Relato: Mam� Z (II - Final)





Relato: Mam� Z (II - Final)

En esas condiciones f�sicas me sorprendi� la llamada de
Lucrecia para acudir a rodar varias escenas de una pel�cula que se hab�a
comenzado. Le dije que no estaba en condiciones, pero ella insisti� y, ante mi
radical negativa, me sugiri� que leyese el contrato. Preocupada lo le� y,
efectivamente, si no cumpl�a hasta el d�a del parto pod�an llevarme a juicio.
Espanto me daba comparecer en un juicio por incumplir un contrato de actriz
pornogr�fica. Me imaginaba a mi marido leyendo la primera citaci�n.



Me present� en la casona de rodajes, faltar�a m�s, pensando
que, como no conoc�a el gui�n, me volver�a a mi casa con unos papeles para
estudiar. De eso nada, me entregaron dos folios para que los leyese r�pidamente
con el consejo de que no me preocupase porque el di�logo era pr�cticamente
inexistente y, adem�s, se doblaba todo despu�s. En caso de olvidar una frase
solamente ten�a que simular que hablaba.



Seg�n deduje de mis dos folios mientras me maquillaban, mi
papel era el de esposa en un matrimonio zoof�lico que contrataba una criada que,
entre otras tareas, deb�a atender las necesidades sexuales de los tres perros de
la casa. Adem�s, el matrimonio invitaba el fin de semana a una partida de amigos
para organizar una org�a con los perros incluidos. Mi protagonismo estaba en las
siguientes ocasiones: Al inicio de la cinta comienza la pel�cula con unos
primeros planos m�os siendo follada por un perro al que auxilia mi supuesto
marido. Despu�s el tal marido se coloca ante mi para que le mame la polla
mientras el perro sigue jodi�ndome. Pasado el desenlace de esa escena, en la
siguiente, mi postizo marido y yo recibimos a la nueva criada, a la que, sin
mediar mucho razonamiento, convencemos casi de inmediato de que se preste a
probar la jodienda de nuestros perros para que compruebe si le complace el
puesto de trabajo. Por supuesto le complace. Mi papel es el de ayudante de
penetraci�n - mamporrera, creo que se dice- y preparaci�n masturbatoria del
animal mientras la criada mama la polla del marido. Despu�s yo limpio el esperma
de perro con mi lengua y me lo trago en primer plano.



En otra escena, supuestamente a la ma�ana siguiente, soy
follada analmente por otro perro distinto y la criada, que supuestamente viene a
despertarme, ayuda a mis orgasmos comi�ndome el co�o mientra el chucho se ocupa
de mi culo. Mientras sigo leyendo el "gui�n" advierto que la maquilladora me
coloca un collar de cuero para perro donde se lee en letras doradas MAM� Z. Sigo
leyendo y me va gustando m�s porque ya la cosa deriva en org�a, me calienta
mucho ver que en las suguientes escenas intervienen m�s de veinte protagonistas
humanos, eso est� bien, me embriaga estar al tanto de que mucha gente ve como
soy follada: Yo recibo orgullosa y alegremente a los invitados de la org�a toda
desnuda salvo mi collar y aguantando con las manos mi barriga; Llegan una pareja
y un hombre. Como supuestamente los dem�s se retrasan, decido entretenerlos con
una exposici�n de mi fecundada masa que los calienta y acaban haci�ndome una
penetraci�n doble los hombres mientras como el co�o de la hembra. Llega el
marido que se pone a joder a la mujer por el culo y as� nos pillan el resto de
invitados a quienes, por defecto del gui�n, nadie ha abierto la puerta. Todo el
mundo se pone a follar con todo el mundo y el gui�n se reduce a decir que "lo
que salga", pero eso s�, acota que la "pre�ada" debe ser filmada follando con,
al menos, dos perros y al menos, tambi�n, diez minutos. A�ade: si es posible
follada por la vagina y la boca por dos hombre y por el culo por un perro.



