Al ser de familia acomodada, mis padres entendieron que
estar�a bien que tuviese una profesora de ingl�s. Para este fin eligieron a
Mercedes U. Yo entonces era el t�pico adolescente de 17 a�os que no me com�a una
rosca, y que claro, se mataba a pajas continuamente. Y cu�l ser�a mi sorpresa el
d�a que me presentaron a Mercedes; era una mujerona de 29 a�os y m�s de 1,70 de
altura, de melena lisa color trigue�o, ojos celestes y una deliciosa nariz algo
respingona. Luc�a un cuerpazo como para morirse; ten�a los pechos peque�itos y
ca�dos hac�a arriba,
pero lo mejor de todo era el conjunto formado por sus potentes muslos, y desde
luego, su impresionante culo. La anatom�a trasera de Mercedes estaba adornada
por un puntillo de celulitis que la hac�a aparecer verdaderamente maciza y
exuberante.
Cuando iba a mi casa siempre se tomaba una Coca-Cola light y
evitaba comer los bombones y chucher�as que mi madre le dejaba en una bandeja
cuando ven�a a dar sus clases. Mercedes parec�a tener un poco complejo de estar
algo llenita (Pero qu� va! El pandero
de Mercedes era un aut�ntico monumento a la belleza femenina, con una forma de
pera alucinante, resaltada por su estrecha cintura.
Un d�a vino con un pantal�n de pana color verde cacer�a muy
ce�ido y tra�a la cara bronceada, pues ese fin de semana hab�a subido a
Navacerrada a esquiar. Ol�a a un cierto perfume de lim�n que era para volverse
loco. Nos sentamos en la mesa para dar nuestra lecci�n, y sin poderlo resistir
m�s, y aprovechando que hab�a cruzado las piernas por mi lado, coloqu�
suavemente una mano en aquella regi�n donde se juntan la nalga y el muslo. Al
ser la pana del pantal�n muy gruesa Mercedes no se enter�.
Pens� entonces que follarse a una t�a como Mercedes deber�a
ser lo m�s parecido a estar en el para�so. Pero claro, pensarlo era una idotez;
ni siquiera pod�a convencer a las quincea�eras idiotas como para pensar en
mont�rmelo con semejante pava, que seguramente tendr�a un novio como un
trinquete de grande. Hab�a que dejarlo estar, pero supe de entonces en adelante
que cuando Mercedes llevaba puesto su pantal�n de pana, o cuando llevaba
vaqueros, pod�a con cuidado apropiarme con cautela de sus cachas.
(Y joder, qu� requetebuen�sima estaba
Mercedes en vaqueros! Se le marcaba totalmente el chocho, y yo hac�a como que se
me ca�a el boli debajo de la mesa para poder admir�rselo en primer plano. A
veces pensaba )y si se lo beso sin
avisar? Tendr�a gracia. Seguramente, aunque Mercedes fuera mayor que yo y ya
tuviese varias experiencias, seguro que ser�a la �nica vez que alguien
intentando lig�rsela lo primero que le besase fuese el co�o y no la boca. Pero
eran fantas�as y nada m�s.
Cuando ya se acercaba la primavera, Mercedes me dijo que si
quer�a ir a su apartamento a ver una pel�cula en ingl�s para repasar la
pronunciaci�n. Yo dije que s�, movido por la curiosidad de qu� ser�a estar a
solas en un apartamento con el bomb�n de Mercedes. En esos momentos no conoc�a
la sorpresa que el futuro me ten�a preparada.
Era una tarde del mes de junio en Madrid, a eso de las cinco
de la tarde y con bastante calor. Hab�a quedado con Mercedes hac�a esa hora en
su apartamento, que estaba situado en una calle que hac�a esquina con Serrano.
En la calle hab�a poca gente.
Pas� m�s de media hora y Mercedes no llegaba. Estaba a punto
de volverme a mi casa cuando un taxi par� ante el apartamento. Veo que de �l se
baja Mercedes, que iba preciosa con una falda de vuelo de gasa blanca. Esta
prenda transparentaba algo sus bragas y permit�a que me recrease en el precioso
trasero de mi profesora de ingl�s. Llevaba una camisa tambi�n blanca, y puesto
que sus senos se mostraban m�s saltarines de lo normal advert� que Mercedes iba
sin sujetador.
Cuando se baj� del taxi apreci� que algo fuera de lo normal
suced�a. Mercedes ten�a su rubia melena ca�da sobre la cara y al poner los pies
en la acera advert� que ten�a serios problemas para mantener el equilibrio.
Avanz� hac�a mi dando bandazos, haciendo unas eses que provocaban el bamboleo de
sus muslos y cachas. Cuando lleg� a mi se me agarr� fuertemente para no caerse
al suelo y me plant� un sonoro beso en la mejilla. Yo le plant� la mano en el
culo. Cuando se dirigi� a mi se disiparon todas las dudas que pudieran existir
acerca del estado en que ven�a mi profesora de ingl�s. El aliento le atufaba
notablemente a alcohol. S�, Mercedes llevaba una borrachera de pron�stico
reservado.
