Relato: Incesto forzado... pero deseado (06)





Relato: Incesto forzado... pero deseado (06)


INCESTO FORZADO....PERO DESEADO (VI)



Autor: Incestuosa




POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO




CAPITULO VI




Al d�a siguiente de que mi padre reanud� por fin sus
candentes juegos conmigo yo me sent�a realmente contenta y confiada, pues hab�a
extra�ado mucho su ausencia los d�as anteriores cuando no pude verlo hacer todas
esas cosas con mis prendas sucias en el cuarto de servicio. Pero si he de ser
totalmente sincera tengo que confesar que lo que yo m�s deseaba ahora era
sentirme penetrada al fin por su descomunal herramienta que le colgaba entre sus
piernas, porque despu�s de haberla visto en toda su magnitud y magnificencia ya
no pod�a anhelar ninguna otra cosa en mi vida m�s que tenerla adentro y hacerla
m�a, entreg�ndome por completo a ese falo impresionante con toda la pasi�n que
sent�a. Tan grandes eran mis ansias de ser definitivamente penetrada por primera
vez por la tremenda verga de mi papi que me hac�a so�ar sue�os tan er�ticos que
amanec�a a diario toda pegajosa de mis intimidades. Ten�a por tanto que hallar
pronto la forma de lograr que mi padre se animara por fin a cogerme en
definitiva, pues aunque los juegos que �l jugaba conmigo me calentaban hasta el
delirio, m�s me encend�a a�n el pensar en el momento de la verdad, en el momento
de mi desvirgamiento, el entregarme a �l y ser suya por primera vez, lo que por
otra parte yo anhelaba que se diera ya lo m�s pronto posible.



Mis preguntas fundamentales para lograr mi objetivo eran
varias: �Qu� estrategia deber�a yo poner en pr�ctica para que �l por fin se
animara a desflorarme? �De qu� forma podr�a yo lograr al fin que mi padre
entendiera que yo ya no quer�a seguir jugando, sino que ansiaba llegar a la
acci�n? �Por qu� medio y de qu� manera podr�a hacer que �l se decidiera de una
vez por todas, por ejemplo, a entrar en mi dormitorio, y all�, en la soledad de
mi cama hacerme todo lo que yo requer�a que me hiciera con ansias locas? En fin,
que todas esas preguntas sin respuesta flotaban en mi mente como un caldo de
cultivo hirviendo que me pon�an la rajita tan humedecida que ten�a que
masturbarme como una loca para saciar al menos parcialmente los deseos tan
anhelantes e insatisfechos por tener dentro de mis entra�as el falo de
incomparable tama�o de mi padre. Ese d�a, mientras estaba en la escuela, yo
trataba de concentrarme en las clases sin conseguirlo, pues una serie de ideas
no tan claras se iban formando en mi cerebro, tratando in�tilmente de darle
forma a alguna de ellas que me condujera directamente a la consecuci�n de mi
prop�sito. Pero si estaba segura de algo era tan s�lo de una cosa: No estaba
dispuesta a dejar pasar m�s tiempo que el absolutamente necesario para
entregarme a pap� sin objeci�n ni barrera alguna.



Por eso pienso ahora que el destino se encarg� de alg�n modo
de precipitar las cosas hasta donde yo deseaba, ya que ese mismo d�a cuando
regres� de la escuela encontr� en casa un telegrama de mi madre que dec�a:




"...C�mo est� mi familia?....punto.


Saludos para todos...punto.


regreso en una semana...punto.


los extra�o mucho..." punto.


Martha.