El rodaje supuso cuatro d�as de sesiones y no se ci�� mucho
al gui�n, sobre todo porque el capullo del director no previ� que alguien se
encargase de impedir la introducci�n del bulbo en los agujeros. Cada actriz
follada por perro se cuid� por si misma de hacerlo, pero en la escena de la
org�a final, en pleno caos, una chica y yo quedamos atrapadas y el director hizo
que nos aproxim�semos para besarnos mientras los respectivos amantes caninos nos
daban la espalda impasiblemente ligados a nuestros esf�nteres anales. La
muchacha y yo nos calentamos tanto que acabamos en un monumental 69, escena
final de la pel�cula.



En ese rodaje creo haber contado 46 orgasmos en el total de
los cuatro d�as, por lo menos 11 de media por sesi�n. As� no es de extra�ar que
creciese mi adicci�n al sexo extremo. Durante todo el tiempo no apareci�
Lucrecia. Ech� en falta el sabor de los jugos de su co�o.



Antes del parto rod� escenas de otra pel�cula para la secci�n
"cazando pre�adas", donde me encontr� por primera vez follando con cinco negros,
y otra de zoofilia donde, por introducirme dos gruesas bolas chinas en la vagina
mientras me sodomizaba un podenco, me orin� al orgasmar y el resto de los
actores y actrices, contagiados, terminaron orinando en corro sobre mi, ya fuera
en mi ansiosa y abierta boca, en mis gr�vidas tetas o en mi descomunal barriga.



Quiz� por el ajetreo el parto se adelant� dos semanas. Menos
mal que durante �l mi marido no estuvo presente y no escuch� los comentarios del
obstetra y la comadrona acerca de mis fogosas y extraordinariamente frecuentes
pr�cticas sexuales que mi co�o delataba para estar embarazada.



Volv� a casa con mi bebita dispuesta a olvidar los
aconteceres de los �ltimos meses y comportarme como dios manda. Mi beba se
criaba sin problemas y me leche era extraordinariamente abundante. Todos los
d�as deb�a extraerme parte de ella y tirarla.



Lo que simult�neamente tem�a y ansiaba se produjo. Poco
despu�s de cumplirse mi cuarentena por el parto recib� llamada de Lucrecia. En
principio se interesaba de parte de la empresa sobre si hab�a recibido en mi
cuenta corriente los honorarios de mi contrato. Inmediatamente me dio un vuelco
el coraz�n. Imb�cil de mi, nunca hab�a pensado en ello. Si mi marido examinaba
los extractos de la cuenta se preguntar�a por el origen de los ingresos. Por
otro lado quer�a saber si estaba dispuesta a firmar un nuevo contrato mucho
mejor remunerado, pero ten�a que ser de inmediato porque se quer�a aprovechar la
leche de mis tetas en las primeras pel�culas. Le dije a Lucrecia que lo
pensar�a. Pero la excitaci�n de mostrar mis ubres plet�ricas y manando leche ya
me oblig� a masturbarme.



Mi primera tarea la d�a siguiente fue examinar todos los
extractos de cuenta del banco y romper las hojas de los ingresos por mi
actividad sexual: 25.000 euros.



Ingenua de mi jam�s se me hubiera ocurrido ganar tanto dinero
por el mero hecho de satisfacer mis depravaciones. Comenc� a barruntar que quiz�
no era tan deshonroso ser actriz porno. Fui al banco, saqu� todo mi dinero y me
abr� una cuenta solo a mi nombre en otro diferente. Los siguientes d�as deber�a
estar atenta a la llegada por correo de los extractos para romper el de las
huellas de mi reintegro. Mi marido rara vez miraba las notificaciones bancarias,
pero era un riesgo que, claro, no quer�a correr.



Llam� a Lucrecia para entrar en contacto con la empresa �me
fiaba m�s de su intermediaci�n- y aceptar la negociaci�n de un nuevo contrato
siempre y cuando me permitiese estar con mi bebita. Era demasiado peque�a para
dejarla en una guarder�a. Concertamos otra entrevista con el conocido gerente.
Esta vez mis honorarios eran cinco veces los anteriores y el contrato de
similares caracter�sticas, con la inclusi�n de una cl�usula por la que se
explotar�a en las pel�culas la producci�n de leche de mis tetas y otra por la
que los escenarios de rodaje se seleccionar�an de acuerdo con mis obligaciones
de madre lactante y mi ni�a siempre estar�a atendida durante mis actuaciones.



