Muy temerosamente, ella lam�a el tronco recorri�ndolo por
varios lados, lo leng�eteada como si de un barquillo de helado se tratar�.

- L�mele el nudo, te gustara.

Mi mujer muy obediente lo realiz�, para volver luego a
ascender por el tronco, al llegar a la punta se detuvo y la leng�ete�. Peque�os
chorros de l�quido preseminal sal�an de esa verga y cayeron en la nariz, labios
y lengua de Cynthia.

-�Te gusta?.

-Sabe raro, saladito, pero bien-. Contesto mi esposa.

Arm�ndose de valor se introdujo el glande en la boca, y
principio a chuparlo como acostumbra. Sus labios recorr�an aquella enorme
salchicha, engullendo con m�s confianza su venosa carne, al llegar a la parte
media del tronco realmente ten�a que abrir bien la boca para seguir tragando. Se
mantuvo por un rato mamando de esta forma, agarr�ndole el gusto y se saco el
chorizo del perro de la boca con una sonora succi�n.

- �Mmm, esta bien jugosa!- exclamo alegremente ella .

La toma empez� a abrirse permitiendo notar que el can se
encontraba tranquilamente echado en un costado, sobre una mullida alfombra,
disfrutando de la mamada, con su camiseta y con los coloridos calcetines en sus
patas que complementaban su disfraz de trabajo, mientras mi mujer se atragantaba
ruidosamente con su dura salchicha. Cynthia empez� a hacer gala de sus
habilidades orales con lamidas de lengua al capullo, tronco y al nudo,
combin�ndolo con chupadas en el glande y metidas del nabo en su boca.

En una toma abierta mi esposa y el gran dan�s segu�an en la
misma postura, echados en la alfombra y enfrascados en su disfrute, mientras que
ahora el payaso la aserraba a ella teniendo la pierna derecha de mi mujer sobre
su hombro izquierdo. �l segu�a con su maquillaje multicolor y la peluca y nariz
roja, solo llevaba puesta una camiseta roja y sus enormes zapatos.

-�A que rico bizcocho!, �Esta tan mojado y apretado!- Dec�a
el hombre culeando pausadamente, a la vez que su corbata de mo�o giraba en
ocasiones.

Para esos momentos, sin poderlo evitar, la toalla que llevaba
sujeta a la cintura comenz� a levantarse semejando la carpa de un circo. Cynthia
d�ndose cuenta de eso, meti� su mano en mi entrepierna y empez� a acariciarme
los test�culos.

Seguidamente, se vuelve a ver a mi mujer en la grabaci�n, con
la punta de la enorme monda entre sus labios, engullendo lentamente cent�metro a
cent�metro, al llegar a la mitad del tronco cerro sus ojos y como aguantando la
respiraci�n sigui� comi�ndose aquel enorme salchich�n.

-�Eso es, deja que te llene la garganta y se coja tus
am�gdalas!- le dec�a.

Incre�blemente sus labios llegaron hasta el inicio del
sonrosado nudo, trag�ndose todo el tolete quedando solo la bola afuera de su
boca. Y como un espect�culo de traga sables, Cynthia comenz� a sacar con cuidado
ese garrote canino, al extraerlo completamente de su sonriente boca sal�an
gruesos chorros de saliva o de l�quido preseminal, y con sus azules ojos
llorosos exclam�- �Esta dur�simo!.

Mi esposa se mont� encima del animal quedando en cuclillas y
recogiendo su falda en la cintura, el perro estaba tumbado muy tranquilamente
panza arriba dej�ndose hacer, con su mano derecha ella sujetaba la gran verga y
se la embarraba en el co�o como prepar�ndose a insert�rsela. Poco a poco se la
fue metiendo al parecer sin dificultad.

En la siguiente imagen, con el can echado de espaldas solo se
apreciaban sus patas traseras recogidas y sus gran escroto que oscilaban abajo
del culo de mi mujer, el animal se ve�a a merced de la hembra quien se lo cog�a
suavemente, ella ten�a sus rodillas sobre la moqueta en los costados del animal,
y con ambas manos se separaba sus hermosas nalgas y el cord�n de la tanga, lo
que permit�a apreciar su ano y a la gran bola anidada en el exterior de su
vagina.