Al leer el contenido de aquel mensaje de mam� me puse
colorada y sudorosa, pues yo sab�a que si ella retornaba a casa antes de que mi
padre se animara a cogerme definitivamente todo se estropear�a; sab�a bien que
ya nada ser�a igual, y por consiguiente mis esperanzas de ver realizados mis m�s
�ntimos anhelos se desvanecer�an pr�cticamente como se desvanece una nube en el
firmamento. As� que con la mente enfebrecida y la sangre corriendo a toda
velocidad por mis venas, toda aquella noche me la pas� pensando en un plan
definitivo que me asegurara los resultados que yo deseaba, hasta que al fin, ya
entrada la madrugada, pude darle forma a una idea que estaba segura funcionar�a,
sobre todo tomando en cuenta la extraordinaria inteligencia que ya me hab�a
demostrado mi padre para hacerme suya a trav�s de sus ingeniosos y sensacionales
jueguitos. Mi plan consist�a en lo siguiente: lo primero era en realidad f�cil
de hacer, ya que se trataba de que �l leyera pronto tambi�n el telegrama de mi
madre, pues estaba segura que eso despertar�a en su ingeniosa mente lo urgente
de la necesidad de apresurarse en sus planes. Ese primer paso no me cab�a la
menor duda de que mi padre lo comprender�a a la perfecci�n, pues yo sab�a que si
de algo quer�a �l aprovecharse era precisamente de la ausencia de mam� para
desvirgarme. Pero el segundo aspecto era algo ciertamente un poco m�s
complicado, ya que se trataba de escribirle una especie de mensaje muy parecido
por cierto al que �l me hab�a dejado ver a trav�s de su "diario" poni�ndolo en
la pantalla de la computadora. Yo consideraba en este sentido que lo �nico de lo
que ten�a que asegurarme era lograr que �l entrara al ordenador lo m�s pronto
posible para poder leer lo que yo le dejar�a escrito all�, no en una forma tan
directa pero s� lo bastante entendible para su preclara mentalidad. Me daba
cuenta que ya no ten�a otra opci�n y que por tanto deb�a actuar con rapidez para
que el tiempo no pasase en vano.



De modo que esa misma tarde, cuando hube regresado de la
escuela y sin tener ni siquiera hambre por el ardor tan intenso que sent�a,
entr� como loca al estudio y me puse a redactar temblando de nervios aquel
mensaje subliminal dirigido a mi padre, esperando ser lo m�s clara y directa
posible en su contenido. Lo que le escrib�, pues no se me ocurri� otra cosa, fue
una especie de cuento cortito al que titul� tentadoramente �La hijita que
deseaba a su papi" y que dec�a as�:




"La hijita que deseaba a su papi"





"...Hab�a una vez un padre muy lindo, atractivo e inteligente
que ten�a una hijita preciosa a quien amaba mucho, y una esposa que era una
destacada ejecutiva que viajaba constantemente con motivo de su trabajo. Los
tres viv�an juntos en una casa muy grande y bonita y formaban una familia
estupenda. Cuando la ni�a era una peque�a como de unos ocho a�os, su papi la
acariciaba de una manera muy especial, sobre todo cuando su esposa no se hallaba
en casa. A veces le met�a las manos debajo de su faldita y le tocaba su pubis
por encimita de sus bragas, o a veces la sub�a sobre sus piernas y le tallaba
una cosota dura que la ni�a sent�a pero no sab�a bien qu� era eso. Todo aquello
se lo hac�a su papi a la ni�a muy seguido y siempre a escondidas,
desconcert�ndola mucho porque ella no comprend�a bien a bien por qu� lo hac�a.
En algunas ocasiones la ni�a lo hab�a visto cuando �l ol�a sus pantaletitas y
sus vestiditos, y tambi�n se hab�a dado cuenta de que su papi se sacaba esa cosa
que tiene en medio de sus piernas y se la tallaba a su ropita, dej�ndolas todas
embarradas de semen. Al principio la ni�a sent�a algo de rechazo por esas cosas,
principalmente porque no las comprend�a bien y porque �l nunca le dijo nada ni
le aclar� nunca por qu� lo hac�a. Pero la ni�a siempre guard� el secreto, pues
jam�s pens� en revelarlo a su madre y de hecho nunca lo hizo. El tiempo pas� y
la ni�a fue creciendo con su papi haci�ndole de vez en cuando todas esas cosas,
hasta que ella empez� a rechazarlo inconscientemente. El padre se dio cuenta y
dej� de pronto de hacerle todo eso, aunque a veces ella hallaba su ropita
interior humedecida del semen de su papito querido..."