Ni qu� decir tiene que tras firmar el contrato me comunicaron
que mi primera peli empezaba al d�a siguiente y mis primeras tomas ser�an en
tres d�as. Tom� las medidas necesarias para dejar abastecidos de comida y
merienda a mis hijos mayores con la excusa de que el pediatra me hab�a
aconsejado pasear a la bebita por el campo, y me dispuse a ser follada por
quienquiera que fuese, que ganas ten�a.



Durante dos meses mis carnes fueron objeto de todo tipo de
atenci�n. Gran cantidad de hombres, mujeres o perros me follaron por todos mis
agujeros, en grupo o individualmente, con su propia "arma" o con una artificial,
de mis pechos se sac� una cantidad de leche incalculable que se reg� por bocas,
pollas, tetas, co�os, culos, jarras y vasos, tazas de caf�, e incluso me
filmaron amamantando a cachorros, lechones y cabritillos. Al menos, parte de la
leche que pr�digamente dispens�, me fue devuelta en forma de esperma que hizo mi
felicidad.



Mi cach� crec�a y otras empresas quisieron captarme, lo que
oblig� a la m�a a subir sus honorarios. Mi cuenta bancaria, en esos dos meses
alcanzaba la cifra de 150.000 euros.



En cada escena en que coincid�a con Lucrecia, �sta me daba
siempre el mismo consejo:





  • Cari�o, a quien quiera que te pregunte sobre este trabajo
    dile que est�s casada, que tienes tres hijos y que lo haces con consentimiento
    de tu marido. No servir� de mucho cuando �l se entere y plantee el divorcio,
    pero tus testigos sembrar�n la duda en el juez.




Y lleg� ese d�a que tem�a y deseaba al mismo tiempo. Pese a
que mi marido pasaba de cualquier cosa relacionada con el sexo y por tanto no
hubiera visto ninguna de mis pel�culas, alguien le proporcion� una colecci�n
completa al mismo tiempo que un excelente abogado, un turno de juez severo y
moralizador y la identificaci�n y saldo de mi cuenta corriente. El juez no me
permiti� defenderme, no admiti� mis testigos, me solt� una reprensi�n sobre mi
l�brica conducta bestial que me hab�a conducido a desatender a mis hijos hasta a
privar a la �ltima de su natural alimentaci�n y lleg� a decirme que debiera
reimplantarse la pena de muerte para personas como yo. Sal� de la sala del
juicio entre sonoros abucheos, divorciada, sin derecho a visitar a mis hijos
jam�s por nefando pecado y con todas mis pertenencias y dinero embargado como
indemnizaci�n m�s otra cantidad adicional de 50.000 euros que debiera pagar con
el 50% de lo que ganase en el futuro.



As�, como suele decirse me encontraba en la calle y desnuda.
Lucrecia, que se encontraba en la sala de juicio por si el hombre citaba a mis
testigos -no acudi� ninguno m�s- me invit� a acogerme en su casa, cosa que
agradec� inmensamente ya que ante mi mundo derrumbado no encontraba salida.



La casa de Lucrecia era un acogedor chalecito en las afueras
de la ciudad guardado por dos perros que acudieron a recibirnos. A pesar de mi
aflicci�n tom� nota de aquella presencia canina.



Dentro estaba su hija, una magn�fica chiquilla de 16 a�os, de
cuya existencia nunca me hab�a hablado. Era mestiza como su madre, de piel
bastante m�s oscura que ella, de cuerpo escultural y hermos�sima de cara, digna
de ser Miss Universo si no fuera por su aspecto punky. Llevaba el pelo corto y
de colores, un piercieng en la nariz con una anilla tan gruesa y ancha que le
llegaba casi al borde del labio superior, una gargantilla de acero con argolla y
en los desnudos brazos, pulseras y ajorcas tambi�n de acero.



Sus exquisitas manos, de regordetes pero largos dedos
terminados en deliciosas y cuidadas u�as perfectamente lacadas en esmalte rojo
luc�an cada una un solo y ancho anillo de plata en el pulgar, ambos iguales y
con una peque�a argolla solidaria con ellos.