El payaso se acerco haciendo que mi esposa se inclinara hacia
enfrente apoy�ndose sobre sus codos, mientras que �l acomodaba su verga cubierta
con un preservativo entre las nalgas de ella, al entrar su cipote mi mujer lanz�
un peque�o grito y comenz� a gemir. Era la segunda doble penetraci�n que gozaba
en su vida, pero no creo que alguna vez se hubiera imaginado Cynthia que en esta
ocasi�n se estar�a comiendo un gran hot-dog canino por el co�o y el chorizo de
un payaso le diera por el culo.

Se estuvieron cogiendo por un buen rato con movimientos
suaves, lentos y acompasados, con abundantes exclamaciones de placer. Cosa que
contrasto con lo que sucedi� a continuaci�n.

Ahora mi esposa se encontraba en la cl�sica postura de
perrito ya sin su falda pero con la blusa, aguantando los furiosos embates del
macho, el can la sujetaba con sus patas delanteras fuertemente de la cintura,
recostado encima de la espalda de ella con la cabeza sobre el hombro izquierdo.
Lo m�s notable eran las caderas y nalgas de mi mujer echadas hacia atr�s
bambole�ndose ante los fuertes movimientos del perro al culear, haciendo un
estruendoso sonido de �clap! �clap!, aunado a los intensos jadeos de mi mujer.
El animal era incansable y no dej� de moverse ardorosamente por mucho tiempo, en
ocasiones parec�a perder el equilibrio de las patas traseras, pero lo recuperaba
y continuaba culeando.

El ver esta grabaci�n, al parecer volvi� a encender la sangre
de Cynthia, quien haciendo a un lado la toalla que me cubr�a, se puso a chuparme
el pene sin perder detalle tambi�n de lo que segu�a en la grabaci�n.

Despu�s en una toma cerrada se ve�a que los colgantes huevos
del can y el nudo eran lo �nico que estaba fuera de la vagina de Cynthia, quien
muellaba sobre sus piernas con los espasmos t�picos de un orgasmo, su co�o
estaba completamente h�medo y con el cipote del macho insertado completamente,
dos gruesos flujos de una leche muy acuosa salieron de sus labios vaginales
corriendo hacia su vientre, su cl�toris se apreciaba muy hinchado. Despu�s de un
momento, reanudo ahora mi esposa el movimiento insert�ndose la verga del macho
todav�a en su interior por otro rato m�s, el nudo goteaba l�quidos debido a la
gran cantidad de flujos que ambos secretaban. Al quedarse quietos el enorme
chorizo comenz� a salir muy lentamente, otra vez los labios vaginales se
distendieron ampliamente al recorrer la parte central del venoso miembro y al
salir el glande, un enorme torrente de esperma brotaba del interior de la vagina
escurri�ndose por el fuste y base del capullo al suelo. Realmente era
impresionante la cantidad de semen con el que esa verga hab�a inundado al conejo
de ella, tardo un rato en dejar de gotear leche del glande que segu�a ubicado en
la abertura de la rajita de mi mujer tambi�n chorreante de semen.

Creyendo que todo hab�a terminado, me sorprend� al ver que
ahora el payaso estaba acostado, filmando y enfocando hacia su bajo vientre
cuando Cynthia ya solo con sus medias y tanga, se monto encima de �l. Con su
culo hacia el objetivo de la c�mara, se insert� en el co�o el pene con
preservativo del camar�grafo, que realmente no rivalizaba con el del can. Mi
esposa empez� a subir y bajar sobre esa verga separando con su mano derecha la
nalga del mismo lado y atorando en ella el cord�n de la tanga, permitiendo
observar la follada claramente. En la escena a continuaci�n, ambos segu�an en la
misma postura, pero ahora el perro peque�o "Pulga" se encontraba sobre la
espalda de ella, solo se apreciaba la parte posterior del animalito con sus
cortas patas y su gran escroto, suspendidos y mene�ndose encima del trasero de
mi mujer. Un peque�o estilete rojo sal�a de la funda de su verga y picoteaba el
gl�teo izquierdo de Cynthia dejando un rastro acuoso y brillante en su camino
hacia la hendidura del culo, al hacer diana en el ano los movimientos del can se
hicieron febriles arranc�ndole gritos a mi esposa, mientras el payaso con una de
sus manos le separaba alternadamente las nalgas, para facilitar la penetraci�n,
y enganchaba el cord�n de la tanga en la pata derecha del chucho.