"... Durante un largo per�odo como de dos a�os el pap� se
abstuvo de tocarla; pero en ese lapso la ni�a creci� y se convirti� r�pidamente
en una jovencita hermosa y bella, que comenz� poco a poco a entender las cosas
relacionadas con el sexo y hasta empez� a sentir las urgencias del deseo sexual
en su lindo cuerpo, lo que trataba de aplacar a escondidas masturb�ndose
frecuentemente, lo que la fue llevando al conocimiento de su propio erotismo y
tambi�n a aumentar el deseo sexual por su propio cuerpo, auto explor�ndose en
secreto como seguramente toda jovencita lo hace sin confesarlo. Pero cuando la
joven lleg� a los catorce a�os y debido a su precoz desarrollo hormonal se
convirti� en una linda ni�a muy agraciada y hermosa que volvi� a despertar el
antiguo deseo en su papi, quien no se atrevi� a manifest�rselo abiertamente,
temeroso quiz�s de que ella se lo confesara a su madre. Como el padre era tan
inteligente y deseaba con tanto ardor a su hija, aprovech� cierta ocasi�n en que
su esposa tuvo que viajar a Europa por varias semanas para poner en pr�ctica un
plan bastante ingenioso en verdad con la firme intenci�n de que su hijita se
diera cuenta de sus secretas intenciones y del deseo que sent�a por ella y que
ard�a con la fuerza del fuego dentro de su pecho. Ciertamente su hija al
principio del juego ignoraba en el fondo sus planes, pero pronto se dio cuenta
de las intenciones de su papi, quien le dejaba a veces algunos libros er�ticos y
de sexo sobre la mesa de la computadora donde ella sol�a distraerse; o alg�n
objeto que llam� mucho la atenci�n de la joven, quien aprovechaba la ocasi�n
para leer y probar todo lo que su papi le dejaba all� como si fuesen objetos
olvidados..."



"...Poco a poco su hija fue haci�ndose m�s participativa en
aquel genial y caliente juego con su padre, pues lleg� a gustarle y a excitarla
a tal grado que los dos llegaron al punto de espiarse mutuamente y en secreto
con la finalidad de observarse, de saber lo que hac�an en oculto, llegando los
dos a calentarse y excitarse tanto rec�procamente que deseaban tanto esos juegos
que ya no pod�an evitar pararlos, generando cada d�a m�s deseo y m�s ardor hasta
que todo se volvi� incontrolable para ella, y tambi�n para �l. Todo lo que la
joven ve�a hacer al padre con sus prendas �ntimas, las que manchaba de semen
cuando se masturbaba frente a ella mientras la chica permanec�a escondida, a su
hija le encantaba, provocando que ella se masturbara con igual delirio. Pero el
d�a que la hija vio por primera vez su pene, cuando se dio cuenta del enorme
tama�o y la forma de esa preciosa cosa del cual ella ignoraba el grosor y la
largura que ten�a, eso s� que le caus� a la joven una sorpresa may�scula,
ocasionando en ella un deseo irrefrenable por ser pose�da por su padre, lo que
so�aba todas las noches sin que �l se animara a hacerlo de una vez, quiz�s
tratando de prolongar aquel juego er�tico que definitivamente a ella ya no le
llenaba tanto como al principio. La cosa iba muy bien hasta que cierto d�a en
que su hija regres� de la escuela se encontr� sorpresivamente con un telegrama
que su madre remit�a desde Europa informando que regresar�a a casa en una
semana. Eso desalent� much�simo a la jovencita, quien de inmediato se puso como
loca a buscar la manera de lograr hacerle entender a su papi que ya no ten�a por
qu� esperar m�s...que lo que ella m�s deseaba era que �l la desflorara (pues
ella a�n era virgen), y que los sue�os que hab�a so�ado todas las noches con el
tremendo pene de su papito metido adentro de su cosita eran cosas que ella
quer�a hacer realidad....antes de que su madre regresara..."



"...As� que la chica pens� y pens� mucho en la forma de c�mo
decirle a �l lo que ella quer�a, todo lo que deseaba, hasta que por fin, no
hallando otra manera m�s pr�ctica de hacerlo, ide� escribirle un cuentito corto
al que titul� "
La hija que deseaba a su papi", y donde le refer�a de
manera muy resumida sus anhelos m�s profundos, con la clara intenci�n de que su
papi entendiera que el momento de desflorarla hab�a llegado y que no ten�a por
qu� esperar m�s....porque o lo hac�a ahora o las cosas ya no se dar�an jam�s..."