Sin empacho ninguno, cuando nos present� su madre -Elena esta
es mi hija Renata- me dio un beso en la boca introduciendo su lengua hasta mi
garganta haci�ndome descubrir otro piercing en su lengua.



Lucrecia fue a la cocina a preparar la cena y mientras tanto
trat� de conocer a Renata.





  • Dime Renata. �Te gusta lo punki no?



  • No.



  • Y como es que llevas ese aspecto con tanto metal y
    piercing.



  • Es la decoraci�n que le gusta a mi hombre.



  • �Ah!. Tienes ya novio.



  • No es mi novio, es mi hombre.



  • No entiendo ... �est�s ya casada?



  • No. Es mi chulo. ... Mi proxeneta.



  • E... e... eres prostituta?



  • Si.



  • Pero si no tienes ni 18 a�os.



  • Tengo 16, pero soy de la mejores putas.



  • �Lo sabe tu madre?



  • Pues claro. Ella tambi�n lo es, y tu no?



  • Bueno, yo he hecho de actriz porno.



  • �Y qu� diferencia hay?. Yo tambi�n poso para revistas y
    videos porno de cuando en cuando.




Escandalizada como estaba sent� alivio cuando vino Lucrecia
con la cena y pudimos cambiar de conversaci�n. Pero poco dur� mi tranquilidad;
Al poco rato Renata, con cara desencajada dijo:





  • Mam�, Zac no viene y no aguanto m�s. No puedo cenar. Espero
    en mi habitaci�n, me encuentro mal.



  • �Qu� le pasa a tu hija Lucrecia?



  • Nada, el muy cabr�n de su hombre le puso ayer como castigo
    un cintur�n de castidad con un tap�n anal y tiene ganas de cagar desde esta
    ma�ana. Hasta que no venga �l para liberarla no podr� desahogarse.



  • Pppero.. �como permites eso?



  • Es su hombre.



  • Pero si ella es menor de edad y tu eres su madre.



  • Ella decidi� ser puta y tiene que asumir las consecuencias.



  • Pero con 16 a�os no se tiene a�n madurez para elegir algo
    as�.



  • En nuestro mundo si, peque�a burguesa bienpensante. Ahora
    qu� se ha ido al garete el tuyo que piensas hacer. No sabes hacer nada para
    ganarte la vida, tendr�s que ser puta, aunque de hecho ya lo eres desde hace
    meses.



  • No es lo mismo, he sido actriz porno.



  • Ll�malo como quieras, tu has prestado tu cuerpo al sexo por
    dinero. Eso se llama prostituci�n. Se ejerza en privado o ante unas c�maras,
    con humanos o con perros. Me parece que lo tuyo y lo m�o es de lo m�s extremo
    de la prostituci�n, si crees que la diferencia estriba en iniciarse en el
    oficio por necesidad de dinero o bien por depravaci�n como es tu caso, est�s
    equivocada.




Me qued� sin poder responder nada. El silencio era abrumador
hasta que se oy� abrir y cerrar la puerta de la calle. Se presentaron en el
sal�n un negro muy guapo y alt�simo y una chica de unos 22 a�os, tambi�n muy
guapa y alta, bien constituida.



No hubo tiempo para que Lucrecia me los presentase, Renata
irrumpi� en la sala y se lanz� a los brazos de negro colg�ndose de su cuello y
aferr�ndose a su cintura con las piernas.





  • Zac, Zac por dios, qu�tame esta cosa que no aguanto m�s, mi
    amor.




El tal Zac se la quit� de encima con pocas contemplaciones y
le arre� una violenta bofetada mientras le reprochaba:





  • �As� te he educado yo?, Peque�a zorra. �No ves que hay una
    invitada?. Un poco de respeto con ella.



  • Perdona Zac, estoy desesperada, no aguanto m�s, voy a
    reventar. �qui�n es la invitada?



  • Esta es Sonia, una chica eslava que he incorporado a mi
    hatajo de putas. La traigo para ense�arla qu� le puede suceder si no se
    comporta como debe. Desn�date para que lo vea.