El portal estaba abierto y entramos. Al entrar en el ascensor
yo la apoy� en la pared, pero se fue deslizando lentamente hasta el suelo.
Mercedes se qued� entonces espatarrada ense�ando unas bragas de algod�n blanco.
Ten�a la cabeza echada hacia delante, con los mechones de su melena tap�ndole la
cara y se le desat� una risita floja de mujer ebria. Para entonces me decid� a
sacar el mayor partido posible de la espectacular cogorza que ten�a Mercedes.
Cuando llegamos a su piso lleg� la tarea de incoporarla, y no
fue f�cil porque Mercedes, como ya he dicho, era una mujer corpulenta. Mi mano
izquierda se apropi� de uno de sus senos, mientras que la otra mano se desliz�
por entre la raja de su culo hasta que as�, por detr�s, introduje dos dedos en
la vagina de mi intoxicada acompa�ante. Ella emiti� unos imperceptibles gru�idos
como de protesta, pero los dedos se los qued� dentro en todo el trayecto del
ascensor hasta la puerta de su casa. Cog� su bolso para buscar las llaves y
abrir la puerta.
Cuando estuvimos dentro me pidi� que la llevase al ba�o.
Cuando llegamos, no sin pocos esfuerzos, se subi� la falda
se baj� las bragas y se puso a orinar. Mercedes estaba tan bebida que aquello le
parec�a lo m�s normal del mundo. La cog� del hombro y luego, cuando termin�, la
ayud� a levantarse. Fue a subirse las bragas. Aprovech� mi oportunidad. Apart�
las manos de los extremos de sus bragas y las cog� yo y se las sub� lentamente.
Luego, la agarr� por el culo y la arrim� hacia m�. Le atic� a Mercedes un beso
de pel�cula, y ella, semiinconsciente respondi�, metiendo su lengua en mi boca.
Su aliento sab�a al alcohol que hab�a estado ingiriendo. Comenc� a magrearle el
culo a conciencia. Entonces Mercedes dijo que eso no estaba bien, que se
encontraba demasiado borracha para tener relaciones. Obviamente no le hice ni
pajolero caso.
Desabroch� los botones de su camisa y la baj� de sus hombros,
acarici� sus senos y me puse a lamerlos. Mercedes echaba la cabeza hacia detr�s
y hacia delante lentamente, con lo que cada vez se marear�a m�s, as� que la
apoy� contra la pared del ba�o y segu� trabajando sus pechos. Mis manos bajaron
de nuevo sus bragas y pronto su vagina qued� desnuda ante m�. Su bello p�bico
ten�a un encantador color casta�o claro, pero quiz�s not� que no ten�a demasiada
costumbre de depilarse las ingles. Esto lo s� ahora despu�s de haber tenido
otras experiencias, pero en ese momento no hab�a nada que importase, porque me
estaba dando el lote con la vagina de mi profesora de ingl�s. Gracias a la
trompa que Mercedes se agarr� ese d�a pude descubrir c�mo ol�a un co�o.
Despu�s de comerme el sexo de Mercedes le dije que ten�a que
hacer por m� otro tanto. Me saqu� la polla y la acomod� en la jadeante boca de
Mercedes. Yo estaba embalado y en m�s de una ocasi�n mi glande le lleg� hasta la
campanilla. Mercedes eruct�, puso los ojos en blanco y acto seguido, coloc�ndose
de cuchillas en la taza del inodoro comenz� a vomitar entre unas arcadas
terribles. La ayud� colocando mi mano en su frente.
Por suerte la tapa del inodoro estaba abierta. Mercedes
estaba tan pedo que estaba echando la pota, la ten�a a mi merced para rematar la
faena. En esa posici�n su culo estaba apegado a mi pelvis y pod�a sentir como mi
polla ped�a a gritos la penetraci�n de Mercedes. Mi excitaci�n era imparable y
sin pensarlo m�s baje la cremallera de mis pantalones y me saqu� la polla. Me
apart� un poco y separando las cachas encantadoramente celul�ticas de mi
alcoholizada profesora de ingl�s, le met� la lengua por el ano. Acto seguido
encauc� mi verga en su vagina. Apenas sent� que el glande estaba entre los
labios empuj� violentamente hacia adentro.
Mercedes volvi� a gemir, pero luego sigui� vomitando.
Tom�ndola de la cintura comenc� a fornicarla impetuosamente. No s� si se estaba
dando cuenta o estaba tan borracha que le era imposible percatarse que se la
estaba metiendo. Cuando me vino el orgasmo frot� mi polla por entre la raja de
su culo y la dej� toda pringada. S�lo se quedo all�, sin quejarse ni gritar,
haciendo arcadas de cuando en cuando.
Cuando termin� la dej� tirada en la cama semidesnuda y me
fui. Al d�a siguiente me llam�; con voz resacosa me dijo que lo del d�a antes
hab�a sido un accidente, que ten�a novio y que estaba muy mal aprovecharse de
una mujer cuando est� pasada de copas. Se excus� de mis padres para no volverme
a dar clases de ingl�s y ya no la v� m�s.