"...En ese peque�o cuento la joven tambi�n le sugiere a su
papi el modo en que quiz�s podr�a proceder esa misma noche y las noches
siguientes...si �l as� lo deseaba....pero tendr�a que apresurarse antes de que
regresara su madre de Europa, porque despu�s ella ya no se atrever�a, por el
temor que sent�a de que su madre se enterara. La joven le dejar�a por
consiguiente la puerta de su dormitorio sin pasador todas las noches mientras
los dos estuviesen solos en casa...esa era la �nica oportunidad que ambos
tendr�an....entonces su padre, si comprend�a bien el mensaje, podr�a ir hasta su
cama con toda confianza, y como a ella le daba un poco de pena hablar con �l de
todo aquello, aunque en el fondo lo deseaba con much�simo ardor, ella har�a como
si estuviese durmiendo, pero la realidad era que su padre podr�a hacerle todas
las cosas que �l quisiera y deseara....dije bien....todo lo que �l quiera y
desee hacerle..."



"...Y como su hija tem�a que su padre no pudiera leer a
tiempo este mensaje, tambi�n le dejar�a un recadito puesto sobre la mesita del
ordenador, donde le indicaba que el cuentito corto que ella le escribi� a �l lo
podr�a hallar y leer en el mismo sitio donde �l le hab�a dejado semanas antes su
"diario" para que ella lo pudiera leer. Lo dem�s la joven lo dejaba ahora en
manos de su papi...esperando con ansias en su cama todas las noches que
siguieran a la lectura de este cuento...hasta que su madre retornara a casa"



Con mucho amor:


La hija que deseaba a su papi.





Al terminar de redactar aquel mensaje realmente me hallaba
tan humectada de mi rajita que comenc� a manipularme el interior de mis muslos
all� mismo donde estaba sentada, sin poder evitar masturbarme con ansiedad como
consecuencia de todas aquellas sensaciones tan excitantes que experiment� al
escribir el candente y directo recadito para pap�. Al terminar mis sabrosos
tocamientos y despu�s de venirme varias veces me puse en seguida a escribir con
un l�piz el �ltimo recado para mi papi, que era en realidad la clave para que �l
pudiese leer mi "cuento cortito". El mensaje que escrib� ahora en una hoja de
papel rezaba lac�nicamente:



"HAY UN CUENTITO CORTO QUE CREO DEBES LEER....LO PODR�S
ENCONTRAR EN EL MISMO LUGAR DONDE ESTABA TU "DIARIO". POR FAVOR B�SCALO PRONTO."



Encima de este recado puse enseguida el telegrama que mam�
hab�a enviado desde Europa, para asegurarme de que mi padre se enterara de todo,
siguiendo con las intenciones de mi plan. Despu�s de eso me fui hasta la cocina
para comer algo y posteriormente me sub� a mi habitaci�n, pero esta vez me
asegur� de dejar la puerta sin el pasador. Una vez que me hall� en la soledad de
mi cuarto me despoj� de toda mi ropa qued�ndome �nicamente con las blancas
bragas puestas, para luego acostarme sobre la cama en espera de los
acontecimientos por venir.



PAUSA.



�



DIARIO DE DON JOS�, EL PADRE DE DIANA.




2 de Junio de 1985.



Querido Diario:



Durante dos d�as no te escrib� nada porque me mantuve ocupado
por completo observando los movimientos de Dianita, a quien veo m�s que puesta y
dispuesta para dar el �ltimo paso de mi plan. �Te imaginas lo que eso significa?
El d�a de ayer precisamente me di cuenta c�mo ella entr� al estudio y se puso a
escribir algo en la computadora, donde tard� bastante tiempo, hasta que al final
me deleit� con un platillo exquisito: la tremenda masturbaci�n de mi hija
sentadita en la silla del ordenador, toc�ndose con sus dedos su exquisito pubis.
Ya veo con mucha satisfacci�n que Dianita se encuentra en la mejor etapa de mi
juego; pues la siento "madurita" para por fin cog�rmela y desvirgar su precioso
culito en flor. Como puedes darte cuenta, querido diario, las cosas avanzan de
maravilla. S�lo tendr� que esperar un poco para decidirme a llevar a cabo la
�ltima etapa de mis planes. Pero ya te contar� ma�ana lo que ella escribi� en el
ordenador, pues estoy seguro de que trama algo para animarme de alguna forma a
que yo act�e como ella tanto lo desea,



Bye.