  • Renata se desnud� ante la nueva puta sin ning�n recato ni
    objeci�n.




La pobre criatura llevaba puesto un cintur�n de castidad de
l�tex del que por delante surg�a un peque�o tubo que me imagin� era para evacuar
la orina, y por detr�s, cuando Zac se lo quit� mostr�ndolo a Sonia �y a mi que
me hab�a acercado muy interesada- , acog�a un monstruoso tap�n anal que hab�a
sido la tortura de Renata durante 36 horas.



El escultural cuerpo de Renata mostraba otras cosas. Su
pubis, tan completamente depilado como el m�o, mostraba un tatuaje que era el
dibujo de un pene erecto sobre el que rezaba la leyenda "SOY PUTA", sus gruesos
pezones rodeados de unas extensas, abultadas y negras ar�olas ostentaban unos
gruesos aretes de titanio de los que colgaban, mediante unas cadenillas, unas
peque�as y pesadas bolitas. Sobre su pecho izquierdo luc�a otro tatuaje
representando el cuerno de la abundancia. Sus labios exteriores estaban cerrados
por medio de un pesado candado de grueso calibre que estiraba monstruosamente
hacia abajo sus delicados ap�ndices vaginales. Perforando el botoncito del
cl�toris luc�a otro anillo tan descomunal como el de la nariz.



Cuando Zac la gir� para que Sonia la examinase mientras
advert�a a esta que su decoraci�n como zorra ser�a similar a lo que ve�a, tuve
una amplia visi�n de su soberbio trasero, profanado con una leyenda marcada al
rojo vivo que dec�a "ZAC" y toda su zona lumbar tatuada con una extensa cenefa
muy art�stica. En el hombro izquierdo y en los muslos tambi�n presentaba
peque�os tatuajes de atractivo colorido.



Pero a donde mi vista no tuvo m�s remedio que retornar fue a
su agujero anal obscena y persistentemente abierto de forma grotesca por sus
excedidas dimensiones.



Lo que estaba previendo pas�. La pobre chiquilla, con aquel
enorme orificio descontrolado, se cag�.



Zac la tir� al suelo y, desprendi�ndose de la correa de su
pantal�n comenz� a azotarla cruelmente sobre sus nalgas y espalda rezongando
algo sobre su falta de respeto hacia �l y la nueva compa�era de trabajo. Cuando
se calm� la envi� al ba�o mientras Lucrecia limpiaba en silencio los excrementos
de su hija.



Zac me pregunt�:





  • �Tu eres la zorra de buena familia capaz de dar de mamar tu
    leche a los cerdos antes que a tu bebita?



  • - No. Ten�a leche suficiente para alimentar a mi hija. No
    soy tan desalmada.



  • - Pero salida eres un mont�n. Lucrecia me ha mostrado todos
    tus rodajes, incluso las escenas descartadas por excesivas.



  • Si, soy una salida. Y qu�?



  • �No te gustar�a trabajar para mi?. Te conseguir�a clientes
    suficientes para calmar tu t�rrido co�o.



  • Mi t�rrido co�o solo est� ansioso de pollas de perro, como
    habr�s podido comprobar. Y solamente por una enfermedad hormonal durante mi
    embarazo. No quiero saber nada de chulos maltratadores de mujeres como tu.




Cuando regres� Lucrecia me alegr�, pese a haberla maldecido
por ense�ar mis v�deos a aquel canalla, ya que no me gustaba su conversaci�n.



Pero el cabr�n de �l acudi� a otra argucia.





  • Sonia, empieza a ejercer para mi y ch�pales el co�o a estas
    se�oras. Es gratis, pero no hagas nada gratis sin mi permiso. Por eso est�
    castigada Renata, por dar su culo a un cliente que le gust� sin cobrar los
    debidos honorarios.




Lucrecia se desnud� de inmediato y la puta Sonia se arrodill�
ante su co�o. Yo no estaba dispuesta a seguir el juego a aquel canalla, aunque
el stress del juicio me impulsaba a un buen desahogo.