La siguiente fue la mejor toma de la grabaci�n, en un
acercamiento donde se apreciaba principalmente a las mejillas anales y una gran
porci�n de la nalga derecha de Cynthia en una gran doble penetraci�n, la forrada
verga del camar�grafo estaba bien insertada entre los jugosos y turgentes labios
vaginales, y suced�a lo mismo con el chorizo del can, s�lo se apreciaba una
porci�n del rojo, h�medo y venoso tronco que parec�a tener el mismo grosor que
el del payaso y que atiborraba el ano de mi mujer, �nicamente sus oscilantes
huevos estaban fuera de aquel culo. Gran cantidad de flujo ba�aba al ano, co�o y
la estirada regi�n de piel entre ellos, mientras que las nalgas de ella se
mec�an por los embates de "Pulga" que la culeaba sin parar, retumbando
ruidosamente el golpeteo de sus muslos sobre los gl�teos. Era notable que
pr�cticamente sin punto de apoyo visible, el animalito clavaba y clavaba sin
parar su miembro, manteni�ndose as� por cinco minutos o m�s, d�ndole por culo a
Cynthia, cuyos gemidos se escuchaban de fondo, y que fueron haci�ndose m�s
sonoros conforme el cl�max se acercaba. Al llegar �ste, las convulsiones del
orgasmo hicieron que su mojado ano se distendiera ampliamente dejando escapar
repentinamente al nudo encajado en el interior. Mi esposa gritaba de placer
cuando la roja bola sal�a de su culo, su jugoso orificio permaneci� muy abierto
sufriendo peque��simas contracciones y dilataciones, que revelaban la intensidad
del orgasmo femenino, pudi�ndose ver parte del interior de su recto albergando
la venosa y roja verga del can. Esta comenz� a salir lentamente de su encierro,
junto con un gran torrente de blanquecina leche que ba�� tanto al co�o de ella
como a la verga y abdomen del payaso. El miembro de "Pulga" era de dimensiones
comparables a las del camar�grafo y se quedo reposando sobre las nalgas de
Cynthia cuyo ano se cerraba lentamente.

En la �ltima escena, "Ceniciento" se encontraba sobre sus
cuatro patas con su enorme verga hacia su costado izquierdo y con mi mujer
haciendo desaparecer el salchich�n dentro de su boca. Sin ayuda de las manos y
solo con sus labios ella mamaba ansiosamente con los ojos cerrados, cuando se
zafaba de su boca se restregaba el rostro sobre el tolete canino, permiti�ndole
humedec�rselo con su l�quido preseminal. Despu�s volv�a mi esposa a chup�rselo
golosamente, su cuello denotaba el esfuerzo que hacia, su ment�n estaba ba�ado
de l�quido, mientras su labio inferior recorr�a firmemente la roja carne venosa.
Era tal el tama�o de ese pene, que ocultaba en esa toma de la c�mara, a la nariz
y al ojo izquierdo de Cynthia. Un peque�o hilo de l�quido blanco corri� en el
labio inferior y empez� a gotear al suelo, era la se�al inequ�voca de que el
macho estaba principiando a derramarse en la boca de mi mujer y llen�ndosela de
tal forma que ella tuvo que abrir sus labios liberando un gran chorro de leche.
La oscilante verga liberada segu�a explotando como si fuera un volc�n de acuoso
semen, embadurnando todo el rostro de mi esposa y hasta su ya deshecho peinado,
al mismo tiempo apareci� el pene del payaso encima de la cara de ella,
disparando gruesos reguerones de leche que recubr�an su frente, mejilla derecha
y boca. Cynthia se mantuvo recibiendo firmemente y con los labios bien abiertos,
el ba�o l�cteo a dos fuegos hasta que se les termino la carga.

Finalmente ella se recargo hacia atr�s con sus brazos,
p�rdida en semen, mientras el payaso golpeteaba su frente con su verga
semierecta, casi todo su hermoso rostro brillaba barnizado con una transl�cida
mascarilla de mecos perrunos, con dos gruesos chorros del esperma m�s denso del
hombre que lo cruzaban desde su frente a la barbilla. Mi mujer exhausta,
semejando una reina del bukkake, con la boca abierta mostraba su lengua que
blanqueaba de leche, empezando a despintarse tambi�n su antifaz de maquillaje.

Tal visi�n me hizo imposible resistir m�s y acab� de estallar
en la h�meda boca de Cynthia.

CONTINUAR�.

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