo. Entr� y me salud� como siempre, con un beso en la mejilla, me dijo que hoy
estaba demasiado linda y que verme de esa manera hab�a hecho que se apresurara a
hablar conmigo. Le dije gracias y claro, comenc� a seducirlo, pero de una manera
suave, digamos que hasta inocente. El me entreg� los documento, esa parte de lo
que el dijo era cierta, cuando me los entreg� el se ofreci� para explic�rmelos.
Ah� si pens� que sus intenciones eran otras porque nunca hab�a pasado algo as�,
adem�s si necesito explicaci�n la pido y ya. El se paro de la silla donde estaba
sentado y para "explicarme" los documentos rodeo el escritorio y se puso detr�s
de m�. Yo sab�a cuales eran sus intenciones, pero me encant� que por fin se
hubiera decidido intentar hacer algo conmigo. En ese instante me hubiera gustado
que mi falda fuera mucho m�s corta, cuando cruc� las piernas, no se ve�an mucho,
solo un poco mas arriba de la rodilla, aunque como era ajustada si se marcaban
bien las piernas.

Cuando me estaba diciendo algunas cosas sobre los documentos,
me dijo que definitivamente estaba muy linda hoy y que mi perfume lo enloquec�a.
Comenz� por acariciarme el cabello, lo hecho para atr�s y me dio un beso en la
mejilla.

Cuando dijo esto comenz� a besarme el cuello, y de una me
agarr� las tetas por encima de la blusa. Lo �nico que hice fue cerrar los ojos y
comenzar a disfrutar, aunque no estaba tan segura.

Claro que lo deseaba y estaba pasando algo que quer�a que
pasara desde hace tiempo, solo que en ese instante dude, porque nunca lo hab�a
hecho en la oficina, nunca lo hab�a hecho en un sitio en donde hubiera mas
gente, siempre lo hab�a hecho en lugares donde por lo menos hab�a seguridad que
estaba sola con mi amante de turno.

El continuaba bes�ndome el cuello y agarr�ndome de las tetas,
comenz� a desabotonar la blusa e introdujo sus manos para continuar agarr�ndome
las tetas. En ese instante yo ya estaba perdida y quer�a de todo con este tipo
que me hab�a excitado tanto. Cuando el estaba a punto de poner una de sus manos
en mis piernas, le dije que se detuviera por un instante, entonces me par� a la
fuerza porque quer�a ir a revisar que la puerta estuviera asegurada y que nadie
nos interrumpiera ese momento, pero cuando estaba saliendo de mi escritorio,
Sergio no me dejo avanzar mas, me tomo por la espalda, me empujo hacia la
ventana que daba a la calle, por fortuna es un edificio y est�bamos en el 8
piso, as� que nadie nos pod�a ver por la ventada. Cuando me ten�a recostada,
mirando hacia la ventana, contin�o bes�ndome el cuello, pero esta vez de una
forma mucho mas apasionada, estaba totalmente descontrolado y yo ya estaba
gimiendo y disfrutando como loca de la situaci�n.

Mientras me besaba el cuello descontroladamente, desaboton�
por completo la blusa y me bajo el brasier, mis tetas salieron por encima de
este y estaban tiesas y con los pezones apuntando al cielo. Sergio me besaba y
me apretada las tetas, me las sobaba y yo gozando y gimiendo como loca. Contin�o
bes�ndome el cuello y ahora sus manos me subieron la falda, como la falda era
ajustada, cuando la subi�, se mantuvo arriba sin ning�n problema. Al ver mi culo
sin la falda, me dio nalgadas, me lo apret� y bajo a comenzar a chup�rmelo. Me
lo besaba y yo gem�a como loca. Mientras me chupaba el culo, paso sus manos por
mi cuca, por encima de mi tanga y supo lo mojada que estaba. Luego me bajo la
tanga, cuando esta cayo el la tiro a un lado, luego abri� mis piernas y comenz�
a chupar mi culo, luego me volte�, subi� mi pierna izquierda en su hombro y
comenz� a chuparme la cuca. Me chupaba el cl�toris, me met�a la lengua y me daba
mi primer orgasmo. Yo estaba perdida, gem�a, me retorc�a del placer. Despu�s de
venirme por primera vez, acerqu� a Sergio a mi boca y nos besamos con mucha
pasi�n, nuestras lenguas recorr�an la boca del otro descontroladamente. Lo llev�
al sof� que ten�a en mi oficina y le quit� la camisa y le baje el pantal�n y el
b�xer. Que sorpresa me llev� cuando vi ese trozo de pene tan grande y grueso,
que delicia. Cuando me estaba besando el cuello y el lo frotaba por encima del
pantal�n sobre mi culo, ya hab�a sentido que era grande, pero cuando lo vi, mi
sorpresa fue mayor al igual que mi excitaci�n incremento. De una me lo introduje
en mi boca, no me cab�a, la mayor parte quedaba por fuera, adem�s que era s�per
grueso. Lo comenc� a chupar, aunque no como hubiera querido por el tama�o que
ten�a, entonces me dedique a recorrer, a chupar y a lamer el glande. Yo chupaba
como loca y el gem�a. Mientras lo chupaba me acariciaba mi cl�toris y mi vagina
hasta que no aguante mas, no quiera chuparlo mas, mi cuca no aguantaba mas.