Pero volvi� Renata y la visi�n de los siguientes
acontecimientos relajaron mi defensa ante el proxeneta. Tom� las manos de la
esbelta chiquilla y, sacando unos peque�os mosquetones del bolsillo trab� los
anillos de sus dedos pulgares a la argolla del cl�toris. Despu�s la coloc� de
rodillas ante �l y, desnud�ndose y mostrando el rabo m�s largo y grueso que
hab�a visto jam�s, lo introdujo en la boca de la ni�a sujet�ndola por la orejas
mientras ella se ve�a impedida por la trabaz�n de sus manos a su cl�toris.



Poco a poco iba introduciendo m�s y m�s su descomunal pene en
la boca de la chiquilla sin que �sta se inmutase. Not� que segu�an un ritmo
acordado o ensayado porque la garganta de ella denotaba con una expansi�n cu�ndo
el espl�ndido mango superaba la faringe para alojarse en el es�fago.



El espect�culo de aquellos dos soberbios y perfectos cuerpos
de �bano exteriorizando francamente la absoluta sumisi�n de ella, me cautiv� por
su morbo y no fui consciente de cuando abr� mis piernas, desplac� mi braga, me
met� dos dedos en el co�o con una mano y apret� fuertemente mi cl�toris con la
otra.



Zac desaloj� su polla de la garganta de Renata y se dirigi�
hacia Lucrecia y Sonia, indic� a �sta que me auxiliase, volte� a la otra y la
empal� por el culo sin la menor consideraci�n. Aunque me irritaba la petulancia
del proxeneta no tuve inconveniente en que mi co�o recibiese la caricia de la
boca de Sonia, m�xime teniendo ante mis ojos la perspectiva de la interminable
polla de aquel cabr�n entrando y saliendo lentamente de entre las suculentas
nalgas de Lucrecia a la que hab�a aferrado de las cadenillas que llevaba
enganchadas a sus anillos de los labios y cl�toris.



Sin desalojar la polla de su agujero el mam�n de �l sujet� a
Lucrecia de las tetas, la levant� y, con ella en vilo se vino ante mi para que
no perdiese ni un solo detalle de la sodomizaci�n de mi madura amiga. La lengua
de Sonia y la visi�n del taladrado culo de Lucrecia me condujeron a un orgasmo
durante el cual, en mi ofuscado estado, supliqu� a Zac el mismo tratamiento
anal.



No tuvo inconveniente y me lo concedi� ante la vagina de la
pobre Renata que se estaba, hasta entonces, satisfaciendo por si misma con el
poco margen de maniobra que le permit�an sus obstaculizadas manos.



El enorme rabo de Zac dentro de mis intestinos me condujo al
para�so, el llenado que me procuraba me hac�a sentir como cuando estaba encinta.
M�s cerca estuve del ed�n cuando sac� la polla y me la meti� en el co�o
alcanzando hasta el �ltimo extremo de mi cavidad genital. No me extra�aba que,
despu�s de sentir aquella abundancia en su culo, Lucrecia se estuviera haciendo
servir en el mismo orificio, de una follada con el pu�o por parte de Sonia.



Yo ya no era tan inexperta como para desmayarme durante los
orgasmos extremos. Pero a punto estuve en el �ltimo implorando a Zac que me
rellenase donde gustase con su semen.



El hijoputa de �l me priv� de su poci�n para volver a embutir
su miembro en la garganta de Renata y vaciarse all� dentro. Tan profundamente
que no hubo ni residuos para nadie m�s.



Satisfecho el jodido var�n, orden� a Sonia y Renata vestirse
adecuadamente para ir a trabajar, retirando a �sta su candado del co�o y
sustituy�ndolo por dos anillos del calibre de los otros que soportaba su
majestuosa anatom�a.



Antes de que comenzaran a vestirse les advirti� que estaban
demasiado sudadas para trabajar y que era conveniente que se duchasen. Pero como
ten�a ganas de orinar, previamente las aprovechar�a en ese sentido. Las dos se
arrodillaron frente a �l con la boca abierta. Yo fui un poco lenta de reflejos
pero a�n as� consegu� una buena dosis de su dorado l�quido.





- Bien, zorrona vocacional, me dijo, sabes como
comportarte. Cre� que ser�as m�s estrecha.