3 de junio de 1985.



Diario �ntimo:



�Definitivamente que hay sorpresas! �muchas y extraordinarias
sorpresas!...Sorpr�ndete, pues....Resulta que ayer, despu�s de haberte escrito
todo lo que vi que Dianita hizo a solas en el estudio, observ� que ella se fue
despu�s a la cocina y cen�, para ir luego a encerrarse en su dormitorio. As� que
yo aprovech� ese momento de soledad para ir hasta la computadora y ver lo que
Dianita hab�a estado escribiendo....y oh sorpresa! Lo que vi me dej� pasmado en
verdad. Descubr� sobre la mesita del ordenador unos papeles que en seguida me
puse a leer: uno era un telegrama de mi esposa Martha, fechado ese mismo d�a,
donde anuncia su pronto retorno...esa eventualidad tan inesparada me desalent�
mucho, pues lo cierto es que yo supon�a que ella a�n permanecer�a en Europa al
menos un par de semanas m�s. Pero la sorpresa m�s grande y espectacular que me
llev� esa noche fue leer otro papel escrito con el pu�o y letra de Dianita que
dec�a:



"HAY UN CUENTITO CORTO QUE CREO DEBES LEER....LO PODR�S
ENCONTRAR EN EL MISMO LUGAR DONDE ESTABA TU "DIARIO". POR FAVOR B�SCALO PRONTO."



Ay...amant�simo diario...eso s� que me caus� tan tremenda
sacudida que por poco se me sale el coraz�n del pecho. As� que r�pidamente
encend� el ordenador y pronto hall� el icono de un archivo escrito en Word con
el siguiente nombre: "La hija que deseaba a su papi". Para qu� decirte
que lo abr� de inmediato y me puse a leerlo con una ansiedad tan tremenda que
hac�a tanto tiempo no sent�a, que mi verga se par� hasta lo indecible sintiendo
tantas ganas de masturbarme all� mismo que no pude evitar sacarme la polla
endurecida como un fierro, y mientras me deleitaba con la lectura de aquel
cuentito cortito tan divinamente escrito por Dianita, me mantuve acariciando mi
p�jaro todo el tiempo en tanto le�a y rele�a una y otra vez aquellas palabras y
frases que mi propia hija me dirig�a a m�, y mediante las cuales me indicaba
todo lo que yo he ansiado en mi vida, pero con una precisi�n tan exacta de los
acontecimientos y sobre todo de la descripci�n de sus deseos y ansiedades, que
me revelaron de un solo golpe tantas y tantas cosas que no pude aguantarme m�s,
vini�ndome a chorros sobre la alfombra del piso.



Ahora ya no hay absolutamente ninguna duda de que Dianita me
desea tanto como yo a ella, y como el tiempo se acaba, pues disponemos tan s�lo
de una pinche semana, no tengo m�s que actuar ahora mismo, esta misma noche,
aunque sinceramente creo que no me qued� una sola gota de leche para darle a
Dianita la mejor pelea de su vida, as� que creo que la mantendr� por un d�a en
espera, con la finalidad de que ese comp�s la prepare y la caliente a�n m�s
mentalmente para la batalla definitiva de su inminente desfloraci�n el d�a de
ma�ana.



Finalmente, querido diario, esto que te voy a decir es algo
que hasta me da miedo pronunciar, pero es un deseo que siento en mi interior:
�Ojal� secuestrasen el avi�n donde viajar� mi esposa Martha, al menos por un mes
m�s!....jajajajaja.



Creo que muy pronto te estar� contando el final.



Ciao.



CONTINUAR�......



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