Me lo saqu�, vi ese pedazo de verga parado, tieso, grueso, me
acerque a Sergio lo bese apasionadamente y me dispuse a sentarme encina de el.
Me lo fui metiendo despacio hasta que estuvo totalmente adentro. Que delicia!!!!
No solo era la excitaci�n del momento, sino el morbo que daba, parec�a una puta
atendiendo a su cliente. El con la camisa abierta y los pantalones abajo, yo con
mi blusa abierta, mis tetas por encima del brasier, mi falda en la cintura, sin
tanga, con medias, con tacones y siendo infiel, una puta total. Pero no me
importaba, que delicia tener ese pedazo dentro m�o.

Comenc� a cabalgarlo, al comienzo fue suave, mientras me
acomodaba a la verga de Sergio, pero mi excitaci�n no aguantaba mas, empec� a
cabalgarlo como loca, con movimientos descontrolados, sub�a y bajaba de una
forma enloquecida, me lo clavaba duro, lo cabalgaba duro, cabalgaba a toda.
Abajo y arriba, saca y mete y tambi�n me mov�a un poco hacia delante y hacia
atr�s. Mis tetas se mov�an al ritmo de la cabalgada. Que inmenso placer. Sergio
tambi�n se mov�a de arriba abajo, me acariciaba las piernas, me apretaba el
culo, me apretaba y se com�a mis tetas. Tuvimos un orgasmo fenomenal, me corr�
delicioso y el me lleno la cuca de leche la cual comenz� a salir y a recorrerme
las piernas.

Luego me par� y comenc� a chupar de nuevo la verga de Sergio,
la lam�a y limpiaba los l�quidos que ten�a, dur� as� un rato, hasta que se puso
tiesa otra vez y recobr� ese magnifico tama�o. Al ver esto quer�a sentarme otra
vez en ella, pero Sergio me detuvo con sus manos y me dijo que me estuviera
quieta, as� como estaba. Sergio se par� de la silla y se puso detr�s de m�, yo
estaba arrodillada en el piso y recostada de frente contra el sof�. Sergio chupo
mi culo, abri� mis piernas y me la clav� de una, comenz� a clavarme de una forma
descomunal. Yo gritaba del placer que era tener ese pene tan rico dentro de mi
cuquita. Sergio mientras me clavaba fuerte, duro, a toda velocidad, me agarraba
de las tetas, me cog�a la cintura y me daba nalgadas. Mientras me clavaba, mis
nalgas chocaban contra el y el ruido era excitante. Yo gem�a, gritaba de placer,
le dec�a que me diera m�s

Creo que esos gemidos se escucharon en todo el edificio. Tuve
un orgasmo fuerte, intenso, rico y el lleno mi cuca por segunda vez y nuevamente
su semen se sal�a y comenzaba a chorrear por mis piernas.

Fue delicioso, me quede sentada por un momento en el piso.
Sergio se arregl�, se coloco los pantalones, se arreglo el pelo, me dio un beso
y una nalgada y se fue. Yo me qued� en el piso mas tiempo, desarreglada,
semidesnuda, cuando me par�, tome un pa�uelo facial de mi escritorio para
limpiarme. Me coloque mi tanga, acomode mis tetas, apunte mi blusa y me baje la
falda, me arregle y luego fui al ba�o para acabarme de arreglar.

Que follada tan deliciosa hab�a tenido con ese hombre, me
hab�a hecho sentir incre�ble. Cuando sal� del ba�o, algunos me miraron con
ciertas miradas extra�as y no seria raro. Creo que escucharon mis gemidos,
adem�s Sergio entr�, cerro la puerta y se demor� dentro, luego me ven la cara de
satisfacci�n que tengo, porque por mas que una se arregle, cuando un hombre me
lo mete as� de rico, se nota.

Al mediod�a lleg� mi esposo para ir a almorzar, se saludaron
con Sergio y el lo mir� como queri�ndole decir, gracias por esa esposa tan rica
que tiene, si viera como me la acabo de coger. Esa situaci�n me excito mucho,
pero solo hasta la noche me pude desahogar cuando hice el amor con mi marido.
Que rico que es tener dos vergas diferentes el mismo d�a.