- Y ya sabes, zorra, -le dijo a Renata- ni un polvo
gratis. Av�same cuando tengas el pr�ximo per�odo menstrual para acordar tu
pre�ado por alguno de mis conocidos.







  • Como ordenes Zac, respondi� resignadamente Renata.




Aquello me dej� desconcertada y, cuando se marcharon, cada
puta prendida de uno de sus brazos, pregunt� a Lucrecia mis dilemas sobre aquel
semental:





  • Lucre, �Por qu� Zac trata tan duramente a Renata?






  • La quiere entrenar para que se especialice en el perfil
    sadomaso.






  • Lucre, �Y si quiere un hijo de ella por qu� no la pre�a
    �l?. �Zac es esteril?






  • ... Nnno. Zac no es est�ril..... esteeee ... es ..
    jemmm.... Zac es su padre.






  • ... No , ... me mientes, ... Zac no tendr� ... veamos ...
    m�s all� de 25 a�os. Tu tienes ya 51, y Renata 16 ... por tanto ....






  • Bueno ... cotilla ... te dir� ...no s� como.... Yo ten�a 45
    a�os y ten�a que montar un numerito ilegal para una pandilla de vejetes
    ped�filos. Me descuid�. No pod�a ni imaginar que aquel negrito de 11 a�os
    fuera capaz de explotar dentro de mi vagina y hacerme un bombo. De ese bombo
    sali� mi preciosa Renata.






  • No entiendo como puede tratar as� a su propia hija.






  • A ella le gusta y se siente feliz. Pero no sabe que es su
    padre. Si alg�n d�a lo sabe por ti te juro que te mato.






  • No te creo. �C�mo va a ser feliz tratada de esa manera?






  • Lo es y no quiero discutir las razones. Tu tambi�n amar�s a
    Zac.






  • �Yo?. Ni lo sue�es.






  • Cari�o. Zac es el propietario de la empresa que te ha
    contratado para tus pel�culas zoo que te han dado tanto placer al mismo tiempo
    que controla una veintena de prostitutas de distintas razas y edades y con
    diferentes especializaciones sexuales. Tu contrato vence dentro de una semana.
    ... No s� si debieras ... ejemmm ... ser m�s complaciente con �l.




Aquella informaci�n, sumada al recuerdo de mis tripas y mi
vagina rellenas por la desmedida polla de Zac hizo que mi estimaci�n por el
cambiase radicalmente.



EP�LOGO:



Hoy en d�a, a mis 45 a�os, soy una m�s de las 25 felices
prostitutas de Zac. Si record�is como describ� la decoraci�n del cuerpo de
Renata, os har�is idea de la del m�o actualmente. Pero mi tatuaje del pubis es
el de la cabeza de un perro y el grosor de mi aro del cl�toris batir�a el record
Guinnes si se permitiese registrar tama�a obscenidad. Vivo con Lucrecia y Renata
en su chalet, ahora vigilado por dos perros m�s. Casi siempre trabajo en equipo
con ellas dos para grupos organizados de espectadores: Las tres solemos empezar
con un n�mero l�sbico conjunto, despu�s Lucrecia y yo nos encargamos del
espect�culo con los animales y, por �ltimo Renata recibe las "caricias" de su
madre o yo con una buena diversidad de instrumentos. Zac est� sumamente
satisfecho de los ingresos que le proporcionamos y regularmente nos obsequia con
su adorable polla en alguno de nuestros orificios.


Las pel�culas en las que intervenimos no est�n en el mercado.
Son de circulaci�n restringida, pero dan m�s beneficio que las otras. Zac tiene
pre�ada por segunda vez a Renata y me ha dicho que cuando ella d� a luz,
intentar� que me pre�en a mi. Le gustaron mis escenas de lactante y quiere
extremarlas con guiones mejor elaborados, aparte de explotarme con una serie de
clientes que pagar�n expresamente por alimentarse de mis pechos. S� por
Lucrecia, que es su confidente, que anda intentando localizar a mis hijos para
que me follen en una peli mostrando la partida de nacimiento y mi documento de
identidad. Eso me pone a cien. Espero que lo consiga.



FIN



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Relato: Mam� Z (II - Final)
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